Historias urbanas de ciudades intermedias de América Latina | Anuario de Historia Regional y de las Fronteras | 2022

Project Name Renovation of the Alameda Park Jojutla Imagem Archidaries
Project Name: Renovation of the Alameda Park, Jojutla | Imagem: Archidaries

1. Introducción

Cuando fuimos invitados a coordinar un dossier sobre Historia urbana no teníamos claridad sobre el enfoque de este, pero sí sabíamos que queríamos tener la oportunidad de conocer casos y trayectorias de ciudades que no fuesen capitales nacionales o sobre las cuales hay mayor investigación historiográfica. Optamos por hacer una convocatoria amplia bajo la denominación de “ciudades intermedias”, sin una definición taxativa de tal categoría y preguntándonos, además, por su pertinencia para el campo latinoamericano.

Algunos elementos acompañaron la orientación inicial: la noción de “intermedia” significa que está en el medio de, al menos, otros dos elementos, en este caso de dos tipos de ciudades: unas mayores o más grandes, y otras, menores o más pequeñas. Por tanto, la noción de ciudad intermedia lleva implícita la idea de su pertenencia a una red jerarquizada, y a la necesidad de abordar su estudio teniendo en cuenta la noción de escala espacial, idea según la cual algunas dinámicas, actores y procesos no solo se ven de manera diferente respecto el nivel de detalle con el que observemos, sino a que ciertos elementos pueden ser particulares a determinadas situaciones territoriales.

Dicha noción la han resaltado connotados historiadores como Fernand Braudel, quien, en su texto sobre la lenta emergencia y consolidación del capitalismo en Europa, señala como una de las máximas características de los centros urbanos, su pertenencia a un sistema urbano-regional. Dice el historiador francés que una ciudad jamás se presenta sin el acompañamiento de otras ciudades.1 Por su parte, Bernard Lepetit ha destacado el cambio de escala de observación como uno de los componentes fundamentales de la historia urbana, donde las dinámicas no pueden entenderse intrínsecamente, sino que, por el contrario, siempre una ciudad en conexión con otras, como puntos de apoyo, relevos o rivales.2

En el caso latinoamericano, Carmagnani ha mostrado también que la aproximación a las dinámicas urbanas desde una perspectiva de articulaciones entre ciudades es necesaria para desafiar la tendencia a ver sólo cada centro urbano en su particularidad. El historiador argentino también resalta cómo la noción de red o sistema urbano-regional no debe verse desde una perspectiva en la cual las diferentes escalas están lineal u orgánicamente integradas. Más bien, con su estudio sobre la organización espacial en los virreinatos de Nueva España y del Perú, plantea que las relaciones entre ciudades indianas de diferente índole y de estas con la metrópoli española deberían estudiarse desde la noción de asociación más que desde la noción de control.3

Otro asunto que teníamos como premisa inicial fue la necesidad de considerar la variable temporal en el estudio de las ciudades intermedias. Por ejemplo, varios de los grandes centros urbanos, capitales de los imperios coloniales que tuvieron un papel protagónico en las redes de comercio mundial en los siglos XVII y XVIII, fueron perdiendo importancia con el relevo de nuevas ciudades y polos de crecimiento, incluso hasta quedar “estancadas” y “varadas” en ciertos momentos históricos. Fabio Zambrano y Olivier Bernard han analizado las transformaciones que supuso en las diferentes redes urbanas regionales colombianas los cambios económicos y políticos a lo largo del siglo XIX y que implicaron el relevo de importantes centros urbanos coloniales como Popayán, Santa Fe de Antioquia y Cartagena por otros más dinámicos como Cali, Barranquilla y Medellín, cuya importancia se consolidó en el siglo XX.4 En este sentido, la pregunta por las transformaciones en el tiempo y la necesidad de la mirada de larga duración, significó un llamado a no definir a priori el carácter de una ciudad, sino a situarla en su dinamismo, a través de lecturas sincrónicas y diacrónicas.

2. ¿Vale la pena hablar de ciudades intermedias desde/ para/ en la historia urbana?

