La nueva izquierda en la historia reciente argentina. Debates conceptuales y análisis de experiencias | M. C. Tortti, M. González Canosa

El libro que se reseña, dirigido por las Dras. María Cristina Tortti y Mora González Canosa, es el producto de una investigación colectiva realizada por un equipo de docentes, investigadores y becarios que integran el proyecto Los años de la nueva izquierda. Auge y cierre del ciclo de movilización (1955-1976), radicado en el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (IdIHCS) de la Universidad Nacional de La Plata. El trabajo se ubica dentro del campo de los estudios sobre la historia reciente y se concentra en el proceso de protesta y radicalización de diversos sectores políticos, sociales y culturales de la sociedad argentina. Principalmente, los trabajos abordan el período que inicia a partir del golpe de Estado que derrocó al gobierno peronista en 1955 y que finaliza con el último golpe cívico-militar de 1976.

La obra reseñada consiste en una compilación de diversos artículos y se organiza a partir de tres ejes. El primer eje inicia con un núcleo conceptual y metodológico acerca de la categoría de nueva izquierda y los procesos de radicalización política; y está compuesto por los trabajos de María Cristina Tortti y Mora González Canosa junto con Mauricio Chama. El trabajo continúa con un eje de estudios de caso, desde donde se abordan diferentes grupos y actores sociales que los autores inscriben bajo la categoría de nueva izquierda, entre los que podemos mencionar: la investigación de Nayla Pis Diez sobre el movimiento estudiantil de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) a finales de los años sesenta y principios de los años setenta; la de Fernanda Volonté, sobre la creación del Frente Revolucionario Indoamericano Popular (FRIP) en Santiago del Estero durante 1961-1965; el de Juan Cisilino sobre el surgimiento del Partido Comunista Revolucionario (PCR) entre los años 1967-1969; el de Santiago Stavale sobre el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT-ERP), como una organización que responde a las características de la categoría de nueva izquierda; el de Mariela Stavale sobre la corriente alternativista del peronismo de corte revolucionario durante el tercer gobierno peronista; y el de Fernanda Tocho sobre la participación de militantes de la Tendencia Revolucionaria en el gobierno provincial bonaerense durante 1973. Finalmente, el tercer y último eje temático, está integrado por la investigación de María Cristina Tortti, quien analiza las reflexiones de los protagonistas desde el exilio, en el marco de lo que se considera el cierre del ciclo de la nueva izquierda.

El libro puede ser abordado a partir de un conjunto de problemáticas de discusión. En esta reseña nos centraremos en tres puntos: la amplitud del concepto de nueva izquierda –en cuanto a los actores que pueden analizarse dentro de esta categoría–, el marco temporal considerado, y los condicionantes transnacionales, los cuales resultan importantes como claves de lectura a la hora analizar los aportes a la categoría de nueva izquierda.

En primer lugar, este libro se diferencia de aquellos trabajos pioneros de los años ochenta que introdujeron el concepto de “nueva izquierda” para el caso argentino, como los de Claudia Hilb y Daniel Lutzky (1984) o María Mathilde Ollier (1986) –entre otros–, que restringieron el concepto de nueva izquierda a las organizaciones armadas y la violencia política. Por el contrario, en el trabajo dirigido por Tortti, esa categoría pretende abarcar a una diversidad de actores que a lo largo de las décadas del sesenta y setenta protagonizaron movimientos de oposición política, social y cultural, y que cuestionaron el orden social dominante mediante diversos métodos de lucha –sean estos armados o no–. Estos actores provenían de distintas tradiciones políticas, entre las que podemos mencionar a sectores del peronismo, las izquierdas tradicionales –socialistas y comunistas–, el catolicismo posconciliar o el nacionalismo antiimperialista. A pesar de la heterogeneidad, dichos actores habrían confluido en un ciclo de movilización, desde donde se habrían combinado demandas sectoriales y políticas, junto a idearios tendientes hacia el socialismo y el antiimperialismo.

Las corrientes que tienden a estrechar el concepto de nueva izquierda solo a las organizaciones armadas suelen caracterizar al período a partir de la categoría de la “violencia política”. Tal y como reflexiona Omar Acha (2012), dicha noción debería ser pensada como producción intelectual y política de una época determinada, y no necesariamente como un hecho empírico y externo al pensamiento. Esta fue la manera en que determinados intelectuales caracterizaron a los años setenta en el contexto de la refundación de la democracia en el país a partir de 1983 –con el auge de la teoría de los dos demonios–, y en muchos casos a manera de autocrítica por parte de los mismos protagonistas de la época.

El trabajo dirigido por Tortti y González Canosa posee el mérito de complejizar los intentos de comprender y reconstruir este importante período del pasado reciente de la historia argentina mediante reflexiones teórico-metodológicas y aportes empíricos que apuestan a generar nuevas dimensiones de análisis y que desbordan a la mencionada “visión violentológica”. El trabajo reseñado logra visibilizar, así, el protagonismo de una amplia militancia social proveniente de múltiples sectores: clase obrera, profesionales, docentes, estudiantes, intelectuales, artistas, etc., y cómo estos generaron y/o se incorporaron a la creciente “cultura contestataria” de aquellos años (Gordillo, 2003).

El segundo punto a destacar se halla vinculado estrechamente al anterior y es la perspectiva procesual que se le imprime a la reconstrucción histórica. Esta perspectiva está pensada desde una ampliación del recorte temporal. Como bien afirma Tortti en el primer capítulo del libro, las visiones que tienden a equiparar la noción de nueva izquierda con las organizaciones armadas delimitan el período estudiado a partir de los levantamientos urbanos producidos desde el año 1969. En cambio, el trabajo que aquí se reseña, si bien reconoce que el ciclo de movilización y radicalización política alcanza sus puntos más altos a finales de la década del sesenta y principios de los setenta, busca reconstruir sus orígenes a mediados de los años cincuenta, particularmente tras la caída del gobierno peronista, la posterior proscripción del movimiento y el exilio de su líder.

