Poesía popular minera en el periódico El siglo (1952-1958) | Héctor Uribe

El trabajo del profesor e investigador Héctor Uribe, Poesía popular minera en el periódico El siglo (1952-1958,) compila 115 poemas o “versos” escritos en décimas y cuartetas, publicados originalmente en el diario El Siglo durante la década de 1950; cada uno de estos textos recrea la historia de los mineros de la llamada “zona del carbón” en la región del Bío Bío. Localidades como Coronel, Lota y Curanilahue se fijan como escenarios de historias personales y colectivas que remiten a la lucha por la sobrevivencia y por derechos básicos como salud, salarios justos y dignidad. El texto no solo consiste en los poemas antologados, sino que también incluye una acuciosa investigación sobre la poética minera y sobre la sección de la Lira Popular incluida en el periódico El Siglo. Me parece un trabajo valioso que otorga una contextualización teórico-musical, histórica, cultural y poética al material seleccionado. Poesía popular minera en el periódico El siglo (1952-1958) nos conduce a una realidad concreta en el espacio y el tiempo, el Chile de la primera mitad del siglo XX, en el marco de la cual resaltan tres grandes aspectos: el primero es la historia de La Lira Popular, y con ello, la memoria de la poesía popular chilena: su tradición, su métrica, sus temas, sus propósitos; el segundo, es la trayectoria de la izquierda política en Chile, de sus medios de difusión de ideas y de su vinculación con La Lira Popular; y el tercero, consiste en la reunión de las historias tanto personales como colectivas de mineros y de campesinos: anécdotas, rutinas y tragedias. Estos tres aspectos se entretejen en las décimas recopiladas. En cuanto al primer aspecto, se debe señalar que en sus orígenes a fines del siglo XIX, la Lira Popular se presentaba como pliegos sueltos; a diferencia de ello, los textos compilados por Uribe corresponden a poemas de la Lira que originalmente fueron publicados en un soporte mayor, El Siglo, periódico de izquierda vinculado al Partido Comunista de Chile, en el que las clases populares encontraron información, pero también ideas que cuestionaban el orden establecido. En su estudio preliminar, Uribe documenta el anhelo de los poetas populares por ser publicados en este periódico, pues percibían que los propósitos de la Lira y de El Siglo coincidían: denunciar injusticias, llamar a la lucha por los derechos del ser humano, organizar al pueblo e informar sin censura. De este modo, nos acercamos al segundo aspecto de los mencionados, esto es, la historia de la izquierda y su relación con la Lira Popular. Para los poetas antologados, El Siglo constituía el periódico que realmente publicaba la situación del país, como se puede apreciar en algunas décimas: “Con infinita emoción / te felicito y saludo, /por ser del pueblo su escudo, / y valiente defensor; / No te soborna el bribón/ que a Chile vende y parcela, / ni pudo el traidor Videla / tu recta línea torcer, / tu pueblo sabe querer / a quien por él se desvela.” (Uribe, 2020, p.193). Esta es la primera estrofa del poema o “verso” titulado “A El Siglo”, del poeta popular Victaliano Nova, en la que se aprecian los atributos del diario para los poetas populares: era un medio que defendía al pueblo, que no aceptaba sobornos, y que sufrió el cese de sus publicaciones debido a la llamada Ley de Defensa de la Democracia” (1948) del gobierno de Gabriel González Videla, que los sectores populares denominaban “Ley maldita”, pero que el diario consiguió eludir durante un periodo al desvincular la publicación del Partido Comunista. Las décimas de esta antología testimonian las ideas de izquierda y el desarrollo de la organización popular; se elogia a figuras como Luis Emilio Recabarren y Pablo Neruda; se celebra la formación de la Central Única de Trabajadores y se homenajea a sus dirigentes; se poetiza el proceso y consecuencias de las huelgas; se erige como un modelo a seguir a la Unión Soviética. Es por ello que la lectura de estas páginas nos introduce en un recorrido por la historia de Chile, en el que se ponen de relieve diversos