Laboratorios etnográficos (1880-1980) – OJEDA (RCA)

OJEDA Jorge Pavez Laboratorios etnográficos
Jorge Pavez Ojeda. https://commons.wikimedia.org/

OJEDA J P Laboratorios etnograficos Laboratorios etnográficosOJEDA, Jorge Pavez. Laboratorios etnográficos. Los Archivos de la Antropología em Chile (1880-1980). Santiago de Chile: Colección Sociología. Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2015. 598p. Resenha de ESPIRITO-SANTO, Diana. Revista Chilena de Antropología, n.34, p.111-114, jul./dec., 2016.

Este nuevo libro de Jorge Pavez, al igual que su anterior, Cartas mapuche, siglo XIX (2008), marca un hito en la reflexión, ahora sobre el quehacer antropológico en Chile y su vinculación con el devenir de los vínculos “interétnicos”, “coloniales”.

La entrada a esa historia es por medio de un concepto: el de “laboratorio etnográficos”. Este “permite significar la conjunción de varios agentes, procesos y prácticas” (leídos desde una perspectiva dialógica), insertos en una topología (“son territorios completos, sometidos a procesos de ocupación estatal y de colonización”), en una economía y, por último, en una “cierta anatomía”. Así,

Las inscripciones topológicas, las marcas de su economía y los informes de sus anatomía se encuentran en el archivo de su producción. El archivo mismo, el conjunto de las inscripciones textuales y visuales producidas en el laboratorio de los territorios indígenas, da cuenta de la “vida del laboratorio” colonial y de su economía política y libidinal (p.27).

El período que abarca esta historia es de un siglo: 1880-1980. Los laboratorios centrales, capitales, giran en torno a los “autores fundadores de narrativas etnológicas de la nación” (p.35): ellos son Rodolfo Lenz, Max Uhle, Martín Gusinde y Tomás Guevara. A cada uno de ellos Pavez le dedica uno o más capítulos.

Así estas “narrativas”, al ser leídas bajo el supuesto del paradigma dialógico (opuesto al paradigma iniciático), hace de los “padres fundadores” autores parciales, donde los co-autores han sido silenciados, marginados u omitidos. La gracia de la obra de Pavez es mostrar, entonces, al detalle y con precisión obsesiva, la co-autoría y las consecuencias que se derivan de esta desconstrucción.

Como no me es posible comentar todos estos laboratorios me voy a permitir encarar dos de ellos ligados a la Araucanía: el de Lenz y el de Guevara, para posteriormente abordar algunas ideas más generales a que apunta esta obra.

La “narrativa” de Lenz —con un substrato caracterizado como de “araucanismo neohumboltiano” (la lengua como representación externa del “genio de los pueblos”, p.76)— se vincula, en el “dispositivo etnográfico”, con dos mapuche Víctor Manuel Chiappa y, a través de él, con Kalvún. Este nexo ya había sido puesto de relieve por Gilberto Sánchez en 1992. Otro co-autor, Manuel Manquilef tendrá un lugar relevante en este laboratorio, como también en el de Guevara.

En esta relación triangulada se manifiesta la tensión entre ambos aparatos y sus paradigmas, por ejemplo a la lengua y la posibilidad de traductibilidad.

Lenz, fiel a su postura humboltiana, se preguntaresponde “¿Es posible traducir literalmente de una lengua a otra, cuando las dos son de estructuras enteramente distinta y representan grados de cultura enteramente diferentes? Creo que no es posible”.

La respuesta de Lenz es la que rescata Paves por su originalidad: “…todas las teorías lingüísticas generales han nacido exclusivamente en el terrenos de las lenguas indo-europeas […] la perspicacia de Lenz para acusar las limitaciones etnocéntricas de su ciencia… recuerda lo que Jacques Derrida apuntó como la tentación imperialista de una lengua semítica universal recogida en el mito de la torre de Babel” (p.108). Es evidente que dentro de esta perspectiva el lugar de Manquilef era más simétrico o igualitario, de allí el estímulo de Lenz a que se publicara su obra, bajo su autoría, en los Anales de la Universidad de Chile. Es notable el rescate que hace Pavez de la complejidad del juego de Manquilef en la traducción de su obra:

Pero al mismo tiempo que traduce diálogos a enunciaciones impersonales, también encubre o atenúa ciertos conceptos orientados a generar efectos diferentes en cada idioma y su público lector, especialmente cuando se trata de enunciar la relación de fuerza (política o militar) entre los pueblos que practican las lenguas en traducción. Así por ejemplo, una frase de su padre Fermín Trekamañ Manquilef, citada dos veces: “Afkilpe aukantun dunu, aukantun dunu meu, piam, yeneenolu ta che; que no se concluya el conocimiento del juego, pues por el, se dice, la gente fue invencible”.

Aukantu es más que nada la acción de luchar, que por supuesto está contenida en el juego de palin, que es un juego agonístico, pero que abarca muchos otros escenarios de competencia, y especialmente, la guerra.

Aflayai aukantun dungu, “que nunca se acabe el conocimiento de la lucha/combate/pelea/ guerra”, en un enunciado bastante subversivo, que traducido al juego se vuelve la alegoría secreta de un pueblo que tiene que estar preparado para defenderse” (p.111).

Así el laboratorio de Lenz es sensible, por su orientación, a la valoración positiva de la propuesta y práctica de Manquilef. También lo era, nos recuerda Pavez, de la tradición y el habla popular chileno, expresada en la revista del Folklore, en su diccionario etimológico y en la recopilación de la Lira Popular.

Aquí Pavez rescata la tensión de Lenz con la elite chilena que veía con horror y escándalo ese rescate de lo popular:

Salte un hoyo, le vi el coño Colorado como un demonio

Meto lo duro en lo rajao Lo meto seco y lo saco mojao

La experiencia de Lenz es que “en Chile parece faltar por completo, entre la gente ilustrada, ese amor y cariño al pueblo bajo, el cual, sin embargo… es la base eterna de la fuerza nacional”.

La tensión de este Laboratorio con el insigne Andrés Bello es rescatada por Pavez. Para el triple fundador –de la Gramática, del Código Civil y de la Universidad de Chile—la valoración positiva de habla del pueblo estaba lejos de su horizonte, su postura oligárquica era abierta. Lenz en cambio “apela ya no amar a la ley sino amar al pueblo y a la nación; a la “pasión por el orden” de Bello opone una pasión por la creación el descubrimiento, el cambio y la transformación” (p.162).

En síntesis, el laboratorio de Lenz mantiene “una relación con el pasado, con la nación y con el ‘valor de antigüedad’ que la élite chilena no comprendía… Como tuvo ocasión de señalar en varias oportunidades y con altos costos personales, la elite chilena no tenía vocación de integración nacional” (p.164).

