Catolicismos locales y globales en la Argentina. Desde el siglo XIX a la actualidad | Diego Mauro

Es toda una invitación a la incertidumbre, resolver de manera prematura, la tarea de reseñar una compilación de textos académicos sobre devociones marianas en Argentina, siguiendo algún método prestablecido. Quince capítulos coordinados por el historiador Diego Mauro, que reflejan igual número de cultos católicos marianos desarrollados por diversas autorías, en algunos casos, que se repiten. Creo no errar, al decir que se trata de una de las primeras compilaciones académicas sobre la temática en el país. Incluye autorías con diferentes trayectorias de investigación hermanadas en una red académica sólida, solventada en variadas disciplinas de las ciencias sociales (antropología, sociología, historiografía, comunicación social y geografía). Sin embargo, allende su disciplinariedad múltiple, se trata de un libro de historiografía religiosa plena.

La introducción denominada “Historia(s) de las devociones marianas en Argentina. Siglos XIX-XXI” escrita por el coordinador de la obra, ha sido un salvavidas inicial a la hora de encarar dicha tarea, sobre todo, porque nos remite a las diferentes dimensiones sociales que constituyen el fenómeno religioso: política, identidades colectivas -distintos niveles de territorialidad y espectro político-, materialidades, infraestructura, turismo religioso, aspectos de género, disputas institucionales-laicas, etc. Se le puede sumar la generosa exposición de los procesos históricos, ampliamente condensados (socio-religiosos y socio-políticos), las alteridades en juego, ritualidades, espacialidades, parafernalia religiosa, disputas ontológicas, expresiones artístico-culturales y actividades económicas formales e informales involucradas, mostrando con ello, no sólo como los “catolicismos” son “locales” y “globales” -subtítulo de la obra-, sino también, como internamente revelan una diversidad religiosa constitutiva.

Una primera marca de lectura destacable de esta compilación, es haber sido pensada, intuyo, como una obra destinada tanto al público académico como no académico, primando una intencionalidad descriptiva a los fines de conocer, en muy pocas páginas (entre diez y veinte), cada una de las devociones marianas relevadas desde el sur al norte y desde el este al oeste del país. De todos modos, esta impronta descriptiva, no ocupa totalmente el modo expositivo, observándose en algunas autorías, de manera explícita, los soportes teóricos utilizados, aunque en otras, no sean tan evidentes. Quizás también allí descansa otra intencionalidad de escritura del libro: una exposición teórica mesurada. El coordinador, en este sentido, aporta su mapeo teórico, mencionando el uso de escalas de análisis locales donde se prioriza el “giro ontológico” y la “religión vivida”; se le pueden añadir los análisis interpretativistas y espaciales y la búsqueda de simetrías entre agencias humanas y no humanas a nivel de sus ontologías.

De alguna u otra forma, los textos giran en torno a la construcción de las matrices identitarias coloniales/provinciales/regionales/nacionales y de las agencias religiosas contra-hegemónicas o alteridades en pugna resultantes: indigenización y feminización de los cultos, “politización” de la Virgen hacia la derecha y la izquierda del espectro político, la actuación de las élites (sacras y profanas) y del plano popular (también religioso y político), las disputas clericales intestinas, etc.; quedando de manifiesto, según el coordinador, que “las devociones se convierten en cajas de resonancia de las disputas ideológicas y políticas que atraviesan a la Iglesia”. Cada autoría asignó en su texto, valores diferenciales expositivos a las distintas instituciones y agencias religiosas actuantes: laicos, clérigos, gobiernos, videntes, agencias no humanas (vírgenes), etc.

Las vírgenes católicas fueron acompañando los procesos históricos del país, a veces, bajo su expreso pedido (sus mensajes en las distintas “apariciones”), otras bajo decisiones netamente humanas. De allí, que cada devoción mariana al ser atravesada por un contexto socio-político particular, arrastrará consigo, alguna o varias de las siguientes manifestaciones históricas: colonizaciones misionales, nacionalizaciones, provincializaciones, regionalizaciones, re-etnizaciones indígenas, militarizaciones, privatizaciones estatales, mercantilizaciones turísticas y tensiones institucionales-laicas por el control de sus cultos.

