Memoria y disciplinas: aproximaciones a la historia de las ciencias | Rafael Guevara Fefer e Miguel García Murcia

Detalhe de capa de Memoria y disciplinas aproximaciones a la historia de las ciencias 2021.
Detalhe de capa de Memoria y disciplinas: aproximaciones a la historia de las ciencias (2021).

Los estudios en historia de la ciencia se encuentran cada vez más consolidados mundialmente, aunque son escasas las reflexiones en torno a los problemas insertos en el binomio ciencia-historia, tanto en las disciplinas que estudiamos como en las narrativas que construimos al abordar el análisis del devenir científico. Ello, a pesar de que las memorias e historias de las comunidades científicas se encuentran entrelazadas con la construcción de sus saberes, plasmadas tanto en los órganos de publicación como en los nombres de las calles y los monumentos que embellecen los edificios públicos, así como en las salas de los museos y los libros especializados de toda índole. Los seis capítulos que integran el libro Memoria y disciplinas: aproximaciones a la historia de las ciencias (Guevara Fefer, García Murcia, 2021) develan y analizan estos procesos de construcción, su expresión en piedra, exhibición o papel, y sus variopintos usos y destinatarios.

Son procesos de larga data, porque la historiografía de las ciencias surge entre los siglos XVIII y XIX, y acompaña los procesos de institucionalización de estos nuevos saberes en ambos lados del océano, expresando la axiología e identidad epistémica que construyen y sostienen los científicos para erigir disciplinas universales que, al mismo tiempo, se encuentran arraigadas en la localidad. Bajo estos planteamientos iniciales, los coordinadores de este libro, Rafael Guevara Fefer y Miguel García Murcia, plantean en el estudio introductorio los principales ejes de análisis que guían los trabajos expuestos en la obra colectiva para mostrar cómo los científicos mexicanos, al tiempo que construían sus disciplinas y espacios de saber especializado, imaginaron e impusieron “un pasado al servicio de sus agendas políticas y epistémicas” (p.12), en un proceso constante de reiteración que se alimentó del olvido y la memoria (la personal y la colectiva) y, con ello, construyeron un patrimonio e identidad colectivos que dio sentido a su práctica presente y futura. Porque el control sobre la memoria – proponen – es un acto político, una herramienta de poder y un instrumento de legitimización de las ciencias. Leia Mais