Diplomacia. Historia y presente | Juan Luis Manfredi

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Juan Luis Manfredi | Imagem: NIUS

En un dossier cuyo objetivo era reflexionar sobre la elitización de la historia de la política exterior latinoamericana, el análisis de la diplomacia —tanto la desplegada desde el aparato estatal de los países como la realizada por actores subestatales de los mismos— no podía faltar. Se presentan a continuación dos reseñas que justamente desarrollan los conceptos de diplomacia y paradiplomacia; dos trabajos que coadyuvan a los esfuerzos por clarificar estas actividades propias de la acción exterior de los Estados y de otras unidades de nivel inferior al estatal, que requieren la especial atención por parte de los investigadores e investigadoras de la historia de las relaciones internacionales.

En las siguientes páginas son reseñadas, primero, la monografía sobre diplomacia autoría de Juan Luis Manfredi titulada Diplomacia. Historia y presente (2021), y en segundo lugar, la obra colectiva sobre paradiplomacia compilada por Mariano Alvarez, Mariana Luna Pont y Nahuel Oddone, titulada América Latina Global. Estudios regionales sobre paradiplomacia (2019). Confío en que la lectura de estas reseñas ayude a los interesados en estos estudios a decidirse por considerar y atender estas obras en sus investigaciones; ambos libros, además, constituyen materiales didácticos muy adecuados para la enseñanza y la reflexión teórica en torno a las relaciones internacionales en el nivel universitario.

Manfredi, Juan Luis. Diplomacia. Historia y presente. Madrid: Síntesis, 2021.

En un mundo de creciente globalización e internacionalización de los problemas y los procesos nacionales y locales, el estudio de las relaciones interestatales, de la política exterior o de los aspectos relativos a su funcionamiento y la investigación sobre el mismo, adquieren —y cada día más—, un creciente interés por parte de investigadores y estudiantes de humanidades y ciencias sociales. La diplomacia representa, sin duda alguna, un aspecto fundamental de estas cuestiones, y el análisis pormenorizado de los diferentes elementos y fundamentos relativos a este ámbito de la política y las relaciones exteriores de los Estados se hace perentorio si se quiere construir un método o un esquema de trabajo y exploración sobre la misma.

A este interés coadyuva el libro reseñado, Diplomacia. Historia y presente (216 páginas), publicado en 2021, obra del profesor e investigador español Juan Luis Manfredi, que muy pronto puede pasar a formar parte de los trabajos de referencia básica en la materia para estudiantes y primeros abordajes de la cuestión. El libro se inscribe en la Colección Estudios y Relaciones Internacionales, coordinada para Editorial Síntesis por Pedro A. Martínez Lillo, Catedrático del Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Madrid (España).

Juan Luis Manfredi Sánchez (Sevilla, 1977), es Profesor Titular de la Universidad de CastillaLa Mancha (España), donde imparte docencia en Periodismo y Estudios Internacionales en la Facultad de Comunicación (Cuenca), y en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (Toledo). Experto en Diplomacia Pública, Juan Luis Manfredi es Doctor en Comunicación por la Universidad de Sevilla, escribe sobre relaciones internacionales y diplomacia, comunicación y tecnología, y sobre riesgo político y orden liberal; es también académico del Observatorio para la Transformación del Sector Público en el campus de ESADE-Madrid, y desde 2021 ocupa la Cátedra Príncipe de Asturias en la Universidad de Georgetown, Washington (EEUU).

Manfredi propone en esta obra un trabajo de clarificación y esquematización del concepto de diplomacia y de análisis de la práctica diplomática, un abordaje estructural del ámbito y las dimensiones de esta competencia profesional concreta propia del cuerpo técnico del Estado — dentro del ámbito público de su funcionariado— dedicado a ejercer la representación del mismo, así como a ejecutar las políticas de relación de este con otras instituciones —estatales y de organismos internacionales— en el ámbito de los vínculos exteriores de cada país. El libro, estructurado en tres partes que incluyen un total de once capítulos, incorpora además —en el sentido de ampliar o favorecer el uso didáctico de la obra— un anexo de Casos prácticos al final de cada una de sus tres partes, en los que el autor propone una actividad para estudiantes en la línea de la investigación sobre la diplomacia; además, cada uno de los once capítulos incluye al final del mismo cinco Preguntas de autoevaluación de respuesta múltiple (hay un apartado de soluciones al final de la obra). Estas preguntas de los capítulos, así como los casos prácticos de cada parte arriba mencionados, pueden servir al docente para evaluar a sus estudiantes o para ayudar al alumnado a consolidar lo aprendido sobre la materia.

