Ecología y subsistencia de los cazadores-recolectores en el Campo de Dunas del Centro Pampeano – NAHUEL (IA)

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SCHEIFLER Nahuel A. Scheifler/noticiasdoce.com.ar/2014.

SCHIFLER N A Ecologia y subsistencia de los cazadores recolectores cazadores-recolectoresSCHEIFLER A. Nahuel. Ecología y subsistencia de los cazadores-recolectores en el Campo de Dunas del Centro Pampeano. Buenos Aires. Sociedad Argentina de Antropología, 2019. 272p. Resenha de: FRONTINI, Romina. Zooarqueología en el Campo de Dunas del Centro Pampeano: nuevos aportes para comprender la subsistencia durante el Holoceno medio y tardio. Intersecciones en Antropología, Buenos Aires, v.1, n.21, p.113-114, 2020.

El libro Ecología y subsistencia de los cazadores-recolectores en el Campo de Dunas del Centro Pampeano, de Nahuel Scheifler, deriva de un trabajo de investigación de cinco años como parte de la tesis doctoral del autor. En él se aborda la subsistencia de los grupos nativos durante el Holoceno medio y tardío en el sistema Lagunar Hinojo-Las Tunas y en la Depresión de Vallimanca, sectores en los que las investigaciones sistemáticas eran escasas hasta el momento.

El libro se estructura en diez capítulos. En el capítulo 1, el autor realiza el planteo general del tema ubicándolo espacial y temporalmente. Sintetiza los antecedentes de las primeras investigaciones en el sector de estudio, desarrolladas a partir de la década de 1930, y enuncia los objetivos de la investigación. La aproximación al tema de estudio es realizada desde la zooarqueología, con énfasis en la tafonomía, lo que permite evaluar el grado de resolución e integridad de los ensambles bajo estudio.

En el capítulo 2, Scheifler expone que la ecología del comportamiento humano y, específicamente, el modelo clásico de amplitud de la dieta constituye el marco teórico y conceptual a partir del cual serán interpretados los datos. Este marco teórico, ampliamente desarrollado en arqueología, resulta operativo para evaluar las estrategias de adaptación de los grupos que habitaron el Campo de Dunas Pampeano en relación con las características y fluctuaciones del ambiente. De este modo, y sobre la base de información ambiental, biológica y etnográfica, el autor formula una jerarquización de los recursos animales de la Región Pampeana, en la cual el guanaco es la especie de mayor importancia, seguida por el venado de las pampas, el ñandú, el armadillo y otras especies de menor porte.

En el capítulo 3 se desarrollan la caracterización geomorfológica y ambiental del sector bajo estudio y las variaciones de las condiciones ambientales durante el Holoceno. Esta información es articulada con la historia del poblamiento humano en la Región Pampeana (Capítulo 4) y con la jerarquización de los recursos faunísticos presentada en el capítulo 2, para formular las hipótesis de trabajo (Capítulo 5).

La descripción de la metodología del análisis arqueofaunístico y tafonómico se presenta en el capítulo 6, e incluye una serie de herramientas metodológicas (índices de riqueza, heterogeneidad y equitatividad taxonómica) apropiadas para dar respuesta a las preguntas de investigación. En el capítulo 7, el autor presenta la información estratigráfica, cronológica y del contexto arqueológico de los tres sitios estudiados: La Susana 1, Huencú Nazar y Laguna Cabeza de Buey 1. Para cada uno de ellos se presenta apoyatura gráfica (esquemas de plantas de excavación, fotos de paisaje, gráficos de distribución de materiales) que facilitan el acceso a la información.

La integridad y resolución de los conjuntos arqueológicos es abordada a partir de la comparación de diferentes variables tafonómicas que permitieron establecer variabilidad en los conjuntos en relación con los procesos culturales y naturales de formación de los sitios (Capítulo 8). De este modo, el autor pudo identificar claramente el origen humano de ciertos restos y el rol mixto en la depositación de especies pequeñas.

En el capítulo 9 se desarrolla la contrastación de las hipótesis sobre la base de la información presentada, a partir de la comparación inter- e intrasitio desde una perspectiva temporal. De este modo, el autor da cuenta de las variaciones temporales ocurridas en la amplitud de la dieta de los grupos cazadores recolectores y su vinculación con las fluctuaciones en el clima y en la disponibilidad de los recursos de mayor rango.

En el capítulo 10, integra la información novedosa generada en este libro con los antecedentes regionales y discute, a la luz de las nuevas evidencias, los modelos de subsistencia propuestos para la región.

Múltiples aspectos de esta obra son destacables. Uno de ellos es que permite diversos niveles de lectura. Un primer nivel está vinculado estrictamente con la información arqueofaunística original presentada en este volumen, minuciosamente descripta y que resulta muy valiosa para llenar un vacío de información en las investigaciones de la Región Pampeana. De esta manera, la obra contribuye a avanzar en el conocimiento de los modos de vida de los grupos nativos durante el Holoceno. De las interpretaciones realizadas se pone de manifiesto que la relación de los grupos con su ambiente debe ser abordada y comprendida en rangos espaciales significativos para los hombres y que las unidades de análisis tomadas son pertinentes para dar cuenta de los mecanismos adaptativos en un área particular. Las decisiones humanas en el pasado generaron adaptaciones múltiples de acuerdo con las circunstancias puntuales.

Otro nivel de lectura, más general y que puede ser de interés para un público amplio y no especialista, está dado por la síntesis de la información arqueológica disponible sobre el poblamiento de la Región Pampeana. La manera de organizar la información constituye una adaptación de la propuesta de Zangrando (2009) e incluye una división de la historia en tres grandes etapas: Ocupación pionera, Regionalización e Intensificación, que resultan operativas para sistematizar la información disponible. De este modo, el texto resulta en un capítulo de síntesis actualizado y relevante para un público amplio que puede incluir estudiantes y jóvenes en formación.

Otro aspecto para destacar es que esta obra, tal como lo expresa el autor, no está cerrada, sino que constituye un punto de partida. Es el inicio, con sólidas bases, de propuestas interpretativas que contribuyen al conocimiento de la arqueología de la Región Pampeana pero que deben ser contrastadas y redefinidas con el avance de las investigaciones. Celebro las expectativas del autor para repensar sus propuestas cuando exista nueva información que ponga de relieve la característica dinámica del conocimiento científico.

Por último, tengo la convicción de que esta obra tendrá un rol destacado en la historia de las investigaciones en la Región Pampeana y se transformará en un texto de consulta permanente, y en un referente por su sistematicidad y claridad en la expresión de las ideas. Resulta un aporte de excelencia para la arqueología regional, ¡los invito a disfrutarla!

