América entre revoluciones: construcción de sujetos e identidades en el ideario popular revolucionario latino-americano |  Revista chilena de historia social popular | 2021

El presente dossier pretende abrir paso a la reinterpretación de un conjunto de procesos históricos que tuvieron a las clases trabajadoras y masas populares latinoamericanas en el centro de la acción política. Adicionalmente, busca comprender la complejidad de dichos procesos abordados desde la construcción de sujetos e identidades. Lo anterior, más allá del análisis de las colectividades políticas revolucionarias y reformistas, sus proyectos políticos y su confrontación con el Estado. En líneas generales, los estudios que comprenden este dossier se enfocan en la construcción de las identidades populares desde expresiones artísticas y acciones de protesta vinculadas al compromiso de cambio social.

Desde fines de la década de 1950, la música popular fue un vehículo de expresión cultural para la revolución en América Latina. El arte ha funcionado como espejo de contextos históricos específicos y, por ello, la música ha sido una forma de manifestación cada vez más estudiada desde diversos puntos de vista. En el escenario chileno, la Nueva Canción Chilena (NCCh) ha sido una vía para comprender la construcción de la identidad cultural popular chilena ya que expone las problemáticas sociales y la búsqueda de la justicia social de una época.

También agrupaciones artísticas han buscado conectarse con las poblaciones como forma de enfrentar la noción de “cultura-objeto” que la dictadura chilena impuso. Asimismo, el arte ha sido clave en hechos históricos como el movimiento estudiantil desde 1968 a través de acciones como la difusión de volantes.

En el ámbito de lo cultural, estudios como “La Nueva Canción Chilena: Un análisis panorámico desde la perspectiva de la historia cultural” de Víctor Vergara son significativos para comprender cómo este género musical irrumpió en la realidad chilena visibilizando la acción de los movimientos sociales populares desde fines de la década de 1950 hasta la actualidad. De esta manera, el trabajo de Vergara invita a profundizar en las expresiones artísticas territorializadas desde lo nacional y desde los pueblos. Sin duda, esta óptica permite reconstruir la memoria, la articulación de identidades y subjetividades colectivas que han sido invisibilizadas por otras culturas despolitizadas y foráneas.

Por otro lado, Valentina Arévalo en “La cultura en el campo de las ideas (1973- 1985): prácticas y discursos de la institucionalidad de la dictadura chilena y el movimiento artístico-cultural de resistencia (UNAC y CADA)” estudió la resistencia artística en dictadura a partir de la concepción de cultura-sujeto en la Unión Nacional por la Cultura (UNAC) y el Colectivo de Acciones de Arte (CADA). Desde el punto de vista de la autora, podemos observar que expresiones culturales como la Nueva Canción Chilena y el teatro popular resultaron en un tenso conflicto antes y después del golpe de Estado chileno. De esta manera, como señala la autora, la derecha chilena vio una amenaza en el desarrollo de tales expresiones musicales y teatrales al ser visto como intento de “infiltración de ideas y pensamientos marxistas, ajenos a la ‘chilenidad’”.

El estudio de Arévalo es significativo para el pensamiento actual ya que comprende el aporte de grupos artísticos en resistencia durante la dictadura a las expresiones culturales actuales. Es decir, se observa el puente que representó la UNAC y el CADA entre las manifestaciones artísticas populares de la Unidad Popular y aquellas que surgieron en la postdictadura a través del constante intento de recuperar sus espacios de realización política. Estos grupos transmitieron la importancia de la libre creación artística y científica que hoy aprovechamos a través del diálogo, la crítica y la participación colectiva en diversas esferas de la sociedad.

A partir del trabajo de Marian García titulado “México 68: El inicio de una tradición de lucha” vemos cómo el movimiento estudiantil de 1968 canalizó la protesta desde discursos pacifistas, humanistas y democráticos. El estudio de García permite comprender que la revolución era por y para los pueblos bajo un descontento popular generalizado. Cabe destacar que estas acciones de protesta se han transformado en la representación de una época de lucha que ha quedado grabada en la memoria de sus actores., A través de este estudio, la autora ha rescatado tales memorias las cuales son complementadas con una serie de imágenes que permiten revivir aquel pasado que dejó huellas en las luchas del presente. Además de la denuncia, muestra las atrocidades que cometió el gobierno contra su pueblo, resultando muertos, desaparecidos, torturados y violados. A pesar de lo anterior, la autora destaca cómo el año 1968 será el inicio de una larga tradición de lucha que ha sufrido cambios a través del tiempo al posicionarse en diversos espacios.

García permite reflexionar en torno a la importancia histórica que adquirió la generación de estudiantes de 1968. Es decir, su acción política generó impacto en las posteridades al permitir la libertad de expresión y de reunión en las aulas universitarias y la transformación del modelo educativo tradicional de enseñanza- aprendizaje. También, conlleva al aumento de los índices de escolarización a través de la creación de instituciones que, actualmente, son una representación histórica viva del movimiento estudiantil.

