Arqueología de la costa del Golfo: Dinámicas de la Interacción Política, Económica e Ideológica – BUDAR et al (CA)

BUDAR, Lourdes; VENTER, Marciel L.; GUEVARA, Sara Ladrón. Arqueología de la costa del Golfo: Dinámicas de la Interacción Política, Económica e Ideológica. Facultad de Antropología/Universidad Veracruzana. Administración Portuaria Integral de Veracruz, 2017. Resenha de: LARA, Pedro Jimenez. Clio Arqueológica, Recife, v.35, n.1, p.228-233, 2020.

Arqueología de la Costa del Golfo – Dinámicas de la Interacción Política, Económica e Ideológica, publicado por la Universidad Veracruzana y coordinado por la Dra. Lourdes Budar Et. Al pone en relieve desde una perspectiva distinta al área conocida como la Costa del Golfo una de las 9 componentes de la macro región conocida como Mesoamerica. En este volumen participan diversos investigadores que presentan avances de sus pesquisas en esta área conocida como La Costa del Golfo. En ella quedan vertidas sus posturas y visiones ante esta rica y diversa región mesoamericana abarcando aspectos que les permitieron una aproximación a los grupos que aquí se desenvolvieron y la forma como interactuaron abarcando aspectos de la vida cotidiana, sociales, económicas, administrativas, religiosos (rituales). Como lograr implantar y forjar aspectos de su desarrollo tanto interna como externamente.

En esta obra quedan plasmadas diversas miradas y postura de los que escriben los resultados de sus investigaciones del crisol cultural que representa la Costa del Golfo de México. Otros de los aspectos a resaltar es que aquí se presentan temas desconocidos de algunas de las tres regiones geográficas, norte, centro y sur, que integran esta área cultural. Se enfatiza el centro-sur.

Aparte de la nueva información vertida en muchos de los artículos publicados en esta edición llamada Arqueología de la Costa del Golfo – Dinámicas de la Interacción Política, Económica e Ideológica corresponden al Clásico sin olvidar los antecedentes y datos posteriores, continuidades y discontinuidades en algunas de las regiones estudiadas.

Abordar el paisaje como parte de la dinámica establecida en los diversos grupos que se desarrollaron en esta región fue otro de los retos, muchas veces los sitios se ven de forma aislada cuando no fue así, tuvieron ejes articuladores que fueron más allá de ser simples ocupaciones incomunicadas y tomar como referente el paisaje fue y es importantísimo para el establecimiento y que ha sido la pauta para entender las dinámicas de los diversos asentamiento que aquí se establecieron y desarrollaron. El espacio geográfico fue vital para estos grupos y lo sigue siendo para el desarrollo de la humanidad.

Es claro que los resultados presentados en esta publicación se demuestra que hay una articulación contemporánea de sitio a sitio según la fase en que se desarrollaron, hablando cronológicamente. Si bien en la composición y tamaño de cada asentamiento hay variaciones eso no impidió su relacionamiento a veces por el comercio o el simple conocimiento entre ellos, las ideas viajaron y quedaron plasmada ideológica y materialmente Otro de los hilos conductores es la arquitectura sus diferentes objetivos para las cuales surgieron y el lugar que ocuparon algunos edificios según su estructuración, van de estructuras dedicadas a lo sagrado, orientaciones especificas a los más común y espacialmente más grandes que son las áreas habitacionales. Poco se sabe del habitad, pocos investigadores se han interesado por estudiar estos espacios y muchos los sitios que se han registrado y que siguen apareciendo en su forma típica mesoamericana o algunos ya destruidos y solo se evidencian los cimientos de los mismo. Sumados todos estos elementos los articulista de Arqueología de la Costa del Golfo – Dinámicas de la Interacción Política, Económica e Ideológica nos muestras la configuraciones y articulaciones que tuvieron estos asentamientos durante el periodo Prehispánico. El intento de mostrar la integralidad de estas regiones con una visión más amplia y aguda otra forma de mostrar la nueva arqueología que se practica en esta región y mesoamericana.

Algunos de estos arqueólogos abordan los temas en cuestión de forma simple, dejando de lado las formalidades que impone lo académico, el marcaje de las diversas corrientes teórico metodológicas. Es decir la reseña, en algunos casos es de manera más simple y sencilla. Haciendo las descripciones tal cual de la estructuración de los sitios, si bien hay hilos conductores, razón de más para ver como las formas que guardaron entre si los asentamientos y como las ideas viajaron y quedaron plasmadas como parte de los diversos componentes de estos.

Así como hay patrones en los diversos componentes de los sitios estudiados, donde se determina la función de la constucción de acuerdo a su ubicación y los materiales de construcción utilizados, haciendo la diferenciación entre área nuclear y periferia, es decir, estructuras que cumplieron un rol en la parte central o nuclear, también están áreas habitacionales como parte integral del asentamiento. Aquí el fenómeno se torna más interesantes y profundo cuando se logran determinar actividades específicas.

Plenamente identificados los hilos conductores que hace afín esta área con otras mesoamericana, uno de ellos son las conflictos sociales y rituales plenamente identificados con la muerte y asociados a costumbre violentas como sería el sacrifico humano, el caso del Juego de Pelota por decapitación o abrir el pecho para arrancar el corazón del sacrificado en una acción de saciar la sed de sangre de los dioses. El espacio sagrado queda estructurado con dos construcciones con dos o un cabezal, según la tipología de “I” o “T”. Las representaciones quedan plasmada de diversa formas en tableros, pintura mural, esculturas, cerámica y figurillas.

Asociados a lo anterior existió la tradición de los entierros o ritos funerarios fue una práctica muy recurrente en los grupos mesoamericanos indistintamente de la fase o  cronológico. La forma de entierro dependió del status socio económico. Así queda manifestado por algunos de los arqueólogos que participan como articulista de este volumen Arqueología de la Costa del Golfo – Dinámicas de la Interacción Política, Económica e Ideológica.

Tratándose de la Arqueología de la Costa del Golfo – Dinámicas de la Interacción Política, Económica e Ideológica, según la división cultural y no política es incuestionable no hablar de la Huasteca esta región como un componente de esta área multicultural. Sin restarle importancia a su desarrollo es claro que sabemos poco por el desapego y desinterés de la investigación científica.

Se trata de un grupo con matices distintos pero no desarticulados del contexto cultural mas amplio, hablando regionalmente, un ejemplo seria su particular escultura donde queda de manifiesto el manejo diestro de la piedra.

Las aportaciones y resultados es la radiografía presentada, por cierto muy bien recibida de los Wastecos, el recorrido cronológico y linguistico es meritorio. Sin embargo es necesario atender esta región desde el punto de vista científico y así poder tener una visión más completa y no fragmentada como la que existe.

La extensión territorial, la complejidad del tiempo largo cronológico, los diversos grupos aquí asentados hace más difícil tener una historia más fácil de digerir. Los diversos rasgos existentes no se le pueden endilgar a un solo grupo.

Lo que si queda claro y sin una frontera política asible esta región convivio y se retroalimento con diversos grupos que existieron más al norte y occidente de esta macro región llamada Mesoamerica La novedad es el Puerto Marítimo o los puertos marítimos a algo parecidos identificados como tal en la esta región de la Costa del Golfo. Si bien es cierto la escases de información relacionado con el tema por el poco interés mostrado por investigadores. La existencia de estos Puertos, atracaderos, muelles, existieron gracias al comercio a larga y corta distancia. En este región es novedad sin embargo hay áreas donde hay más información al respecto como la zona maya.

Interesante el planteamiento que se hace que no solo toca a los litorales, también tierra adentro hay grandes cuerpos de agua que sirvieron de vehículo para las actividades cotidianas y el traslado de diversos productos y claro para el comercio.

Pedro Jimenez Lara – Universidad Veracruzana. Facultad de Antropología E-mail: [email protected]

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Thinking through the body: Archaeologies of corporeality – HAMILAKIS (CA)

HAMILAKIS, Yannis; PLUCIENNIK, Mark; TARLOW, Sarah. Thinking through the body: Archaeologies of corporeality. New York: Kluwer Academic / Plenum Publishers, 2002, 262 p. Resenha de: SILVA, Sergio Francisco Serafim Monteiro da. Clio Arqueológica, Recife, v.34, n1, p.194-201, 2019.

Conforme os editores, o livro está baseado na oficina Thinking through the Body, ministrada na Universidade de Wales, Lampeter, em junho de 1998. Com o mesmo nome da oficina, este volume apresenta o potencial de novas contribuições interdisciplinares para o estudo do corpo e da corporeidade, ilustradas pelos estudos teóricos e filosóficos reunidos nas “arqueologias do corpo”, similarmente ao que ocorreu com a antropologia e a história nos seus vieses de “antropologia do corpo” e “história do corpo”, que dispensam apresentações neste espaço de resenha. Pensar através do corpo pode ser similar ao pensar através dos objetos de cultura material, dentro da produção do conhecimento arqueológico.

O livro trata do “corpo”, considerado aqui como um tópico ou tema que tem dispendido debates e discussões nas humanidades e nas ciências sociais, contando com a influência de expressivos teóricos, como Bourdieu, Merleau-Ponty, Foucault, Douglas e Butler, entre outros. Os capítulos apresentam diferentes (mas relacionáveis) abordagens sobre o corpo, como por exemplo, o significado cultural do corpo humano, como um símbolo, artefato, meio ou uma metáfora.

Este volume apresenta três seções. A primeira seção, Bodies, subjects and selves, apresenta exemplos voltados ao significado do corpo e sua relação com o [eu], o self, sujeito ou, mais especificamente, com o indivíduo – já que estas são ideias relacionadas ao conceito de pessoa. O corpo, como proposto por Sarah Tarlow em Bodies, selves and individuals, pode ser compreendido de variadas formas. No caso dos corpos dos mortos, estes providenciam aos arqueólogos uma aparente fundamentação para interpretar as sociedades antigas.

O tratamento dado ao corpo do morto por sociedades do passado pode ter sido análogo ao tratamento dispensado ao mesmo em vida, representando um ‘status terminal fossilizado’ de um indivíduo. O tratamento do cadáver contém elementos relacionados ao status, saúde ou religião do morto, sobre identidade e enculturação do corpo. De várias maneiras, nesta seção, busca-se desfamiliarizar e problematizar o corpo quanto a sua constituição, seus limites e suas capacidades.

Uma dessas problematizações pode ser encontradas no texto de Foucault, ‘Neitzsche, genealogy, history’, de 1971, p. 153: nada no homem, nem mesmo o seu próprio corpo, é suficientemente estável para servir como base para o autoreconhecimento ou para compreender outro homem. O passado e os corpos do passado, estudados pelos arqueólogos, diferem das ideias modernas que temos sobre os corpos.

Torna-se um desafio aos arqueólogos pensar que a decomposição do corpo possa ter sido mais perturbadora em alguns contextos históricos que em outros.

Provenientes de tempos muito antigos, os corpos não aparentam ser mais pessoas, de algum modo, familiares a nós. O corpo humano, dentro da arqueologia, o ser humano, tem sido sinônimo de ‘pessoa’, ‘indivíduo’, ‘sujeito’ e ‘self’, termos utilizados de forma intercambiável. Mas estes termos podem ser discutidos de forma adequada na arqueologia, em consonância mínima com os pressupostos do antropólogo e sociólogo francês Marcel Mauss e da antropóloga britânica Jean Sybil La Fontaine sobre as noções de pessoa e self e de pessoa e indivíduo.

Nesta primeira seção, as arqueologias interpretativas, pós-processuais, são entendidas como incapazes de se livrar do legado do humanismo, sob o argumento de que isso é violentar a humanidade e as pessoas do passado e do presente. Nesse aspecto, Julian Thomas trata das arqueologias humanistas – pós-processuais, do anti-humanismo e os corpos neolíticos. As partes corporais, segundo Chris Fowler, funcionam como indicadoras de personalidade e de materialidade, simultaneamente, durante o neolítico de Manx. As vestimentas são tratadas como detentoras de moralidades e as usadas pelos mortos na Europa medieval são objeto de estudo de Jos Bazelmans. Ainda, a estética corporal durante o século XIX na Grã-Bretanha é estudada por Sarah Tarlow.

O alarido em torno do corpo nas várias disciplinas do conhecimento refere-se à ideia moderna de corpo como projeto dentro dos estudos sociológicos – o corpo instrumentalizado; do desenvolvimento significativos na filosofia, humanidades e ciência sociais da crítica feminista e dos estudos de gênero – a historicização do corpo, o corpo sexual; do interesse pelo corpo dentro da significância dos aspectos experimentais do passado humano, como a alimentação observada como forma de subsistência dentro de um dado contexto ecológico, como a significância social e política do consumo de alimentos.

Na arqueologia, o estudo do corpo humano se dá mediante a) a antropologia física – situada dentro do guarda-chuva paradigmático da atual bioarqueologia – voltada desde o séc. XIX ao estudo da evolução humana, das categorizações dos “tipos raciais humanos”, aspectos demográficos, de “saúde”, modificações corporais ao longo da pré-história e os estudos em paleopatologia, incluindo traumas, violência e desnutrição; b) representações das formas visuais humanas: nesse sentido, o primeiro texto, mais simples, sobre o corpo humano na arqueologia deriva de uma conferência sobre gênero e arqueologia – Reading the body: Representations and Remians in the Archaeological Record, de Rautman (2000) – , com influência do feminismo e das representações e remanescentes de corpos humanos; c) a fenomenologia aplicada ao estudo do corpo – a arqueologia fenomenológica, arqueologia dos sentidos – com os estudos de experiências rituais em paisagens monumentais a partir de dispositivos corporais sensoriais e do estudo de aspectos integrativos da experiência humana, como a emoção, memória, identidade e experiências corporais particulares como beber, comer, dar a luz, fazer sexo, praticar violência e a guerra.

A segunda parte trata da experiência e corporeidade. O gesto é estudado na arqueologia como um meio de compreender o sentir através do corpo e isso é apresentado por Christine Morris e Alan Peatfield nos estudos sobre a Idade do Bronze em Creta. Ainda a arqueologia dos sentidos relaciona o passado com a história oral no estudo de Yannis Hamilakis. Os modos de comer e de ser no epipaleolítico de Natufian foram discutidos por Brian Boyd. Um estudo de John Robb sobre o tempo e a biografia traz em discussão a osteobiografia da vida útil – vida cotidiana – dos italianos neolíticos.

Na última seção do volume, os corpos são discutidos na e como cultura material. Objetos de cultura material em folhas de ouro da Idade do Ouro na Escandinávia, associados a um gênero específico, podem ser questionados, conforme Ing-Marie Danielsson. A cova de Oseberg, em Vestfold, um dos mais conhecidos casos da Escandinávia, cuja escavação resultou na recuperação de esqueletos femininos, posteriormente reinumados, foi apresentado e discutido por Elisabeth Arwill- Nordbladh. Mark Pluciennik relaciona arte, artefato e metáfora na análise de registros rupestres da Grotta Addaura II (10.000 a 12.000 anos atrás) e cenas da Grotta dela Cala dei Genovesi, em Levanzo. Trata de estética e representação de corpos humanos e não humanos e artefatos no epipaleolítico e neolítico do sul da Itália. Em Marking the body, marking the land, Paul Rainbird estuda similaridades e continuidades temporais nas tatuagens, pinturas nas cerâmicas e gravuras rupestres na Oceania, Pacífico.

Seus modos de interação entre as comunidades insulares incluíam as tatuagens corporais e tatuagens nas rochas e nos artefatos. As futuras agendas sobre o corpo incluem a ideia da sua incorporação à arqueologia, pela historicização do corpo: este passou por mudanças e reconfigurações ao longo da história humana, incluindo a formulação de certos códigos e normas de comportamentos e performances corporais, nos espaços públicos e privados, certos hábitos de alimentação, as várias genealogias da formação do corpo e sua instrumentalização.

As fenomenologias do corpo na arqueologia são desenvolvidas pelas noções de Heidegger de habitação e de ser no mundo, da Fenomenologia da Percepção de Merleau-Ponty ou o desenvolvimento no âmbito da geografia: incluem-se, também as categorias culturalmente influenciadas ou determinadas pelos espaços perceptivo, existencial, arquitetônico e cognitivo dos seres humanos. O biopoder e as biopolíticas do corpo, cujos conceitos são provenientes de Foucault, são importantes para o desenvolvimento das arqueologias da corporeidade. Práticas e processos concretos e materiais atuam sobre o corpo humano: práticas biopolíticas, tecnologias e instituições instrumentalizam os movimentos, a forma de alimentação e a visão dos seres humanos, por meio de gastropolíticas, por exemplo. Também, o corpo fisiológico, como simbolismo e metáfora, pode ser usado para compreender as várias características do mundo natural e cultural: os corpos compreendidos como ‘cultura material’. Os corpos de pessoas vivas podem ser mercantilizados e objetivados em trabalho, materiais, arte, prazer sexual.

Corpos inteiros ou suas partes podem ser mais artefatos do que indivíduos, podem ser fetichizados, como os corpos preservados nos museus, relíquias de santos. Produtos corporais e suas partes podem ser segregados, tabu, usados em magias, trocados, consumidos ou empregados em tratamentos de beleza.

As ‘deformações’ corporais incluem aqui a deformação do crânio e dos pés, avulsões, tatuagens, escarificações: corpos como veículos de identidade e expressão. Os remanescentes humanos, conforme as crenças religiosas, podem ser extensivamente tratados e manipulados post-mortem. Nesse sentido, os corpos e os outros aspectos da personae podem sofrer mudanças nas suas biografias quanto ao poder e suas referências simbólicas. As figuras femininas paleolíticas e os registros rupestres são exemplos de como os corpos humanos ─ suas representações ─ tem sido claramente importantes referências em vários períodos e em várias sociedades.

Existiriam numerosas formas pelas quais os arqueólogos poderiam pensar sobre o passado através do corpo. Essas formas estão representadas pelas novas oportunidades de integração por meio de recentes desenvolvimentos teóricos sobre a corporalidade e a sua importância para as interpretações sobre o passado e os modos de vida. Sobre esse aspecto, o livro editado por Robert Schmidt e Barbara Voss, Archaeologies of Sexuality, em 2000, estabelece relação profícua com Thinking through the Body. Indica parâmetros que direcionam os estudos sobre sexo e sexualidade – e sua linguagem e conceitos – na produção do conhecimento arqueológico vinculado à solução de problemas científicos voltados ao corpo, em primeiro lugar.

Sergio Francisco Serafim Monteiro da Silva – Departamento de Arqueologia, UFPE. E-mail: [email protected]

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Assim caminhou a humanidade – NEVES et al (CA)

NEVES, Walter Alves; RANGEL JUNIOR, Miguel José; MURRIETA, Rui Sergio (Orgs.). Assim caminhou a humanidade. São Paulo: Palas Athena, 2015, 318 p. Resenha de: SILVA, Sergio Francisco Serafim Monteira da. Clio Arqueológica, Recife, v.34, n3, p.171-193, 2019.