Romina Frontini[email protected] Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Departamento de Humanidades, Universidad Nacional del Sur, Argentina Zooarqueología en el Campo de Dunas del Centro Pampeano: nuevos aportes para comprender la subsistencia durante el Holoceno medio y tardío Intersecciones en Antropología, vol. 21, núm. 1, 2020 Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires

Referencias

Zangrando, A. F. (2009). Historia evolutiva y subsistencia de cazadores-recolectores marítimos de Tierra del Fuego. Sociedad Argentina de Antropología.

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l Sitio Chenque I. Un cementerio prehispánico en La Pampa occidental. Estilo de vida e interacciones culturales de cazadores recolectores del Cono Sur americano – BERÓN (IA)

BERÓN, Monica (Comp.). El Sitio Chenque I. Un cementerio prehispánico en La Pampa occidental. Estilo de vida e interacciones culturales de cazadores recolectores del Cono Sur americano. Buenos Aires: Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires, sd. 532p. Resenha de: DILLEHAY, Monica. Violencia, salud y vida social expresada en patrones mortuorios de cazadores y recolectores de La Pampa. Intersecciones en Antropología, Buenos aires, v.20, n. 2, ago./ dic., 2019.

Mónica Berón y sus colegas presentan un excelente análisis interdisciplinario de las prácticas de entierro para explorar las relaciones de salud, sociales y demográficas de los cazadores y recolectores en el cementerio de Chenque I en el Parque Nacional de Lihué Calel en La Pampa occidental.

El sitio data de hace 1050 a 290 años, con un hiato entre 700 y 400 AP, probablemente debido a la sequía y el abandono en la zona. Los datos son únicos en calidad y detalle debido al énfasis en el uso a largo plazo, pero intermitente, del cementerio comunal. Al ver los entierros en el cementerio como elementos activos de distintos grupos sociales a lo largo del tiempo, los autores analizan un conjunto de datos locales que demuestran el uso de ciertas tradiciones de entierro y las diferencias socioculturales, y cómo ciertos factores afectaron la deposición y preservación del entierro. Además, las prácticas mortuorias expresan una igualdad social abierta y una membresía comunitaria más inclusiva a medida que los niños se incorporaban al cementerio.

En general, los datos de entierro sugieren los cambios diacrónicos en el género, las definiciones de grupos sociales y la salud, aunque en tiempos históricos tempranos se muestran estados sociales ligeramente diferentes, pero no tanto entre los sexos como entre las edades.

Más específicamente, el diseño espacial de los entierros –principalmente en forma de paquetes discretos temporalmente– y el tratamiento de cuerpos en Chenque I demuestran varias fases de desarrollo. En las fases iniciales, los entierros eran primarios simples, secundarios simples y múltiples y disposiciones simples. Para las fases posteriores, los entierros más complejos están presentes en forma de primarios dobles y presentan diferentes formas de tratamiento de los cuerpos. Los entierros posteriores se agrupan, mientras que los más tempranos se colocan al azar, y los posteriores muestran una progresión hacia una mayor complejidad social.

Uno de los períodos más interesantes de la práctica mortuoria es entre 400 y 290 AP, el período histórico, cuando hay más violencia evidenciada en los huesos y cuando los muertos, en su mayoría, estaban envueltos con pieles pintadas adornadas con cuentas de materias primas malacológicas. También, la falta de entierros intrusivos de periodos sucesivos y la separación espacial de los grupos de entierros en diferentes paquetes sugieren que el cementerio representa un lugar de memoria y posiblemente un conocimiento de dónde se ubicaron los entierros anteriores.

Berón examina bienes y adornos (e.g., tocados, cuentas, metales) asociados con los cuerpos, que en ocasiones incluyen materiales exóticos importados como turquesa, cobre nativo, cobre estannífero y plata, derivados a través de adquisiciones directas y, más probablemente, “down-the-line”, intercambio presumiblemente de los Andes del noroeste de Argentina o del sur de Bolivia. La presencia de metal a partir de 1000 años es la más temprana en las regiones pampeana y patagónica. El estudio de Cimino y Pastorino (pp. 263-284) sobre la malacología de las cuentas demuestra la importación de conchas de los océanos Pacífico y Atlántico. Hay tocados que demarcan a ciertos individuos, en un caso especial tal vez un guerrero. Diferentes tratamientos de entierro y adorno están presentes para niños y adultos. En resumen, se analiza el papel de los tipos de bienes y adornos para la identificación sociocultural, y el análisis de los bienes y sus asociaciones con cuerpos de diferentes sexos y edades es especialmente exitoso. El estudio detectó algunas pruebas de estatus de individuos y mostró diferencias en los que recibieron un tratamiento de entierro ligeramente especial, como el posible guerrero.

El análisis de la salud es algo diferente de otros temas examinados, ya que señala con poca frecuencia las diferencias de edad y sexo entre los cuerpos.

El estudio de Luna (pp. 101-136) sobre el perfil de mortalidad revela lo que parece ser un número excesivo de jóvenes enterrados, con un gran número de muertes antes de los 10 años. Aunque casi la mitad de la población total nunca llegó a la edad adulta, muchos otros murieron entre los 20 y 40 años de edad, en concordancia con los perfiles de mortalidad de otras sociedades de cazadores-recolectores prehistóricos de todo el mundo. La edad promedio en el momento de la muerte no cambió drásticamente con el tiempo o incluso difirió mucho entre hombres y mujeres adultos.

El análisis de hipoplasia del esmalte, caries, hiperostosis porótica / cribra orbitalia, periostitis y, en particular, trauma / fracturas, produjo algunos resultados interesantes. La cantidad de daño post mortem a los esqueletos, especialmente en el ambiente seco del desierto del sitio, es algo sorprendente. Los estudios de Di Donato (pp. 137-164) y Oliva (165- 176) sobre los huesos, la entomología y otros análisis revelan daños significativos en algunos casos. El estudio de Aranda y Araujo de paleoparásitos (pp.

327-340) también indica alteraciones considerables de los huesos. Además, Diana (pp. 341-365) estudió el estrés físico en los huesos adultos, que mostró diferencias por edad y sexo que se relacionan principalmente a diferentes tareas de trabajo. Luna y Aranda (pp. 419-452) también revelaron diferentes patrones bucales a lo largo del tiempo y por edad y sexo. El estudio de Musaubach y Babot (pp. 397- 418) de los microrresiduos en los dientes reveló el consumo de Bromus y otras plantas comestibles.