No obstante, estas apreciaciones generales, en la búsqueda sobre reflexiones historiográficas acerca del concepto de “ciudad intermedia”, encontramos que esa categoría no ha sido objeto de discusión sistemática desde la historia urbana latinoamericana, aunque cada vez más aparecen valiosos aportes desde estudios de caso que nutren la discusión.5 Asimismo, consideramos que es posible y pertinente introducir de manera explícita la noción de “ciudad intermedia” en las discusiones historiográficas latinoamericanas.

La emergencia y consolidación de ese término ha provenido de la economía, la demografía y la geografía para aludir a la importancia económica y política nacional de centros regionales, algunos especializados en algún sector o producto, como consecuencia de la intensificación de los intercambios al interior de los países en el periodo posterior a la segunda posguerra del siglo XX.6 De hecho, al finalizar el siglo XX se publicaron en Europa, y principalmente en Francia, varios textos de geografía y políticas de planeación donde se estudiaba el fenómeno de la ciudad intermedia (la ville-moyen) debido a la oportunidad que suponía para la economía de mercado la presencia de estos centros urbanos en el contexto de externalidades urbanas generadas por la interacción en red.7

A pesar de ello, algunos autores han expresado la indefinición de la noción de ciudad intermedia, pues no lograban establecer criterios, ni cuantitativos ni cualitativos, para alcanzar un consenso en el concepto.8 Esta característica permite deducir, a nuestro modo de ver, que no serán los límites cuantitativos los que definirán a este tipo de ciudades. Tanto los aspectos estadísticos como la demografía, los indicadores de productividad, tamaño o primacía, son relativos al momento de compararlas en diversas escalas espaciales o temporales. Por esta razón nos inclinamos por considerar que la definición proviene de aspectos cualitativos como su posicionamiento frente a la red de ciudades que las circunda, su papel en las diversas dinámicas sociales, culturales, económicas y políticas, así como la historicidad que cargan desde su pasado o la construcción de su significado simbólico en relación a las demás ciudades de su contexto más inmediato.

Otro ejemplo es el de Günter Mertins, quien conceptualiza, desde la geografía, la “ciudad mediana latinoamericana”, o “ciudad intermedia”. El autor alemán plantea, en primer lugar, que no existe una definición ni un consenso para acotar la ciudad intermedia, de hecho, existen diferentes formas de nombrarlas: “ciudades secundarias” (secondary cities), “centros urbanos intermedios” (intermediate urban centres), o “ciudades de tamaño medio” (medium-size cities o middle level cities), son algunas de ellas. En segundo lugar, muestra que se ha planteado el criterio del número de habitantes para asignar las categorías a los centros urbanos, sin embargo, es claro que esta variable no puede ser la única en determinar la importancia de una ciudad dado que siempre será relativo y acorde al contexto espacial y temporal al cual se esté haciendo referencia. Así, en tercer lugar, llega a concluir que para definir las ciudades medias hay que tener en consideración las siguientes variables: tamaño (número de habitantes), velocidad del crecimiento (determinada por la expansión poblacional y espacial), tamaño del “hinterland” (región circundante), funciones como centro (importancia regional en materia de servicios públicos, privados y de distribución), e importancia en la red vial regional e interregional.9

Retomando el tema de la emergencia del concepto de “ciudad intermedia”, debemos recordar que la segunda mitad del siglo, denominado de diferentes formas en la literatura académica, se caracterizó por el fortalecimiento de los mercados nacionales, lo que llevó a redes urbano-regionales más sólidas y, en el caso latinoamericano, la aceleración de las migraciones del campo a las ciudades. En América Latina, este modelo implicó la concentración demográfica, económica y política en unos pocos centros urbanos en la mayoría de los países, con las excepciones más claras de Brasil y Colombia.10