113/ Laboratorios etnográficos. Los Archivos de la Antropología en Chile (1880-1980) Laboratorio de Guevara En primer lugar, Pavez aborda uno de los textos de Guevara que se ha sido desde los 80 una obra fundamental para los estudiosos de la sociedad mapuche y para el “nacionalismo mapuche”: Las últimas familias araucanas (publicada en los Anales en 1912) y la razón es que allí “La gran variedad de familias presentes permiten una visión de conjunto sobre lo que constituye el entramado de alianzas políticas y familias que estructuran la sociedad mapuche” (p.320). Pavez quiere corregir “varios errores de interpretación” (como la coautoría), para finalmente mostrar “cómo esta forma de escritura de la historia mapuche contribuyó a la formación del primer movimiento político mapuche en la época de la reducción” (p.321), así “la operación historiográfica y la operación política se entrelazan en su génesis” (p.352). Aquí Pavez retoma la hipótesis de lectura de Menard sobre este gabinete:

…sobre este tipo de gabinete se ejerce un control y se impone un ‘orden del discurso’ colonial, que va a implicar un arreduccionamiento de la escritura, mapuche, al igual como se arreduccionaban los linajes en los territorios conquistados. André Menard ha señalado esta metonimia de la condición reduccional, para enunciar la delimitación reductora que se despliega en el formato de doble columna en que se publican estos textos mapuches (p.354).

Permítanme la siguiente hipótesis sobre este gabinete etnográfico encabezado por Manquilef- Guevara en la producción de “las últimas familias”.

Estábamos de acuerdo en el pasado reciente con la afirmación que se trata de una “visión de conjunto de la sociedad mapuche”, no obstante, tuvimos que modificarla con nuestros estudios en el área huilliche y posteriormente en el área Arauco-Tirúa. Las últimas familias es el laboratorio de los nagche y wenteche, que se valieron de Guevara para hacernos creer que no había universo mapuche más allá de esa oposición (de allí que sea poco útil este texto para comprender las redes mapuches en la zona de Arauco-Tirúa y de sus vínculos con la zona de Malleco).

Volvamos a Guevara. El título de las “últimas familias” (no compartido por sus co-autores) es coherente con la propuesta historiográfica de Guevara:

lla suponía… como toda escritura de la historia un rito fúnebre que permitiera superar el pasado, pero lo que él estaba enterrando es el pueblo mapuche en conjunto, dándole un término como sociedad y civilización (p.365).

Por supuesto, como nos dice Pavez, “Es difícil creer que los mapuches del gabinete guevariano pensaran lo mismo” (p.365). Menos que compartieran el “evolucionismo” de Guevara que los inferiorizaba.

Estamos también lejos de Lenz, para éste lo mapuche era un clave del substrato cultural nacional, pero compartía con Guevara el paradigma de la extinción.

Ambos laboratorios funcionan como oráculos trágicos de un fin ineluctable, no obstante, Las últimas familias tiene la virtud de poner el oráculo de los lonkos que lo niega “no se acabará el ser, la sabiduría, mapuche”. Este juego oracular es que la ha transformado a esa obra en una clave La disputa de Guevara con Charles Sadleir y la obra de los anglicanos en la Araucanía, le permite a Pavez precisar el nexo que tuvo la Misión Anglicana con el movimiento mapuche, pero también con el “valor del mestizaje para las empresas misioneras católicas y retomado por la ideología nacionalista chilena” (p.397). Hay ahí un puente entre Lenz y Sadleir ambos eran sensibles y críticos al mestizaje promovido por el nacionalismo, ya que para los anglicanos “la comunidad cristiana y económicamente productiva se traducía en una clara distinción étnica o “racial” en el plano sexual reproductivo” (p.397). Esta distinción llevó a Sadleir a identificarse con los mapuches (sobre todo con aquellos militantes de la Sociedad Caupolicán, de la cual el formó parte), gesto que molestaba a Guevara, a pesar de considerarse un “amigo de los araucanos”.

Por último, Pavez nos presenta la distinción de la postura con uno de los mayores teóricos de la “raza chilena”: Nicolás Palacio.

Se enfrentan así las diferentes formas del indigenismo de principios del siglo XX, que en el fondo son variaciones de un racialismo evolucionista: el elitismo nacionalista de Guevara en contra el nobilismo raciológico de Sadleir, el racismo nacionalista de Palacios en contra del cosmopolitismo cientificista de Lenz, el culturalismo pragmático de Manquilef en contra del sicologismo determinista de Guevara. En esta multiplicación de posiciones, 114/ Rolf Foerster resulta bastante evidente que entre la imagen dada por Guevara… de una raza derrotada, biológicamente decadente y en vías de extinción, y la imagen de una raza dignamente representada por dirigentes aristocráticos, vestidos con moderna elegancia y convencidos de la vigencia de su autoridad así como de una autonomía racial y política frente a la nación y al Estado chileno, los caciques encontrarán en el proyecto comunitaristas anglicano una alternativa de negociación más atractiva que la ofrecida por el proyecto mestizológico chileno (p.423).

Este resumen de dos de los laboratorios nos permite pasar ahora a cuestiones más generales que me gustaría tratar antes de finalizar.

Una precisión: el estudio de estos laboratorios no es una suerte de “síntesis comprensiva y global de la historia de la antropología en Chile” y “esto porque las condiciones mismas de posibilidad de la práctica y el archivo etnográficos no llevan a pensar una historia de la antropología, sino más bien a conocer cada laboratorio etnográfico” (p.27-28).

No obstante, Pavez nos ofrece inmediatamente una síntesis al señalar que en la “historia del archivo indigenista” hay unos “padres fundadores de la etnología chilena”, que como todos padres producen fascinación y rechazo. Ahora bien, para sorpresa, esos padres no son los jesuitas de los siglos XVII y XVIII (Valdivia-Ovalle-Rosales-Havestadt-Febres- Molina), sino los “padres de habla alemana” de las primeras décadas del siglo XX: Lenz, Uhle, Gusinde: “autores consistentes de una ‘revolución científica’ en Chile”. La tesis es que “La modernidad alemana, anclada en el romanticismo populista, buscará en la alteridad negada por las elites criollas los fundamentos para la renovación de un proyecto nacional chileno cuya modernización se hiciera cargo de las tradiciones vernaculares” (p.30).

Mi hipótesis es que Lenz y la etnología alemana es de algún modo una continuación (y una negación) del “laboratorio jesuita”, que dio, como unos de sus resultados, no sólo diccionarios y una buena etnografía mapuche-huilliche, sino también la construcción dialógica de la “política de los parlamentos”.