La primera parte del libro —Por qué estudiar diplomacia— ocupa dos capítulos, centrando la atención en el concepto general de diplomacia, sus principales funciones, una breve historia de la configuración de estos cuerpos profesionales del Estado, así como algunos otros aspectos en torno a la actividad diplomática, como la ética y los valores que rodean al ejercicio de la misma, para el que el autor identifica tres “bienes”: un primer bien social que consiste en el “desarrollo de la condición ciudadana en la sociedad internacional”, que el autor conecta con el derecho a ser ciudadano y con la amplitud o límites de las expresiones de la libertad individual; un segundo bien interno generado también por la ética diplomática que “se concreta en el crecimiento personal del ciudadano, gracias a los servicios y la información” facilitada por los servicios diplomáticos, que “contribuyen al conocimiento del entorno”; por último, aparece un tercer factor beneficioso, el bien externo de la “información fiable”, de modo que la ética diplomática “asegura que las fuentes, las declaraciones o las intenciones son de confianza”, en una situación de desorden informativo e incluso en contextos de intencionada y directa desinformación.

En esta primera parte también se aborda la teoría sobre la diplomacia, para lo que Manfredi propone tres grandes corrientes de pensamiento o grupos de desarrollo teórico que están muy vinculados —como no podía ser de otra manera— con los enfoques, perspectivas o paradigmas de los debates de política internacional propios de la teoría de las Relaciones Internacionales. El autor expone así de manera clara, breve y concisa —inteligible para el joven estudiantado de Relaciones Internacionales o Estudios Internacionales— tres corrientes o paradigmas de la disciplina en cuanto a su enfoque y perspectiva sobre lo que la diplomacia es, o acerca de cómo se construye y se ejecuta en el ámbito de las relaciones internacionales; a saber, el realismo y el idealismo —como principales exponentes del debate teórico tradicional de las Relaciones Internacionales— , y en tercer lugar un conjunto de teorías, métodos y sistemas que Manfredi comprende dentro de la categoría de la heterodoxia, entre las que va a designar a James de Derian como el principal exponente en lo tocante a la reflexión sobre la diplomacia. Así, se describen en esta parte las bases que afectan a la diplomacia desde estos paradigmas, reflexionando y analizando también los obstáculos, insuficiencias o vacíos que cada uno de estos enfoques suponen para el estudio de la diplomacia y/o de su ejercicio.

La segunda parte — El sistema diplomático — aborda a lo largo de cinco capítulos un análisis pormenorizado de la estructura, las dimensiones y el ejercicio sobre el terreno de la diplomacia contemporánea —aquella propia de los Estados modernos—, tanto la diplomacia de naturaleza bilateral, entre Estados y hacia la ciudadanía —ya sea en las Embajadas o en los Consulados—, como la diplomacia multilateral producida en el contexto de la sociedad global (particularmente a través de las organizaciones internacionales).

Resultan particularmente útiles las definiciones que Manfredi dedica a algunos elementos fundamentales para el estudio de la diplomacia, una actividad que a pesar de estar compuesta de una amplia diversidad de tareas, concentra en la práctica —según refiere el autor— dos tipos de funciones: “comunicar al mundo la presencia y los intereses nacionales” de un Estado concreto, y “relacionarse con otros actores en un proceso abierto de negociación e intercambio de posiciones”. La sencillez y precisión con que Manfredi describe esos elementos fundamentales del estudio de la diplomacia antes mencionados confiere a la obra un valor pedagógico primordial: la política exterior como política pública, junto con el análisis de su dimensión y márgenes de acción; la configuración del Ministerio de Asuntos Exteriores como institución que incluye profesionales de nombramiento político y equipos técnicos; la composición, jerarquías y formación profesional del Cuerpo Diplomático, o la conformación de la Embajada como espacio donde se “oficializa la presencia de un Estado acreditado ante el acreditante”, así como su estructura, sus normativas, su organigrama, sus responsabilidades, las limitaciones políticas y jurídicas de la Legación, o las particularidades que tienen las sedes consulares (un “puesto de protección de los intereses comerciales y ciudadanos” carente, empero, de la facultad de representación política del Estado).

