Dust Bowls of Empire: Imperialism/ Environmental Politics/ and the Injustice of “Green” Capitalism

El Dust Bowl que asoló varios estados del sur de Estados Unidos (Texas, Nuevo México, Colorado, Oklahoma y Texas) ha tenido diversas lecturas a lo largo de la historia y ha sido utilizado para justificar políticas sociales como el New Deal. En 1992, el historiador William Cronon analizó dos publicaciones de 1979 sobre el Dust Bowl, una de Donald Worster y otra de Paul Bonnifield, que partiendo del mismo tema y estando de acuerdo en los mismos hechos llegaban a conclusiones diferentes, demostrando que un conjunto de hechos podía dar lugar a varias narrativas. Este trabajo se hizo sin embargo desde una óptica regional sin considerar los antecedentes, y al igual que el de Lockeretz (1978), ignoró la violenta confrontación de los colonos, el estado estadounidense y las organizaciones privadas con las naciones indígenas. Holleman, en cambio, parte de un enfoque interdisciplinar, que vincula este desastre natural de raíces antrópicas con el proceso actual de Cambio Climático. Por esto, resulta interesante para profesionales de diversas áreas como historiadores, sociólogos, ambientalistas y politólogos.

Este libro se enmarca en la tradición de la sociología ambiental y señala las vinculaciones entre el desarrollo del capitalismo, la dominación social y la degradación ecológica. Su objetivo es denunciar los mitos sociales e intelectuales que han justificado tanto la persistencia del imperialismo como la dominación de clase, mediante la privatización y la explotación de los comunes ecológicos. Para ello establece una línea histórica del proceso capitalista de acumulación por expropiación, según el enfoque de DuBois sobre el derecho divino de la minoría blanca para hacerse con el poder. El periodo de estudio es desde la emergencia en 1870 de un nuevo imperialismo hasta la segunda mitad del siglo XX, cuando se produce lo que el sociólogo John Bellamy Foster (2011) denomina la acumulación de la catástrofe, en referencia al encadenamiento de problemas como la erosión, la desertificación y el Cambio Climático. Desde 1970, con el aumento de las sequías intensas y la conciencia ecológica, se recuperó el interés hacia el Dust Bowl desde una óptica multidisciplinar, aunque con una perspectiva nacional-regional, centrada en las causas y no en los factores sociales. El estudio más citado es el de Schubert et al (2004), que señala que la tormenta fue ocasionada por temperaturas marítimas anómalas, y que la interacción entre la atmósfera y la superficie terrestre aumentó su severidad. La aportación del trabajo de Holleman es, por tanto, incluir un análisis socio-ecológico e ideológico del desastre. Esto le permite explicar en qué medida se vinculan la deuda ambiental, el imperialismo ecológico, el acceso desigual al intercambio ecológico, así como la privatización y comercialización del conocimiento científico y de la academia.

El libro está estructurado en ocho capítulos. En la introducción se presenta el marco conceptual y teórico, así como las fuentes en que se basa el trabajo, que incluye tanto artículos de la época como publicaciones recientes. El primer capítulo analiza la época contemporánea como un periodo de extremos, que durante la segunda mitad del siglo XX ha dado lugar a procesos de desigualdad social, política y económica, derivando en una crisis ecológica de dimensiones sistémicas. El segundo capítulo explica que la causa principal del Dust Bowl fue la transformación de zonas de secano en regadío. A partir del Homestead Act de 1862 se promovió entre los colonos un sistema de agricultura que no podía ser al mismo tiempo permanente y próspero. Este modelo se vio amplificado por el uso de maquinaria, que facilitó la expansión intensiva del trigo, favorecida por la oscilación de precios ocasionados por la Primera Guerra Mundial. El tercer capítulo muestra las vinculaciones entre el imperialismo, el colonialismo blanco y la fractura ecológica. Se inicia con la visita de Max Weber en 1904 a los antiguos territorios indios, donde Weber señala la capacidad del capitalismo de destrozar con la velocidad de la luz aquello que se pone en su camino, y resalta la devastación medio ambiental y el despojo violento a las naciones originarias, mediante políticas estatales de expropiación, privatización y asignación de tierras comunales. Este momento coincide con la expansión global de un modelo de desarrollo capitalista a través de un nuevo imperialismo, que impondría una visión racializada del mundo y de la naturaleza, vigente hasta la actualidad.