acontecimientos no siempre circunscritos a la zona del carbón; algunos textos remiten a la crisis de las salitreras en el norte de Chile y a las matanzas de obreros; también se lamenta un incendio en el Zanjón de la Aguada. Es así como los poetas de La Lira Popular servían al pueblo, a sus sufrimientos y sus luchas, por lo que no es de extrañar que campesinos, mineros e indígenas aparezcan hermanados por un mismo clamor de justicia, aunque pertenezcan a regiones de Chile disímiles entre sí; el imaginario poético de estos versos nos presenta un mundo dividido entre opresores y oprimidos: la oligarquía chilena, los patrones y los inversionistas extranjeros, por un lado, y los trabajadores, sus mujeres e hijos por el otro. A mi juicio, uno de los efectos más significativos de las publicaciones de la Lira en El Siglo fue el establecimiento de vínculos entre los poetas, lo que tuvo como consecuencia la conformación de la Sociedad de Poetas y Cantores Populares de Chile, la primera de su tipo en el continente; gracias a esta agrupación se materializaron diversos proyectos relacionados con la poesía popular: recopilaciones, difusión del arte popular chileno y escuelas de canto a lo poeta. En otras palabras, la historia de Chile poetizada en estos versos, permitió el desarrollo de la poesía popular y la organización de un gremio de estos poetas, hito que fue testimoniado en décimas; por ejemplo, en el texto “Un llamado a los poetas y cantores populares”, el poeta de Coronel Juan Segundo Placencia insta a integrar la sociedad: “Yo invito a cualquier obrero / que tenga una cualidad / que escriba aquí en esta Lira / y venga a la Sociedad. / Aquí en la zona minera / hay puetas muy distanciados / vengan todos hacia mí / y serán organizados. / En la unión de los cantores / le abrimos la puerta a todos / si alguno la hierra un poco / lo arreglamos de algún modo. / Viejos, jóvenes y niñas / que tengan uso ‘e razón / yo invito a todo chileno / venga a nuestra asociación.” (Uribe, 2020, p.197). Ajenos al estereotipo del poeta solitario y encerrado en una torre, los poetas populares celebran la idea de comunidad; sin egoísmo ni discriminaciones llaman a compartir el proceso creativo, a enseñarse y corregirse unos con otros. Este plan de armar comunidad es congruente con la ideología de izquierda de la época y con la necesidad que ellos percibían de agruparse en sindicatos y de apoyar a la CUT para luchar contra las injusticias. Es así como percibo en estos y otros textos de la antología, que, para sus integrantes, la Sociedad de poetas populares es un bastión de lucha, al igual que las agrupaciones políticas y sociales. Difundir, retener en la memoria y seguir creando, equivalía a acompañar y apoyar al pueblo en sus justas reivindicaciones. El tercer y último aspecto de los anunciados al inicio, constituye para mí el verdadero corazón de estos textos de la Lira popular; me refiero a las historias de los trabajadores, en especial, de los mineros. Las décimas poetizan la vida del minero en sus aspectos cotidianos, integrando sus sueños y esperanzas. Los versos se detienen en el sufrimiento, evidenciado en el cuerpo del trabajador. En la décima llamada “Todos los chilenos quieren a los mineros del carbón”, el poeta campesino Raimundo Navarro, enuncia: “Han pasado muchos casos / por descuido que se advierte / muchos hallaron la muerte / otros perdieron los brazos; / quedaron hechos pedazos / el corazón sin latir / después de tanto sufrir / explotaciones y males / de chico en los minerales / trabajan hasta morir.” (Uribe, 2020, p. 113). Los versos discurren sobre el riegoso trabajo desde la infancia que se prolongaba hasta la muerte; los cuerpos de los trabajadores son susceptibles de salir destrozados o inertes en cualquier momento. En otra décima llamada “Canto a los mineros del carbón”, Victaliano Nova poetiza: “Recuerdo horrorizao / cuando bajo de un planchón, / lo mismo que un vil ratón, / quedó un minero aplastao; / completamente tapao / con el tremendo toscón, / conteniendo su dolor, / —no miento y aquí repito— / que pedía a todo grito/ que lo mataran mejor.” (Uribe, 2020, p.148). Si