La amplitud del marco temporal abordado mediante trabajos empíricos permite reconstruir las trayectorias militantes de los distintos actores y comprender la manera en que se fueron reconfigurando las identidades políticas, los valores y las ideologías de los actores. A su vez, permite comprender de qué manera se fueron originando los procesos de radicalización política de esos años al calor de distintos hechos –tanto nacionales como trasnacionales–, analizando los años previos a la efervescencia de 1969, que es el período donde la bibliografía suele prestar poca atención. Como afirma Tortti, los orígenes de los procesos importan siempre y cuando contribuyan a explicar el desarrollo y la dinámica de los mismos. En ese sentido, es importante considerar que tanto la amplitud del concepto de nueva izquierda como el marco temporal utilizado, tienen la virtud de combinarse y plasmar una visión compleja y de mayor riqueza explicativa de los procesos históricos.

El tercer punto a destacar gira en torno a la utilización del concepto de nueva izquierda desde una perspectiva transnacional. De ese modo, se vislumbran las configuraciones hacia dentro de los ideales compartidos por los protagonistas –como socialismo, antiimperialismo y revolución–, tomando distancia de los fenómenos contestatarios que se desarrollaron en Estados Unidos o Europa. El movimiento de protesta en la región expresó una racionalidad política en la que confluyeron un conglomerado de actores que, pese a que provenían de culturas políticas diferentes, compartieron un discurso y un accionar político dentro de un contexto marcado por el autoritarismo propio de regímenes ilegítimos.

A partir del proceso de radicalización y politización se constituyeron sentidos de identidad y se conformaron discursos en torno al marxismo –desde una renovación teórica–, el peronismo y el socialismo dentro de una concepción revolucionaria, que a su vez estuvo fuertemente ligada al latinoamericanismo, reconfigurando así las diferentes tradiciones políticas. Al mismo tiempo, el fenómeno del peronismo operó como un aspecto particular del caso argentino. Esto es así tanto para las diferentes organizaciones que rompieron con los partidos tradicionales de izquierda y, tras una fuerte autocrítica y revisión del peronismo, reconocieron a este como un movimiento nacional y popular con potencialidades emancipatorias, como para aquellas organizaciones que adscribieron a la izquierda peronista, lo cual se refleja en el análisis de los casos particulares.

Como señalan los autores del libro reseñado, dentro del fenómeno de la nueva izquierda es posible identificar organizaciones que no adscribieron a una identidad peronista, y mantuvieron una filiación fuertemente marxista, como así también organizaciones que, incluso dentro del peronismo, se “izquierdizaron”, debido a una profundización de tensiones tras la asunción de Cámpora y el tercer gobierno de Perón.

A manera de reflexión final, resulta relevante destacar que las investigaciones que se plantean en este trabajo contienen una riqueza particular al proponer una lectura que puede ser abordada desde múltiples dimensiones de análisis y escalas, entre las que podemos destacar, por un lado, un enfoque regional que escapa de las visiones estrictamente capitalinas o icónicas. Por otro lado, presenta una complejización de lecturas en clave transnacional, en tanto se pretende analizar la circulación de ideas e influencias que incidieron en los diferentes grupos de la nueva izquierda, sin perder de vista la particularidad local. A su vez, se destaca la importancia de los debates en torno a la utilización de las herramientas teórico-metodológicas, fundamentales para cualquier investigación. En ese sentido, preguntarse por la utilidad del concepto de “nueva izquierda”, sus alcances, significados y aportes a la investigación empírica, constituye un paso necesario a la hora de abordar el período histórico en cuestión. Por lo tanto, este trabajo es considerado como una importante contribución para la configuración de estos debates y para la indagación de futuras investigaciones. 


Refrencias

Acha, O. (2012). Dilemas de una violentología argentina. En O. Acha, Un revisionismo histórico de izquierda y otros ensayos de política intelectual (pp. 167-193). Buenos Aires: Herramienta.

Gordillo, M. (2003). Protesta, rebelión y movilización: de la resistencia a la lucha armada, 1955-1973. En James, D. (Ed.), Violencia, proscripción y autoritarismo (1955-1976) (pp. 329-380). Buenos Aires: Sudamericana.

Hilb, C. y Lutzky, D. (1984). La nueva izquierda argentina 1960-1980. Buenos Aires: CEAL.

Ollier, M. M. (1986). El fenómeno insurreccional y la cultura política, 1969-1973. Buenos Aires: CEAL.

Tortti, M.C. (2014). La nueva izquierda argentina. La cuestión del peronismo y el tema de la revolución. En M. C. Tortti, M. Chama y A. Celentano (Dirs.), La nueva izquierda argentina 1955-1976: Socialismo, peronismo y revolución (pp. 15-33). Rosario: Prohistoria.


Resenhistas

Brenda Belén Castillo – Universidad Nacional de Córdoba. E-mail: [email protected]

Mauro Rodríguez – Universidad Nacional de La Plata (IdIHCS-UNLP/CONICET). E-mail: [email protected]


Referências desta Resenha

TORTTI, M. C.; GONZÁLEZ CANOSA, M. (Dirs.). La nueva izquierda en la historia reciente argentina. Debates conceptuales y análisis de experiencias. Rosario: Prohistoria, 2021. Resenha de: CASTILLO, Brenda Belén; RODRÍGUEZ, Mauro. Anuario de la Escuela de Historia Virtual, n. 21, p. 214-218, 2022. Acessar publicação original [DR/JF]

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