El pasado bajo tierra. Exhumaciones contemporâneas de la Guerra Civil – FERRANDIZ (RCA)

FERRANDIZ, Francisco. El pasado bajo tierra. Exhumaciones contemporâneas de la Guerra Civil. Barcelona: Editorial Anthropos, 2014. 331p. Resenha de: GONZALEZ-RUIBAL, Alfredo. Revista Chilena de Antropología, n.31, p.125-126, ene./jun., 2015.

Uno de los fenómenos sociales y políticos más importantes de las últimas décadas en España es el de las exhumaciones de víctimas de la represión política de la Guerra Civil y la dictadura de Franco (1936-1975). El fenómeno es similar a otros que están teniendo lugar en el mundo, dentro del marco de la justicia universal o transicional, desde Argentina a Timor Oriental. Al mismo tiempo, es único, porque afecta a un pasado ya no tan reciente: las exhumaciones científicas comenzaron 64 años después del inicio del conflicto. Desde entonces y hasta el año 2014 se han desenterrado los cuerpos de unos 6.700 individuos –un pequeño porcentaje de las 135.000 víctimas de la violencia derechista.

Francisco Ferrándiz es un antropólogo social del CSIC (España) con una larga experiencia en el estudio de la violencia social. El presente libro es el resultado de más de una década de investigación etnográfica sobre el fenómeno de la denominada “recuperación de la memoria histórica” en España.

Pese a que se trata de una recopilación de artículos, los trabajos han sido editados para el presente volumen y forman una unidad muy coherente. Es más, se podría decir que estaban pidiendo este tratamiento integral: leídos ahora en conjunto permiten al lector entender la evolución del fenómeno de las exhumaciones desde el año 2000.

El libro cuenta con una larga introducción, seis capítulos y un epílogo. La introducción ofrece una visión general del fenómeno en su contexto internacional y de la etnografía de las exhumaciones y presenta un par de conceptos de gran interés: subtierro y autopsia social. Ambos tienen que ver con la tensión entre la ocultación y el desvelamiento públicos, que ha guiado la vida social de los cadáveres desde 1936 a nuestros días y que en cierta manera articula el libro. En la introducción descubrimos ya la capacidad del autor tanto para proponer nuevos conceptos como para aplicar y desarrollar conceptos prestados: comunidades de muerte, vida social de los derechos, contrapúblicos transnacionales, desaprendizaje, vidas de ultratumba, fragilidad corpórea.

El capítulo I, “La memoria de los vencidos”, se centra en el fenómeno del desvelamiento al comienzo de la andadura de la memoria histórica: ¿cómo se ha producido la irrupción de los “fantasmas” que asoman “por las costuras de la democracia”? Ferrándiz pasa revista a las distintas formas, a veces contrapuestas, en que se ha posibilitado y gestionado la aparición de estos fantasmas por parte de asociaciones, instituciones públicas y medios de comunicación.

El capítulo II, “Exhumaciones y exilios”, se estructura a través de un caso paradigmático: la exhumación de la fosa de Valdediós (Asturias), que ocultaba sobre todo cadáveres de mujeres. El título del capítulo hace mención a las dislocaciones provocados tanto por los asesinatos como por la reaparición de las víctimas. La protagonista es la hija de uno de los asesinados, que las vicisitudes de la guerra lleva a un largo exilio. El subtierro, pues, produce un destierro. La exhumación (el desentierro) sirve a su vez de puente para unir los dos mundos separados por la violencia, así como para articular relatos del trauma.

El capítulo III, “Gritos y Susurros”, continúa la exploración de los relatos de la violencia exhumada. En este caso, el hilo conductor es la excavación de la fosa de Villamayor de los Montes (Burgos). El autor nos hace ver cómo, paradójicamente, la fosa común pasa de ser un espacio de terror silencioso a convertirse en una “zona de seguridad” que favorece la emergencia de relatos silenciados.

El capítulo IV, “Paisajes del terror”, es una descripción diacrónica del fenómeno de las exhumaciones, desde la inmediata posguerra hasta la actualidad. El fenómeno desencadenado desde el año 2000 ha relegado al olvido a sus numerosos precedentes: desde la propia “memoria histórica” franquista, en la que el aparato del nuevo Estado dictatorial se volcó en recuperar y honrar a sus víctimas (unas 50.000), hasta las exhumaciones de la transición democrática realizadas por familiares, sin apoyo de ningún tipo y sin asesoría técnica.

Finalmente, el último ciclo de exhumación, si bien ha sido de carácter científico, solo ha contado con ambiguo apoyo estatal durante un breve período. La desigual historia de las exhumaciones pone de manifiesto claramente la persistente injusticia cometida contra los derrotados.

De justicia trata, precisamente, el capítulo V, “De las fosas a los derechos humanos”, que enmarca el fenómeno español dentro del contexto general de la justicia universal. Especialmente interesante, en este caso, es la importación de categorías que estudia Ferrándiz desde otros contextos y muy particularmente la de “desaparecidos”, de origen argentino. La idea es insertar el proceso español dentro de la persecución de crímenes no prescriptibles de lesa humanidad.

El último capítulo hacer referencia a un tipo de exhumaciones bien distintas: las que permitieron crear el gran osario del Valle de los Caídos. Este monumento megalómano fue ideado en 1940 para honrar a los caídos del bando vencedor, así como mausoleo para Franco. Para el tiempo de la inauguración del monumento en 1959, la retórica había cambiado y se quiso dar una imagen de reconciliación trayendo algunos restos de soldados del otro bando. Ello llevó a realizar exhumaciones de fosas de represaliados republicanos sin ningún método y sin consentimiento de los familiares. En la actualidad, muchas familias quieren recuperar los restos de los suyos. Ferrándiz examina aquí esta y otras polémicas que rodean la persistencia discrónica de un monumento fascista en un Estado democrático. Lo hace, además, con el conocimiento de causa de haber sido miembro de una comisión encargada de evaluar y sugerir una solución para el Valle—y cuyos consejos no han tenido efecto real.

El libro, en suma, es del mayor interés para todos los interesados en la relación entre política, pasados conflictivos, antropología y arqueología.

Ferrándiz demuestra con esta obra que es la voz más autorizada y quizá la más original en el estudio etnográfico de las exhumaciones, un tema sobre el que contamos ya con un nutrido número de publicaciones. Los lectores de América Latina, en particular, encontraran muchos puntos del mayor interés, tanto por la contextualización internacional, que permite trazar paralelos entre España y los estados posdictatoriales americanos, como por el impresionante aparato conceptual, que sirve para repensar las memorias colectivas marcadas por la violencia política contemporánea.

Alfredo Gonzalez-Ruibal – Instituto de Ciencias del Patrimonio, CSIC, Espana, alfredo. E-mail: [email protected].

Acessar publicação original

[IF]