Conforme os organizadores de Assim Caminhou a Humanidade, o Laboratório de Estudos Evolutivos Humanos do Instituto de Biociências da Universidade de São Paulo seria o único no Brasil, em 2015, capaz de sanar a carência de publicações em português mais atualizadas sobre o tema da evolução humana. O ensino da Biologia, Antropologia, Arqueologia no nível da graduação e a divulgação científica ao grande público, seriam o foco desta publicação. A partir de um curso de pós-graduação e da disponibilidade de réplicas de hominínios da coleção Thomas Van der Lann, foi proposto o plano deste livro, onde os alunos também protagonizaram seus subtemas.

Entre algumas das publicações internacionais inacessíveis a esse ‘grande público’ brasileiro estariam, por exemplo, o The Human Lineage, de Cartmill e Smith; o The Human Career, de Richard Klein; o Handbook of Human Symbolic Evolution, de Lock e Peters; Human Evolution, Trails from the Past, de Cela- Conde e Ayala; The Human Evolution Source Book, de Ciochon e Fleagle; ou o Handbook of Paleoanthropology, em três volumes, editados por Winfried Henke e Ian Tattersall, por exemplo2. Outras, assemelhadas ao Assim caminhou a humanidade, em português, estão o Como nos tornámos humanos, de Eugénia Cunha e duas traduções, Evolução Humana, de Roger Lewin e O despertar da cultura: a polêmica teoria sobre a origem da criatividade humana, de Richard G.Klein e Blake Edgar3. Este último apresenta alguns rudimentos do The Human Career.

Sobre o mesmo tema, de uso para o ensino e a aprendizagem nas universidades e escolas nos EUA, está o Our Origins (Discovering Physical Anthropology), de Clark Spencer Larsen, do Departamento de Antropologia, da The Ohio State University e as três primeiras partes do Anthropology, de Willian A. Haviland, da University of Vermont. Também, de uso em sala de aula, destaca-se o livro Exploring Physical Anthropology, capítulos 1, 10 a 14, de Suzanne Walker- Pacheco, da Missouri State University4. Esta autora também utiliza réplicas de hominínios fósseis para ilustrar seu texto e as atividades propostas para os alunos. Nas livrarias menos acessíveis ao ‘grande público’, também disponibilizaram no Brasil, a custos módicos, o Evolution, the human story, livro ricamente ilustrado, de autoria de Alice Roberts5.

Retornando ao nosso livro em português sobre evolução humana, Assim caminhou a humanidade, vamos localizar algumas autodescrições, feitas na apresentação e na introdução. Reinaldo José Lopes, repórter e colunista da Folha de S. Paulo, acrescenta que este livro perfaz, provavelmente, o relato mais completo em língua portuguesa sobre o conhecimento que temos dos nossos parentes, também primatas e da nossa própria história como espécie. O livro trata da gênese dos primatas (incluindo aqui, a do homem anatomicamente moderno) e de forma sucinta e clara, foca nos métodos e formulações de hipóteses que caracterizam toda forma de ‘boa ciência’. Os ‘decentemente alfabetizados’ poderão ler e entender este livro. O passado remoto, para ser reconstruído, gera perguntas à ciência, que nem sempre são trivialmente respondidas, como a questão de como nos tornamos bípedes ou o que teria ocasionado a extinção dos neandertais. Reinaldo agradece os organizadores pelo lançamento do livro, com crítica a uma demora pelo seu lançamento e considera a importância do livro para o desenvolvimento e fundamentação mais adequados dos textos jornalísticos sobre evolução humana.

Na Introdução, os organizadores adiantam que o livro é uma forma de divulgar em linguagem acessível, aquilo que há demais importante e atual sobre o estudo da evolução humana, área do conhecimento científico que progride rapidamente e na qual as informações podem se tornar ultrapassadas em questão de meses. Assim, no final de cada capítulo, propõem um tema para discussão em um quadro que denominaram ‘O que há de novo no front’, para minimizar a velocidade e o atraso que caracterizam o estudo da evolução humana. Talvez esse atraso possa ser minimizado pelo poder da ditadura Genômica (comparativa) e os avanços inquestionáveis da Bioinformática (e possivelmente da Proteômica) aplicada à própria Genômica. Observar a morfologia (plausível no contexto da arqueologia, paleoantropologia, em fósseis e fragmentos de ossos e dentes) ou observar o genoma inteiro (plausíveis no contexto da genética médica, em contextos clínicos ou hígidos): compreender o todo da evolução.

Assim, os livros citados nos primeiros parágrafos desta resenha já estariam, de certo modo, ‘atrasados’ em relação ao desenvolvimento líquido da evolução humana (teoria evolutiva moderna). Esse ato retroativo, o voltar ao passado e compreender o avanço do presente e o futuro é absolutamente líquido. As novidades estariam – pois já não estão mais, obviamente – nos artigos científicos publicados entre 2013 e 2014 na área da evolução humana. A atualização é uma prerrogativa do livro e uma forma de presumivelmente mantê-la está na previsibilidade de novas hipóteses a serem verificadas no futuro. Nessa linha, os conceitos sobre espécie, especiação e gênero não são imutáveis e estão sempre em processo de construção. Desse modo, o livro está segmentado em sete capítulos relacionáveis ou sinergeticamente vinculados, sempre contendo um campo para temas novos e sugestões para leitura.

O primeiro capítulo, Nós primatas, apresenta as características físicas gerais dos primatas, sua classificação (anatômica e molecular) e diversidade; o campo especial do estudo da primatologia; o comportamento social dos primatas em sociedades complexas, variáveis e estáveis (sociobiologia dos primatas); a competição e a cooperação entre os primatas, em especial em relação as hierarquias de sexo; elementos de uma ‘cultura’ primata associados à vocalização e uso de ferramentas; os riscos de extinção dos primatas e formas de preservação de suas populações no nível global. O ‘nós’ inclui, obviamente, o Homo sapiens.

A história evolutiva dos primatas é desenvolvida no segundo capítulo. Os aspectos biológicos estão amalgamados aos estratos, à geomorfologia, ao tempo e à mudança. É traçado um panorama do cenário para a origem dos primatas, com registros paleontológicos de cerca de 56 milhões de anos atrás, no Eoceno. Neste capítulo, um texto selecionado trata da cladística para a classificação dos seres vivos e outro sobre anatomia do esqueleto. Na sequência, são discutidas a deriva continental e as mudanças climáticas; a causa do aparecimento dos primatas; os primatas ‘arcaicos’; os euprimatas do Eoceno; o surgimento dos primeiros antropoides; a origem e diversidade das famílias dos antropoides na África, Europa e América; as questões ambientais relacionadas a evolução dos antropoides; questões sobre a origem dos proconsulídeos (o conhecido Proconsul africanus, por exemplo); os hominoides (o Dryopithecus e o Sivapithecus), a origem dos mais antigos tarsiiformes e os paleoambientes dos primeiros dos primeiros hominoides.

Uma descrição sintética das principais pesquisas e descobertas dos fósseis de australopitecíneos, pré-australopitecíneos e os primeiros Homo desenvolve-se em Primeiros Bípedes, o terceiro capítulo. O surgimento da nodopedalia e da bipedia como características dos hominínios; o aparato mastigatório dos hominínios; a diversidade dos pré-australopitecíneos. Neste capítulo são apresentadas as características de três gêneros de pré-australopitecíneos que viveram entre 7 e 4,4 milhões de anos atrás (Sahelanthropous, Orrorin e Ardipithecus). Um texto incluso apresenta as técnicas de datação dos registros fósseis. O capítulo segue apresentando as origens, diversificação e morfologia dos australopitecíneos, incluindo os australopitecíneos gráceis entre 4,5 e 1,78 milhão de anos atrás (Australopithecus anamensis, A. afarensis, A. africanus, A. garhi, Kenyanthropus platyops e A. sediba) e australopitecíneos robustos, entre 2,7 e 1 milhão de anos atrás (Paranthropus aethiopicus, P. boisei e P. robustus). Quanto a diversidade  dos primeiros primatas bípedes, consideram-se 4 espécies de préaustralopitecíneos e 10 de australopitecíneos, aí incluindo o A. bahrelghazali e a coabitação entre eles durante o Mioceno, Plioceno e Pleistoceno, entre 7 e 1 milhão de anos atrás. Hipóteses menos controversas indicam a relação de especiação entre A. afarensis, A. africanus, A. sediba e Homo sp. São apresentadas questões sobre o Orrorin e a sua relação ancestral com humanos e chimpanzés, a evolução da dieta dos australopitecíneos e a bipedia diversificada entre os autralopitecíneos a partir de análise de ossos dos membros inferiores de um A. sediba.

No capítulo IV é introduzida a questão da origem e dispersão do gênero Homo. A nomeação do ‘homem habilidoso’, o Homo habilis é dada por Louis Leakey aos registros fósseis anatomicamente semelhantes aos australopitecíneos e associados a artefatos líticos encontrados em Olduvai, na África, sendo este continente considerado o centro de dispersão do gênero Homo. O H. habilis estaria situado em cerca de 2,4 a 1,4 milhão de anos e produziu artefatos líticos associados a indústria lítica Olduvaiense, representados por talhadores do tipo ‘choppers’ e lascas simples. Entre eles destacam-se no capítulo o fóssil KMN-ER 1813 (H.habilis) e o KMN-ER 1470 (H. rudolfensis ou Kenyanthropus rudolfensis). Sobre o Homo erectus, foi citado o fóssil KMN-ER 3733, de 1,8 milhão de anos, encontrado no Lago Turkana, Quênia, África e o D2700 (variação de H. erectus ou de H. habilis), encontrado a 1,8 milhão de anos em Dmanisi, na República da Geórgia, no Cáucaso fora da África. A questão do H. habilis ou formas transicionais ou erectíneas fora da África, com cérebros menores e industrias líticas reduzidas é consolidada.

No mesmo capítulo, o Homo erectus aparece no registro fóssil na África há 1,6 milhão de anos e se expande até a Indonésia por volta de 27 a 70 mil anos. O fóssil LB1, crânio de Homo floresiensis, espécie com nanismo insular, teria habitado a Ilha de Flores entre 74 e 17 mil anos. Sua indústria lítica moderna contrasta com a pequena capacidade craniana de 385 a 417cm3. Este constituiria mais uma variação do Homo, para além do H. habilis e do H. erectus (ou uma de suas variações). Na China o H. erectus foi datado em 700 mil anos. Possuía estatura inferior a 1,60m. Na Europa, o H. erectus aparece entre 1,2 milhão de anos (Atapuerca, Espanha) a 450 mil anos (Ceprano, Itália).

O capítulo possui uma seção destinada à descrição da morfologia do H. erectus (incluindo o caso do ‘garoto de Turkana’, o WT-15000, COM 1,6 milhão de anos e com idade biológica estimada entre 8 e 12 anos e com estatura de 1,70m). Produziam artefatos Olduvaienses e Acheulenses (Modo 2, retocados dos dois lados). As marcas de cortes em ossos indicam descarnamento de carniças e de carcaças de animais também recém-abatidos pelo H. erectus. Entre 1,5 e 1 milhão de anos, o H. erectus utilizou o fogo. Neste capítulo é feita uma introdução ao estudo do Homo heidelbergensis , cujo holótipo teria sido encontrado nos depósitos fluviais do rio Neckar, a cerca de 10km a sudoeste de Heidelberg, na Alemanha, em 1907 e datado entre cerca de 569 a 609 mil anos. A este novo Homo, seguiram-se os de Petralona e Arago (Europa), Bodo, Ndutu, Kabwe e Elandsfontein (África) e Kocabas, Hathnora , Dali e Maba (Ásia), todos com definição de espécie um tanto complexa. Produziram artefatos líticos de indústrias Acheulenses e Musterienses e abrigos de rochas e galhos por volta de 380 mil anos. No quadro referente ao algo novo no front, os autores do capítulo apresentam evidência favorável a presença do H. erectus em Dmanisi; o H. erectus é associado ao surgimento da indústria lítica Acheulense e ao uso controlado do fogo entre 790 mil (Israel) e 1 milhão de anos atrás (África do Sul).

O capítulo V trata do tema Os Neandertais. Esta espécie de Homo teria se originado, juntamente com os denisovanos, há cerca de 500 mil anos a partir da população de Homo heidelbergensis que habitava a região da Eurásia. Na África, a população de H. heidelbergensis originou há 200 mil anos o Homo sapiens. Esta espécie de homem anatomicamente moderno dispersou-se pela região de Israel há 120 mil anos e para os demais continentes por volta de 50 mil anos. O H. neanderthalensis na Europa foi substituído pelo sapiens em um período de 10 mil anos aproximadamente. Essa dinâmica de extinções e especiação é descrita neste capítulo. O holótipo do H. neanderthalensis é a calota craniana do Neandertal 1, descoberta na caverna de Feldhofer, vale do rio Neander, Alemanha, em 1856. O artigo faz referência a produção de cerca de 250 artigos sobre o Homo piltdownensis (classificado assim por Arthur Keith), um fóssil criado por volta de 1908 (fragmentos de neurocrânio humano, mandíbula de Pongo e dentes de um Pan fóssil) e cuja fraude foi descoberta em 1953. A encefalização nesse caso teria  ocorrido antes da mudança na dieta. A descoberta da fraude, do pseudofóssil, denota, segundo os autores, a autocorreção da ciência. Sobre os neandertais, ocuparam a Europa Ocidental, Oriente Médio, Rússia (Sibéria), sem, contudo, aparecerem no registro fóssil africano ou do sul da Ásia. Habitaram essas regiões entre as eras glacial e interglacial, no Pleistoceno Superior, entre 170 mil e 30 mil anos. Seus crânios são menos neotênicos que os do H. sapiens, com tórus supraorbitário característico, face projetada para a frente, abertura nasal ampla, capacidade craniana e volume craniano elevados, neurocrânio longo e baixo, dentes volumosos (taurodontia) e incisivos em forma de pá, occipital proeminente (occipital bun, ou coque occipital), ausência de queixo e espaço retromolar. Sua morfologia e volume corporal associava-se a adaptação a ambientes frios. Teriam deficiência no balanço corporal, denotada pelas características da cóclea no ouvido interno em corridas e ênfase no sistema visual, pelas dimensões orbitárias; antebraços e pernas mais curtos que os do H. sapiens; estaturas variando de 1,69m a 1,60m; tórax em forma de tonel; pelve larga. Essas características apontam adaptação a ambientes frios. Pesquisas com mtDNA de um H. neanderthalensis de 38 mil anos possibilitaram identificar um ancestral comum com o H. sapiens a cerca de 600 + 140 mil anos. Em pesquisas com DNA nuclear o gene FOXP2, relacionado à fala, está presente no neandertal e no sapiens. Em 2010, segundo pesquisadores do Instituto Max Planck, um novo sequenciamento de DNA de neandertal indicou compartilhamento de 99,84 por cento entre esta espécie e o H.sapiens. A origem do H. neanderthalensis estaria relacionada ao Homo antecessor, espécie derivada do Homo erectus na região mediterrânica. O capítulo salienta, para fins de síntese, considerar os H. neanderthalensis como uma variante do H. heidelbergensis na Europa e o H. sapiens uma variante do H. heidelbergensis na África. A árvore filogenética do gênero Homo torna-se complexa com a introdução dos denisovanos, geneticamente mais próximos do H.heidelbergensis.

Na árvore filogenética proposta no capítulo V indica que possivelmente em diferentes regiões da Eurásia, populações de H. sapiens, H. neanderthalensis, H.floresiensis, H. erectus, denisovanos teriam coexistido por um breve período de tempo, entre 20 mil e 30 mil anos, ou pouco mais. O capítulo trata da tecnologia lítica e domesticação do fogo entre as várias espécies. Estima que os neandertais, em relação ao comportamento, viviam em grupos pequenos, resultando em baixa diversidade genética. Vivendo em regiões de clima glacial, sua expectativa de vida não chegava aos 40 anos, possuíam deficiências nutricionais severas, traumas e injúrias constantes e que eram alvo de cuidados por longos períodos. Análises dos esqueletos e dentes dos neandertais indicaram que possuíam alto nível de atividade física e demandavam elevado consumo de calorias, com dieta onívora.

Deveriam organizar estratégias de subsistência (caça, pesca, coleta, cozimento dos alimentos, consumo, usos e processamento de plantas) e convivência complexas e cooperativas. O capítulo ilustra possibilidades para o desenvolvimento do pensamento simbólico entre os neandertais, pelo uso de pigmentos e conchas perfuradas. Entretanto, os autores do capítulo afirmam que existe dificuldade em aceitar a ideia de que os neandertais realizavam sepultamentos pela ‘ausência de artefatos claramente simbólicos’ no local da inumação. Trata-se de um problema, visto que a deposição mortuária de La Chapelle-aux-Saints possuía ossos de um mamífero em associação. Entretanto, a necessidade da presença de ‘artefatos claramente simbólicos’ para caracterizar deposições funerárias em qualquer população humana não é uma regra.

Ainda neste capítulo, de novo no front há a possibilidade de formas híbridas resultantes de intercruzamentos entre neandertais e sapiens; as expressões diferenciadas de mesmos genes em humanos modernos e neandertais; indicadores de possíveis intercruzamentos entre neandertais e H. sapiens arcaico.

No capítulo VI, Origem e dispersão dos humanos modernos, os autores retomam a história geral dos estudos da origem do ser humano e do pensamento simbólico e representações resultantes. Em formato linear e cronológico, o Histórico neste capítulo cita vários eventos relacionados ao estudo das origens do ser humano: antes do séc. XVIII, com viés religioso, com a criação das espécies por divindade sua explicação e repetição continuada por centenas de anos (e mesmo na história do presente): no séc. XIX, com a divulgação de ‘A Origem das Espécies’, de Charles Darwin, com a formulação da evolução das espécies e o mecanismo da seleção natural; o foco no registro fóssil, desde a primeira metade do séc. XIX, seguindo-se ao achado fortuito da calota do vale do rio Neander em 1856, holótipo do H. neanderthalensis; de remanescentes de H. sapiens (Cro-Magnon 1, 2 e 3) de Les Eyzies, na França, em 1868, de Chancelade, em 1880 e de Combe-Capelle, em 1909, na França; em toda a Europa o homem anatomicamente moderno estava presente por volta de 35 mil anos; em 1897 surge a caverna de Altamira, na Espanha e entre 1871 e 1901 as cavernas de Grimaldi, na Itália são escavadas; os sítios com artefatos líticos e em osso da República Checa, escavados entre 1881 e 1904; em Java foram localizados remanescentes de H.sapiens de 6 mil anos entre 1888 e 1890; em 1912, foram descobertas as cavernas de Les Trois Frères, em Ariège, com registros rupestres e artefatos líticos e em osso; surgem as importantes cavernas de Lascaux e Chauvet, na França, ambas com registros rupestres.

Este capítulo cita e associa o desenvolvimento do método arqueológico no início do século XX a Gordon Childe e Mortimer Wheeler e as novas direções técnicas nas pesquisas que se seguiram. A origem e dispersão do H. sapiens puderam ser estudadas a partir das descobertas de outros sítios que incluíram, entre outros, Singa, Sudão (1924); Skhul V, Israel (1932); Qafzeh 6, Israel (1933); Hofmeyer, na África do Sul (1952); Liujiang, China (1958); Omo I, Etiópia (1967); Kow Swamp, Austrália (1967); Laetoli, Tanzânia (1976); e Oase 2, na Romênia (2003).

