En el nombre de la patria. Juventud/nacionalismos cotidianos y emociones patrióticas (Argentina, 1955-1979) | Mónica Inés Bartolucci, Bettina Alejandra Favero

En el nombre de la patria es un escrito con múltiples puntos de vista sobre las formas de sentir y manifestar la nación, entre los y las jóvenes de la Argentina de los años sesenta y setenta. Propone estudiar grupos, prácticas y experiencias juveniles que construyeron, a su manera, variedades de patriotismo ligadas a diversas cuestiones públicas: la soberanía nacional y las Malvinas, el Servicio Militar Obligatorio, el transcurso del conflicto por el Canal de Beagle; la educación y la investigación científica; el fútbol, la religión y las formas de habitar la Iglesia Católica. Los siete capítulos que hacen a la compilación proponen un abordaje especial para ese tema: las acciones cotidianas, las emociones, las relaciones personales con ese “amor a la patria”, que puede tener tantos significados concretos como habitantes hayan pisado su suelo. Tal como el Prólogo (a cargo del español Xosé Núñez Seixas) y la Introducción señalan, el libro elabora sus preguntas con una perspectiva “desde abajo”, que busca reconstruir la relación de los sujetos con la nación a través de sus acciones concretas (individuales y colectivas), sus emociones y recuerdos, sus creencias, sus miedos y orgullos. Leia Mais

Los más ordenaditos. Fascismo  y juventud en la dictadura de Pinochet | Yanko González Cangas

Los más ordenaditos. Fascismo y juventud en la dictadura de Pinochet es el título del nuevo libro del antropólogo Yanko González. En este, el autor realiza un estudio detallado, a partir del trabajo etnográfico y de fuentes, sobre el pro­ceso de fascistización al régimen institucional de Augusto Pinochet que vivieron los jóvenes derechistas chilenos. En consecuencia, González busca comprender y reconstruir, desde la memoria de los protagonistas, la producción de subjeti­vidades, experiencias juveniles y generacionales vinculadas a las juventudes de Estado de Pinochet y Jaime Guzmán.

En su “Introducción”, González plantea que la dictadura tuvo desde sus ini­cios la misión de organizar a los jóvenes para que fuesen agentes que la apoyaran y perpetuaran, buscando así formar “juventudes leales” al régimen. A través de la pregunta ¿Cómo cambia la formación identitaria con 1973? El autor explica que, una vez ocurrido el golpe de Estado, Pinochet, y sobre todo Guzmán, simpatizan­te del franquismo e inspirado en este, articularía la fascistización de la juventud. El concepto hace referencia a un proceso inacabado, capaz de aprehender ele­mentos menos mutables del fascismo y resignificarlos bajo la institucionalidad vigente en aspectos políticos, socioculturales y económicos, profundizando así el proceso mismo. Leia Mais

Infâncias e juventudes no século XX: histórias latino-americanas – AREND et al (RBH)

“Atenção! atenção! É uma nova era no Brasil, menino veste azul e menina veste rosa” (Pains, 2019). O ano de 2019 acabara de desabrochar quando a recém-empossada ministra da Mulher, Família e Direitos Humanos, Damares Alves, proferiu tais palavras sob coro e aplausos calorosos. Carregada de significados e intenções, a declaração de Damares também dá voz, involuntariamente, ao questionamento: quais os atributos da infância na História do Tempo Presente? Se existem, quem os criou e com quais interesses? Leia Mais

Los muchachos peronistas. Orígenes olvidados de la Juventud Peronista (1945-1955) – ACHA (A)

ACHA, Omar. Los muchachos peronistas. Orígenes olvidados de la Juventud Peronista (1945-1955). Buenos Aires: Planeta, 2011. Resenha de: SILVA, Maria Luz. Peronismo y Juventud. Volviendo a los orígenes. Antítese, v. 7, n. 14, p. 516- 520, jul. – dez. 2014.

