Oltre il giardino: filosofía di paesaggio | Massimo Venturi Ferriolo

En la obra Oltre il giardino: filosofía di paesaggio (“Más allá del jardín: filosofía del paisaje” –traducción propia–), el filósofo italiano Massimo Venturi Ferriolo se propone, con un estilo ensayístico, abordar al jardín como útero de la vida, propuesta que retomará un mito y metáfora vivos en Occidente. Él parte del argumento de que la filosofía del jardín se nos presenta como un “antídoto a los venenos de nuestro tiempo” (p. 5), en referencia a los modelos económicos liberales y neoliberales, a la vez que a los modelos obsesionados con la idea de desarrollo.

El libro se divide en ocho capítulos. En el primero, el autor retoma una extensa variedad de metáforas o analogías constitutivas de la tradición occidental para darle contenido a su metáfora principal del “jardín planetario”: Isis, Gea, Phýsis, De Meter, Pachamama. Se esboza así una “metaforología” de amplio alcance hermenéutico. Debido a su trayectoria paisajística y su formación en arquitectura, Venturi Ferriolo sostiene que en el plano estético, poesía y mito sirven como fuente y materia de la creatividad y trazan una eco-poiética. Estas creaciones, para Venturi Ferriolo, están en estrecha conexión con el paisaje. En el plano ético y con influencias kantianas, expresa el imperativo de “transformar el mundo en un jardín”. Aquí hay un llamado al paso de la esfera teórica o contemplativa al plano de la acción o la práxis. El autor sugiere la búsqueda de una eutopía, como nuevo ideal y faro eco-ético que sea realizable en tanto búsqueda un “mejor lugar” para la Tierra sea habitable por toda la humanidad. Las consecuencias urgentes, como la crisis climática, que ha generado esta visión de la naturaleza-objeto son las que obligan, a criterio del autor, a revisarla. Frente a la pregunta “¿Qué hacer?” el autor aborda la dimensión política, propone al ecosocialismo como una alternativa frente al dominio capitalista e invita a “saldar” la urgencia social mediante la redistribución de la riqueza.

El segundo capítulo está dedicado a la propuesta de la filosofía del jardín que apunta a una visión unitaria. En esa línea, se rechaza la dañosa dicotomía moderna entre natura/cultura (y las dicotomías en general). Más bien, se trata de una vuelta hacia el ideal griego expresado en la frase platónica del kalós k’agathós, para intentar ser armonizados nuevamente en un planteo que pase de lo estético (búsqueda de la belleza), a lo ético (búsqueda de lo bueno).

En el tercer capítulo, donde se analiza la dimensión educativa, señala la importancia de pensar un programa educativo basado en un estilo de vida diverso que conjugue naturaleza, ciencia, técnica y humanidad. En este sentido, cada habitante debería transformarse en un “paisajista informado” capaz de conocer la realidad de sus lugares asumiendo un rol activo. Esta “pedagogía de la casa común” concibe además a cada sujeto como “jardinero” que tenga en cuenta la diversidad y considere a la tierra como un único jardín.

En el cuarto capítulo, Venturi Ferriolo aborda la idea de buen vivir o sumak kawsay propia del ecologismo constitucional sudamericano en las cartas constitucionales de Ecuador (de 2008) y Bolivia (de 2009). La Pachamama -o madre tierra- le permite al autor recuperar un símbolo que “no está intoxicado de la separación entre naturaleza y cultura –traducción propia–” (p. 54). La considera un ejemplo del arquetipo universal que existe en todo el mundo humano. No obstante, la Pachamama exige reciprocidad e impone una ética de la cooperación de todos los elementos, vegetales y animales. De ambas constituciones, Venturi Ferriolo destaca la sacralidad de la tierra y la tutela de los recursos naturales y del ambiente por parte del Estado ya que, según sus términos, se basarían en el presupuesto de un mundo transformado en un jardín.

A continuación, en el quinto capítulo, realiza un vasto recorrido de la metáfora del jardín en autores de la tradición hebrea-greco-latina que abarca desde Sócrates y Platón hasta Herder. Venturi Ferriolo consolida esa unión de naturaleza y cultura, atravesada por la idea de paisaje, que para él implica composición y fusión. Lejos de una mera yuxtaposición, concibe al paisaje como la “universalidad de partes diversas según la específica trama de un jardín –traducción propia–” (p. 72). En esa misma línea, en el sexto capítulo se plantea una ética unida a una estética como emblema de la relación entre moral y naturaleza. Sócrates, aquí es partero de los képoi, jardines filosóficos de naturaleza espontánea cercanos al santuario de Afrodita. Así, los jardines, en simbiosis total con la naturaleza, no son vanos lugares de ocio, sino de sabiduría. Sócrates representa esta coincidencia entre jardín-paisaje-genio-pensamiento y expresa un hito en la historia del crepúsculo del Edén que, según Venturi Ferriolo sería parte de la historia de la humanidad como historia del jardín.

En el séptimo capítulo, el autor profundiza en la concepción estética romántica. Dicha concepción es heredera del legado moderno de Kant en su libre juego de la imaginación en la contemplación y expresará una representación bella y una acción creadora, oponiéndose al espíritu de imitación propio de la antigüedad. En definitiva, se trata del pasaje del ser a la representación en el plano de la estética. Para Venturi Ferriolo “el jardín refleja la temática estética, filosófica y cultural de la época –traducción propia– ” (p. 94). Es así que “dos principios animan el arte del jardín: el antiguo, arquitectónico, donde la instalación es parte de la casa, y el moderno, paisajístico-pictórico, arte inglesa o pintura del paisaje con objetos naturales reales –traducción propia–” (p. 99). Por su parte, los románticos oscilan entre ambos modelos, mostrando una ambivalencia estética entre espontaneidad y creación intencional.

En el último capítulo, destinado a las consideraciones finales, el autor nos advierte que vivimos en un pensamiento binario y dicotómico dentro del que cada uno de nosotros se piensa como un mundo en sí, como un ego. El nuevo modo de pensar la relación con el ambiente quiere salirse la EGO-acción para pasar a un ECO-acción: “este deseo se ha desarrollado con el lenguaje, con la medida de los jardines y la reflexión filosófica sobre ellos en dirección a la recomposición del conflicto para mirar en una dimensión nueva, eco-estética, donde la belleza se coloque en el centro del mundo para salvarlo” (p. 115). Ejemplos como el ecologismo constitucional, la revalorización de la madre tierra, la sacralidad de la Pachamama, el jardín planetario, la recuperación de áreas restituidas a la comunidad como la Convención europea del paisaje, la encíclica Laudatio si´ sobre el cuidado de la casa común y la Carta de la Tierra, le permiten al autor pensar como factible a esta inmensa tarea en términos éticos y políticos.

Finalmente, creemos que la aparición de la obra Oltre il giardino: filosofía di paesaggio puede contextualizarse dentro de las corrientes filosóficas críticas de la modernidad. Si bien esta filosofía que enlaza estética y ética es presentada desde Europa, tiene como gran mérito la apertura para revalorizar saberes y experiencias de nuestramérica.


Resenhista

Guillermo Alejandro Meana Morales – Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires, Argentina. Correo electrónico: [email protected]


Referências desta Resenha

FERRIOLO, Massimo Venturi . Oltre il giardino: filosofía di paesaggio. Torino: Giulio Einaudi Editore, 2019. Resenha de: MORALES, Guillermo Alejandro Meana. Revista de la Red de Intercátedras de Historia de América Latina Contemporánea. Córdoba, n. 13, p.1-3, dic. 2020/mayo 2021. Acessar publicação original [DR/JF]

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