Napoleone deve morire: L’idea di ripetizione storica nella Rivoluzione francese | Francesco Benigno, Daniele Di Bartolomeo

¿Cuántas veces se recurre a la historia para legitimar una idea o una forma de poder, para examinar un determinado presente, para temer o vaticinar un futuro no muy lejano? Al plantear esta pregunta y prever que la respuesta puede comprender un número de infinitas posibilidades, conviene preguntarse por las reflexiones que se han hecho desde la historiografía a propósito del problema que los autores del texto Napoleone deve morire, l’idea di ripetizione storica nella Rivoluzione francese indican bajo el concepto y el preconcepto de la repetición histórica. Un caso emblemático en el mundo contemporáneo lo ha suscitado la pandemia del covid-19, cuya comprensión en cuanto fenómeno global —especialmente en el primer año de la difusión del virus—, implicó la reflexión sobre ciertas experiencias similares en el pasado (desde la gripe española de 1918 hasta la peste de Atenas de 430 a. C., incluyendo la peste negra de 1300 y la gran plaga de Londres de 1600). Esto, con el fin de responder a las preguntas del propio presente y verificar una repetición histórica.

Otro ejemplo tiene que ver con la pregunta por el regreso a los regímenes totalitarios cuando algunas formas dictatoriales ponen en riesgo los modelos democráticos; y en esta línea, los casos de estudio se pueden extender al infinito. El laboratorio histórico-político que han elegido los autores del libro es la Revolución francesa, no obstante una historiografía consolidada y la vastísima producción alrededor del argumento; ahora: ¿se puede construir una investigación original a propósito de la Revolución francesa? A pesar de que la primera respuesta podría ser divergente o escéptica, el texto presenta la Revolución francesa desde una lente novedosa, al plantearse el objetivo de establecer cómo la posibilidad de que ciertos eventos del pasado pudiesen volver a presentarse condicionó no solamente los discursos, sino las acciones de los más importantes protagonistas e, incluso, de todos los agentes que participaron de las turbulentas dinámicas revolucionarias. Se trata de una investigación que busca profundizar en la idea de la repetición del pasado como motor de la acción política y como agente de la construcción misma de la historia.

Así, cuando en el alba de aquel ominoso 18 brumario de 1799, Napoleón en su discurso hiciera una invitación a desconfiar de la repetición histórica —“no se busquen en el pasado casos que puedan dilatar vuestra marcha”—,2 estaba al mismo tiempo afirmando su presencia y confirmando su importancia. El mismo general, en quien muchos habían visto la repetición de un nuevo César o un nuevo Cromwell, buscaba a través de estas palabras exorcizar los efectos de lo que él mismo reconocía, siguiendo a la historiadora Annie Jourdan, como “la magie du passé”,3 a saber, ese “misterioso encanto que parecía obligar a los protagonistas a recorrer los caminos ya escritos de la historia” (p. 7). El libro se abre, entonces, estableciendo la importancia de la idea de la repetición histórica como un gran dispositivo capaz de vehicular las acciones humanas en el tiempo.

Los autores, antes de profundizar, y por coherencia con el argumento, se plantean el problema acerca de algunos de los puntos teóricos de referencia en los cuáles la filosofía y la historiografía han reflexionado sobre la idea de repetición histórica, con el fin de sentar las bases mismas del análisis y dar mayor peso a la elección de la Revolución francesa. En el siglo XIX son dos los grandes exponentes que plantean la cuestión: Chateubriand y Marx. El primero interpretó la Revolución francesa a través de casos y analogías propuestas por otras revoluciones en el pasado, tratando de configurar, entre otras cosas, una doctrina capaz de construir previsiones.4 El segundo, a través del famoso texto El 18 brumario de Luis Bonaparte, estableció un doble registro de historicidad: por una parte, planteó la necesidad histórica de la réplica; por otra, estableció el destino de la revolución de 1789 como norma (la revolución de las demás revoluciones), con el fin político de dejar abiertas las puertas de lo que él mismo entendía como la verdadera revolución (aquella del proletariado).5 Por su parte, en la historiografía del siglo XX, debido a la distancia que algunos de los historiadores más importantes interpusieron entre el problema de la repetición histórica y la Revolución francesa, la cuestión se puso entre paréntesis y fue considerada como marginal. Uno de estos fue el historiador marxista Georges Lefebvre, quien en una reseña del libro de Harold T. Parker acerca del culto a la antigüedad durante la Revolución francesa6 liquidó el problema afirmando la impostura discursiva de la formación letrada de los revolucionarios y desvalorizando, al mismo tiempo, la influencia que la idea de la repetición histórica pudiese haber tenido en el desarrollo de la Revolución francesa.

