América Latina actual. Del populismo al giro de izquierdas | Pedro Martínez Lillo e Pablo Rubio Apiolaza

Pedro Martinez Lillo Imagem Fundacion Carolina
Pedro Martínez Lillo | Imagem: Fundación Carolina

Decía Faulkner, en una de sus reflexiones más celebradas, que el pasado no pasa nunca, ni siquiera es pasado. Esta percepción del pasado como elemento dimensional del presente es una de las prerrogativas esenciales de cualquier historiador que desee explicar los pormenores de la actualidad a través del análisis histórico y, con ello, aún a riesgo de entrar en el delicado laberinto de las hipótesis, ofrecernos claves para imaginar el futuro.

Contar la historia política, social, internacional y económica de América Latina, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta el momento en el que se escriben los últimos párrafos, no es una tarea sencilla. A la variedad de países que componen su espectro geográfico se unen las características intrínsecas de cada país y de cada región del continente, todo ello dentro de un contexto internacional que va desde la Guerra Fría hasta la globalización actual y la entrada de nuevos protagonistas internacionales. Una labor compleja, sin duda, que Pedro A. Martínez Lillo y Pablo Rubio Apiolaza solventan con brillantez mediante el recurso de agrupar los avatares históricos de la región bajo el paraguas de la coyuntura internacional del momento, siempre dando importancia a la presencia sempiterna de los EE.UU. y su sombra, directa o indirecta, en Latinoamérica, al tiempo que se atienden las particularidades de cada región y de cada país.

Pero este libro, América Latina actual. Del populismo al giro de izquierdas, no es en absoluto una mera narración cronológica de acciones y de personajes. En sus páginas, siempre con el afán de interpretar el presente a través del pasado, conceptos como “populismo” o “neoliberalismo” van agrupando las acciones de los Estados de una forma lógica, desde lo regional hasta lo particular, y con sucesivos guiños al pasado que nos ayudan a entender los puntos de partida y su evolución. Gracias a esta labor, el lector comprende que América Latina, dentro de su complejidad, mantiene unas pautas de comportamiento históricas que van desarrollándose bajo la influencia de sus propias condiciones, como las económicas: la exportación de materias primas, los bajos niveles de industrialización y los índices de pobreza; las condiciones sociales: las divisiones raciales y sociales y el mestizaje; las condiciones políticas: la ruptura de los viejos modelos políticos y la irrupción de populismos de diferentes características, así como las dictaduras militares que caracterizaron a buena parte de la región durante los años más duros de la Guerra Fría, casi siempre con el apoyo de unos EE.UU. pendientes de no ceder terreno frente al comunismo. No falta tampoco, en esta inclusión de la influencia estadounidense, la mención a los diferentes gobiernos de Washington y cómo sus estrategias condicionaron en cierta medida la historia de la región.

Pero los autores no condicionan todo el devenir histórico latinoamericano y sus procesos, dados de forma cronológicamente lineal, a un mero juego de estrategia externa. Los primeros populismos, tan ambiguos en sus metas y objetivos como el de Domingo Perón, tenían un perfil propiamente latinoamericano vinculado a su pasado, en el que destacaba la llamada al “pueblo”, el liderazgo personalista, el clientelismo y poco a poco y según fuera avanzado la Guerra Fría, el discurso anti imperialista; la Batalla de Guatemala, como crítica entrada de la región en el juego de la Guerra Fría, pero también como resultado de una política tradicional de fuerte división social y exclusión de amplios grupos de la sociedad del concepto de estado nación; la Revolución Cubana, como un antes y un después en la historia del continente, una ruptura tanto regional como internacional por su innegable influencia, en la que un país latinoamericano expandió su ejemplo no solo en el continente, sino en el mundo entero; las revoluciones posteriores influidas por el ejemplo cubano, en las que, por singularidad propia, llama la atención la unión de una parte de la Iglesia, siempre preponderante en Latinoamérica, con ideas izquierdistas, incluso de acción guerrillera, siendo todo un ejemplo de que Latinoamérica es diferente y de que todo lo que llega de influencia a ella pierde su forma original para adoptar otra más acorde con su pasado y su presente; las dictaduras militares, surgidas como respuesta a las revoluciones que, si bien tuvieron apoyo de los EE.UU., también respondían a características típicas de la zona desde el siglo XIX, como la influencia, por ejemplo, del caudillismo; procesos históricos, como el vivido en el Chile de Salvador Allende; los Estados terroristas del cono sur, alimentados desde EE.UU. y también desde el interior por sus propias contradicciones internas; el avispero centroamericano, brillantemente explicado por los dos autores también desde las ópticas tanto interna como externa; el neoliberalismo de la década de los noventa, sus sueños globales y sus desigualdades originarias de guerrillas, fuera ya del marco de una Guerra Fría recién terminada; el giro a la izquierda de muchos países latinoamericanos y la inclusión de grupos sociales hasta entonces apartados de la escena política, como los indígenas, con los claros ejemplos del Brasil de Lula Da Silva, la Bolivia de Evo Morales o el Ecuador de Rafael Correa. Así hasta llegar a un presumible fin de ciclo en el año 2017, año de publicación del libro, y el inicio, dentro de un mundo global, de nuevos escenarios que ya entonces pronosticaban la imprevisibilidad del futuro inmediato. De hecho, este libro nos demuestra, tal vez sin pretenderlo, que hasta hace pocos años la historia de un país y de una región entera como América Latina, podía estructurarse en bloques divididos en lustros o décadas, pudiéndose adivinar el siguiente ciclo sobre la base del nivel de agotamiento del anterior.

