Fotografía e historia en América Latina | John Mraz

Hacer Historia con fotografías e Historia de las fotografías son prácticas diferentes, pero que se enriquecen mutuamente si se realizan en conjunto. Fundamentar este punto y poner en circulación la producción de académicos latinoamericanos que vienen trabajando en esa línea es el objetivo de este libro, coordinado por John Mraz y Ana Maria Mauad y editado recientemente por el Centro de Fotografía de Montevideo.

El libro está compuesto por ocho artículos independientes entre sí, que abordan problemas de la historia y de la fotografía de México, Brasil, Perú, Colombia, Uruguay y Argentina, a través de enfoques diversos -algunos monográficos, otros panorámicos o comparativos- que postulan a las fotografías como posibles ventanas hacia el pasado, pero que no desconocen -por el contrario, jerarquizan- la importancia de estudiar quienes, cómo y por qué se construyeron esas ventanas, así como también cómo se conformaron los marcos -los archivos- que nos permiten ver a través de ellas.

El capítulo inicial -“Ver fotografías históricamente. Una mirada mexicana”, de Jhon Mraz- funciona como guía teórico-metodológica de esos problemas, ilustrada mediante el abordaje de fotografías del siglo XX mexicano. Partiendo de la idea de que, como dice Boris Kossoy, la fotografía es un doble testimonio -pues informa tanto de la escena pasada como de quien la registróMraz postula la importancia de incorporar su estudio tanto en una perspectiva de historia social como de historia cultural. Un enfoque de historia social partiría de la idea que las fotografías son un tipo de fuentes que puede iluminar aspectos del pasado muchas veces vedados a fuentes de otro tipo. Su capacidad de reproducir mecánicamente un repertorio muy amplio de lo visible determina que, habitualmente, incluyan detalles que ni el propio fotógrafo tenía intención de registrar, y esto permite acceder a aspectos del pasado de forma más directa y viva que otras fuentes. Por otro lado, la idea de la fotografía como una “ventana hacia el mundo” debe ser matizada por preguntas propias de la historia cultural: quién tomó las imágenes, cuándo, para qué. Este es el abordaje que nos permite conocer cómo las fotografías, además de reflejar la realidad, la construyen.

Fernando Aguayo, en “El ‘catálogo’ mexicano de la firma Gove y North, 1883-1885” aborda una problemática habitual con la que se encuentran los historiadores en los archivos fotográficos: la ausencia de datos básicos que contextualicen las imágenes, como su autoría, tema, fecha de realización y características físicas. Aguayo investiga la producción de un estudio que funcionó en México entre 1883 y 1885, con el fin de construir un catálogo hipotético y así paliar la dispersión de sus imágenes, enriqueciendo su uso como fuentes para la Historia.

“Prácticas fotográficas en el Brasil moderno: siglos XIX y XX”, de Ana Maria Mauad, Mariana Muaze y Marcos Felipe de Brum Lopes, es una mirada panorámica a la historia de Brasil a través de los principales usos que tuvo la fotografía en ese país. La recorrida atraviesa la elaboración de retratos y paisajes durante el siglo XIX, los circuitos sociales de los fotógrafos y su participación en exposiciones internacionales que funcionaron como un marco publicitario del país. También se detiene en las correlaciones entre la modernización de Brasil, durante el siglo XX, y los cambios experimentados por la fotografía: la aparición del fotoperiodismo, las revistas ilustradas, los fotógrafos independientes y la relación entre la práctica fotográfica y el campo del arte.

En “Desarrollos insólitos de la fotografía en el norte del Perú en la primera mitad del siglo XX”, Andrés Garay explora las prácticas fotográficas que se desarrollaron en la ciudad de Piura, al norte de Perú. Con ello, cambia el foco de atención de la Historia de la fotografía en ese país -que, aunque en forma incipiente, se ha concentrado más en Lima y la sierra central que en el norte- y expone las prácticas de profesionales y aficionados norteños, en directa relación con los medios técnicos de que dispusieron, el contexto geográfico y cultural en que vivieron y los sucesos de su vida personal.

El estudio de Kevin Coleman contribuye a desentrañar las relaciones de poder que permean al archivo y propone un método para ver más allá de ellas. En “Las fotos que no alcanzamos a ver: soberanías, archivos y la masacre de trabajadores bananeros de 1928 en Colombia”, sigue el itinerario de una única fotografía, un retrato de cinco obreros que participaron de una huelga contra la United Fruit Company en 1928. Las fotografía fue encontrada más de cincuenta años después, en un archivo olvidado de la sucursal panameña de la compañía bananera, junto un memorandum de circulación interna que advertía sobre la peligrosidad de los obreros y que da cuenta del uso que la compañía y el Estado colombiano realizaron de las imágenes para fines de vigilancia y control social. El contraste de este “foto-memorandum” -encontrado casi de causalidad- con las imágenes que la Compañía incluyó en su archivo oficial -custodiado por la Universidad de Harvard- permite imaginar “las fotos que no llegamos a ver” y trascender la construcción de la historia que la United Fruit Company propuso a través de la expurgación de su archivo oficial.

La importancia de estudiar el itinerario de las fotografías también está en el centro del artículo de Magdalena Broquetas, “De íconos a documentos. Las fotografías de la huelga general de Uruguay en 1973”. Broquetas trabaja en torno a las fotografías que Aurelio Gónezalez -jefe de fotografía del diario comunista El Popular- tomó durante la huelga general realizada en Uruguay como respuesta al golpe de Estado de 1973, examinado tanto su proceso de transformación en íconos de la resistencia -durante la dictadura y despuéscómo reubicándolas en su contexto de producción, preguntándose sobre lo que dicen en tanto registros del pasado y sobre lo que el fotógrafo y el diario quisieron decir y hacer con ellas.

En “Entre el abrazo y el enfrentamiento. Un diálogo entre dos imágenes icónicas de fin de siglo en América Latina”, Alberto del Castillo Troncoso aborda iconización y los variados usos que admiten las fotografías, a través del estudio de dos imágenes fotoperiodísticas realizadas en Argentina y México. La primera fue realizada por Marcelo Ranea en 1982, y documenta el supuesto abrazo entre un represor y una madre de Plaza de la Mayo. La segunda fue tomada por Pedro Baltierra, y muestra el enfrentamiento entre dos mujeres indígenas tzotziles y un soldado del ejército, en 1998. Examinando la mirada del autor, la política editorial del medio en que se publicaron y la recepción de los destinatarios, del Castillo aborda el impacto y el uso político que experimentaron esas imágenes.

Finalmente Cora Gamarnik, en “El fotoperiodismo y la guerra de Malvinas: una batalla simbólica”, reconstruye el contexto de producción, circulación y apropiación inmediata de algunas fotografías tomadas el 2 de abril de 1982, cuando las tropas argentinas desembarcaron en las Islas Malvinas. Gamarnik repara en la capacidad de la fotografía para generar sentido acerca de la realidad y analiza los relatos que los medios de comunicación argentinos y británicos realizaron usando esas fotografías, así como la disputa por decidir cuáles podían circular y cómo debían ser reproducidas, publicadas y tituladas


Resenhista

Mauricio Bruno – Universidad de la República, Uruguay.


Referências desta Resenha

MRAZ, John; MAUAD, Ana Maria (Coords.). Fotografía e historia en América Latina. Montevideo: CdF Ediciones, 2015. Resenha de: BRUNO, Mauricio. Claves. Revista de Historia. Montevideo, v.1, n.1, p. 193-196, dic. 2015. Acessar publicação original [DR]

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