Crisis y desastres: im-posibilidades de reparación y cuidado en las sociedades contemporâneas | Antípoda – Revista de Antropolgía y Arqueología | 2021

Escribimos este artículo introductorio cuando llevamos casi dos años viviendo una catástrofe de alcances mundiales que ha afectado y permeado distintos ámbitos de la vida, principalmente, la vida humana, pero también la no humana. Una crisis que agrava las injusticias, de por sí profundas, y que muestra con especial crudeza las consecuencias de formas de depredación que generan nuevas desigualdades e inequidades: algunos países y personas acceden a vacunas, otros no; algunas personas se recuperan de la covid-19, otras mueren en salas de espera repletas; otras ni siquiera tienen la posibilidad de acceder a ellas. Podríamos seguir nombrando una larga lista de desigualdades vitales, sociales, raciales y de género, pero basta con indicar estas pocas para mostrar que las crisis, hoy en día, se encadenan y revelan un fenómeno multidimensional en el que se conectan factores medioambientales (migración de especies), fenómenos sanitarios (contagio animal-ser humano), efectos de precarización en cadena (sobreexplotación) y exposición desigual a los riesgos de enfermedad y muerte.

Las situaciones de crisis dan cuenta de estados difíciles de definir, por su vaguedad e incertidumbre, o difíciles de admitir y encajar (Stavo-Debauge 2012). Pero, también, estas situaciones quiebran la vida, bifurcan trayectorias y algunas veces abren nuevos senderos. Das (2006) señala que el acontecimiento irrumpe y quiebra la cotidianidad. En este sentido, los acontecimientos se distinguen de lo ordinario por ser relevantes, por ser diferentes a lo cotidiano. Obligan a pensar lo ocurrido y a darle sentido, por ello, rompen o reconfiguran la trama de lo social, y atraviesan a los individuos y colectivos. Así, en tanto acontecimientos, las crisis una vez que impactan obligan a recomponer. Por ende, la invitación de este número especial es a pensar las maneras cómo individuos, colectivos, humanos y no humanos responden ante la “ruptura de la inteligibilidad” (Bensa y Fassin 2002, 1) que producen los acontecimientos; cómo “crean relatos para dar cuenta de esta fractura de sentido” (Bensa y Fassin 2002, 1), construyen sentidos, tejen y reparan a veces de forma precaria o inestable, pero también en algunas ocasiones de manera creativa, innovadora y renovadora de mundos. Leia Mais