El paulatino cambio de ese modelo de desarrollo nacional, desde la década de los años ochenta y con mayor fuerza desde los años noventa del siglo XX, con el llamado “giro neoliberal”, impuso cambios importantes en las dinámicas interurbanas, modificando las relaciones de jerarquía previas. En la mayoría de países de la región, ciudades que no habían sido tan dinámicas en la fase anterior comenzaron a ganar relevancia por cambios en las dinámicas productivas regionales y de las nuevas demandas internacionales, ya que en esta nueva fase de “globalización”, las articulaciones entre las regiones y el resto del mundo han tendido a ser menos “centralizadas”. En ese contexto, el término de “ciudad intermedia”, “mediana”, “intermedia”, se ha posicionado en el ámbito académico y de políticas públicas no solo en América Latina, sino a nivel mundial.11

Un informe de 2017 de las Naciones Unidas sugiere considerar dentro de esta categoría todo centro urbano que tenga como mínimo 50.000 habitantes y como máximo un millón de personas.12 Esta definición basada únicamente en criterios poblacionales ha sido criticada por simplista, a pesar de su indudable aporte a visibilizar la existencia de una multiplicidad de centros urbanos que retratan diversas realidades. Se han propuesto entonces acercamientos que combinen criterios económicos y políticos en los que pueda comprenderse mejor la participación de este tipo de ciudades en redes cada vez más densas y complejas. De hecho, una tesis de geografía de Brasil propone complementar la noción de jerarquía urbano-regional, que ha sido central para la comprensión de los sistemas urbanos nacionales, con la de heterarquía, término por el cual el autor quiere resaltar que no todas las relaciones entre centros urbanos son de carácter vertical y lineal, sino de asociación y articulación que se establecen de manera dinámica y cambiante.13 No deja de llamar la atención esta propuesta con las indicaciones trazadas por Carmagnani y citadas arriba, aunque solo sea para señalar cómo la historiografía urbana puede nutrir también el debate contemporáneo sobre la relaciones interurbanas y regionales, ayudando, entre otras, a debatir la supuesta novedad de la complejidad de las relaciones urbanas en la “globalización” contemporánea.

Antes mencionamos que la condición “inter”, el estar entre, al menos, otros dos núcleos urbanos, no es una situación particular a los últimos cincuenta o sesenta años, de hecho, es un rasgo detectable desde hace varios siglos y en diferentes civilizaciones. Así que, en principio, consideramos válido el término de ciudad intermedia su uso para expresar la existencia de diferentes tipos de asentamientos urbanos que tienen relaciones y que pueden articularse o no en redes regionales, provinciales o incluso continentales.

Ahora bien, el criterio demográfico. La progresiva urbanización del planeta ha llevado a que los criterios para que un asentamiento humano se considere como ciudad sea cada vez más alto, si bien no existen consensos y dependiendo de las condiciones nacionales las jerarquías demográficas varían. Desde un enfoque histórico sólo queremos insistir en lo planteado por Fernand Braudel quien llamaba la atención sobre lo difícil de establecer una división basada solo en los criterios poblacionales para establecer si un asentamiento humano es o no una ciudad, y reclamaba que la historia urbana debería ampliar su estudio hasta límites mínimos, incluso de unos cuantos cientos de habitantes.14 Independientemente de los criterios para definir una ciudad intermedia, en todo caso, no debemos olvidar los elementos básicos de cualquier centro urbano: la división social del trabajo, su papel como punto de intercambio de productos, su papel como centro de poder y administración sobre un espacio mayor, su articulación con una red urbana.15

Otra consideración acerca de los aportes que puede suponer hablar de ciudades intermedias desde la historia urbana tiene que ver con asumir la heterogeneidad del fenómeno urbano en América Latina como punto de partida y, más que establecer periodizaciones, procesos o grados de atraso y desarrollo siguiendo casos emblemáticos, es importante buscar las trayectorias propias, atravesadas tanto con las condiciones de posibilidad local, como con las interacciones nacionales y geopolíticas. Es el caso de la Amazonia colombiana, para la que estudios recientes proponen desmitificar su imagen como un espacio despoblado o caracterizado por la “ruralidad”, y dar cuenta de la amplia diversidad de espacios urbanos que abarca, trascendiendo la categorización bajo criterios demográficos, administrativos o funcionales.16 En este contexto, cabe señalar que en muchas ocasiones el énfasis en las miradas locales e interregionales olvidan los procesos de urbanización.