En esta parte, se aborda la diplomacia bilateral como una relación de poder básica, que no tiene por qué ser simétrica —a menudo no lo es—, establecida “entre dos países para avanzar en cuestiones de mutuo interés, prevención o agenda compartida”; también analiza la diplomacia multilateral, como “un nivel superior de cooperación”, una técnica diplomática “cuya extensión y formas se han expandido desde 1945 alrededor del denominado sistema de Naciones Unidas”. Sus descripciones de ambos tipos de diplomacia —bilateral y multilateral— permiten discernir entre la naturaleza y características de una y otra, así como la dimensión de la diplomacia de cumbres. Se complementa esta sección en la que se aborda la multilateralidad (capítulos 3 y 4) con el último de los capítulos de esta segunda parte (capítulo 7), específico para la caracterización de las organizaciones internacionales, en el que Manfredi analiza estos organismos y el modelo diplomático que en ellos se despliega por parte de los Estados y otras instituciones, centrando su atención en el funcionamiento del sistema de Naciones Unidas y de la Unión Europea.

Incorpora un capítulo específico (número 5) sobre la diplomacia consular —su fundamento, funciones, codificación y el cuerpo profesional que lo ocupa—, una vinculación exterior que en su opinión “representa la tradición ciudadana y comercial de las relaciones internacionales”, una expresión de la presencia internacional de la ciudadanía de un tercer Estado en territorio extranjero que “durante siglos, al margen del sistema diplomático, sigue a las personas allá donde se desplazan, haya o no reconocimiento político o dinástico”; un fenómeno que para Manfredi resulta de “enorme importancia” para el público nacional desplazado. En el capítulo 6 se analiza con precisión la práctica diplomática y sus principales aspectos (la negociación, las bases para el éxito en la misma, los procedimientos de solución de controversias, el protocolo, etc.).

La tercera y última parte de la obra —Retos contemporáneos— afronta la actualidad de la cuestión en cuatro capítulos que recorren los nuevos actores diplomáticos en el sistema internacional, la especialización temática en el ambiente diplomático, así como las características de esta diplomacia en el ámbito de las ideas y las particularidades que afectan a la misma en un mundo de cambio y aceleración del tiempo histórico que incluye a la vez progresos, dosis de nostalgia, procesos de globalización y desglobalización, y que se ha visto afectado además por profundas transformaciones tras la pandemia de la covid-19.

El capítulo sobre nuevos actores diplomáticos — número 8 — resulta particularmente importante para quienes realizan estudios de diplomacia actual o de historia reciente; emergen aquí fundamentos de la diplomacia en red como una diplomacia cuya titularidad ha dejado de monopolizar el Estado, que observa cómo “otros actores actúan con arreglo a los principios y propósitos diplomáticos, con o sin cobertura jurídica”, funcionando cada uno de estos actores “según su agenda y recursos. El capítulo 9 se centra en un tipo de actor no estatal —las empresas globales o las multinacionales— que a pesar de no ser actores novedosos en las relaciones internacionales sí tienen la característica de no ser actores estatales; Manfredi desarrolla aquí la caracterización de la diplomacia corporativa como un fenómeno fundamental para comprender y explicar los procesos y conflictos de la globalización económica, así como también para conectar estas organizaciones multinacionales — hoy privadas — con los procesos históricos de colonización de los Estados —lo que las conecta también con la naturaleza pública de esas actividades coloniales —, de modo que en su opinión la diplomacia corporativa “consiste en el desarrollo instrumental de la estrategia que ordena la relación con los poderes públicos y privados ante los cambios internacionales”, con el objetivo de “generar confianza, incrementar la reputación y gestionar la influencia política y social” de estas empresas y los Estados. Analiza también las relaciones que se producen en las grandes concentraciones poblacionales globales —diplomacia urbana— la diplomacia vinculada a las organizaciones no gubernamentales y, entre estas, también a aquellas de carácter ilícito, como grupos insurgentes u organizaciones terroristas.

