La producción cinemática del pasado: aporías y disyunciones/Historia y Grafía/2012

Afirmar que la historia es un ejercicio de interpretar —e imaginar — el pasado desde la perspectiva de nuestros conceptos implica hoy un lugar común. No lo es, en cambio, reflexionar en que el imaginario histórico supone que esos conceptos cobran vigencia social sólo si adquieren la dimensión de una forma dramática, es decir, no sólo la forma de un relato de ficción sino su escenificación explícita, su puesta en escena. En la cultura moderna, el diverso universo de las representaciones históricas (la escritura de la historia, la novela civil, la pintura épica, el monumento, la lápida, los rituales públicos de la memoria, etcétera) encuentra en el mundo de la performance uno de sus elementos constitutivos. Para los modernos, el pasado no es simplemente lo que ha sido, es el ser de lo que ha sido.1 Ese singular modo del ser se despliega como un acontecer: no lo acaecido sin más sino el acontecer de lo acaecido, el acontecimiento. La relación entre el acaecer y el acontecimiento está dada —de manera siempre interminable— por los órdenes de la representación. Leia Mais