Formas de pensar la historia/Historia y Grafía/2022

Los ensayos que conforman este expediente presentan distintas formas para pensar la historia. Pensar la historia tiene como subsuelo la pregunta acerca de qué significa pensar históricamente. Ninguno de estos trabajos adelanta una respuesta, o la propone de manera directa, ya que una posible resolución lleva emplazada en sí misma su imposibilidad. Dicha imposibilidad se da ahí en donde lo imposible se abre por nuestra misma condición histórica. Finitud, cambio y contingencia son el contenido de nuestra situación histórica, esto es, de nuestra historicidad. Por tanto, es la historicidad lo que está en juego al momento de intentar responder, en la imposibilidad, a tal pregunta.

Paradójicamente, esta imposibilidad por pensar históricamente, en cuanto tal, es al mismo tiempo su condición de posibilidad. En otras palabras, se hace historia a partir de este desajuste de la temporalidad y de nuestra finitud. De esta manera, diferenciar cada vez más el pasado del presente, es el reto que asumen los trabajos que conforman este expediente. Distintas formas para pensar la historia se ponen en acto con cuatro propuestas: 1) Problemas de orden epistemológico en la escritura de la historia, a propósito de las aportaciones de Jacques Derrida, como la textualidad, la deconstrucción y la ética de la hospitalidad; 2) La práctica historiográfica en la modernidad y su relación ambigua con el pasado, en donde la aporía que queda emplazada se da en la emergencia de la conciencia histórica moderna, y la revelación de la condición histórica de todo saber, con consecuencias importantes para la escritura de la historia; 3) La emergencia de la mirada moderna y la constitución del hombre como objeto de un saber, desde la relación entre las aportaciones de Michel Foucault y Michel de Certeau; 4) El planteamiento de problemas de carácter historiográfico al momento de historizar la vida coidiana en la constitución de un tipo de relato particular.

En el primer ensayo, Pedro Espinoza establece una relación entre algunas propuestas de Jacques Derrida y la historiografía, a partir de cuatro problemas de carácter epistemológico que el filósofo argelino lanzó a la tradición filosófica occidental, trazando lo que observa como consecuencias que afectan a la escritura de la historia: otra idea de textualidad (la puesta en duda de la oposición entre voz y escritura, que permite otros modos de leer las fuentes); la deconstrucción (como una táctica de lectura, a partir de distintos estratos y estructuras sedimentados en los textos filosóficos); la dimensión espectral del pasado (figura ontológica que desafía las oposiciones binarias de presencia/ausencia y pasado/ presente), y la ética de la hospitalidad (la aporía entre una hospitalidad absoluta y una hospitalidad condicional). Para el autor, se trata de problemas que también han sido pensados por historiadores como François Hartog (con su propuesta de lectura de los textos de la antigüedad latina, partiendo de una premisa similar a la que plantea Derrida, en donde, a través de lo textos de Heródoto, no se trata de conocer a los escitas reales sino de leer el modo en que éstos son representados), Joan W. Scott (quien buscó establecer una relación intrínseca entre lenguaje y género, desde el terreno ganado por las teorías del lenguaje, y estudiar cómo éste construye los significados), y Michel de Certeau (lo espectral de la escritura de la historia como un acto de duelo). Por tanto, se establece la relación entre las problemáticas epistemológicas planteadas a la filosofía por Derrida, y las que plantean estos historiadores a la escritura de la historia.

En el segundo ensayo, Enrique Pérez plantea la relación ambigua que desde el discurso histórico se tiene con el pasado, a partir de una paradoja: la historiografía científica ha venido reflexionando sobre el problema de la historicidad, percatándose cada vez más de su propia condición histórica, esto es, de su propia contingencia. Al mismo tiempo, debido a sus aspiraciones epistemológicas, el pasado aparece como objeto de representación y como objeto estable independientemente de su propia situación histórica. Dicha paradoja se emplaza a partir de una propuesta reflexiva: cómo la modernidad ha instituido una determinada relación con el tiempo, particularmente, con el pasado. El argumento se centra en mostrar de qué forma, al concebir el pasado como presencia, se excluye un pensamiento que sea consciente de una historicidad más radical, historicidad que siempre está retornando como aquello excluido del discurso histórico.