São descritas as características anatômicas cranianas e ‘pós-cranianas’ do H.sapiens. A morfologia do nosso crânio e ‘pós-crânio’ pode ser caracterizada pela capacidade cefálica elevada (acima de 1300cc), neurocrânio alto, escama do occipital arredondada e sem tórus, dimorfismo sexual relativo, face ortognata ou mais retraída, presença de fossas caninas, presença de queixo, arco superciliar e  bordas supraorbitárias substituem o tórus supraorbitário, ausência de espaço retromolar, antebraço e pernas mais longos (em relação aos neandertais), abertura nasal anterior mais estreita que nos neandertais, quadril e tronco mais estreitos (em relação aos neandertais e H. erectus), entre outras. Associados a essa análise morfológica comparada, os estudos moleculares têm sido mais intensivos e modificam paradigmas antigos a cada semana. As inferências genéticas caracterizam os fósseis de uma forma que as análises morfológicas diretas dos fósseis (mesmo a morfometria geométrica comparada e a análise epigenética) não possibilitariam alcançar: seus resultados são mais contundentes.

A reconstrução das relações entre populações pré-históricas cada vez mais prescinde das análises de mtDNA e do cromossomo Y, usados para reconstituir longas linhagens de descendência (feminina). Arvores que expressem relações evolutivas entre populações podem ser construídas considerando-se a similaridade observada entre variantes novas existentes entre as populações, fixadas pela deriva genética, ou a mudança aleatória da frequência gênica em populações de diferentes tamanhos. Nesse sentido, o mtDNA e o cromossomo Y (sua contraparte masculina), são adequados para verificar a extensão da relação entre ancestralidade e descendência entre populações humanas que compartilham um único ancestral (‘Eva mitocondrial’). Tanto o mtDNA, quanto o cromossomo Y, indicam que o ser humano teve origem na África e depois se dispersou (pelos haplogrupos M e N e os seus haplogrupos diversificados, A, B, C, D e X, presentes nos grupos humanos americanos). As técnicas de extração do DNA em  ossos antigos consideram a abundância do mtDNA em relação ao DNA nuclear. É evidente que o controle ineficaz de agentes contaminantes por gerenciamentos laboratoriais deficientes prejudica e inviabiliza quaisquer análises biomoleculares.

Ainda, no penúltimo capítulo, as contribuições da arqueologia podem gerar explicações diferentes sobre um certo fenômeno evolutivo e de mudança comportamental. A origem do H. sapiens pode ser explicada mediante as hipóteses da origem multirregional ou trellis model (anos 1970); pela saída da África ou Out of África e pela hibridização. Esses modelos são explicados e consideradas as suas limitações e alcances explanatórios para a nossa origem.

Todos levam em consideração a origem africana do H. erectus, sua dispersão pelo Velho Mundo a partir de 1,8 milhão de anos. As variações nos modelos surgem em relação à forma de evolução da espécie humana moderna: no primeiro caso, do trellis model, os humanos evoluíram em um continuum a partir de um ancestral (H. erectus), ocupando os 4 continentes; no Out of África, os humanos originaram-se de populações africanas de H. heidelbergensis e foram substituindo as outras espécies de hominínios existentes; no terceiro modelo, os humanos originaram-se do H. heidelbergensis, na África, com expansão para os 4 continentes caracterizada por trocas gênicas com as outras espécies de hominínios existentes.

Sobre a antiguidade do H. sapiens, o capítulo cita os achados do sítio Omo, na Etiópia, com remanescentes de 200 mil anos; no sítio Herto, também na Etiópia,   com 154 a 160 mil anos; nos sítios Qafzeh e Skhul, em Israel, com fósseis datados entre 130 mil e 90 mil anos, já em área de transição entre África, Ásia e Europa.

Assim, os humanos saíram da África pelo Oriente Médio, antes de chegar à Europa e Ásia. Outros registros fósseis indicam a presença na Europa de neandertais entre 150 mil e 30 mil anos e de H. sapiens após 40 mil anos. Na Romênia, República Checa e na França (Cro-Magnon), as datações para o H. sapiens alcançam 35 mil, 31 mil e 27 mil anos, respectivamente. Na China, em Zhoukoudien, Tianyuan e Liujiang, as datações indicam 30 mil, 40 mil e 68 mil anos para a presença do H. sapiens moderno. Na Indonésia, em Niah, foram datados entre 39 mil e 45 mil anos. Em Laetoli, Tanzânia, África, o crânio Ngaloba LH 18 foi datado em 120 mil anos. Um fóssil de H. sapiens encontrado em Singa, Sudão, apresentou idade entre 120 mil e 150 mil anos. Na perspectiva genética, com o emprego de métodos moleculares (análise de mtDNA, n DNA e cromossomo Y) o H. sapiens originou-se na África entre 220 mil e 120 mil anos. Então, o H. sapiens teria surgido a cerca de 200 mil anos, no nordeste da África.

As rotas de dispersão do H. sapiens perfazem um dos temas tratados neste capítulo. São sugeridas algumas das rotas de dispersão humana a partir da África, que levam em consideração a presença de registros fósseis humanos nos continentes e as suas relações, ‘movimentos migratórios’, ‘ondas migratórias’, ‘recolonizações’, ‘contatos’, ‘dispersões’, ‘hipóteses de colonização’. São consideradas as datações, morfologia comparada do registro fóssil e dados de modelos genéticos. O continente americano teria sido o último a ser ‘colonizado’ Entre 30 mil e 13 mil anos, o nível do mar possibilitava a passagem de hominínios entre o Alasca e a Sibéria e nesse caso, remanescentes da sua presença foram datados entre 15 mil e 13 mil anos.

Outro aspecto tratado no capítulo VI é a ‘explosão criativa do Paleolítico Superior’, caracterizado pela presença de vestígios representativos das formas de pensamentos simbólicos ou expressões simbólicas do pensamento, sob a forma de objetos de cultura material (e imaterial). Nesse subtema, a questão está na ‘evolução do comportamento simbólico’, uma ‘especificidade humana’ do H.sapiens. Essa ‘revolução’ teria ocorrido no Paleolítico Superior, por volta de 50 mil anos. Para os autores do capítulo, a palavra ‘cultura’ somente poderia ser empregada ‘em todo o seu potencial’ a partir de 50 mil anos. Existiria um ‘antes’ e um ‘depois’ de uma ‘explosão criativa’, que teria gerado inúmeros registros arqueológicos da sua ocorrência e que ‘evolui’ até os dias atuais. A identificação de uma mudança cognitiva há 50 mil anos caracteriza o modelo explicativo (especulativo) de Richard Klein, o modelo neuronal. Existiriam ‘genes’ ligados ao ‘desenvolvimento cerebral’ e a sua ‘evolução abrupta’ teria levado a essa ‘revolução cultural’. Esta perspectiva merece uma refinada revisão que não cabe nesta resenha. A palavra cultura (e não o conceito de cultura) é aclamado, sem aspas e sem restrições. Antes – de 50 mil anos – deve ser usada como ‘cultura’, com ‘restrições’.

Um dos pontos apresentados em defesa de uma ‘verdadeira cultura humana’ está na variabilidade ou substituição da matéria prima (lítica) escolhida para a construção dos artefatos; ferramentas cada vez ‘melhor trabalhadas’; substituição das lascas por lâminas; uso do fogo para queima controlada da argila, outra matéria prima da revolução cultural; construção de ferramentas compostas por mais de uma matéria prima; pontas ósseas elaboradas com propósitos específicos (abater, sangrar, agarrar, transpassar, amortecer); propulsores; uso de recursos marinhos para alimentação e adorno; construção de embarcações e instrumentos próprios para a pesca; uso de pigmentos e elaboração de tintas (a partir do momento no qual os neandertais podem ter feito uso de pigmentos, esta prática não está mais associada ao comportamento simbólico complexo do H. sapiens, exclusivamente); as formas de ‘arte’ expressas pelas representações antropomorfas tridimensionais e pelos registros rupestres de cenas diversificadas da vida cotidiana e dos outros animais e objetos. ‘Arte’ significa a demonstração de algum ‘grau de simbolismo’, com ‘complexidade significativamente maior’. As pinturas rupestres ‘bem acabadas’, esculturas que sugerem ‘xamanismo’ e as ‘pequenas esculturas simbolizando a figura feminina com traços de fertilidade exagerados’ (vênus de Brasseimpouy, de Willendorf I, de Lespugne), as figuras de animais esculpidas ou gravadas em osso e marfim (cabeça de cavalo de Mas de A’ zil, hiena de Madeleine-Dordogne e um mamute de Madeleine-Dordogne) e e os primeiros registros de ‘atividade religiosa’.

Os sepultamentos humanos são um componente social importante da revolução criativa pós 50 mil anos. Mesmo não sendo exclusivos desse período, somente nele é que passaram a ocorrer em grande número e aumentar sua incidência no registro arqueológico. Em Cro-Magnon ocorrem nos sepultamentos, conchas e dentes perfurados, com ocre abundante. Os sepultamentos foram denominados pelos autores de ‘sepultamentos ritualísticos’, numericamente expressivos no Paleolítico Superior. Outra característica da ‘revolução’ (ou ‘mutação’, no sentido genético) estaria no aumento da complexificação da organização social. Recursos ambientais escassos implicavam em grupos sociais pequenos, com menos de 30 pessoas. Recursos abundantes, grupos sociais expandidos a mais de 200 pessoas.

Instituem-se áreas específicas nos assentamentos para a elaboração de certos artefatos e práticas. O capítulo considera a ‘explosão cultural’ do Paleolítico Superior como ‘avassaladora’ em relação as suas evidências no registro arqueológico. Distinguem-se comportamento moderno de comportamento não-moderno, mediante a explicação do modelo neuronal de Klein. Entretanto, objeções à cronologia fixa dos 50 mil anos existem. Na África do Sul, os sítios de Blombos e de Pinnacle Point apresentaram conchas perfuradas, com ocre, artefatos em osso, uso controlado do fogo para a construção de objetos e caça especializada de moluscos entre 76 mil anos e 164 mil anos. Portanto, 50 mil seria pouco para a ‘explosão criativa’. Um modelo não-neural associa a origem da expressão simbólica ao surgimento gradativo e cumulativo dos comportamentos simbólicos  no período de aproximadamente 150 mil anos. Para justificar essa hipótese, considerou-se a presença de oferendas e adornos em sepultamentos e uso de pigmentos encontrados em Qafzeh, Israel, com 100 mil anos, como sinônimos de comportamento simbólico complexo. A acumulação lenta de hábitos complexos pode estar relacionada a concentração de pessoas em grandes assentamentos e sua relação com outros assentamentos, propiciando o comportamento simbólico. O comportamento simbólico complexo depende, então, de uma condição demográfica favorável. Poderia existir sempre, dentro do H. sapiens, entretanto, nem sempre em condições de ser impulsionado. Funciona como uma hélice do DNA ou um cromossomo Y: seria biocultural, sociobiologicamente determinado.

Sim, a ‘evolução da capacidade cultural do ser humano é um dos temas mais intrigantes do estudo da história do H. sapiens’ e pode ser ‘datada’ com instrumentos da arqueologia, paleoantropologia, da genética e da linguística, dentro de um ‘arcabouço filogenético’. Pronto: 170 mil anos. Somente depois a quantidade de ‘cultura’ aumentaria.

Finalmente, no capítulo VII, o Neolítico: domesticação e origem da complexidade social, acredita-se que somente as novas descobertas arqueológicas e paleoantropológicas poderão ser capazes de alimentar o amplo e dinâmico debate sobre a evolução humana. Trata do homem ‘herói’, já morfologicamente moderno e capacitado culturalmente. Os modos diversos e as cronologias sobre a manipulação e domesticação de plantas, animais e a criação de novos materiais a partir do processamento da matéria prima pelo calor interessam. O manejo dos  ciclos reprodutivos de plantas e animais deve satisfazer as necessidades do novo humano moderno. As privações anteriores a 170 mil ou a 50 mil anos são suplantadas pelo aparecimento da ‘complexidade social’. Entre as feições principais do Neolítico estão a domesticação de plantas e animais e o surgimento de vilas e cidades. A emergência da complexidade implica em desdobramentos sociopolíticos, culturais e ecológicos. A narrativa apresentada, segundo os autores deste capítulo, restringe-se a domesticação e a complexidade social.

Domesticação refere-se a mudanças genéticas e fenotípicas, ao manejo humano, a ação humana. Distinguem-se a não-domesticação, a pré-domesticação e a domesticação propriamente dita. Pode ser considerada como processo evolutivo, com contingências biológicas e ambientais seletivas que transformam uma população em um momento da sua história evolutiva. Assim iniciam-se os pressupostos ou aspectos elementares da domesticação neste capítulo. A complexidade social é tratada a partir da possibilidade de reuso condicional do discurso de Elman R. Service (a sequência bando-tribo-chefias-estados), de Gary M. Feinman, com a presença de elites gerenciadoras da sociedade, em estruturas hierárquicas estáveis que funcione como um nexo organizacional e estruturante do coletivo. Nesse sentido, sociedades caçadoras-coletoras, sem clãs, não seriam complexas, mas igualitárias, com tarefas generalistas, sem hierarquização social.

A complexificação (vertical e a horizontal) está associada a compartimentação, especialização, diferenciações funcionais, hierarquização dentro da estrutura social. O capítulo ainda trata da chamada “Revolução Neolítica” no âmbito do  surgimento da agricultura, considerando e descrevendo as características de zonas específicas (Crescente Fértil, Egito, Bacias dos rios Yangtzé e Amarelo, Planalto na Nova Guiné, África Subsaariana, Amazônia, Norte da América do Sul, Mesoamérica e Leste dos Estados Unidos). Os debates apresentados no capítulo referem-se ao porque do aparecimento da Revolução Neolítica, relacionando-o a teoria da sociedade afluente original, do antropólogo Marshall D. Sahlins, da Uinversidade de Chicago.

Nos primórdios da agricultura, a caça e a coleta também deveriam coexistir, antes do processo de aumento crescente da produção de alimentos por muitas sociedades humanas. As primeiras domesticações teriam se originado em ambientes plenos em recursos da natureza e não em ambientes estressantes, bem mais tardios, representados pelo sedentarismo crescente, surgimento de epidemias nos períodos mais recentes, associadas ao convívio com os animais domesticados.

Os autores vislumbram, segundo o arqueólogo Brian D. Hayden, a possibilidade da projeção de informações etnográficas nos contextos pré-históricos para a compreensão das reuniões entre grupos humanos para a realização de banquetes (a partir de 50 mil anos), tocas, distribuições ou mesmo a destruição de alimentos e bens relacionados a posições de prestígio social. Alcançava-se prestígio entre os líderes locais e estímulo à produção e acúmulo de excedentes. Pelo menos, entre 10 mil e 2 mil anos, teria ocorrido um rompimento, justaposição ou sobreposição do modo de vida nômade dos caçadores-coletores ao das populações agricultoras.

A alta concentração demográfica associada a domesticação de plantas e animais  passa a caracterizar a ‘complexidade social’ em várias regiões do planeta. Entre 9.500 anos e 5.000 anos, mudanças climáticas teriam favorecido a domesticação de plantas e de animais. Neste contexto estariam Jericó e ÇatalHoyuk. O livro é, minimamente, imprescindível nas escolas e universidades brasileiras.

Notas

2 CARTMILL, Matt; SMITH, Fred H. (Eds.) The Human Lineage.New Jersey: Wiley-Blackwell, 2009; KLEIN, Richard G. The Human Career. Human Biological and Cultural Origins. Chicago: The University of Chicago, 2009; CELA-CONDE, Camilo J.; AYALA, Francisco J. Human Evolution. Trails from the Past.

Oxford: Oxford University Press, 2010; LOCK, Andrew; PETERS, Charles R. (Eds.) Handbook of Human Symbolic Evolution. Oxford: Blackwell, 1999; HENKE, Winfried; CIOCHON, Russell L.; FLEAGLE, John G. (Eds.) The Human Evolution Source Book. 2ed.New Jersey: Pearson, 2006; TATTERSALL, Ian (Eds.) Handbook of Paleoanthropology. New York: Springer, 2007, 3 vols.

3 CUNHA, Eugénia. Como nos tornámos humanos. Coimbra: Imprensa da Universidade de Coimbra, 2010; LEWIN, Roger. Evolução Humana. Tradução de Danusa Munford. São Paulo: Atheneu, 1999; KLEIN, Richard G.; EDGAR, Blake. O despertar da cultura. A polêmica teoria sobre a origem da criatividade humana. Tradução de Ana Lúcia Vieira de Andrade. Rio de Janeiro: Zahar Editor, 2005.

4 LARSEN, Clark Spencer. Our Origins. Discovering Physical Anthropology. New York: W.W.Norton & Company, 2008; HAVILAND, Willian A. Anthropology. 7 ed. New York: Harcourt Brace Colege Publishers, partes I a III, 1994; WALKER-PACHECO, Suzanne E. Exploring Physical Anthropology. 2 ed. Englewwood: Morton Publishing Company, 2010.

5 ROBERTS, Alice.Evolution. The human story. New York: DK Dorling Kindersley, 2011.

Sergio Francisco Serafim Monteiro da SilvaDepartamento de Arqueologia, UFPE. E-mail: [email protected]

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Human Bones and arqueology – UBELAKER (CA)

UBELAKER, Douglas. Human Bones and arqueology. Washington: Cultural Recourses Management Series, Interagency Archeological Service, Heritage Conservation and Recreation Service, Department of the Interior, 1980. Resenha de: SILVA, Sergio Francisco Serafim Monteiro da. Clio Arqueológica, Recife, v.33, n.1, p.209-215, 2018.

O livro Human Bones and Archeology, de Douglas Ubelaker, foi publicado inicialmente em 1980, com a preparação conjunta do U.S Department of the Interior, e do Heritage Conservation and Recreation Service e a Interagency Archeological Services, em Washington, D.C, nos EUA. Voltado ao problema dos ossos humanos na arqueologia, em especial aqueles relacionados aos primeiros habitantes da América do Norte, estudados por arqueólogos, antropólogos e bioarqueólogos ainda hoje produtivos, como William Bass, Don R. Brothwell, Jane Buikstra e o próprio Douglas H. Ubelaker, o texto expõe estudos de casos que possibilitam ao leitor perceber os principais aspectos relativos à produção de conhecimento científico em arqueologia quando são escavados sítios com presença de remanescentes humanos.

A análise do contexto arqueológico tem sido de fundamental importância para a compreensão primeira dos processos formadores do registro arqueológico, sendo possível a reconstrução de perfis funerários de populações do passado. Os dados mortuários de natureza biológica, como o sexo, idade, estatura, ancestralidade, doenças, traumas e anomalias, constituem importantes recursos para a reconstrução de perfis biológicos dessas populações, auxiliando nos processos de interpretação arqueológica sobre os seus modos de vida.

Entre 1906 e 1979, pelo menos no período em que Ubelaker escreve Human Bones and Archeology, uma série de documentos legais estabeleceram regras para o tratamento do patrimônio cultural dos EUA, incluindo o arqueológico.

