De bucal en bucal: relatos de vida de boxeo | Fernanda Lara Manríquez

“Varias de las historias que leeremos a continuación nos muestran el camino que cada peleador ha tenido que recorrer para llegar a donde está ahora, así como también lo que los impulsa para seguir adelante en este deporte que requiere de grandes habilidades físicas, pero también emocionales. Cada historia nos muestra que arriba de un ring no importan las diferencias entre clases sociales, razas, lenguas, color de piel, género, o maneras de pensar, son solo dos individuos que se enfrentan en igualdad de condiciones con el objetivo de vencer a su contrincante, y es aquí donde el papel del entrenador marca la diferencia” (p. 7).

Éstas son parte de las palabras acertadas de Alba Servín escritas al inicio del libro “De bucal en bucal: relatos de vida de boxeo” de Fernanda Lara Manríquez y que ahora tengo el gusto de reseñar. La riqueza de la obra se caracteriza principalmente por las voces de los boxeadores, entrenadores y maestros, gente que ha vivido su historia y cotidianidad en dicho deporte.

Antes de dar mis impresiones de este documento, quisiera decir que celebro mucho este trabajo por dos motivos: he acompañado a Fernanda Lara a lo largo de su trayectoria académica. Fui su sinodal tanto en la licenciatura en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM en 2016, como en la maestría en el Instituto Mora en 2020.

Me basaré principalmente en un aspecto central de este libro, y es la capacidad de hacer etnografía, método por excelencia de la Antropología (cfr. Mauss, 1971). La etnografía es el registro detallado mediante diversas técnicas del hecho social. Una de las técnicas preponderantes y más interesantes, pero a la vez complejas de llevar a cabo, son las historias de vida. Si bien en este contexto se abordan “relatos de vida”, no es tan sencillo.

Entre las funciones más reconocidas en las historias de vida está la de aprender sobre lo que realmente es importante en la mente de nuestros actores sociales: sus significados y perspectivas; el modo en que ellos ven y sienten la realidad o cómo clasifican y experimentan su mundo. Sobre todo esta idea según la cual, la historia de vida nos permite acceder a la experiencia de las propias personas investigadas, cuestión que se ha planteado teóricamente bajo la noción clásica de “empatía” pero resignificada metodológicamente para el uso de las historias de vida. En esta argumentación la empatía es la condición de la comprensión y se acompaña de la pertinencia para crear un medio ambiente o atmósfera adecuada. Fernanda Lara tuvo las aptitudes para ello, con una escucha atenta, de retroalimentación, lo que posibilitó una interacción auténtica de comunicación interpersonal entre ella y sus entrevistados.

Las historias de vida pueden definirse como una técnica social que pone en relación de comunicación directa cara a cara a un investigador/entrevistador y a un individuo entrevistado con el que se establece una relación (cfr. Canales, 2006). Sin embargo, lo que caracteriza este libro, es que Fernanda Lara compartía también los espacios, y en consecuencia, llegó a sentir una mínima parte de lo que le estaban hablando, esto lo comparte en su sección denominada “Sombra”, en donde nos damos cuenta también de su sensibilidad, espontaneidad, concentración e intensidad, además de su peculiar conocimiento dialógico para establecer un circuito de comunicación y saber escuchar.

Al hacer una investigación en donde es ineludible tratar con personas (que toda investigación social es y debe ser así, si no sería ilógico su razón de ser) el que investiga, toma dos posturas: etic y emic (cfr. Sanmartín, 2003). La postura etic es tratar de ser lo más objetivo posible, en donde la objetividad radica en ver el fenómeno social desde fuera, sin involucrarse con los actores sociales. Una postura emic es todo lo contrario, es acercarse a los protagonistas de nuestra historia, el plus que tiene Fernanda es ser partícipe de un entrenamiento, pegarle a una pera, usar guantes; es decir toda una suma de actividades que la capacidad de entender, reflexionar e interpretar se convierte en parte de la misma historia que nos narra. Se puede decir que no hay objetividad como en la postura etic, pero ¿qué es objetividad cuando somos sujetos sociales estudiando sujetos sociales? Esto es la riqueza de las humanidades, estudiar la cultura humana, que no es única, que es movible y variable.

Además, creo que el presente estudio deja mucha reflexión de este falso estigma, que incluso yo tenía: el boxeo es violento y, por ende, que quienes lo practican también lo son. Fernanda Lara nos enfatiza que, como cualquier círculo social, “puede haber gente violenta, pero también puede haber personas que priorizan las relaciones de solidaridad, compañerismo, y diversión” (p. 10). El box entonces, tiene muchos matices, claros y oscuros, pero es parte de la dinámica social y de las perspectivas. Dejando de lado las connotaciones negativas que giran alrededor de él, Fernanda nos aclara que es más que eso. El boxeo, en realidad, se constituye de “todas y cada una de las historias de vida de quienes pelean, de sus familias, de los entrenadores, de los managers, de las promotoras, de los comentaristas, de los espectadores, y en general, de todo aquel que de alguna manera se ha involucrado con este deporte, que a la vez es arte, es ciencia y es baile” (p. 10).

Me llama la atención esta última definición porque el baile, que puede ser en conjunto o de forma individual, con cierta indumentaria, tiene una multiplicidad de secuencias, pasos y estilos, distintos usos del cuerpo. Lo que hace pensar en las expresiones corporales como una cualidad y necesidad humana, es por esto, el motivo de la connotación de Fernanda Lara de ver el box como un baile, asume las acciones y actividades cargadas totalmente de expresividad, estilo y técnica.