Michel de Certeau y Michel Foucault tuvieron un interés común en la orientación de sus diferentes trabajos respecto a la historia, a propósito de cómo historizaron la mirada moderna y la emergencia del hombre como objeto de saber. Fernando Contreras nos muestra, en su ensayo, cómo, en este interés compartido, se puede plantear la siguiente hipótesis: la no discontinuidad absoluta en la aparición de la mirada moderna, que no inicia de manera súbita en el siglo XVIII. Lo que el autor propone es otra cosa. Se trata de una continuidad dispersa, a modo de un montaje histórico (múltiples discontinuidades entre acontecimientos y temporalidades) en distintos procesos que deben ponerse en relación, tales como la lucha contra el misticismo a partir del siglo XVI, la experiencia moderna de la locura, y la experiencia moderna de la muerte como conciencia de la finitud. El argumento gira en torno a mostrar cómo estos tres acontecimientos están implicados en distintas temporalidades, formando parte de un proceso cuyo propósito fue transparentar a los hombres, volviendo sus vidas, sus cuerpos y sus prácticas algo por descifrar y por leer. Para Foucault, en el momento mismo en que se ven arrojados a enfrentar su propia finitud. Para De Certeau, en el instante en que surge la epistemología moderna que, teniendo su origen religioso, ya no es capaz de pensar este comienzo que le precede.

¿Cómo se articulan narrativamente las prácticas de la vida cotidiana del pasado por parte de los historiadores? Ésta es una de las cuestiones que Alfredo Ruiz coloca en su ensayo, para proponer un análisis historiográfico sobre las distintas formas en que los estudiosos del pasado establecen la vida cotidiana y el lugar que ocupan los sujetos en este tipo de relatos. Para esto, el autor parte de otra pregunta: ¿qué se ha entendido por vida cotidiana? Esta interrogante permite no dar por sentada a esta categoría historiográfica como algo independiente de lo que se ha escrito en la historiografía contemporánea. Por tanto, se trata de algo que debe volver a plantearse. Es de esta forma que el ensayo que se presenta en este expediente busca comprender cómo ese conjunto de prácticas que se denominan vida cotidiana se convierte en materia prima para la construcción de determinados relatos históricos desde sus condiciones de posibilidad.

¿Qué significa pensar históricamente? Puede decirse, a modo de un quizá, que en parte se trata de reflexionar sobre las distintas formas de pensar la historia. En este sentido, es también la decisión de no dejar de interrogarse por sus condiciones de validez, por sus formas de escritura, por el modo en que se leen las fuentes o se establece una determinada relación con el archivo; por los distintos modos de tratamiento de la memoria y del olvido; por el lugar del testigo y del testimonio; por la forma en que la historia es también una historia de la mirada; por los vínculos con aquellas disciplinas que han dejado su impronta, como por ejemplo, el psicoanálisis y la antropología, y tantos otros aspectos más para pensar la historia. Pensar históricamente permite cimbrar nuestras certezas y comodidades al momento de escribir historia. Este expediente es sólo una pequeña muestra de lo que se puede reflexionar para acercarse a la historia desde su mismo lugar paradójico: la imposibilidad por pensar históricamente, que es al mismo tiempo su condición de posibilidad.


Organizador

Ricardo Nava Murcia – Departamento de Historia. Universidad Iberoamericana México. Correo: [email protected]


Referências desta apresentação

MURCIA, Ricardo Nava. Preliminares. Historia y Grafía, n.59, p.9-13, 2022. Acessar publicação original [DR/JF]

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