Historia y literatura | Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura | 2022

Escritores da literatura colombiana Historia y literatura
Escritores da literatura colombiana. De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Laura Restrepo, Tomás González, Piedad Bonnett, Pilar Quintana, Juan Gabriel Vásquez, Ricardo Silva Romero. | Imagens: América YM News

En la actualidad la historia y la literatura tienen, o pretenden tener, límites claros y definidos. Cuando un historiador realiza una investigación con características históricas sabe, de antemano, cómo debe realizarla y cómo debe presentar los resultados obtenidos. Por su parte, un escritor de literatura también sabe que la forma como presenta sus productos literarios es cualitativamente diferente a la ficción histórica. Esto es, las ficciones históricas y literarias son, por antonomasia, diferentes. Los historiadores, en su gran mayoría, no aceptarían que uno de los suyos escribiera una novela histórica como resultado, por ejemplo, de una tesis doctoral en historia. Entretanto, un novelista no pretenderá, al escribir una novela histórica, que ella reemplace a la investigación realizada por un historiador. 1 Leia Mais

Iglesia, religión e independencias en Hispanoamérica | Historia y Espacio | 2021

Las independencias de las excolonias europeas en América, sobre todo las que pertenecieron a España, es uno de los temas historiográficamente hablando, que más se han trabajado. Los primeros estudios sobre el momento de ruptura del orden colonial dieron pie a las que se han denominado historias nacionales, preocupadas ellas por construir un relato casi oficial sobre cómo nacieron las nuevas repúblicas hispanoamericanas. Desde un principio, los variados relatos que se elaboraron sobre las independencias enfatizaron en diversos aspectos que consideraron relevantes, por ejemplo las ideas políticas que supuestamente influyeron en el constructo ideológico revolucionario; las campañas militares que condujeron a las derrotas de los ejércitos realistas en múltiples campos de batalla, lo que significó el enaltecimiento de los “héroes que nos dieron patria”, como reza una frase muy conocida en la región; el papel que desempeñaron potencias europeas, especialmente Gran Bretaña, en el patrocinio del proceso emancipador; y el papel que tanto la Iglesia católica, como institución, como la religión, jugaron en la independencia como proceso histórico.

Sobre ese aspecto, el del papel que jugaron tanto la Iglesia católica como institución, y la religión católica, hay abundante bibliografía, proveniente de diversas corrientes de pensamiento y escuelas historiográficas. En esa bibliografía observamos que no hay posiciones dominantes o hegemónicas, por el contrario, con el paso del tiempo, son diversas las conclusiones y los resultados que se muestran sobre cómo incidieron la iglesia y la religión católicas en el proceso emancipador. De esta forma, si hablamos de la Iglesia como institución observamos que se dice, por ejemplo, que fue baluarte de la defensa de la monarquía en la crisis que padecía desde la invasión napoleónica a la Península Ibérica en 1808. Y en ese sentido la defendió cuando en sus colonias americanas se despertó el espíritu autonomista y después el independentista. Se afirma también que sectores de esa institución, sobre todo criollos y de baja importancia, apoyaron el gradual desprendimiento de las colonias americanas hasta desembocar en la Independencia llegando, incluso, a emplear mecanismos como catecismos y sermones para justificar lo que, sobre el papel, era una clara ruptura del orden natural. También se indica que, con el paso de los años, y sobre todo después de las derrotas realistas en tierras americanas, los eclesiásticos, incluso peninsulares, que aún permanecían en el continente americano decidieron, por bien de la iglesia y de la religión católicas alinearse no sólo con la Independencia sino también con el sistema republicano. A partir de ese momento, el de dar su aprobación a la Independencia, la iglesia ayudó a los gobiernos de las nacientes repúblicas a buscar que esa aprobación también fuera dada desde el centro del catolicismo, esto es Roma, lo que a la postre comenzó a pasar desde mediados de la década de 1830. La aceptación del Papa de la ruptura del orden colonial, y la formación de nuevas realidades, por ejemplo la republicana, condujeron a la reconfiguración de las relaciones con el pontificado por parte de las repúblicas hispanoamericanas y el imperio brasileño. De esta forma puede verse el ocaso del patronato real y el fracaso, por así llamarlo, del patronato republicano. Leia Mais