¿Fue (in)evitable el golpe? Derechos Humanos: Memoria/Museo y Contexto | Mauro Basaure, Francisco Javier Estévez

El libro “¿Fue (in)evitable el golpe?” editado por Basaure y Estévez, se origina a partir de un seminario del mismo nombre celebrado en abril de 2017 en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Está compuesto de dos partes relacionadas entre sí, en donde la primera de ellas -desde la perspectiva de actores claves en tanto testigos y participantes del gobierno de la Unidad Popular (UP) y, por ende, poseedores de una memoria viva– aborda un análisis político extenso de los hechos y procesos sociales, tanto externos como internos, que articularon un momento tal que hiciera propicio un Golpe de Estado, y, al mismo tiempo, reflexionar sobre qué se pudo haber hecho distinto para evitar aquello. Por otra parte, la segunda sección del libro hace eco de las reflexiones y visiones propuestas en la primera parte para abordar de manera crítica la llamada controversia sobre si el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos debiese o no contextualizar su muestra permanente. Controversia que nace de la crítica que demanda por una explicación de por qué terminó sucediendo el golpe, y no mostrar, así “solo una parte de la historia”. Demanda que emana de la derecha con fines justificatorios. En efecto, los siete artículos que componen la primera parte titulada ¿Fue (in)evitable el golpe? Respuestas de actores clave de la época de la UP (en donde también escriben los editores), conforman una especie de dialogo entre posturas que, aun perteneciendo a la izquierda política que le diera forma al gobierno, identifican y confrontan responsabilidades y autocríticas distintas entre sí. Andrés Pascal Allende, por ejemplo, en su aporte titulado No quisieron evitar el golpe, aparte de comenzar reafirmando que la responsabilidad directa del golpe es de quienes lo acometieron, identifica responsabilidades del gobierno en la medida en que no supo articular las demandas de un sujeto popular que exigía más radicalización en las propuestas que el mismo Allende consideraba debían ser graduales. Esto sumado a la no intervención de las fuerzas armadas, que necesitaban ser democratizadas ante las muestras que daban de estar cada vez más cómodas con la idea de un golpe, y del mismo modo, la ausencia de una voluntad política del gobierno por organizar la autodefensa e instrucción de las masas civiles para afrontar un eventual golpe que, así vistas las cosas, era predecible, pero totalmente contestable. Sergio Bitar (El gobierno de Allende era viable. ¿Por qué se tornó inviable?), en cambio, identifica que hubo condiciones propicias para un Golpe aceleradas por una pérdida de la capacidad de la conducción del proceso en marcha evidenciable en cinco factores: 1) la radicalización que proponían ciertos grupos y que los tornaban difíciles de manejar para Allende; 2) un manejo económico equivocado; 3) el quiebre entre partidos de izquierda y la DC; 4) una mala comprensión de los intereses internacionales, específicamente los intereses político estadounidenses y 5) subestimar la capacidad golpista de la derecha chilena. En el artículo titulado Los contextos del golpe y la consecuencia de Allende, de Ricardo Núñez, se enfatiza un tratamiento y estudio deficiente del contexto político global, donde no se asumieron con entereza ni las consecuencias de la guerra fría y de las pautas que aquello marcaba en las relaciones internacionales y dentro de la política nacional, ni las recomendaciones y observaciones que se hacían, preocupados, desde China o la URSS en cuanto al manejo de la revolución y la estrategia pacífica adoptada. Finalmente, Mariano Ruiz-Esquide (Cuando lo previsible se hizo realidad) argumenta que el escenario de un golpe se orquestaba desde antes de lo que se piensa, remontándose incluso al gobierno de Pedro Aguirre Cerda, que a los ojos de la derecha capitalista de la época y de las Fuerzas Armadas, era un serio problema. Lo mismo con el gobierno de Jorge Alessandri y los inicios de la reforma agraria, que se vio frenada y Alessandri obligado a transar con los Radicales para amortiguar el descontento de la derecha. Lo planteado por Ruiz-Esquide invita a un tratamiento más exhaustivo, y le imprime un valor histórico crítico más completo al diagnóstico de causas y responsabilidades de la izquierda. Una lectura equivocada de esta primera parte del texto, podría llevar a argumentar que se cae en una relativización de las responsabilidades directas del golpismo al intentar encontrar causas y responsabilidades en el actuar del gobierno, en tanto nada justifica una dictadura y sus horrores. Dicha lectura, a pesar de ser cierta sustancialmente (nada justifica realmente la dictadura que