La medicina popular peruana (Contribución al folklore médico peruano) | Hermilio Valdizán e Ángel Maldonado
La casi centenaria Medicina popular peruana demanda mucho a sus lectores, no solo por su extensión, sino por la riqueza y la densidad de las informaciones recogidas y sintetizadas por el doctor en medicina y psiquiatra Hermilio Valdizán (1885-1929) y por el doctor en ciencias Ángel Maldonado (1890-1955). Esta edición de la Universidad del Altiplano de Puno es el mayor esfuerzo editorial planteado desde la aparición de la primera edición limeña en 1922. En efecto, entregan al lector dos volúmenes con todas las abreviaturas desarrolladas en el cuerpo del texto además de una reconstrucción de la bibliografía, que originalmente era mínima, ya que la investigación actual arroja 257 referencias de autores y obras citadas, las cuales sirven de insumo a la traducción de todas las citas que estaban en idiomas extranjeros y que ahora disponemos paralelamente en castellano. Suman índices y vocabularios, tales como un glosario de 135 palabras quechuas y populares; un vocabulario popular con 427 entradas de nombres de uso corriente sobre remedios, enfermedades, medidas para los preparados medicinales entre otras empleadas por los estudiosos de la farmacopea entre los siglos XVIII y XX, y un vocabulario médico occidental con 112 entradas cuya fuente son los tesauros especializados. Este extenso aparato de referencias es un instrumento de lectura que implica importantes consecuencias para la investigación actual. Finalmente, el lector tiene nuevas referencias para penetrar en una obra clásica del folklore médico y, a su vez, acalla la crítica de quienes consideraban que el principal defecto era “el poco análisis y sistematización realizado por los autores” ( Devoto Bazán, 2016 , p.79).
Se trata de una obra que se reclama “nacionalista” porque se sumerge en los conocimientos ancestrales de las poblaciones indígenas. Además, esta obra fue una respuesta a varios investigadores de la época que la juzgaron negativamente. Por esa razón, los autores se propusieron una sistematización de esos conocimientos para llenar los vacíos existentes y, a su manera, contraponer las prácticas médicas totalmente arraigadas en las poblaciones habituadas a los curanderos peruanos y kallawayas bolivianos. Estos últimos ofrecían remedios gracias a las autorizaciones otorgadas por el expresidente del Perú, Augusto Bernardino Leguía (1863-1932). Aunque los autores guardan silencio sobre esa relación, sabemos por otras fuentes que los autores objetivaron los conocimientos de los kallawayas en la aplicación de medicinas en una de las hijas de Leguía y posteriormente en la curación del propio mandatario ( Loza, 2004 , p.40; Salcedo, 1986 , p.17-20).
Creemos que la propia organización de la obra, en tres partes, deja establecida una sistematización en sí misma, a diferencia de quienes piensan que “no existe un orden importante, pero sí mucho material que debería ser clasificado y procesado en el futuro” ( Devoto Bazán, 2016 , p.94). Debemos, asimismo, subrayar que cada parte contiene un número variable de capítulos, los cuales responden a las categorías médicas de los autores para dar inteligibilidad a las prácticas que ellos recogieron de manera “fidedigna”, pero que no lograron comprender del todo por la distancia cultural que los separaba de los curanderos. En la primera parte, proponen la categoría de “los mitos médicos” a patologías culturales como el susto, mal de ojo, entre otros. Luego, ordenan la información en capítulos particulares dedicados a temas específicos como las enfermedades mentales y nerviosas, la oftalmología y neurología, la pediatría, la obstetricia o la cirugía, que reflejan sus esfuerzos de sistematización de acuerdo al bagaje académico occidental que poseían.
La segunda parte es una sistematización de los conocimientos documentados y publicados desde la colonia hasta los años 1920. En realidad, son sus fichas de lectura sobre los reinos mineral, vegetal y animal, reproducidos a partir de la Historia del Nuevo Mundo del jesuita, naturalista y explorador español Bernabé Cobo (1580-1657). Ellos transcriben lo señalado por Cobo y establecen un diálogo con el significado que ofrecen los antiguos diccionarios coloniales. Al mismo tiempo, agregan sus comentarios y fotografías de las plantas.
La tercera parte agrupa cuatro valiosos documentos históricos, cada uno con un estatuto y características propias. Una lista de 1770 de la principal botica del Colegio San Pablo de Lima, presentando, habitación por habitación, los implementos y medicinas acompañadas de 518 notas sobre su significado para dilucidar su contenido a la luz de 37 autores citados. Le sigue un recetario del siglo XVIII que contrasta con el recetario eficaz para las familias, “medicamentos caseros” para curar “todas las enfermedades del cuerpo humano”. Además reproducen la relación de un viaje realizado a la provincia Larecaja en 1821 por el naturalista y jurisconsulto cruceño José María Bozo Lines (1780-1864) con una descripción de los productos naturales encontrados en el trayecto y su uso curativo. El cuarto y último manuscrito es el médico verdadero de 1777 presentando los remedios para enfermedades y padecimientos específicos con advertencias sobre sus usos.
Los dos volúmenes presentan una buena edición y un aparato de instrumentos de lectura elaborados en consulta exclusiva con los estudiosos del sur peruano. Por ende, habría sido de gran interés profundizar en la bibliografía boliviana de la época. En todo caso, esta nueva edición plantea como desafío inmediato un estudio histórico específico sobre la obra en sí misma, desafío que no debemos eludir.
Referencias
DEVOTO BAZÁN, Erick. Apuntes para la elaboración de una historia de la medicina tradicional andina. RIRA. Revista del Instituto Riva-Agüero. v.1, n.2, p.79-116. 2016.
LOZA, Carmen Beatriz. Kallawaya. Reconocimiento mundial a una ciencia de los Andes. La Paz: Viceministerio de Cultura/UNESCO/Fundación del Banco Central de Bolivia. 2004.
SALCEDO, Mario. Un herbolario de Chajaya revela sus secretos. La Paz: SEMPAS/SOBOMETRA. 1986.
Errata
Na resenha “La medicina popular peruana: la última reedición de un clásico” (http://dx.doi.org/10.1590/S0104-59702019000200022), publicada no volume 26, número 2, abr.-jun. 2019, na página 704, onde se lia “Carmen Beatriz Loz”, leia-se “Carmen Beatriz Loza”.
Resenhista
Carmen Beatriz Loza – Directora de investigación, Instituto Boliviano de Medicina Tradicional Kallawaya. La Paz – Bolivia orcid.org/0000-0001-9961-1888 E-mail: cbloza@gmail.com
Referências desta Resenha
VALDIZÁN, Hermilio; MALDONADO, Ángel. La medicina popular peruana (Contribución al folklore médico peruano). Puno: Universidad Nacional del Altiplano de Puno, 2015. Resenha de: LOZA, Carmen Beatriz. La medicina popular peruana: la última reedición de un clásico Popular. História, Ciência, Saúde-Manguinhos. Rio de Janeiro, v.26, n.2, abr./jun. 2019. Acessar publicação original [DR]