Construir Valparaíso: Tecnología/ municipalidad y estado/ 1820-1920 | Samuel J. Martland

El desarrollo urbano de una ciudad está estrechamente vinculado a las características geográficas del territorio que ocupa, pero también a la manera como se organizan sus gobernantes y a las herramientas tecnológicas de las que disponen sus habitantes. El libro de Samuel J. Martland plantea una aproximación a la historia de Valparaíso durante el siglo XIX a través de un análisis en el cual articula la tecnología urbana, la administración municipal, las empresas privadas y la formación del Estado. En ese sentido, su hipótesis general plantea que “(…) esta ciudad fue un lugar de experimentación y adelantos no solo tecnológicos -el muchas veces citado “progreso”- sino, también, en los reglamentos de seguridad y comodidad, y en la organización administrativa y cívica1. Para su demostración, el historiador norteamericano propone una estructura cronológica basada en cinco capítulos. Ahora bien, antes de entrar en la discusión específica de cada uno, es fundamental abordar algunos elementos generales sobre la propuesta formal, epistemológica y metodológica del autor que se puede observar en la introducción y a lo largo de todo el libro.

En primer lugar, hay que destacar que el libro está escrito en un lenguaje de fácil lectura, lo cual no reduce la calidad y rigor de su trabajo. No obstante, también se pueden percibir errores gramaticales y ortográficos esporádicos que aparentemente están relacionados con el hecho que la mayoría del texto son revisiones de textos escritos en inglés, lengua materna del autor. Si bien el hilo conductor del libro, que es la construcción de la ciudad a través de la tecnología, la administración, la economía y la política, se mantiene a lo largo de todo el texto, también se observa, que el enfoque tanto metodológico como temático cambia levemente en algunos capítulos diseñados, escritos y publicados anteriormente como unidades independientes.

Tal como se puede observar en la introducción, Martland hace un recorrido historiográfico bastante amplio en el cual incluye prácticamente todas las publicaciones académicas sobre Valparaíso. El autor incorpora trabajos que ya se han consolidado como referentes sobre la ciudad, como Valparaíso, auge y ocaso del gran pancho de Rodolfo Urbina Burgos (1999), pero también documentos más recientes de investigadores jóvenes como Castillo, Mardones y Vila (2014). Ahora bien, esta revisión, a pesar de presentar una lista bastante completa, no permite clasificar los libros y artículos según su perspectiva teórica o metodológica ya que el autor no plantea una discusión sobre las hipótesis, resultados, o planteamientos de los diferentes textos. En ese sentido, la literatura local sobre Valparaíso es presentada como un largo listado temático sobre la historiografía de la ciudad. Sin embargo, para realizar su caracterización teórica, el autor recurre a otra serie de publicaciones entre las cuales se resalta principalmente una literatura angloamericana con autores como Hughes (1983) Wermeil (2000) y Meade (1997). Si bien el planteamiento epistemológico del autor es sólido y le permite articular lógicamente sus conceptos de base, es decir, tecnología, Estado y economía, no siempre toma en consideración las reflexiones y conclusiones teóricas aportadas por la bibliografía local.

En el primer capítulo, el autor presenta la ciudad de Valparaíso entre los años 1820 y 1840. Este capítulo busca aproximarse a la discusión sobre la identidad de Valparaíso. No obstante, el concepto de identidad referido a una ciudad puede resultar difícil de definir, dado que puede atañer a su carácter cultural, geográfico, político, arquitectónico, social, u otro. Sin embargo, en este caso el autor se concentra principalmente en los rasgos políticos, demográficos y económicos de la ciudad puerto. En ese sentido, Martland plantea que “Si bien como lugar y nombre remonta a mediados del siglo XVI y como ciudad legal a fines del XVIII, como urbe comercial y de crecimiento bastante rápido es hija de la independencia y de la Revolución Industrial”2 . Este planteamiento le permite, además, establecer una demarcación temporal inicial alrededor de la independencia puesto que, efectivamente, durante estos años, además de la evidente ruptura política, se presentan importantes transformaciones económicas y comerciales a nivel mundial que repercuten directamente en las formas de ocupar el territorio de la ciudad puerto. Ahora bien, el planteamiento de Martland sostiene que no es sino hasta los años 1840 que dichos rasgos identitarios se verán reflejados en la organización de redes institucionales y empresariales que, a través de nuevas tecnologías, generaron cambios en las infraestructuras urbanas y las formas de vida en la ciudad.