Uno de los patrones más notables del registro de entierros de Chenque I, especialmente en los últimos tiempos, es la evidencia de violencia y guerra. Al parecer, hubo dos períodos de conflicto mayor: 1050-700 AP, cuando dicho conflicto pudo haber sido más restringido y regional, y 435-290 AP, cuando hubo una interacción intergrupal más intensa y una contienda interétnica más amplia, que es el período colonial. En esta última etapa, la violencia puede haberse asociado con una mayor movilidad, la llegada de nuevos grupos y la disputa por las rutas de intercambio en los Andes hacia el oeste, con un mayor contacto entre diferentes grupos de diferentes áreas (especialmente la región de Araucanía y Chubut). Los estudios de Barberena et al. (367-395) sobre los isótopos confirman la presencia de entierros locales y no locales y sugieren un movimiento transandino entre el este u oeste durante el último período. La presencia de adornos de concha marina de los océanos, tanto del Pacífico como del Atlántico, también sugiere un movimiento y/o intercambio entre el este u oeste. Sin embargo, como se señaló anteriormente, debe haber habido algún intercambio y movimiento hacia el norte, como lo sugiere la presencia de turquesa y cobre.

El estudio de los artefactos líticos por Velárdez (pp.173-223) y Carrera Aizpitarte (pp. 225-262) revela la diversidad tecnológica y las materias primas derivadas de fuentes locales y no locales; también evidencia la movilidad y el intercambio entre áreas.

En un capítulo al principio del libro, Molinari (pp. 49-74) analiza la comunidad moderna de Lihué Calel y su participación en la arqueología del parque nacional y en el patrimonio cultural en general.

El libro termina con una larga discusión entre Guastavino, Berón y Di Biase (pp. 497-525) acerca de temas similares, que muestra que el sitio del cementerio no solo es para los muertos prehistóricos sino también para la sociedad actual.

Este estudio mostró que la sociedad de cazadores- recolectores de la Pampa occidental no era tan simple como podríamos haber imaginado. Con la metodología interdisciplinaria y la base de datos presentada para Chenque I, los arqueólogos pueden comparar el sitio con diferentes características de entierro en otros sitios, utilizando una variedad de factores y períodos de tiempo para obtener una imagen más clara respecto de si otras sociedades de cazadores y recolectores en el Cono Sur y en otros lugares osciló en composición social y complejidad a lo largo del tiempo. A lo largo de la historia, muchas sociedades de cazadores y recolectores en todo el mundo parecen haber pasado de niveles más bajos a niveles más altos de complejidad social.

La metodología del libro también es útil por su configuración intertemporal, que permite a los investigadores de Chenque I ajustar bien las identificaciones temporales y culturales de las diferentes fases de uso del sitio. En resumen, el libro pretende ser una nueva línea de base para los estudios de enterramiento en el Cono Sur (y en otros lugares), en los que los académicos pueden usar los datos resumidos y las tendencias de enterramiento para explorar estos problemas y analizar de manera más sistemática los diferentes sitios, períodos y culturas.

Al final, al igual que con cualquier estudio a gran escala, hay problemas y nuevas preguntas sin respuestas. Por ejemplo, me gustaría haber visto más información sobre los patrones de asentamiento locales o regionales que relacionen el cementerio con otros tipos de sitios, especialmente con cualquier sitio residencial conocido posiblemente vinculado a Chenque I. También pensé que debería haber un análisis más comparativo del sitio con otros cementerios de cazadores-recolectores en todo el continente, especialmente con respecto a la violencia doméstica e intergrupal. También se necesita más explicación del significado de los paquetes de entierro separados. Finalmente, quizás en el futuro se puedan realizar análisis genéticos en una muestra de individuos de diferentes paquetes para probar sus afinidades locales y no locales.

A pesar de estas pocas preocupaciones, el libro de Berón y sus colegas trata sobre uno de los mejores y más minuciosamente investigados sitios de cementerios de cazadores-recolectores prehistóricos e históricos en América del Sur. Es una lectura obligada para profesionales y estudiantes interesados en este nivel de la sociedad indígena y específicamente en los patrones mortuorios. Este volumen establece un nuevo estándar para investigaciones científicamente rigurosas que se acompañan de interpretaciones intuitivas de la base de datos y asociaciones con la comunidad viva local. Todos los capítulos están bien concebidos y repletos de datos empíricos. Berón y sus colegas también son diligentes en revelar cualquier sesgo y el contexto dentro del cual se acercan al registro arqueológico.

Sería refrescante si presenciáramos mucho más de este tipo de arqueología.

Tom D. Dillehay – Universidad de Vanderbilt, EEUU, Department of Anthropology / Universidad Austral de Chile, Puerto Montt, Chile, Nashville, TN 37325, Estados Unidos. E-mail: [email protected].

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Mil 1499: O Brasil Antes de Cabral – LOPES (RA)

LOPES, Reinaldo José. 1499: O Brasil Antes de Cabral. Rio de Janeiro: Harper Collins, 2017. 248p. Resenha de SOUZA, João Carlos Moreno de. Resenha de: SOUZA, João Carlos Moreno. Revista de Arqueologia, v.31, n.1, 2018.

Reinaldo José Lopes é jornalista científico, escreve para a Folha de São Paulo e é autor do blog ‘Darwin e Deus’. A publicação de matérias de temas arqueológicos é muito frequente, e tornam o autor um dos maiores divulgadores do conhecimento arqueológico para o grande público a nível nacional, e ‘1499: O Brasil Antes de Cabral’ é uma prova disso.

O livro se propõe a realizar um apanhado geral da história pré-colonial do território atualmente conhecido como Brasil. O autor, no entanto, pouco escreve sobre as ocupações mais antigas que 14 mil anos atrás ou sobre o povoamento inicial da Américas, provavelmente para evitar ir de frente ao consenso da arqueologia norte-americana, começando a retratar a (pré-) história do Brasil a partir de 13.500 anos antes do presente. É importante notar que as idades mencionadas no livro são idades calibradas e podem dar a impressão de serem equivocadamente mais antigas do que costumamos ver em outras obras não acadêmicas, quando na verdade foram representadas de uma forma mais acurada.

A introdução do da obra realça o fato de que o entendimento que possuímos atualmente sobre o passado da humanidade é nitidamente diferente e muito mais detalhado do que tínhamos há poucos anos atrás e explicita a importância que os estudos sobre o passado humano têm nas sociedades atuais. Os próximos seis capítulos do livro são focados em realizar um apanhado cronológico dos grupos de primeiros habitantes do território brasileiro.

O primeiro capítulo trata sobre os grupos caçadores-coletores da transição Pleistoceno-Holoceno e Holoceno Inicial. Por um lado, o Lopes retrata muito bem aspectos biológicos destas antigas populações. Por outro lado, ignora os aspectos culturais. As únicas (e raras) menções às mais antigas indústrias líticas e representações rupestres brasileiras são todas relacionadas à microrregião de Lagoa Santa, em Minas Gerais, deixando de lado a associações de diferentes conjuntos de cultura material a diferentes grupos humanos.

