Historia secreta mapuche 2 | Pedro Cayuqueo

Por más de una razón justificada descreo de las “historias secretas”, ahora en boga. Al cabo, están lejos de ser secretas y nunca se deciden a constituirse en historiografía. Casi todas terminan por ser obras de segunda mano en cuanto se refiere a sus pretendidos hallazgos; ‘novedades’ que en realidad, desde hace mucho, no lo son. La mayoría de las veces conforman un acto de apropiación, legal en cualquier caso, ejercido por escritores de cálamo vertiginoso, cuya divina virtud consiste en haber extraído de una rica bibliografía arrinconada en los armarios pero desconocida del gran público, antecedentes históricos de vieja data que el historiador, sea profesional o no, refresca, con pleno derecho. El resto lo hace el consumo literario de masas que divisa en ello nuevos hallazgos. Lo secreto, con todo, se diluye apenas uno repara en que buena parte de lo que se escribe y afirma consta largamente en impresos y textos de carácter abierto, que inclusive están en red y a disposición de todos los hijos de la República. No es preciso pensar mal y suponer intención espuria en el acto descrito, aunque este pudiera llegar, en hipótesis, a juzgarse artificioso.

En medio de un contexto así de diverso, este nuevo libro de Cayuqueo repite un plan editorial bien probado ya en el tomo 1 de su “Historia secreta de los mapuche”: prosa sencilla y llana, soltura narrativa, eficacia, lucidez intelectual, sinceridad de principios y preferencia por la anecdota en desmedro de lo problemático -eje de la ciencia histórica propiamente dicha. Todo conjugado en una exposición ‘salpicada’ de acontecimientos y episodios relacionados con la trayectoria de la nación indígena, en esta ocasión desde su “reducción” mediante el recurso a los fusiles (1883). Una especie de mosaico bizantino configurado a partir de fragmentos y piezas sueltas que resultan en una figura dispar pero reconocible. Por más que su artífice se haya apegado al principio cronológico al delinear tamaño perfil, la asunción de los aconteceres que ha elegido referir terminan de resolverse en una clase de raro cantar de gesta incrustado en una estructura literaria de tipo cronístico. A dicho sesgo se une este otro: terminado el libro no hay, tras él, ningún aporte de investigación, en verdad, nuevo. Aparte de la insistencia personal en torno a datos y sucesos depositados en una valiosa literatura anterior, que se deja revisar en la bibliografía que acompaña el tomo. Los pretensos descubrimientos alojan en ella, sin perjuicio que, si se pudiera nombrarlo así, su reexumación sea un mérito inobjetable de Cayuqueo. Al igual que la capacidad de difundirlos con maestría y límpida honestidad entre una lectoría siempre ávida de recibirlos.

De cualquier manera, esa bibliografía muestra huecos considerables ¿Es plausible, v.gr. citar a Estanislao Zevallos sin pasar por las entretelas de La conquista de 15.000 leguas (1878), Viaje al país de los araucanos (1881) y las importantes aunque cuestionables sagas dedicadas a las dinastías mapuches de Cafucura (1884) y Painé (1886)? Lo mismo vale para la opción de concentrarse en un solitario informe de Cornelio Saavedra y no en sus restantes papeles, editados de conjunto en 1870, piezas cruciales al momento de deletrear el plan chileno de copamiento progresivo de la Araucanía aborigen ¿Puede rescatarse del todo un listado bibliográfico que excluya los minuciosos estudios de Osvaldo Silva Galdames? En fin…

Hay que atender, empero, a un antecedente determinante. Pedro Cayuqueo es periodista y no historiador de formación. Su punto de mira -esto es inexorable- siempre estará más cerca del de Gay Talese y Walter Lippmann que de Salustio, Vasari o Carr. No se le puede pedir a su tentativa reconstructiva convertirse en lo que no es. O sea, apegarse a una línea distinta al espíritu de la forma y la epísteme de prensa, registro en que P. Cayuqueo se mueve con entera ‘facilidad y felicidad’. Asistido, además, de la certeza de entender que las apreciaciones subjetivas, menos autorizadas en otras disciplinas, gozan en la suya de plena razón y autonomía.

A veces la búsqueda personal de imágenes se acompaña de algún chirrido. La obstinación, v. gr., en reivindicar las figuras del samurai y el ronin japonés, tan empapadas de los códigos del bushido (武士道), y trasladarlas, sin solución de continuidad, al Walmapu, lo dejan a uno cavilando ¿Es compatible esta transferencia con las exigencias del Hagakure? ¿Pasaría esta libre asociación la aprobación de Inazo Mitobe o de Thomas Clery? ¿O la de los maestros de esgrima de la Era Heian? Sin embargo, hay muchas otras intuiciones y percepciones de Cayuqueo regadas en el texto de incuestionable valía y pertinencia. Es cierto que aunque se intitule una “Historia” -poco importa si pública o arcana- no lo es en el sentido que le otorgara M. Bloch en su entrañable “Apología”. Sin embargo, la obra en reseña esta cargada de historicidad, que es distinto. Y esto, curiosamente, salva la verdadera naturaleza del libro. Una narrativa conmovedora e impetuosa que hechizará al lector posmoderno, ayuno de pasado pero interesado en este. Como en los días que corren.

La materia de la obra, la Araucanía posterior a la “pacificación” chilena, es vista de modo entrecortado, sonsacando al pretérito perdido episodios, personajes, vidas ejemplares y de las otras, hazañas y tragedias sin cuento. Un tráfago plural, desnivelado y cautivador. Querible.

Dentro de ese maremagnum uno da con eventos de linaje vario. La epopeya dramática de los conas mapuches lanzados a morir frente a la carabina de repetición; la rebatiña inicua de las tierras aborígenes; el inicio de los pueblos y ciudades huincas de la frontera; las correrías bandidescas; el avance de la materialidad grisácea de la civilización criolla; las matanzas; los desafueros vesánicos (el “marcaje Painemal”), los grandes loncos desvanecidos en la vorágine. Las congojas, las esperanzas perdidas y las que nunca se pierden. Un cuadro tan heterogéneo cuanto perpicaz en su tratamiento, aunque en determinados acentos y apreciaciones no se esté de acuerdo con su hacedor.

Estoy cierto que este libro, escrito con el mejor genio y la garra del periodismo culto, arrebatará a su auditorio. Contemplado y juzgado bajo este rasgo exclusivo, Pedro Cayuqueo se justifica por entero, otra vez. Y a su bien merecido éxito.


Resenhista

Eduardo Téllez Lúgaro – Académico de la Universidad de Concepción y de la Universidad de Chile, Chile. Correo electrónico: [email protected] ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5667-5515


Referências desta Resenha

CAYUQUEO, Pedro. Historia secreta mapuche 2. Catalonia: Santiago de Chile, 2020. Resenha de: LÚGARO, Eduardo Téllez. Revista de Historia. Concepción, v.2, n.29, p.722-724, jul./dic. 2022. Acessar publicação original [DR/JF]

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