Tratados de paz en las pampas. Los ranqueles y su devenir político (1850-1880) | Graciana Pérez Zavala

A pesar de que una de las prioridades de la elite dirigente argentina en la tarea de edificar el Estado Nacional era asegurar las fronteras y construir la imagen de una unidad geopolítica – a partir de la visualización de cierto espacio como “territorio nacional” –, los conflictos internos y externos que conmovían los proyectos de acción política y control estatal durante la segunda mitad del siglo XIX hacían que la administración central no estuviera en condiciones de disputar el territorio a las poblaciones indígenas de Chaco, Pampa y Patagonia. En esos espacios, por entonces denominados eufemísticamente como “fronteras interiores”, el dominio blanco se mantuvo débil e impugnado durante mucho tiempo por las diversas parcialidades indígenas, las cuales debieron recurrir a múltiples estrategias políticas y étnicas para denunciar la pérdida de sus territorios y recursos. De ahí que la violencia interétnica fuera un componente sustancial de los vínculos sociopolíticos entre las sociedades indígenas y el Estado republicano, invisibilizando otros modos posibles de interacción. Sin embargo, algunas recientes investigaciones –en las que el diálogo entre la Antropología y la Historia tuvo un rol significativo– han comenzado a mostrar que en ese mismo período los postergados y/o frustrados proyectos de expansión y ocupación territorial del Estado convivieron con la actividad diplomática llevada a cabo por gobierno con las principales agrupaciones nativas. Y, en tal dirección, el libro Tratados de paz en las pampas. Los ranqueles y su devenir político (1850-1880) de la historiadora argentina Graciana Pérez Zavala, constituye un claro ejemplo de esas novedosas investigaciones centradas en el análisis de la política de los tratados de paz establecidos por el Estado argentino con el amplio espectro de los agrupamientos indígenas de Pampa y Patagonia.

En efecto, se trata de un volumen seminal que se inserta legítimamente en la profunda renovación teórico-metodológica que experimentaron algunos equipos de investigación de distintas universidades argentinas y manifestaron una temprana preocupación por superar la noción de la frontera como una línea que separaba dos mundos, proveniente de un enfoque político-histórico y militar por mucho tiempo dominante en la historiografía nacional. En consecuencia, propusieron la reconceptualización de esta categoría como aquel espacio de interacción, conflicto y mestizaje, caracterizado por su porosidad y territorialidad cambiante, configurado a partir del contacto entre sociedades con culturas diferentes y que compiten entre sí – de manera pacífica o violenta– por los recursos materiales y simbólicos, sin que ninguna de ellas logre un dominio efectivo sobre la otra. Como corolario, fueron objeto de una relectura crítica aquellas perspectivas tradicionales sobre las interacciones y conflictos socioculturales tras los procesos de delimitación, ocupación y control de los espacios de frontera dentro de la actual geografía nacional, así como las propias trayectorias y posicionamientos de los propios pueblos indígenas en tales procesos históricos de extensión de hegemonía política y construcción territorial.

Además, merece subrayarse el hecho de que la autora de este libro forma parte del Laboratorio de Arqueología y Etnohistoria dependiente del Departamento de Historia de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Río Cuarto, uno de esos tantos equipos de profesionales docentes e investigadores que, de forma pionera, promovieron el estudio de los espacios fronterizos y de los indígenas que constantemente atravesaban los mismos. Por lo tanto, al adentrarnos en las páginas de esta obra, comprobaremos que Graciana Pérez Zavala pertenece a esa nueva generación de especialistas del campo de la etnohistoria indígena preocupados por ahondar en las formas de “hacer política” en las fronteras y, de ese modo, penetrar en el complejo escenario en el que tanto las agrupaciones indígenas como los sectores criollos jugaban sus cartas y realizaban sus apuestas políticas en función de vínculos personalizados y clientelares, sopesando las posibilidades de éxito y/o fracaso de sus acciones. En este sentido, la recuperación de aquello producido por esta investigadora en el marco de su Tesis de Maestría en Antropología defendida en la Universidad Nacional de Córdoba, de los distintos proyectos colectivos de investigación y los debates sostenidos con otros colegas en seminarios, congresos jornadas y en las aulas con los estudiantes, es uno de los rasgos característicos de este libro. Por lo que este nuevo libro de Pérez Zavala es un nuevo producto que convierte al Laboratorio de Arqueología y Etnohistoria en uno de los espacios académicos de referencia a nivel nacional en materia de investigaciones.

