Teorías sobre La ciudad en américa Latina Z Blanca Ramírez Linares

Las políticas del neoliberalismo tienen una dimensión territorial que está generando nuevos paradigmas espaciales sobre los cuales es necesario teorizar desde una perspectiva regional en América Latina. Esa es la misión que Blanca Ramírez y Emilio Pradilla abordan con la presente compilación que revisa las geografías teóricas predominantes en las ciudades de América Latina en el último medio siglo. El libro convoca a veinte connotados investigadores latinoamericanos a realizar un balance sobre la producción teórica en los temas centrales de la ciudad, recuperando valiosos referentes regionales que les permite proponer una agenda de investigación original y crítica, más allá del pensamiento hegemónico vigente.

Si bien las últimas décadas se han caracterizado por una mayor importación de teorías generales en la región, el compendio pone en la mesa de debate los paradigmas del neoliberalismo actual, proponiendo una revisión que lleve al desarrollo de soluciones propias que deriven en la elaboración de modelos teóricos con un alcance continental. El libro es producto del “Seminario Taller Internacional: Teorías sobre la ciudad contemporánea en América Latina” como parte de la Red Latinoamericana de Investigadores sobre Teorí a Urbana, y viene a mitigar la notable ausencia de trabajos teóricos en América Latina, además de recuperar los esfuerzos conceptuales en una región caracterizada por la raquítica inversión en investigación y desarrollo.

La publicación está dividida temáticamente en dos volúmenes, y destacan entre los ensayos referidos el de Emilio Duhau quien realiza un análisis hemerográfico sobre la investigación urbana y las metrópolis latinoamericanas a través de la discusión crítica de las perspectivas teórico-metodológicas dominantes en el último medio siglo. Duhau analiza en primera instancia el debate sobre la marginalidad en contraposición con la modernidad, pasando por la sociología francesa neomarxista-estructuralista comenta que fue notable la diversificación de temas y orientaciones teóricas en la investigación urbana consolidándose más tarde los estudios urbanos de la globalización. Sin embargo, al respecto no omite referir la aparente complacencia de algunos académicos por habitar una ciudad considerada entre las ciudades globales sin cuestionar la consecuente polarización socioespacial, la persistencia de la ciudad construida, o la adopción de dicho modelo a ultranza.

Daniel Hiernaux analiza la evolución de la teoría urbana que vincula el desarrollo de las ciudades con el de las regiones refiriendo la manera como investigadores urbanos -militantes y críticos- contrastan con la docilidad de otros para maquilar estudios dirigidos a beneficiar a las empresas patrocinadas por el Estado. Partiendo de los trabajos seminales de la CEPAL refiere que más tarde en la década perdida de los ochenta dicho modelo sería abandonado al igual que la mayoría de las políticas de carácter regional. Hiernaux identifica distintos modelos regionales como los sistemas de ciudades, la ciudad difusa, la ciudad global entre otros, los cuales muchas veces esconden las desigualdades, jerarquías y particularidades de la relación entre ciudades y regiones.

El sociólogo brasileño Luiz César de Queiroz Ribeiro de la Universidad Federal de Río de Janeiro, analiza las particularidades de la urbanización latinoamericana dual y, a partir de los planteamientos de Arrighi y Braudel, propone una nueva conceptualización de los procesos de Metropolización, en donde destacan entre las particularidades latinoamericanas: la velocidad e intensidad de transferencia demográfica campo-ciudad, la generación de una red urbana desarticulada, la desconexión entre urbanización e industrialización que genera la informalidad, la segregación residencial y la ausencia de una planeación efectiva.

El coordinador, y uno de los investigadores urbanos más reconocidos en la región, Emilio Pradilla Cobos aborda la relación entre la economía y las formas urbanas en América Latina y señala que los procesos territoriales en la región han sido explicados sistemáticamente con modelos de países hegemónicos “evidenciando el colonialismo intelectual vigente”. Surge sin embargo una pregunta ineludible: ¿cómo construir teorías propias cuando los conceptos analíticos son derivados del mismo modelo hegemónico?, es decir, como planteaba Foucault, ¿cómo explicamos un fenómeno si utilizamos las estructuras discursivas que se encuentran a la base de la producción del conocimiento científico en un periodo determinado? Trazando un recorrido intelectual de la disciplina, Pradilla refiere los planteamientos conceptuales de la marginalidad, el dualismo, la dependencia y el subdesarrollo, y elabora una crítica en donde por una parte el concepto de Globalización sirve como justificación de las políticas de desarrollo, y por la otra dicha noción es señalada por muchos investigadores como la causante de todos los males, proponiendo en cambio el Desarrollo desigual y combinado como herramienta de análisis teórico para explicar la relación entre la economía y el territorio.