El peronismo es un tema siempre presente en Argentina. Por lo mismo ha sido abordado desde múltiples perspectivas políticas e ideológicas y desde innumerables registros y disciplinas, las cuales comprenden desde el arte y el psicoanálisis hasta la historiografía, la antropología o la ciencia política. En ese inmenso campo de estudios, la Juventud Peronista ha sido enmarcada haciendo foco en los las décadas de 1960 y 1970, asimilándola al transcurso político vivido por las juventudes en proceso de radicalización del cono sur y el mundo. Dentro de este contexto de ideas, el libro de Omar Acha, joven historiador y docente argentino que ya detenta una prolífica producción en lo concerniente al peronismo, representa un aporte fundamental en dos sentidos. Por un lado, constituye una investigación histórica sobre un fragmento muy poco analizado sistemáticamente de la historia del peronismo: el desarrollo de la Juventud Peronista durante los años de la primer y segunda presidencia de Perón (período 1946-1955). En segundo lugar, y profundamente imbricado con el primer punto, se plantea reflexionar sobre núcleos significativos de carácter político-culturales, que dan cuenta de las peculiaridades del devenir histórico del peronismo. Para esto, busca cuestionar y explicar lo que conceptualiza como la construcción de un relato mítico. “La Juventud Peronista es un mito argentino” enuncia inicialmente, como una bofetada al lector desprevenido. Mito asociado al “compromiso político” y, como él mismo destaca, “a la añorada o temida Argentina del ‘setentismo’. Mito que evoca imágenes de conflictos nacionales, ya que no se recuerda aquella Juventud Peronista sin recordar la polémica. Mito que también registra el surgimiento de la Juventud Peronista en el año 1957, como respuesta organizativa generacional al golpe cívico-militar que derrocó al presidente constitucional Juan Domingo Perón en el año 1955. Mediante un riguroso relevamiento documental el autor espera dar cuenta de la existencia de una Juventud previa, olvidada y/o negada por los militantes peronistas de las décadas posteriores. Entre los numerosos méritos adjudicables al texto resaltamos el carácter federal en la indagación de fuentes documentales. Como abordaje metodológico de la problemática, fortalece sus hipótesis y dan cuenta de la diversidad de los desarrollos locales y regionales, a la par que supone romper con una tradición de estudios de este período anclados en la provincia de Buenos Aires.

Es dable señalar también que por momentos el texto trasciende las barreras de la historiografía en sentido estricto y se interna en controversias políticas vigentes en la actualidad en Argentina. Relativizando los planteos que reafirman “la vuelta de la juventud a la política” a partir del proceso abierto por los gobiernos peronistas de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, Acha asevera que luego de ser devastada por la dictadura militar y hasta la actualidad, la juventud del peronismo no ha podido reconstituirse como una fuerza política fuerte, con capacidad de acción estratégica y proyecto político propio.

Indagando y revalorizando lo que denomina como un proceso de crecimiento molecular y contradictorio que vivió la Juventud Peronista a partir de 1951, Acha se plantea un objetivo tan afanoso como contemporáneo en la Argentina. El mismo reside en poner en jaque la perspectiva que asevera que la Juventud Peronista durante los años de gobierno de Perón fue solamente una herramienta institucional creada “desde arriba”. Y se arriesga aún más. Alega que esta mirada responde a una mirada del peronismo y del Partido como monolítico y vertical, dando lugar a un proceso más complejo en el que también tienen injerencia las pujas internas dentro del propio movimiento.

Para el autor, el olvido de la primera Juventud Peronista da cuenta de rasgos perdurables en la cultura política peronista en particular, y en la cultura política argentina en general, respecto de la juventud en el marco de partidos políticos. Ahonda en las peculiaridades de la definición política de la juventud en el ideario “peroniano”, sobrevolando el complejo vínculo entre juventud y política. Por esto, el texto aunque según indica su título se ancla en una década específica, se desliza reflexivamente, yendo y viniendo por el siglo XX argentino.