En razón de la complejidad de la obra, me adentraré en sus quince capítulos, seleccionando algunas de sus dimensiones sociales constitutivas, resaltando en la medida de lo posible, sus aspectos teóricos más relevantes. El orden de exposición de los textos reseñados no es lineal respecto al orden de la compilación. Más bien, sigue un camino de escritura afín al orden -azaroso o premeditado- de sus lecturas. La presentación de cada capítulo no reproduce el título original de la obra, sino el nombre de cada devoción mariana y las autorías de quienes las describen y analizan.

El capítulo de Telma Chaile trata sobre la Virgen del Valle de Catamarca. Virgen que aglomera una identidad regional y una “unificación devocional” del noroeste. La presencia indígena está marcada en su mito de origen (siglo XVII). Algunas de sus prácticas devocionales son cercanas a la “magia de contacto” y la concesión de milagros, propias de la religiosidad popular. Una élite sacerdotal desplegó un control de orden burocrático (escritos) sobre la esfera devocional. Es una historia cultural de materialidades, agencias (humanas y no humanas), ritualidades, actores institucionales y laicos.

El capítulo de María M. Tenti se refiere a la Virgen de Huachana (Santiago del Estero). Virgen consustanciada con la ruralidad, el monte y la población indígena/campesina desde sus orígenes devocionales (siglo XIX). Incorpora versiones míticas nativas versus una teología simplificadora de ‘lo popular’. Su alcance es regional (noroeste argentino) ligado a la religiosidad popular, a la vez situado dentro de una propiedad privada. Su culto actual -que la iglesia intentó controlar- es desplegado por laicos-servidores organizados con apoyo de infraestructura estatal. En el texto prima la interpretación simbólica, es muy descriptivo y finalmente se vuelca a lo folklórico.

El capítulo de Roberto Di Stéfano y Diego Mauro, trata sobre la Virgen de Luján (prov. de Buenos Aires), devoción iniciada en el seno de una familia colonial (siglo XVII) que sustenta la identidad católica nacional desde una cercanía con la metrópoli y la zona agropecuaria más pujante del país. El texto da cuenta de los “diferentes catolicismos” que aglutinó este culto, que a fines del siglo XIX se encuentra con “la construcción del Estado y de la Iglesia nacionales”. Sus procesos históricos involucran diversas apropiaciones desde el “catolicismo integral”, la Policía Federal, el criollismo folklórico-literario y el nacionalismo católico-militar que la nombra su “Virgen Generala”. Es un trabajo centrado en las diferentes capas de significados y contiendas políticas, sin descuidar los aspectos de la devoción popular.

El capítulo de Ana M. Rodríguez y Mariana Funkner aborda la devoción de María Auxiliadora en la provincia de La Pampa. Devoción salesiana, evangelizadora, iniciada en el año1877. Sustancia religiosa de una identidad provincial y regional, a la vez, “Patrona del Agro”, apropiada por la institución eclesial según los parámetros evolucionistas y civilizatorios que acompasaron la expulsión de los pueblos originarios durante la Campaña del Desierto. Se trata de un texto abocado a la espacialidad y al despliegue provincial del culto (edilicio, material y educativo).

El capítulo de María A. Nicoletti refiere a la Virgen de las Nieves (San Carlos de Bariloche, Río Negro). Si bien es una veneración que se remonta a la fundación de Buenos Aires (1580), adquiere su carácter situado en Bariloche, a mediados del siglo XX. Promovida en un principio por un teniente del ejército nacional luego es asimilada por el ejército de montaña. Un culto que recién en la década del ‘90 se consustancia con la religiosidad popular y la pobreza urbana, en un espacio devocional de montaña. Este texto utiliza el giro ontológico por momentos.

El capítulo de Diego Mauro acerca de la Virgen de Guadalupe (Santa Fé) remite a una devoción que despunta como culto familiar en el siglo XVIII. Devoción que llega a consolidarse en el siglo XX como instrumento de una identidad provincial y se consustancia con las vicisitudes de la economía agraria en el plano popular, con las luchas seculares y anti-seculares, las pastorales populares y organizaciones católicas de base, con el movimiento obrero, las apropiaciones nacionalistas-militares y las luchas intestinas entre órdenes clericales. El texto destaca por su condensación de procesos históricos políticos y religiosos.