Diferentemente, no Brasil, verifica-se que na Constituição Federal de 1988, art.216, são descritos os bens que constituem patrimônio cultural. Também a Lei Federal No. 3.924, de 26 de julho de 1961, no seu art. 2º estabeleceu como monumentos arqueológicos ou pré-históricos, entre outros, os poços sepulcrais, os cemitérios e sepulturas nos quais se encontrem vestígios humanos de interesse arqueológico ou paleoetnográfico. Ainda, o Cap. II, item 1 do decreto-lei no. 25/37, art. 2º da lei federal 3.924/61 e a portaria IPHAN no. 230/02, em relação aos sítios históricos, inclui os cemitérios antigos nesse rol do patrimônio arqueológico brasileiro.

Human Bones and Archeology, remete o leitor aos problemas relativos às pesquisas com sepulturas e os remanescentes humanos também para o caso especificamente brasileiro na atualidade: as intervenções de salvamento; as questões indígenas e quilombolas de territorialidade e identidade; a urgência de órgãos gestores da administração pública e privada em resolver problemas com ossos humanos em terrenos de empreendimentos e frente a obras de arquitetura, que irão impactar o registro arqueológico com presença de remanescentes ósseos humanos e outros vestígios de interesse arqueológico.

Estudar ossos humanos na arqueologia constitui um fazer restrito a nichos universitários e de difícil acesso à sociedade de maneira geral, mesmo aos agentes sociais vinculados com a indústria cultural. A exposição museológica de remanescentes humanos em instituições e eventos dentro do Brasil é relativamente rara, encontrando exemplos nas exposições temporárias de corpos humanos dissecados e plastinados provenientes da Alemanha e China e exposições temporárias e permanentes em museus estaduais, municipais, institutos de pesquisa e bienais de arte sobre temas relacionados à evolução humana, a arqueologia e etnologia.

A perspectiva da biocultura, conceito/fenômeno da sociobiologia humana, sob os auspícios do do guarda-chuva paradigmático da Bioarchaeology, iniciado nos anos 1940 e extensivamante propagado por Jane Buikstra e Clark Spencer Larsen desde a década de 1960 nos EUA, prevalece nos dias atuais sob várias formas de abordagens teórico-metodológicas, em interdisciplinaridade com as ciências sociais, a medicina, as ciências forenses e correlatas (as Bioarqueologias social, da tuberculose, da violência, da infância, entre outras). Interessa a reconstrução do comportamento de populações do passado.

A abordagem comportamental em arqueologia moderna encontra expressividade neste trabalho visionário de Douglas Ubelaker. A atualidade do tema tratado mostra a pertinência da sua tradução no Brasil. Aqui, sítios arqueológicos históricos e pré-históricos, sob a responsabilidade do IPHAN e dos arqueólogos, tem sido sistematicamente destruídos no âmbito das reformas e empreendimentos urbanos e rurais. A participação de empresas de arqueologia nesse processo se dá de forma a cumprir as exigências da legislação federal, sendo recorrente a ausência de produção científica relacionada aos remanescentes humanos escavados nos projetos de intervenção e a ausência de profissionais capacitados para a escavação sistemática de estruturas arqueológicas contendo remanescentes de esqueletos humanos.

Douglas Ubelaker, cuja produção bibliográfica contínua em Antropologia Biológica, Forense e Arqueologia é suficientemente extensa, descreve de forma clara e sintética os métodos e técnicas sobre como os sepultamentos e esqueletos humanos devem ser analisados, como determinar o sexo, a idade, a estatura, evidências de doenças e as modificações artificiais dos ossos. Em seguida, ilustra com casos em Maryland, na Costa do Equador, Illinois e Columbia Britânica, enfocando a complexidade do contexto arqueológico de deposições funerárias nos cemitérios pré-históricos, as possibilidades interpretativas sobre nutrição, história das doenças, estrutura social, estatura e status social, acompanhamentos funerários inusitados e o desgaste dentário de origem artificial.

No livro podemos encontrar referências comparadas entre problemas enfrentados por nossos antepassados e aqueles que enfrentamos hoje quanto a nossa alimentação, doenças e modos de adaptação humana ao ambiente. As respostas oferecidas no passado, diante das que oferecemos hoje aos problemas de convivência entre nós mesmos e entre o ambiente, incluindo os seus agentes patogênicos, os recursos alimentares e a devastação antrópica crescente, por exemplo, podem servir de inspiração para podermos amenizar o impacto que causamos às nossas sociedades e ao ambiente em que vivemos.

Para Bennie C. Keel, consultor de arqueologia, que faz um prefácio para o texto de Douglas Ubelaker, os estudos dos remanescentes ósseos humanos na arqueologia são um dos mais provocativos e menos compreendidos aspectos dessa ciência. Esses estudos possuem motivos e métodos que foram apresentados por Ubelaker neste livro (ou livreto) com a finalidade de esclarecer o público, reduzindo os equívocos sobre essa área da Arqueologia.

Embora os ossos humanos representem uma parte diminuta do patrimônio cultural norte americano, alguns possuem importantes significados que somente poderão ser compreendidos considerando-se os seus contextos arqueológicos. Os vestígios arqueológicos são portadores de importantes informações sobre o passado, constituindo materiais frágeis e insubstituíveis, segundo Bennie Keel. Portanto a proteção desse patrimônio – registro do passado – constitui uma missão conjunta entre o Heritage Conservation and Recreation Service (HCRS) e o público. Assim como no Brasil, nos EUA existia, nos anos 1980, o problema da proteção e conservação dos sítios arqueológicos – que, evidentemente, tem se estendido até os dias atuais.

Portanto, aquelas pessoas que conhecem algum sítio arqueológico, podem ajudar na sua proteção e conservação, entrando em contato com uma Secretaria de Preservação Histórica da Capital do seu estado ou, no caso do Brasil, com as superintendências regionais do Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional (IPHAN), distribuídas em todos os estados do país desde 2009. A partir do registro e da proteção e em relação a possíveis perturbações de sítios arqueológicos, com presença de remanescentes ósseos humanos, são extremamente necessários aqueles profissionais experientes nas técnicas de escavação – os arqueólogos, cuja profissão foi reconhecida em abril de 2018 no Brasil. Somente com essas iniciativas, as gerações futuras, tanto nos EUA, quanto no Brasil, poderão ter conhecimento sobre o seu próprio passado.

Lembramos somente ao leitor que este texto foi produzido em 1980 e que algumas considerações devem ser feitas em relação à cultura, política e mentalidade nos EUA naquele período, em especial aos parâmetros de cientificidade então aceitos pelo Smithsonian Institution e ao autor, cuja obra científica, ainda em construção, é merecedora de respeito e inspiração.

Ainda, o caráter extremamente atual do texto, especialmente em correlação com os eventos de descaso e vandalismo sistemático e contínuo em relação aos sítios arqueológicos com presença de ossos humanos no Brasil, especialmente na Região Nordeste, onde esses vestígios extremamente frágeis são sinônimo de crime e de perda da propriedade para as instituições governamentais, torna a leitura e divulgação desta publicação, por enquanto esgotada, emergencial.

Sérgio Francisco Serafim Monteiro da Silva – Departamento de Arqueologia, UFPE. E-mail: [email protected]

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Fundamentos da Paleoparasitologia – FERREIRA et al (CA)

FERREIRA, Luiz Fernando; REINHARD, Karl Jan; ARAÚJO, Adauto (Orgs.). Fundamentos da Paleoparasitologia. Rio de Janeiro: Editora Fiocruz, 483 páginas, 2011. Resenha de: MARTIN, Gabriela. Clio Arqueológica, Recife, v. 32, n. 1, p. 189-191, 2017.

A Paleoparasitologia tem-se desenvolvido amplamente no Brasil nas últimas décadas, e esse avanço deve-se em grande parte aos trabalhos dos pesquisadores da Escola Nacional de Saúde Pública da Fundação Oswaldo Cruz, sediada no Rio de Janeiro.

Desde o edifício de arquitetura eclética, conhecido como Castelo Mourisco e que se destaca na paisagem de Manguinhos, na cidade do Rio de Janeiro, os pesquisadores que organizaram a obra que aqui resenhamos foram pioneiros no Brasil ao tratar de uma ciência que hoje representa um pilar inamovível no estudo da Pré-história. Das ciências propedêuticas da Arqueologia, é a Paleoparasitologia a disciplina que, junto à Antropologia Física, mais auxilia no estudo e no conhecimento do homem antigo.

Trinta e um autores participam de Fundamentos da Paleoparasitologia, que, com 28 trabalhos de síntese, compõe a coletânea mais completa já publicada sobre o tema no Brasil e extrapola o conhecimento puramente parasitológico para adentrar nas origens e nos caminhos seguidos pelo Homo sapiens no povoamento das Américas.

O livro está dividido em quatro partes claramente diferenciadas. Na primeira, os oito artigos incluídos no item Os Parasitos, Hospedeiros Humanos e o Ambiente apresentam um viés histórico, que se completa com o artigo Parasitos como Marcadores de Migrações Pré-históricas, de autoria de Adauto Araújo, Karl Jan Reinhard, Scott Gardner e Luiz Fernando Ferreira, trabalho especialmente importante para os arqueólogos.

A Parte II versa sobre Vestígios de Parasitos Preservados em Diversos Materiais, Técnicas de Microscopia e Diagnóstico Molecular, com 11 artigos que nos informam sobre os diversos materiais onde os parasitos são detectados, âmbar incluído. A Parte III, denominada O Encontro de Parasitos em Material Antigo: Uma Visão Paleogeográfica, relaciona os mais importantes achados arqueológicos nos cinco continentes. Finalmente, essa importante obra encerra-se na Parte IV, intitulada Estudos Especiais e Perspectivas, com trabalhos sobre documentação histórica e métodos em Paleoepidemiologia.

Fundamentos da Paleoparasitologia é sem dúvida um dos grandes logros da Fiocruz e uma obra que não deve faltar na biblioteca de pré-historiadores e arqueólogos em geral.

Gabriela Martin – Programa de Pós-graduação em Arqueologia e Preservação Patrimonial, UFPE. E-mail: [email protected]

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Côa e Seridó, dois rios na Pré-História – MARTINHO et al (CA)

MARTINHO, António; MARTIN, Gabriela; PESSIS, Anne-Marie. Côa e Seridó, dois rios na Pré-História. Recife: Editora da UFPE, 2017. Disponível em:  https://www3.ufpe.br/editora/ufpebooks/serie_extensao/coa_serid/html5forwebkit.html?page=0 . Resenha de: CISNEIROS, Daniela. Clio Arqueológica, Recife, v.2, n.2, p.247-252, 2017.

Este livro é uma idéia original que liga Portugal ao Brasil de uma maneira nova e que tem um alcance que ultrapassa o seu conteúdo. Forma parte de uma série de publicações realizadas sob o lema Movimento Recife Porto na Arte, criado em 1992 e caracterizado como um espaço de articulação entre artistas e pesquisadores brasileiros e portugueses procedentes de várias universidades e centros culturais de Portugal e Brasil no intuito de constituir uma rede de relações culturais de amplo espectro. Nesse âmbito, já foram publicados vários livros de conteudo diverso, embora no denominador comúm da cultura luso-brasileira sob a coordenação de Maria Betânia Borges Barros.

O livro Côa e Seridó, Dois Rios na Pré-História é dedicado à arte rupestre préhistórica do Brasil e de Portugal, centrado na apresentação de dois rios e duas culturas num futuro comum. Seguindo-se o roteiro da ocupação humana préhistórica nos vales de dois rios: Côa, em Portugal, e Seridó, no Brasil, apresentam-se as raizes de dois povos que, milênios depois, o destino uniria numa cultura semelhante: as dos caçadores-coletores pré-históricos.

Descrevem-se e analisam as gravuras rupestres existentes no vale do rio Côa, afluente do rio Douro, e as gravuras e pinturas rupestres do vale do Rio Seridó no Rio Grande do Norte. Duas regiões muito distantes, sem contacto possível numa época longinqua. O contexto arqueológico e ecológico das respectivas áreas tem em comum os vales de dois rios nos quais assentaram-se grupos humanos que deixaram as marcas do seu passo, representadas nas gravuras e pinturas rupestres.

A sobriedade das representações rupestres paleolíticas de Foz Côa, contrastam com a riqueza das informações antropológicas e as manifestações da vida cotidiana das pinturas do Seridó.

A primeira parte do livro é da autoria de António Martinho Baptista que há décadas estuda as gravuras rupestres do vale do Côa e que, como diretor do Parque Arqueológico do Côa, criado em 1996, empenhou-se no reconhecimento do mesmo como Patrimônio Mundial (1998).

Além do enorme valor intrínseco das gravuras do Côa, a sua descoberta modificou o conceito de que a “arte das grutas” seria a manifestação artística quase exclusiva dos tempos paleolíticos. Mais, a partir de 1994, com a revelação das primeiras gravuras paleolíticas na Canada do Inferno, na margem esquerda do Côa, perto do local onde se pretendia construir uma grande barragem, mudou a forma de entender a arte do homem fóssil. Foram identificados 26 sítios com arte paleolítica num total de 234 rochas gravadas ao ar livre, embora algumas estejam permanentemente submersas pela construção de uma barragem da década de 1980. Os sítios estão integrados na área do Parque Arqueológico do Vale do Côa (PAVC), criado em 10 de Agosto de 1996, com sede em Vila Nova de Foz Côa.

Gabriela Martin e Anne-Marie Pessis assinam em parceria a segunda parte da obra dedicada às pinturas e gravuras localizadas no vale do Seridó e de seus afluentes, no Rio Grande do Norte. As duas autoras, professoras da Universidade Federal de Pernambuco e membros da Fundação Museu do Homem Americano e da Fundação Seridó, pesquisam há décadas a Arte Rupestre nas diferentes regiões do Nordeste Brasileiro, onde está situado o Parque Nacional Serra da Capivara, Patrimônio Mundial desde 1991.

As pesquisas arqueológicas iniciadas na região do Seridó a partir da década de 1980 demonstraram a semelhança das pinturas rupestres de mais de um centenar de sítios daquela região, com as registradas na Serra da Capivara. A diversidade das figuras, as características técnicas e a existência de figuras emblemáticas permitiram identificar o padrão gráfico de um tronco cultural, conhecido como Tradição Nordeste. Há cerca de 9.000 anos começou o processo de mudança climática que vai radicalizar as condições de existência na região. Ocorre uma diminuição das chuvas, iniciando-se uma gradativa transformação do clima tropical-úmido em semiárido, época em que se inicia a diáspora das comunidades humanas pertencentes à Tradição Nordeste a partir de um epicentro localizado no SE do Piauí. Pelos dados disponíveis podemos estabelecer que, em torno do nono milênio BP, grupos originários da área do atual Parque Nacional Serra da Capivara, dispersaram-se por outras regiões do Nordeste brasileiro, abandonando seu primitivo habitat. Uma das levas da diáspora se instala na região de Seridó.

Os grupos étnicos que pintaram os abrigos do Seridó, enriquecerem a sua arte originaria com elementos novos, entre os quais destacam maior riqueza nos ornamentos, na pintura corporal e nos objetos que as figuras humanas carregam.

Cenas violentas de luta e de atividade sexual estão também presentes. A escolha da região do Seridó deve-se primeiramente à existência de numerosos pontos d’água e ao fato de constituir uma área de Brejo, que teria características climáticas mais favoráveis e melhores condições de sobrevivência.

Niède Guidon, Presidente da Fundação Museu do Homem Americano, instituição que cela pelo acervo cultural do Parque Nacional Serra da Capivara, tece no Prefácio uma série de comentários oportunos e que merecem uma reflexão no dizer da própria autora ao refletir sobre a Arte Rupestre de dois mundos tão diversos e distantes, tanto no clima como nos biomas e nas representações rupestres das figuras humanas e animais. Mas, como pano de fundo dessa diversidade existe, também, um bloco cerrado de semelhanças. As populações autoras dessa arte tinham um mesmo estilo de vida de caçadores e coletores.

O Parque Nacional Serra da Capivara e a área arqueológica do Seridó na região Nordeste do Brasil abrigam centenas de sítios com pinturas rupestres notáveis por seu caráter narrativo, realizados no decorrer de milênios. É fonte inesgotável de dados para a reconstituição da vida das populações que habitaram o Nordeste do Brasil na Pré-história.

Como em Foz Côa, as gravuras do Nordeste brasileiro são sempre ligadas à presença da água, geralmente foram realizadas nas vizinhanças de corredeiras, quedas de água, ou poços profundos nos leitos dos rios. Hoje, em Foz Côa, o rio corre no fundo de um canyon estreito e profundo, na Serra da Capivara os rios secaram faz cerca de 8.000 anos e no Seridó, o rio é um fio de água.

Praticamente em todo o mundo, no mesmo momento o Homem iniciou a prática rupestre, e, na aparente diversidade de suas manifestações, encontramos sempre o mesmo fundo espiritual, a forte ligação entre essas representações e o universo mítico e estético dos homens do paleolítico que externa suas ligações com os ecossistemas no qual viviam.

Outro ponto de convergência entre as duas provincias rupestres, neste caso relativo ao mundo das relações humanas, os intereses políticos e economicos e do reconhcimento científico é que a descoberta da Arte do Côa nasceu envolta em polémica, da mesma maneira que mais de um século antes acontecera com a revelação de Altamira, embora na atualidade o Vale do Côa é hoje reconhecido como um dos primeiros e mais notáveis centros da arte paleolítica da Europa.

Da mesma forma, encontramos também que a resistencia ao cambio e ao reconhecimento do que poderia ser mais antigo e impactante do ponto de vista estético, criou polêmicas sobra a importância e a antiguidade dos registros rupestres do Nordeste do Brasil, com é também o caso do Seridó em franca fase de destruição pelos interesses das mineiradoras e da ocupação das terras.

Este livro mostra que a globalização não é um fenômeno novo. O Homem moderno vem de uma só raiz pré-histórica e sua evolução seguiu um mesmo caminho em todo o mundo, embora as manifestações do fenomeno gráfico sejam tão diferentes. O livro apresenta, também, numerosas fotografias de ambas regiões que ilustram os respectivos textos dos autores.

Daniela Cisneiros – Departamento de Arqueologia, UFPE. E-mail: [email protected]

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Sobre a arte brasileira da Pré-História aos anos 1960 – BARCINSKI (CA)

BARCINSKI, Fabiana Werneck (Org.). Sobre a arte brasileira da Pré-História aos anos 1960. São Paulo: Edições Sesc/WMF Martins Sontes., 2015, 365 p. Resenha de: MAIOR, Paulo Martin Souto. Clio Arqueológica, Recife, v. 31, n. 2, p.211-216, 2016.

Sobre a Arte Brasileira não é mais um tratado historicista dedicado aos diferentes períodos da história da arte no Brasil. Idealizado e organizado por Fabiana Barcinski, partiu de uma visão social da arte que pretendia dar um viés diferente à percepção da estética. Desde os primórdios da região como colônia portuguesa e como Nação independente depois, sem ignorar as raízes indígenas, a obra leva desde o início a uma reflexão sobre o que realmente seja a genuína arte brasileira. Para tanto, foram convidados escritores e pesquisadores de diversas instituições acadêmicas do Brasil. O resultado foi uma obra original, crítica e reflexiva sobre as múltiplas facetas da arte brasileira e sob os diferentes olhares de um grupo destacado de especialistas.