Tal como afirma, existen dificultades para el estudio de una originaria Juventud Peronista. Las mismas responden a varios factores entre los que subraya: la imagen del niño peronista, construida durante el gobierno de Perón que negaba a los jóvenes del momento su potencial político relegándolos para “el futuro”; la imagen negativa construida en torno de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y, tal como adelantara, la construcción de un relato mítico que la omite. Acha concluye que efectivamente hubo una Juventud Peronista previa a la que surgió en los albores del golpe militar que derrocara a Perón, de tiempo breve pero no por eso menos importante. Surgida en los meses que rodearon la reelección de Perón en noviembre de 1951, durante la campaña del Almirante Teisaire para llegar a la vicepresidencia, tuvo su fin junto al gobierno peronista.

Un factor importante de su negación fue la traba interna en el propio peronismo que dificultaría el surgimiento de la Juventud Peronista como actor político, aunque ya en occidente se estuviera dando la estructuración de la juventud como sujeto social diferenciado en tanto etapa específica de la vida. Se establece allí una segunda hipótesis: es en el seno del peronismo en el poder donde se niega el carácter de sujeto político a la juventud, subsumiéndola a las actividades deportivas y asociativas. Cuando el escenario político cambia a mediados de la década del cincuenta, y la caída del peronismo era inminente, ya era tarde para ello. Probar esta idea mediante el relevamiento de fuentes periodísticas, de los órganos de funcionamiento del Partido y de los discursos de Perón, estructura gran parte del desarrollo siguiente del texto.

Apela además aquí a un breve recorrido del siglo para afirmar que la noción de juventud política precede al tiempo peronista retrotrayéndose prácticamente a principios de siglo. Para las décadas de 1930 contaban ya las juventudes ligadas al socialismo, el anarquismo, el radicalismo, el comunismo, a sectores de la derecha y el catolicismo, con un desarrollo dispar pero considerable y con una presencia real en las calles en los momentos de surgimientos del peronismo. A esta altura, la juventud ya era percibida como problema social y en Argentina comenzaría a ser catalogada en términos de clase y cultura. Distinción particularmente aplicada a los jóvenes de las clases populares que se integrarían al peronismo desde las jornadas de 1945, mientras que los jóvenes universitarios serían abiertamente antiperonistas. En este punto Acha nos entrega una piedra de Rossetta del siglo XX argentino: con la salida de los jóvenes a las calles durante el primer peronismo, comienza a imponerse una distinción en la juventud, que traccionará hacia el peronismo la descalificación de lo juvenil de corte popular: ya no serán considerados “jóvenes” sino “muchachones”. Constituye ésta una clave interpretativa que el autor anuncia y que invita a ser profundizada aún más, no sólo para entender un período histórico específico, sino porque nos otorga indicios de un modo de comprender la compleja trama social tejida a partir del derrotero peronista, muchas veces teñido de preconceptos y prejuicios académicos y políticos.

En lo que refiere a la puesta en práctica del ideario de Perón en torno a la juventud, Acha afirma que Perón y sus equipos técnicos tuvieron como proyecto la creación de una nueva infancia y juventud a través de modificaciones en el ámbito educativo, que trasladaría inmediatamente a la juventud como actor del futuro, no de aquel presente. Con ese marco, el proyecto peronista de integración social esperaba integrar a los jóvenes a partir de un triple enfoque de: incorporación al mercado laboral, educación moral y actividad deportiva. Como el peronismo se asumía a sí mismo como el fundador de un nuevo orden social futuro, superador de partidos políticos, a la infancia y la juventud le depararían la organización corporativa o asociativista, claramente no política.

Aquí el texto pone luz de alerta en ciertos sentidos comunes académicos sobre el peronismo. Para el autor, el asociacionismo favorecido por el peronismo no respondió a un uso meramente manipulatorio o totalitario, sino que responde a la lógica principal del poder peronista por el cual Perón esperaba obtener una estructura piramidal que permitiera la conciliación del conjunto de la sociedad a los fines de la armonía social. Este era el espíritu de su “comunidad organizada” en la que la juventud tendría su lugar predestinado como “nueva generación” renovadora de la Argentina. Con este cuadro de situación, durante los años de Perón en el gobierno, la Juventud Peronista navegaría entre lo político y lo apolítico. Proceso organizativo en el que el autor identifica dos fases sucesivas.