Sin querer zanjar la cuestión, sino más bien para suscitar el debate queremos terminar esta sección con una definición de ciudad intermedia desde la historia urbana. Proponemos referirnos como tal a aquel asentamiento que, en función del periodo que se considere, estuvo o está asociado o articulado con otros asentamientos, con algunos de los cuales se tuvo una relación de dominio, aunque con otros se encuentra o encontraba relacionado en una condición subordinada, bien sea en términos político-administrativos, económicos o militares. Es importante insistir en la noción de asociación o articulación, en la medida que no implica una relación lineal ni completamente jerárquica que sitúa a las ciudades intermedias como la “bisagra” entre las “grandes” y las “pequeñas” (o aún el campo).

Esta definición es amplia, en tanto pueden existir diferentes niveles dentro de esa situación intermedia, y dinámica, en cuanto puede variar tanto sincrónica como diacrónicamente. A pesar de lo difusa que pueda ser esta aproximación, consideramos que es útil en tanto ayuda a descentrar el acercamiento a las grandes ciudades que ha tenido la historiografía urbana. A continuación, presentamos los casos que integran este dossier y que pueden ayudar a ilustrar mejor la noción de ciudad intermedia acá expuesta.

3. Las ciudades intermedias presentes en el dossier

Este número especial está conformado por siete textos, que, desde varias perspectivas temporales y escalas de análisis, hacen un recorrido por algunos de los tópicos que se están trabajando en la actualidad en el campo de la historia urbana latinoamericana y que aportan a los debates sobre las ciudades intermedias. Un primer bloque está compuesto por tres artículos que eligen la perspectiva de la larga duración para dar cuenta de las formas de ocupación del espacio y de los diversos imaginarios y representaciones frente a estos procesos de poblamiento. El segundo bloque está conformado por cuatro trabajos que ponen el foco en periodos cortos, para profundizar en determinadas cuestiones, en especial los que tienen que ver con las relaciones de poder y organización del estado local.

Como parte del primer bloque, María Rodríguez propone una perspectiva de larga duración para la comprensión de la ciudad de Jojutla, Estado de Morelos, México, que articula las dimensiones sincrónicas y diacrónicas en el proceso de configuración histórica desde el siglo XVI hasta la actualidad. A propósito, utiliza la noción de periurbano como una forma de trascender la dicotomía rural/urbano, campo/ciudad y encontrar otra manera de analizar formas de ocupar y organizar el espacio, en lugares con trayectorias rurales y en una complejidad de interacciones y coexistencias. A través del contraste entre la información proveniente de fuentes históricas y etnográficas, muestra la importancia de las transformaciones internas de las ciudades intermedias, que estuvieron acompañadas con la construcción de redes socio territoriales y fueron ganando relevancia en las dinámicas regionales.

Por su parte, Felipe César Augusto Silgueiro dos Santos, presenta el proceso de producción del espacio urbano de la ciudad de Ribeirão Preto, ubicado en el nordeste del Estado de São Paulo, Brasil y catalogada como una ciudad “média”, también en una perspectiva de larga duración. Sus inicios se sitúan a comienzos del siglo XIX de la mano de iniciativas religiosas pero que, como va mostrando el autor, se fueron desplegando intereses económicos para aprovechar la demanda de café brasilero que se comenzaba a hacer en el exterior. Identificando tres momentos, se describen los cambios experimentados hasta la actualidad, en relación con la red regional de São Paulo y explorando tanto los cambios internos como la interacción con ciudades mayores. Este es un punto interesante ya que aporta a las reflexiones de lo que se ha llamado “red urbana brasileña” y que se constituyen en un caso propicio para el debate sobre la categoría de “ciudades intermedias”.

