El aire de cada día. Política y medición de la contaminación atmosférica en la Ciudad de México (1960-2015) | Natalia Ver´nica Soto Coloballes

El aire urbano contaminado causa distintas afecciones a la salud humana. Se estima que anualmente cerca de 9 millones de personas mueren por distintas enfermedades respiratorias, cardiovasculares, del sistema nervioso, cáncer y otras, asociadas con la contaminación atmosférica (Manisalidis et al., 2020). Desde el siglo pasado se ha venido construyendo la noción general y abstracta de que el aire puede ser un portador universal de sustancias generadas artificialmente que son potencialmente mortales (Medalia, 1964; De Groot, 1967).

Históricamente la relación entre las sociedades humanas y el aire ha tenido un carácter local. Inclusive la contaminación atmosférica a causa de la producción industrial se consideró durante décadas como un asunto propio de ciertas urbes. Así ocurrió, por ejemplo, en Inglaterra hasta el trágico invierno de 1952 (Brimblecombe, 2011; Thorsheim, 2017). Fue en la década de 1960 cuando los efectos ambientales continentales de sustancias lanzadas a la atmósfera por la producción industrial pusieron en alerta a los países económicamente desarrollados del Norte global y les impulsó a buscar acuerdos para regular la cantidad de contaminantes en el aire (Oppenheimer et al., 2019, p. 23). A pesar de todo, la construcción social del concepto de contaminación atmosférica, pensada como un fenómeno global y omnipresente en la segunda mitad del siglo XX, no fue una simple agregación de afirmaciones científicas que se obtuviera simultáneamente en todo el mundo (Howe, 2014, pp. 55-92). Cada país y cada ciudad tienen su propia historia en relación con la calidad de su atmósfera. Leia Mais