El capítulo 9 es uno de los mayores aportes del libro, al clarificar conceptualmente cuatro aspectos o secciones de la diplomacia que tienen que ver con la especialización del ámbito del relacionamiento exterior de los Estados, campos de estudio que están muy en boga, además de tratarse de aspectos de la diplomacia que en las últimas décadas se han intensificado mucho —e incluso son prioritarios— para muchos Estados y/o Gobiernos: la diplomacia pública, la diplomacia cultural, la diplomacia científica y la diplomacia económica o comercial, constituyen el objeto de análisis de este antepenúltimo capítulo. El esfuerzo de Manfredi por identificarlas, caracterizarlas y diferenciarlas —tratándose de aspectos muy relacionados entre sí, a menudo confundibles, e inclusive intercambiables en algunas ocasiones— constituye un elogiable ejercicio pedagógico por ponderar los elementos fundamentales que constituyen esos cuatro campos o fenómenos específicos de la diplomacia de los Estados.

Los dos últimos capítulos recogen la diplomacia en el mundo de las ideas —liderazgo político, diplomacia digital, vinculación com el periodismo— y las características de la diplomacia actual, así como la proyección de esta actividad en un mundo en constante cambio (incluyendo un epígrafe sobre la aceleración de las transformaciones de la política y relaciones internacionales que ha supuesto la pandemia de covid-19). Afirma Manfredi que “la diplomacia que viene tendrá que adaptarse a un orden internacional del que apenas sabemos nada”, lo que él denomina “diplomacia para la incertidumbre”; la invasión en marcha de Ucrania por parte de la Federación de Rusia bajo el gobierno de Vladimir Putin —cuando se termina de escribir esta reseña— no hace sino intensificar esa incertidumbre.

En el carácter esquemático, sintético y de lectura clara y aseada radica el principal valor del libro, concebido para ser utilizado como manual de enseñanza sobre diplomacia, permitiendo el abordaje pormenorizado y concreto de los diferentes aspectos, elementos y dimensiones del estudio de la actualidad y la historia de este aspecto de las relaciones internacionales. La obra Diplomacia. Historia y presente, autoría de Juan Luis Manfredi, constituye un trabajo de indudable utilidad pedagógica; sin embargo, también resulta muy práctico y de conveniente consulta al investigador o investigadora profesional de la historia y presente de las relaciones internacionales que busque en este libro definiciones precisas para referenciar conceptos concretos sobre diplomacia, o para encajar las piezas del puzle del servicio exterior de los Estados en el marco de investigaciones más amplias del estudio de las relaciones internacionales.

Alvarez, Mariano, Luna Pont, Mariana y Oddone, Nahuel. América Latina Global. Estudios regionales sobre paradiplomacia. Provincia de Buenos Aires: EDUNTREF, 2019.

En las últimas décadas la paradiplomacia está cada vez más presente en los debates académicos y en las discusiones teóricas de la disciplina de estudio de las Relaciones Internacionales, desplazando día a día al actor estatal-centralizado de los análisis del sistema internacional, y buscando un esquema de estudio mucho más coral y plural entre los actores —subestatales— que intervienen y definen las relaciones diplomáticas en el sistema internacional.

Así, fruto de una de esas discusiones —el encuentro en Nueva York durante el XXXIV Congreso de la Latin American Studies Association (LASA), en mayo de 2016 —, surgió el proyecto que dio lugar a esta obra compilada por Mariano Alvarez, Mariana Luna Pont y Nahuel Oddone, y editada en la Provincia de Buenos Aires (Argentina) por EDUNTREF (Editorial de la Universidad Nacional de Tres de Febrero). El objetivo del nutrido grupo de autores y autoras que colaboran en la publicación que aquí se presenta, titulada América Latina global: estudios regionales sobre paradiplomacia (2019, 318 páginas), es el de sistematizar, dar visibilidad y favorecer la difusión de los estudios sobre la cuestión realizados desde la propia región; con ello pretenden, además, sumar estos aportes al conocimiento acumulado sobre paradiplomacia y acciones internacionales o transnacionales descentralizadas de actores locales o regionales de América Latina, y coadyuvar al desarrollo de una comunidad epistémica regional dedicada al estudio sistemático de los fenómenos y procesos de internacionalización de gobiernos cuyas acciones decisorias y ejecutivas no sean de carácter centralizado.