El economista colombiano Samuel Jaramillo sintetiza una labor de varias décadas investigando las transformaciones de los mercados de suelo urbano en América Latina a partir de las prácticas urbanísticas. Partiendo de la crítica a la planeación funcionalista en donde los instrumentos operativos nunca fueron suficientemente fuertes para ser efectivos, Jaramillo sostiene que en las últimas décadas ha habido una subordinación al mercado inmobiliario siguiendo su lógica: es decir, privilegiando los usos más rentables en los centros históricos mientras se reserva la periferia extrema para ubicar a la vivienda social. El reconocimiento de estos mecanismos permite entonces la recuperación de plusvalías para financiar obras de interés público mediante instrumentos y políticas específicas.

Más adelante, el sociólogo y planificador venezolano Alberto Lovera aporta una visión regional sobre el capital inmobiliario en la producción de la ciudad, en cuyos procesos (cito): “se entrecruzan las lógicas del mercado, del Estado y de la necesidad”, y en donde es necesario identificar sus articulaciones. Una veta importante fueron los estudios entre las décadas de los setenta y ochenta sobre la operación de la industria de la construcción, ya que comprende las actividades dedicadas a la producción, circulación y consumo del medio ambiente construido.

La geógrafa mexicana, Blanca Ramírez Velázquez analiza los cambios urbanos a partir de los esquemas de movilidad vigentes, advirtiendo que desde una perspectiva marxista la movilidad cambia en cuanto a la forma e intensidad de uso, pero no así en su naturaleza como vínculo entre agentes y procesos en la ciudad. La autora distingue entre el medio de desplazamiento y la infraestructura como soporte material de la movilidad y destaca la visión de los distintos agentes como parte activa en su reproducción en el territorio. Efectivamente, el considerar la dimensión simbólica de los desplazamientos así como las causas que originan los desplazamientos, es la única manera de dar cuenta del proceso en su conjunto. Ramírez cuestiona atinadamente la adopción de los llamados “casos de éxito”, fabricados y mercantilizados por agencias internacionales y en cambio nos propone utilizar la movilidad como instrumento analítico para entender la construcción del territorio a partir de la relación de escalas que se dan en dichos procesos.

Por su parte, el sociólogo argentino Pedro Pírez aborda los servicios urbanos en América Latina como parte de las condiciones de reproducción del capital en la región. Una distinción importante entre la infraestructura y el servicio permite a Pírez profundizar sobre los procesos de privatización de los cuales están siendo objeto en los últimos años, haciendo más dramáticas las condiciones de la urbanización popular en donde (cito): “los servicios se caracterizan por la exclusión, la alta precariedad y la autoproducción”, de modo que a las carencias ancestrales, la privatización de infraestructuras y servicios le agrega un nuevo componente de marginación y exclusión a los más desfavorecidos. Es cada vez más evidente que la privatización de los servicios responde a una lógica de rentabilidad que deja fuera las zonas de escasos recursos, contribuyendo a la expoliación de este sector, justificada por la lógica del mercado: el que no tiene, no puede acceder a los servicios básicos.

A continuación Priscilla Connolly aborda las grandes extensiones de asentamientos populares auto producidos de manera incremental por sus habitantes como paradigma latinoamericano. En un inicio, el llamado “Hábitat popular” fue abordado por investigadores que buscaban cuantificar, localizar, clasificar y proponer soluciones al “problema”. Trabajos seminales de Riofrío, Ludeña, de Mattos, Bolívar y Acuña entre otros, posicionaron el tema en la agenda de la planeación, llegando incluso –como en el caso del Perú– a convertirse en objeto de políticas públicas específicas para institucionalizarlas. Otras aproximaciones buscaban su regularización material y legal por medio de la lucha social con el objeto de integrar a las comunidades marginadas a la sociedad en su conjunto. Con documentación extensiva sobre el tema, Connolly analiza los planteamientos de Germani, Castells, Singer y Kowarick sobre la marginalidad y sus derivados, cuestionando las visiones asistencialistas mediante alternativas de movilización social reivindicativa.