1951 sería el año de su conformación pero aún como un proceso débil y múltiple. Como viéramos, en su argumentación Acha destaca ciertas dificultades políticas, históricas y culturales que presenta la Juventud Peronista para traducirse en una matriz de organización política clara. En este sentido, afirma que los procesos electorales de ese año funcionaron como factor fundamental para el nucleamiento y expansión de la organización de los jóvenes, con la creación del Movimiento Juvenil Peronista (MJP) con ambiciones de alcance nacional. Allí tiene lugar la primera fase de la Juventud, que no era considerada aún una organización política propiamente dicha, con capacidad estratégica propia dentro del movimiento, sino subsumida a los actores políticos mayores. Para 1952 surge el nombre alternativo de Movimiento de la Juventud Peronista, que marca con su redefinición conceptual, lo que el autor denomina “la fundación subjetiva” de una Juventud políticamente relevante, dando pie al comienzo del proceso organizativo, que contó con las resistencias de propios y ajenos. Como tal no estaba integrada al esquema del Partido Peronista. Para 1954, dado el alcance nacional que había alcanzado, ya era evidente la necesidad de autonomización y acumulación política. Siendo esto contrario al ideario “peroniano” y a los hábitos del Partido es desarticulada. A partir de allí tuvo lugar la segunda fase, en un momento en que crecía la conflictividad entre el peronismo y sus opositores. Estos últimos meses de peronismo en el poder estarían marcados por el crecimiento y visibilidad de un nuevo activismo juvenil necesario para atemperar las circunstancias políticas en defensa de un gobierno cada vez más violentado. Surgirían allí los gérmenes del uso de la violencia en la acción directa dentro del peronismo y la presencia en los espacios públicos, que luego se multiplicarían en los años de la resistencia peronista a la dictadura militar. Siendo estos aportes originales de la Juventud, comenzaba a ser vista por algunos sectores como potencial rama del movimiento lo que generaría fricciones internas.

El advenimiento del golpe militar en septiembre de 1955 dio por tierra con estas fricciones y el reconocimiento debería esperar quince años para efectivizarse. A partir de allí comenzaría un tiempo político muy diferente. Frente a la dictadura militar y el exilio del líder, surge una nueva Juventud revolucionaria e insurreccional. Ésta comenzaría a plantearse como protagonista, partiendo de diferenciarse de su predecesora e instalándose como fundadora de un nuevo tiempo y de una nueva política peronista, pero esta vez con verdaderas y visibles pretensiones de autonomía. Con el tiempo sería asociada a un relevamiento generacional, lo que sería llamado por el propio líder el “trasvasamiento generacional”. Tanto la historia académica como aquella constituida por las memorias de los militantes ligados a esta nueva Juventud confinarían así al olvido, la negación o la invisibilización de la primigenia Juventud.

Vuelve Acha nuevamente aquí a una de sus argumentaciones iniciales. Fue fundante para los nuevos militantes erigirse como actores autónomos tanto política como simbólicamente, desconociendo o repudiando los procesos de organización previos de la otra Juventud. También, por qué no, cuestionando subrepticiamente o explícitamente la autoridad de Perón. Se instituirían así como nueva “generación política” y darían cuerpo a lo que con el tiempo sería el mito masivamente aceptado sobre la historia del peronismo. Este relato mítico fue eficaz y funcionó como herramienta de legitimación política dentro del propio peronismo, transmitido como memoria de una generación y devenido relato de orígenes. Para Acha el mito, en tanto narrativa, supone una operación política y por ende, un instrumento de disputa en un campo de fuerzas en competencia. Acha sintetiza el mito desde su carácter instrumental, y he aquí un argumento de su obra que podría ser revisado. Como diversas disciplinas han propuesto ya, los mitos no sólo refieren a la legitimación de una posición en una disputa, en este caso política, aunque este pueda ser sin dudas un núcleo constitutivo de los mismos. También se entrelazan con aspectos valorativos, afectivos, cognitivos, de cualquier colectivo social, que son especialmente sobresalientes en el peronismo, al que sus propios militantes consideran más que una identidad política una identidad cultural. Para el autor, a través del mito sobresalen los rasgos de la nueva Juventud: nacimiento en el “desierto”, inocencia revolucionaria y mística antiinstitucional. Diferenciándose sobre todo moralmente de la experiencia juvenil anterior considerada traidora y burocrátizada, establece una matriz de refundación del peronismo. Esta nueva juventud formaría parte de la emergencia de pequeños y diferentes grupos, lento proceso de convergencia de diferentes núcleos juveniles que conformó en 1959 una Mesa Ejecutiva de la Juventud Peronista y que lograría finalmente plasmarse generacionalmente dada una aspiración de acumular poder propio. La negación de la precedente juventud jugó a favor de este proyecto generacional dando forma al relato identitario que suprimía una historia originaria propia del período 1945-1955. Como cierre es importante señalar que, tal como esperamos dar cuenta aquí, el texto no sólo indaga en la caracterización política de la inicial Juventud Peronista, sino que también aporta argumentaciones en clave histórico-cultural sobre su confinación al olvido como indicios para pensar procesos históricos y conflictos nacionales más amplios.