Já o segundo capítulo é totalmente voltado aos grupos litorâneos, especialmente os Sambaquis. Mais uma vez, o autor se preocupa em retratar a biologia e a idade destes grupos humanos, mas ignora quase que totalmente os aspectos culturais e materiais destas sociedades. Não são retratadas as indústrias de artefatos de pedra e osso, é mencionada apenas brevemente a construção dos sambaquis, os zoólitos e os aspectos simbólicos dos sepultamentos.

Posteriormente, o terceiro capítulo retrata o início do manejo e domesticação das plantas, com foco na Amazônia. O autor descreve bem as principais hipóteses sobre os processos que iniciaram a domesticação das plantas, mas volta a ignorar a cultura material que acompanha esse novo modo de vida nas populações pré-cabralinas.

O quarto e o quinto capítulo também são voltados à “queridinha” da pré-história brasileira: a Amazônia. Ambos os capítulos, mais uma vez, retratam muito bem as discussões teóricas de complexidade social, política e econômica sobre as populações que ali viviam durante o Holoceno Tardio, e desta vez menciona alguns importantes aspectos de cultura material, como as estruturas de montículos e geoglifos, e a cerâmica tupi-guarani e marajoara.

Ainda, Reinaldo José Lopes, no sexto capítulo, trata de descrever a dispersão dos grupos ameríndios em território brasileiro, baseando-se nas famílias linguísticas destes mesmos grupos. Mais uma vez, o autor se prende na Amazônia, tendo como exceção uma menção aos estudos de grupos Jê em Santa Catarina.

Por fim, Lopes encerra o livro com um epílogo, em que discute como a chegada dos colonizadores (invasores) europeus causou diversos problemas para a sobrevivência das populações que vieram a ser referidas como indígenas, e como a relação entre as sociedades indígenas e a sociedade “moderna” poderia ter sido diferente desde o começo.

A obra não é voltada ao público acadêmico, mas a um público muito mais abrangente. O autor escreve de forma pela qual a leitura flui facilmente, evitando o uso de termos técnicos os quais apenas arqueólogos e outros cientistas entendem. No entanto quando o faz, o autor busca explicá-los de uma forma simples, porém acurada, para que o leitor os compreenda. Quando o autor entende que o assunto tratado no livro é muito complexo para a maioria dos leitores, ele se dá ao direito de realizar pausas para “explicações técnicas” e elucida estes mesmos assuntos, tais como datação radiocarbônica, análise genética, análise isotópica e estudos de complexidade social. Apesar de não ser um arqueólogo, Lopes, enquanto jornalista científico, toma o cuidado para respeitar e utilizar termos que evitam a propagação de estereótipos pré-históricos. Um exemplo disso é a aplicação correta do termo “humanos anatomicamente modernos”, ao invés de Homo sapiens, para se referir aos seres humanos atuais em certos momentos.

As principais falhas do autor estão em retratar a pré-história brasileira com um foco quase que limitado aos aspectos biológicos dos primeiros grupos humanos do atual território brasileiro, e no foco quase que limitado à Amazônia ao tratar de grupos menos antigos. Lopes é muito preciso no apanhado que realiza sobre a pré-história, mas esta poderia ser muito mais acurada se ele tivesse descrito os principais conjuntos de materiais (representações rupestres e indústrias de artefatos líticos e cerâmicos) que levaram arqueólogas e arqueólogos a identificar diferenças culturais em todo o território brasileiro. Talvez em uma segunda edição da obra algumas páginas que descrevam resumidamente a diversidade de cultura material pré-histórica brasileira seja possível.

Apesar das falhas em sua obra, Reinaldo José Lopes claramente tem uma noção excelente da importância da arqueologia para as sociedades atuais e é muito feliz em transmitir esta mensagem. O último trecho da obra é a prova disso, sendo uma perfeita resposta à questão da importância dos estudos de arqueologia pré-histórica brasileira: “A pré-história é a chave para entender estas condições iniciais [de contato de indígenas e europeus] e para demonstrar que o passado profundo do Brasil é tão rico e complexo quanto o do Velho Mundo. Em nome dos herdeiros dele, convém não esquecê-lo” (p. 232). Enfim, ‘1499’ é uma obra que definitivamente despertará o interesse de muitas pessoas à pré-história brasileira e convém ser lida por acadêmicos não arqueólogos que buscam ter uma mínima noção no tema.

João Carlos Moreno de Sousa – PPGArq, Museu Nacional, Universidade Federal do Rio de Janeiro.

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La frontera sur de Buenos Aires en la larga duración – Victoria Pedrotta e Sol Lantieri

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Victoria Pedrotta /norbertomollo.blogspot /

PEDROTTA V La fronrera sur de Buenos Aires en larga duracion cazadores-recolectoresDesde la perspectiva de los estudios de frontera, este libro tiene la particularidad de integrar un diverso conjunto de miradas, que de forma separada e independiente, se han venido desarrollando en relación al estudio de los distintos procesos que tuvieron lugar en la frontera sur de la Provincia de Buenos Aires, particularmente en la zona comprendida por los actuales partidos de Azul, Tapalqué y Olavarría. Gracias a la iniciativa allá por el 2013 de las directoras del libro, Victoria Pedrotta y Sol Lanteri, la obra es fruto de un estrecho trabajo de colaboración entre especialistas provenientes de la antropología social, la arqueología y la historia.

El libro se compone de siete capítulos, para cuya articulación las directoras pensaron en dos ejes temáticos, espacio y territorio, abordados desde una perspectiva multidisciplinar y de larga duración. De este modo, se fijó como propósito general del texto la puesta al día de las investigaciones sobre los procesos de construcción del espacio y el territorio de la frontera sur bonaerense desde tiempos prehispánicos hasta la actualidad. Como veremos a continuación, a través de los sucesivos capítulos el lector podrá interiorizarse en los cambios, las continuidades, los actores sociales, sus prácticas y en la multiplicidad de representaciones de dichos procesos.

El Capítulo 1 “El uso del espacio, la movilidad y los territorios en grupos cazadores-recolectores pre-hispánicos del centro de los pastizales pampeanos” escrito por Pablo G. Messineo, inaugura la obra con un exhaustivo análisis y discusión crítica de la información arqueológica relativa al uso del espacio, la movilidad y los territorios a lo largo del tiempo, por parte de las poblaciones cazadoras-recolectoras en el centro de los pastizales pampeanos. Uno de los aportes más importantes que ofrece este capítulo es, precisamente, la perspectiva espacialmente amplia y de larga duración con la que el autor presenta y discute la evidencia arqueológica.