Las letras de Fernanda Lara me hicieron recordar la lectura de Marc Augé (1998) El viajero subterráneo. Un etnólogo en el metro que aborda precisamente sus experiencias en el metro, basado en sus observaciones de primera mano, así como en los elementos históricos. Él denomina a este transporte y todo lo que gira en torno a él, como un recorrido social. Lo mismo se puede decir del box, es un deporte social tomando en cuenta las características estructurales de sus ejes rectores.

Ella buscó hablar con boxeadores profesionales, con boxeadores amateur, peleadores de otros deportes de contacto, como el kickboxing, entrenadores de boxeo, y personas relacionadas con proyectos de enseñanza de boxeo con enfoques peculiares, tales como “El Ring Central” y la escuela de boxeo para niños en Tepito, labor de Israel Villagrán, que trabaja con los niños del barrio que se quieren acercar al deporte.

Son seis los boxeadores entrevistados: Abisai Reyes “El tigre”, Marco Canedo, Alfonso Llop, Samuel “King” Moses, Israel Rodríguez y Silvia “La chiva loca”. También están presentes los entrenadores Nacho Beristain, Alberto González, José Luis Villalobos, Ricardo López e Israel Villagrán. Igualmente tenemos el testimonio de Gabriel “El Gab boxing”, quien funge como administrador del gimnasio “Ring Central”.

Considero que para futuros proyectos Fernanda Lara debe darles voz a las compañeras de Silvia Guillén, “La chiva loca”, pues su historia resulta tan apasionante, que seguramente las narrativas de Jackie “La princesa azteca” Nava, la “La Barbie Juárez” y Diana “La bonita” Fernández, tendrán narrativas extraordinarias, pues todas ellas rompen con los estereotipos. El relato de Silvia Guillén nos deja ver lo poderoso que implica salir de lo mal llamado “normal” y demostrar con hechos, basados en la constancia y la disciplina, que todo es posible. A su corta edad y desde muy pequeña se ha subido al ring a combate casi 200 veces, por lo que tiene grabado en su memoria instantes de dolor, felicidad y aprendizaje, pues cada pelea siempre será diferente. Es una gran promesa, promesa del boxeo que surge en Iztapalapa. Y con respecto a los temas de género y sororidad, es necesario reconocer la perseverancia y éxitos de las mujeres en espacios conquistados históricamente por hombres.

Hablar de las publicaciones de boxeo resulta interesante lo que se ha hecho. Escritos en español está la mención de 25 libros, de los cuales cuatro son de autoría femenina: Katy Evans, Joyce Carol, Candela Mussicato y Silvia Cruz. En las tesis de la UNAM (https://tesiunam.dgb.unam.mx), hay 23 registros de investigaciones al respecto, las cuales pueden ser descargables y cinco son de alumnas de las carreras de arquitectura, ciencias de la comunicación, derecho, especialidad en enfermería y odontología. También son minoría los trabajos de corte sociológico o antropológico, y puedo aseverar que nulos, con perspectiva de género.

Este texto es de las pocas reflexiones que conjunta varias voces, lo que hace un escrito holístico e integral, como parte de una metodología necesaria para entender las diversas posturas. A veces realizar trabajo de campo, como señalé en un principio, requiere de ciertas herramientas metodológicas para finalmente realizar una interpretación del hecho social: observación, observación participante, fotografías, fonografías, cuestionarios, mapas, entrevistas, trabajo de archivo e historias de vida, siendo ésta última a mi parecer la más sensible porque los protagonistas son quienes comparten sus historias.

En su conjunto, con 116 páginas y excelentes fotografías, esta es una obra que contribuye a los estudios del box, del deporte dentro de los ámbitos sociales, culturales y deportivos, históricos y antropológicos.


Referencias

Augé, M. (1998). El viajero subterráneo. Un etnólogo en el metro. Barcelona: Gedisa.

Canales Cerón, M. (coord.). (2006). Metodologías de investigación social. Introducción a los oficios. Santiago de Chile: LOM Ediciones.

Mauss, M. (1971). Introducción a la etnografía. Madrid: Ediciones Istmo.

Sanmartín, R. (2003). Observar, escuchar, comparar, escribir: la práctica de la investigación cualitativa. Barcelona: Ariel.


Resenhista

Alicia María Juárez Becerril – Doctora y Maestra en Antropología por la FFyL/IIA-UNAM. Licenciada en Sociología por la FCPySUNAM. Profesora del Sistema de Universidad Abierta y de Educación a Distancia en las carreras de Sociología y Ciencias de la Comunicación de la FCPyS-UNAM. Profesora del Posgrado en Ciencias de la Sostenibilidad. Miembro del SNI CONACYT, Nivel I. Autora de Los aires y la lluvia (2010) y Observar, pronosticar y controlar el tiempo. Apuntes sobre los especialistas meteorológicos en el Altiplano Central (2015); coordinadora del volumen Religiosidad popular en contextos campesinos de origen indígena (2019). E-mail: [email protected]


Referências desta Resenha

MANRÍQUEZ, Fernanda Lara. De bucal en bucal: relatos de vida de boxeo. México, 2022. Resenha de: BECERRIL, Alicia María Juárez. Secuencia. Reseñas, 2022. Acessar publicação original [DR/JF]

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