Coordinación docente en los títulos de máster: Una estratégia de innovación docente – ÁLVAREZ GONZÁLEZ (I-DCSGH)

ÁLVAREZ GONZÁLEZ, E. M. Coordinación docente en los títulos de máster: Una estratégia de innovación docente. Madrid: Pirámide, 2010. Resenha de: SOUTO GONZÁLEZ, Xosé M.. Íber – Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia,n.97, p.82-83, out./dez. 2919.

La entrada en vigor del denominado «Plan Bolonia», con la homogeneización del Espacio Europeo de Educación Superior, supuso que las antiguas licenciaturas de cinco anos pasaran a desarrollarse en dos ciclos: un grado de cuatro anos y un posgrado, que suele corresponderse con un máster de un curso escolar. Si bien la reglamentación de los grados se ha desarrollado desde las facultades que imparten sus titulaciones, no ha sido lo mismo en los másteres: por una parte, porque algunos son interuniversitarios; por otra, a causa de la especificidad de la conoferta de estudios y la escasa tradición de la universidad espanola para trabajar cooperativamente.

El libro que coordina la profesora Elsa Marina Álvarez afronta el problema de la falta de coordinación docente en los másteres de la universidad espanola, una oferta académica queÌber – se ha multiplicado en los últimos anos: de 829 másteres y 16.609 alumnos y alumnas registrados en el curso escolar 2006- 2007, pasamos a 3.661 y 139.844 respectivamente (p. 44). Una oferta que ha combinado tanto los aspectos de especialización profesional como un curso propedéutico para hacer el doctorado.

La obra se organiza en torno a la experiencia registrada en la Universidad de Málaga en el máster de Regulación Económica y Territorial, que realmente se corresponde con una especialidad en urbanismo y ordenación del territorio. Sin duda es un ámbito interdisciplinario, como sucede en otros sectores profesionales, que requiere de una programación y una coordinación concretadas después de un amplio debate acerca de los objetivos y metodologías.

De ahí que se llame la atención en la necesidad de una coordinación en tres momentos diferentes: el plan de estudios del título y la planificación del curso académico y de las materias que componen dicho título (p. 31). Desde la experiencia acumulada como director de dos másteres de educación (el de Investigación en didácticas específicas y el de Profesor/a de Secundaria), puedo verificar la inevitabilidad de dicha coordinación, pues tanto la carga docente como las metodologías utilizadas en el desarrollo de los másteres implican una planificación conjunta y un diálogo sobre sus finalidades.

La redacción del libro es precisa y nos permite valorar las afirmaciones vertidas en las páginas del mismo. A este respecto destacamos las precisiones realizadas sobre la evaluación y calificación de los estudios de máster (Nivel 3 del Marco Espanol de Cualificaciones de Educación Superior). Los siete descriptores de los resultados de aprendizaje (pp. 68-69) nos remiten al ámbito de las competencias, donde los conocimientos se combinan con el desarrollo profesional autónomo.

Junto a los criterios de evaluación, otro instrumento que se emplea para diagnosticar el funcionamiento de los másteres son los indicadores de calidad de la ensenanza universitaria.

El problema que posee este tipo de herramientas es su carácter burocrático y subjetivo: se miden deseos y expectativas en un momento dado y no se suelen contrastar con otros indicadores, pese a las declaraciones de intenciones de los organismos que gestionan estas instituciones (p. 77). Mi experiencia personal me dice que un proceso serio y riguroso de evaluación supone la celebración de sesiones presenciales, donde se puedan confrontar los pareceres y opiniones del profesorado y el alumnado, así como las inquietudes de estos en relación con otros parámetros, como pueda ser su implicación en el momento de las actividades prácticas en los centros de trabajo, o en la transferencia de la investigación al campo de la innovación.

En este sentido, las referencias que aparecen en el libro nos remiten a las instituciones políticas que gestionan la política de calidad, pero no existe un planteamiento crítico de la evaluación de los másteres en relación con los egresados. Sin duda, esta observación es fruto de mi experiencia y está relacionada con la función que debe ejercer la universidad en la formación inicial del profesorado de educación primaria o secundaria; desde mi diagnóstico personal, no es positivo que la formación inicial esté alejada de la formación permanente y de las necesidades del sistema escolar básico, un referente que debería ser primordial a la hora de evaluar la calidad de un máster. Y lo mismo podemos decir del urbanismo y ordenación del territorio; es decir, cómo se transfiere este conocimiento a los sujetos que participan en las sesiones de debate o asesoramiento de los planes estratégicos o en los planes de ordenación municipal. Si no existe transferencia de conocimiento, difícilmente podremos hablar de calidad.

Cierto es también que las prácticas externas ocupan un capítulo entero (en concreto, el 7) y se ofrece un análisis específico del caso de la Universidad de Málaga. Como se indica en estas páginas la coordinación es compleja cuando se trata de realizar actividades en los centros laborales. Para estos casos se precisan protocolos de actuación (por ejemplo, la declaración de estar exentos de delitos sexuales si van a trabajar con menores) y un estudio exhaustivo de las condiciones laborales donde los alumnos y alumnas se van a insertar como alumnado en prácticas. Si a ello le anadimos los intereses del empresariado o de las administraciones que gestionan los ámbitos de trabajo, podremos apreciar la necesidad de una coordinación grande entre los tutores externos, propios de la universidad, la Comisión de Coordinación Académica, el rectorado y las empresas e instituciones.

Estamos pues ante un libro que nos manifiesta la complejidad de la coordinación docente de los másteres, tanto desde la figura del coordinador del título como el del módulo y la propia Comisión de Coordinación Académica, tal como se refleja en la figura de la página 96. Una coordinación que implica, además, una ardua tarea de gestión administrativa, lo que supone mayores niveles de cooperación. Como se ve, una labor que precisa ser definida en los próximos anos.

Xosé M. Souto González – E-mail: [email protected]

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