Así, en el siguiente capítulo “Las primeras redes centralizadas: los bomberos, el gas y el ferrocarril urbano 1850-1864” Martland plantea un análisis de los servicios públicos en el cual otorga una alta importancia, en primer lugar, al servicio de apagado de incendios y a las compañías de bomberos. En segundo lugar, se interesa por la distribución de gas, alumbrado público y transporte férreo intraurbano. Al enfocarse sobre la organización de los bomberos, el autor, abre un interesante campo de estudio referente a los desastres, el riesgo, a su mitigación y prevención. No obstante, no se trata de una investigación sobre la historia de las emergencias ni del riesgo de desastres en Valparaíso y el libro no establece una discusión conceptual clara en la cual incorpore dichos conceptos. Por el contrario, se puede observar que el autor alterna indistintamente entre la utilización vocablos como peligro y riesgo para abordar la problemática de los incendios en Valparaíso. De esta manera, una de las hipótesis que se plantean en este capítulo, defiende que durante esta época el interés de las redes institucionales y de las decisiones políticas fue la contención del fuego y no su prevención. Este planteamiento abre una veta de investigación de gran importancia para la historia de Valparaíso como lo es la producción local de una cultura del riesgo de desastres.

Ahora bien, cabe destacar que en este capítulo se hace un recorrido por la historia de los grandes incendios en la ciudad que permite comprender algunos aspectos generales y específicos sobre los comportamientos sociales, culturales, institucionales, políticos, económicos y fiscales de la sociedad porteña y chilena. Adicionalmente, y este uno de los aportes más importantes del libro, en este capítulo el autor explica la importancia del desarrollo tecnológico para la transformación urbana. Aquí, explica cómo las nuevas tecnologías como muros cortafuegos, bombas a vapor, faroles de parafina o de gas, tuberías subterráneas y caminos férreos, cambian los espacios domésticos y públicos, la arquitectura y el urbanismo de la ciudad, pero, sobre todo, transforman las relaciones sociales, dinamizan la política y contribuyen en la consolidación de redes económicas y en el desarrollo de la vida institucional de la ciudad y del país.

En el siguiente capítulo, titulado “Los planes y reglamentos bajo José Ramón Lira y Francisco Echaurren, 1864-1876” Martland se centra sobre una historia más institucional y política en la cual se observan elementos distintos pero relacionados como el transporte urbano, el alumbrado público y su importancia en la transformación de los usos del espacio. En este capítulo muestra cómo decisiones que atañen a relaciones de poder y a negocios y distribución de la riqueza tienen consecuencias sobre la población misma y sus procesos de apropiación de los espacios urbanos. Ahora bien, considerando la importancia que da el autor a información cuantitativa, bien sea referente al gasto en la instalación de tecnologías de alumbrado público, a la financiación de proyectos o las pérdidas por incendios, llama la atención la ausencia total de gráficos, tablas u otras formas de representar dicha información de una manera más accesible. Dichas herramientas permitirían, en efecto, contrastar la información y evidenciar los puntos de comparación que se resaltan en la argumentación del capítulo.

Algo similar ocurre en el capítulo siguiente, pues, si bien el concentrarse en la historia empresarial del agua le permite colmar una brecha historiográfica importante, el enfoque sobre contratos, costos, empréstitos, valores monetarios, negocios podría ser más claro con la utilización de gráficas de representación y de análisis de información. Adicionalmente, llama la atención que el capítulo conjuga tres perspectivas de análisis distintas para estudiar problemáticas diferentes. En primer lugar, el análisis de la distribución de agua, como ya se dijo, se enfoca principalmente en la historia empresarial. En segundo lugar, el trabajo realizado sobre la luz eléctrica retoma la mirada sobre la transformación urbana haciendo énfasis en las características de la nueva tecnología. Por último, la discusión planteada sobre el sistema de transporte urbano, desde la tracción a sangre hasta los tranvías eléctricos, se enfoca principalmente en la dinámica política. Para dar cuenta de esto el autor utiliza permanentemente fuentes de orden político, como las actas del Concejo, resaltando las posiciones de concejales de la ciudad, así como sus relaciones con empresarios y sociedades comerciales. En ese sentido, si bien los tres enfoques permiten mostrar un retrato bastante completo de la complejidad política, empresarial y urbana de Valparaíso, llama la atención que las tres problemáticas no sean observadas bajo la misma lupa. Así pues, este enfoque abre el campo para complementar una historia urbana de Valparaíso en investigaciones posteriores.