Lo que está en juego dentro de la narrativa del libro no es otra cosa que el uso político del pasado. La gran paradoja es que, durante años, hasta los estudios más proficuos e interesantes sobre la Revolución francesa han hecho de esta una ruptura radical con el pasado, liberándola —en múltiples formas y erróneamente— de las diferentes maneras en las que se relaciona e interactúa con la historia que la precede. De aquí que el propósito central del texto sea:

estudiar seriamente el significado que las diferentes referencias al pasado tuvieron para los agentes históricos, los cuales, en una situación de extrema incertidumbre, se sentirán llamados a ajustar cuentas con la imponderabilidad del futuro en un contexto de toma de decisiones extremamente difíciles. La hipótesis sobre la cual se basa el presente trabajo consiste en afirmar, en otras palabras, cómo la selección de eventos del pasado, comprendidos como susceptibles a repetirse, se hayan convertido, en ciertos contextos, en una brújula importante, una forma de orientarse en el presente y de plasmar el futuro. (p. 25)

Se trata, en consecuencia, de un texto que saca vino nuevo de odres viejos, poniendo al centro la cuestión sobre la repetición histórica a través de un complejo análisis de fuentes de carácter heterogéneo, compuesto tanto por un corpus investigativo de documentos escritos (entre estos: libros, periódicos, panfletos, manifiestos, proclamas, reportes y actas de los consejos) como iconográficos, desde el Van Dyck que Luis XVI poseía de Carlos I Stuart, hasta la producción visual que afirmó el mito del posible atentado —a la Marco Junio Bruto— del nuevo primer cónsul, difundido por Lucien Bonaparte con el fin de legitimar el poder de Napoleón. Dentro de las fuentes escritas se destacan en forma particular aquellas que hacen referencia a publicaciones de periódicos como Le Moniteur Universel, L’Ami du peuple, y la contrapartida legitimista, L’Ami du roi, en los cuales las reflexiones y las analogías del pasado se alargan y se convierten en una gran preocupación coral.

Así, al examinar no tanto los eventos como los momentos de incertidumbre, entre lo acontecido y aquello por acontecer, los autores introducen el concepto de la pensabilità .pensabilidad), para definir la capacidad de los actores históricos de barajar diferentes posibilidades de repetición histórica con el fin de comprender y explicar el propio presente, así como de representar el futuro. En esta línea, el libro se distribuye analíticamente en cuatro grandes capítulos: el primero (“Una historia fatal”), comprende el periodo entre 1790 y 1791, cuando corría la voz y la idea de que Luis XVI pudiera repetir el destino de su predecesor Carlos V de Valois. El segundo (“Esperando a un general”), en donde, de cara a los desórdenes revolucionarios entre 1789 y 1793, se afirmó el temor de que una figura militar y política pudiera hacerse con el poder. El tercero (“El fantasma de la guerra civil”), comprende la lucha entre los patriotas de la monarquía derrocada y las consecuencias de la decapitación de Robespierre, periodo en el cual se difundió el temor de que el nacimiento de la República pudiera conducir a una época de guerras civiles, como aquellas vividas durante la experiencia de Cromwell en Inglaterra. El cuarto y último capítulo (“Más allá de la República”), se ocupa de los discursos emergentes después del fallido golpe de Estado de Dumouriez y la conquista del poder por parte de Napoleón. El libro se cierra con una conclusión en la cual los autores confrontan al público lector acerca de la importancia de interrogar ese “misterio de la repetición” en una clave menos mistificante e historiográficamente más responsable y que solo es posible a través de un concienzudo trabajo con las fuentes. De esta manera, se integra el problema de la repetición histórica a la ya rica reflexión sobre los usos del pasado y de la comprensión misma del tiempo histórico, que ha ocupado el trabajo de algunos de los más importantes historiadores del mundo contemporáneo como Reinhart Koselleck.7

La idea de la repetición histórica se muestra como compleja y dinámica. Un factor decisivo para la comprensión de tiempos álgidos. Un auténtico escenario de disputa en medio de una superposición de usos y de intenciones, de límites y de posibilidades del pasado. Lo que los autores evidencian, en último término, es la importancia del estudio de una historia política de la mentalidad en el proceso mismo de sus transformaciones, apuntando, entonces, hacia una perspectiva epistemológica de la comprensión de ciertos fenómenos, planteada desde una metáfora contemporánea, en tiempo real.


Notas

  1. Traducción al español: Napoleón debe morir: la idea de la repetición histórica durante la Revolución francesa.
  2. Bibliothèque National Française, “Conseil des anciens. Séance du 18 brumaire an 8 (09/11/1799)”, Gazette Nationale, ou Le Moniteur universel 49 (1799): 192.
  3. Annie Jourdan, Napoléon. Héros, imperator, mécène (Paris: Aubier, 1998).
  4. François-René de Chateubriand, Essai historique, politique et moral sur les révolutions anciennes et modernes, considérées dans leurs rapports avec la Révolution française (Londres: Deboffe, 1797).
  5. Karl Marx, Il 18 brumaio di Luigi Bonaparte (Roma: Editori Riuniti, 1991).
  6. Georges Lefebvre, “reseña de H. T. Parker, The Cult of Antiquity and the French Revolutions”, Annales historiques de la Révolution française 89 (1938): 465-468.
  7. Reinhart Koselleck, Futuro Passato. Per una semantica dei tempi storici (Genova: Maretti, 1986).

Resenhista

Hernán Rodríguez Vargas – Istituto Italiano per gli Studi Storici Benedetto Croce, Italia. E-mail: [email protected] https://orcid.org/0000-0002-6830-2641


Referências desta Resenha

BENIGNO, Francesco; DI BARTOLOMEO, Daniele. Napoleone deve morire: L’idea di ripetizione storica nella Rivoluzione francese.1 Roma: Salerno Editrice, 2020. Resenha de: VARGAS, Hernán Rodríguez. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. Colombia, v. 50, n.1, p. 438-441, ene./jun. 2023.Acessar publicação original [DR/JF]

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