El artículo de Luis Rubén Pérez se dedica a estudiar cómo juegan los significados sociales a la hora de definir el momento de la “fundación” de la ciudad de Bucaramanga, actual capital del departamento de Santander, Colombia y la quinta área metropolitana del país. En el 2022 se conmemoran los 400 años de su fundación, aunque sería inexacto decir que se celebra el cuarto centenario de su fundación como ciudad. En este sentido, Pérez problematiza la categoría de “fundación” y los usos sociales de la misma, ya que, a través de un rastreo documental en diversos materiales, muestra cómo Bucaramanga apenas fue fundada como ciudad en 1765, pues en 1622 lo que se estableció fue un pueblo de indios. A la par, reconstruye cómo, a inicios del siglo XX, en medio de un proceso de búsqueda de reconocimiento regional y local en el marco nacional, hubo una resignificación de este pueblo de indios.

En el segundo bloque, las contribuciones sobre Concepción, Chile; Río Cuarto y La Pampa, en Argentina, y Bucaramanga, Colombia, muestran un interés por las dinámicas internas de las ciudades en el periodo 1880-1930, donde como recuerda Germán Mejía Pavony17, hay un anhelo de construcción de ciudad moderna, a lo que se suman los cambios en las elites de gobierno urbano y la búsqueda de su legitimidad; las transformaciones en la forma urbana, así como los cambios económicos e inicios de la industrialización, que tuvieron un funcionamiento diferenciado y particular en cada ciudad.

Enfocado en el período colonial chileno y en las sociedades fronterizas, desde el caso del cabildo de Concepción, Manuel Ramírez muestra las disputas y articulaciones entre los diversos poderes locales entre las décadas de 1787 y 1819, un momento de reformas y reconstrucción de la institucionalidad municipal y su relación con los órganos de poder monárquico. En su recorrido, destaca cómo la ciudad de Concepción se convirtió en uno de los epicentros de la escena política del reino, ligado a su posición estratégica en el Pacífico Sur y en la frontera hispanomapuche y el desempeño económico que experimentó durante el último cuarto del siglo XVIII con las exportaciones de trigo y expansión de otros mercados.

Esta pregunta por los poderes locales y sus tensiones o negociaciones con el gobierno central, es otra de las líneas de trabajo que ha despertado interés en los últimos años en el campo de la historia urbana. Tema que cobra mayor relevancia cuando se trata de desentrañar las condiciones particulares de funcionamiento de los poderes en los gobiernos locales, que, por supuesto, no se escapan de lógicas nacionales y globales, pero que cuando se cambia el foco de análisis dejan ver otros matices y funcionamientos.

En este mismo campo dedicado al funcionamiento de los organismos de poderes locales, Lucía Romina Maza en su artículo sobre las burocracias municipales en la ciudad de Río Cuarto, busca mostrar cómo la penetración del estado nacional no fue un proceso lineal y unívoco en el territorio argentino. Al contrario, desde los archivos locales y un foco municipal, reconstruye las experiencias de la profesionalización y la institucionalización de la Oficina de Obras públicas entre las últimas décadas del siglo XIX y la primera del siglo XX. Entre otras cosas, destaca la variedad de agencias y profesiones que marcan unas trayectorias propias, influidas desde otras escalas, pero con particularidades como la agencia de nuevos profesionales formados en los campos de la ingeniería y el urbanismo, diversificando y problematizando la concepción del Estado como un bloque homogéneo.

Este cambio de escala y foco de observación desde los procesos locales, es clave para la historia urbana y el debate que proponemos sobre las ciudades intermedias en el presente dossier, ya que en muchas ocasiones la historiografía señala como punto de partida las experiencias de las capitales y centros provinciales, queriendo acomodar las trayectorias de territorios medianos y pequeños, y, por esta vía, invisibilizando las particularidades, agencias y otros caminos.

Siguiendo esta línea de análisis en los poderes locales, pero adentrándose en las primeras décadas del siglo XX y en grupos políticos concretos, Paula Laguarda se interesa por las propuestas impulsadas por los socialistas en el Consejo Municipal de Santa Rosa, en La Pampa, Argentina, para ese momento Territorio Nacional. Las propuestas de modernización urbana estuvieron centradas en tres ejes: la municipalización de servicios, la higiene urbana, y el mejoramiento de las condiciones de vida de los pobladores, especialmente de los sectores populares.

