Arte e Historia | Artificios – Revista Colombiana de Estudiantes de Historia | 2020

La entrada, al cambio, sale por un poco más de sesenta mil pesos. Los horarios de visitas del museo suelen llenarse, por lo que las primeras entradas disponibles en línea aparecen para dentro de una semana, más o menos. Para ver la pintura toca hacer fila durante media hora. Aparece. El cuadro, que a esa distancia parece un punto, aparece durante treinta segundos y ya. El tumulto hace que, después de perder una buena parte de ese medio minuto intentando sacar algo de la obra, se termine perdiendo toda esperanza por poder distinguir algún detalle. Un punto. Un afiche. La foto obligatoria de todos los turistas que intentan cumplir con el requisito. El alivio que da haber madrugado para suavizar un poco el tiempo perdido en las filas.

La fama del cuadro se le debe en gran medida al robo cometido en 1911. Un empleado italiano del museo se lo llevó argumentando que un exponente del renacimiento italiano debía estar en Italia. A pesar de que el cuadro ya había pasado por las manos de líderes militares y nobles, este sólo fue puesto detrás de gruesas capas de vidrio blindado después de que, producto de la misma fama que empezó a gozar con el robo, se dieran unos cuantos intentos de vandalismo hacia este. Leia Mais