De este modo, Messineo evalúa las estrategias de los grupos humanos en función de los tres ejes de discusión propuestos al comienzo del capítulo. Para ello considera distintos modelos –económicos, sociales e ideológicos- para dar cuenta de la territorialidad, abarcando desde el Holoceno temprano hasta el período post-contacto y sin perder nunca de vista los cambios resultantes de la dinámica paleoambiental. El enfoque del autor contempla así las tres etapas cronológicas en las que se segmenta el Holoceno, empleando múltiples líneas de evidencia recuperadas a lo largo del tiempo mediante investigaciones arqueológicas en los partidos de Olavarría, Azul y Tapalqué, sumando a esto los contextos de áreas adyacentes.

Victoria Pedrotta en el Capítulo 2 “Recursos, espacio y territorio en las sierras del Cayrú (siglos XVI-XIX, región pampeana argentina)” examina y discute en profundidad la territorialidad y las formas en que ocuparon el espacio las poblaciones indígenas e hispano-criollas de la región pampeana.

Desde un enfoque holístico, la autora presta especial atención a los cambios ecológicos, económicos, sociales y simbólicos resultantes de la introducción de los recursos faunísticos y vegetales por parte de los europeos desde el siglo XVI en adelante. Su área de estudio comprende las denominadas sierras del Cayrú -topónimo que se remonta a mediados del siglo XVIII- y cuya ubicación corresponde al extremo occidental del Sistema serrano de Tandilia (Provincia de Buenos Aires). Es significativo señalar la importancia estratégica que esta área tuvo en las rutas de circulación y en las redes de intercambio y comercio interétnico a lo largo del tiempo. Subrayamos asimismo, la elección de la perspectiva geográfica para definir y abordar los conceptos de territorio y territorialidad, enfatizando el carácter complejo, dinámico y relacional de los mismos. Desde un punto de vista metodológico, es destacable la multiplicidad de fuentes de evidencia de las que se vale la autora para abordar su problemática de investigación. En este sentido, a través de un riguroso y exhaustivo análisis, Pedrotta confronta críticamente variados registros documentales, que incluyen distintos tipos de fuentes escritas así como cartográficas.

Este abordaje se completa a partir del análisis de la diversa evidencia arqueológica disponible para el área de estudio. La articulación entre el enfoque teórico y la perspectiva metodológica seleccionados, imprimen una complejidad y una riqueza indispensables al análisis realizado por la autora y permiten comprender los procesos experimentados y representados por las sociedades indígenas e hispano-criollas en el centro de la Provincia de Buenos Aires.

En el Capítulo 3 “Colonización oficial en la frontera. Azul en el siglo XIX”, Sol Lanteri analiza en detalle las condiciones y los mecanismos implementados, en principio por el gobierno rosista, para poner en práctica la colonización, poblamiento y defensa del actual partido de Azul, sin dejar de discutir los cambios y continuidades de dichas políticas hasta fines del siglo XIX. Como bien señala la autora la expansión hacia el sur de la campaña bonaerense tuvo por finalidad consolidar el dominio del Estado provincial y articular las tierras en un modelo productivo de carácter predominantemente ganadero.

Para llevar adelante su análisis, Lanteri considera de forma conjunta las primeras trazas del pueblo y ejido, el área rural y la política de relaciones interétnicas en el marco del “Negocio Pacífico” con los indígenas. En el caso particular de Azul, como en otras áreas, implicó negociaciones para reubicar las tolderías de los “Indios Amigos” en otras zonas y fomentar la colonización criolla, aunque especialmente allí los grupos catrieleros tuvieron un largo arraigo territorial. Se destaca la claridad de la autora para analizar cómo fue este complejo proceso de territorialización y colonización interna.

Así, Lanteri describe la peculiar modalidad de distribución de la tierras fiscales mediante las denominadas “donaciones condicionadas” de suertes de estancias, sin perder de vista el marco normativo, la praxis social y los derechos de propiedad en la mediana duración.

Laura Carolina Belloni en el Capítulo 4 “La política indígena del Estado de Buenos Aires en la frontera sur. Azul y Tapalqué entre 1852 y 1862”, ofrece, a partir de un acercamiento micro-regional, un análisis de las políticas de fronteras e indígenas desarrolladas en la dinámica y conflictiva década que va desde la caída de Juan Manuel Rosas (1852) hasta la asunción al poder nacional de Bartolomé Mitre (1862). A través de la aguda mirada de la autora es posible entrever los vaivenes de las políticas y las relaciones entre el Estado de Buenos Aires y los grupos indígenas en las áreas de Azul y Tapalqué. De este modo, con gran precisión, Belloni expone las marchas y las contramarchas asociadas al manejo de las fronteras, expresadas en la oscilación entre el fracaso de políticas militares ofensivas y la concertación a regañadientes de tratados pacíficos con los indígenas y sus caciques principales, como Catriel, Cachul, Calfucurá y Yanquetruz, entre otros. Si una cosa queda clara a partir del análisis, es la incompetencia del Estado de Buenos Aires, luego de la caída de Rosas, para manejar las relaciones de poder con las parcialidades indígenas. En ello no solo tuvo que ver la subestimación del poder de choque de los indígenas, sino también la inexperiencia de los funcionarios para el trato con éstos y la escasez de fuerzas militares, así como de suministros y armamento para las mismas.

El Capítulo 5 “La Pampa del Siglo XIX vista desde el camino de los chilenos” elaborado por Julio Merlo y María del Carmen Langiano, viene a ser un complemento perfecto del capítulo anterior, por cuanto los autores ofrecen al lector una detallada síntesis de las investigaciones arqueológicas en una serie de fuertes y fortines en la Provincia de Buenos Aires. Creados durante las variables condiciones políticas en el siglo XIX, una de las particularidades de estos asentamientos de carácter predominantemente militar, es que se encontraban situados en el “Camino de los indios a las salinas” o “Camino de los chilenos”, entre otras denominaciones dadas al camino que unía las tierras al sur del río Salado con los pasos bajos de Chile. De este modo, los sitios arqueológicos analizados corresponden a: Fuerte Blanca Grande, Localidad El Perdido, Fortín Arroyo Corto, Fuerte Lavalle Sur, Fortín La Parva, Fortín Fe y Fuerte San Martín.