Dividido em nove temas, o livro se abre com o capítulo: Para uma história (social) da arte brasileira, escrito por Francisco Alambert, professor da USP e crítico de arte, que marca já o teor da obra, a partir da reflexão sobre a legitimidade e a pertinência de falar em uma arte “brasileira” com características próprias.

Segue-se A arte pré-histórica do Brasil: da técnica ao objeto, da autoria de Anne- Marie Pessis e Gabriela Martin, arqueólogas e professoras da UFPE, que refletem sobre a finalidade prática e imediata, material ou imaterial, do objeto que, hoje podemos considerar artístico, mas que, na realidade, era parte das estratégias de sobrevivência do grupo autor, considerando a arte pré-histórica brasileira como uma manufatura cuja evolução segue os passos do cognitivo ao lúdico e, finalmente, ao social.

Valeria Piccoli, arquiteta e integrante do Núcleo de pesquisa em crítica e história da arte na Pinacoteca do Estado de São Paulo, no capítulo intitulado O olhar estrangeiro e a representação do Brasil, reflete sobre o explícito desinteresse da Coroa portuguesa de divulgar ou dar valor à produção de textos ou imagens das terras e povos sob sua soberania, notadamente nos dois primeiros séculos da colonização. A cartografia do litoral, tão necessária à colonização das novas terras desenvolve-se, entretanto que o interior do país, a chamada Terra Incógnita permanece deliberadamente reduzida à representação de vinhetas da vida cotidiana. Esse panorama vai mudar com a chegada dos holandeses ao Brasil. As obras de Frans Post, Albert Eckhout, Georg Marcgraf e Willem Piso abrem as primeiras janelas à desconhecida paisagem brasileira, enriquecida depois com as obras dos viajantes estrangeiros.

Com o artigo Maneirismo, Barroco e Rococó na arte religiosa e seus antecedentes europeus, de Myriam Andrade Ribeiro de Oliveira, historiadora da arte e professora da UFRJ, a obra entra nos estilos universais dos séculos XVII a XVIII implantados no Brasil pelos colonizadores portugueses.

Destaca-se a importância preponderante da Igreja Católica como cliente da encomenda arquitetônica e artística no período colonial, em detrimento da arquitetura civil de caráter oficial. A historiadora da Arte Elaine Dias, da Universidade Estadual de Campinas, SP, assina o artigo Arte e academia entre política e natureza (1816-1857). O trabalho analisa o impacto da Missão Artística Francesa iniciada em 1816 que pretendia a criação de uma Escola de Ciências, Artes e Ofícios no Rio de Janeiro e que seria o cerne da Academia Imperial de Belas Artes instituição de fundamental importância na formação de brasileiros no campo da arte e da cultura.

A Arte no Brasil entre o segundo reinado e a Belle Époque, artigo assinado por Luciano Migliaccio, do Departamento de História da Arquitetura e Estética da USP, inicia a sua dissertação no momento da maioridade de D. Pedro II, proclamada em 1840. No Império do Brasil, separado de Portugal, o Rio de Janeiro torna-se a sede de uma corte detentora da política cultural do Estado. A Academia assumirá o papel preponderante nas exigências de propaganda do governo imperial. Paralelamente, o indigeníssimo passa a ser valorizado, embora com uma visão romântica alheia à realidade. O autor cita, entre outros exemplos, daquele indianismo incipiente, a estátua equestre de D. Pedro I ladeada por grupos indígenas com animais e plantas típicas da natureza brasileira.

Em Modernismo no Brasil: campo de disputas, sua autora Ana Paula Cavalcanti Simioni, docente do Instituto de Estudos Brasileiros, da USP vemos como a sua formação em Sociologia dão uma base segura ao posicionamento crítico adotado na hora de julgar os valores do Modernismo brasileiro. Reconhecendo o Rio e São Paulo como os pilares do Modernismo no Brasil, a autora chama a atenção para não negligenciar as produções ocorridas em Pernambuco, Minas Gerais, Paraná e Rio Grande do Sul, entre outros centros, a partir, inclusive de como entender o termo “Modernismo”.

Também com marcada direção sociológica, Glaucia Kruse Villas Bôas, da UFFRJ, escreve Concretismo, capítulo do livro que abarca temas como as artes plásticas, a poesia, o cinema novo, o teatro e a bossa nova com um discurso intelectualizado e universalista que se contrapõe ao empenho de fixar a brasilidade do Modernismo, interessado no “abrasileiramento dos brasileiros”, como dizia Mário de Andrade.

Os anos 1960: descobrir o corpo de Paula Braga, filósofa e historiadora da arte, nos fala no seu artigo do labirinto sensorial Tropicália como herança das vanguardas modernistas. A produção artística nacional deu um salto radical, ultrapassando em poucos anos o abismo que a separava da arte europeia, norteamericana e até japonesa. A autora considera que o neoconcretismo se inicia nos anos 1960 com o Manifesto Neoconcreto, publicado em 1959, na abertura da I Exposição de Arte Neoconcreta, no Museu de Arte Moderna do Rio de Janeiro.

Os dez capítulos que formam a obra se encerram com Arte Popular, trabalho de Ricardo Gomes Lima, antropólogo e professor de arte na Universidade Estadual do Rio de Janeiro. O título do artigo é já explicativo. O autor refere-se à recusa inicial de considerar como objetos artísticos obras realizadas pelas camadas mais humildes da população, sejam urbanas ou rurais.

O autor considera que o povo brasileiro deixa de ser uma totalidade quando falamos em arte popular e arte erudita, separando os dois conceitos por uma linha econômica e social. Citamos, por oportuno, palavras do escritor Ariano Suassuna sobre a arte na história, que começou sendo popular para ser depois considerada erudita. O livro amplamente ilustrado, apesenta bibliografia relativa a cada capítulo.

A melhor definição que podemos fazer desse livro, quem nasce como uma obra de referência é o comentário de Luciano Migliaccio no seu capítulo Arte no Brasil entre e o Segundo Reinado e a Belle Époque: A arte brasileira, ontem como hoje, reflete em si as ambiguidades de um país que se quer moderno e que faz da arte um atalho para imaginar seu próprio futuro, ocultando as contradições que esconde em seu seio.

Paulo Martin Souto Maior – Departamento de Arqueologia, UFPE. E-mail: [email protected]   

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Patrimônio Arqueológico, ambiental e inclusão social no Plano Diretor de São Raimundo Nonato-PI: Síntese dos biomas e das sociedades humanas da região do Parque Nacional Serra da Capivara, volume III – MAIOR (CA)

MAIOR, Paulo Martin Souto. Patrimônio Arqueológico, ambiental e inclusão social no Plano Diretor de São Raimundo Nonato-PI: Síntese dos biomas e das sociedades humanas da região do Parque Nacional Serra da Capivara, volume III, Ed. Fundação Museu do Homem Americano, Fumdham, 2015. 206p. Resenha de: PESSIS, Anne Marie. Clio Arqueológica, Recife, v. 31, n.1, p.136-139, 2016.

Imagem da capa da obra resenhada – página136

O livro é o terceiro volume da coleção Os Biomas e as Sociedades Humanas na Pré-História da Região do Parque Nacional Serra da Capivara, Brasil2. Está divido em duas partes e trata, inicialmente, de uma revisão histórica dos conceitos que subsidiaram e fundamentaram leis como o Estatuto da Cidade e as posturas adotadas em relação à arqueologia em intervenções urbanas. A inserção da arqueologia e do ambiente na dinâmica de uma cidade ou em zonas rurais e seu papel na construção de uma mentalidade preservacionista são os temas centrais do texto.

Conhecidas ou sem registro, à mostra ou não, o fato é que o autor identifica duas posturas básicas em intervenções urbanas e rurais em locais com vestígios arqueológicos: uma, produto de exclusão, e, outra, de inclusão. O primeiro conceito é apresentado através de intervenções urbanas nas quais o elemento arqueológico atua de forma excluída, ou seja, produto da interpretação, contextualização e exposição de vestígios materiais. Segundo o autor, trata-se de uma perspectiva meramente arqueológica. Essa postura denota que em análises territoriais, ao se proporem intervenções, a disciplina arqueológica ainda atua de forma difusa e espacialmente pontual.

Como contraponto a essa postura o autor apresenta casos nos quais a antinomia entre conservação e transformação do espaço urbano aponta para uma tendência que vem sendo incorporada em projetos de intervenção. Assim, a conservação, como essência de transformação do espaço e de sua relação com o entorno e o contexto do território, pode e deve repercutir na qualidade do espaço urbano e, essencialmente, na sua preservação. E a percepção desse aspecto pela população, ou seja, do valor cultural do vestígio arqueológico e histórico, torna-se mais eficaz se integrada aos usos e percursos da cidade; portanto, como espaço morfológico arqueológico. Essas foram as premissas básicas e consideradas na construção do Plano Diretor de São Raimundo Nonato-PI.

Na segunda parte apresenta-se a experiência do município de São Raimundo Nonato, através do diagnóstico e das propostas de quatro temas que nortearam a construção do seu Plano Diretor: Inclusão social, patrimônio histórico, patrimônio arqueológico e ambiente natural. Nesse aspecto o texto apresenta um dos elementos fundamentais da proposta do Plano: considerar as ações exitosas de inclusão social na proteção do patrimônio arqueológico e ambiental do Parque Nacional Serra da Capivara.

Diante desse arcabouço a proposta do Plano baseou-se no conhecimento préhistórico, histórico e geomorfológico do município de São Raimundo Nonato através de seu diagnóstico na época em que se coletaram os dados, entre 2006 e 2007, e que forneceram um alto grau de conhecimento das transformações ocorridas nas formas de ocupação, desde a Pré-história até a atualidade. Por outro lado, as ocupações recentes e desordenadas, tanto na sede do município quanto nas áreas rurais, significaram o maior desafio na busca de soluções e propostas que integrassem a arqueologia com as questões urbanas e rurais típicas de um plano diretor.

Da postura adotada nas propostas a partir da tríade patrimônio cultural, ambiente e inclusão social, resultaram os parâmetros de proteção e do zoneamento, com o intuito de impedir o crescimento desordenado das duas situações: A urbana, referente à sede do município, e a rural, referente ao Parque Nacional Serra da Capivara. Nesse aspecto a proposta do Plano Diretor aborda diretrizes para uma política municipal voltada para a preservação do patrimônio histórico, do arqueológico, do ambiente natural e na inclusão social. Insere, portanto, o elemento arqueológico em igualdade de condições com questões como, por exemplo, a mobilidade, a educação, o uso do solo e o lixo urbano entre outros.

Nesse contexto, embora um plano diretor aborde temas diversos e variados, o foco do texto que se publicou preocupou-se na inter-relação e na especificidade entre quatro temas básicos (inclusão social, patrimônio histórico, arqueologia e ambiente). É o caso, por exemplo, dos sítios arqueológicos e do patrimônio histórico associados ao ambiente, assim como a relação desses três temas com á inclusão social. Da mesma forma, a evolução física da sede do município traduzse no seu traçado de vias, nas edificações – inclusive as de valor histórico – assim como seus usos estão inseridos no perfil histórico e socioeconômico. Todos esses temas, juntamente com os demais temas do Plano, nortearam uma abordagem participativa na qual se aprimorou a consciência preservacionista dos elementos culturais do município.

Nota

2 Na Clio Arqueológica número 2013-V28N1 publicou-se uma resenha sobre o volume I e na número 2015-V30N2 publicou-se uma resenha sobre os volumes II-A e II-B.

Anne Marie Pessis – Docente, Programa de Pós-graduação em Arqueologia e Preservação Patrimonial, UFPE.

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Os biomas e as sociedades humanas na Pré-História da região do Parque Nacional Serra da Capivara, Brasil. Vol. II A-B – PESSIS et al (CA)

PESSIS, Anne- Marie; MARTIN, Gabriela; GUIDON, Niéde (Org.). Os biomas e as sociedades humanas na Pré-História da região do Parque Nacional Serra da Capivara, Brasil. Vol. II A-B, Fundação Museu do Homem Americano – FUMDHAM: São Paulo: IPSIS Gráfica e Editora, 2014. 852p. Resenha de: MAIOR, Paulo Souto. Clio Arqueológica, Recife, v. 30, n.2, p.241-249, 2015.

O projeto, Síntese dos biomas e sociedades humanas da região do Parque Nacional Serra da Capivara, no Sudeste do Piauí, apoiado e financiado pelo Ministério de Ciência e Tecnologia do Brasil, abre um espaço editorial destinado a divulgar o conhecimento resultante do trabalho dos pesquisadores da Fundação Museu do Homem Americano – Fumdham – e outras entidades científicas associadas em rede no decorrer de três décadas de pesquisa nessa região.

Cabe lembrar que inicialmente as pesquisas no Parque Nacional estiveram centradas nos sítios com pinturas rupestres pré-históricas em razão do seu extraordinário acervo, tanto pelo número de sítios achados, como sua densa concentração e seu estado de conservação. Em 1991, por essa riqueza gráfica e cultural, a Unesco inscreve o Parque Nacional Serra da Capivara na Lista do Patrimônio Mundial de Humanidade. As escavações arqueológicas foram no começo realizadas em função da procura de informações complementares sobre esse patrimônio cultural, mas rapidamente as descobertas extrapolam as metas e as expectativas formuladas. A inesperada antiguidade da presença humana na região requer, para desvendar esse universo desconhecido, uma abordagem de pesquisa interdisciplinar. Desde a criação do Projeto, em 1986, o tema de pesquisa proposto pela Fumdham foi definido como a interação do homem com o ambiente, desde a Pré-História até os dias atuais. Varias gerações de pesquisadores brasileiros e estrangeiros sucederam-se num fluxo contínuo de trabalhos interdisciplinares para configurar um mapa multidisciplinar que enquadrasse o tema central das pesquisas no Parque Nacional. A participação das diversas disciplinas na pesquisa evoluiu de maneira diferenciada, o que se traduz num grau distinto das colaborações. Algumas salientam o estado da arte, outras a evolução da pesquisa, outras, também, os aspectos inovativos e a introdução de novos dispositivos técnicos dentro do dispositivo de pesquisa.

Até agora, foram publicados três volumes, sendo que é no volume II, dividido nos tomos A e B, que se resenha aqui e integra artigos com uma diversidade temática salientando a importância da interdisciplinaridade entre as ciências que interagem na formulação de um objetivo comum. O volume II reúne trabalhos inéditos de 42 autores em artigos individuais ou em equipe, apresentando uma amostragem representativa do trabalho realizado naquela região.

Dividido em oito temas, a obra abre com um breve histórico introdutório, desde a chegada dos primeiros pesquisadores numa região praticamente desconhecida.

Niède Guidon relata essa trajetória, de forma sucinta e quase coloquial, com o texto: A Fundação Museu do Homem Americano e o Parque Nacional Serra da Capivara. Relato sucinto de três décadas de pesquisa.

O primeiro tema tratado considera o ambiente e paleoambiente na região do Parque Nacional Serra da Capivara com as contribuições de três artigos.

Apresentam-se os resultados de pesquisas paleoambientais que tiveram um sólido avanço, ampliando o conhecimento das drenagens e dos vales arcaicos. As escavações arqueológicas e paleontológicas evidenciaram perfis estratigráficos, viabilizando a extração de amostras de sedimentos que forneceram informações palinológicas e antracológicas, datações que permitiram compreender os processos deposicionais e contextualizar os vestígios arqueológicos subsedimentares nos sítios. Para entender a interação entre os grupos humanos e a paisagem no decorrer do tempo, requer inserir os vestígios arqueológicos e paleontológicos nos contextos estratigráfico, cronológico e cultural da paisagem.

A reconstituição dos contextos faz com que as pesquisas arqueológicas e paleoambientais sejam interdependentes. Dados obtidos nas escavações das lagoas fósseis e sondagens realizadas nas redes de drenagem permitiram demonstrar que o clima da região foi tropical úmido até há cerca de 10.000 anos. No alto da planície, dominava a floresta amazônica e, na planície, a mata atlântica. Hoje, apesar de a caatinga ter coberto a região, nos vales mais úmidos, ainda existem espécies animais e vegetais desses dois biomas.

O segundo tema apresenta, com duas contribuições, os resultados da pesquisa em Paleontologia. Os fósseis da região da Serra da Capivara foram descobertos ao longo das últimas décadas através das escavações e sondagens realizadas nas numerosas lagoas da região. As datações absolutas permitiram posicionar as associações fossilíferas dentro do limite Pleistoceno final/Holoceno. Uma síntese do conhecimento atual dessas associações apresenta-se nos dois capítulos. Novas espécies foram descritas pelos paleontólogos que participam das pesquisas desde os anos oitenta do século XX.

A Biologia e Antropologia Física compõem o terceiro tema apresentado. No decorrer de décadas de pesquisa, os dados coletados permitiram realizar importantes contribuições ao conhecimento nas áreas da Biologia, Zoologia e Botânica graças à estreita colaboração entre pesquisadores da Fiocruz e da Fumdham. A descoberta de vestígios de ancilostomídeo nas populações préhistóricas do Piauí, há pelo menos 7.000 anos, rompeu o paradigma de que a ancilostomíase havia sido trazida da Europa e da África para América pelos colonizadores. Também ficou evidenciado que os piolhos chegaram a América com seus hospedeiros humanos muito antes dos europeus. A pesquisa de parasitos de animais em coprólitos humanos revelou os hábitos alimentares do Homo sapiens pré-histórico a partir da identificação, nas fezes humanas, de parasitos específicos de animais, utilizados como alimento. São quatro os artigos que apresentam o estado da arte da Biologia.

Em Antropologia Física, foi revelada a diversidade morfocraniana dos remanescentes ósseos humanos, acrescentando dados significativos ao estudo da evolução humana e da origem do homem americano. Na dimensão de biodiversidade de fauna existente com os resultados da pesquisa, foi possível identificar uma fauna de vertebrados composta aproximadamente de 370 espécies.

A floral local formada por vegetação xerofítica é decídua e adaptada à seca. A flora de caatinga atual e os restos da mata atlântica e de espécies amazônicas permitiram identificar os diferentes ambientes em que os grupos humanos viveram durante milênios.

A caracterização do ambiente apresentado nos três primeiros temas é fundamental para contextualizar os temas relativos às populações pré-históricas, que se estruturam em torno da sua evolução tecnológica e que aparecem nas manufaturas líticas, nos grupos ceramistas, nos registros gráficos rupestres, nas escolhas dos espaços ocupados e nos processos rituais fúnebres.

O Homem na Pré-História do Parque Nacional Serra da Capivara é o título do tema 4, que aborda assim a longa sequência cultural que caracteriza as ocupações humanas pré-históricas da região, desde o Pleistoceno Superior até a extinção das etnias indígenas. Um longo caminho de adaptação às limitações imposta pela evolução ambiental, para o qual as populações humanas inovaram tecnologicamente para se defender, coexistir e se afastar dos perigos como os da presença da megafauna, com a qual coexistiram cronologicamente. Eram observadores da mudança climática e da extinção da fauna de grande porte, multiplicando-se a fauna de pequeno porte, roedores, pequenos mamíferos, peixes que passaram a participar da suas novas dietas. A inovação na manufatura cerâmica, as primeiras roças de subsistência, o aumento das terras disponíveis para seus assentamentos provocados pela seca e sua consequente diminuição do volume das águas.

