Carnaval e Ritmo / Revista Brasileira do Caribe / 2017

¡A RITMO CARIBE!

Los carnavales caribeños son expresiones culturales de síntesis y pugnas, en donde lo simbólico y lo material se dan cita una vez por año para restaurar memorias festivas, irónicas, tradicionales y ampliamente populares a través de sus músicas, bailes, trajes, juegos, personajes, escenificaciones mitológicas y espectáculos característicos. El presente número de la Revista Brasileira do Caribe tiene como objetivo abrir un diálogo regional en torno al complejo mosaico que configuran los carnavales caribeños contemporáneos.

Pese a que muchas veces asumimos o vivimos los carnavales como espacios de total libertad o de disolución de las fronteras sociales, lo cierto es que los festejos carnavaleros han enfrentado históricamente una serie de construcciones normativas, morales, económicas, políticas y patrimoniales, fenómenos que en nuestros días han redundado en toda suerte de reglamentaciones a sus desfiles, estandarizándolos como espectáculos exóticos de alto costo.

Así, ciertos festejos de la escena latinoamericana y caribeña se han homogeneizado y elitizado, convirtiendo una celebración de origen predominantemente disidente, diversa y popular, en un espectáculo mayoritariamente hegemónico y con un alto nivel de exclusión.

Entendemos la hegemonía como el estado en el cual los grupos dominantes ejercen una dirección ideológica sobre la manera en la que los sectores dominados conciben el mundo para legitimar y mantener el poder. Funciona desde la subordinación política, social y económica, más lo hace por consentimiento, permitiendo la coexistencia “pacífica” de heterogéneos e incluso antagónicos sectores sociales en un mismo espacio social. El rol de la hegemonía es garantizar la reproducción de una sociedad jerarquizada. Sin embargo, ella no es ni estable ni fija. Al contrario, parte de su eficacia radica en su capacidad de actualización y reproducción permanentes.

La disidencia por su parte, a diferencia de la rebelión, no confronta directamente a los detentores del poder. Se trata de acciones cotidianas y concretas que intentan detener los procesos de homogenización hegemónicos. Las respuestas disidentes suelen tener un origen sutil, poco visible, pero trascendentales en la medida en que logran realizarse históricamente, proyectarse socialmente y mantenerse en el tiempo, pudiendo configurarse como respuestas contra-hegemónica, es decir, de disputa directa al papel ideológico, sociopolítico y/o económico de los sectores dominantes.

En este marco, las grandes fiestas públicas aparecen como espacios privilegiados para la expresión de resistencias simbólicas y respuestas disidentes o contra-hegemónicas frente a la cultura dominante, aun cuando el festejo y su vistosidad expresiva puedan volcarse al poder o al mercado, al punto de desdibujar la politicidad de sus posiciones.

Como veremos a lo largo de los artículos de este dossier, el carnaval caribeño contemporáneo sigue siendo un espacio político en el que las identidades y relaciones sociales de clase, “raza”, etnia y género, se dan cita para reivindicarse, contestarse y reconfigurarse, transformando también al carnaval oficial en una vitrina simbólica de contradicciones sociales. O bien, generando respuestas autogestivas, en forma de carnavales no oficiales, a los diferentes tipos de dominaciones económicas y políticas al festejo.

Todas estas dinámicas, están además enmarcadas en políticas multiculturales del turismo global y la institucionalidad patrimonializadora, que vuelven un terreno aún más complejo y ambiguo al carnaval, haciendo de lo tradicional un espectáculo contemporáneo, y de lo popular una alegoría festiva que muchas veces queda excluida de su propio festejo.

Abordamos el carnaval caribeño contemporáneo desde sus rincones más vistosos, pero también más difusos, desde sus múltiples dimensiones y formas, así como también desde sus significaciones escondidas, camufladas. Cada artículo es una vitrina que permite afinar nuestra mirada, instándonos a abrir nuevas preguntas y posibilidades interpretativas sobre las especificidades y rasgos compartidos de los muchos carnavales caribeños, como también sobre las fricciones y conflictos latentes en su festejo: tensiones entre espectador y participante activo; adaptaciones de danzas y músicas “tradicionales” a un gusto “global”; reivindicaciones políticas y valorizaciones estéticas en resistencia que conviven con presiones económicas tendientes a su homogeneización; negociaciones y reivindicaciones de identidades invisibilizadas; y la constante pugna entre control y reglamentación del festejo, y su insistente subversión impúdica, satírica, creativa y organizativa.