se vivió), es equivocada en este marco, pues la estructura que adquiere el libro no solo hace que sea una apreciación errada, sino que torna casi imposible asumir dicho objetivo. Queda claro, en todo momento, que no se trata de abrirse a la absurda posibilidad de la inevitabilidad del golpe, sino que, por el contrario, se trata de abordar de modo contrafactual la historia y “reflexionar sobre lo que no ocurrió para comprender lo que ocurrió efectivamente” (p.31), es una invitación a examinar los futuros posibles del pasado y no a alejar el foco de la discusión del hecho sabido de que “los golpes y cuasi golpes nacen de acciones deliberadas y completamente evitables” (p. 26). En la segunda parte del texto llamada Museo de la Memoria en controversia y el derecho a la memoria, en donde solo escriben Basaure y Estévez, se genera un fluido diálogo entre las reflexiones de la primera parte y los desafíos del Museo expuestos en la segunda. Dichos ‘desafíos’ responden a la crítica –bien extendida por los medios- de que el MMDH falla en su misión al no contextualizar su muestra permanente, es decir, al no referirse al proceso político que desencadenó el golpe. Esta crítica, que emana de los sectores de derecha, debe ser, sin embargo, asumida con cautela. Tal como indica Basaure en su intervención, el desafío es encontrar la manera de añadir museográficamente el contexto para que ello sea un aporte a la disputa por la memoria. Esta crítica de la derecha –aunque justificatoria, éticamente reprochable y pobre epistemológicamentese puede desarticular en dos vertientes, una ligada a la derecha pinochetista (crítica dura), que sitúa al contexto previo como indispensable para hacer entender que el golpe era necesario en tanto salvación de una guerra civil y, por ende, mucho de la dictadura estaría justificado; y por otra parte una crítica blanda, ligada a la derecha más liberal, que no desconoce las violaciones de DDHH, pero que si exige una mayor contextualización para entender el porqué de la polarización que se vivía en Chile. Asumir cualquiera de las dos críticas sería un error y atentaría contra el objetivo del Museo, pues, tal como dijo Estévez, el único contexto de la violación de los DDHH es la dictadura y eso no es justificable bajo ningún marco. De allí que dialogar con esas críticas deba ser tomado con cautela. Sin embargo, Basaure defiende la idea de que el MMDH puede y debe incorporar museográficamente una dimensión contextual sin necesariamente traicionar su misión, visión y función; es decir, sin tropezar con la contextualización que busca justificar el golpe como desea la crítica. La clave para aquello, afirma Basaure, es la palabra alemana para contexto: ‘Zusammenhang’, que tiene una doble significación en tanto refiere a lo que está relacionado, en contacto, cohabitando un espacio y/o tiempo, como también refiere a aquella relación causal o de la lógica causa-efecto, en donde dos fenómenos van juntos porque uno explica al otro. Ambas críticas de la derecha, por ende, buscarían establecer un contexto en su significado causalista y así justificar, en mayor o menor medida, el golpe y posterior dictadura. El desafío de la museografía es, precisamente, todo lo contrario: incorporar el contexto desde un sentido no causalista que permita vislumbrar los hechos y fenómenos que coexisten, sin que ellos se ordenen como causa-efecto, e intencionar una curatoría que empuje a la reflexión de que “el golpe es producto de una decisión golpista que resultó ser macabramente exitosa, y no de una crisis política y social, pues quienes acometieron el golpe siempre pudieron optar por no hacerlo” (p. 118). De esta forma no sólo no se traiciona la misión y visión del Museo, sino que también se refuerza, asumiendo los elementos históricos y políticos a favor del objetivo crítico y pedagógico que se propone el Museo, y participando de la disputa de otro terreno de la memoria que la izquierda normalmente ha dejado al sentido común: lo injustificable del golpe. Justamente por ello es que este libro adquiere relevancia. Pues aparece en un momento en donde el negacionismo y las expresiones del neofascismo chileno están cobrando auge. Aparece en un momento de sistemática violación a los DDHH en la Araucanía, de liberación de presos por crímenes de lesa humanidad, de la conformación de movimientos nacionalistas. Es en este contexto donde la pregunta por los errores y omisiones del pasado que se plantea este libro se torna importante y donde se asume el desafío de disputar cada espacio de memoria y desnudar como inmoral todo intento justificatorio del golpe de estado de septiembre de 1973. 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Gabriela Mistral. Somos los andinos que fuimos | Magda Sepúlveda Eriz