A través de los diez capítulos de que se compone la obra —a los que se añaden la introducción y el epílogo de los compiladores de la publicación—, investigadores e investigadoras de Argentina, Brasil, Chile y México ofrecen un compendio de trabajos sobre paradiplomacia y actores locales con vocación transnacional en la región latinoamericana. Tal y como afirman Alvarez, Luna Pont y Oddone en la introducción del libro al decir que la paradiplomacia “constituye un campo de estudio nutrido desde diversas perspectivas disciplinares”, los distintos trabajos compilados confirman esta situación, y constituyen una pléyade de enfoques, perspectivas, selección de actores y metodologías de trabajo propia de un campo de estudio en expansión y aún poco constreñido por los consensos académicos rígidos y los paradigmas teóricos cerrados sobre sí mismos; esto revela que se trata, en efecto, de un fenómeno “aún poco estudiado y cuyo potencial no ha sido develado por completo”.

El primero de los capítulos —titulado Paradiplomacia en América Latina: reflexiones teóricas desde cinco perspectivas, y que resulta de lectura fundamental— es también autoría de los tres compiladores del libro, y recoge las cinco perspectivas teóricas desde las que en la obra son abordados los conceptos y actividades propios de la paradiplomacia regional latinoamericana actual; este capítulo inicial permite asimismo la comprensión holística de la compilación, al funcionar además como encuadre teórico de la obra en su conjunto. Afirman Alvarez, Luna y Oddone que los trabajos de los últimos años sobre la cuestión revelan que la búsqueda de un marco analítico propio para el campo de estudio de la paradiplomacia continúa adoleciendo de consenso teórico; aunque confiesan que solucionar esta situación excede sus objetivos, es destacable que la sistematización realizada en este capítulo de los trabajos teóricos que abordan la cuestión les permite, además de establecer esas cinco grandes perspectivas usadas por los investigadores de la actividad paradiplomática en América Latina, poner una primera piedra en el proceso de construcción de una teoría particular y adecuada al campo de estudio concreto propio de la paradiplomacia. Asumen, en todo caso, que estos cinco enfoques “no constituyen un marco teórico orgánico”, pero que permiten entender y agrupar las diferentes perspectivas de modo que los investigadores e investigadoras de la cuestión puedan ver sus aportes reflejados en trabajos de otros colegas de la región, y ponerlos en diálogo con estos.

Esos cinco grupos de enfoques o perspectivas teóricas de los estudios sobre paradiplomacia detectados por Alvarez, Luna Pont y Oddone entre la literatura especializada son los siguientes: 1) los que tienen que ver con un actor internacional; 2) los relacionados con análisis de política exterior y con los procesos de toma de decisiones; 3) los que se enfocan en el desarrollo territorial; 4) aquellos que ponen el acento en los fenómenos de integración regional; y 5) los estudios sobre paradiplomacia desde los enfoques de gobernanza. A lo largo de casi una treintena de páginas, los autores abordan de manera clara y específica estas cinco perspectivas, aportando los nombres de los investigadores —así como referencias a sus obras— que componen y que sustentan esa clasificación teórico-metodológica de la paradiplomacia; se trata de un trabajo de organización, sistematización, catalogación y referenciación sensacional, con más de ciento veinte entradas de bibliografía entre sus referencias —algo inusual en un artículo de esta naturaleza—, que le confiere al capítulo el merecido estatus de estado de la cuestión o de estado del arte sobre la paradiplomacia latinoamericana (y también global en muchos aspectos). Este trabajo será —a juicio de quien suscribe—, un texto fundamental y de referencia básica entre los investigadores hispanohablantes que analicen cuestiones de paradiplomacia durante la próxima década, y sin duda alguna deberá estar entre las lecturas recomendadas por los docentes a estudiantes de teoría de las relaciones internacionales y estudios sobre diplomacia en general.

