História Agrária: conflitos e resistências (do Império à Nova República) | Dayane Nascimento Sobreira e Júlio Ernesto Souza Oliveira e Rafael Sancho Carvalho Silva

Obra organizada por Dayane Nascimento Sobreira, Júlio Ernesto Souza Oliveira e Rafael Sancho Carvalho Silva, o livro História Agrária: conflitos e resistências (do Império à Nova República) apresenta as recentes discussões realizadas na I Jornada de História Agrária: Conflitos e Resistências na Construção da Nação, evento que ocorreu na Universidade Federal da Bahia (UFBA) entre os dias 10 e 11 de 2019. O colóquio foi organizado pela equipe do GT História Agrária da Bahia (HISTAGRO).

Analisando processos históricos de luta pela terra, partindo da ruralidade como eixo de análise, o livro se propõe a discutir a História do Brasil através de dimensões de violência e resistência que são constitutivas dos conflitos agrários, observando tais conflitos em suas múltiplas especificidades nos períodos imperial e republicano brasileiro. Dividida em quatro partes, a obra aborda a História Agrária como um campo plural em suas possibilidades de estudo e pesquisa. Os textos discutem a História Agrária a partir de relações fundiárias, étnico-raciais, de gênero e de trabalho, com reflexões teórico-metodológicas que contribuem para o campo da História Agrária e Rural da Bahia. Leia Mais

Arqueología de la frontera. Los vestigios de una sociedad de las pampas argentinas – ROCHIETTI et al (RAHAL)

ROCHIETTI, Ana María; OLMEDO, Ernesto; RIVERO, Flavio. Arqueología de la frontera. Los vestigios de una sociedad de las pampas argentinas. Buenos Aires: Editorial Aspha, 2013. Resenha de: LANDA, Carlos. Revista de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana, Buenos Aires, v.1, n.8, p.85-88, 2014.

Este libro, cuya autoría corresponde a Ana María Rochietti, Ernesto Olmedo y Flavio Ribero, tiene como finalidad el abordaje de la “Frontera del Sur” desde una perspectiva que integra las miradas de la Arqueología histórica y la Etnohistoria. Los autores poseen una amplia trayectoria en esta temática, siendo miembros de un equipo de investigación afín inscripto en la Universidad Nacional de Rio Cuarto. La obra se encuentra conformada por una introducción, cuatro capítulos y un final o epílogo. Si bien sus autores no lo explicitan directamente en el libro, puede deducirse de algunos breves comentarios intercalados, que el mismo posee carácter de síntesis en torno a la vasta producción por ellos desarrollada. También evidencia esta condición el glosario ubicado al final del libro en donde se definen -por capítulos- diversos términos esgrimidos. Su lectura apunta a un público variado, su lenguaje es accesible y evita abundar en la jerga específica de las disciplinas implicadas, tornándolo ameno tanto para especialistas como para legos.

Ya desde su introducción se destacan el rol del conflicto y la guerra fronteriza -escenario de confrontación entre indígenas e hispano-criollos- como configurativa de la formación social colonial y republicana. Se resalta el rol de las investigaciones arqueológicas dado que el estudio de la cultura material permite entender al espacio fronterizo del sur como producto de procesos colonialistas específicos, por ende los autores refieren a una Arqueología de Frontera como significante a la hora de estudiar su materialidad y entenderla como expresión de su propia vida social.  El primer capítulo denominado “Arqueología del país fronterizo” se erige, a modo de ejemplo, sobre el relato manifestado en Viaje a caballo por las Provincias Argentinas [1853] del comerciante inglés William Mac Cann. Los autores consideran la descripción hecha por el viajero británico como “(…) un testigo narrativo entretenido y objetivo que nos muestra como era aquel país” (2013:17) y la utilizan para dar cuenta no solo del contexto histórico político sino de la cotidianidad de los diversos grupos sociales -estancieros, gauchos, parcialidades indígenas- que la habitaron sino también las múltiples prácticas en las que se vio inmersa su materialidad (vivienda, tejidos, adornos, higiene, caza y consumo de fauna, entre otros). Más allá de la supuesta mirada objetiva y carente de prejuicios eurocéntricos de Mac Cann, el uso de esta fuente es acertado a la hora de pintar para el lector el panorama complejo de la frontera.  El concepto de frontera, tan discutido en las ciencias sociales (Antropología, Historia, Arqueología, Geografía, etc.) al menos desde la tesis clásica de Fredrik Turner (1893), es abordado por los autores sin mayor densidad teórica -entendible dado el objetivo de divulgación de esta producción. La Frontera del Sur es considerada sucintamente como “condición”, “proceso” y “espacio”, un ámbito constituido en una praxis social. Se aborda historiográficamente sus génesis, sus políticas (externas e internas), su constante estado de potencial conflicto así como su final, los bienes consumidos por sus habitantes; siempre destacando su condición entendida como de producto del colonialismo.