El capítulo de Ana I. Barelli sobre la Virgen Misionera de la provincia de Río Negro, muestra una devoción pensada por un ala política progresista de la Iglesia. Se trata de una devoción mariana surgida en la década del ‘70 (siglo XX), creada y no legada por la evangelización colonial. El texto le da mucha agencia a la Virgen que territorializa, misionando y sacralizando el espacio, otorgando una identidad provincial desde la valorización del componente indígena (Mapuche), campesino y la “opción por los pobres”, rivalizando con la imagen salesiana “que acompañó la Conquista del Desierto”. Se trata de un análisis simbólico, espacial y agencial.

Otro capítulo de María M. Tenti desarrolla la devoción a Nuestra Señora de Loreto (Santiago del Estero). Su culto -introducido por los Jesuitas- surge en un paraje santiagueño (siglo XVIII) al resguardo de una muchacha indígena; pasa a manos de un “catolicismo criollo de élite” (siglo XIX) y luego al Obispado y las asociaciones laicas (siglo XX) antes de ser nombrada “Patrona de la aviación argentina” (1943), cuando sus “festividades fueron más imponentes aunque menos populares”. El texto describe su fisonomía devocional -en una zona rural afectada por el recuerdo traumático de las inundaciones- mostrando la presencia de los desfiles militares aéreos, a la vez, destacando los variados ingredientes que lo constituyen como un típico festejo (sacro-profano) de la religiosidad popular del noroeste argentino, donde retoman su protagonismo, recién en el actual milenio, los devotos locales y comunidades de base.

El capítulo de Ana L. Suárez sobre la Virgen del Cerro (Salta) muestra a una Virgen cuya devoción comienza a principios del siglo XXI, precedida por apariciones marianas que involucran a una vidente llamada María Livia. Su imagen religiosa fue construida, durante el actual milenio, al fragor de la lucha por su legitimación, protagonizada por las autoridades eclesiales salteñas, una orden religiosa femenina que apoya a la vidente y un grupo de servidores que se sienten elegidos de la Virgen, al igual que aquella. A pesar de localizarse en un cerro cercano a la capital salteña es una devoción que no cuenta con el acompañamiento de la feligresía local; son personas provenientes de otras provincias quienes se acercan, mayormente, al santuario. Dicha situación es analizada como el efecto de una privatización del culto formalizada por una élite laica. El texto presenta registros etnográficos experienciales y teorizaciones sobre rituales y discursos religiosos, ofreciendo un análisis muy completo.

Otro capítulo de María A. Nicoletti trata sobre la Virgen del Nahuel Huapi o de los Puelches y Poyas (Río Negro). Virgen atravesada por una identidad evangelizadora y una indigenización en tensión, mediada por el paternalismo misional jesuítico en la Patagonia (siglo XVIII). Esto se materializa, actualmente, en dos vírgenes paralelas que tratan de consustanciarse identitariamente. Hay una apropiación desde el “catolicismo integral” y un intento de espacialización identitaria, a través del lago y la misión por sobre su condición indígena, mediando “agencias estatales y religiosas”. Respeto a esta condición, no se pretende un “proceso de re-etnización” sino un “pacto nacional y colonial” que fortalezca las raíces de la cristiandad colonial de Bariloche. Se trata de un texto procesual centrado en la construcción representacional de la imagen recurriendo a las identidades y alteridades en juego, por momentos, adentrándose en interpretaciones simbólicas.

El capítulo de Cleopatra Barrios refiere a la Virgen de Itatí en el Noroeste Argentino. Devoción de comienzos del siglo XVII, que sostiene una identidad provincial amalgamada con una identidad nacional -propia del “catolicismo integral”-, cubriendo capas conflictivas de indigenización y emblanquecimiento presentes en torno a su imagen. La autora propone abordar otras instancias de legitimación devocional, además de la burocratización eclesial (fundante del discurso de la “correntinidad hispano-guaraní católica”) como las del “Cancionero Mariano Chamamecero”, las devociones regionales por los bandidos rurales y su trasnacionalización al Paraguay. Devoción analizada como un ‘hecho social total’, en términos de Marcel Mauss.

