Laughter in Ancient Rome. On Joking, Tickling and Cracking up | Mary Beard

Estudiar la risa ha sido preocupación de diversos historiadores especialistas en diferentes periodos: Le Goff 1, para la Edad Media; Keith2 , para la Inglaterra de los Tudor; Halliwell3 , para los griegos; Clarke4, para el caso romano; entre otros. Así pues, aunque desde perspectivas y problemas diversos, hay una búsqueda historiográfica por preguntarse acerca de la historia cultural y social a través de la risa. Será precisamente en diálogo con los autores mencionados con los que Beard entabla una investigación histórica de la risa.

En este marco se encuadra este libro, que es, a su vez, fruto de las estancias de Beard como conferencista en Berkley en el año 2008. La importancia de esta investigación está dada, según palabras de la autora, en tanto que de los romanos hemos aprendido a reírnos y sobre qué reírnos. El libro busca establecer puntos de encuentro con lo que ella, tomando al poeta Khlebnivok, llama laughterhood de Roma, pero no pretende ser una exhaustiva búsqueda por la risa romana. El libro tampoco entra con el tema judío y el cristianismo temprano, pero le es imposible separarse de Grecia, por lo que estará en constante diálogo con el mundo helénico. Cabe añadir que la misma autora ha retomado el tema de la risa romana en otra publicación posterior5 , con el objetivo de ampliar y difundir su investigación.

El libro está dividido en dos partes, cada una de las cuales cuenta con cuatro capítulos; un prefacio; y finalmente un epílogo, que contiene agradecimientos, notas y referencias. Pero más allá de su estructura formal, se puede decir que en términos temáticos tiene forma de caracol. Se parte de un punto central, una anécdota romana, la cual vuelve a ser retomada y ampliada conforme va avanzando el libro. Los temas nuevos que se van presentando amplían el análisis de la risa cada vez.

En el primer capítulo, Beard plantea que se puede pensar de una manera diferente a Roma a través de la risa. Es así como, si bien se pregunta qué hacía reír a los romanos, entiende que esa pregunta puede ser convertida en un tema de simpatía porque podría transformarse en “¿qué nos habría hecho reír a nosotros si fuéramos romanos?” Por eso, intenta entender la risa desde el lenguaje, la cultura y la política. No obstante, a la autora le hace falta una pregunta metodológica importante. No se pregunta por lo que, sin ser griego, no era propiamente romano. Pareciera, según la metodología, como si la única conexión romana fuera un diálogo inconcluso con Grecia.

En la segunda parte, Beard hace una inspección teórica sobre la risa para enmarcar el estudio de Roma en un panorama general. Se plantea no solo cuestiones romanas sobre la risa sino también las inquietudes contemporáneas sobre la misma. De esta forma, toma como punto de referencia tres perspectivas teóricas complementarias entre sí. La primera de las teorías que toma Beard es la que arguye que la risa es una forma de burla, más o menos agresiva, en la cual estamos buscando superioridad. La segunda de ellas es conocida como la teoría de lo incongruente. En ella se explica que la risa es la respuesta a una cuestión ilógica e inesperada. En este caso es fundamental la ciencia experimental. La tercera de estas es la conocida por Freud, pero no inventada por él. En este, la risa es entendida como la expresión física de la liberación de energía o emociones reprimidas. A partir de dicho análisis, llega a la conclusión de que la risa romana tiene que entenderse fenómeno tanto natural como cultural.

El tercer capítulo es una refl exión en la que se pregunta por qué la risa les concierne a los historiadores. Si bien en el capítulo anterior se puso a colación las generalidades de la risa, en este busca entender cómo opera la risa en sus particularidades y sus operaciones tanto políticas como sociales. Es por ello que defi ende que, si la risa se encuentra en diferentes formas, es posible hacer un desarrollo de la historia de la risa. Dentro de este panorama, Beard afi rma que su interés con el libro es concentrarse sincrónicamente en el mundo romano del II siglo a.C. hasta el II siglo d.C.

En el cuarto capítulo, la historiadora inglesa hace un análisis del vocabulario de la risa, la sonrisa y el humor. En diálogo con el libro de Halliwell sobre la risa en Grecia, Beard analiza la diferencia entre el mundo griego y romano de la risa. Hace hincapié en los problemas de las fuentes, en tanto es consciente que no es posible saber cómo era una visión general de la risa, así como poco o nada se sabe de los pobres, los esclavos o las mujeres. Dentro de las cuestiones metodológicas, tiene como base dos guías. La primera, es que la risa en Grecia y Roma “were simultaneously both foreign to each other and also so mutually implicated as to be impossible to be separate” (88). La segunda, es que muchas de las cuestiones que se creen griegas, son en realidad romanas, en tanto se presentan como reconstrucciones e interpretaciones sobre el mundo griego en el periodo romano, como el caso de Demócrito y los espartanos con su culto a la risa.

