(Des) movilización de la sociedad civil chilena. Post-trauma/ gobernabilidad y neoliberalismo (1990-2010) | Camila Jara Ibarra

Desde 2019 -y a pesar de la pandemia mundial- Chile vive momentos álgidos de discusión política y movilización social. Entre otros, estos procesos han implicado una reestructuración de los clivajes políticos, la gestación de una nueva constitución y la transformación de las matrices culturales y valóricas del país, elementos que generarán, sin lugar a dudas, una transformación de las bases sociales del país para las próximas décadas. En este contexto, el libro “(Des) movilización de la sociedad civil chilena. Post-trauma, gobernabilidad y neoliberalismo (1990-2010)” de Camila Jara Ibarra aporta antecedentes relevantes para entender este proceso. A diferencia de los escritos de Carlos Ruiz, Alberto Mayol o Carlos Peña (por nombrar algunos) el libro de Jara se focaliza en una de las fases del proceso social y político menos exploradas hasta la fecha: el periodo de desmovilización social. Así, y utilizando la lógica dialéctica, el texto busca entender el periodo de movilización actual estudiando su opuesto, a saber, los años de desmovilización de la sociedad civil chilena. La tesis central del texto es clara e intenta demostrar que el periodo de desmovilización social o desactivación política que habría tenido lugar en Chile se podría explicar por tres factores convergentes: i) el post-trauma respecto del periodo dictatorial, que implicó la instalación de una serie de dispositivos colectivos orientados que construyeron una memoria frágil, que buscaron el olvido de la dictadura y que produjeron una sumisión social -casi subconsciente- a las estructuras sociales y económicas establecidas (Cap. 2); ii) el paradigma de la gobernabilidad democrática impuesto en el país, que puso énfasis en el consenso como forma de gobernanza y la estabilidad social como objetivo principal, constriñendo los debates políticos y disminuyendo el rol de la sociedad civil (Cap. 3) y; iii) las características que adoptó el modelo de desarrollo, cristalizadas bajo la idea de la implantación de un neoliberalismo que fomentó el éxito individual como horizonte de sentido y generó en el mercado y al consumo los principales referentes societales (Cap. 4). De esta forma, el libro tiene la virtud de construir un relato interesante y atractivo relato social sobre qué factores propiciaron el proceso de desmovilización de la sociedad civil chilena, con tres principales fortalezas. Por una parte, Jara Ibarra construye su relato a través de una integración de factores y fuentes provenientes de distintas vertientes de las Ciencias Sociales, como la psicología política, la ciencia política, la sociología y la economía. Por ello, el libro se presenta como un estudio multidisciplinar, que busca consolidar y aglutinar los análisis sobre las fases de desactivación de la sociedad civil. En segundo término, el libro discute el proceso de desactivación en un momento de activación social, lo que permite discusiones que tuvieron sus momentos más álgidos durante los años noventa y principios del milenio y promover debates relativamente olvidados por la sociedad chilena. De esta forma, el libro utiliza un método histórico-crítico, que busca relevar el pasado para entender el presente, promoviendo una lectura nueva de discusiones antiguas. Finalmente, el libro tiene el mérito de integrar abundante bibliografía y material empírico secundario, promoviendo una lectura que combina discusiones conceptuales, datos, referencias y levantamientos de información propios en un formato interesante y fácilmente digerible para el lector. A pesar de estas virtudes, el libro también plantea algunas dudas o levanta preguntas que vale la pena profundizar, pudiendo destacarse especialmente dos. Por una parte -y quizás lo más importante- el libro da por sentado (a mi gusto, muy rápidamente) que las décadas de 1990 y 2000 pueden caracterizarse como un periodo de desmovilización y desactivación social, sin distinguir mayormente en ámbitos, formas o magnitudes Esto genera, entre otras cosas, que procesos relevantes de movilización -como el movimiento de estudiantes universitarios, las protestas de trabajadores de la salud durante mediados de los noventa o las manifestaciones de los trabajadores del carbón- parezcan invisibilizadas. Asimismo, generara la sensación de que el proceso de desmovilización fue relativamente automático y generalizado, imagen que es debatible. En segundo lugar, y aunque el texto utiliza mucha información secundaria y genera un relato utilizando múltiples evidencias, en general se genera una confusión entre presentación de la información (y de las tesis), discusión conceptual y discusión bibliográfica, que confunde al lector sobre cuando se está entregando evidencia y cuando se está presentando un debate. Esto no es simplemente un tema de forma, sino que abre, a mi parecer, un espacio para el cuestionamiento de las tesis mismas desarrolladas en el libro. Leia Mais