Acción Constituyente: un texto ciudadano y dos ensayos históricos | Gabriel Salazar

El viernes 18 de octubre de 2019, al final de la jornada laboral, se iniciaba un episodio de protesta que cambiaría el panorama político y social de Chile. Luego de varios días de protestas encabezadas por estudiantes secundarios contra el alza de tarifas del transporte público, el presidente de Metro ordenaba el cierre de las estaciones ante la enorme cantidad de personas que estaban saltando los torniquetes para evadir el pago de la tarifa, ante lo cual los guardias de seguridad y carabineros estaban desbordados. Ese día viernes, a pesar del calor, miles de personas caminaban por las calles rumbo a sus casas sin poder tomar transporte y muchos de ellos se encontraron en la plaza Baquedano para protestar por los eventos recientes. Ese fin de semana, diecinueve estaciones de Metro serían incendiadas por desconocidos y el sistema de transporte público colapsaría en el inicio de un evento histórico que se ha llamado como “estallido social”.

Una de las principales consecuencias de ese evento es que el 15 de noviembre de 2019 la clase política, acorralada por una ciudadanía en pleno proceso de repolitización, en los pasillos del Congreso Nacional decide firmar un acuerdo para llamar a plebiscito con el fin de cambiar la Constitución. Si bien el movimiento de personas que surge del estallido social no necesariamente reclama una nueva Constitución, es la única respuesta que la clase política encuentra para tratar de apaciguar los ánimos e intentar retornar a ciertos niveles de gobernabilidad. El libro Acción Constituyente: Un texto ciudadano y dos ensayos históricos de Gabriel Salazar ofrece una perspectiva histórica del proceso constituyente en ciernes, a partir del marco interpretativo que ha desarrollado el destacado historiador desde los métodos y enfoques de la historia social.

El estallido social es un evento histórico de gran valor para un académico como Gabriel Salazar, dado que podría dar espacio a interpretaciones donde el marco teórico producido a lo largo de su obra es clave. Esto, puesto que ha sido uno de los impulsores de la investigación de los sujetos populares a partir del bajo pueblo, que ciertamente ha protagonizado con sus problemáticas las principales demandas que se pueden desprender a partir del estallido. Jubilados, arrendatarios, estudiantes, desempleados, niños del Sename o habitantes de campamentos calzan dentro de las categorías de estudio de la nueva historia social, y justamente estos grupos de desplazados claman por un nuevo modo de hacer sociedad en Chile, donde la solidaridad permita que todos vivan mejor. No obstante, la ausencia de un partido, de líderes o de una orgánica tradicional del estallido social ha terminado –en un afán pragmático y operativo– por que sea mediante la nueva Constitución el elemento de orden público que resuelva las urgencias establecidas en el clamor popular. Es en esta sección que Gabriel Salazar –desde las interpretaciones de la nueva historia social sobre los sujetos populares y movimientos sociales– escribe una obra que es en parte síntesis operativa de sus conclusiones historiográficas y en parte también una anticipación a los hechos que comenzaron a ocurrir después del acuerdo constitucional del 15 de noviembre de 2019.

El papel pragmático-operativo de esta obra queda sellado en su título que llama a la acción popular de cara al proceso constituyente. La misma portada del libro no muestra los cabildos ciudadanos ni el Congreso Nacional, ni tampoco se refiere a otros procesos constituyentes del pasado, sino una fotografía de Rodrigo Álvarez Abel, del 8 de noviembre de 2019 –antes de la firma del acuerdo constitucional– que muestra una marcha que avanza hacia plaza Baquedano. Que la imagen sea anterior al acuerdo constituyente no es un detalle menor, dado que la postura de Gabriel Salazar en el libro es que dicho acuerdo es un grito de ahogo de la agonizante clase política neoliberal y el llamado que hace el autor es a aprovechar este momento para ir más allá de la institucionalidad propuesta (Convención Constitucional) para formar verdaderas asambleas constituyentes que informen las decisiones que luego se tomen en dicha instancia oficial. De ahí que la acción a la que se hace referencia se centra en fortalecer la formación de un poder ciudadano que históricamente ha sido cooptado por la clase política, que luego de una serie de pantomimas democráticas termina por reescribir los marcos normativos sin renunciar a sus privilegios elementales.

En este texto, el autor resume en forma significativa sus argumentos basados en los hallazgos de su investigación de los movimientos populares para intentar explicar a la ciudadanía, enfrentada a la oportunidad histórica de reescribir su contrato social sin la amenaza del ejército, como en otras ocasiones, cómo configurar una soberanía popular eficaz y determinante para el futuro de la nación. Para quienes siguen la obra escrita de Gabriel Salazar, en este texto encontrarán una mirada más bien pragmática, política y muy mordaz. Que sea un texto corto es indicativo de un esfuerzo del autor por aumentar su grupo de lectores habituales, para ampliar la difusión del mensaje.