En el siguiente capítulo, Rene Coulomb Bosc revisita las políticas de vivienda en América Latina identificando un abandono del modelo intervencionista, pasando por las estrategias “facilitadoras” (promovidas por el Banco Mundial) y llegando finalmente a la territorialización de las políticas de vivienda. Coulomb destaca la importancia del déficit cualitativo más allá del déficit cuantitativo de viviendas, además de considerar que las políticas habitacionales deben evidenciar las contradicciones sociales que éstas buscan resolver y evaluar en qué medida lo logran. No obstante, es evidente que dichas políticas han tomado siempre en cuenta su potencial como impulsores de la industria de la construcción por su uso intensivo de mano de obra. Coulomb sostiene que la política habitacional está orientada a la provisión de créditos que –al depender del mercado del trabajo– la vuelve más vulnerable con respecto a las crisis recurrentes que conoce América Latina desde la década de los ochenta. La financiarización de las políticas de vivienda está teniendo efectos múltiples que van desde el fomento de la cultura del no-pago, hasta el desalojo derivado de la crisis de los créditos que conociera incluso nuestro vecino del Norte. En ese sentido, la reciente camada de políticas habitacionales que promueven la redensificación de la ciudad construida es una acción que depende de la lógica de la renta del suelo, por lo que –concluye el autor– generan una mayor segregación residencial y exacerban la conflictividad urbana.

Una visión crítica hacia la ciudadanía y los movimientos sociales urbanos es lo que aborda Sergio Tamayo refiriendo la transición de los movimientos sociales combativos y críticos en gestores de vivienda y de recursos, sin un proyecto social y político alternativo que los sustente. Tamayo advierte también que es precisamente el neoliberalismo el que ha promovido la individualización de los derechos y responsabilidades tanto en cuestión de la obtención de financiamiento, como en cuanto al posicionamiento político y social. La ciudadanía como sujeto del cambio social atraviesa por transformaciones importantes, desde su relación con el Estado, pasando por los derechos ciudadanos hasta consolidar su legitimidad social. No obstante, la ciudadanía puede también convertirse en “una forma de homogeneizar la pluralidad sin contradicciones, sin lucha de clases y sin intereses antagónicos”, lo cual podría efectivamente suavizar movimientos de lucha, alternos y radicales, portadores de cambios que vayan más allá del sistema capitalista.

En su conjunto, los autores aportan una reflexión teórica sobre el debate actual en torno a la manera como el neoliberalismo está modificando la naturaleza de los procesos territoriales, quedando éstos sujetos a factores supranacionales y superestructurales en donde las decisiones básicas de la economía quedan en manos de las poderosas multinacionales deslocalizadas. Sin embargo, nuevos fenómenos han emergido a partir de la financiarización de la economía como son la vivienda social de producción privada, los fraccionamientos cerrados, la inseguridad urbana, los megaproyectos, las operaciones de renovación urbana, la redensificación de asentamientos populares, los proyectos de movilidad o las nuevas formas de socialización y activismo basadas en las redes cibernéticas que deben ser objeto de una nueva agenda Latinoamericana de investigación.

En síntesis, más allá de la complejidad y variedad de enfoques en los temas presentados, el libro cumple con el objetivo de recuperar los importantes referentes teóricos producidos en la región en el último medio siglo y sienta las bases para la elaboración de modelos interpretativos propios “independientes de las presiones homogeneizadoras del pensamiento único neoliberal y del colonialismo intelectual”


Resenhista

Alfonso Valenzuela Aguilera – Doctor en Urbanismo, Profesor Investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y profesor invitado en el Instituto de Altos Estudios para la América Latina en la Universidad de Paris-Sorbona y en el Instituto de Investigaciones Urbanas y Regionales de la Universidad de California en Berkeley.


Referências desta Resenha

LINARES, Blanca Ramírez; COBOS, Emilio Pradilla (Compiladores). Teorías sobre La ciudad en américa Latina. Ciudad de México: Universidad Autónoma Metropolitana, 2013. 2 Vol. Resenha de: AGUILERA, Alfonso Valenzuela. Tiempo Histórico. Santiago, n.8, p. 159-163, 2014. Acessar publicação original [DR]

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