Mientras que el laboratorio de Guevara tiene como objetivo desmontar ese laboratorio para levantar uno acorde con la “pacificación” y el “sistema reduccional”, como primer paso en la disolución de lo mapuche en lo nacional, de ahí la tensión con Manquilef que es heredero del laboratorio parlamentario del siglo XVIII y del XIX (no deja de ser significativo que Pavez no rescate de forma significativa la labor parlamentaria de Manquilef en la Cámara de Diputados; como el laboratorio político de las organizaciones mapuches de los 80 que rescatan ese legado).

Pero volvamos a la síntesis: para Pavez “la segunda guerra mundial dará el golpe de gracia a la fundación de la etnología en Chile” (p.31). El golpe viene desde los Estados Unidos: “cuyos paradigmas tecnofuncionales parecían más libres de tradiciones ideológicas porque favorecían la autonomización disciplinaria y un alejamiento del debate social” (p.31).

La figura central de ese parricidio sería Ricardo Latcham (rescatado desde su tumba, muere en 1943, por Mostny) y también (otra sorpresa) Lipschutz.

Ambos habrían practicado un indigenismo que “no ponía en peligro la ‘unidad nacional’ de Chile, sino que promovía abiertamente (y desde la antropología física) la patrimonialización colonial republicana de los reductos vivos de la alteridad política y sociocultural” (p.31). Esta historia concluye: “en los años 50 y 60” donde los “padres” alemanes son reducidos a la condición de ‘figuras recesivas’” (p.31).

Rolf Foerster – Departamento de Antropología, Universidad de Chile. E-mail: [email protected].

Acessar publicação original

[IF]

 

Botitas Negras en Calama. Género, magia y violencia en uma ciudad minera del norte de Chile – KRAUSHAAR (RCH)

KRAUSHAAR, Lilith. Botitas Negras en Calama. Género, magia y violencia en uma ciudad minera del norte de Chile. Santiago de Chile. Ceibo Ediciones, 2016. 398p. Resenha de: ESPIRITO-SANTO, Diana. Revista Chilena de Antropología, n.34, p.109-111, jul./dic., 2016.   

Este texto fue tomado de la presentación del libro, el 16 de Noviembre, en la Sala de Teatro Cinema.

Sabía que la antropóloga Lilith Kraushaar trabajaba con magia, relaciones y políticas de género, violencia y economía del poder en el culto a un espíritu de una señora que había muerto trágicamente en una ciudad minera en el norte de Chile. Pero no más. Cuando ella me pidió que participara de la presentación de su libro Botitas Negras en Calama, me di cuenta de que su trabajo era más que una simple etnografía de la biografía (y necrografía) de una mujer del ambiente. Además de trazar una historiografía rizomática, plural, de los hechos y del contexto de su construcción posicionada en múltiples sectores de la sociedad calameña, el libro también intenta entender la gran fe que sus varios caminos y encarnaciones, así como las intersecciones del significado de su muerte, siguen inspirando en los habitantes de estas precarias economías políticas. Este trabajo demuestra destreza en múltiples niveles de análisis discursivo y narrativo, socio-histórico y de cultura material, y es la combinación experta y sensible de estos métodos sumamente antropológicos, lo que es verdaderamente inspirador. Así es que gracias a Lilith por haber escrito este libro.

Botitas Negras es Irene Iturra, una mujer de 27 años brutalmente asesinada en los alrededores de Calama en 1969. Los detalles de su muerte son violentos en cualquier estándar: fue encontrada con la cara, cuero cabelludo y pechos cortados, sin una mano, piel y tendones de brazo, y semi-desnuda, como si hubiera sido violada. Se notó que vestía botas negras, la marca que la sexualizó desde ese momento, y que además la identificó. Tanto en los medios de comunicación, en la policía como en la población se genero un sinnúmero de hipótesis coherentes con la división sexual y económica del trabajo, y también con las ideologías de género y poder de ese tiempo y espacio: que había sido víctima de un triángulo amoroso, de alguna venganza o ira de parte del “marido”. Finalmente, cuando se produjo la imagen de “prostituta” en los medios de comunicación, se vio el asesinato como una conclusión casi naturalizada de un “ambiente” sexualmente depravado, y se apuntó a los males de una ciudad con vicios mineros descontrolados. Sin embargo, como sabemos, el caso se quedó sin culpables.

Pero Lilith Kraushaar no nos pinta un cuadro simple o sencillo de este “ambiente”, ni del enredo de conexiones en las cuales Irene Iturra se mueve, a veces secretamente de su celosa pareja, a veces con esperanza para su futuro en la prostitución. La autora nos recrea no solo el lenguaje del contexto bohemio de Chillán y Calama, trazando los pasos de Irene por una multitud de espacios y las discusiones públicas más amplias que siguieron, sino que es minuciosa hasta con el más pequeño detalle socio-histórico y documental, tejiendo una historia compleja, rica, cuyas partes sin embargo encajan de una forma disonante, en ángulos rectos, como la historia siempre es, vista de perspectivas diferentes. No hay una narrativa; hay muchas, paralelas, simultáneas, que hacen a la vez total sentido en el trabajo aquí expuesto.

Este no es solamente un libro sobre el comercio sexual en centros mineros; es también un tratado antropológico y crítico sobre la propia organización económica, sexual, y social en comunidades mineras en Chile, una organización que tiene fuertes raíces en las compañías norteamericanas que promovían modelos de familia y género que producían (y producen) tensiones irreconciliables. El hecho es que Irene Iturra desafió la tenue barrera construida entre esposas de trabajadores, protegidas por su marido y fieles a él, y las demás: solteras, mujeres nocturnas, prostitutas, sujetas a la violencia indiscriminada de sádicos. Al hacerlo, Irene puso en relieve estas mismas categorías, confundiendo los dos roles.

Pero tal como Irene utilizaba diferentes nombres, encarnando personajes diferentes según el contexto y las relaciones sociales que cultivaba en él, su cuerpo y la figura que sobresale eventualmente de su muerte tendrá repercusiones, algunas inesperadas. De hecho, hay que decir que Lilith hace más que caracterizar un espacio histórico: también ha escrito una especie de antropología del amor y de los sentimientos calameños, por medio de la magia dejada al pie del altar de Botitas Negras: cartas, velas, flores, placas, cigarros, cerveza, dulces y otros regalos que se enmarcan dentro del homenaje y de los pedidos que jóvenes y viejos pero especialmente mujeres, le vienen hacer a ella. De Irene Iturra a Botitas Negras hay una transformación: la prostituta se vuelve maestra en temas del ambiente, de clientes y prostíbulos; como ente sexual, se convierte en especialista del amor y atracción; como esposa, en temas de matrimonio y vida doméstica; la mujer asesinada y violada se vuelve la protectora de otras mujeres, experta en técnicas de venganza; se vuelve milagrera y destructora a la vez. Sus múltiples resignificaciones no son extrañas a otros difuntos especiales, no solo en Chile. La cultura material hace el milagro posible; materializa la esperanza. Por alguna razón nosotros antropólogos de fenómenos religiosos le prestamos especial atención. La figura de Irene es, por lo tanto, reclamada y rehecha en Botitas, disputada por distintos grupos con diferentes creencias relativas a la muerte y a sus prácticas funerarias.

