El sindicalismo revolucionario en Argentina | Archivos de Historia del Movimiento Obrero y la Izquierda | 2017

Existe en Argentina una fuerte tradición historiográfica en torno a los problemas e interrogantes del mundo obrero, sus organizaciones gremiales y las corrientes de izquierda. Tiempo atrás era posible afirmar que, dentro de este vasto campo, la historia del sindicalismo revolucionario no había alcanzado el estatus y centralidad acorde a su protagonismo histórico. Sin embargo, desde hace ya varios años, su trayectoria en el movimiento obrero y en el mundo del trabajo local se han transformado en una preocupación dentro del campo académico local, lo que permitió articular una interpretación global de esta cultura política que se desplegó en distintas partes del mundo.

La inicial dificultad de visibilizar e identificar una corriente que se originó y tuvo un gran desarrollo en ciertos países europeos (Francia e Italia, por ejemplo) y en pocos países latinoamericanos, sumado a las reiteradas confusiones con el anarcosindicalismo, entraban en tensión permanente con el peso específico de las ideas y militancia sindicalistas en la experiencia gremial y política de los trabajadores en la Argentina. Disueltos en la memoria histórica e historiográfica, tal vez por la ausencia de herederos políticos que la reivindicaran, la historia de la corriente sindicalista tuvo que esperar hasta los inicios de los años 60 para encontrar, de la mano de uno de sus protagonistas, Sebastián Marotta, una crónica extensa y reflexiva de la historia del movimiento obrero en clave sindicalista.

Desde entonces, es posible identificar cuatro grandes aproximaciones al estudio de esta corriente, que no se corresponden directamente con momentos o coyunturas particulares, sino que han sido retomadas en diversos periodos del campo historiográfico desde la última transición a la democracia. Un primer grupo entendió a esta corriente como un prolegómeno, prefiguración o insumo del peronismo, o sea, subsumiendo su análisis a la explicación del fenómeno peronista, resaltando aquellos aspectos de marcada continuidad entre ambas identidades. Una segunda mirada se construyó a partir de autores que, interesados en problemas de índole más general, como la historia del movimiento obrero en las primeras décadas del siglo XX o la trayectoria de dirigentes gremiales significativos, dedicaron grandes esfuerzos y páginas a reconstruir la labor sindicalista, prescindiendo de su propia especificidad.

En tercer lugar, otros trabajos que se interrogaron particularmente por el sindicalismo revolucionario, realizando una tarea importante de recopilación de fuentes y de aproximación a la misma, construyeron una visión modélica y estática, abstraída del devenir de su recorrido, sus ideas y prácticas. Allí se catalogaba a la corriente con grandes categorías (apartidario, apolítico, pragmático, adoctrinario) que, aun en su acierto, no encontraban carnadura o una explicación en procesos histórico-concretos de grupos de trabajadores o sectores sindicalistas.

Por último, una cuarta mirada sobre la historia de la corriente se enfocó en ésta sólo como partenaire de las políticas laborales de intervención y arbitraje del radicalismo yrigoyenista. Dentro de este amplio espacio es necesario distinguir dos vertientes. Por un lado, la mayoría de estos trabajos enfatizaron el rol de los militantes sindicalistas y los gremios que dirigían por su participación en la política de limitada integración desplegada por Yrigoyen, buscando frenar a su principal oponente electoral en la ciudad de Buenos Aires, el Partido Socialista. Por otro lado, quienes critican esta perspectiva por limitada y electoralista, retoman la experiencia de la corriente sindicalista como parte necesaria de la nueva relación del gobierno radical con ciertos grupos de trabajadores organizados buscando fundamentalmente expandir su base social. Ni los primeros ni estos últimos se interrogaron por la propia especificidad de la experiencia sindicalista, su lugar en la constelación de corrientes de izquierda y su vinculación con el movimiento obrero, las formas en que tales vinculaciones, competencias y prácticas se transformaron o solidificaron en ciertas posiciones y estrategias.

Dicho desafío –estudiar al sindicalismo revolucionario en su experiencia particular, despojado de miradas que lo ataban indefectiblemente a la comprensión de otros procesos– fue retomado en forma parcial por algunos trabajos que, desde hace pocos años, vienen a iluminar el accionar en gremios, regiones y coyunturas particulares de esta corriente. El presente dossier y los cinco trabajos que lo componen, en esta genealogía posible que hemos planteado, constituyen una propuesta inédita dentro del campo de las publicaciones académicas. Proponen una interpretación de la corriente sindicalista en la primera mitad del siglo XX. Lo hacen a través de una preocupación común, la experiencia particular del sindicalismo rioplatense, atendiendo al examen de sus prácticas concretas, concepciones, contextos de intervención, la propia historicidad y el devenir de dicha corriente. Así también, tiene en común el sistemático relevamiento de las fuentes primarias, variadas, en diálogo con la bibliografía y con un corpus múltiple en el origen de la documentación (estatales, empresariales, prensa en general y de izquierda, memorias, etc.). Cabe destacar que son fuente principal de estos trabajos la prensa sindicalista y los periódicos gremiales, una fuente prolífica y completa.

