Aportes a las perspectivas de género en historia del arte | Cuadernos de Historia del Arte | 2021

En 1995, en Cuadernos de Historia del Arte N° 15, José Emilio Burucúa y Laura Malosetti Costa publicaban “Iconografía de la mujer y lo femenino en la obra de Raquel Forner”. No buscaban los autores centrarse en la “visión femenina” de la artista, sino más bien observar la manera en que Forner había desarrollado el “tema de lo femenino” en sus series de obras. Pasó el tiempo hasta que volvieron a publicarse trabajos en los que se abordaba la temática de género en relación a las formas de representación, hasta que Gabriela Vázquez publicara en 2015 (CHA 25) “Mujeres y vitivinicultura. Representaciones de mujeres en la actividad vitivinícola de Mendoza hacia 1910”. Estas han sido las escasas intervenciones de nuestra revista en los asuntos relativos a la relación entre producción artística y género. Es por tanto con la intención de comenzar a salvar esta situación que proponemos el presente dossier, que lejos de ser una casualidad responde a los desafíos lanzados desde las perspectivas feministas a la disciplina de la historia del arte, desafío que ha cobrado protagonismo al calor de los movimientos de mujeres que se extienden por el mundo.

Entre las virtudes del llamado de atención de la historia del arte feminista, la exigencia de desandar el camino de la construcción del canon del arte moderno y contemporáneo es central en lo que respecta a encontrar claves para comprender visiones y representaciones alternativas de la modernidad occidental, en la que nos encontramos sumidos y culturalmente constituidos. Este es, entre otras cosas, un trabajo de visibilización y recuperación de artistas, obras, perspectivas estéticas y tendencias poéticas y políticas. Ese camino ha sido emprendido por historiadoras del arte, cuyo proyecto intelectual consiste no solamente en un proceso aditivo por el cual un número de artistas mujeres desplazadas y olvidadas es sumado a la narrativa de la historia del arte, si no más bien, y en primer lugar, en cuestionar las bases epistemológicas mismas de una disciplina que a partir de sus categorías, conceptos y teorías ha construido el canon del arte moderno y contemporáneo desde una perspectiva androcéntrica. Esto ha significado que el proceso de conformación de dicha narrativa dominante sobre el arte moderno y contemporáneo ha omitido la mirada de las mujeres. No una mirada pensada como producto de ciertas determinaciones naturales (concepción cara al pensamiento patriarcal y aristocrático sobre las artes), sino una mirada signada por la organización cultural y social de nuestro mundo histórico y por las diferentes posiciones que se han asignado a las personas según su definición en la organización sexual de la sociedad. Leia Mais