Tratado breve de medicina y de todas las enfermedades. Estudio, selección y notas de Marcos Cortés Guadarrama | Agustín Farfán Fray

Tratado breve de Medicina de Agustin Farfan 1610. Detalhe de capa.
Tratado breve de Medicina, de Agustín Farfán (1610). Detalhe de capa.

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El que no tiene de ingá/ tiene de mandinga. Honor y mestizaje en los mundos americanos | Sarah Albiez-Wieck, Lina Mercedes Cruz Lira e Antonio Fuentes Barragán

Sarah Albiez Wieck
Sarah Albiez-Wieck | Imagem: Universitâtzu Köln

Es una buena noticia editorial el libro editado por Sarah Albiez-Wieck, Lina Mercedes Cruz Lira y Antonio Fuentes Barragán. Como bien señala Jean-Paul Zúñiga en el prefacio, se trata de una contribución colectiva —polifónica, la llama la editorial—, donde la conjunción de autores nóveles y expertos, de distinta procedencia y formación, lejos de resultar un obstáculo, ha sido tal vez uno de los valores a resaltar de la publicación. El libro trata de las relaciones entre honor y mestizaje en una perspectiva dinámica que resalta lo cambiante en la historia. Todos los autores hacen gala del valor de la comparación en el análisis, mostrando evidencias y situaciones de diversos lugares de la América colonial hispana, combinando además estudios del mundo rural y del urbano. Hay también una lectura transversal de género que enriquece la perspectiva general. No se puede pedir todo a una publicación ya ambiciosa desde el diseño, pero una ausencia notable en los capítulos, a pesar de que se habla del virreinato del Perú, es la ciudad de Lima. El libro tiene estudios de México, Buenos Aires, Santiago, Bogotá y otras ciudades, pero la “zamba vieja”, como la llamaban los patriotas en la lucha por la independencia, está, desgraciadamente, ausente. Curioso teniendo en cuenta que el dicho “el que no tiene de inga tiene de mandinga”, que se usa para titular el libro, es del tradicionalista limeño Ricardo Palma, algo que en ninguna parte se menciona. Estudios como los de Karen Graubart darán cuenta de lo mucho que ese espacio podía ofrecer a la reflexión general del libro. A este entender, bien hubiera venido que las y el editor, o alguno de ellos, hubiesen elaborado una introducción que nos hablara de la génesis de esta empresa colectiva y sus objetivos. Leia Mais

Tráfico de saberes. Agencia feminina, hechicería e Inquisición en Cartagena de Indias (1610-1614) | Ana María Díaz Burgos

Ana Maria Diaz Burgos
Ana María Díaz Burgos | Imagem: Oberlin College & Conservatory

Uno de los propósitos centrales de este libro es explorar las formas cotidianas en que circulaban los saberes y prácticas heterodoxas a comienzos del siglo xvii en un puerto comercial como el de Cartagena de Indias. A partir del análisis detallado de uno de los pocos procesos inquisitoriales cartageneros que se encuentran completos y de las relaciones de causas asociadas a este, la autora busca resaltar las redes sociales y procesos de agenciamiento de mujeres criollas de élite encausadas por este tribunal. Dentro de la gran variedad de perspectivas que se puede encontrar en la amplia historiografía inquisitorial, esta investigación enfoca su mirada desde la microhistoria, los estudios culturales y literarios. Sus aportes podrían ser reseñados en consonancia con otras investigaciones recientes publicadas de forma casi paralela en la misma colección editorial, y que invitan a ver la Inquisición desde “abajo”, desde las testificaciones, desde la “gente corriente”.1 Leia Mais

Imprimir en Lima durante la colonia. Historia y documentos, 1584-1750 | Pedro Guibovich Pérez

Pedro Guibovich
Pedro Guibovich Pérez | Foto: En los bordes del Archivo

Imprimir en LimaBajo la rúbrica de Pedro Guibovich Pérez, reconocido historiador del libro en el ambiente limeño, ha aparecido esta obra, la cual, en pocas palabras, des­cribe el funcionamiento de la imprenta en Lima y valora su impacto, en medio de las políticas reales y eclesiásticas, en dos rasgos: la localización del saber y el control por las autoridades virreinales.