Así, aparece en primer plano la prensa sindicalista, escasa si se lo compara con las otras corrientes de izquierda –en los años 30 de hecho no contó con un periódico propio– pero potente como materialidad de los indicios de su historia: La Acción Socialista, La Acción Obrera, La Batalla Sindicalista; pocos, pero fructíferos a la hora de desplegar nuevos análisis. Por otro lado, las publicaciones oficiales de los gremios y centrales donde tenían fuerte presencia, e incluso dirigían, también constituyen un acervo documental rico y variado: El Obrero en Madera, El Obrero Ebanista, El Obrero del Mueble, La Unión del Marino, La Unión Obrera, La Organización Obrera, Acción Obrera, El Boletín de la CGT y CGT. Por cierto, cada uno de los trabajos ha abordado tales documentos con sus propios interrogantes y perspectivas, pero de conjunto abonan al estudio exhaustivo, integral y a la vez específico del sindicalismo revolucionario. Pero, fundamentalmente, logran captar la labilidad, versatilidad y los cambios que esta corriente tuvo, con una intensidad como tal vez no tuvo ninguna otra de las tradiciones de la izquierda en Argentina. Captar dicha transformación –desde sus iniciales bríos revolucionarios de principios del siglo XX, hasta su posición abiertamente negociadora, moderada, pragmática y reformista de la década de 1930, con momentos de crisis y reverberación de expresiones revolucionarias, como los aquí llamados “sindicalistas rojos”– es la preocupación que atraviesa el conjunto de los trabajos, y la mayor potencia de los mismos.

De esta manera, Alejandro Belkin abre el dossier con un análisis minucioso de los debates y prácticas del sindicalismo en la llamada “semana roja” de 1909, en abierta confrontación con el socialismo y en alianza con el anarquismo. Allí se desbroza la canonizada interpretación del socialismo y su protagonismo en la huelga general declarada tras la represión, y se visibiliza una nueva configuración política donde el sindicalismo fue determinante en las consignas, la movilización y el despliegue de la huelga.

Por su parte, Laura Caruso indaga las formas, nociones y prácticas de la militancia sindicalista en el gremio marítimo, centrándose en la construcción de una federación nacional, el control sindical del trabajo, la figura emblemática del soldado federado y sobre todo, la cambiante y polisémica concepción del derecho y la ley que sostuvieron los sindicalistas en diversas coyunturas, como se observa en 1919 en la presentación de un proyecto de ley de asociaciones profesionales, en el debate sobre la personería jurídica en los inicios de la década de 1920, y en el debate sobre la ley de jubilaciones en 1924. En un sentido similar, Walter Koppmann indaga las prácticas e ideas del sindicalismo militante en la rama de la industria del mueble, en particular el sindicato de ebanistas, deteniéndose en algunos de sus aspectos más característicos, como fueron el control de trabajo, la tarjeta sindical, la defensa de la autonomía artesanal y la centralización de decisiones, así como también en la construcción de la central obrera y los debates al interior de la corriente en los primeros años 20 y su repercusiones en el sector.

Cristian Aquino reconstruye el debate político e ideológico desplegado entre los propios sindicalistas en el sector ferroviario entre 1920 y 1923, entre los calificados de La Fraternidad como los de la FOF y demás agrupamientos, para reinterpretar los orígenes de la Unión Ferroviaria ya no en clave de disputa del sindicalismo con el PS sino como un debate al interior de la propia corriente. Por último, Leandro García reflexiona en clave discursiva en torno a las concepciones de prescindencia política del sindicalismo al frente de la CGT con respecto al fascismo, mostrando una radicalización en las concepciones de esta corriente en la primera mitad de la década de 1930, y reivindicativas de una tradición revolucionaria, incluso mayor de lo que la historiografía ha logrado dilucidar.

Es así que nos complace poner a disposición de los lectores un cúmulo de investigaciones y reflexiones sobre el sindicalismo revolucionario en las primeras décadas del siglo XX que nutre de manera significativa y crítica la historización de dicha corriente.


Organizadores

Alejandro Belkin – UBA – CEHTI. E-mail: [email protected]

Laura Caruso – Conicet- IDAES/UNSAM – UBA. E-mail: [email protected]


Referências desta apresentação

BELKIN, Alejandro; CARUSO, Laura. Presentación. Archivos de historia del movimiento obrero y la izquierda, n.10, p. 9-12, mar./ago. 2017. Acessar publicação original [DR]

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