bien en los poemas las piedras y minerales maltratan el cuerpo del minero, no logran doblegar su espíritu; el hablante de este texto recién citado ha descrito anteriormente al minero accidentado como “esforzado” y “fuerte como una roca”. Mineros y rocas fusionan sus características, en tanto la dureza y oscuridad del entorno que rodea al trabajador se traspasan al color de su piel y a su capacidad de resistir los sinsabores de su labor. Además del peligroso trabajo, la vida del minero poetizada en las décimas contempla la lucha social, y en esta área de su vida adquieren relevancia las familias; por ejemplo, un poeta de Curanilahue recuerda un episodio de una huelga, en que las mujeres de los trabajadores detienen un tren en señal de protesta; de esta manera, los poetas populares celebran la unidad de los trabajadores y sus familias, descubriendo heroísmo y valentía en estas acciones de lucha, sobre todo porque muchas veces, quienes participan de las movilizaciones sociales, son viudas o huérfanos, debido a accidentes ocurridos en las minas. A pesar de todos los dolores que se encierran en estos poemas, no calificaría estos versos como trágicos o lúgubres, porque ante todo los motiva la esperanza de revertir la situación de precariedad en que se encuentran los trabajadores y sus familias: aun cuando son motivos centrales el hambre, los elevados precios de la mercadería, los bajos salarios, los peligros en los medios de transporte del pueblo -la micro y el ferrocarril- junto con ello se testimonian los triunfos de las huelgas, como la celebración de la reducción del extenuante horario laboral a ocho horas diarias, aunque luego se constata que las ocho horas son muchas para el esfuerzo que implica la extracción del carbón. Con todo, el trabajador minero no se victimiza, pues para estos poetas, es valiente y aguerrido; al respecto, uno de los versos lo describe “con su traje de cordero, pero es un león indomable”; tampoco carece de entretenimiento y humor; numerosas décimas poetizan alegres farras, los chistes, los brindis, celebraciones de bautizos, la afición por el fútbol, el deseo de aventuras y viajes, la sabiduría popular contenida en el conocimiento de las hierbas medicinales, las tradiciones, la galantería con las mujeres, peticiones de matrimonio, o la afirmación de su soltería y su deseo de conquista de varias damas. Es así como en estas décimas, los poetas descubren, a través de los ojos del minero, sus dolores, pero también la belleza de la vida y del entorno del trabajador. Para ilustrar esta última idea, cito unas décimas de Jorge Obrero del Carbón, uno de los autores con más presencia en la antología: “Curiosos de este lugar / me han pedido algunos datos / con todos estos aparatos / pa la Lira Popular / sin hacerme yo el rogar / lo escribí de esta manera: / aunque parezcan leseras / son cosas de producción / que hey mirado en el carbón / desde l’otra primavera. / Aquí en Maule y Coronel, / los Rojas y el Corcovado / se produce el trite ahumado / mangarrial con torrantel; / cholgas y pibre a granel / también congrio y pescá seca / bailes corridos y cuecas / con paseos en la playa / y otras cosas hasta malaya / canastos, charras y decas. / Cerro Obligado y Puchoco / producen cabras tan lindas / que al mirarlas como guindas / es capaz volverse loco / no dirán que me equivoco / de estos barrios y poblaciones /hay que ver las producciones / hasta en la población Berta / que si no hay cerdo, ave o huerta / hay lombriz y camarones. / Todo el barrio en Villa Mora / la Colonia y Villa Alegre / se ven cosas na muy chegres / que entretienen sin demora / como las bellas cantoras / que en sus cantos 50, agosto 2021: 1-4 dicen sí / con todo lo que hay aquí / ya estarán bien informados; / como hay chutes bien chantados / hay picantes como ají.” (Uribe, 2020, p.151). Como se puede comprender, no solamente está contenida la alegría de los barrios en estas décimas, sino también el humor del cantor popular, que en medio de la precariedad, descubre la belleza de las mujeres, el canto, y la alegría, aunque no siempre se pueda comer cerdo, ave o huerta. Leia Mais