Dos secciones componen esta publicación: “Estudio preliminar” y “Apén­dice documental”. En la primera se nos presenta lo que se sabe y lo que falta por estudiarse de la historia de la imprenta —como fenómeno social y cultural— que funcionó en la capital del virreinato del Perú, desde las gestiones previas a su instauración hasta mediados del siglo xviii. Para ello, Guibovich hace uso de fuentes notariales, específicamente de contratos convenidos entre diferentes actores editoriales (corpus principalmente transcrito en la segunda parte), de los paratextos disponibles en impresos limeños y del desarrollo del estudio del libro en España. Luego de breves reflexiones en torno al corto y lejano eco que ha tenido la disciplina de la historia del libro en el Perú, narra el arribo y asentamiento en Lima de Antonio Ricardo, italiano radicado en Nueva España, destinado a ser el primer impresor en tierras sudamericanas. Su llegada se dio en 1581, antes del alza de la veda de impresión de textos en el virreinato andino. Una de las urgencias por dar la bienvenida a Ricardo era la adecuación de la evangelización a los rasgos culturales de las poblaciones indígenas, interminable empresa que vio en la prensa una aliada indispensable. Los misioneros —sobre todo los jesuitas, que tuvieron un rol clave en los primeros concilios limenses— debían disponer de material básico en lenguas nativas que no tuviese errores de composición. En ello resonaban las enseñanzas del Concilio de Trento, las cuales marcaron un cambio en la preparación y labor de los sacerdotes por me­dio de una formación estandarizada que, para el Perú, adquirió características locales gracias a la imprenta. Aquí sale a flote uno de los aportes de la imprenta: contribuyó a materializar y uniformizar un saber necesario para la instauración de planes prioritarios de los sectores dominantes del virreinato. Leia Mais

Las izquierdas latino-americanas y europeas: Ideários/práxis y sus circulaciones transregionales en la larga década del sessenta | Peter Biler, Enrique Fernández Darraz, Clara Ruvituso