A pesquisa sobre a manufatura cerâmica não se formula para analisar os detalhes do procedimento técnico de sua elaboração, mas como meio de chegar ao conhecimento das populações que a fabricaram e utilizaram; interessa a funcionalidade e o uso da cerâmica pré-histórica. Nas análises dos perfis técnicos das cerâmicas é seguramente onde mais se tem avançado a nível regional.

Constata-se que a cerâmica utilitária em nada difere da utilizada nos rituais fúnebres.

O tema 5 trata dos materiais líticos pré-históricos, e as pesquisas contam com duas colaborações que coincidem com dois momentos metodológicos. O primeiro elaborado para o estudo da Toca do Sítio do Boqueirão da Pedra Furada, em que se estuda e relaciona os produtos líticos finalizados, com ou sem marcas de uso.

Utiliza-se uma classificação analítica dos implementos desse sítio segundo a estratigrafia do Pleistoceno superior ao Holoceno antigo. O segundo tempo metodológico trabalha com os processos de realização dos produtos líticos a partir de um grupo de sítios apresentando a evolução dos implementos líticos nas diferentes fases, por níveis estratigráficos da ocupação pré-histórica.

O sexto tema trata dos registros gráficos rupestres do Parque Nacional, que foram objeto do primeiro volume dessa Síntese, apresentando os primeiros resultados dos sítios descobertos e fornecendo uma proposta preliminar classificatória do acervo de pinturas e de gravuras. O número de sítios pintados ou gravados documentados experimentou, nas últimas décadas, um crescimento surpreendente permitindo dispor de um acervo de registros gráficos maior para uma mesma área e enriquecer o banco de dados imagéticos do Parque Nacional. Hoje, os novos aportes da pesquisa sobre as pinturas e gravuras rupestres, que fazem a diferença na última década, são de natureza técnico-metodológica. Sua aplicação atinge o grau de precisão do registro documentário imagético, permitindo obter um documento final, exaustivo e preciso dos sítios. Viabiliza a criação de bancos de dados imagéticos georreferenciados, tanto bidimensionais como tridimensionais.

No plano analítico dos registros rupestres, a introdução de novas técnicas de medição permite aceder a um espaço analítico ampliado para o estudo e a interpretação dos registros imagéticos. Essas contribuições são verdadeiros instrumentos para formular diagnósticos, planejar intervenções preventivas para a conservação das primeiras obras gráficas da humanidade O sétimo tema trata das pesquisas em Metrologia Arqueológica e Patrimonial desenvolvidas pelo grupo de pesquisa (UFPE/CNPq), que está especializado na análise de elementos-traços em amostras arqueológicas e geológicas e na datação de sedimentos, vestígios cerâmicos e dentes através de métodos de Termoluminescência (TL), Luminescência Opticamente Estimulada (LOE) e Ressonância Paramagnética Eletrônica (EPR). As técnicas apresentadas estão acompanhadas por um estudo de caso, sendo que um deles trata das análises dos pigmentos das pinturas rupestres do Parque Nacional Serra da Capivara. Esse grupo de pesquisa trabalha de forma articulada com as equipes arqueológicas da Fumdham no desenvolvimento de novas metodologias, buscando uma maior precisão nos resultados e adequação ás necessidades da pesquisa.

Finalmente, no oitavo tema, abre-se um espaço para a consideração do fim do mundo indígena e o começo dos tempos históricos. Nele, são apresentadas duas colaborações evidenciando a carência de documentos históricos que tratem do fenômeno indígena ou a existência de documentos históricos deturpados, apresentados pelo filtro dos valores dos três primeiros séculos da presença de europeus no Brasil. A imagem do indígena construída segundo a funcionalidade às necessidades da conquista, da colônia e do valor da produtividade. O indígena sem valor algum em relação ao escravo africano, que tem um preço de compra e um potencial de produtor de bens. O indígena protegido em certa forma da escravidão e do sistema desaparece gradativa e silenciosamente.

Os resultados de trabalhos de impacto social, desenvolvidos paralelamente à pesquisa científica, estão incluídos no volume III da Síntese, que, sob o título Arqueologia, Ambiente e Inclusão Social no Plano Diretor de São Raimundo Nonato, PI, estará disponível no decorrer do ano 2015.__

Paulo Souto Maior – Departamento de Arqueologia, UFPE.

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Arqueologia Funerária: Corpo, Cultura e Sociedade. Ensaios sobre a interdisciplinaridade arqueológica no estudo das práticas mortuárias – SILVA (CA)

SILVA, Sérgio Francisco Serafim Monteiro da. Arqueologia Funerária: Corpo, Cultura e Sociedade. Ensaios sobre a interdisciplinaridade arqueológica no estudo das práticas mortuárias. Recife: Editora da Universidade Federal de Pernambuco, 2014, 133p. Resenha de: MAIOR, Paulo M. Souto. Clio Arqueológica, Recife, v.30, n.1, p. 154-159, 2015.

O livro reúne ensaios extraídos de artigos e monografias escritas pelo autor desde 2001 e representa a primeira obra dedicada à Arqueologia Funerária publicada pela UFPE. Os temas dedicados aos estudos da Antropologia Biológica e Arqueologia Funerária são relativamente escassos na bibliografia brasileira, isso porque os resultados das pesquisas são restritos a artigos, dissertações e teses do meio acadêmico.

O livro contém vinte capítulos, todos introdutórios aos temas da Bioarqueologia e da Arqueologia Funerária, com revisões de autores anglo-saxões clássicos, como L. Binford, Tainter, O´Shea, P. Ucko, J. Brown, C. S. Larsen, Saxe, R. Chapman, I. Hodder, Douglas Ubelaker, Don Brothwell, Simon Mays, John Hunter, Tim White, W. Bass, Hertz, Bendann, Margaret Cox, Jane Buikstra, Ian Morris, Parker Pearson e os franceses Louis Vincent Thomas, Henri Duday, Pettitt e Edgar Morin.

E de fato, no Nordeste do Brasil, realizaram-se vários estudos arqueológicos sobre cemitérios históricos e pré-históricos, entretanto, esses trabalhos não fizeram, em certa medida, interpretações arqueológicas dirigidas aos dados mortuários de natureza biológica, com reconstituições dos perfis biológicos em conjunto com os perfis socioculturais, tecnológicos e funerários.

Por outro lado, a proposta do autor recai em uma abordagem que retoma à importância da relação das Ciências Biológicas, da Antropologia, dos sistemas de registro dos contextos arqueológicos com os estudos mortuários na Arqueologia e que possibilita reconstituir as relações sistêmicas entre os indivíduos, nas suas sociedades e destes com o ambiente. É o caso, por exemplo, do cemitério do Pilar2, recentemente escavado pela Fundação Seridó, e os pré-históricos: abrigo Pedra do Alexandre, escavado por arqueólogos da UFPE; sítio Justino; Furna do Estrago; e Gruta do Padre, nos quais a abordagem da Bioarqueologia e dos estudos mortuários permitiram reconstituir parcelas dos contextos arqueológicos e das relações homem/homem, homem/sociedade e homem/ambiente.

Além da diversidade de assuntos tratados sobre o tema da morte na Arqueologia, como a conceituação de Arqueologia da morte, da Bioarqueologia e alguns dos seus alcances, entre outros aspectos, o livro apresenta uma bibliografia significativa sobre esses temas multidisciplinares. Isso significa que, nesse texto, as formas de abordagem dos registros arqueológicos de natureza mortuária e funerária demandam leituras em áreas do conhecimento nem sempre permeáveis entre si, como a Anatomia e a História ou a Biologia e a Antropologia.

Levando em consideração que os estudos sobre a morte e a reconstituição de estilos de vida do passado têm representado campos de interesse da Antropologia da morte e História da morte, no âmbito das Ciências Humanas e Sociais, e que o corpo humano faz parte dos remanescentes arqueológicos encontrados nos sítios cemitérios, o fator biológico nas análises torna-se imprescindível, resultando no auxílio necessário da Antropologia física ou biológica, desde o séc. XIX. Sobre essas e outras questões, o autor desenvolve os seus capítulos.

O problema do corpo em sua amplitude material, social, simbólica e fenomenológica está inserido no rol de interesses da Arqueologia de longa data. No livro, esse problema é revisitado, e o corpo, ora visto como biofato — objeto da Osteoarqueologia —, ora como objeto de cultura material — objeto da Arqueologia e da Antropologia —, guarda em si mesmo traços de comportamento, da cultura e da sociedade no qual estava inserido. Essa perspectiva valoriza o tipo de vestígio oferecido pelos remanescentes ósseos humanos e o seu potencial de análise e interpretação.

O autor enfatiza sobre o corpo e o seu estudo na Arqueologia e a necessidade de integração das ciências tradicionalmente vinculadas ao seu estudo, como a Medicina, a Odontologia, a Biologia e as Ciências Biomédicas. Também aparecem como recorrentes as contribuições da Antropologia, da Psicologia, da Sociologia, da Filosofia, da Semiótica e da História. O conceito de população, advindo da Biologia, se interpõe — e ora se sobrepõe — ao de sociedade ou grupo humano nos estudos dos sepultamentos arqueológicos. Com esse foco, o autor enfatiza a necessidade constante da interação entre as Ciências Biológicas e a Arqueologia na produção de conhecimento científico sobre as sociedades do passado, seus estilos de vida, suas práticas funerárias, suas formas de subsistência e sua interação com o ambiente, com as doenças, com os traumas, com as anomalias, com os estresses e com as características demográficas.

Adverte o autor que, como os sepultamentos contêm dados mortuários relativos aos objetos de cultura material eventualmente associados ao morto, a exemplo da cova — ou a estrutura de sepultamento — e o corpo — ou seus remanescentes —, o estudo deve ser multidisciplinar e também com a devida inclusão das ciências como a Metrologia arqueológica, a Química e a Física arqueológica, amenizando as explicações eventualmente infundadas das Ciências Humanas. Esse talvez seja o maior mérito do texto. E, de fato, com caráter eminentemente vestigial ou fragmentário, os remanescentes das práticas funerárias nos sítios arqueológicos devem ser estudados contextualizados, e a sua espacialização é absolutamente necessária a uma interpretação arqueológica eficaz sobre cada indivíduo e na sociedade na qual viveu.

As interpretações arqueológicas dos sítios cemitérios pré-históricos no Brasil ainda merecem coletâneas de grande porte, especialmente voltadas aos níveis de confiabilidade dessas abordagens interpretativas. Nesse aspecto, o autor procurou expor a necessidade de terminologias e classificações objetivas para a descrição inicial dos sepultamentos humanos; sobre a importância da escavação meticulosa, sempre enfatizando a importância dos sistemas de registro, como a fotografia e o desenho de Arqueologia, dentre outros recursos que demandem um adequado alfabetismo visual; o uso do conhecimento da Osteoarqueologia em campo; e a curadoria de curta, média e longa duração de coleções antropológicas que estão sob a guarda de instituições de pesquisa científica, valorizando a elaboração de catálogos sistemáticos de remanescentes funerários voltados aos estudos comparados entre populações com formas de subsistência, localização geográfica e cronologia diferentes. Em outros termos, para que exista a confiabilidade em qualquer interpretação, é necessário o fundamento factual que apresente o benefício da prova científica, oferecida por um registro adequado dos vestígios funerários inseridos no contexto arqueológico e pela sua decapagem e observação alfabetizadas em campo e no laboratório.

A formulação de descritores fiáveis, passíveis de verificabilidade e reprodutibilidade mínimas, aplicados aos dados mortuários, é fundamental para a reconstituição e comparação de perfis funerários — culturais — e de perfis biológicos ou bioculturais, e a consequente interpretação arqueológica, a partir de unidades de análise, é uma advertência que o autor faz em estudos sobre a morte na Arqueologia. E, segundo ele, esse tipo de dado é muitas vezes fragmentário e incompleto. O estilo de vida, as interações ambientais, as doenças e as características socioculturais e demográficas de cada indivíduo exumado em um cemitério pré-histórico, tanto quanto o seu papel no processo de ocupação do continente americano e as suas afinidades biológicas e culturais, são possíveis, conforme propõe o livro, apenas a partir da interdisciplinaridade de todas essas áreas do conhecimento.

Por fim, cabe ressaltar que o livro apresenta um panorama da complexidade de abordagens e possibilidades mais adequadas no estudo das práticas funerárias em sociedades humanas do passado, com uma perspectiva teórica dada pela interação entre as Ciências Sociais e Humanas e as Ciências Biomédicas e exatas, sem, contudo, aprovar as apropriações hegemônicas das Ciências Biológicas sobre as arqueologias.

Nota

2 PESSIS et al.. Evidências de um cemitério de época colonial no Pilar, Bairro do Recife, PE. Revista Clio Arqueológica. V. 28, n. 1, 2013.

Paulo M. Souto Maior – Departamento de Arqueologia, UFPE.

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Classificação em Arqueologia – DUNNELL (CA)

DUNNELL, Robert C. Classificação em Arqueologia. Trad. Astolfo G. M. Araujo. São Paulo: Editora da Universidade de São Paulo, 2006. 264 p. Resenha de: CISNEIROS, Daniela. Clio Arqueológico, Recife, v.29, n.2, 2014.

Araujo, ganha em sua apropriada tradução um título mais abrangente: Classificação em Arqueologia. Porém, é importante lembrar que Dunnell referese durante todo o texto à Pré-História.

Com a primeira edição datada de 1971, continua atual. É a expressão de um trabalho meticuloso que pretende analisar e esclarecer os princípios da classificação e formação de unidades dentro da ciência arqueológica. No atual cenário acadêmico brasileiro, com a ampliação de cursos de Graduação e Pós-graduação em Arqueologia, o livro ganha singular relevância, ao trazer um conjunto de refexões de complexas abordagens para o tratamento do problema científico que abrange o artefato e a cultura.

O livro traduzido está estruturado a partir do prefácio, seguido por uma introdução e um texto decomposto em duas partes: Parte I – Sistemática Geral, composta por quatro capítulos de abordagens conceituais (Definições versus descrição, Classificação, Tipos de classificação e Arranjo não classificatório), abrange sistemáticas gerais e tipos de sistemas classificatórios; e Parte II – A Sistemática na Arqueologia, composta por mais quatro capítulos de abordagens específicas e exemplificações (Arqueologia, Classificação em Arqueologia, Agrupamento em Arqueologia e Resumo), em que apresenta um conjunto de termos e procedimentos a serem aplicados em Arqueologia Pré-histórica. Traz ainda uma pequena, mas importante seção com noções ou termos definidos que foram apresentados nos capítulos; e, por )m, referências bibliográficas. No corpo do livro, estão apresentados quadros e diagramas que têm o objetivo de sintetizar a discussão processada.

A obra tem início com um prefácio, em que o autor de)ne a quem se destina o conteúdo da obra e os porquês na abordagem de um tema que muitas vezes é varrido para debaixo do tapete acadêmico em favor de aspectos mais atrativos e fascinantes da disciplina (p. 13).

Assim, são expostos os temas a serem discutidos no livro ciência, teoria, explanação, hipótese e métodos. Na introdução, o autor expõe a disciplina arqueológica e sua trajetória de mudanças quanto à abordagem e natureza. Trajetória essa marcada muitas vezes por sinais de rivalidades entre a Arqueologia Tradicional e a Nova Arqueologia. Apresenta aqui as competências de cada natureza e a clara distinção entre o que chamará de arqueografia e disciplina acadêmica – Arqueologia (Pré-História).

A primeira parte do livro, Sistemática Geral, traz o capítulo Noções Preliminares, que visa fornecer os métodos para a construção da base formal de compreensão para disciplinas cientí)cas. São apresentados conceitos e pressupostos teóricos que se iniciam com a discussão de ciência e sistemática. Seguido da explanação de conceito, teoria, método, técnica e hipótese.

No capítulo Classificação, essa é vista e descrita como um tipo de arranjo que leva à sistemática na ciência. Esse arranjo deve ser realizado necessariamente de maneira explícita para que possa ser transmitido, não apenas o modo como foi realizado, mas a sua razão. Para tanto, define classificação, seus agrupamentos e produtos, discutindo classe e grupo. O autor expõe algumas afirmações axiomáticas de forma pormenorizada para a apreciação da classificação.

No capítulo Tipos de Classificação, estabelece uma relação crítica à tendência em tratar todos os tipos de classificação como sendo a mesma coisa, propondo uma classificação das classificações, expostas a partir de dois tipos de significata (condições necessárias e suficientes para associação em uma classe (p. 83)): classificação taxonômica e classificação paradigmática.

Nessa primeira parte da obra, Dunnell, apresenta ainda um capítulo Arranjo Não Classificatório, que, para o próprio autor, resulta-se deslocado a partir da abordagem principal, mas que pretende expor a relação que esse tipo de arranjo mantém com a classificação.

Na segunda parte da obra, a Sistemática na Arqueologia, no capítulo Arqueologia, o autor cita em essência sua definição de Arqueologia como ciência dos artefatos e das relações entre artefatos, conduzida em termos dos conceitos de cultura (p. 152). A partir dessa apresentação, estipula para Arqueologia e seu tipo de estudo (ciência) o principal componente conceitual: cultura e a maneira com que os fenômenos devem ser concebidos 171 (artefatos). Assim, segue-se o exame conceitual pormenorizado de ciência, artefato e cultura sobre o véu da Arqueologia.

Para o capítulo Classificação em Arqueologia, Dunnell aborda a sistemática comum a todas as ciências, porém a torna específica nas unidades empregadas. Assim, os tipos de escolhas e tomadas de decisões são diferentes para as ciências. O problema aqui relacionado está em como os dados são estruturados para serem tratados pela Arqueologia. Explora, por conseguinte, três aspectos: o locus, os meios e a escala.

Em Agrupamento em Arqueologia, discute grupos foco do estudo científico, deixando explícito que suas considerações estão relacionadas a agrupamentos utilizados ou sugeridos na Arqueologia para criar unidade, apresentando quais as características do seu uso e os problemas resultantes.

No Resumo, ao fim, volta à discussão entre Arqueologia Tradicional e Nova Arqueologia, em que tanto a tradicional quanto a nova são acusadas de desvio de processo classificatório.

Para a tradicional, os créditos são por essa ter fornecido mais do que sabemos sobre a Pré- História. Para a nova, os créditos são para as tentativas de explicar a Pré-História. Assim, reflete e discute suas relações no que tange aos componentes da ciência e aos problemas contraídos ao seguir um modelo para uma ciência do Homem.

A proposta desse livro é não apenas apresentar a sistemática e a classificação como recursos essenciais para a disciplina arqueológica, como também analisar a construção do pensamento científico. As diferentes acepções dos conceitos de ciência, teoria, sistemática e classificação são trabalhadas em profundidade.

Classificação em Arqueologia não pretende ser uma obra de fácil abordagem, trata-se de um livro denso pela quantidade de informações e conceitos, exigindo uma constante atenção do leitor. Porém, Dunnell, com seu caráter didático, impõe ao leitor o desejo de avançar e alcançar as ferramentas necessárias para fazer uma boa arqueologia e ser um bom arqueólogo.

