Ciudad de voces impresas. Historia cultural de Santiago de Chile, 1880- 1910 | Tomás Cornejo

Las repercusiones de un asesinato, ocurrido en 1896, son la excusa que Tomás Cornejo utiliza como plataforma de observación histórica para analizar el surgimiento de nuevos circuitos culturales en la capital chilena entre 1890 y 1910. La muerte de Sara Bell (y las implicancias de su pareja, de la empleada doméstica y amante del asesino, del juez del caso, de la Policía, etc.) permite estudiar las formaciones discursivas, los distintos géneros escriturales, sus autores y productores y, especialmente, los receptores de esas publicaciones que caracterizaron a la cultura santiaguina a fines del siglo XIX y en la primera década del XX. Sin embargo, no se trata de un trabajo de historia cultural cerrado, es decir, donde los objetos de investigación son autosustentables y se explican por sí mismos; por el contrario, el autor da cuenta de qué forma el asesinato que origina la investigación, solo se entiende en el contexto posterior a la guerra civil de 1891, que fue el escenario que ambientó la discusión sobre esa muerte trágica.

El primer capítulo aborda la situación de Chile en el cambio de siglo, con particular énfasis en el clima político y las transformaciones sociales que vivió la sociedad del período. Esta parte del libro, que se podría decir oficia de introducción, cumple con lo que se señaló más arriba y es la necesaria relación entre un contexto y los artefactos culturales a trabajar, para plantear que es imposible entender la aparición de estos últimos sin tomar en cuenta la coyuntura.

En el segundo capítulo Cornejo analiza la formación del espacio público a fines del siglo y se adentra en la discusión histórica -pero también teórica- sobre la opinión pública y su constitución. A partir del asesinato de Bell, el autor estudia las repercusiones inmediatas del suceso, la información publicada en los distintos diarios chilenos, que contribuyó a aumentar la curiosidad de los lectores sobre el caso. Por las páginas de los principales diarios de la capital desfilaron los implicados, los agentes judiciales y policiales, los peritos científicos, las familias y todos aquellos que al parecer tenían una vinculación con el caso. El episodio fue usado como excusa para cuestionar al gobierno de turno, a las autoridades anteriores, demostrar la bajeza moral de la burguesía capitalina (en tanto el matador era uno de sus conspicuos integrantes) y sirvió para reforzar socialmente a los emergentes sectores trabajadores que comenzaban a disputar la arena política a los grupos tradicionales.

Más allá de la veracidad de lo que se contaba en las páginas de los diarios o del rol atribuido a determinados personajes en una supuesta estrategia para salvar al asesino, lo interesante es cómo el autor encadena una lógica de hechos sociales que fungieron las reacciones inmediatas; ninguno de los discursos relacionados con el asesinato fue casual, sino que se entiende en función de la ubicación social de sus emisores y de su posición política en el momento. En diálogo con la noción de opinión pública habermasiana, Cornejo demuestra de qué forma el conflicto social originó las distintas visiones sobre los acontecimientos. De esta forma, puede concluir que la cultura chilena del período no fue monolítica o la imposición de un grupo social por sobre otros, sino consecuencia de la competencia de distintas voces que se consideraban calificadas. Así hubo una lectura subalterna del caso Bell, una más cercana al posicionamiento de las elites y también aquellos que vieron en la repercusión inmediata del episodio la posibilidad de hacer un negocio con la venta de diarios. Todas esas posturas, y otras, fueron moldeando el periodismo santiaguino, motivo del siguiente capítulo.

El tercer capítulo ayuda a entender los cambios en el periodismo santiaguino y las transformaciones, por ejemplo, en la mano de obra de las empresas periodísticas. El cambio se dio en el tipo de periodista que trabajaba en los periódicos, así como en la aparición de nuevas formas discursivas hasta entonces inéditas. Esto tuvo que ver con el rol de los diarios que dejaron de ser en forma exclusiva herramientas políticas y pasaron a ser empresas comerciales. Dichas transformaciones ambientaron la aparición de un nuevo tipo de periodismo, la llamada literatura de actualidad, que estableció continuidades entre la crónica y la literatura y un acercamiento a personas comunes que ya no discutían sobre temas políticos que les eran ajenos, sino que ellos mismos podían ser los protagonistas de las crónicas que aparecían en los diarios.

El cuarto capítulo estudia el caso de La Lira Popular movimiento poético híbrido que mezcló distintas tradiciones, y lo escrito con lo oral. Varios de los puetas, como se hacían llamar los integrantes de estos grupos, tomaron el caso de Bell para trasladar otras preocupaciones de sus lectores/escuchas, pertenecientes mayoritariamente a los sectores populares. Cornejo logra reconstruir una expresión artística, así como las biografías de algunos de estos personajes a priori inasibles. Otro punto interesante, es cuando analiza las letras para evidenciar las preocupaciones o demandas de los lectores/escuchas. Es esta parte del libro lo más cercano a una suerte de entendimiento sobre la recepción de todos esos discursos, una de las tareas más difíciles de alcanzar en estudios de este tipo.

El quinto capítulo retoma algunas ideas presentes con antelación en el texto, en especial el estudio de las continuidades entre la novela y el periodismo, que produjo textos literarios híbridos que conjugaron el relato de hechos verídicos con ficción. Si bien en otras latitudes constituía una producción cultural con cierto desarrollo, para Cornejo su nacimiento en Chile se podría datar en este pasaje del siglo XIX al XX.

Los distintos agentes culturales compartieron los espacios periodísticos, pero también la prensa satírica. Ese tipo de prensa es motivo de análisis en el sexto capítulo del libro, en el cual se estudia la aparición de otro tipo de relatos burlescos, infamantes, que eclosionaron durante la discusión pública del caso Bell. El trasfondo de esas producciones era el diálogo con los medios que se consideraban “serios” y en paralelo con la política chilena. Aquí jugó un papel muy importante la escritura, pero a la par se podrían destacar los dibujos y caricaturas destinadas a una población mayoritariamente analfabeta. El uso de dibujos, grabados y fotografía, adentró a la sociedad santiaguina en el consumo moderno de imágenes.

El séptimo capítulo, está destinado a analizar el teatro popular santiaguino y el uso de otra expresión cultural para el enfrentamiento político. Las nuevas modalidades teatrales, más cuando trataban temas de actualidad como el caso Bell, sirvieron para ampliar la audiencia e incorporar temáticas a un espacio hasta entonces restringido a las elites.

En suma, la investigación de Cornejo da cuenta de un conjunto de circuitos culturales diferenciados socialmente, pero muy vinculados entre sí a partir de la interacción, los diálogos, las paráfrasis, las referencias y los enfrentamientos. Al mismo tiempo, el libro es un excelente ejemplo de historia cultural, que recuerda que el análisis discursivo de los artefactos culturales, solo se torna inteligible si no se lo separa de la sociedad que lo crea, lo moldea y lo condiciona.


Resenhista

Nicolás Duffau – Universidad de la República.


Referências desta Resenha

CORNEJO, Tomás. Ciudad de voces impresas. Historia cultural de Santiago de Chile, 1880- 1910. Ciudad de México-Santiago de Chile: El Colegio de México; Biblioteca Nacional de Chile; Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2019. Resenha de: DUFFAU, Nicolás. Claves. Revista de Historia. Montevideo, v.5, n.8, p. 287 – 290, ene./jun. 2019. Acessar publicação original [DR]

Deixe um Comentário

Você precisa fazer login para publicar um comentário.