En concordancia con la línea editorial de la Revista, comprendemos geográfica y simbólicamente el Caribe desde una amplia perspectiva territorial, como un dinámico espacio social, cultural, geopolítico y económico, que va más allá de las Antillas, abarcando las costas del Circuncaribe en centro, norte y sur América, lo que nos permite incluir reflexiones sobre expresiones de carnaval en “los caribes” colombiano, venezolano y mexicano. Asimismo, extendemos nuestra comprensión sobre “lo caribeño” a aquellos lugares donde el legado de la diáspora afrodescendiente y mestiza, producida durante la esclavitud colonial por los procesos de trata trasatlántica y comercio triangular, son parte fundamental en la cultura y la so ciedad caribeña contemporánea. Así, además de los territorios antillanos considerados –Haití, Cuba, Trinidad y Tobago y República Dominicana–, abordamos ejemplos situados en Brasil, en diálogo con Jamaica o EE.UU., o incluso coordenadas ampliamente lejanas de su propia geografía, resultantes de procesos migratorios contemporáneos, donde aparecen el Carnaval en Melbourne, Australia, o el recientemente inaugurado Carnaval Multicultural Migrante en Santiago de Chile. Dinámicas festivas caribeñas que en ese flujo dinámico y migrante, terminan siendo recreadas, actualizadas y adoptadas como propias.

El dossier abre con la sección Hegemonía y carnaval en el Caribe contemporáneo el cual incluye dos artículos de autoría de las dos organizadoras. En ellos se discuten las aproximaciones eurocéntricas, hoy clásicas, sobre el carnaval, para proponer rutas teórico-metodológicas propias, adaptadas a las especificidades de la escena carnavalera latinoamericana y caribeña. Después de habitar, desde la investigación festiva, diferentes expresiones del carnaval en la región, fue evidente que los planteamientos de Peter Burke, Julio Caro Baroja y Mijail Bakthin (tantas veces citados), no eran ya suficientes para explicar las complejidades y particularidades de los carnavales caribeños contemporáneos, considerados en su perspectiva histórica. Además, muchos de los procesos de mercantilización, significación política, subversión simbólica, reivindicación identitaria, (in)visibilización, disciplinamiento, resistencia y patrimonialización que identificamos, desbordan ampliamente las explicaciones clásicas del fenómeno carnavalesco. A partir de esta constatación Lorena Ardito desde la apropiación, deconstrucción y resignificación de la teoría cultural de Raymond Williams, y Laura De la Rosa desde la actualización metodológica propuesta por Michael Houseman, desarrollan su propuesta a la luz de dos ejemplos histórico-concretos del carnaval circuncaribeño. Esta sección cierra con el artículo de Danny González quien a través de sus análisis de imágenes (propias y de archivo) del Carnaval de Barranquilla, Colombia, nos ofrece un ejemplo de cómo una hegemonía estética se va construyendo y afianzando a través del lente fotográfico.

A continuación, cuatro artículos en la sección Disputas y horizontes en la escena de la calle discuten las tensiones entre hegemonías, contra-hegemonías y disidencias que tienen lugar en el espacio público. Las calles que se suponen comunes, colectivas, se vuelven espacios de confrontación entre el afán de control y reglamentación “desde arriba” del “orden” establecido por las élites y la reapropiación creativa de los sectores subalternos que responden desde el propio carnaval, como un espacio para la reivindicación, la ironía, la autoafirmación y la disputa.