Maria Luz Silva – Antropóloga. Profesora de la Universidad Autónoma de Entre Ríos. Doctoranda en Humanidades y Artes con mención en Antropología de la Universidad Nacional de Rosario. Becaria CONICET.

MAPU o la seducción del poder y la juventud. Los años fundacionales del partido-mito de nuestra transición (1969-1973) | Cristina Moyano Barahona

El libro que reseñamos pone en la palestra la política encarnada en las vivencias y configuraciones simbólicas y discursivas de un grupo de sujetos, en uno de los períodos más álgidos de la historia chilena, en el cual se daba “una poco común confluencia de factores de larga y corta duración” (Grez). Es allí que emergió con fuerza juvenil el Movimiento de Acción Popular Unitaria, MAPU. Cristina Moyano, como esboza el título del libro, presenta una investigación en torno a este partido en su período fundacional, dando cuenta de un cúmulo de problemáticas, en las que destacan, la tensión reforma/revolución al interior de las izquierdas, la convergencia cristianismo-marxismo y, a la que la autora da mayor énfasis, la conformación de una cultura política que se mantiene latente en la memoria colectiva, a varios años de la desaparición estructural de este referente. De allí la discusión que hace a Jocelyn-Holt resucitar al MAPU, situándole en posiciones hegemónicas en la administración de Frei Ruiz-Tagle, y encarnando en ellos el paradigma de la renovación (“del avanzar sin transar al transar sin parar”) y el sociólogo Eugenio Tironi que ha oficiado en sus escritos el responso de esta organización (véase como ejemplo el prólogo del libro). Leia Mais

Juventude em conflito com a lei – PAIVA (E-CHH)

PAIVA, Vanilda; SENTO-SÉ, João Trajano (Org.). Juventude em conflito com a lei. Rio de Janeiro: Garamond, 2007. 280p. Resenha de: LOBO, Leylane Cabral. Especiaria – Cadernos de Ciências Humanas, Ilhéus,  vs. 12 e 13, ns. 22 e 23, p.395-400, jul./dez. 2009 e jan./jun. 2010.

Tem sido comum o enfrentamento do aumento dos casos de violência praticados por crianças e adolescentes com a utilização de medidas repressivas, meramente punitivas, em detrimento de ações educativas que visem à diminuição de atos infracionais.

O uso extensivo e arbitrário de medidas socioeducativas de restrição de liberdade não tem servido para transformar a vida daqueles que enveredam pelo caminho da criminalidade. Encerrar jovens que cometeram pequenos delitos juntamente com outros que praticaram infrações mais violentas em nada contribuiu para a diminuição da prática de atos infracionais por adolescentes.

Igualmente importante é reconhecer que não necessariamente os adolescentes cometem crimes mais graves que os adultos. Nas últimas décadas, os meios de comunicação, em geral, e setores mais conservadores da opinião pública reivindicaram mudanças no Estatuto da Criança e do Adolescente (ECA) amparados no argumento de que os adolescentes, devido à sua condição de imaturidade emocional e cognitiva, são autores de atos criminosos mais violentos e recebem medidas brandas Pesquisas desenvolvidas nas últimas décadas, evidenciaram, entretanto, que o perfil dos crimes cometidos por adolescentes no Brasil não se diferencia significadamente dos praticados por adultos e que, ao contrário do que se apregoa, a lei prevê punição aos adolescentes que praticam atos violentos, cabendo, entretanto, ao judiciário aplicá-las.