Uma leitura cuidadosa e crítica de Classificação em Arqueologia é indispensável para o conhecimento dos novos questionamentos científicos que se apresentam hoje para a Arqueologia. Os conceitos abordados em profundidade, relacionando razão e sistemática, ecoam sobre as definições superficiais e as terminologias confusas.

Por mais familiarizados que possamos estar com algumas das definições em Arqueologia, a leitura de Classificação em Arqueologia amplia os horizontes para uma discussão do papel da Arqueologia Pré-histórica como ciência. Dunnell expressa que a compreensão 172 dos artefatos é o objetivo da Pré-História. Os artefatos devem ser explicados em termos de cultura como um dado adquirido, o que nos permite discutir a explicação de artefatos como objeto de estudo da Arqueologia ou como dados para explicar a cultura. Assim, leitura indispensável a estudantes de Graduação e Pós-graduação e a todos os arqueólogos que apreciam a construção do método científico.

Um pouco sobre o autor: Robert Chester Dunnell (1947–2010) foi um arqueólogo conhecido por sua contribuição em Systematics in Prehistory (Classicação em Arqueologia). Seu interesse pela teoria explicativa originou em parte de uma insatisfação com entendimentos tradicionais da Arqueologia Pré-histórica. Dedicou grande parte da vida acadêmica às abordagens evolucionárias na Arqueologia, defendendo o modelo evolucionista para explicar variação. Expôs os perigos do uso de analogia para explicar eventos históricos. Porém, suas contribuições para Arqueologia estão além da arqueologia teórica. Seus interesses se estendiam à metodologia de trabalho de campo e a análises laboratoriais. Defendia que a compreensão completa dos artefatos requer o conhecimento de física e química, o que o levou a abraçar o campo de Arqueometria.

Outros livros recomendado do mesmo autor: Dunnell, Robert C. Style and Function: A Fundamental Dichotomy. American Antiquity, n. 43 (2), 1978, p. 192–202.

Dunnell, Robert C. Evolutionary Beory and Archaeology. Advances in Archaeological Method and %eory, n. 3, 1980, p. 35–99.

Dunnell, Robert C. Systematics in Prehistory. Caldwell, NJ: Blackburn Press. 2002.

Daniela Cisneiros – Departamente de Arqueologia, UFPE.

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orensic approaches to buried remains – HUNTER et al (CA)

HUNTER, John; SIMPSON, Barrie; COLLS, Caroline. Forensic approaches to buried remains. Oxford: Wiley Blackwell, 2013. 259 p.  Resenha de: SILVA, Sérgio Francisco Serafim Monteiro da. Clio Arqueológica, Recife, v.29, n.1, 2014.

Imagem da capa da obra resenhada – página159

Forensic Approaches to Buried Remains, editado pela John Wiley & Sons, foi escrito a três mãos por John Hunter, professor do Instituto de História Antiga e Arqueologia da Universidade de Birmingham, que desenvolve estudos sobre a Arqueologia Forense desde 1988. Publicou mais de 10 livros sobre a relação entre a Arqueologia e as Ciências Forenses e vários artigos e capítulos de livros. Em coautoria com Barrie Simpson, um ex-oficial de investigação sênior e um ativo médico forense, expert na análise de locais de crime e no uso de abordagens interdisciplinares, e Caroline S. Colls, uma especialista em Arqueologia Forense e do Conflito, professora de Ciências Forenses da Universidade de Staffordshire, Hunter aprimora as suas mais recentes observações sobre o tema, publicadas com Roberts e Martin em 2002 (Studies in Crime: A introduction to Forensic Archaeology) e com Margaret Cox em 2006 (Forensic Archaeology – Advances in theory and practice).

Convém notar que Hunter, além de estar comprometido com trabalhos de pesquisa arqueológica em todo o Reino Unido, tendo realizado atividades de campo na Bósnia, no Iraque e em Falklands, rotineiramente ministra palestras para policiais e profissionais forenses. Foi um dos fundadores do Forensic Search Advisory Group, validando o atual sistema de atuação da Arqueologia Forense no Reino Unido.

Os autores deste volume, cuja temática abrange o estado da arte do desenvolvimento tecnológico usado pelas Ciências Forenses, a Arqueologia e a Antropologia Forenses e, durante uma investigação criminal, são consultores da Manlove Forensics Limited (http:// manloveforensics.co.uk/staff-and-affiliates), uma empresa inglesa independente, que oferece serviços das Ciências Forenses, com consultorias, exames e atendimento de locais de crimes, cujos laboratórios localizam-se em Wantage, Oxfordshire, no Reino Unido, com clientes em vários países. A participação de pesquisadores e docentes das universidades inglesas como consultores e palestrantes em empresas de Arqueologia, Ciências Forenses e áreas afins ou cursos em faculdades e centros de ensino particulares não é incomum, sendo esse tipo de parceria também encontrado no caso do Brasil (p. ex.), nos cursos de especialização e extensão das Faculdades Oswaldo Cruz, em São Paulo e Centro de Extensão Universitária Keynes, no Paraná.

Este volume, de uma coleção que trata de temas voltados aos fundamentos das Ciências Forenses, reúne em oito capítulos os principais problemas da Arqueologia e da Antropologia em meio forense. Com perfil eminentemente prático, o texto trata de problemas mais recorrentes na área forense e da Arqueologia, verificando as similaridades e discrepâncias entre esses fazeres, procurando, sempre que necessário, indicar a melhor forma de tornar possível uma atuação multidisciplinar ou interdisciplinar conjunta entre os arqueólogos e os demais profissionais forenses.

O livro possui uma introdução sobre os remanescentes humanos e as questões a eles vinculadas: em relação ao tempo, sua interpretação, a Arqueologia Forense, os procedimentos legais, a dinâmica da decomposição dos cadáveres, os métodos de busca e as suas adaptações (da Arqueologia ao meio forense), os métodos de recuperação dos remanescentes humanos e adaptações esperadas e as inumações em massa. Os autores preocuparam-se com o problema da teoria, do mapeamento do ambiente e do sensoriamento remoto na busca por inumações criminosas. Na aplicação de métodos de busca, são descritos instrumentos geofísicos, o uso de cães farejadores de cadáveres, a escavação mecânica e a dificuldade de se abordar corpos em meios aquáticos; são detalhados os aspectos sobre o planejamento, registro, arquivamentos e o balanço das probabilidades de buscas. São apresentadas as possibilidades sobre a presença de sítios sem a presença de corpos e as circunstâncias relacionadas a esse problema. Ao tratar do problema da estratigrafia (contaminação de estratos, casos com presença de queima, casos de exumações tradicionais), os autores enfatizam as técnicas de documentação, mapeamento e registro fotográfico do que será destruído pela escavação.

Nos dois capítulos finais os autores enfatizam os principais procedimentos relacionados a recuperação, coleta de amostras e datação dos vestígios: são retomadas em Ecologia Forense a Entomologia e a Palinologia; em Tafonomia os problemas do reconhecimento das modificações naturais e antrópicas; a importância da Antropologia Física e da Datação (relativa e absoluta). Ao final, os autores procuram explanar os níveis da investigação dos sepultamentos múltiplos, abordando as possibilidades da sua origem, o seu caráter político, religioso e a importância dos arquivos históricos para buscar soluções.

A “Arqueologia Forense” de Hunter, exaustivamente descrita em suas publicações entre 1994 e 2006, seria melhor compreendida como uma “Arqueologia em meio forense”, extremamente dependente da inserção em trabalho de equipe, com tempos diferentes (o tempo da legislação da investigação criminal), subordinações inusitadas a agentes de polícia, juízes e a constante necessidade de interação, em campo, com profissionais nem sempre colaborativos. Os procedimentos legais na história do presente representam um desafio ao arqueólogo. A este é sempre requerida a adaptação de métodos e técnicas, recorrer aos princípios da Tafonomia (a dinâmica da decomposição x conservação dos materiais orgânicos e materiais inorgânicos), aos métodos de prospecção e recuperação e a abordagem complexa dos enterramentos em massa ou covas coletivas.

Ainda o termo forensic conduz a Arqueologia à modernidade, aos códigos de leis, aos locais de crimes, nos quais a evidência arqueológica pode ser apresentada durante audiências nos tribunais. Normalmente a Arqueologia Forense envolve a investigação de covas clandestinas pela adaptação de modelos de técnicas arqueológicas para localizar esses sítios com enterramentos resultantes de homicídios com ocultação e abandono de cadáveres, acidentes e desastres em massa ou incêndios ― locais de crimes inidôneos e não preservados ― e empreender estratégias de escavação para recuperar os remanescentes humanos que eles possam conter. A natureza do fazer arqueológico inclui a análise estratigráfica e esta é requerida quando existe a necessidade de identificar e explanar a ordem das sequências dos eventos que resultaram no local do evento investigado: interessam a opinião ou a atuação operacional do arqueólogo, pelo menos aos policiais e às cortes no Reino Unido, Netherlands e na Escandinávia, que tem sido rotineiramente aceita nesses casos.

Como uma ciência relativamente nova, a Arqueologia Forense já apresenta razoavelmente bem estabelecido o uso de técnicas exclusivamente arqueológicas nos locais de crimes, estando em constante desenvolvimento de técnicas e protocolos mais adequados para cada caso (p. ex. para a recuperação de vítimas inumadas em covas coletivas), provenientes da Geofísica, prospecção remota e da Tafonomia. São adaptadas técnicas convencionais da Arqueologia, envolvendo trabalho de campo e escavação. Quando evidências materiais inusitadas estão em questão, a Arqueologia Forense ainda deve contar com disciplinas que auxiliem na análise entomológica, de DNA, patológicas, de fibras, sangue, tecidos, polens, solos, entre outros. Em Arqueologia Pré-histórica, são estudadas populações anônimas, cujas classificações estão fundadas em fatores genéricos, como doença, dieta, traumas, longevidade e curvas de mortalidade. Em contraponto, mas similarmente, no contexto forense, interessa a identificação das vítimas cujos remanescentes foram escavados. Nessa perspectiva, a Arqueologia articula-se a uma ampla equação probatória das Ciências Forenses, como uma disciplina irritantemente conectiva: para Hunter o arqueólogo não está nem em uma área nem em outra. Então a disciplina arqueológica é líquida e permeável, existindo na percolação com outras ciências, com extrema mobilidade e adaptabilidade.

Mas as considerações mais controversas de Hunter neste livro, especificamente nos dois primeiros capítulos, estão expressas nos seguintes argumentos: a) a Arqueologia Forense pode ser definida e existe, como no caso do Reino Unido; b) a Arqueologia norteamericana emergiu como uma disciplina secundária sob a égide da Antropologia Física, enquanto que, no Reino Unido, a Arqueologia e a Antropologia emergiram ambas como disciplinas primárias, com a Antropologia voltada mais predominantemente ao “social” do que ao “físico”; c) os arqueólogos forenses são especialistas em técnicas de campo, mas com conhecimentos de Antropologia Física, ao passo que os antropólogos forenses são especialistas no exame do tecido ósseo, mas com um conhecimento básico de habilidades de campo e de escavação; d) como todo o trabalho forense é aberto a interrogatório no Tribunal de Justiça, cada competência individual caracteriza-se por estar sempre dentro do seu(s) campo(s) de conhecimento específico e habilidades. Como consultores científicos da Manlove, os autores vislumbram uma investigação criminal no século 21 preocupada com protocolos, qualidade, normas e prestação de contas.

O Institute of Archaeologists (IfA, e-mail: [email protected]), nome comercial do Institute of Field Archaeologists, da University of Reading, Reino Unido, promove a prática da Arqueologia e disciplinas afins, propondo normas e ética profissional para a conservação, gestão, compreensão e promoção da fruição do patrimônio. IfA é uma organização profissional para todos os arqueólogos e outros envolvidos na proteção e compreensão do ambiente histórico e do patrimônio inglês. Essa organização, citada pelos autores, pode ser comparada no Brasil, brandamente, à Sociedade de Arqueologia Brasileira (SAB).

O livro em questão complementa os primeiros ensaios na área, feitos por Morse, Crusoe e Smith em 1976, Morse, Duncan e Stoutamire, entre 1976 e 1983, e Bass e Birkby, em 1978.

O contexto arqueológico é significativo e tão importante quanto os remanescentes humanos, tratados com hermetismo por Komar e Buikstra, em 2007, com pouca expressividade da contribuição da Arqueologia no manual de Arqueologia e Antropologia Forense de Blau e Ubelaker, lançado a partir de 2009 e de forma interdisciplinar, com a importante atuação dos arqueólogos, nos manuais de Arqueologia Forense de Hoshower, Dupras e seus colaboradores, Connor e Cox e outros especialistas, publicados entre 1998 e 2007. Esses manuais constituem referências complementares importantes para cada leitor de Forensic Approaches to Buried Remains. Aqui, John Hunter não pode ser esquecido, especialmente por suas contribuições à Arqueologia Forense na Inglaterra, citadas mais acima.

Hunter e seus colegas procuraram detalhar as tecnologias mais adequadas, criadas nos últimos anos, para a prática em campo da Arqueologia, especialmente aquelas voltadas ao meio forense, na busca de soluções para eventos criminais. Trata-se de um livro que apresenta casuísticas na área da Arqueologia Forense, indicando os motivos favoráveis e os desfavoráveis para se utilizarem determinados equipamentos. O conhecimento tecnológico da Arqueologia é fundamental na busca de corpos e para a sua recuperação.

O livro é um convite ao conhecimento sobre uma das instâncias do estado da arte da Arqueologia moderna.

Sergio Francisco Serafim Monteiro da Silva  – Departamento de Arqueologia e Preservação Patrimonial, UFPE.

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Imagens da Pré-história. Parque Nacional Serra da Capivara – PESSIS (CA)

PESSIS, Anne-Marie. Imagens da Pré-história. Parque Nacional Serra da Capivara. Images de la Prèhistorie; Images from Pre-History. 2ed. (Edição ampliada e atualizada). São Paulo: Fumdham, 2013. 320p. Resenha de: MARTIN, Gabriela. Clio Arqueológica, Recife, v.28, n.1, 2013.

A nova edição do livro de Anne-Marie Pessis Imagens da Pré-História significa também o primeiro volume da Síntese dos biomas e sociedades humanas do Parque Nacional Serra da Capivara, no Piauí, obra em vários volumes apoiada e financiada pelo ministério de Ciência e Tecnologia do Brasil – MCT, que reúne o conhecimento obtido do trabalho dos pesquisadores da Fundação Museu do Homem Americano ao longo de três décadas de pesquisas interdisciplinares na região.

Não há duvida de que o carro chefe das pesquisas no Parque Nacional Serra da Capivara fora desde o início o estudo dos registros rupestres pré-históricos seguido da constatação da presença humana na região desde o Pleistoceno Superior. O Parque foi declarado Patrimônio Mundial da Humanidade pela UNESCO em 1991, em virtude da diversidade dos seus sítios arqueológicos e, muito especialmente, pela extraordinária riqueza das pinturas rupestres existentes nos seus abrigos sob-rocha que reúnem um dos maiores acervos arqueológicos do mundo, numa concentração ímpar.

Dada a acumulação de dados obtidos na última década em torno das pinturas e gravuras rupestres e, principalmente, a aplicação de novas técnicas de registro digital, justifica-se plenamente uma segunda edição atualizada do livro Imagens da Pré-história, já de longo esgotado e que, dez anos depois da sua exitosa publicação se apresenta como o primeiro volume da Síntese sobre a região. Uma parte importante desta segunda edição da obra de Anne-Marie Pessis é o capitulo inicial colocado como adenda à primeira edição. Nele se relacionam as novas técnicas desenvolvidas e empregadas no registro dos grafismos, tanto para se obter melhores imagens como relatando as técnicas que permitirão a preservação digital desse grande acervo gráfico pré-histórico destinado a desaparecer vítima dos intemperismos e da intervenção predatória humana. Para a autora, a história do registro dos
acervos rupestres é a historia da procura de recursos técnicos para obter uma documentação completa e inalterada do estado de conservação do sítio no momento em que ela foi realizada. Assim, nos últimos anos, as pesquisas sobre as pinturas e gravuras rupestres foram especialmente de natureza técnico metodológica, atingindo maior precisão no registro documentário permitindo se obter uma documentação final exaustiva e precisa dos sítios e a criação de bancos de dados imagéticos georeferenciados bidimensionais e tridimensionais. A autora salienta também que a introdução de modelos digitais tridimensionais no dispositivo da pesquisa não exclui outros métodos de registro e análise dos grafismos rupestres. A digitalização das pinturas e gravuras torna-se uma poderosa ferramenta complementar se utilizada conjuntamente com fotografias de alta resolução, microscópios digitais, espectrofotômetros e equipamentos para determinar a composição dos pigmentos.

No estado atual das pesquisas fica evidenciado que além do estudo das variáveis estilísticas que caracterizam as diversas tradições rupestres ao longo do tempo e do espaço regional, se faz imprescindível o aporte de novos conhecimentos obtidos com procedimentos científicos confiáveis. Esses procedimentos conduzem pelo rumo da física e da química, da geoarqueologia e da metrologia arqueológica mais que das ciências humanas, onde o desmedido entusiasmo pela compreensão do fenômeno rupestre pode enganar não raramente com explicações infundadas. A utilização de procedimentos de análise cada vez mais seguros, a cronologia relativa através do estudo detalhado das sobreposições e as diferentes composições dos pigmentos utilizados para a confecção dos grafismos rupestres são as novas apartações que, a autora, considera imprescindíveis na preservação e o estudo desses registros rupestres que são Patrimônio Cultural Mundial da Humanidade.

Embora Anne-Marie Pessis informe que o centro do seu trabalho neste livro segue sendo o Parque Nacional da Capivara e o estudo da classe conhecida como Tradição Nordeste, reconhece, nesta segunda edição da obra, que nos anos transcorridos desde a publicação da primeira edição foram pesquisadas com marcada intensidade outras regiões no semiárido nordestino onde foi possível registrar um número suficiente de sítios que permitiram inferir um universo rupestre diferente em amplas áreas do vale médio do São Francisco, aparentado com as tradições rupestres do alto São Francisco de Minas Gerais e com a tradição Agreste de Pernambuco. Paralelamente, a descoberta de abrigos pintados no Parque Nacional Serra das Confusões, situado também no SE do Piauí a 60 km do Parque Nacional Serra da Capivara nos sugere a possibilidade de que a dispersão da Tradição Nordeste seguiu rotas diferentes às das populações da grande bacia sanfraciscana, cujos remanescentes mais afastados podem ter-se refugiado nas brenhas da Serra das Confusões.

A confiabilidade nas interpretações arqueológicas dos registros rupestres da pré-história é tema sempre presente nesta e noutras obras de Anne-Marie Pessis, na procura do conhecimento dos diferentes perfis gráficos e de sua contribuição às reconstruções pré-históricas, mas sem concessões a interpretações subjetivas e muito menos fantasiosas do fenômeno rupestre. Para a autora, os registros rupestres precisam ser tratados como mais um elemento da base de dados das pesquisas arqueológicas e submetidos aos mesmos procedimentos de pesquisa aplicados a todos os vestígios arqueológicos. Em outros termos, para que exista a confiabilidade mínima em qualquer interpretação, é necessário o fundamento fatual que apresente o benefício da prova. Os grafismos realizados sobre um
suporte rochoso são o produto final de uma prática milenar, resultado da acumulação de imagens realizadas quase sempre em períodos que ignoramos. Entre uma imagem e outra, desconhecemos o tempo que decorreu, assim como as diferentes autorias. Portanto, é necessário aplicar um procedimento de segregação de conjuntos gráficos para fundamentar e delimitar as unidades de análise.