Nos últimos tempos, há um movimento de análise crítica dentro das Ciências Sociais sobre a narrativa eurocêntrica de que eventos e marcos históricos ocorridos no mundo foram consequências diretas e única daqueles ocorridos na Europa, como uma via de mão única. É nesse movimento atual que podemos inserir a obra “Las izquierdas latino-americanas y europeas: Ideários, práxis y sus circulaciones transregionales en la larga década del sesenta” (2021), organizado por Peter Biler, Enrique Fernández Darraz e Clara Ruvituso. Este deriva do encontro “Contribuciones del Sur a la Transformación del Norte: América Latina y el movimiento del 68 en perspectiva global”, de maio de 2018, na Fundação Friedrich Ebert, em Berlim, em que debateu-se sobre o exílio e “presença latinoamericana nas esquerdas europeias e, em particular, no caso das Alemanhas” (BILER, DARRAZ, RUVITUSO, 2021, p. 9. Tradução nossa). Ao longo de doze artigos, divididos em duas seções, a proposta dos autores é explorar e trazer à luz não apenas um fluxo inverso de influência, como também um intercâmbio intenso de ideias, como já anuncia o título. Dessa maneira, objetiva-se “pensar a contribuição da América Latina na transformação política, social e cultural do sul e do norte global, e seus olhares sobre o Terceiro Mundo” (p. 11. Tradução nossa), pontuando que a região também foi um agente de influência política e epistemológica para a Europa, especialmente para a esquerda. Para localizar temporalmente essa “descoberta” da América Latina, o livro trabalha a partir da década de 1960, época em que o mundo viveu efervescências políticas e culturais, com Maio de 68 sendo considerado como “gatilho” para muitas mudanças da geração, tanto comportamentais quanto políticas. No entanto, em que lugar os eventos históricos latino-americanos, como a Revolução Cubana e a eleição de Salvador Allende e o golpe sofrido por ele, se colocam? E as teorias pensadas desde essa região? Na esteira da localização da América Latina no centro da política por ser, como Hobsbawm afirmava e Carolina Galindo (2021) traz em seu artigo, um “laboratório de mudança histórica”, a Alemanha teve como política o “desenvolvimento dos saberes sobre a América Latina como região e como objeto de estudo e de prospecções políticas” (BILER, DARRAZ, RUVITUSO, 2021, p. 9. Tradução nossa), tentando superar a assimetria ou a realidade distante entre as localidades, dando agência a vozes da periferia global, que carregavam experiências da região. Logo, houve um intercâmbio de ideias e teorizações sobre o mundo, tal como apontado pelos autores, com abertura e presença nos espaços acadêmicos das então Alemanhas Ocidental e Oriental, na literatura e nas editoras desses países. Ao conhecer uma América Latina sem a lente eurocêntrica, os movimentos da esquerda alemães puderam absorver ações e visões de mundo desta região periférica. Na primeira seção intitulada como “Literatura y Política Intelectuales de izquierda entre revolución y represión”, os autores Matías Fuente, Jasper Vervaeke, Isabel Grillet e Cristian Cipó refletem sobre a cultura e sua posição mediante as novidades políticas, teóricas e sentimentais trazidas a partir da Revolução Cubana de 1959 e de eventos marcantes para e promovida pela esquerda latino-americana, assim como suas repercussões. Com Fuentes em “Encuentros caribeños de la izquierda: el Congreso Cultural de la Habana y la movilidad intelectual en los años sesenta”, a proposta é refletir sobre as mudanças no campo cultural de acordo com o momento e como a comunidade transnacional foi afetada pela política e debates ideológicos. Estabelece como marco Congresso Cultural de Havana (CCH), realizado em 1968, pois considera esse como um ponto de convergência que permite avaliar a “circulações políticas-intelectuais” (p. 19. Tradução nossa), potencializado pela oportunidade de se reunirem em lugar que inspirou não somente um novo momento da América Latina, como também a concretização de uma sociedade socialista, além de considerar a importância do campo editorial para o intercâmbio de ideais, especialmente a Casa de las Américas e Pensamiento Crítico com os demais círculos da esquerda. Da mesma maneira, os círculos eram visíveis na literatura. Vervaeke em “Entre compromiso, crítica y cautela: Kundera, Fuentes, García Marquez y Cortázar en 1968” apresenta como a literatura é um ponto que permite a observação de como a rede intelectual entre latino-americanos e europeus, motivada por acontecimentos latino-americanos, refletia em páginas e contos para a Europa, da mesma forma que Maio de 1968 atingiu a intelectualidade latino-americana. Para isso, traz o encontro promovido pela União de Escritores Tchecos entre Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez e Julio Cortazar com o tcheco Milan Kundera, em uma Tchecoslováquia recém invadida pela URSS, e como reagiram aos acontecimentos de 1968. Nessa época, a literatura latino-americana estava em alta, observada pelo cenário internacional, alinhada não somente aos belos escritos, como também pelos acontecimentos políticos a partir da Revolução Cubana, que permitiram uma curiosidade sobre nossa região. Já com Grillet, em “Engrenajes de la cultura protestataria: la izquierda cultural venezoelana a la luz del proyecto interamericano de Nueva Solidariedad y em diálogo com la generación beat”, há uma restituição da história intelectual que conecta as Américas, analisando editoriais e revistas enquanto “espaços de sociabilidade na medida que são redes que definem ou permitem resgatar os fluxos do saber […] através de cartas e poemas” (p. 52. Tradução nossa.). Houve atores (contra)culturais venezuelanos na década de 60, que exprimiam raízes da contracultura latino-americana, e não importadas dos