La Arqueología histórica como campo de conocimiento -cuya definición y constitución también ha sido objeto de debate- es caracterizada en términos generales como “(…) una disciplina que intenta una visión totalizadora sobre la naturaleza e historia de la cultura material (…)” en donde se integra información provista por fuentes documentales (otro ámbito de discusión en torno a su uso). Destacan el rol de esta sub-disciplina en el estudio de las clases subalternas dominadas en Latinoamérica. Un planteo de Arqueología de la Frontera debe dar cuenta de ellos: indios y criollos pobres así como de los latifundistas, políticos y oficiales castrenses dominadores. Por ende se permiten distinguir entre tres tipos de “arqueologías”: de fuertes y fortines, de los parajes y de las tolderías. En relación a esta última, en este apartado, los autores enfatizan en la dificultad que presenta la delimitación de territorio indígena basándose solo en fuentes documentales, resaltando los diversos sesgos de las mismas. Destacan así la labor arqueológica de Alicia Tapia en torno a sus estudios de los cacicazgos ranqueles, que según ellos constituyen una verdadera Arqueología del territorio indio.  El segundo capítulo: “La vida militar en la frontera”, se centra en la línea de asentamientos militares así como en la vida de la oficialidad y soldadesca que allí habitaba. En una primera instancia se realiza una distinción tipológica entre estos asentamientos dividiéndolos, de acuerdo a diversas características, en: fuertes, fortines, campamentos y postas. Dicha división, basada en documentación histórica, es útil no solo para otorgar funcionalidad a los sitios estudiados arqueológicamente sino para poder establecer comparaciones en torno a la materialidad tanto intra como intersitio. Por otra parte, se llevó a cabo una revisión en torno a las diversas formas de reclutamiento mediante las cuales las fuerzas armadas conformaba su tropa (casi todas ellas de forma coercitiva), a las precarias condiciones en que estaba sometida y las múltiples deserciones, sublevaciones y motines acaecidos. Los autores, teniendo en cuenta los sesgos de las fuentes escritas por oficiales, postulan a la frontera como un ámbito de creciente militarización y a sus fortificaciones como una forma de castigo para los sectores sociales subalternos. Dada la sólida producción en torno al mundo castrense de la frontera de Río Cuarto, resulta llamativo que no se haya citado la producción de Facundo Gómez Romero quien en sus estudios sobre la Frontera del Sur (específicamente su sector bonaerense) desde un enfoque basado en la teoría de Foucault ha desarrollado numerosos trabajos arqueológicos vinculados con el castigo y el desarrollo de micro-poderes, entendiendo a los fortines como panópticos imperfectos, donde el que vigila desde el mangrullo, no es un superior, sino un par imbuido momentáneamente de poder (Gómez Romero 2002, 2005 y 2007).

El tercer capítulo llamado “Arqueología de los fuertes y fortines” se centra específicamente en la extensa línea de fortificaciones militares así como sus avances y retrocesos a lo largo de más de un siglo. Se describen los rasgos arquitectónicos de fuertes y fortines (dependencias y foseados), su armamento, características de los asentamientos aledaños (pueblos que fueron constituyéndose y tolderías de indios amigos). También se exponen y comentan los, según los autores, escasos trabajos arqueológicos realzados en asentamientos militares de frontera. En ellos dan cuenta de la metodología empleada y sus resultados, con gran cantidad de imágenes y fotografías de materiales que permiten dimensionar el importante aporte de la Arqueología histórica al estudio de la Frontera del Sur. Podría agregarse a esta exhaustiva lista los trabajos llevados a cabo por Alicia Tapia en el “Fortín La Perra” -Depto. De Loventué, La Pampa-, un puesto de control de los territorios anexados durante las últimas campañas militares al denominado desierto (ca 1883) y la producción de Facundo Gómez Romero en el sitio Fortín Otamendi (1858-1869) (Tapia 1999; Gómez Romero y 2007).

Por último, el cuarto capítulo, titulado “arqueología de los asentamientos civiles” destaca la significancia de los muy escasos estudios arqueológicos de asentamientos civiles establecidos en la Frontera del Sur (específicamente en el sector de Rio Cuarto). Se describen las actividades productivas de las estancias de la época y se caracterizan los trabajos arqueológicos llevados a cabo en la Estancia de Chaján (asentada sobre Landa 2014: 85-88 (Reseña) 88  territorio indígena) y la Posta el Pantanillo (un asentamiento rural con capilla) y se estimó el potencial arqueológico de la Posta de Achiras.  Arqueología de la Frontera…, constituye un aporte esclarecedor y enriquecedor, tanto para especialistas en los estudios de frontera, como para aquellas personas interesadas en estos vastos y complejos universos. Como los propios autores afirman “Este libro ofrece una historia basada en la arqueología como prueba testimonial de los acontecimientos del pasado” (2013:14). Esta mirada integradora permite vislumbrar un mundo fronterizo alejado de la estática que implica la liminalidad, un mundo que es atravesado por un dinamismo heterogéneo, efervescente y creativo. Su valiosa contribución radica en que instala en la memoria a la frontera -espacio, historia y materialidad- que como sostienen los autores, casi nadie recuerda, pero en ella se gestó la Argentina moderna”.

Referências

Gómez Romero, F.  2002. Philoshophy and Historical Archaeology: Foucault and a singular technology of power development at the nineteenth century, Argentina. Journal of Social Archaeology. Vol. 2 Nº3: 402-429 2005. Fortines del desierto como enclaves de poder en las pampas Argentinas. América Latina Historia y Sociedad. Laura Mamelli (Ed.). Universidad Autónoma de Barcelona, España. 2007. Se presume culpable. De los Cuatro Vientos. Buenos Aires.

Tapia A. 1999. Fortín La Perra. Entretelones de la dominación y la supervivencia militar en lapampa central. XII Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Universidad Nacional Córdoba. Córdoba.

Carlos Landa – Es Licenciado en Ciencias Antropológicas (FFyL, UBA); Magister en Investigación en Ciencias Sociales (FCSoc, UBA) y Doctor en Arquelogía (FFyL, UBA). Es investigador asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Se desempeñó en diversos proyectos de investigación radicados en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Excavó asentamientos militares de frontera, campos de batalla y sitios rurales de las provincias de La Pampa y de Buenos Aires (Argentina). Publicó numerosos artículos en revistas científicas nacionales e internacionales.

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