En el quinto y sexto capítulo se analiza la risa en la oratoria romana y su impacto en la élite. Es así como realiza, desde lo escrito en De Oratore, un análisis práctico y teórico en lo que podía genera risa en la audiencia, pero también se nutre por las posturas de Quintiliano y Estrabón. Desde los excesos y la crueldad de la risa de Calígula y Heliogábalo, llega la conclusión de que la risa, en otras palabras, era una clave para entender la forma de operar en los discursos romanos relaciones de poder entre los emperadores y los demás sujetos.

El objetivo del séptimo capítulo es analizar el humor entre los humanos y los animales, en específico, el vínculo con los monos. De los puntos importantes que trata es la imitación como un componente fundamental en la risa romana. En ese sentido, el mono, al ser la criatura más imitativa —según las fuentes romanas—, es un causante de risa. El mono era visto en Roma como una especie de caricatura del ser humano.

En el último capítulo la autora hace una crítica de fuente del manuscrito Philogelos. Plantea que no es del todo posible saber cuáles de los chistes que allí están pueden ser romanos y cuál era la intención en recopilarlos. Sin embargo, hace el cotejo con otras fuentes para analizar continuidades y disrupciones con la época Bizantina. Encuentra que los romanos se inventaron el chiste tal y como lo entendemos hoy en día.

Laughter in Ancient Rome. On Joking, Tickling and Cracking up es un libro obligatorio para entender la historia de la risa, y que, en su justa medida, podría dar una nueva imagen de Roma aun cuando no logre una reestructuración de la historiografía sobre Roma. Sin embargo, el libro contiene dos problemas. El primero es que no hay un análisis, ni siquiera una mención, a las inscripciones romanas de la vida cotidiana, cuestión que la autora ha trabajado, aunque no desde la óptica del humor. No obstante, el problema más serio radica en que no hay una clara distinción entre humor y risa, términos que son necesariamente correlativos. Más allá de una búsqueda sistemática que permita unifi car una teoría de la risa romana, el libro resulta una invitación a una nueva perspectiva histórica. Así que, en últimas, el objetivo de esta reseña es invitar a que sean invitados al estudio de la risa.

Caracterización técnica de la escultura policromada en la Nueva Granada, una investigación madurada durante años, ha entrado dentro de la bibliografía referente al arte neogranadino como una obra fundamental, de lectura obligatoria para todo aquel que esté interesado en el estudio de la escultura del periodo indiano en lo que actualmente es Colombia.

Notas

1 Jacques Le Goff , “Rire au Moyen Age”, Cahiers du Centre de recherches historiques 3 (1989): 1-14.

2 Thomas Keith, “The place of laughter in Tudor and Stuart England”, Times Literary Supplement, enero 21, 1977.

3 Stephen Halliwell, Greek Laughter: A Study in Cultural Psychology from Homer to Early Christianity, Cambridge: Cambridge University Press, 2008.

4 John. R Clarke, Looking at laughter: Humor, Power and Transgressión in Roman Visual Culture, 100 B.C.-A.D. 250 (Berkeley – Londres – Los Ángeles: University of California Press, 2007).

5 Mary Beard, “Did the Romans Laugh?”, Annales (English Ed.) 67, no. 4 (2012): 581–96. DOI: https:// doi.org/10.1017/S2398568200000388.

Referencia

Beard, Mary. “Did the Romans Laugh?”. Annales (English Ed.) 67, no. 4 (2012): 581–96. DOI: https://doi.org/10.1017/S2398568200000388

Clarke, John R. Looking at laughter: Humor, Power and Transgression in Roman Visual Culture, 100 B.C.-A.D. 250. Berkeley – Londres – Los Ángeles: University of California Press, 2007.

Halliwell, Stephen. Greek Laughter: A Study in Cultural Psychology from Homer to Early Christianity. Cambridge: Cambridge University Press, 2008.

Keith, Thomas. “The place of laughter in Tudor and Stuart England”. Times Literary Supplement, enero 21, 1977.

Le Goff , Jacques. “Rire au Moyen Age”. Cahiers du Centre de recherches historiques 3 (1989): 1-14.


Resenhista

Sebastián Uribe Rodríguez – Universidad Nacional de Colombia. https://orcid.org/0000-0001-5170-8605 E-mail: [email protected]


Referências desta Resenha

BEARD, Mary. Laughter in Ancient Rome. On Joking, Tickling and Cracking up. Berkeley/Los Angeles/ London: University of California Press, 2014. Resenha de: RODRÍGUEZ, Sebastián Uribe. Artificios. Revista Colombiana de Estudiantes de Historia. Bogotá, v. 16, p. 69-72, mayo. 2020. Acessar publicação original [DR]

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