Si bien las propuestas de modernización a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX han sido uno de los temas que más ha interesado a la historiografía urbana latinoamericana, una de las novedades y aportes al campo de conocimiento de este trabajo radica en mostrar el contraste y las tensiones entre las ideas concebidas en abstracto (proyecto de ciudad socialista) y las prácticas históricas concretas (las características de la ciudad, las tramas de sociabilidad y sus actores políticos), dando cuenta tanto de los apoyos como las resistencias al proyecto de ciudad socialista. Laguarda muestra cómo los miembros locales del partido desplegaron tácticas y estrategias distintas a las de los programas del Partido Socialista a nivel central.

La higiene urbana fue una de las preocupaciones centrales en la gestión de las ciudades latinoamericanas durante la primera mitad del siglo XX. En esta línea, Luis Felipe Ortega Rincón pone el foco en la lucha antituberculosa como una de las formas de regulación del espacio físico en la ciudad de Bucaramanga, Colombia. De la mano de la historiografía latinoamericana y colombiana, sostiene que la propagación de la tuberculosis está asociada tanto a los agentes biológicos que posibilitan el contagio como a las condiciones de vida sociales, culturales, económicas y espaciales de las ciudades. En este contexto, muestra la incidencia de la lucha contra las enfermedades como la tuberculosis en los proyectos urbanos y en la regulación del espacio físico.

Como aporte a la historia urbana de las ciudades intermedias, el texto muestra que el urbanismo higienista no fue solo una preocupación de ciudades con mayor población para la época, como Bogotá o Medellín, sino que otras con crecimiento demográfico menos acelerada, como Bucaramanga, también fueron objeto de la formulación de proyectos de gobiernos locales. Aunque en muchas ocasiones éstos no se materializaron, sí incidieron en las normas y estrategias implementadas para el saneamiento de los espacios físicos. Además, la preocupación estuvo presente en las agendas y discursos de médicos, gobernantes, medios de comunicación y legistas.

***

Después del proceso de selección y la depuración final de los textos, un punto que llamó nuestra atención tuvo que ver con que la mayoría de los artículos se ocuparon de ciudades de otros países latinoamericanos y sólo dos de ellos, de Colombia. En parte, esto puede explicarse por la destacada trayectoria en estudios urbanos en países como Brasil, México, Argentina y Chile y también, por los parámetros de publicación e indexación, ligado a los tiempos de las convocatorias, que han hecho que los investigadores de estos países busquen difundir los resultados de sus investigaciones más allá de sus fronteras nacionales. Espacios como los de los Congresos Iberoamericanos de Historia Urbana, de los cuales se celebrará su tercera versión en Madrid (España) a finales de 2022, pueden ser un elemento que vaya fortaleciendo estos vínculos y las posibilidades de avance del campo.18

En todo caso, esta participación latinoamericana de los artículos, nos devuelve la pregunta sobre el estado de la historia urbana en el campo de las ciudades intermedias en nuestro país. Para el caso colombiano, ejercicios como el coordinado por Santiago Paredes para la revista Credencial Historial entre 2019 y 2021, que consistió en la publicación de una serie de escritos cortos sobre asentamientos considerados pequeños, menores o intermedios en su época, bajo el nombre de “Poblaciones que hicieron historia”19, dejan entrever un interés creciente por conocer las dinámicas de otras ciudades del país. Asimismo, recientes espacios académicos discusión, como los desarrollados en los encuentros de la Red Colombiana de Historia Urbana desde 201620 y la publicación de libros explícitamente dedicados a la reflexión desde la historia urbana, muestran un interés cada vez mayor por producir una historia urbana colombiana, que complemente las miradas hechas a ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla.21

Los artículos acá presentados muestran líneas interesantes para profundizar en nuestra región. La aproximación de larga duración, por ejemplo, ilustra las ventajas de comprender los procesos de configuración de realidades urbanas muy diversas en donde las relaciones entre asentamientos de diferente jerarquía los definen y configuran. Así mismo, los análisis de cómo las sociedades locales han enfrentado desafíos diversos señalan aproximaciones que muestran la complejidad de la configuración del estado a nivel local, y cómo las relaciones de esas instituciones y actores no es de simple correa de transmisión, sino de cómo los actores locales han sido activos y propositivos, aspecto que ha sido tratado desde hace tiempo por corrientes como la historia política y social, pero que alimenta también la historia urbana.