Al mismo tiempo, la obra de Pérez Zavala constituye una prueba cabal de los nuevos abordajes que vienen a complejizar la mirada sobre la historia argentina en clave regional, pues refiere a las diversas perspectivas y experiencias de los ranqueles en la vorágine violenta y conflictiva de la frontera sur de Córdoba durante entre las décadas de 1850 y 1880, mostrando – como pocos libros lo han hecho hasta el momento – la profunda imbricación del conflicto interétnico con los procesos de disciplinamiento social e institucionalización del orden estatal durante la segunda mitad del siglo XIX, aspecto escasamente visitado por los historiadores especializados en uno de los episodios centrales del drama histórico nacional. Echando mano de los datos e indicios provenientes de diferentes testimonios documentales – éditos e inéditos (localizados en diferentes reservorios y archivos) – dejados por misioneros, militares, civiles e indígenas que vivieron en la frontera sur durante el período, Pérez Zavala reconstruye las diversas circunstancias que rodearon estas instancias negociación política entre los funcionarios estatales y los grupos nativos como una solvente historiadora de la política en los espacios de frontera. En consecuencia, desde una perspectiva microanalítica, Pérez Zavala detecta con minuciosidad todos aquellos datos e indicios relativos a cómo se desarrollaba la vida en estos espacios, revelando que las sociedades que allí se conectaban –indígena e hispanocriolla– eran colectivos sumamente heterogéneos y que la asimetría de sus lógicas políticas y sociales nutría tanto las prácticas como los sentidos jugados en el terreno del mestizaje. Pero la autora también se asoma a esos documentos con los ojos de una antropóloga, de alguien con un amplio conocimiento del escenario y sus actores que configuran su área de estudio, capaz de recobrar las propias voces y experiencias de quienes – a lo largo de más de un cuarto de siglo – buscaron empeñosamente mantener su autonomía y territorio a través de la guerra y la diplomacia, mientras que paralelamente iban sufriendo un progresivo proceso político y social de arrinconamiento, fragmentación y desgaste.

Finalmente, se trata de un libro cuya trama discute implícitamente con el paisaje étnico “naturalizado” que los antropólogos argentinos de la primera mitad del siglo XX construyeron, en el que esas poblaciones se veían como grandes unidades cultural y racialmente estáticas y permanentes en el tiempo, descontextualizadas de los procesos históricos de contacto y dominación, y ajenas a toda perspectiva que las acercase a la categoría de agentes de la realidad social y política. Por el contrario, los claros argumentos de Pérez Zavala demuestran con solvencia teórica y solidez empírica que las dinámicas de conformación de la agencia política indígena guardan estrecha relación no sólo con las diferentes modalidades y coyunturas de interacción sociopolítica y cultural –en las cuales es posible observar tanto continuidades y rupturas así como similitudes y contrastes–, sino también con las características regionales, esto es, el tipo de intereses conjugados en las relaciones interétnicas, el carácter de frontera que estructuraban estas relaciones, las modalidades jurídicas y legales ofrecidas por las agencias criollas en los diferentes contextos locales y los propios rasgos sociopolíticos de las poblaciones indígenas.