Dado que todos ellos se situaron en sectores del espacio previamente ocupados por pueblos originarios, los autores evalúan, a partir del registro histórico y arqueológico, los cambios –ambientales, sociales y materiales- producidos en el paisaje fronterizo pampeano bonaerense, así como en las relaciones interétnicas a medida que el estado argentino iba avanzando y apropiándose del territorio indígena. En todos los casos de estudio, Merlo y Langiano dan cuenta del abordaje metodológico y los resultados principales del análisis de múltiples líneas de evidencia arqueológica.

Carlos A. Paz, Ludmila D. Adad y Alicia G. Villafañe presentan un giro temático en el Capítulo 6 en relación a los apartados anteriores. Dicho capítulo se titula “Culturas del trabajo y cambios territoriales. El rescate de la memoria histórica como estrategia de recuperación de las formas de vida, oficios y tradiciones técnicas de la minería del Partido de Olavarría”, tiene como propósito general describir y contextualizar el desarrollo de la producción minera –cal y cemento principalmente- en las Sierras de Olavarría. Para ello, los autores adoptan un enfoque multidisciplinario donde se integran las miradas de la antropología, la historia y el patrimonio con el objeto de comprender los cambios paisajísticos, productivos y sociales en el área de estudio a lo largo de 140 años. Es destacable el desarrollo del abordaje teórico y los conceptos de territorio y paisaje cultural, empleados para aprehender desde lo social, lo económico y lo simbólico las particularidades asociadas al desarrollo de la actividad minera en Olavarría desde 1870 hasta el presente, actividad que habría sido introducida de la mano de inmigrantes europeos, italianos principalmente. Como bien lo establecen los autores, el paisaje minero fue fundamental en el proceso de construcción identitaria de la localidad.

Finalmente, la obra concluye con el Capítulo 7 “Des-historias del centro bonaerense” de Ariel Gravano, quien desde una perspectiva histórica-antropológica pone en evidencia las maneras en las que el pasado, el presente y el futuro se imbrican en la construcción de los imaginarios identitarios propios de los actuales centros urbanos de la región central de la Provincia de Buenos Aires. El autor pone el eje de discusión en “lo regional” y reflexiona acerca de la funcionalidad de las idealizaciones hegemónicas sobre el pasado y el futuro en el presente, donde la homogeneidad y la integración prevalecen por encima de la heterogeneidad y las contradicciones históricas, culturales, económicas y políticas. Con una profunda agudeza analítica y de la mano de Canal-Feijóo, Gravano pone al descubierto, entre otras cosas, los dispositivos discursivos y representacionales empleados para distorsionar, desplazar y negar del pasado regional a los actores indígenas y sus prácticas, en pos de anclar los orígenes de la región central bonaerense en la “civilización urbana”. En este proceso de des-historización y de re-invención del pasado, es donde la épica de frontera adquiere mayor fuerza, asentando sus cimientos en un imaginario que naturaliza y legitima la avanzada eurocriolla en un “desierto” imaginado, fundamento medular de la construcción del moderno Estado-Nación argentino.

Para finalizar esta Reseña, creo importante señalar que si uno es un lector –ya sea especialista o no- ávido de conocimientos sobre los procesos ocurridos en la frontera sur de la Provincia de Buenos Aires, entonces la lectura de esta obra resulta indispensable en tanto fuente de consulta sobre el pasado regional de un área clave a lo largo del tiempo, tanto para las poblaciones indígenas como para las europeas y criollas de nuestro país. Sin temor a equivocarme, me atrevo a asegurar que este libro habría sido motivo de orgullo para el querido maestro Raúl Mandrini (1943-2015).

Silvana Buscaglia – Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas (IMHICIHU), CONICET. Saavedra 15, 5° piso (1083) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. E-mail: [email protected]

PEDROTTA, Victoria; LANTERI, Sol (Dir.). La frontera sur de Buenos Aires en la larga duración. Una perspectiva multidisciplinar. La Plata: Asociación Amigos del Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires, 2015. 315p. Resenha de: BUSCAGLIA, Silvana. Arqueología, Buenos Aires, v.23, n.1, p.141-143, enero-abril, 2017. Acessar publicação original

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Côa e Seridó, dois rios na Pré-História – MARTINHO et al (CA)

MARTINHO, António; MARTIN, Gabriela; PESSIS, Anne-Marie. Côa e Seridó, dois rios na Pré-História. Recife: Editora da UFPE, 2017. Disponível em:  https://www3.ufpe.br/editora/ufpebooks/serie_extensao/coa_serid/html5forwebkit.html?page=0 . Resenha de: CISNEIROS, Daniela. Clio Arqueológica, Recife, v.2, n.2, p.247-252, 2017.

Este livro é uma idéia original que liga Portugal ao Brasil de uma maneira nova e que tem um alcance que ultrapassa o seu conteúdo. Forma parte de uma série de publicações realizadas sob o lema Movimento Recife Porto na Arte, criado em 1992 e caracterizado como um espaço de articulação entre artistas e pesquisadores brasileiros e portugueses procedentes de várias universidades e centros culturais de Portugal e Brasil no intuito de constituir uma rede de relações culturais de amplo espectro. Nesse âmbito, já foram publicados vários livros de conteudo diverso, embora no denominador comúm da cultura luso-brasileira sob a coordenação de Maria Betânia Borges Barros.

O livro Côa e Seridó, Dois Rios na Pré-História é dedicado à arte rupestre préhistórica do Brasil e de Portugal, centrado na apresentação de dois rios e duas culturas num futuro comum. Seguindo-se o roteiro da ocupação humana préhistórica nos vales de dois rios: Côa, em Portugal, e Seridó, no Brasil, apresentam-se as raizes de dois povos que, milênios depois, o destino uniria numa cultura semelhante: as dos caçadores-coletores pré-históricos.

Descrevem-se e analisam as gravuras rupestres existentes no vale do rio Côa, afluente do rio Douro, e as gravuras e pinturas rupestres do vale do Rio Seridó no Rio Grande do Norte. Duas regiões muito distantes, sem contacto possível numa época longinqua. O contexto arqueológico e ecológico das respectivas áreas tem em comum os vales de dois rios nos quais assentaram-se grupos humanos que deixaram as marcas do seu passo, representadas nas gravuras e pinturas rupestres.

A sobriedade das representações rupestres paleolíticas de Foz Côa, contrastam com a riqueza das informações antropológicas e as manifestações da vida cotidiana das pinturas do Seridó.

A primeira parte do livro é da autoria de António Martinho Baptista que há décadas estuda as gravuras rupestres do vale do Côa e que, como diretor do Parque Arqueológico do Côa, criado em 1996, empenhou-se no reconhecimento do mesmo como Patrimônio Mundial (1998).