beats dos EUA. Para isso, apresenta o Primer Encuentro de Poetas e a Nueva Solidariedad que permitiram a construção de uma solidariedade interamericana que aparece nessas redes de revistas, demonstrando que também tivemos “maios” traduzidos na representação do Homem Novo pelos poetas, como chance deles mudarem o âmbito social e se emanciparem por meio das ideias, permitindo influenciar também os movimentos da contracultura do Norte. Ao final dessa seção, Capó apresenta em “La narrativa chilena en tiempos de la Unidad Popular: literatura y sociedad” como a literatura chilena explorava eventos entre 1960 e 1970, influenciada pelas mudanças sob o governo de Salvador Allende, além de eventos externos como a Revolução Cubana e Maio de 68. Intelectuais e artistas chilenos entendiam que era necessário apoiar o governo de Allende, o que permitiu aos escritores entenderem a importância do momento de “assimilar, iluminar e interpretar os acontecimentos históricos que operam como referente ficcional” (p. 72. Tradução nossa), tendo duas linhas narrativas: a de valorização da juventude e o que acontecia na política nacional. O autor traz livros importantes que tem como temática a juventude, mesmo com focos de abordagem distintos. Nessas obras, a juventude não é mais romantizada; ela está inserida nas questões políticas e nas mudanças comportamentais da época; nas incertezas pessoais e nas nacionais. Na segunda seção, “América Latina y los tercermundismos alemanes: mitos, proteciones y circulación transregional de idearios políticos y pensamiento crítico”, expõe, ao longo de oito artigos, como as ideias e a personificação do guerrilheiro, a imagem de homens como Che Guevara, Fidel Castro e Camilo Torres Restrepo assumiu uma imediata identificação do homem revolucionário, atravessando as fronteiras dos países latinoamericanos, chegando aos países europeus, especialmente a Alemanha, além da circulação de teorias autóctones e a tentativa de conter o marxismo através de programas educacionais. Carolina Galindo (“El guerrillero como el nuevo sujeto histórico latinoamericano: la experiencia colombiana en los años sesenta”), Dorothee Weitbrecht (“Exploración de un mito. Las estadías de alemanes occidentales del movimiento del 68 en América Latina y el nacimiento de una red transnacional”) e Monika Wehrheim (El debate sobre la lucha armada: la trayectoria de los Tupamaros hacia Alemania”) trabalham em seus respectivos artigos com a imagem e construção do guerrilheiro e da guerrilha, autóctones da América Latina. Galindo parte da análise da figura mítica do guerrilheiro latino-americano e, consequentemente do “homem novo” de Che Guevara e Régis Debray, dentro de suas particularidades, sem deixar de lado as discussões iniciais da Teoria del Partisiano (1962) de Carl Schmitt, para assim compreender e destrinchar como essa figura influenciou o colombiano Ejército de Liberación Nacional (ELN) em seu ideal. Com seu expoente, padre Camilo Torres Restrepo, “el cura Restrepo”, e outros religiosos que se juntaram ao ELN, a vida e participação na luta armada corroboraram para a imagem do guerrilheiro latino-americano remetidos a Che e Fidel. Já Weitbrecht expõe as relações transnacionais entre Europa e Terceiro Mundo, desde intercâmbios de estudantes e trabalhadores latino-americanos para disseminar o anticomunismo através de programas de mobilidade, aeuropeus que buscavam compreender a periferia, especialmente a América Latina, após o “Novo Internacionalismo” e abertura cultural. Essas viagens de jovens europeus para a América Latina tinham o receio das Instituições alemães, buscando um maior controle sobre esses estudantes, para evitar uma “contaminação” comunista. Mas também refletem o romantismo da época, em que não apenas o mundo deveria ser um lugar melhor, como também uma imagem irreal da América Latina carregada na dualidade na nobreza heroica e na inocência do homem rural e do indígena que não teriam sido alienados pelo capitalismo. Suas estadias permitiram uma solidariedade para agendas periféricas e novas epistemologias sobre pesquisas relacionadas à América Latina, ainda considerando que a guerrilha era um meio justificável diante da violência estatal. Com Wehrheim há análise da “translação do conceito de guerrilha urbana desde a América Latina à República Federal Alemã” e “como e por que os Tupamaros adquiriram neste novo contexto tanta importância” (p. 119. Tradução nossa) para a militância na República Federal da Alemanha se inspirar na guerrilha urbana na América Latina. Para isso, a autora perpassa a história dos Tupamaros, guerrilha urbana criada em 1960 no Uruguai, que se diferenciava das propostas e Che e se concentrava em “roubos, assaltos e libertação de companheiros presos” (p. 120. Tradução nossa.), doando o dinheiro roubado, mas sem considerar uma teoria por detrás das ações. A identificação foi facilitada porque os Tupamaros pertenciam à cidade, não às matas fechadas como as que Che Guevara lutou, mas a legitimidade da luta armada nunca foi questionada e sim em qual momento usá-la. Dois artigos trabalham com editoras, dessa vez europeias, para analisar como as ideias e teorias latino-americanas eram recebidas e publicadas. Felipe Lacerda em “Os três encontros da América Latina com o catálogo da Trikont Editorial”, inicia pontuando que Maio de 68 é reconhecido, mas o que levou a ele ainda não recebeu tanta atenção, como agendas caras à periferia exemplificadas pelas lutas descoloniais. Assim, intrigam o autor os “aspectos das mediações culturais que se estabeleceram na recepção das ideias e construção de um imaginário da América Latina pela Nova Esquerda europeia” (p. 139). Para compreender, analisa o caso da editora Trikont Verlag, apresentando os três encontros