É necessário reconhecer que a adolescência é uma fase da vida específica, marcada por profundas mudanças no processo de seu conhecimento interno, na formação de caráter e na construção de sua personalidade.

No Brasil e no mundo, os jovens vêm sendo os principais perpetradores das formas mais graves de violência. E têm sido também suas principais vítimas. Com a criação do Estatuto da Criança e do Adolescente (ECA), em 1990, os infantes e os adolescentes passaram a ser considerados sujeitos de direito e com deveres, e a estar amparados por lei, entretanto, essa mesma lei não vem sendo cumprida em sua integralidade. As medidas socioeducativas deveriam reeducar e integrar esse jovem à sociedade, contudo, atualmente ela tem sido usada de forma extremamente punitiva e repressora.

O livro Juventude em conflito com a lei é uma importante publicação que traz para o debate diversificadas questões sobre a relação de adolescentes com a prática de crimes. O livro foi elaborado a partir das discussões ocorridos no Seminário Internacional “Juventude em conflito com a lei” e retrata a realidade das práticas de medidas socioeducativas e sua eficácia na reintegração desse jovem à sociedade, trazendo à tona uma descrição crítico-analítica das intervenções e dos projetos de instituições públicas e privadas com relação à juventude e suas desordens sociais, retratando a busca pela reeducação desses jovens e, principalmente, seu processo de mudanças em relação às práticas criminais. Aborda uma conjuntura de fatores que influencia o aumento dessas práticas violentas por crianças e adolescentes, onde várias questões sociais interferem em sua evolução, tendo como principal aspecto o tráfico de drogas. A professora Vanilda Paiva e o professor João Trajano Sento-Sé, organizadores da coletânea, apresentam reflexões sobre a temática juvenil e as medidas socioeducativas, principalmente no contexto do Rio de Janeiro, entretanto, pontuam casos de outras localidades.

O livro é trabalhado em três momentos, além da introdução, e contém quinze textos de autores que possuem vasta experiência e conhecimento da temática. A abordagem está focada na prática de violência por crianças e adolescentes, destacando as atividades culturais e educacionais destinadas aos jovens que praticaram infrações, a eficácia dessas medidas, além de englobar uma visão histórica dessas ações. Trata a questão de forma original, utilizando uma visão contextualizada e pontuando não só suas práticas, mas explanando aspectos das relações sociais que englobam os aspectos psicológicos, físicos e biológicos.

No texto de introdução, elaborado por Paiva, é apresentado o contexto complexo das temáticas abordadas no livro. De forma descritiva, tece uma ligação entre os textos revelando os contextos de sua elaboração, pré-definindo posicionamentos dos autores quanto às infrações cometidas por crianças e adolescentes.

O primeiro momento, “Pesquisa e ação social entre jovens em conflito com a lei”, enfatiza dados de pesquisas constituídas na área de violência juvenil e a efetivação das práticas socioeducativas de reinserção desse jovem na sociedade, e é composta por quatro seções que têm como autores Paiva, Soares e Duarte, Potengy e Calheiros e Soares. Aborda a precariedade da estrutura funcional destinada a jovens infratores, relata os resultados de pesquisas e faz um mapa do contexto histórico da ação de legitimação da punição.

O segundo, individualizado como “Outras visões do problema”, elenca sete seções e tem textos de: Dubar, Heitmeyer, Misse, Gonçalves, Sento-Sé, Teixeira e Lacey. Apresenta um olhar sociológico da compreensão da delinquência juvenil, questionando suas funções e interação. Destaca as possíveis causas e consequências, além de propor a prevenção do fator potencial que gera a violência juvenil, (o tráfico de drogas). A partir de projetos de pesquisa, retrata a prática da punição e não da inserção; o uso da violência como reivindicação, as mudanças no conceito de violência e o aumento da repressão ao jovem.

