Naturales de una ciudad multiétnica. Vidas y dinámicas sociales de los indígenas de Quito en el siglo XVII | Carlos Daniel Ciriza-Mendívil

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Carlos Daniel Ciriza-Mendívil | Imagem: UPNA

La imagen tradicional de la América hispana durante el periodo colonial ofrecía una sociedad estática, de divisiones internas y compartimentos estancos basados en diferencias étnicas, raciales y socioeconómicas. En primer lugar, estarían las autoridades españolas; en segundo lugar, las masas de indígenas casi anónimas y, en tercer lugar, los grupos de esclavos africanos llegados al continente desde comienzos del siglo XVI. Esta impresión se habría aplicado a prácticamente todo el Nuevo Mundo, tanto a los espacios rurales como urbanos, con el matiz de una mayor presencia indígena en el campo frente a los espacios urbanos primordialmente “castellanos”. Desde hace unos cuantos años diversos trabajos están dejando esta visión simplista fuera de lugar.

Jorge Cañizares-Esguerra resume claramente la idea al considerar que no se pueden describir las sociedades coloniales simplemente añadiendo a indígenas, negros o latinos a un lienzo narrativo predeterminado, para concluir que sin estos grupos simplemente “no hay lienzo”.1 Varios trabajos recientes han contribuido a ensanchar y complicar ese lienzo, incluyendo también de manera notable la participación de las mujeres indígenas, europeas y africanas como parte sustancial de esta renovación. El trabajo de David Wheat ha reconsiderado la sociedad caribeña entre los siglos XVI y XVII para sacar a la superficie la presencia africana como una mayoría demográfica, pero también como una pieza clave en diversas esferas sociales más allá de la esclavitud.2 A su vez, en un reciente libro, Amelia Almorza Hidalgo concluye que la participación de mujeres fue radical para la creación y funcionamiento de las sociedades americanas; señala que “no se hacía pueblo sin ellas”.3 Leia Mais

Naturales de una ciudad multiétnica. Vidas y dinámicas sociales de los indígenas de Quito en el siglo XVII | Carlos D. Ciriza-Mendívil

Ocurre cada vez más a menudo y ya deberíamos ir acostumbrándonos: a un investigador se le ocurre buscar algo en algún sitio y lo encuentra. Pero el sitio ha sido estudiado repetidas veces, y se daba por hecho que ese algo no estaba. Pero no acabamos de aprender, seguimos dando por hecho lo que ya está hecho y no nos molestamos en practicar “algo de ciencia”, que en este caso quiere decir formular hipótesis y contrastarlas por la experimentación o por la documentación.

En el caso que nos ocupa el sitio es Quito en el siglo XVII principalmente, pues como es costumbre los acontecimientos no gustan de ceñirse a nuestros marcos temporales. Y el algo es la presencia de los indígenas en la ciudad y su papel en la misma, no como un mero relleno, sino como artífices de sus destinos, como protagonistas de sus vidas. Todo dentro de un orden claro, pues no podría ser de otra manera. Con una bibliografía muy completa y un trabajo de archivo de mérito, Carlos Ciriza-Mendívil construye un cuerpo de cinco capítulos, una introducción y unas conclusiones. En el capítulo 1, “En esta república”, se presenta el tema del libro y se hace un repaso historiográfico sobre el desarrollo del mismo, con especial atención a los trabajos que se han venido haciendo en otras regiones, preferentemente la Nueva España, sobre el papel de los indios urbanos en diferentes ciudades. El capítulo 2, “El movimiento de una sociedad”, presenta una nueva caracterización de la sociedad quiteña, en la que los indios son mayoría y actúan por sí mismos y en su beneficio propio. La lectura de los diferentes epígrafes en los que se divide el capítulo deja muy claro el contenido del mismo. No podemos dejar pasar aquí la sugerencia de que estos epígrafes se hubieran desglosado en el índice para mayor facilidad e información del lector, además de que los duendes editoriales han hecho desaparecer del mismo el capítulo 1. Cosas de la imprenta. Pero volvamos al capítulo: “Punto de partida. De las dos repúblicas, de la identidad a la identificación”, en el que vemos que algo aparentemente claro, como es quién es un indio, no lo es en absoluto. De especial relevancia es la diferenciación entre identidad e identificación y es que resulta que hay identidades múltiples e identidades cambiantes y eso nos lleva al siguiente epígrafe, “Estrategias de cambio y utilización”, en el que una pequeña muestra espero que sirva de ánimo para emprender la lectura. Se dice en la p. 99: Pronto los naturales advirtieron las posibilidades que la modificación de las calidades otorgaba a sus estrategias sociales, colectivas e individuales. Consecuentemente transformaron una sociedad de barreras étnicas inmutables en un espacio de fronteras étnicas porosas y cambiantes. Leia Mais