En la segunda parte del libro, por lo tanto, Lilith nos lleva por los variadísimos motivos que impulsan el culto a Botitas, la santa prostituta. Al final, vemos que se anuda perfectamente un lado del libro con el otro: aparte de otras solicitudes, las mujeres que vienen a la tumba, desamparadas, saben que Botitas “entiende”, como dice Lilith, y cito,

lo que implica el ser mujer en esta ciudad minera, con todos los impedimentos y los papeles que se le atribuyen: conservar la familia, arreglársela con varios tipos de trabajo para obtener un sueldo, complacer sexualmente, vivir con el sueldo de otro, competir entre mujeres, admitir el privilegio masculino de escoger entre varias mujeres, el entretenimiento homosocial, situaciones todas que anuncian la expresión diaria y la eventualidad de la violencia en las relaciones de género, amparadas por las instituciones y el mercado capitalista (p. 296).

Pero, para finalizar, podemos decir que si por un lado, a través del culto a Botitas se articulan las condiciones del capitalismo industrial y los valores subjetivos mantenidos por la gente en una ciudad minera en tiempos actuales, en tanto “muerta” Irene Iturra trasciende estas mismas condiciones. Ella no es solo testigo de la historia verídica, de hechos socio- económicos refractados a través de su biografía, pero también en cierto modo hace y rehace historia.

Dice Stephan Palmié (2002: 4-5), un antropólogo y historiógrafo de religiones afro-cubanas, que en un sentido muy concreto, cada forma de conocimiento histórico involucra proposiciones sobre el papel de los muertos en el mundo de los vivos, conformado como es por la existencia y agencia pasada de humanos.

Estos conocimientos hacen reclamos al pasado; un pasado que viene a instanciar, mantener o contestar un mundo presente. Pero estos reclamos no deberán ser vistos como concepciones objetivistas de representaciones históricas, como si el pasado fuera sujeto de fácil rescate o recuperación. La historia, nos cuenta Palmié, es, invariablemente, constituida por imaginación histórica, por historias personales y familiares inacabadas, discursos y imágenes que compiten, donde no hay una linealidad entre realidades pasadas, a ciertas distancias temporales, y el presente.

Tomar en serio a los muertos afro-cubanos es, según él, indagar sobre las relaciones entre el pasado y el presente que subyacen a un orden contemporáneo pero quedan no-reconocidos, en silencio, no obstante que su existencia en el mundo haya tenido consecuencias que todavía resuenan entre los vivos.

A mi modo de ver, y en consonancia con lo que señala Palmié, lo que logra el culto a Botitas es también eso: traer a la consciencia que el pasado no terminó, y nunca va a terminar. Hay personajes, como los afroamericanos, pero también Irene Iturra, cuyas historias no son la propiedad especial de sus descendientes, sino parte del patrimonio ético e intelectual del Occidente como tal. Mientras que los muertos de que habla Palmié hacen parte de la formación de la modernidad Atlántica, como espíritu, podemos igualmente proclamar que Botitas pertenece a una conformación mucho más grande que los contornos de su propia vida.

Referências

Palmié, S. 2002. Wizards and Scientists: Explorations in Afro- Cuban Modernity and Tradition. Duke University Press, Durham

Diana Espirito-Santo – Profesora Asistente de Antropología, Pontificia Universidad Católica de Chile. E-mail: [email protected].

Acessar publicação original

[IF]

 

El pasado bajo tierra. Exhumaciones contemporâneas de la Guerra Civil – FERRANDIZ (RCA)

FERRANDIZ, Francisco. El pasado bajo tierra. Exhumaciones contemporâneas de la Guerra Civil. Barcelona: Editorial Anthropos, 2014. 331p. Resenha de: GONZALEZ-RUIBAL, Alfredo. Revista Chilena de Antropología, n.31, p.125-126, ene./jun., 2015.

Uno de los fenómenos sociales y políticos más importantes de las últimas décadas en España es el de las exhumaciones de víctimas de la represión política de la Guerra Civil y la dictadura de Franco (1936-1975). El fenómeno es similar a otros que están teniendo lugar en el mundo, dentro del marco de la justicia universal o transicional, desde Argentina a Timor Oriental. Al mismo tiempo, es único, porque afecta a un pasado ya no tan reciente: las exhumaciones científicas comenzaron 64 años después del inicio del conflicto. Desde entonces y hasta el año 2014 se han desenterrado los cuerpos de unos 6.700 individuos –un pequeño porcentaje de las 135.000 víctimas de la violencia derechista.

Francisco Ferrándiz es un antropólogo social del CSIC (España) con una larga experiencia en el estudio de la violencia social. El presente libro es el resultado de más de una década de investigación etnográfica sobre el fenómeno de la denominada “recuperación de la memoria histórica” en España.

Pese a que se trata de una recopilación de artículos, los trabajos han sido editados para el presente volumen y forman una unidad muy coherente. Es más, se podría decir que estaban pidiendo este tratamiento integral: leídos ahora en conjunto permiten al lector entender la evolución del fenómeno de las exhumaciones desde el año 2000.

El libro cuenta con una larga introducción, seis capítulos y un epílogo. La introducción ofrece una visión general del fenómeno en su contexto internacional y de la etnografía de las exhumaciones y presenta un par de conceptos de gran interés: subtierro y autopsia social. Ambos tienen que ver con la tensión entre la ocultación y el desvelamiento públicos, que ha guiado la vida social de los cadáveres desde 1936 a nuestros días y que en cierta manera articula el libro. En la introducción descubrimos ya la capacidad del autor tanto para proponer nuevos conceptos como para aplicar y desarrollar conceptos prestados: comunidades de muerte, vida social de los derechos, contrapúblicos transnacionales, desaprendizaje, vidas de ultratumba, fragilidad corpórea.

El capítulo I, “La memoria de los vencidos”, se centra en el fenómeno del desvelamiento al comienzo de la andadura de la memoria histórica: ¿cómo se ha producido la irrupción de los “fantasmas” que asoman “por las costuras de la democracia”? Ferrándiz pasa revista a las distintas formas, a veces contrapuestas, en que se ha posibilitado y gestionado la aparición de estos fantasmas por parte de asociaciones, instituciones públicas y medios de comunicación.