El segundo capítulo explica que la causa principal del Dust Bowl fue transformar zonas de secano en regadío según un informe oficial de 1936, Report of the Great Plains Drought Area Committee, que cita el Homestead Act de 1862, por el que se promovió entre los colonos un sistema de agricultura, que no podía ser al mismo tiempo permanente y próspero. Este modelo se vio amplificado por el uso de maquinaria, que facilitó la expansión intensiva del trigo, favorecida por la oscilación de precios ocasionados por la Primera Guerra Mundial. El tercer capítulo se inicia con la visita de Max Weber en 1904 a los antiguos territorios indios, donde Weber señala la capacidad del capitalismo de destrozar con la velocidad de la luz aquello que se pone en su camino, y resalta la devastación medio ambiental y el despojo violento a las naciones originarias, mediante políticas estatales de expropiación, privatización y asignación de tierras comunales. Este momento coincide con la expansión global de un modelo de desarrollo capitalista a través de un nuevo imperialismo, que impondría una visión racializada del mundo y de la naturaleza, vigente hasta la actualidad.

En el cuarto capítulo expone el rol del hombre blanco en la erosión de los suelos y documenta la emergencia del capitalismo verde. Holleman considera la erosión como el resultado de una mirada colonial del planeta y de sus habitantes, fruto de un racismo profundo e intrincado, que asocia a la expansión imperial del capitalismo. Para Holleman, el discurso del capitalismo verde representa la aceptación del sistema económico y político por parte de las políticas medio ambientales, puesto que éstas consideran que los impactos ecológicos y los efectos negativos del modelo de explotación pueden corregirse con una combinación adecuada de ajustes de las políticas estatales y regulatorias, así como del mercado, unidas al empleo de tecnología. Holleman, sin embargo, recuerda que, aunque peligros como la erosión de suelos están presentes en la memoria y en las experiencias de las sociedades agrícolas, y fueron entendidos por los colonizadores blancos, éstos no evitaron la degradación ambiental.

En el quinto capítulo recupera el concepto de metabolismo social de Marx para estudiar la relación entre el ser humano y la naturaleza en sociedades no igualitarias como la capitalista, donde una élite en el poder decide cómo se organiza el proceso productivo, así como las condiciones socio-ecológicas en que acontece este proceso. Esto dificulta la operatividad de actores pequeños en términos ecológicos, que para poder funcionar y perdurar requieren del apoyo comunitario, activismo y fidelidad. En este sentido expone que la erosión de los suelos es el resultado de la rápida expansión económica desde finales del siglo XIX hasta comienzos del XX, durante el nuevo imperialismo, que transformó de modo violento las sociedades y la tierra, expandiendo la fractura ecológica del capitalismo a nivel global, consolidando las desigualdades ecológicas actuales. Esta argumentación se desarrolla a partir del artículo “Dust Bowls of the Empire”, aparecido en 1939 en el diario británico Round Table, que vincula la expansión del imperio británico con las tormentas de arena durante el Dust Bowl, motivadas por la expansión de la agricultura intensiva. En esta línea cita The Rape of the Earth: A World Survey of Soil Erosion, de G. V. Jacks y R. O. Whyte, publicado en 1939 durante la era del Dust Bowl, que muestra el aumento de la erosión de suelos a nivel global durante el imperialismo ecológico, por la transferencia de la fertilidad de los suelos bajo la forma de alimentos y otras mercancías importadas a países ricos.

Holleman recuerda que incluso estudios recientes no consideran estos aspectos, como el de Sanderson y Frey (2014), que analiza el papel del estado y el capital privado para transformar la región en una fuente de materias primas para la obtención de productos agrícolas. Este análisis como el de Worster (2004) no ofrece un enfoque global de la era del Dust Bowl, aunque vincule los problemas de las planicies al desigual intercambio y a la fractura ecológica. Worster ignora, según Holleman , el rol de lo ideológico en el control territorial por parte de la población blanca, obviando el papel desempeñado por el supremacismo blanco, que es la base del sistema capitalista moderno (Bonds y Inwood, 2016 en Holleman, 2018). De este modo se oculta la naturaleza colonial de los problemas ambientales en las planicies, y se obvia el origen racial asociado a la dominación social del capitalismo, que se esconde con el uso de una retórica de expansión de la democracia. Estos aspectos son centrales para entender la dominación social, como recuerdan las luchas y los discursos de los pueblos originarios en Abya-Yala, el continente americano. Por tanto, la aportación de Holleman es considerar una perspectiva racial para explicar la dominación social, en esta línea cita al sociólogo Naguib Pellow (2007), que considera que la dominación del medio ambiente refleja la dominación sobre los seres humanos. Esto permite establecer vinculaciones con Bolívar Echevarría (2011) y su defensa del ethos barroco frente al capitalista.