En los años posteriores a la publicación de este libro, como ya se apunta en sus últimas líneas, la multiplicidad de actores globales diversos, la irrupción de unas clases medias a menudo descontentas y la continuación de algunas características provenientes del pasado, han hecho que el mundo, y con él América Latina, sea cada vez más difícil de interpretar. En este sentido, algo especialmente valioso que nos aportan los autores, es el análisis de cómo la evolución política y económica sobre un determinado tipo de sociedad provoca una deriva social que pretende negar el proceso anterior, antagonizándolo. Esta enseñanza puede sernos de mucha utilidad en el caótico mundo en el que nos encontramos hoy en día.

De manera muy acertada, Pedro A. Martínez Lillo y Pablo Rubio Apiolaza dan un lugar primordial a las sucesivas uniones de países latinoamericanos: en ocasiones instrumentalizadas, como la OEA; de análisis y de desarrollo, como CEPAL; comerciales, como Mercosur; o mediadores, como el Grupo de Río, solo por poner algunos ejemplos. Ya en 1891 el poeta cubano José Martí, en su ensayo Nuestra América, animaba a los diferentes pueblos americanos a conocerse entre sí, a apreciar sus singularidades y a incluir en sus conceptos de Estado a todo el abanico racial y social de sus estructuras. Lo hacía, precisamente, desde la ciudad de Nueva York, avisando que la visita del vecino del norte estaba próxima y que América Latina debía conocerse y auto respetarse para ser respetada por éste. Para Daniel Cosío, “Antes de la CEPAL no nos conocíamos, estábamos aislados. El gran mérito de la CEPAL fue brindar pruebas de nuestros comunes denominadores”. Así, el sueño de José Martí inició su andadura muchos años después de cuando a él le hubiera gustado, sin ser por ello necesariamente tarde, como lo demostró el que esfuerzos conjuntos, como los acuerdos de Esquipulas II, dieran una lección al mundo de autogestión de problemas internos.

La historia de América Latina seguirá su curso haciendo que el presente sea, tras el momento de ser vivido, nuevo pasado, y con ello una nueva forma de entender su devenir futuro.

Con este libro, Pedro A. Martínez Lillo y Pablo Rubio Apiolaza nos han ofrecido una eficaz herramienta con la que, a través del pasado y sus repercusiones, comprender el presente e imaginar el futuro, pues, por muy impredecible que sea este hoy en día, para descifrarlo habremos de remontarnos siempre a su pasado y a su espíritu.


Resenhista

Rafael Martín Rodríguez – Español. Doctor en Historia Contemporánea, Universidad de Fudan, Shanghái, China. E-mail: [email protected]


Referências desta Resenha

LILLO, Pedro Martínez; APIOLAZA, Pablo Rubio. América Latina actual. Del populismo al giro de izquierdas.  Madrid: Editorial Los libros de la Catarata, 2017. Resenha de: RODRÍGUEZ, Rafael Martín. Revista de Historia y Geografía. Santiago, n.46, p.195-198, 2022. Acessar publicação original [DR]

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