El capítulo II, “Exhumaciones y exilios”, se estructura a través de un caso paradigmático: la exhumación de la fosa de Valdediós (Asturias), que ocultaba sobre todo cadáveres de mujeres. El título del capítulo hace mención a las dislocaciones provocados tanto por los asesinatos como por la reaparición de las víctimas. La protagonista es la hija de uno de los asesinados, que las vicisitudes de la guerra lleva a un largo exilio. El subtierro, pues, produce un destierro. La exhumación (el desentierro) sirve a su vez de puente para unir los dos mundos separados por la violencia, así como para articular relatos del trauma.

El capítulo III, “Gritos y Susurros”, continúa la exploración de los relatos de la violencia exhumada. En este caso, el hilo conductor es la excavación de la fosa de Villamayor de los Montes (Burgos). El autor nos hace ver cómo, paradójicamente, la fosa común pasa de ser un espacio de terror silencioso a convertirse en una “zona de seguridad” que favorece la emergencia de relatos silenciados.

El capítulo IV, “Paisajes del terror”, es una descripción diacrónica del fenómeno de las exhumaciones, desde la inmediata posguerra hasta la actualidad. El fenómeno desencadenado desde el año 2000 ha relegado al olvido a sus numerosos precedentes: desde la propia “memoria histórica” franquista, en la que el aparato del nuevo Estado dictatorial se volcó en recuperar y honrar a sus víctimas (unas 50.000), hasta las exhumaciones de la transición democrática realizadas por familiares, sin apoyo de ningún tipo y sin asesoría técnica.

Finalmente, el último ciclo de exhumación, si bien ha sido de carácter científico, solo ha contado con ambiguo apoyo estatal durante un breve período. La desigual historia de las exhumaciones pone de manifiesto claramente la persistente injusticia cometida contra los derrotados.

De justicia trata, precisamente, el capítulo V, “De las fosas a los derechos humanos”, que enmarca el fenómeno español dentro del contexto general de la justicia universal. Especialmente interesante, en este caso, es la importación de categorías que estudia Ferrándiz desde otros contextos y muy particularmente la de “desaparecidos”, de origen argentino. La idea es insertar el proceso español dentro de la persecución de crímenes no prescriptibles de lesa humanidad.

El último capítulo hacer referencia a un tipo de exhumaciones bien distintas: las que permitieron crear el gran osario del Valle de los Caídos. Este monumento megalómano fue ideado en 1940 para honrar a los caídos del bando vencedor, así como mausoleo para Franco. Para el tiempo de la inauguración del monumento en 1959, la retórica había cambiado y se quiso dar una imagen de reconciliación trayendo algunos restos de soldados del otro bando. Ello llevó a realizar exhumaciones de fosas de represaliados republicanos sin ningún método y sin consentimiento de los familiares. En la actualidad, muchas familias quieren recuperar los restos de los suyos. Ferrándiz examina aquí esta y otras polémicas que rodean la persistencia discrónica de un monumento fascista en un Estado democrático. Lo hace, además, con el conocimiento de causa de haber sido miembro de una comisión encargada de evaluar y sugerir una solución para el Valle—y cuyos consejos no han tenido efecto real.

El libro, en suma, es del mayor interés para todos los interesados en la relación entre política, pasados conflictivos, antropología y arqueología.

Ferrándiz demuestra con esta obra que es la voz más autorizada y quizá la más original en el estudio etnográfico de las exhumaciones, un tema sobre el que contamos ya con un nutrido número de publicaciones. Los lectores de América Latina, en particular, encontraran muchos puntos del mayor interés, tanto por la contextualización internacional, que permite trazar paralelos entre España y los estados posdictatoriales americanos, como por el impresionante aparato conceptual, que sirve para repensar las memorias colectivas marcadas por la violencia política contemporánea.

Alfredo Gonzalez-Ruibal – Instituto de Ciencias del Patrimonio, CSIC, Espana, alfredo. E-mail: [email protected].

Acessar publicação original

[IF]

 

El Pucara del Cerro La Muralla: Mapuches, Incas y Espanoles en el Valle del Cachapoal – SEPÚLVEDA et al (RCA)

SEPÚLVEDA, Jairo; SAN FRANCISCO, Alex; JIMÉNEZ, Bruno; PÉREZ, Sebastián. El Pucara del Cerro La Muralla: Mapuches, Incas y Espanoles en el Valle del Cachapoal. Santiago: Mutante Editores, 2014. 250p. Resenha de: FAULBAUM, Felipe Vargas. Revista Chilena de Antropología, n.31, p. 127-128, ene./jun., 2015.

Con una prosa ágil, coloquial y resuelta, considerada para privilegiar su lectura por un público masivo, este libro publicado por Mutante Editores nos adentra en los múltiples recovecos de una investigación que busca aclarar uno de los mayores misterios de la Historia Americana. ¿Cuál es el límite meridional del Imperio de los Incas? ¿Cómo eran las poblaciones que resistieron el avance y conquista incaica en Chile Central? ¿Qué dinámicas sociales se desarrollaron en esta región fronteriza? ¿Cuáles fueron las continuidades que permitieron sostener posteriormente una heroica y cruel resistencia a la conquista hispana? Es a través de la investigación arqueológica de una olvidada construcción en la cima de un cerro en las cercanías de San Vicente de Tagua Tagua.

Desde los ruinosos muros abandonados del Cerro La Muralla, en el valle del Cachapoal, se rastrean las últimas huellas que el fabuloso y enigmático “Imperio de los Incas” o Tawantinsuyu dejo en su avance de conquista del sur de Chile.

Las excavaciones arqueológicas realizadas, por los autores, en el Pucará del Cerro La Muralla durante la realización del Proyecto FONDART 18.291 “Por la senda del Inca en el valle del Cachapoal”.

Junto a la revisión erudita de los demás vestigios materiales del período incaico de la IV Región de O’Higgins y Chile Central, son hábilmente utilizadas como una certera herramienta para visibilizar la tenaz lucha de resistencia de las poblaciones mapuche frente a las campañas de conquista inca y su posterior continuidad en la resistencia anti hispana.

Con una copiosa y muy actualizada bibliografía histórica y arqueológica se presentan los distintos procesos que enfrentaron las poblaciones de la región. A partir de una acabada síntesis de largo alcance, que nos adentra a la prehistoria regional, los autores recorren la cronología precolombina y los elementos claves del cambio cultural, resaltando en este sentido, el proceso de andinización preincaico de Los Andes Meridionales. Finalizan presentando con detalles los prolijos documentos y vestigios atribuidos al período incaico.

Luego del desempolvo de los jarrones, sitios y construcciones del lejano tiempo inca la investigación avanza en el esclarecimiento de los procesos históricos y dinámicas sociales acontecidas por los habitantes locales. Clarifican la denominación promaucaes o “gente salvaje” como una definición incaica, reflejo de su incapacidad política en una coyuntura histórica particular, por sobre una realidad cultural y étnica en sí misma. Reforzando así las fuertes conexiones culturales de las poblaciones locales o “promaucaes” con el mundo mapuche.