Além do enorme valor intrínseco das gravuras do Côa, a sua descoberta modificou o conceito de que a “arte das grutas” seria a manifestação artística quase exclusiva dos tempos paleolíticos. Mais, a partir de 1994, com a revelação das primeiras gravuras paleolíticas na Canada do Inferno, na margem esquerda do Côa, perto do local onde se pretendia construir uma grande barragem, mudou a forma de entender a arte do homem fóssil. Foram identificados 26 sítios com arte paleolítica num total de 234 rochas gravadas ao ar livre, embora algumas estejam permanentemente submersas pela construção de uma barragem da década de 1980. Os sítios estão integrados na área do Parque Arqueológico do Vale do Côa (PAVC), criado em 10 de Agosto de 1996, com sede em Vila Nova de Foz Côa.

Gabriela Martin e Anne-Marie Pessis assinam em parceria a segunda parte da obra dedicada às pinturas e gravuras localizadas no vale do Seridó e de seus afluentes, no Rio Grande do Norte. As duas autoras, professoras da Universidade Federal de Pernambuco e membros da Fundação Museu do Homem Americano e da Fundação Seridó, pesquisam há décadas a Arte Rupestre nas diferentes regiões do Nordeste Brasileiro, onde está situado o Parque Nacional Serra da Capivara, Patrimônio Mundial desde 1991.

As pesquisas arqueológicas iniciadas na região do Seridó a partir da década de 1980 demonstraram a semelhança das pinturas rupestres de mais de um centenar de sítios daquela região, com as registradas na Serra da Capivara. A diversidade das figuras, as características técnicas e a existência de figuras emblemáticas permitiram identificar o padrão gráfico de um tronco cultural, conhecido como Tradição Nordeste. Há cerca de 9.000 anos começou o processo de mudança climática que vai radicalizar as condições de existência na região. Ocorre uma diminuição das chuvas, iniciando-se uma gradativa transformação do clima tropical-úmido em semiárido, época em que se inicia a diáspora das comunidades humanas pertencentes à Tradição Nordeste a partir de um epicentro localizado no SE do Piauí. Pelos dados disponíveis podemos estabelecer que, em torno do nono milênio BP, grupos originários da área do atual Parque Nacional Serra da Capivara, dispersaram-se por outras regiões do Nordeste brasileiro, abandonando seu primitivo habitat. Uma das levas da diáspora se instala na região de Seridó.

Os grupos étnicos que pintaram os abrigos do Seridó, enriquecerem a sua arte originaria com elementos novos, entre os quais destacam maior riqueza nos ornamentos, na pintura corporal e nos objetos que as figuras humanas carregam.

Cenas violentas de luta e de atividade sexual estão também presentes. A escolha da região do Seridó deve-se primeiramente à existência de numerosos pontos d’água e ao fato de constituir uma área de Brejo, que teria características climáticas mais favoráveis e melhores condições de sobrevivência.

Niède Guidon, Presidente da Fundação Museu do Homem Americano, instituição que cela pelo acervo cultural do Parque Nacional Serra da Capivara, tece no Prefácio uma série de comentários oportunos e que merecem uma reflexão no dizer da própria autora ao refletir sobre a Arte Rupestre de dois mundos tão diversos e distantes, tanto no clima como nos biomas e nas representações rupestres das figuras humanas e animais. Mas, como pano de fundo dessa diversidade existe, também, um bloco cerrado de semelhanças. As populações autoras dessa arte tinham um mesmo estilo de vida de caçadores e coletores.

O Parque Nacional Serra da Capivara e a área arqueológica do Seridó na região Nordeste do Brasil abrigam centenas de sítios com pinturas rupestres notáveis por seu caráter narrativo, realizados no decorrer de milênios. É fonte inesgotável de dados para a reconstituição da vida das populações que habitaram o Nordeste do Brasil na Pré-história.

Como em Foz Côa, as gravuras do Nordeste brasileiro são sempre ligadas à presença da água, geralmente foram realizadas nas vizinhanças de corredeiras, quedas de água, ou poços profundos nos leitos dos rios. Hoje, em Foz Côa, o rio corre no fundo de um canyon estreito e profundo, na Serra da Capivara os rios secaram faz cerca de 8.000 anos e no Seridó, o rio é um fio de água.

Praticamente em todo o mundo, no mesmo momento o Homem iniciou a prática rupestre, e, na aparente diversidade de suas manifestações, encontramos sempre o mesmo fundo espiritual, a forte ligação entre essas representações e o universo mítico e estético dos homens do paleolítico que externa suas ligações com os ecossistemas no qual viviam.

Outro ponto de convergência entre as duas provincias rupestres, neste caso relativo ao mundo das relações humanas, os intereses políticos e economicos e do reconhcimento científico é que a descoberta da Arte do Côa nasceu envolta em polémica, da mesma maneira que mais de um século antes acontecera com a revelação de Altamira, embora na atualidade o Vale do Côa é hoje reconhecido como um dos primeiros e mais notáveis centros da arte paleolítica da Europa.

Da mesma forma, encontramos também que a resistencia ao cambio e ao reconhecimento do que poderia ser mais antigo e impactante do ponto de vista estético, criou polêmicas sobra a importância e a antiguidade dos registros rupestres do Nordeste do Brasil, com é também o caso do Seridó em franca fase de destruição pelos interesses das mineiradoras e da ocupação das terras.

Este livro mostra que a globalização não é um fenômeno novo. O Homem moderno vem de uma só raiz pré-histórica e sua evolução seguiu um mesmo caminho em todo o mundo, embora as manifestações do fenomeno gráfico sejam tão diferentes. O livro apresenta, também, numerosas fotografias de ambas regiões que ilustram os respectivos textos dos autores.

Daniela Cisneiros – Departamento de Arqueologia, UFPE. E-mail: [email protected]

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Stable Isotopes and Archaeology in Southern South America. Hunter-Gatherers, Pastoralism and Agriculture – BARBERENA (IA)

BARBERENA, R. (Ed.). Stable Isotopes and Archaeology in Southern South America. Hunter-Gatherers, Pastoralism and Agriculture. A. Gil, G. Neme y R. Tykot. International Journal of Osteoarchaeology, 19, p. 127-343. Resenha de: UGAN, Andrew. Intersecciones en Antropología, Olavarría, v.10 n.2, jul./dic., 2009.