El primer caso es expuesto por Mathilde Pèrivier, quien hace un contraste entre las notas periodísticas que muestran las “bandes-a-pie” del Carnaval de Puerto Príncipe en Haití, como “destructoras del espacio público”, y los datos recogidos en su trabajo de campo que demuestran la potencia en los procesos de re-significación política y articulación social comunitaria de los territorios habitados por las prácticas festivas de los grupos de jóvenes Seguidamente, Karen Gómez analiza la transformación patrimonial de uno de los blocos afrobrasileros más representativos del movimento musical, social y político del Samba Reggae, Ilê Aiyê, luego de haber irrumpido en el desfile de 1974, ser perseguido por la policía y recibir el apelativo de “bloco racista” por la prensa y las élites locales. Utilizando como bandera el ritmo de los terreiros de candomblé, la formación instrumental de las Escolas de Samba, la consciencia musical del reggae jamaiquino y la inclusión de los procesos reivindicativos afronorteamericanos del Black Power, Ilê Aiyé logró instalar un proceso de autoafirmación etnica e institucionalizar un espacio educativo propio en el entorno del barrio “de periferia”, utilizando como tribuna al propio carnaval que antaño le fuera negado.

Karina Smith, por su parte, traslada la discusión de la disputa por el derecho a las calles que tiene lugar en los festejos carnavaleros de Australia. En este caso, una comunidad negra anglófona venida del Caribe, encuentra en el desfile Moomba su espacio de visibilización en una sociedad que, aunque se declara multicultural, no se reconoce como multirracial.

Para cerrar esta sección central del dossier sobre disputas y escenificaciones carnavaleras en la escena de la calle, presentamos el trabajo de Priscilla Stilwell, quien realiza una comparación entre el arte callejero y festividades públicas masivas –dentro de las que considera al carnaval–. Su principal eje analítico es el uso social que adquiere el espacio público en tales manifestaciones, reiterando el poder de las calles como escenarios de expresión política popular, así como su potencial de reivindicación y disputa, cuya relevancia en América Latina y el Caribe radica en nuestras profundas condiciones de desigualdad social, conflicto y exclusión.

Finalmente, el dossier cierra con la sección Caribe a contracorriente el cual incluye dos trabajos histórico-sociales sobre los carnavales de Santiago de Cuba y Cartagena de Indias, territorios plenamente insertos en las dinámicas globales del colonialismo, la expansión capitalista, la trata trasatlántica esclavista, y sus formas conexas de organización social y simbólica, racializada y sexualizada, de la desigualdad. En ambos, se constata la ineludible impronta eurocéntrica en la formación de la sociedad y la cultura caribeñas, no obstante, también se evidencian los procesos de interconexión, respuesta y resistencia “desde abajo” que disputan el derecho a re-fundar un Caribe con voz propia.

Daniela Quintanar nos remite a la enorme influencia de la migración haitiana en el oriente cubano desde finales del siglo XVIII, empujada como consecuencia de la Revolución Francesa. Procesos globales que se actualizan en lo local, en este caso, como expresión de diversidad e interconexión que se manifiesta en los carnavales, músicas, danzas y formas de organización social (los cabildos de nación), adoptadas y adaptadas en Santiago de Cuba, como parte de una historia común diversa en las Antillas.

En el artículo de cierre del dossier Milton Moura propone una lectura irónica, desde el espíritu carnavalesco de la ciudad de Cartagena de Indias, al afán de control imperial español, recapitulando códigos normativos y cartas apostólicas, que pretendieron en el siglo XVIII constreñir la fiesta popular sin éxito, escandalizándose por la tozuda insolencia de sus protagonistas negros, pobres y artesanos.

Fuera del Dossier, en Otros artículos, Massimiliano Cartas describe el fenómeno de las artistas que afiliaron sus imágenes a la religión afro caribeña.

Invitamos a nuestros lectores y lectoras a recorrer las calles de este Caribe ampliado, danzando sus rasgos históricamente hegemónicos, contra-hegemónicos y disidentes, al ritmo de sus comparsas, disfraces, grupos musicales y cantos satíricos.

Agradecemos a todas las autoras y autores cuyas miradas enriquecen y entregan nuevas perspectivas a los planteamientos iniciales del presente dossier, como también a Olga Cabrera, por su infinita paciencia y compromiso con desenterrar de la Cuaresma a estos carnavales caribeños contemporáneos.

Laura de la Rosa Solano Lorena Ardito


SOLANO, Laura de la Rosa; ARDITO, Lorena. Carnaval e Ritmo. Revista Brasileira do Caribe, São Luís, v.19, n.34, p.9-14, jan./jun., 2017. Acessar publicação original. [IF].

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