El libro contiene una estructura formal pensada por la autora de la siguiente manera: una introducción que da cuenta de los supuestos, las motivaciones y las preguntas que orientaron la investigación; seis capítulos en los que el lector es conducido exitosamente, debido a la confluencia de una sintaxis cuidada, una narrativa experimentada y un análisis riguroso, por el laberinto político al que se vieron expuestos los ranqueles a partir de la firma de los tratados de paz con las distintas agencias estatales –provinciales y nacionales–; y finalmente, las conclusiones y un completo apartado en el que se detalla el listado de recursos documentales y bibliográficos empleados. Mientras que en el primer capítulo la autora presenta las herramientas conceptuales, el marco teórico-metodológico y el corpus documental seleccionado para la investigación, en el segundo acápite construye un pormenorizado estado de la cuestión a partir de diferentes aportes bibliográficos que le posibilitan determinar quiénes habrían sido los ranqueles y cuál habría sido su dinámica territorial, económica, social y política a lo largo del siglo XIX. Seguidamente, y teniendo como contexto sociohistórico el proceso de construcción del Estado nacional argentino, Pérez Zavala considera en los capítulos tres y cuatro las continuidades y los cambios en la vida de los ranqueles durante el período 1850-1880 a partir de las políticas encabezadas por los cristianos –entre las que sobresalían los proyectos bélicos, diplomáticos y reduccionales– y de las estrategias políticas y económicas empleadas por las agrupaciones indígenas – malones, alianzas formales e informales, traslado de contingentes. Aquí, además, la autora no se restringe a estudiar únicamente los parlamentos o asambleas indígenas desde el punto de vista de las resoluciones o acuerdos finales, sino que se aboca a estudiar el proceso mismo de la toma de decisiones en el seno de esas reuniones comunales de la nación ranquel; tampoco se limita a un análisis que hace abstracción del contexto interaccional de este grupo en particular, sino que completa y complejiza su investigación con referencias a las relaciones intra e interétnicas, ya que las políticas emanadas de las tolderías no pueden explicarse sin hacer referencia a los lazos de amistad y enfrentamientos de las parcialidades ranqueles entre sí y con otras etnias de pampa y Patagonia.

Tras hacer un breve repaso de la situación de la sociedad ranquelina al promediar la segunda mitad del siglo XIX, Pérez Zavala examina a lo largo de los capítulos cinco y seis los múltiples significados de los tratados de paz de la década de 1870, pero sobre todo, enfoca su atención en los efectos particulares que estos acuerdos diplomáticos tuvieron tanto en la vida material como en el campo de las alianzas políticas de los ranqueles. Tomando en cuenta que se trataban de dispositivos diplomáticos reglamentaban tanto las raciones provistas mensual y anualmente por el gobierno como las prestaciones de auxilio – en algunos casos eventuales servicios, como fuerzas auxiliares en el Ejército – por parte de los indígenas, la autora procura puntualizar el escenario al cual se vieron conducidos los ranqueles antes de la “Conquista del Desierto”. Es así que esta investigadora describe minuciosamente la circulación de bienes cristianos en las tolderías, las modalidades de distribución practicadas y los conflictos que brotaban a raíz de su posesión: las mutaciones experimentadas en las posiciones y roles –caciques, capitanejos e indios gauchos– que atravesaban la comunidad y las contradicciones que aparecían dentro de los vínculos entre los diferentes grupos ranqueles (de los toldos principales, de la “orilla” y de la frontera del río Quinto) a partir de la decisión de ciertos caciques que, en su intento garantizar el compromiso con los cristianos, se vieron obligados a apoyar las medidas estatales de represión y control militar sobre los grupos y capitanejos “rebeldes”.