El cuarto capítulo señala las contradicciones entre las posibilidades de la ciencia y la economía política del capitalismo. El discurso del capitalismo verde representa la aceptación del sistema económico y político por parte de las políticas medio ambientales. Puesto que éstas consideran que los impactos ecológicos y los efectos negativos del modelo de explotación pueden corregirse con una combinación adecuada de ajustes de las políticas estatales y regulatorias, así como del mercado, unidas al empleo de tecnología. Holleman, sin embargo, recuerda que, aunque peligros como la erosión de suelos están presentes en la memoria y en las experiencias de las sociedades agrícolas, y fueron entendidos por los colonizadores blancos, no evitaron la degradación ambiental. En el quinto capítulo recupera el concepto de metabolismo social de Marx (Bellamy Foster, 1999 en Holleman, 2018) para estudiar la relación entre el ser humano y la naturaleza en sociedades no igualitarias como la capitalista, donde una élite en el poder decide cómo se organiza el proceso productivo, así como las condiciones socio-ecológicas en que acontece este proceso. Esto dificulta la operatividad de actores pequeños en términos ecológicos, que para poder funcionar y perdurar requieren del apoyo comunitario, activismo y fidelidad.

En el capítulo sexto Holleman cuestiona que sea posible solucionar los problemas ambientales sólo desde un enfoque científico-técnico, como pretende el discurso del capitalismo verde y la escuela teórica de la modernización ecológica. Holleman equipara este Green Deal con la reforma de Roosevelt para salvar al capitalismo y frenar, ahora como entonces, las movilizaciones sociales que persiguen un cambio radical. También vincula el New Deal con la Revolución Verde, pues fueron los arquitectos del New Deal, que en parte pretendieron solucionar la crisis del Dust Bowl, los artífices de la misma, que incrementó las cosechas a un costo ecológico y social inmenso. El capítulo séptimo invita a comprender las dinámicas de esta crisis medioambiental global de origen antropogénico, que considera el resultado de la consolidación de un mercado global de productos agrícolas y un régimen alimentario, que ha significado la expropiación de las tierras fértiles. Holleman recuerda que las causas que provocaron el Dust Bowl permanecen vigentes, puesto que el 80% de los suelos están erosionados desde un nivel moderado a severo, lo que afecta directamente a la producción de alimentos. Estas prácticas, según datos de la Naciones Unidas en 2016, provocan cada año la muerte de 12.6 millones de personas al año, un cuarto de las muertes mundiales (UN, 2016), siendo el 45% de las muertes infantiles en 2015 debidas a la malnutrición (World Health Organization, 2016).

Por tanto, este libro resulta especialmente relevante para los académicos latinoamericanos pues permite entender los procesos de despojo desde una perspectiva global. Además, es un aliciente para documentar de manera sistemática estos procesos en el resto del continente y revisar trabajos que permitan completar el estudio de Holleman.

Referencias

BELLAMY FOSTER, J. (2011). “Capitalism and the Accumulation of Catastrophe”. Monthly Review, 63 (7): https://monthlyreview.org/2011/12/01/capitalism-and-theaccumulation-of-catastrophe/

CRONON, W. (1992). “A place for Stories: Nature, History, and Narrative”. Journal of American History, 78 (4), 1347-1376.

DUBOIS, W.E.B. (2003). “The Souls of the White Folk” (1920). Monthly Review, 55 (6), 44-58.

LOCKERETZ, W. (1978). “The Lessons of the Dust Bowl: Several Decades Before the Current Concern with Environmental Problems, Dust Storms Ravaged the Great Plains, and the Threat of More Dust Storms Still Hangs Over Us”. American Scientist, 66, 560- 569.

SCHUBERT, D. S; Suarez, M. J; Pegion, P. J.; Koster, R. D; Bacmeister, J.T. (2004). “On the Cause of the 1930s Dust Bowl”. Science, 303, 1855-59.

United Nations News Centre. (2016). http://www.un.org/apps/news/story.asp?NewsID=53445#.WKoBxKIrI0p

World Health Organization. (2016). “Children: Reducing Mortality”. http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs178/en/


Resenhista

Antonio Chamorro Cristóbal – Investigador independiente ORCID: https://orcid.org/0000-0002-1903-2964


Referências desta Resenha

HOLLEMAN, Hanna. Dust Bowls of Empire: Imperialism, Environmental Politics, and the Injustice of “Green” Capitalism. New Haven: Yale University Press, 2018. Resenha de: CRISTÓBAL, Antonio Chamorro. Historia Agraria De América Latina, v.1, n.1, p. 156-160, abr.2020. Acessar publicação original [DR]

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