El texto se estructura en cuatro partes, aunque en el índice dice que hay tres partes, algo que no fue revisado a último momento, al parecer. Estas secciones se inician con un encabezado –“Primera parte: Desde la historia”– donde el autor sitúa al lector en cómo la clase política civil chilena ha actuado ante el alzamiento popular y cuáles han sido los errores de la ciudadanía en momentos clave que ha estado cerca de definir su futuro a través de cambios constitucionales o transformaciones políticas profundas. Se pone acento en el papel de las Fuerzas Armadas para detener el alzamiento popular, algo que no ocurrió con el estallido social y que entonces pone a la ciudadanía frente a la tarea histórica de aprovechar la oportunidad de llevar adelante un ejercicio soberano. Es sobre esta tarea que trata la sección siguiente, titulada “Segunda parte: Ejercitando el poder constituyente”, donde enfatiza en la importancia de la vecindad para deliberar sobre el nuevo Chile, desde el cabildo local (muchos de ellos autoconvocados durante el estallido social) hacia una asamblea constituyente que supere las propuestas que la clase política civil acordó en noviembre de 2019, y que la ciudadanía ratificó con el plebiscito del apruebo del 25 de octubre de 2020. Esta sección es tremendamente propositiva, desde redes nacionales de asambleas comunales hasta una estructura de cómo debiesen organizarse los capítulos de la nueva Constitución a partir de otras Constituciones en la historia de Chile y de las agendas que se hicieron más visibles con el estallido social. Gabriel Salazar se atreve a proponer una agenda constitucional con muchos detalles y ofrece, con ello, un programa político-ciudadano posneoliberal sobre el cual operar a favor o en contra. Las dos últimas secciones corresponden a ensayos históricos desarrollados por el autor para otras instancias, pero que resultan pertinentes para reforzar sus postulados en las dos primeras secciones, que, sin duda, son las más novedosas y contingentes del libro. El primer ensayo se titula “Chile siglo XXI: ¿Hacia un tercer experimento político?”, presentado inicialmente en un seminario en la Universidad Autónoma de México, en 2013. Describe allí cómo se han puesto en práctica en Chile diferentes teorías políticas y cómo los contextos históricos específicos han generado experimentos desarrollistas, neoliberales y participativos. El segundo ensayo –que cierra el libro– se titula “La ‘solución constituyente’ como proceso histórico-social”, que fue parte de otro libro llamado La solución constitucional1 , y donde Gabriel Salazar sitúa ciertos conceptos asociados a procesos constituyentes con coyunturas históricas particulares que informan algunos marcos comunes de discusión hacia una eventual nueva Constitución.

Este libro es valioso por ser, en parte, una síntesis de los diagnósticos históricos que ha desarrollado en su carrera Gabriel Salazar, en el marco de la nueva historia social, aplicados a un caso contingente cuyo curso va directo a generar una transformación histórica de la realidad política nacional, desde un movimiento popular de insurrección y en plena crisis de las instituciones democráticas tradicionales, con un enfoque en los territorios y en el poder asambleísta que se organiza en modelos cercanos al municipalismo, que en Chile han tenido un auge a partir de los cabildos ciudadanos autoconvocados. En ese contexto es que los contenidos del texto se cargan de valor práctico e, incluso, programático en un autor con mucha ascendencia sobre los líderes de movimientos sociales. Ahora bien, en la idealización de los sujetos sociales y del bajo pueblo entra también el conflicto empírico de cómo ese sujeto, inserto en el estallido social, puede llevar adelante un cambio político cuando la orgánica de quienes han participado del estallido pareciera ser completamente horizontal y sin liderazgos. Es decir, ¿a quién le habla Gabriel Salazar cuando describe las acciones políticas para implementar una soberanía popular? No es a los partidos políticos, ni a la Central Unitaria de Trabajadores, ni tampoco a los líderes de bases, porque aparentemente no los hay. Los cabildos podrían ser los más apropiados a dirigir este mensaje, aunque su conformación no cubre todo el territorio. Dicho esto, a pesar de no existir claridad en qué actores pueden llevar adelante la agenda política que sugiere el autor, sí se diferencia de otros textos dado que hay una propuesta concreta que es útil para la acción constituyente, dado que genera preguntas, discusiones y oposiciones a las ideas.

Es un libro relevante para entender el momento coyuntural del estallido social y la Convención Constituyente a partir de una perspectiva histórica que se organizan para informar sobre los resguardos que debiese asumir la ciudadanía para con la clase política civil y que desde esa misma evidencia que ha generado la nueva historia social en Chile sugiere cómo producir un poder soberano desde el bajo pueblo con las incipientes organizaciones de base existentes desde el estallido. Queda para el debate abierto si el aparato político institucional existente es vulnerable a ese poder popular en la práctica o si, como bien relata Gabriel Salazar, encontrará las maneras para cooptar el proceso constituyente, para volver a generar un marco normativo ad hoc a sus intereses.

Nota

1 Claudio Fuentes y Alfredo Joignant (eds.), La solución constitucional, Santiago, Catalonia, 2015.


Resenhista

Francisco Vergara-Perucich – Centro Producción del Espacio. Universidad de Las Américas


Referências desta Resenha

SALAZAR, Gabriel. Acción Constituyente: un texto ciudadano y dos ensayos históricos. Santiago: Tajamar Ediciones, 2020. Resenha de: VERGARA-PERUCICH, Francisco. Historia. Santiago, n. 54, v.1, p. 383-386, ene./jun. 2021. Acessar publicação original [DR]

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