El uso de los isótopos estables en la arqueología ha aumentado dramáticamente en la última década y la arqueología latinoamericana no ha sido la excepción. En la edición de marzo-abril del International Journal of Oestoarchaelogy, Ramiro Barberena y colegas presentan una colección de artículos fruto de la conferencia “Isótopos estables y arqueología en el sur de Sudamérica” realizada en el año 2005. Estos artículos se enfocan en el uso de isótopos estables para explorar cambios en la dieta y la adopción de la argricultura, el pastoralismo, la explotación de recursos marinos, la movilidad residencial, la biomecánica y la fi togeografía. De alcance internacional, estos artículos serán de interés para investigadores que estén trabajando en tópicos similares, en las mismas regiones, y para aquellos interesados en métodos de isótopos estables en general. El volumen, como un todo, será también de interés para aquellos que se encuentren buscando datos isotópicos en humanos y recursos consumidos por ellos en el cono sur.

Los artículos en este volumen se pueden dividir en cuatro grupos principales. Un primer grupo evalúa el consumo humano de recursos vegetales C4, particularmente en el contexto de la adopción de la agricultura del maíz. La presentación más completa es la de Tykot et al., que evalúa la dieta prehistórica en el centro de Chile usando datos de isótopos de C y N de colágeno y apatita. Su trabajo es el fruto de una extensa colaboración y usa una completa base de datos para discutir los problemas y el potencial del uso de isótopos estables de carbono para la reconstrucción de dietas. Los autores resaltan la gran variabilidad que se puede encontrar en los datos de isótopos humanos, la necesidad de tener suficiente información sobre los valores isotópicos de las fuentes, y discuten problemas de interpretación. Este artículo también está fortalecido por la cantidad de trabajo isotópico publicado por el autor y sus colaboradores en la región. Es por lo tanto un recurso valioso no sólo para aquellos interesados en la dieta humana en Chile central, sino también para aquellos involucrados en las aplicaciones de los estudios de C y N a las dietas en otras regiones.

Los otros tres artículos dentro de este tema, escritos por Gil et al., Calo y Cortés, y Laguens et al., son más variables en su presentación. Todos estudian diferencias en la composición de 13C de restos humanos para inferir la dependencia con respecto a la agricultura de maíz en el Holoceno tardío. Aunque estos artículos consideran tres regiones diferentes y muestran diferentes tendencias en el consumo del maíz, llegan a un consenso en que los valores isotópicos de carbono en humanos indican mucha más variabilidad espacial y temporal en el uso de la agricultura de maíz de lo que se pensaba anteriormente. Gil et al. profundizan más en esta inferencia al analizar la muestra más grande de restos humanos y proveer datos isotópicos para un conjunto de recursos animales y vegetales alternativos del sur de Mendoza. Asimismo, comparan sus resultados con datos bioarqueológicos de cambios de frecuencia de caries dentales.

El segundo grupo de artículos trata sobre diferentes aspectos de la explotación de recursos marinos. El artículo de Tessone et al. muestra que los valores humanos de C y N en la Patagonia y Tierra del Fuego pueden interpretarse en términos de la proporción de recursos terrestres y marinos consumidos. Las muestras de diferentes regiones (Península Valdés, Península Mitre, Canal de Beagle, etc.) forman un continuum entre los extremos de recursos marinos y terrestres. Más interesante aún, las muestras de la cuenca del lago Salitroso en el interior no solamente tienen la mayor influencia terrestre, sino que también caen en la misma línea. Borrero et al. proveen un análisis complementario al investigar los factores que determinan el consumo de recursos marinos en el sur de Patagonia. Basado en datos líticos e isotópicos de la costa Atlántica y el estrecho de Magallanes, los autores sugieren que las restricciones en la movilidad limitan el acceso a los recursos marinos y resultan en diferentes niveles de su uso. Finalmente, Martínez et al. consideran un contraejemplo de la costa sur de la provincia de Buenos Aires. Los datos isotópicos de humanos en sitios a lo largo del río Colorado y del río Negro difieren de los datos isotópicos terrestres, pero aún así muestran poco uso de recursos marinos. Al evaluar las causas de este patrón, se enfocan en la falta de pinnípedos y cetáceos en la dieta en esta zona y en el hecho de que la gente pudo haber explotado peces de hábitats estuarinos con valores de δ13C menos enriquecidos.

El tercer grupo de artículos incluye los trabajos de Llano e Izeta et al., quienes consideran la distribución de plantas C3 y C4 en el oeste argentino. Como estos dos grupos de plantas tienen señales de δ13C muy diferentes, las diferencias en su consumo influyen en los valores isotópicos de consumidores y se debe considerar su contribución potencial en cualquier estudio de dieta. Ambos autores proveen datos de presencia y ausencia de taxa de plantas comunes de ambos tipos de fotosíntesis, pero Llano agrega más detalles. Ella también explicita las distribuciones de plantas en una transecta altitudinal y provee información sobre qué plantas consumen los guanacos (Lama guanicoe) y el ñandú (Pteronemia pennata), componentes importantes en la dieta prehistórica de la región. Al reunir y presentar estos datos, los autores proveen un recurso útil para quienes trabajan en la dieta y la distribución del carbono en redes alimenticias terrestres. Esto incluye a aquellos investigadores trabajando en el oeste de Argentina y en otras áreas donde se encuentran las mismas especies de plantas.

El resto de los artículos constituye el grupo final. Estos incluyen un trabajo en patrones de residencia y movilidad en los Andes centrales por Knudson, la explotación de camélidos por Yacobaccio et al. e Izeta et al., la ecología isotópica del oeste de las Pampas por Berón et al., la dieta del Holoceno medio en las Pampas por Politis et al., y la biomecánica y dieta marina por Suby y Guichón. El trabajo de Knudson es parecido al de Tykot et al. en alcance. Tiene una base de datos muy amplia, pone atención a la variabilidad en el registro isotópico, enfatiza la necesidad de información sobre los valores isotópicos de los fuentes que contribuyen a la señal final (en este caso O y Sr de aguas y regiones geológicas), y considera problemas de interpretación. Por esto, también merece una atención cuidadosa.

Los otros trabajos son más preliminares. Todos presentan datos nuevos e identifican puntos o tendencias interesantes. Sin embargo, en la mayoría de los casos las muestras de taxa clave son demasiado pequeñas para inferir diferencias o tendencias seguras o hacen falta suficientes datos comparativos en los estudios para interpretar las tendencias observadas. Estos problemas conciernen a casi todos los trabajos, pero simplemente afectan a este último grupo en mayor grado. Casi todos los autores reconocen esta insuficiencia. No obstante esta observación, recomendamos la lectura de todos los trabajos, especialmente para aquellos investigadores que estén trabajando en áreas ligadas. Estos artículos subrayan la cantidad de trabajo interesante que se ha hecho hasta el momento, la potencialidad que tiene. Recomiendo que los lectores revisen el volumen para ver por qué.

Andrew Ugan – Museo de Historia Natural de San Rafael y Department of Anthropology, University of Utah. Email: [email protected]

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