Sin lugar a dudas que este es un punto de partida y no de llegada. La ciudad intermedia latinoamericana requiere de una discusión más profunda que permita ir construyendo las bases para su conceptualización que, a nuestro modo de ver, debe ser un tema cada vez más protagónico en las agendas de investigación de los historiadores urbanos. La complejidad del fenómeno conlleva a que se estudien las redes de ciudades, sus vínculos con los sistemas de jerarquías urbano-regionales, así como la historicidad que va marcando el ritmo de su dinamismo y vigencia a lo largo del tiempo. También consideramos que deben producirse aperturas metodológicas necesarias para estudiarlas.

No solo el diálogo entre disciplinas de las ciencias sociales, sino la transdisciplinariedad que supone discutir con todos los campos que se ocupan del territorio en su complejidad y de las diversas manifestaciones sociales. De igual modo, hay que abandonar el marco de referencia nacional y aplicar métodos comparativos al fenómeno de la ciudad intermedia en su realidad latinoamericana, así saldrán a la luz las trayectorias propias de los contextos locales, pero también la necesaria mirada global y estructural que requiere el concepto.

Invitamos por lo tanto a la lectura del presente Dossier, no sin antes agradecer a quienes lo hicieron posible, sus autores, así como la plataforma institucional de la revista junto a todas las personas que están tras ella, evaluadores, correctores, diagramadores, equipo de apoyo y muy especialmente a su editora. Ahora es el turno de ustedes, lectores, de trasegar por estas páginas que esperamos conduzcan por fértiles rutas investigativas para la historiografía urbana de nuestro continente.

Notas

1 Fernand Braudel. Civilización material, economía y capitalismo, siglos XV-XVIII. Tomo 1: «Las estructuras de lo cotidiano, Lo posible y lo imposible». (Madrid: Alianza Editorial, 1984) 419.

2 Bernard Lepetit, Por uma nova história urbana, São Paulo. EDUSP, 2001; “La historia urbana en Francia: veinte años de investigaciones”, Revista Secuencia 24 (1992): 5- 29.

3 Marcello Carmagnani, «La organización de los espacios americanos en la monarquía española (siglos XVI-XVIII)». En Las Indias Occidentales. Procesos de incorporación territorial a las Monarquías Ibéricas, editado por Óscar Mazín y José Javier Ruíz Ibáñez, 331-55. México: El Colegio de México, 2012, 346.

4 Fabio Zambrano y Olivier Bernard, Ciudad y territorio. El proceso de poblamiento en Colombia. Bogotá: Academia Colombiana de Historia, Fundación de Estudios Históricos Misión Colombia, Instituto Francés de Estudios Andinos, 1993.

5 Carlos Cortés Acuña y Yonier Castañeda-Pérez, «Villavicencio: de nacimiento espontáneo a ciudad intermedia actual». Territorios, Especial, 43 (2020): 1-24; Marta Vilela Malpartida y Pablo Vega Centeno. «Redes de ciudades pequeñas en el territorio peruano. Un análisis tipológico a partir del caso de la región La Libertad». Territorios, Especial, n.o 43 (2020): 1-25; Lida Buitrago-Campos. «Conservar o renovar: dinámicas de construcción en el centro histórico de tres ciudades intermedias patrimoniales. Una mirada a través de las licencias urbanísticas». Revista de Arquitectura 18.2 (2016): 40-49.