En el presente dossier observamos cómo la cultura trasciende su veta artística. Es decir, ha constituido una herramienta política en la construcción de sociedades e identidades populares y el reflejo de ideales sociales específicos. Por ejemplo, como señala Vergara, la NCCh contribuyó a fomentar la conciencia de clase expresando a través de su música el deseo de crear una sociedad igualitaria.

En contraposición, la dictadura utilizó la censura de manifestaciones culturales relacionadas con la Unidad Popular con el fin de “reconstruir la chilenidad (…) un ‘ser nacional’ que proyecte orden interno y solidez espiritual”, según expone Arévalo.

No obstante, como muestra Vergara, la NCCh fue un movimiento popular en abierta disputa contra aquellos referentes culturales que representaban los valores oficializados, caracterizados por su conservadurismo. En el ámbito revolucionario, también en México de 1968 la intervención pública de los estudiantes y el descrédito de la prensa reflejó una incansable pugna entre los jóvenes revolucionarios y el gobierno de turno.

Exposiciones, seminarios y conciertos fueron espacios de lucha por la libre expresión y la democracia. Destacadamente la calle y las poblaciones fueron los espacios preferentes de lucha, promoviendo la definición del “espectador activo” como forma de oposición al rol pasivo que los gobiernos dictatoriales establecieron. En México, como muestra García, las comunidades universitarias utilizaron los espacios públicos a través del reparto de volantes para condenar la represión del gobierno y reclamar el respeto a los Derechos Humanos. Relacionado con lo anterior, el trabajo de Vergara muestra que la NCCh ha tenido un compromiso férreo por el cambio social, participando de manera activa de los espacios políticos.

En consecuencia, los trabajos contenidos en este dossier permiten comprender que la labor creativa debe estar ligada a un compromiso social-político, de lo contrario carecería de sentido. Actualmente, la ciencia y el arte deberían estar al servicio de la democracia: un aspecto que nos adelanta la visión que sustenta la UNAC y el CADA, según el trabajo de Arévalo.

A través de estos estudios podemos ver cómo la cultura es un concepto complejo al tener un sinfín de significaciones que representan un contexto histórico específico. Debido a su complejidad la cultura puede ser tanto herramienta de poder como medio de resistencia y expresión de las identidades populares. Por ejemplo, la NCCh ha sido una expresión de protesta antimperialista desde sus orígenes. Hoy, comprendemos a la cultura como un punto a partir del cual se encuentran diversas ramas del saber: las ciencias sociales, el arte, las comunicaciones, etc. Como expone García, los movimientos estudiantiles latinoamericanos nos han demostrado el valor de construir y debatir en sociedad. De esta manera, tales movimientos han reestructurado los sistemas educativos, complejizando la producción de saberes. Finalmente, a pesar de la constante represión, estas expresiones políticas y culturales nos han demostrado la importancia de seguir luchando y organizándose colectivamente por y para el bien común.

En suma, este dossier releva la importancia de las identidades populares en el ideario revolucionario latinoamericano, complementando los estudios centrados en los aspectos organizativos y doctrinarios de las principales organizaciones revolucionarias de nuestro continente. Sin embargo, aún existen áreas del saber inexploradas a investigar, las cuales permitirán ahondar en la complejidad de las décadas abordadas en este dossier. Profundizar en las temáticas abordadas en este dossier resulta una tarea fundamental. Esto, debido a que los ecos de la revolución influyen hoy en manifestaciones masivas que han tenido lugar en países como Chile, Ecuador y Colombia, que ponen en entredicho el denominado “fin de las utopías”.


Organizadores

Camila Neves Guzmán – Chilena. Licenciada en Historia, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Magíster en Historia, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Candidata a Doctora en Historia, Universidad de Concepción. Correo: [email protected] | ORDID: https://orcid.org/0000-0003-3814-8521

José Miguel González Garcés – Chileno. Licenciado en Historia, Universidad Católica de la Ssma. Concepción; Magíster en Historia de Occidente, Universidad del Biobío; Candidato a Doctor en Historia, Universidad de Concepción. Correo: [email protected] | ORDID: https://orcid.org/0000-0003-3039-2722 3

Diego Venegas Caro – Chileno. Licenciado en Ciencia Política, Univesidad Diego Portales; Estudiante de Magíster en Historia, Universidad de Concepción. Correo: [email protected] | ORDID: https://orcid.org/0000-0003-4292-0289


Referências desta apresentação

GUZMÁN, Camila Neves; CARO, Diego Venegas; GARCÉS, José Miguel. América entre revoluciones: construcción de sujetos e identidades en el ideario popular revolucionario latino-americano. Revista chilena de historia social popular. Santiago, v.2, n.4, jul. 2021. Acessar publicação original.

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