Con el correr curioso de las páginas se va visualizando el rostro histórico de los mapuches o picunches, que habitaron esta convulsionada región durante los siglos XV y XVI. Las dinámicas que permitieron el levantamiento frente a los distintos invasores, las frágiles alianzas que sostuvieron con los conquistadores cuzqueños y españoles durante la vida de frontera, la derrota y sometimiento luego del fracaso de las estrategias de resistencia.

Revista Chilena de Antropología 31/1er Semestre 2015 127-128 128/ Dione da Rocha Bandeira La continuidad fragmentada del mundo mapuche de Chile Central en las reducciones indígenas y pueblos de indios de la colonia, junto a las sobrevivencias de esos fragmentos en la vida del mestizo chileno hasta la actualidad presionan por la necesidad de visibilizar y reavivar en la memoria social esas continuidades presentes en distintas actividades comunitarias contemporáneas. Tal como la actual procesión y celebración a la Virgen Nuestra Señora de Fátima anualmente realizada entre las murallas derruidas del pasado incaico.

Situado en el valle del Cachapoal.

Observando minuciosamente los acontecimientos desde los antiguos ayllus y tribus del valle, el arribo del Tawantinsuyu a la región y posterior debacle del Imperio Inca por las huestes españolas, este libro es un real aporte al dar cuenta de la riqueza histórica y cultural del valle del Cachapoal. Situando con justicia al valle del Cachapoal en una de los más importantes problemáticas y enigmas de la gran historia americana.

Felipe Vargas Faulbaum – Licenciado en Arqueologia, Universidad de Chile. E-mail: [email protected].

Acessar publicação original

[IF]

 

Rapa Nui y la Compañía Explotadora 1895-1953 – FUENTES (RCA)

FUENTES, Miguel. Rapa Nui y la Compañía Explotadora 1895-1953. Santiago: Rapanui Press, 2013. 408p. Resenha de: GONZÁLEZ, Paola. Revista Chilena de Antropología, n. 28, p.105-106, jul./dic.. 2013.

Este libro es resultado del proyecto de investigación “El Fundo Vaitea. Patrimonio y Memoria en Rapa Nui durante el período de la Compañía Explotadora” y constituye un homenaje al próximo cumplimiento de los 100 años de la rebelión dirigida por María Angata y Daniel Teave en 1914. El volumen se divide en seis secciones que poseen diversos artículos temáticos elaborados por distintos investigadores y académicos de diverso origen (chileno, rapanui, extranjero) que tratan, desde diversos enfoques provenientes de la Arqueología, Historia, Antropología y los Estudios Patrimoniales, el periodo de desarrollo de la llamada “Compañía Explotadora”, una empresa ganadera que se instaló en Rapa Nui entre fines del siglo XIX y mediados del siglo pasado. Estas secciones se articulan al modo de una reflexión amplia que gira alrededor de tres ejes: producción académica, reflexión patrimonial y discusión política, abarcándose desde aquí a un público diverso que incluye tanto a académicos (arqueólogos, historiadores, antropólogos, etc.) así como a las propias organizaciones sociales rapanui y la comunidad rapanui y chilena.

En cuanto al primero de los ejes de esta publicación: discusión académica (Secciones I, II y III), se desarrolla al comienzo del libro una contextualización histórica del llamado “ciclo ganadero” en Isla de Pascua, abordándose luego una serie de temáticas procedentes de la Arquitectura, Arqueología, Antropología e Historia. En esta línea se encuentran los trabajos de Rolf Foerster, Flora Vilches, Francisco Rivera, María Francisca Ramírez y Valentina Fajreldin, girando estos últimos alrededor de las siguientes problemáticas: la evolución de la economía interna de la Compañía y su relación con el Estado chileno y la comunidad isleña; el desarrollo de nuevos patrones alimentarios en Rapa Nui durante el periodo de la CEDIP y su impacto sobre el marco social y cultural de la isla; la relación existente entre los restos materiales de la Compañía y los sucesivos contextos coloniales y neocoloniales establecidos en Pascua a partir de esos años; las características y dilemas del posible proceso de “patrimonialización” y puesta en valor de sitios históricos en Rapa Nui (por ejemplo en el caso del complejo industrial de Vaitea), etc.

Surge en este punto la interesante problemática de definir lo patrimonial en el caso del pasado reciente isleño, tema sensible al momento de la definición de esferas de protección del patrimonio histórico en la isla. En el caso del artículo de 106 Miguel Fuentes Flora Vilches, esta arqueóloga aborda el estudio de las “pircas” (o muros de piedra) alrededor de la isla como una vía para entenderlas como evidencias materiales del colonialismo y subordinación a que se vio sometida la comunidad rapanui frente a la actividad industrial (con la anuencia del Estado chileno). Estos trabajos se complementan además con un importante registro arquitectónico y espacial del complejo industrial Vaitea y de las pircas de la “Compañía Explotadora de Isla de Pascua”, las cuales ocasionaron una profunda alteración espacial de la isla durante el período de operación de la CEDIP, aquello con graves efectos para la cultura rapanui.

Posteriormente, este volumen se centra en la discusión del concepto de “patrimonio histórico” (Sección IV), considerándose aquí los distintos “intereses patrimoniales” involucrados desde un punto de vista social y legal. Se abordan en esta sección los conflictos de interés relativos a la administración del patrimonio histórico de la isla, resultando evidente la existencia de una importante tensión entre el Estado chileno y la comunidad rapanui. Un ejemplo de estas reflexiones lo encontramos, por ejemplo, en el artículo de la antropóloga Riet Delsing, quien hace hincapié en el desconocimiento que ha hecho el Estado chileno de la propiedad ancestral de los rapanui sobre las tierras de la isla y de sus derechos como pueblo indígena, existiendo además una disociación entre el pasado lejano de la cultura rapanui y las evidencias históricas (traduciéndose esto en una escasa protección de los propios vestigios históricos rapanui). En la misma línea se encuentran los trabajos de Cristián Moreno Pakarati (historiador rapanui), Georgianna Pineda (conservadora-restauradora) y Francisco Torres (arqueólogo y director del Museo Antropológico P. Sebastián Englert).

Finalmente se recogen los planteamientos de distintos académicos y actores sociales y políticos de la comunidad rapanui, llevándose a cabo un giro en la reflexión de índole más propiamente política. Se discuten en esta sección algunas de las principales problemáticas del actual conflicto étnico rapanui, reflexionando además en algunas soluciones para la misma. Esta sección es coherente, de esta manera, con el hilo conductor de este libro: lograr una vinculación entre la academia, los proyectos de investigación y los procesos sociales, reemplazando así el quehacer “aséptico” de la investigación científica por un quehacer científico comprometido con las luchas sociales.