6 Günter Mertins. «Ciudades medianas en América Latina”. Criterios, indicadores y el intento de un modelo de su diferenciación socio-espacial y funcional». Espacio y Desarrollo, 12 (2000): 125-40; Günter Mertins, «Las ciudades medianas en Colombia». Cuadernos de Geografía 10, No. 1 (2001): 59-76; Josep Marí aLlop et al. «Las ciudades intermedias: concepto y dimensiones». Ciudades, No. 22 (2019): 23-43; Márcio José Catelan, Heterarquia urbana: interações espaciais interescalares e cidades médias. São Paulo: Cultura Acadêmica, 2013.

7 Jean-Paul Lévy. «L’urbanisation et le problème du centre dans une ville moyenne de la Mégalopolis: Lancaster, Pennsylvanie». Annales de géographie, 82 No. 449, (1973): 42-64; Jean-Pierre Houssel, «Ville moyenne, développement de l’agriculture régionale, agriculture de banlieue: l’exemple de Roanne». Revue de Géographie de Lyon, 45.4 (1970): 391-408; Frédéric Santamaria. «La notion de “ville moyenne” en France, en Espagne et au Royaume-Uni». Annales de Géographie 109.613 (2000): 227-239.

8 Nicole Commerçon et Pierre Goujon (dir.), Villes moyennes. Espace, société, patrimoine. (Presses Universitaires de Lyon, 1998).

9 Günter Mertins. «Ciudades medianas en América Latina».

10 Samuel Jaramillo y Luis Mauricio Cuervo. Urbanización latinoamericana: nuevas perspectivas. Bogotá: Escala, 1993; Luis Mauricio Cuervo y Josefina González. Industria y ciudades en la era de la mundialización: Un enfoque socioespacial. Bogotá: Colciencias – CIDER – Tercer Mundo, 1997.

11 Llop et al.

12 Ibid., 30.

13 Catelan, Heterarquia urbana 28

14 Braudel. Civilización material 419-420.

15 Braudel. Civilización material 419-420

16 Simón Uribe y Jorge-Luis Guzmán-Rocha, “Entre la selva y el río: conflictos y transformaciones urbanas en Puerto Guzmán, Putumayo”. HISTOReLo. Revista de Historia Regional y Local 14.29 (2022): 165.

17 Germán Mejía Pavony, La aventura urbana de América Latina. (Madrid: Fundación MAPFRE, Taurus, 2013) 182, 197.

18 https://eventos.ucm.es/68253/detail/iii-congreso-de-la-asociacion-iberoamericana-de-historiaurbana.html

19 https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-353

20 https://redcolombianahistoriaurbana.org/

21 Sebastián Martínez Botero y Adriana María Suárez Mayorga, eds. Repensando la historia urbana. Reflexiones históricas en torno a la ciudad colombiana. Pereira, Cali: Editorial UTP, Editorial ICESI, 2020. Para ciudades intermedias colombianas como Pereira ver: Otoniel Arias Quiceno y Julián Restrepo Botero. “Cenaprov y el crecimiento urbano de Pereira 1973-1987. Una mirada a la construcción barrial de Pereira desde sus márgenes”. Ciencia Nueva, Revista De Historia y Política 4.1 (2020): 22-45.

Referencias

Libros

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Capítulos de libros

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Artículos de revistas

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Organizadores

Eulalia Hernández-Ciro –  Profesora Instituto de Estudios Regionales, Universidad de Antioquia.

Fabio Vladimir Sánchez-Calderón – Profesor Escuela de Historia, Universidad Industrial de Santander.

Sebastián Martínez-Botero – Profesor Escuela de Ciencias Sociales, Universidad Tecnológica de Pereira.


Referências desta apresentação

HERNÁNDEZ-CIRO, Eulalia; SÁNCHEZ-CALDERÓN, Fabio Vladimir; MARTÍNEZ-BOTERO, Sebastián. Historias urbanas de ciudades intermedias de América Latina. Anuario de Historia Regional y de las Fronteras. Bucaramanga, v. 27, n. 2, p. 13-27, 2022. Acessar publicação original [DR]

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