El capítulo de Carlos Dawidiuk y Carolina Vogel sobre la Virgen de Copacabana en Argentina desarrolla una devoción surgida en 1570 en la zona del Lago Titicaca (Bolivia) que llega a nuestro país a través de la migración boliviana. Imagen construida sobre una base de mestizaje cultural forzado, entre la “resistencia indígena” y la “dominación colonial”, consustanciada con las Huacas sagradas, el lago y los cultos agrarios indígenas. Se presenta una panorámica de su devoción actual, ya marcada por la interculturalidad, en distintos lugares del país, donde se le añaden elementos locales, como el caso de Jujuy con procesiones de ‘sikuriadas’ y apachetas referenciales o el apoyo del esquipo pastoral boliviano en las grandes urbes.

El capítulo de Tomás Giop describe el culto a la Virgen de Urkupiña en Argentina: Devoción originaria de Cochabamba (siglo XVII) que al igual que la anterior ingresa al país con la migración boliviana. Despunta y se desarrolla con una materialidad sagrada indígena (las piedras), se hace símbolo de “integración nacional” y adquiere una lógica económica occidental como “prestamista”. Las mujeres migrantes laicas asumen un papel muy importante en su culto. La Iglesia en Argentina tiene una posición ambigua frente a esta Virgen. El texto da cuenta de sus cultos situados y apropiaciones en diferentes provincias del país.

El capítulo de Fabían Flores sobre la Virgen del Rosario de San Nicolás (prov. de Buenos Aires), aborda el culto de una Virgen situada en una ciudad bonaerense, cuya devoción se encuentra atravesada por un contexto económico y político traumático: la privatización de una empresa estatal metalúrgica y sus consecuencias críticas para el mundo obrero. Se enmarca dentro de las apariciones marianas del siglo XX, en este caso, a Gladys Motta -a comienzos de la década del 80-, esposa de un obrero metalúrgico, que a diferencia de María Livia (Salta), no se expone públicamente como una elegida. El autor propone un abordaje espacial intersectado por los diferentes posicionamientos de la Iglesia durante su construcción devocional, dándole, además, agencia a la Virgen como sostén de su exposición. Expresa que la devoción, ya de alcance nacional, nace como un “patrimonio religioso cultural”, al cual, se le añade el turismo religioso. Propone que la espacialidad del santuario es sacra no solo por la irradiación de la imagen sino también por las prácticas devocionales.

El capítulo de Alejandro Frigerio, finalmente, desarrolla el culto o devoción a Iemanjá en Argentina. De entrada, aclara el autor que es “casi una Virgen (africana) del Mar”, pero no es una Virgen en términos del catolicismo hegemónico. Tiene la característica de ser una devoción perteneciente a las religiones de matriz afro (Iemanjá es la Orixá del mar), pero en Argentina, las trasciende cuando se festeja públicamente su día celebratorio en las costas marítimas y ríos del país. El autor describe sus celebraciones en la provincia de Buenos Aires, siempre en un tono etnográfico muy preciso, incorporando los debates ecológicos sobre sus ofrendas, ritualidades y búsquedas de legitimaciones y apropiaciones estatales. Si bien, tanto Iemanjá como las Vírgenes católicas encuentran similitudes en su “aspecto maternal”, su diferenciación se da respecto a su aspecto “virginal”, que aquella no representa.


Resenhista

Pablo Cosso – ICSOH-CONICET. Universidad Nacional de Salta Argentina. E-mail: [email protected]


Referências desta Resenha

MAURO, Diego (Coord.). Devociones marianas. Catolicismos locales y globales en la Argentina. Desde el siglo XIX a la actualidad. Prohistoria Ediciones, 2021. Resenha de: COSSO, Pablo. Andes. Antropología e Historia. Salta, v.33, n.2, jul./dic. 2022. Acessar publicação original [DR/JF]

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