La perspectiva del actor internacional permite apreciar cómo los gobiernos no centrales han ido adquiriendo presencia y relevancia concreta en la política mundial; mientras que la definición tradicional de actor internacional constreñía su selección a aquellos conceptualizados jurídicamente como sujeto de derecho internacional público, el enfoque transnacional y la emergencia de actores nuevos en el ámbito global hizo necesario disociar aquella definición clásica para hacerla más amplia, permitiendo la inclusión de nuevos actores internacionales, y entre estos aquellas unidades subestatales con presencia, voz o actividad en la política mundial.

La perspectiva de análisis de la política exterior y la toma de decisiones agrupa aquellos trabajos cuyos enfoques ponen el foco en los elementos que conectan la política exterior estatal con las agendas, intereses o actividades de actores de diferentes niveles de gobierno que terminan actuando como agentes participantes de la discusión y los espacios de decisión sobre política exterior; con ello se evidencia una diversificación y también una mayor complejidad en el proceso decisorio del control de los asuntos internos con implicaciones internacionales por parte de aquellos gobiernos no centrales que despliegan estas políticas de intervención multipolar y multinivel.

El tercero de los enfoques sobre paradiplomacia aglutina los estudios que tienen como centro de la discusión el análisis desde una perspectiva del desarrollo territorial; estos, y en especial aquellas investigaciones realizadas desde la óptica de la economía política internacional, ofrecen una lectura distinta de la paradiplomacia, que aparece como un factor que coadyuva al desarrollo de la propia comunidad local interviniente. Esta actividad paradiplomática, aunque no siempre está enfrentada con las líneas desplegadas desde el nivel central de gobierno, tampoco depende de este, teniendo autonomía o agencia suficiente para ser considerada aparte del mismo.

Los aportes desde la perspectiva de la integración parecen formular para los estudios de paradiplomacia una doble visión del rol que esta juega en los procesos y fenómenos puntuales de vinculación entre los países o de interacción entre los diferentes actores y niveles subestatales. Se observa aquí cómo los gobiernos no centrales se involucran en los esquemas de integración regionales, tratando de que sus intereses particulares o sus agendas locales se vean también representados en procesos más amplios del relacionamiento internacional de su país.

El quinto y último de estos cinco grupos de enfoques sobre paradiplomacia es la perspectiva de la gobernanza, perspectiva desde la cual se visibiliza y valora la relevancia adquirida por la paradiplomacia a la hora de expresar y movilizar los reclamos de la ciudadanía de cada país. Esta perspectiva aglutina los trabajos que abordan la paradiplomacia como conducto de la manifestación popular-ciudadana, así como articuladora de las políticas públicas con implicación en el ámbito exterior.

Los capítulos que vienen a continuación en la obra son precisamente expresión concreta — cada uno de ellos— de una o varias de estas cinco diferentes perspectivas o grupos de enfoques sobre la paradiplomacia. Por razón de la limitada extensión de esta reseña no vamos a poder entrar aquí a analizar en detalle los nueve capítulos de estudios de caso que se presentan tras la parte introductoria de la obra, pero los dejaremos mencionados para comodidad del lector o lectora que desee revisar las temáticas generales, los asuntos concretos, los actores enfocados, la cronología de los estudios, o el ámbito territorial de estos nueve trabajos sobre paradiplomacia latinoamericana que se presentan en el libro a partir de su segundo capítulo: Capítulo 2 “De IULA a CGLU: municipalismo internacional, narrativas y momentos”, de Mariana Luna Pont; Capítulo 3 “El rol de las autoridades locales en la implementación de la Agenda del Empleo Decente de la OIT”, de Maité Llanos; Capítulo 4 “La construcción de ciudades modelo y su inserción internacional”, de Ray Freddy Lara Pacheco; Capítulo 5 “La marca ciudad y la paradiplomacia urbana”, de Zidane Zeraoui y Fernando Rey; Capítulo 6 “Intermunicipalidad y cooperación internacional en Argentina”, de Daniel Cravacuore; Capítulo 7 “La paradiplomacia en el escenario brasileño: el caso de Porto Alegre”, de Vanessa Marx; Capítulo 8 “Reseteando la integración regional mercosureña desde la paradiplomacia transfronteriza: ¿aún estamos a tiempo?”, de Nahuel Oddone; Capítulo 9 “En búsqueda de institucionalizar la paradiplomacia: la experiencia argentino-chilena”, de Mariano Alvarez; y Capítulo 10 “Integración Regional Transfronteriza. El caso de San Juan (Argentina) y Coquimbo (Chile)”, de Javier Díaz Bay.