En el último capítulo, el autor se detiene en el terremoto de 1906. Si bien este capítulo aborda la historia de Valparaíso de manera distinta, enfocándose en un evento catastrófico alrededor del cual surgen dinámicas sociales y de reconstrucción fundamentales en la reforma de la ciudad, el autor lo utiliza a manera de cierre. Para articularlo con los capítulos anteriores, Martland propone que Valparaíso había desarrollado una gran capacidad estatal y particular de enfrentar grandes crisis gracias la experiencia con desastres menores, con la operación de bomberos y con las actividades que requerían de respuestas institucionales y particulares rápidas. En ese sentido, incorpora temas sociales como el prestigio de los bomberos voluntarios para demostrar el reconocimiento que reciben como autoridad en materia de emergencias, o la actividad inmediata de los sacerdotes para dar socorro a los vivos y absolución a los moribundos, o simplemente la capacidad de los vecinos para improvisar postas médicas y formas de atención de urgencias.

Ahora bien, así como observa continuidades en los comportamientos urbanos a través del terremoto de 1906, también resalta características específicas que solo se explican a través de la excepcionalidad del terremoto, lo cual, hasta cierto punto, rebate el argumento anterior en el que resaltó la importancia del aprendizaje de comportamientos a partir de la reiteración de desastres menores. De hecho, elementos como la relación que establece el Estado con la ciudad solo se explican en el libro debido a la excepcionalidad del choque sísmico. Asimismo, la relación de los habitantes con sus territorios y con la representación de éstos, como el autor mismo lo resalta, cambia drásticamente con el terremoto, en especial la distancia simbólica entre el plan y los cerros.

Finalmente, hay que reconocer que este libro constituye un aporte fundamental a la historiografía de Valparaíso. Pues, por una parte, aborda temáticas diversas que permiten aproximarse a la historia de la ciudad, teniendo en cuenta sus dinámicas políticas, institucionales, su relación con el Estado central, los cambios en su infraestructura, la importancia de la tecnología y las relaciones económicas. Pero, por otra parte, el trabajo de Martland ofrece pistas para investigaciones futuras que resultarían de gran interés para comprender tanto la composición sociológica de Valparaíso a través de su historia como su construcción física y sus cambios urbanísticos, arquitectónicos e infraestructurales. Uno de ellos, sin duda, es el análisis de los desastres, riesgos y crisis como elementos articuladores de la historia de la ciudad. Asimismo, reafirma la necesidad historiográfica actual de estudiar la relación tanto individual como colectiva de sus habitantes y sus instituciones con el riesgo, su prevención y su mitigación.


Notas 

1 Martland, Samuel J. Construir Valparaíso: Tecnología, Municipalidad y Estado, 1820-1920. Santiago, Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2017, p. 19.

2 Martland, p. 39.


Referencias

Castillo, Simón; Mardones, Marcelo y Vila, Waldo. Valparaíso un siglo de historia visual de su transporte público. 1860-1960. Santiago, Micrópolis, 2014.

Hughes, Thomas Parke. Networks of power: electrification in Western society, 1880-1930. Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1993.

Meade, Teresa. “Civilizing” Rio: Reform and Resistance in a Brazilian City, 1889-1930. Filadelfia, University Park, Pensylvania State University Press, 1997.

Urbina Burgos, Rodolfo. Valparaíso: auge y ocaso del viejo “Pancho”, 1830-1930. Valparaíso, Universidad de Playa Ancha y Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. 1999.

Wermeil, Sara. The Fireproof Building: Technology and Public Safety in the Nineteenth-Century American City. Baltimore, John Hopkins University Press, 2000.


Resenhista

Diego Arango López – Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Chile. E-mail: [email protected]


Referências desta Resenha

MARTLAND, Samuel J. Construir Valparaíso: Tecnología, municipalidad y estado, 1820-1920. Santiago de Chile: Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos; Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2017. Resenha de: LÓPEZ, Diego Arango. Historia 396. Valparaíso, v. 12, n. 1, p. 383-388, ene./jun. 2022. Acessar publicação original [DR/JF]

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