Estudios de género, trabajadores e izquierda | Archivos de Historia del Movimiento Obrero y la Izquierda | 2015

Existe hoy en día en la Argentina una extensa tradición historiográfica abocada al estudio de la clase trabajadora. Si hasta los años 80 hubo contribuciones aisladas en los ámbitos académicos sobre esta temática, en las últimas cuatro décadas las investigaciones se incrementaron constituyendo un vigoroso campo de estudios articulado por nuevas preocupaciones teóricas e históricas. Entre algunas de ellas se destaca el haber llevado al centro del análisis a los sujetos sociales propiciando una revisión sobre las formas de indagar en las estructuras socioeconómicas y materiales. Este cambio, hacia una historia cada vez más social, se produjo en buena medida por la influencia de historiadores británicos como Eric Hobsbawm, Raphael Samuel o Edward P. Thompson, que dieron lugar en los años 60 a la History from below (“historia desde abajo”) preocupada por valorar aspectos de la vida de los trabajadores como la cotidianeidad extendida del ámbito laboral a los hogares, las formas de inclusión de estos sectores en la vida barrial o comunitaria, los modos de experimentar el tiempo libre o las distintas sociabilidades colectivas. Poner en foco en el análisis estas experiencias implicó dejar a un lado los relatos que recuperaban la historia de la clase trabajadora a través de sus líderes u obreros más destacados para sumergirse en el trajín de la vida diaria de distintos sujetos. Sin dejar de prestar atención a las formas de protesta y a los repertorios de enfrentamiento con las patronales y el Estado, la clase trabajadora comenzó a ser vista como parte de un proceso histórico en el que ella misma se constituía como tal.1

En estas reformulaciones que se fueron sucediendo a lo largo del tiempo es donde las corrientes feministas hicieron pie y también aportaron y dinamizaron con nuevos interrogantes las formas de indagar en el pasado. Estos aportes provinieron de diferentes grupos, muchos de los cuales contaban con una fuerte raigambre de militancia política. Este aspecto es significativo porque el desarrollo de los estudios de género estuvo vinculado desde un comienzo con el devenir político y social del movimiento de mujeres que llevó a la confrontación de los saberes estatuidos dentro de los ámbitos universitarios. Fueron justamente las mujeres, que con su agencia social y política lucharon por la consecución de sus derechos, quienes empujaron a la legitimidad a estos estudios. Y a la vez fue desde estas experiencias académicas que en distintas oportunidades se impulsó la lucha por la ampliación de los derechos de las mujeres (Andújar y D’Antonio, 2008). Leia Mais