A manera de cierre, Pérez Zavala clausura su libro con una espléndida conclusión en la que, a partir de una nueva y completa síntesis, postula las razones por las cuales los ranqueles optaron por sostener tratados con el Estado argentino aun cuando eran conscientes de que su cumplimiento significaba vulnerar los fundamentos políticos y económicos de su autonomía. En esa dirección, la autora advierte que estas negociaciones no supusieron el abandono de la política bélica de expansión territorial y su reemplazo por una de índole pacífica y consensuada en las esferas del gobierno, sino que conformaron un instrumento alternativo que permitiría “ganar tiempo” a un Estado carente aún de la organización y de los recursos necesarios para controlar, disciplinar y someter por la fuerza a la población indígena. Aclara, además, que esta política de acuerdos y tratados propiciados activamente por el Estado central con los grupos ranqueles – y, alternativamente, con otras agrupaciones nativas –, la cual se prolongó hasta las vísperas de las campañas militares de ocupación definitiva del territorio indígena iniciadas a fines de la década de 1870, terminó por configurar las condiciones para el avance sobre la frontera sur, tendiendo a acentuar la asimetría de poder entre indígenas y cristianos en favor de los preparativos de expansión y ocupación territorial y, en el futuro, a configurar subjetividades indígenas funcionales al proyecto de subordinación al orden estatal y a la economía política capitalista.

Llegados a este punto, podemos afirmar que el libro de Graciana Pérez Zavala tiene varios méritos. Uno de ellos es, sin duda, que ofrece una nueva interpretación de un ámbito escasamente visitado por los estudios etnohistóricos pampeanopatagónicos: los espacios de comunicación y negociación implementados en la interacción política entre poblaciones indígenas y esferas estatales, reconociendo la particularidad y sentidos de estos ámbitos y sus implicancias en la dinámica política “tierra adentro”, esto es, en el ejercicio de la autoridad, las posiciones de poder y la correlación de fuerzas dentro de las tolderías indígenas. Otra virtud más – y creemos que puede ser considerada como el aspecto más atractivo y sugerente – del estudio, si se lo compara con otras investigaciones anteriores y posteriores sobre el tema que se han hecho en el país, es pues su metodología de investigación y de exposición y, como consecuencia de ella, la manera en que logra integrar claridad conceptual y solidez empírica para lograr una explicación más amplia y fundamentada de las coyunturas y contingencias diversas que han atravesado las relaciones entre comunidades indígenas y las diversas instancias estatales argentinas a nivel regional. Por lo demás, el libro aparece en un momento muy oportuno dado el debate actual alrededor de los reclamos indígenas por sus derechos, tierras e identidades en Argentina y el resto de los países de Latinoamérica. Su pertinencia radica en su empeño por aclarar cuáles fueron y de qué modo se articularon las dinámicas de la agencia indígena con los mecanismos de sometimiento e incorporación subordinada a las matrices estatales en contextos previos a las empresas de ocupación militar. El estudio es un valioso aporte en esa dirección, transformándose además en una importante herramienta de lucha para los pueblos originarios, cuyas nuevas formas de activismo le han dado una nueva presencia pública al componente indígena, contribuyendo así a redefinir los contornos de la nacionalidad argentina.


Resenhista

Horacio Miguel Hernán Zapata – Profesor e Licenciado em História (Universidad Nacional de Rosario/Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires), Diplomado Superior em Ensino das Ciencias Socias e da História (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), Especialista em História Regional (Universidad Nacional del Nordeste) é Magister em Ciencias Humanas e Sociais (UNESCO). Atualmente, e professor-pesquisador na Universidad Nacional del Chaco Austral (UNCAus), na Universidade Nacional del Nordeste (UNNE) e no Instituto Superior de Formación Docente “Profesor Agustín Gómez” (ISFDPAG). Suas principales pesquisas e publicacaoes se desenvolvem no campo da História Antiga (Proximo Oriente antigo e América Pre-hispánica), Etno-história indígena e História e Historiografía Regional da Argentina do seculo XIX.  E-mail: [email protected]


Referências desta Resenha

PÉREZ ZAVALA, Graciana. Tratados de paz en las pampas. Los ranqueles y su devenir político (1850-1880). Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Aspha Ediciones, 2014. Resenha de: ZAPATA, Horacio Miguel Herman. Una “guerra que se continúa por otros medios”. Acerca de los Tratados de Paz entre el estado argentino y las sociedades indígenas de la Frontera Sur (1850-1880). Revista Transversos. Rio de Janeiro, n. 09, p. 400-407, abr. 2017. Acessar publicação original [DR]

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