O livro Imagens de Pré-história demonstra, também, um esforço inovador na compreensão do imaginário visual das sociedades indígenas brasileiras com uma abordagem teórica que conduz a análises rigorosas das imagens rupestres da pré-história.

Gabriela Martin

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Los iberos ayer y boy. Arqueologias y culturas – GASCÓ (CA)

GASCÓ, Carmen Aránegui. Los iberos ayer y boy. Arqueologias y culturas. Madrid: Marciel Pons, 2012, 377p. Resenha de: MARTÍN, Gabriela. Clio Arqueológica, Recife, v.27, n.1, 2012. Disponível em:

Gabriela Martin

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Las Casas del Alma: Maquetas arquitectónicas de la antigüedad (5.500 a.C./300 d.C.) – Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CA)

CENTRE DE CULTURA CONTEMPORÀNIA DE BARCELONA (Org.). Las Casas del Alma: Maquetas arquitectónicas de la antigüedad (5.500 a.C./300 d.C.). Barcelona: Editora Institut d’Edicions Diputació de Barcelona, 1994; SCHÁVELZON, Daniel. Treinta Siglos de Imágenes: Maquetas y Representaciones de Arquitectura en México y América Central Prehispánica. Buenos Aires: Editora Fundación Cepa, 2004. Resenha de: PESSIS, Anne Marie; MAIOR, Paulo Martin Souto. Clio Arqueológica, Recife, v.26, n.1, 2011.

Autores

No livro Las Casas del Alma: Maquetas arquitectónicas de la antigüedad (5500 a.C./300 d.C.), os artigos foram escritos por vinte e dois autores com formação em Arquitetura, Arqueologia, Engenharia, História, Letras Clássicas, Artes Plásticas e Filosofia. Em comum entre eles, estão os temas de suas teses de doutorado ou das pesquisas realizadas sobre a análise de representações arquitetônicas e urbanas da antiguidade. Em contrapartida, Treinta Siglos de Imágenes foi escrito por Daniel Schávelzon, professor da Universidade de Buenos Aires com formação em Arqueologia.

Estrutura, conteúdo e conceitos

O catálogo da exposição Las Casas del Alma — que ocorreu em 1994 em Barcelona e exibiu miniaturas, relevos, estuques, mosaicos, papiros e pinturas murais de representações arquitetônicas e urbanas está dividido em duas partes. A primeira contém seis capítulos separados por culturas e áreas geográficas: Maquetas y planos del mundo antiguo occidental; Egipto; Mesopotâmia; Grécia; Roma; e El valor de la antiguedad. A segunda apresenta as fotografias e as fichas descritivas dos vestígios da exposição.

Dos quatorze capítulos do livro Treinta Siglos de Imágenes, os três primeiros são conceituais e introdutórios e os demais onze referem-se às tipologias das representações arquitetônicas relacionadas às áreas geográficas nas quais foram encontradas: Las Maquetas prehispánicas y sus interpretaciones; Imágenes de poblados y su entorno; Las primeras representaciones de la arquitectura; Las maquetas de Mezcala; Las maquetas zapotecas y mixtecas; Teotihuacán: maquetas prefabricadas, dibujos y pinturas murales; Las maquetas de Nayarit, Jalisco y Colima: la imagen de la vida cotidiana; El Oriente de México: maquetas, templos en miniatura, relieves y grabados rupestres; Los mayas y sus diversas formas de representar la arquitectura; La arquitectura pintada en las cerámicas y muros mayas; Las maquetas del altiplano mexicano; Las maquetas aztecas; Las maquetas en Mesoaméricas: hipótesis e interpretación e Las maquetas en Sudamérica.

O catálogo Las casas del Alma diferencia-se de Treinta siglos de Imágenes pela diversidade da formação dos autores e por isso não pode ser visto como um texto unitário.

Dessa forma, Jeam Píer Adam, conhecido por seu livro La Construcion Romana: Materiales y Técnicas, faz um relato sobre as diferentes representações arquitetônicas da antiguidade que podem ter as funções de projeto, místicas e ou até anedóticas.i Golvin e Vergniex reproduzem o santuário do grande templo de Aton, através de um modelo informático em três dimensões, a partir de gravuras nas tumbas de Amarna.ii Wilson, em outro artigo, propõe a utilização das miniaturas como subsídios para se compreender os Dez livros de 197 Arquitetura de Vitruvio.iii E Harth propõe até relações simbólicas com projetos modernista do início do século XX.iv Em contrapartida, Muller evoca o aspecto decorativo e figurativo desses vestígios.v Num enfoque semelhante, Bartoli afirma que as maquetes são modelos inspirados em tipologias reais.vi Dessa forma, e no contexto geral da publicação, os artigos não analisam necessariamente as peças da exposição de 1994. Alguns desses textos são tentativas teóricas e interpretações com conclusões improváveis ou inócuas, especialmente em virtude da falta de subsídios ou de dados arqueológicos mais consistentes.

Comparativamente, Schávelzon adverte no início de seu livro que o acúmulo de hipóteses nos vários trabalhos referenciados impede uma única interpretação das miniaturas e, portanto, tenta estabelecer interpretações específicas para cada cultura.vii Assim, em Puebla, no México, algumas delas seriam modelos de prédios reais. Ou então, no caso olmeca, representariam construções da realeza.viii Caso mais explícito das que se encontraram em Mezcala e que teriam um significado simbólico de morada após a morte.ix Essa é a intenção maior do seu livro: a busca de hipóteses de interpretação dos significados e símbolos desses vestígios arqueológicos.

Em conjunto, os dois livros são válidos na medida em que registram as técnicas, os materiais e a estética das próprias miniaturas das representações arquitetônicas. Valem pelo caráter inventarial. Entretanto, as interpretações e justificativas funcionais são especulações ou suposições que, em alguns casos, carecem de base científica sólida. Mesmo assim, o contraponto geográfico e cronológico dos livros 􀉆 América pré-hispânica (Norte e Central) e o Velho Mundo entre 5.500 a.C. e 300 d.C. (Europa, Norte da África e Mesopotâmia) 􀉆 tornam esses textos complementares e obras de referência para a Arqueologia, uma vez que apresentam algumas tipologias arquitetônicas e urbanas que desapareceram e, portanto, se conhecem apenas através desses vestígios.

Notas

i ADAM, Jeam Pierre. 1994. “Dibujos y maquetas: la concepción arquitectónica antigua”, 25–34.

ii GOLVIN, Jean-Claude, VERGNIEX, Robert. 1994. “Primer análisis para la elaboración de una maqueta electrónica del santuario del gran templo de Atom en Amarna”, 35–40.

iii JONES, Mark Wilson. 1994. “Los procesos del diseño arquitectónico: comprender a Vitruvio a partir de los dibujos y maquetas romanos”, 119–128.

iv HARTH, Carlos Guri. 1994. “Signos de abstracción e imágenes invariantes”, 150–156.

v MULLER, Béatrice. 1994. “Las maquetas arquitectônicas del Próximo Oriente Antíguo: usos y significados”, 54–61.

vi BARTOLI, Gilda. 1994. “Las urna en forma de Cabaña de la protohistoria lacia y etrusca, y sus relaciones con la arquitectura real”, p. 111–118.

vii SCHÁVELZON, 2004: 36.

viii SCHÁVELZON, 2004: 46.

ix SCHÁVELZON, 2004: 77.

Anne Marie Pessis

Paulo Martin Souto Maior

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Produccíon artesanal y especializada en Mesoamérica. Áreas de actividad y procesos productivo – MANZANILLA; HIRTH (CA)

MANZANILLA, Linda R.; HIRTH, Kenneth (Orgs.). Produccíon artesanal y especializada en Mesoamérica. Áreas de actividad y procesos productivos. México: – Instituto Nacional de Antropología e Historia, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Antropológicas, 2011. 316p. Resenha de: MORAGAS, Nathalia. Clio Arqueológica, Recife, v.26, n.2, 2011.

Linda Manzanilla es una destacada investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Tiene una dilatada experiencia en investigaciones arqueológicas en México, Egipto, Turquía y Bolivia, entre otros lugares. Su área de interés principal reside en Teotihuacan pero sus investigaciones y ha llevado profundizar sobre aspectos del surgimiento y desarrollo de las formaciones estatales tanto en esta ciudad como en las otras áreas geográficas mencionadas. Asimismo, su línea de investigación privilegia interdisciplinariedad en la investigación de la vida doméstica lo que le ha permitido articular una metodología propia para la excavación arqueológica de dichos contextos.

Kenneth G. Hirth es Profesor del departamento de antropología de la universidad de Pennsylvania. Suárez interés es el desarrollo del estado en el mundo prehispánico enfocado sobretodo el estudio de la economía de la antigüedad. Tiene una amplia experiencia en investigaciones arqueológicas orientadas al registro cartográfico y el estudio de talleres artesanales. Sus investigaciones se han centrado en el problema de la producción, la distribución y el consumo de recursos y productos, tanto en contextos domésticos como de élite. Sus investigaciones se han desarrollado principalmente en el altiplano central de México pero también ha participado en proyectos en Honduras, Guatemala, Perú, Turquía, y Norteamérica.

Si estos dos investigadores aúnan esfuerzos para dirigir y editar una publicación que trate sobre la producción artesanal en Mesoamérica sólo podemos augurar que es un libro de gran interés para todos aquellos que trabajen en concreto el altiplano mexicano y en 446 General para todos aquellos que estén interesados en los procesos de producción artesanal de las sociedades antiguas.

En arqueología, la naturaleza e importancia de la producción artesanal especializada es reflejo del desarrollo de las sociedades complejas y de la complejidad cultural. En el caso mesoamericano dicho proceso no es una excepción y nos permite inferir modos de organizaciones sociales, económicas e ideológicas dentro de las sociedades en que se inserta. Cuando la producción artesanal supera el nivel de subsistencia de los conjuntos domésticos y de venir si no cuestión de estado, sí que de un elemento clave para el desarrollo urbano y territorial.

Este volumen recoge 10 propuestas metodológicas desde la arqueología experimental y la observación de huellas de manufactura y uso bajo el microscopio, con el fin de sustanciar el estudio sobre la producción de objetos, las tradiciones tecnológicas y los estilos en varios estudios de caso escritos por destacados investigadores de instituciones mexicanas y estadounidenses. Todo los capítulos de libro están firmados por investigadores que actualmente desarrollan dichos trabajos por lo que la actualidad de los datos y las informaciones son un aspecto positivo a valorar. Las áreas de estudio van desde Teotihuacan, las minas de obsidiana de la Sierra de las Navajas en Hidalgo, el valle de Oaxaca, Xochicalco, Puebla, Templo Mayor de tenochtitlan y Otompan y abarcan un amplio período cronológico que va des del clásico hasta los años previos a la conquista. Los materiales analizados van desde el trabajo de la concha, la lapidaria, la obsidiana y las figurillas de cerámica pero también muestran avances en el estudio de otros materiales más complejos identificar en el registro arqueológico como son la producción de la sal o los atavíos rituales de las vestimentas de los miembros de las élites que por su carácter perecedero (plumas, algodón …) son mucho más complejos de apreciar y analizar.

Cabe destacar además, el capítulo introductorio en donde Kenneth G. Hirth hace un análisis teórico- metodológico de los dos diferentes acercamientos que se utilizan para el estudio de la producción artesanal. El primero, es el acercamiento contextual, el cual examina la escala, organización integración de la producción en el contexto social donde se realizan trabajo, y para lograrlo analiza la ubicación y cantidad herramientas y desechos de manufactura recuperados en contextos de producción (pag14). El segundo, es el acercamiento tecnológico, que analiza la tecnología empleada para practicar la artesanía. De esta manera, mediante la comprensión de los procesos de producción, los arqueólogos obtener una mejor apreciación y entendimiento de las habilidades necesarias para manufacturar objetos completos (pag 14).

El libro es académicamente relevante ya que como hemos dicho no tan sólo proporciona mayores datos sobre aspectos específicos de las culturas del Altiplano mexicano sino que nos permite tener un marco de análisis comparativo teórico – metodológico aplicable a otras culturas del pasado.

Natalia Moragas – Universitat de Barcelona

https://periodicos.ufpe.br/revistas/clioarqueologica/article/view/246704/35679

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MAIOR, Paulo M. Souto. Nos caminhos do Ferro: construções e manufaturas no Recife (1830-1915) – SOUTO MAIOR (CA)

 

SOUTO MAIOR, Paulo M. Nos caminhos do Ferro: construções e manufaturas no Recife (1830-1915). Resenha de: PESSIS, Anne-Marie. Clio Arqueológica, Recife, v.25, n.1, 2010.

Anne-Marie Pessis

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The Archaeology of Black Markets: local ceramics and economies in 18th Century Jamaica – HAUSER (CA)

HAUSER, Mark W. The Archaeology of Black Markets: local ceramics and economies in 18th Century Jamaica. 2008. 320p. Resenha de: LA VOY, Catherine E. Clio Arqueológica, Recife, v.23, n.1, p.221-226, 2008.

Catherine E. La Voy – Programa de Pós-Graduação em Antropologia. Syracyse University.

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Urbanismo e preservação em Triunfo, Pernambuco – SOUTO MAIOR (CA)

SOUTO MAIOR, Paulo M. Urbanismo e preservação em Triunfo, Pernambuco. Recife: Editora da UFPE, 2007. 129p. Resenha de: BARBOSA, Bartira Ferraz. Clio Arqueológica, Recife, n.22, p.249-250, 2007.

Bartira Ferraz Barbosa

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Paranambuco. Poder e herança indígena. Nordeste – Séculos XVI e XVII – BARBOSA (CA)

BARBOSA, Bartira Ferraz. Paranambuco. Poder e herança indígena. Nordeste – Séculos XVI e XVII. Recife: Editora da UFPE, 2007, 220p. Resenha de: MARTIN, Gabriela. Clio Arqueológica, Recife, n.22, p.251-252, 2007.

Gabriela Martin

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Pré-História do Nordeste do Brasil 2ed – MARTIN (CA)

 

MARTIN, Gabriela. Pré-História do Nordeste do Brasil. Recife: Editora da UFPE, 1996. P.395. Resenha de: SCHMITZ, Pedro Ignácio. Clio Arqueológica, Recife, n.12, p.215-217, 1997.

Pedro Ignácio Schmitz – Professor do Programa de Pó-Graduação em História – UNISINOS e Diretor do Instituto Anchietano de Pesquisas – UNISINOS. Doutor em Geografia e História pela Pontofícia Universidade Católica do Rio Grande do Sul.

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O povoamento da América visto do Brasil: uma perspectiva crítica – PROUS (CA)

PROUS, André. O povoamento da América visto do Brasil: uma perspectiva crítica. Dossiê Surgimento do Homem na América. Revista USP, são Paulo, mai./out. p.8-21, 1996. Resenha de: GUIDON, Niéde. Clio Arqueológica, Recife, n.12, p.223-227, 1997.

Niéde Guidon – Docteur d’Etat, Paris I Sorbonne Maïtre de Conférences, Ecole de Hutes Etudes, Sciences Sociales, Paris.

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Pré-História do Nordeste do Brasil – MARTIN (CA)

MARTIN, Gabriela. Pré-História do Nordeste do Brasil. 2ed. Recife: Editora da UFPE, 1997. p.450. Resenha de: TEIXEIRA, Ivana; OLIVEIRA, Luciane Monteiro; SILVA, Sérgio Francisco Serafim Monteiro da. Clio Arqueológica, Recife, n.12, p.219-221, 1997.

Ivana Teixeira, Luciane Monteiro Oliveira, Sérgio Francisco Serafim Monteiro da Silva – Alunos do Mestrado em Arqueologia da Universidade de São Paulo.

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Essay on decoration compositon – MAROIS et al (CA)

MAROIS, Roger; SCATAMACCHIA, Maria Cristina Mineiro; SERRANO, Eliana Durán. Essay on decoration compositon. México: Panamerican Institute of Geography and History, 1994. 78p. Resenha de: FUNARI, Pedro Paulo A. Clio Arqueológica, Recife, v.11, p.205-205, 1996.

Pedro Paulo A. Funari – Departamento de História, Instituto de Filosofia e Ciências Humanas da Unicamp.

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O povoamento da América visto do Brasil: uma perspectiva crítica – PROUS (CA)

PROUS, André. O povoamento da América visto do Brasil: uma perspectiva crítica. Dossiê Surgimento do Homem na América. Revista USP, São Paulo, mai./out. p.8-21, 1996. Resenha de: GUIDON, Niéde. Clio Arqueológica, Recife, v.p.229-234.

Niéde Guidon – Docteur d’Etat, Paris I Sorbonne Maïtre de Conférences, Ecole de Hutes Etudes, Sciences Sociales, Paris.

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Clio Arqueológica | UFPE | 1984

Clio Arqueologica CLIO Arqueológica | UFPE | 1984

A CLIO Arqueológica é um periódico organizado pelo Programa de Pós-graduação em Arqueologia da Universidade Federal de Pernambuco (UFPE). Em 2014 a CLIO Arqueológica passou a adotar apenas a publicação on-line, baseando-se nos princípios do livre acesso.

Publicada, ininterruptamente, desde 1984, tem como objetivo corroborar com a divulgação das pesquisas realizadas nas áreas de arqueologia e conservação do patrimônio cultural, através de textos originais e inéditos de pesquisadores nacionais e estrangeiros. São aceitos para publicação artigos originais e de revisão, entrevistas, relatórios técnicos de pesquisa, resenhas de livros, resumo de teses e dissertações, escritas em português, inglês, espanhol ou francês. Podem publicar na CLIO Arqueológica pesquisadores vinculados a um programa de pós-graduação como também alunos de graduação, desde que em parceria com um professor vinculado a um programa de pós-graduação.

A CLIO Arqueológica, é um periódico semestral dedicado à área de arqueologia,  sendo duas edições de temas livres, que obedecem ao fluxo contínuo de submissão. A partir de 2016 o corpo editorial decidiu publicar mais um número anualmente, esse temático, organizado por um editor convidado. Essa edição especial, apesar de ser regida pelos mesmos princípios de avaliação e as mesmas diretrizes requeridos dos trabalhos submetidos em fluxo contínuo, não são consideradas na composição dos números anuais de um volume.

A CLIO Arqueológica possui periodicidade semestral, podendo eventualmente publicar edições especiais extemporâneas.

Todos os artigos, entrevistas, relatórios técnicos, resenhas e resumos, publicados pela CLIO Arqueológica encontram-se licenciados pela Criative Crommons Atribuicion 4.0 (CC-BY 4.0). Isso significa que os textos podem ser lidos, baixados,  compartilhados, citados, total ou parcialmente, sem a necessidade de autorização prévia, mediante a devida referência ao(s) autor(es) e a primeira publicação nesta revista.

ISSN 2448 2331

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