Paola González – Arqueóloga, Sociedad Chilena de Arqueología. E-mail: [email protected].

Acessar publicação original

[IF]

La fantasía de la individualidad. Sobre la construcción sociohistórica del sujeto moderno – HERNANDO (RCA)

HERNANDO, Almudena. La fantasía de la individualidad. Sobre la construcción sociohistórica del sujeto moderno. Buenos Aires: Katz Editores, 2012. 201p. Resenha de: GÖTZ, Manuel Fernández. Revista Chilena de Antropología, n.27, p.171-173, ene./jun., 2013.

La identidad, en sus distintas facetas y manifestaciones, constituye uno de los campos más atractivos y también más relevantes del panorama investigador actual (Schwartz et al. 2011). El interés por la materia se extiende a disciplinas muy diversas, desde la Antropología a la Sociología, la Psicología, la Historia o la Arqueología. Teniendo en cuenta que “identidad” es un concepto polifacético como pocos, a modo de referencia podemos seguir la definición general propuesta por Jenkins (2004: 5), autor para el cual sería: “el establecimiento sistemático y la significación entre individuos, entre colectividades y entre individuos y colectividades, de relaciones de similaridad y diferencia”. Dicho esto, hay que tener en cuenta que bajo un mismo término se engloban muchas facetas particulares, pudiendo distinguirse entre identidad étnica, identidad de género, de edad, clase, etc. (Fernández-Götz 2008).

Sin ánimo de exagerar, podemos afirmar que el libro que aquí se reseña constituye una de las contribuciones más relevantes al estudio de la identidad de los últimos años. Su autora, que ejerce como profesora en el Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid, cuenta con una amplia experiencia de trabajo de campo etnoarqueológico, principalmente entre los Q’eqchí de Guatemala y los Awá del Amazonas.

Como ella misma afirma al inicio del libro, dichas vivencias han marcado profundamente su pensamiento, constituyendo junto con su interés por el feminismo el germen del presente volumen. Muchas de las ideas propuestas fueron ya presentadas o anticipadas en su anterior monografía, titulada Arqueología de la identidad (Akal Editores, 2002). En contra de lo que a primera vista pudiera parecer, ninguno de ambos volúmenes constituye una obra de arqueología propiamente dicha, aunque sí se trata de libros de gran utilidad tanto para arqueólogos como para especialistas de otras materias, disciplinas e incluso para el público interesado en general.

La fantasía de la individualidad se compone de 11 capítulos, que lejos de estar concebidos como apartados aislados deben ser leídos de forma fluida y continua: 1) Planteamientos generales; 2) Sexo y género; 3) El origen; 4) La identidad relacional. O la identidad cuando no se tiene poder sobre el mundo; 5) La individualidad. O la identidad cuando se posee poder sobre el mundo; 6) Identidad relacional/identidad individualizada. La apariencia de las cosas; 7) La fantasía de la individualidad I: Mujeres e identidad de género; 8) La fantasía de la individualidad II: La actuación (inconsciente) de la identidad relacional por parte de los hombres; 9) Individualidad dependiente e individualidad independiente; 10) A vueltas con el sexo y con el género; 11) Conclusión.

Comentar todos los aspectos tratados en un libro tan rico en ideas como el presente excedería el marco de esta reseña. No obstante, resulta posible destacar dos hilos argumentales alrededor de los cuales gira todo el discurso.

En primer lugar, que la identidad humana puede ser concebida como una identidad “dual”, que mezcla en grados diversos lo que se ha venido a llamar la identidad “dividual” –donde cada persona no se concibe de forma aislada, sino en relación siempre con otros– y la “individual”. De este modo, a lo largo de la Historia encontramos una amplia gama de grises que abarcan desde identidades más “relacionales” a otras más individualizadas en las que está más desarrollado el sentido de un “yo” interior separado y distinto del resto de la realidad. Como acertadamente indica Hernando, el proceso de individualización se produce como contraparte identitaria al aumento de la complejidad socioeconómica y por ende de la división de funciones, por lo que no resulta posible aplicar nuestras emociones y razonamientos actuales a las gentes de un pasado caracterizado por la “Otredad”. De gran importancia resulta el hecho de que tradicionalmente los hombres han desarrollado una identidad más individualizada que las mujeres. Estas últimas han mantenido –salvo contadas excepciones– una identidad básicamente relacional hasta la Modernidad. Y es precisamente esta dispar trayectoria identitaria de hombres y mujeres la que enlaza con el segundo hilo argumental a comentar: la afirmación de que la disociación “razón-emoción” constituye la clave del orden patriarcal, algo que se explica por la progresiva diferenciación entre la especialización de los hombres en la racionalización del mundo y la de las mujeres en la construcción de los imprescindibles vínculos emocionales.

A través de un análisis crítico y certero que abarca desde los orígenes de la Humanidad hasta la actualidad, la autora logra desenmascarar y desmontar uno de los mitos más arraigados e influyentes del pensamiento dominante actual: la convicción de que el individuo puede concebirse al margen de la comunidad y de que la razón puede existir al margen de la emoción. Esta falacia es, en resumida síntesis, “la fantasía de la individualidad” y el origen de muchos de los problemas de nuestro mundo actual.

Por otro lado, resulta necesario destacar como uno de los aspectos claves del libro el énfasis que Hernando pone en el concepto de “materialidad”, según el cual las personas crean cultura material y la cultura material las crea a ellas simultáneamente, haciéndoles ser quiénes son y condicionando su forma de experimentar el mundo. Íntimamente ligada a esta constatación se encuentra la importancia atribuida a los aspectos inconscientes de la cultura.

La combinación de ambos elementos permite reconocer la importancia fundamental del estudio de la cultura material, pues ésta permite dirigir la mirada hacia “lo que la gente hace y no […] a lo que ha decidido contar de sí misma” (pág. 16).

Entre las (escasas) críticas que pueden plantearse al presente volumen se encuentra el reducido número de ilustraciones que contiene: por muy compleja y en ocasiones abstracta que sea la problemática tratada, hubiera sido posible –y deseable– introducir algún esquema gráfico más o algunas figuras que ejemplifiquen visualmente a través de ejemplos concretos lo dicho en el texto. Sea como fuere, éste y otros aspectos menores no empañan el valor de la obra, destinada a convertirse en un trabajo de referencia para cualquier persona interesada en la temática de la identidad. Nos encontramos ante un libro que reflexiona y hace reflexionar, permitiendo comprender mejor tanto la cotidianidad como los grandes procesos de larga duración.

Un libro, en definitiva, que nos acerca a nuestro pasado, presente y futuro como seres humanos.