“O projeto e seus atores”, é o terceiro ensejo, ele traz Botelho, Silva, Paiva e Porfírio, através de seus escritos, e expõe as ações dos CRIAMs, e relatam projetos “bem sucedidos” sobre a valorização da família na reinserção desse jovem e as características conceituais da juventude.

Os autores analisam a violência praticada pelos jovens como uma característica comum a essa fase da vida que busca desafios, novas experiências e a quebra de barreiras e/ou regras, constatando que as “revoltas” dos jovens expressam o descontentamento, em que várias questões sociais interferem nessas ações, e não só propriamente a miséria e as desigualdades. Enfatizam a influência de outros elementos que alimentam as mudanças, como a busca por uma identidade e a auto-afirmação perante a sociedade. Entretanto, mesmo quando assumem essa posição de agressores, o fazem num contexto de dúvidas, questionamentos, imposições, o que por si só já lhes ressalva o “papel” de vítima.

Contudo, na maioria das vezes, as respostas estão centradas em posicionamentos e ações exclusivamente punitivas.

A violência praticada por jovens tem sido uma temática que vem merecendo destaque na sociedade brasileira nos últimos anos. Essas práticas violentas perpetradas por jovens vêm fazendo parte do cotidiano das escolas, das ruas e fazendo parte da agenda dos jornais. Os autores vão mais além desta constatação e mapeiam as causas e consequências do crescimento dessas práticas, contestando o que está sendo feito para lidar com esse movimento de ‘quebra’ das leis e regras sociais.

Traçando um panorama da aplicação das medidas socioeconômicas os autores defendem o “tratamento” desses jovens infratores de forma humanizada, em que a família, a comunidade e o Estado trabalhem em cooperação em prol da conscientização e reinserção desses jovens à sociedade. Tendo por meta também promover ações a fim de impedir os consequntes esteriótipos e condutas que visem à marginalização marginalizada desses jovens, visto que é natural serem classificados como com conduta considerada como nata, própria da pobreza, destituída de moralidade, e este seria um fator que implicaria na reincidência criminal.

O livro instiga o leitor estudioso ou interessado na temática e o atualiza sobre o que está sendo feito no sentido do enfrentamento da questão por autoridades, educadores e pesquisadores.

Além de evidenciar questões de fundo, como a necessidade de cobrar do Estado sua parcela de contribuição na luta para tirar essas crianças e adolescentes de práticas criminais; o aumento da repressão como gerador do aumento da violência; a influência da massificação do consumo pela mídia na colaboração para a reprodução da violência juvenil; além da situação complexa dentro dessas instituições, onde “aglomeram-se” jovens de várias organizações criminais em um mesmo espaço sem garantir sua segurança. Ponderando essas questões que caracterizam um contexto específico, podemos, na maioria das problemáticas, generalizar as características para o plano nacional e mundial, e lendo as descrições do livro podemos encontrar vários traços que podem ser atribuídos aos jovens de nossa realidade.

É um trabalho importante, que deve ser reservado como fonte de consulta permanente, especialmente para aqueles que se propõem a fazer análises acerca dos atos infracional praticados por jovens em seus mais diferentes aspectos. Pela riqueza dos relatos, pela cuidadosa seleção dos conteúdos trabalhados e pela transparência das ideias, o livro permite a mediação e a reflexão de profissionais das áreas jurídica, educacional, sociológica, entre outras, auxiliando numa discussão aberta da temática destacada.

Assim, pode ser dito, que o livro é uma contribuição fundamental, pois utiliza a análise reflexiva e formadora de um posicionamento que visa proteger a infância e juventude do “julgamento” coercitivo e da esteriotipização de marginalidade.

É necessário entender o contexto sócio-histórico dos jovens autores de ato infracionais e tentar compreender o aparecimento desse fenômeno, buscando encontrar soluções efetivas, pois a aplicabilidade da punição não parece ser uma “solução” efetiva e viável, já que produz como efeito a exclusão e não da reintegração desse jovem à sociedade.

Leylane Cabral Lobo – E-mail: [email protected]

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