El lector o lectora interesada encontrará en cada uno de estos nueve estudios de caso elementos teóricos concretos para situaciones o fenómenos individualizados específicos, de diferentes temas, ámbito territorial y nivel de desarrollo de la actividad paradiplomática. Estos capítulos resultan asimismo particularmente representativos de esa amplitud, diversidad y dispersión de los estudios sobre aspectos de la paradiplomacia regional latinoamericana, unos estudios que Mariano Alvarez, Mariana Luna Pont y Gabriel Oddone se han propuesto ordenar y sistematizar en esta obra, dando a la paradiplomacia un espacio de debate epistemológico y una reflexión teórica que resulta fundamental para el avance de este campo de estudio de las relaciones internacionales pasadas y presentes.

Si como afirman los compiladores de esta obra, la agenda de investigación en materia paradiplomática “puede ser considerada todavía una agenda incipiente de investigación teórica”, y la comunidad latinoamericana sobre paradiplomacia se encuentra todavía “lejos del proceso de socialización que se produce a partir de la institucionalización de las influencias generadas desde las comunidades epistémicas”, es justo replicar que, con esta obra, esos déficits de formulación integrada acerca de los estudios sobre paradiplomacia, así como esos desafíos teóricos sobre la cuestión se encuentran ahora mejor cubiertos que antes de aparecer esta publicación.

Referencias

ALVAREZ, Mariano, LUNA PONT, Mariana y ODDONE, Nahuel. América Latina Global. Estudios regionales sobre paradiplomacia. Provincia de Buenos Aires: EDUNTREF, 2019.

MANFREDI, Juan Luis. Diplomacia. Historia y presente. Madrid: Síntesis, 2021.


Resenhista

Eduardo Tamayo Belda – Candidato a doctor por la Universidad Autónoma de Madrid (España), graduado en Historia por esta misma universidad, y magíster en ciencia política por la Universidad Nacional de Asunción (Paraguay). Varias de sus publicaciones giran en torno a las relaciones bilaterales entre España y Paraguay durante la Guerra Fría, así como sobre la política exterior y la diplomacia paraguayas desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Ha participado como ponente, organizador y asistente en seminarios, congresos y otros encuentros académicos en España, Paraguay, y otros países de Europa y América Latina. En 2017 obtuvo un contrato FPU del Ministerio de Educación español, gracias al cual realiza su tesis doctoral sobre la historia de las relaciones hispanoparaguayas durante la Guerra Fría. Además, es Coordinador del Comité de Edición de la revista Relaciones Internacionales y es también parte del Comité Editorial, como responsable del Área de Siglo XX, de la Revista Historia Autónoma, ambas publicaciones científicas regulares de la Universidad Autónoma de Madrid. Asimismo, fue impulsor del proyecto y fundador de la revista estudiantil Autónoma Internacional, publicación académica anual de la que es Coordinador. E-mail: [email protected]  https://orcid.org/0000-0003-0686-5729


Referências desta Resenha

MANFREDI, Juan Luis. Diplomacia. Historia y presente. Madrid: Síntesis, 2021. ALVAREZ, Mariano; LUNA PONT, Mariana; ODDONE, Nahuel.  (Orgs.). América Latina Global. Estudios regionales sobre paradiplomacia. Provincia de Buenos Aires: EDUNTREF, 2019. Resenha de: TAMAYO BELDA, Eduardo. Diplomacia y paradiplomacia: actores, enfoques y desafíos de un campo de estudio en expansión. Locus: Revista de História. Juiz de Fora, v. 28, n. 1, p. 334-344, 2022. Acessar publicação original [DR]

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