Referências

Fernández-Götz, M. 2008. La construcción arqueológica de la etnicidad. Serie Keltia 42. Editorial Toxosoutos, Noia (A Coruña).

Hernando, A. 2002. Arqueología de la Identidad. Akal, Madrid.

Jenkins, R. 2004. Social Identity. Routledge, Londres/Nueva York.

Schwartz, S. J., K. Luyckx y V. L. Vignoles (eds.) 2011. Handbook of Identity Theory and Research. Springer, Nueva York.

Manuel Fernández-Götz – Servicio Estatal de Patrimonio de Baden-Württemberg/Universidad de Tübingen, Alemania. Correo-e: [email protected].

Acessar publicação original

[IF]

Pueblos de Mar: relatos etnográficos – SALVO (RCA)

SALVO, Andrés Recasens. Pueblos de Mar: relatos etnográficos. Santiago: Ediciones del Departamento de Antropología, Universidad de Chile; Bravo y Allende Editores, 2003. Resenha de: MÁRQUEZ, Francisca. Revista Chilena de Antropologia, n.17, p.199-202, 2003/2004.

Francisca Márquez – Antropóloga. Universidad A. Humanismo Cristiano.

Acessar publicação original

[IF]

 

Introducción a la Antropología – RODRIGUEZ (RCA)

RODRIGUEZ, Mario Orellana. Introducción a la Antropología. Santiago de Chile: Ediciones SEK y CPU, 2001. Resenha de: HERNÁNDEZ, Roberto. Revista Chilena de Antropologia, n.16, p.188-192, 2001/2002.

Acesso apenas pelo link original

[IF]

 

Historia General de Chile – ARANA (RCA)

ARANA, Diego Barros. Historia General de Chile. Santiago: Editorial universitária y Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2000. Resenha de: RODRÍGUEZ, Mario Orellana. Revista Chilena de Antropologia, n.15, p.169-172, 1999.

Acesso apenas pelo link original

[IF]

 

Prehistoria y Etnología de Chile – RODRÍGUEZ (RCA)

RODRÍGUEZ, Mario Orellana. Prehistoria y Etnología de Chile. Santiago: Universidad de Chile, Colección de Ciencias Sociales; Bravo y Allende Editores, 1994. Resenha de: DANNEMANN, Manuel. Revista Chilena de Antropologia, n.14, p.157-158, 1997/1998.

Manuel Dannemann – Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile.

Acesso apenas pelo link original

[IF]

 

 

 

Tipos humanos en la poesia folclórica chilena. Ensayo filológico, antropológico y sociológico – DANNEMANN (RCA)

DANNEMANN, Manuel. Tipos humanos en la poesia folclórica chilena. Ensayo filológico, antropológico y sociológico. Santiago: Editorial Universitaria, Colección Imagen de Chile, 1995. Resenha de: BIALOGORSKI, Mirta. Revista Chilena de Antropologia, n.14, p.159-161, 1997/1998.

Mirta Bialogorski – Universidad de Buenos Aires. Conicet.

Acesso apenas pelo link original

[IF]

 

Romancero general de Chiloé – MAXIMIANO (RCA)

MAXIMIANO, Trapero; CANTÍN, Juan Bahamonde. Romancero general de Chiloé. Con transcripciones musicales de Lothar Siemens Hernández. Vervuert, Iberoamericana, 1998. Resenha de: DANNEMANN, Manuel. Revista Chilena de Antropologia, n.14, p.161-163, 1997/1998.

Manuel Dannemann – Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile.

Acesso apenas pelo link original

[IF]

Género y Epistemología. Mujeres y disciplinas – MONTECINO; OBACH (RCA)

MONTECINO, Sonia; OBACH, Alejandra (Compiladoras). Género y Epistemología. Mujeres y disciplinas. Santiago: Programa Interdisciplinario de Estudios de Género, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Chile, 1998. Resenha de: OSES, Darío. Revista Chilena de Antropologia, n.14, p.163-164, 1997/1998.

Darío Oses – Universidad de Chile Acesso apenas pelo link original

[IF]

La agonia del deseo: Antropología del lupanar – PAGÉS LARRAYA (RCA)

PAGÉS LARRAYA, Fernando. La agonia del deseo: Antropología del lupanar. Publicaciones del Seminario de Investigaciones sobre Antropología Psiquiátrica, Nueva Serie, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, publicación n.25, Año VII, Buenos Aires, 1996. Resenha de: CÁRDENAS, Eduardo Medina. Revista Chilena de Antropologia, n.14, p.165-169, 1997/1998.

Eduardo Medina Cárdenas Acesso apenas pelo link original

[IF]

 

Human osteology. A laboratory and field manual – BASS (RCA)

BASS, William M. Human osteology. A laboratory and field manual. 3ed. Columbia: Special publication, n.2 of the Missouri Archaelogical Society, 1987. Resenha de: CONSTANTINESCU, Florence. Revista Chilena de Antropologia, n.12, p.233, 1993/1994.

Acessar apenas pelo link original

[IF]

 

Viajes y Arqueología en Chile Austral – BIRD (RCA)

BIRD, Junios. Viajes y Arqueología en Chile Austral. Punta Arenas: Ediciones de la Universidad de Magallanes, 1993. Traducción al español del original en inglês editado por John Hyslop, University of Iowa Press, 1988. Resenha de: MENA, Francisco. Revista Chilena de Antropologia, n.12, p.234-235, 1993/1994.

Acesso apenas pelo link original

[IF]

Sistemas Sociales. Lineamientos para una Teoría General – NIKLAS (RCA)

NIKLAS, Luhmann. Sistemas Sociales. Lineamientos para una Teoría General. México: Universidad Iberoamericana y Alianza Editorial, 1991. Resenha de: ARNOLDO, Marcelo. Revista Chilena de Antropologia, n.12, p.235-237, 1993/1994.

Acesso apenas pelo link original

[IF]

Historia y Antropología de la Isla de La Laja – RODRÍGUEZ (RCA)

RODRÍGUEZ, Mario Orellana. Historia y Antropología de la Isla de La Laja. Santiago: Ed. Universitaria, Colección Imagen de Chile, 1992. Resenha de: PARENTINI, Luis Carlos. Revista Chilena de Antropologia, n.12, p.237-240, 1993/1994.

Acesso apenas pelo link original

[IF]

 

Conquista y barbárie. Ensayo crítico acerca de la conquista de Chile – BENGOA (RCA)

BENGOA, José. Conquista y barbárie. Ensayo crítico acerca de la conquista de Chile. Santiago: Ediciones Sur, 1992. Resenha de: FOERSTER, Rolf. Revista Chilena de Antropología, n.11, p.131-133, 1992.

Acesso apenas pelo link original

[IF]