que esta teve com a América Latina, desde o fim da década de 1960, com publicação de obras escritas pelos líderes das revoluções do Terceiro Mundo até 1975 a 1979, em que voltou-se para os ensinamentos dos povos originários. Nota-se, portanto, que o catálogo de Trikont é um exemplo de como eventos do Terceiro Mundo foram recepcionados na Europa, corroborando que Maio de 1968 foi também um receptor de “um período de transição para todo o sistema de pensamento crítico e ação revolucionária” (p. 154. Tradução nossa). Já o artigo de Clara Ruvituso, “El “outro” boom: la traducción de teoría social latinoamericana en Suhrkamp”, o intercâmbio e circulação intelectual se fazem presentes ao “analisar a mediações que influenciaram na tradução de autores latino-americanos” (p. 161) na coleção da Suhrkamp, entre 1963 a 1980, que permitiu a entrada de textos que traziam a Teoria da Dependência e a Teologia da Libertação. A autora parte da circulação de idiomas da Semi-Periferia para o Centro, em outras palavras da circulação de ideias escritas e pensadas em português e espanhol para o alemão, dando agência à teoria periférica, exponenciando a importância das percepções latino-americanas sobre os princípios e demandas marxistas, que romperam epistemologicamente com a ideia acerca da mesma. Ao trazer uma imagem distinta da anterior acerca da América Latina, pôde-se “repensar toda a história colonial e pós-colonial” (p. 160. Tradução nossa), ao mesmo tempo em que um maior interesse e estudos financiados sobre a região e comparações com as demais partes da periferia aconteciam na Europa e na América do Norte. O trabalho nas universidades também é exposto com os artigos de Klaus Meschkat (“De cómo la Fundación Ford trajo a estudiantes latinoamericanos a Berlin Occidental”) e Jorge Locane (“Adalbert Dessau, la invención estratégica de un continente). Enquanto o primeiro expõe uma tentativa — fracassada, diga-se — de gerar academicamente um sentimento anticomunista em estudantes latino-americanos que foram para Universidade Livre de Berlim (Freie Universität) através do programa de bolsas financiado secretamente pela Fundação Ford; o segundo trabalha com a superação de um ensino com olhar eurocentrista e distópico por Adalbert Dessau, através da criação da Lateinamerika-Institut de Rostock, em 1965, e de sua gerência na Cátedra de Filosofia e Literatura Latino-Americana. Se, conforme exposto por Meschkat, a exigência do domínio da língua alemã permitiram o encontro e identificação com Marx e a Escola de Frankfurt, Locane retrata como a falta de conhecimento ou de iniciativa de conhecer a produção literária da América Latina foi rompida por Dessau, que ao voltar seus estudos para a região inventou uma estratégia para compreender o momento que o mundo vivia, dentro de um imaginário político de libertação, partindo dos acontecimentos marcantes como Revolução Cubana, movimento de maior de 1968 e a queda de Salvador Allende. Ou seja, o desafio da ordem de 1960 permitiu a “expansão do horizonte de pensamento e uma ruptura tanto crítica como estratégica na tradição romanística alemã” (p. 182). Finalizando, Schulz em “La recepción Alemana de la teología de la liberación”, apresenta através do documento produzido pelo Sínodo de Bispos Latino-americanos em Medellín, em 1968, marco temporal do surgimento da Teologia da Libertação. Busca demonstrar que apesar de parecer condizente apenas com essa região, na Europa e especialmente na Alemanha sua percepção foi importante para o Evangelho e suas interpretações para todas as vertentes cristãs, especialmente de religiosos alemães. Pois, com a Teologia da Libertação, o Reino de Deus deixou de ser encarado apenas pertencente ao plano espiritual, mas também como terreno, considerando as dimensões “corporal, temporal, econômica e sociopolítica” (p. 196. Tradução nossa) e voltando-se aos pobres. Os crentes então não apenas deveriam praticar o perdão, como também buscar um mundo mais justo, livre de escravidões. Ao levar a Teologia para a Europa, permite-se a pensar não somente nas questões da periferia e de suas mazelas, como também dos problemas que o neoliberalismo e as barreiras que imigrantes enfrentam em países europeus, procurando superar o Eurocentrismo teológico existente ao dar agência ao marginalizado. Logo, a Teologia da Libertação não acabou quando a ordem mundial se alterou na década de 1990; como o autor nos propôs a refletir, ela está viva em um mundo desigual. Logo, cada artigo que compõe esta obra, apresenta a importância e originalidade da percepção das décadas de 1960 a 1970, em que a América Latina esteve “no centro do debate mundial do século XX”, sendo referência aos “movimentos políticos e expressões culturais no norte global” (p. 9. Tradução nossa). É curioso que os organizadores e alguns autores também vivenciam esse fluxo de ideias, por terem parte de suas carreiras em universidades alemãs e temáticas latino-americanas e seus relacionamentos com a Europa, demonstrando que permanece vivo o debate. Ao longo dos artigos, dois eventos estão como pano de fundo: a Revolução Cubana, de 1959, e Maio de 1968, ocorrido em Paris, França. Podemos, assim, compreender como e quais meios as ideias e ideais latino-americanos ultrapassaram as fronteiras e influenciaram não apenas a esquerda europeia, como também a resposta a isso; o que prova que os eventos ocorridos aqui também assumem o papel influenciador e não apenas um receptor de comportamentos e ideias. Intelectuais puderam realizar redes que permitiram um “descobrimento” da América Latina, não apenas dentro das universidades, como também no dia-a-dia entre livros e editoriais. Uma descoberta que não só foi feita pelos europeus, como também dentro dessa periferia global. Leia Mais