Desde sus primeras páginas, la Dra. Magda Sepúlveda nos advierte que este no es un libro para encontrarse con la educadora, con la madre y la poetisa de las rondas; no a simple vista o no en la forma banal que le damos a estas labores cuando nos referimos a la escritora. En este nuevo siglo en que buscamos con efervescencia reencontrarnos con las figuras literarias señeras de antaño, la autora nos advierte, a través de un complejo entramado de aportes teóricos y declaraciones afines a su propuesta, que muchos personajes insignes que creemos representativos de nuestra idiosincrasia, identidad o tradiciones han sido vaciados de su contenido original, para ser consumidos por la masa en el remanso de lo que se quiere sostener por cultura nacional. El caso de la poeta Gabriela Mistral no escapa a esta realidad, pues acostumbramos ubicarla en el selecto recinto del verso al abnegado pueblo, en la figura de la maestra cercana al infante. Ante esto, la premisa de la autora es que se ha desconocido la vertiente indígena, proletaria y mujeril de Mistral, despachando, con una retórica de empequeñecimiento, su pensamiento e intectualidad a un reducto filial y blanqueado por el patronazgo idiosincrático chileno. En contra de esta posición, la Dra. Sepúlveda nos declara en su hipótesis: “Mistral diseña una conciencia andina, con saberes y modelos discursivos pertenecientes a esa región cultural. […] configura una retórica de signo andino, para hablar de sí misma y de las subjetividades latinoamericanas oprimidas” (p. 18).

A partir de la enunciación de su conjetura, se comprende que el “Prólogo. Gestos de darme agua”, dividido en “Los estudios culturales transandinos” y “Mistral desde el imaginario social”, haga hincapié en una posición descentrada de la hegemonía cultural, política y artística con una marcada ascendencia hacia lo trashumante de la condición andina de la poeta de Montegrande, defendida y enaltecida en cada una de sus obras. Con ello, Mistral, y de acuerdo a la lectura de la Dra. Sepúlveda, busca reconectar al latinoamericano con su ancestralidad andina e indígena, además de campesina y feminil. Leia Mais

Invento/ luego resisto: El Período Especial en Cuba como experiencia y metáfora (1990-2015) | Elzbieta Sklodwska

Poucos países passaram, em tão pouco tempo, por mudanças tão intensas e profundas como Cuba, na segunda metade do século passado. Em menos de cinco décadas, o país vivenciou uma transformação que inseriu a ilha num processo de transição socialista, alinhado ao modelo soviético, atingindo todas as esferas da vida social e as relações políticas, econômicas, sociais e culturais.

Quando tal processo parecia se estabilizar, a derrocada do campo socialista e o desaparecimento da URSS, na última década do século XX, conduziram à ilha caribenha a mais profunda crise econômica e social de sua história, com efeitos que ainda persistem, apesar da recuperação de certos indicadores e foi denominado, oficialmente, de “Período Especial em Tempos de Paz”.

Sobre tal período, apesar de uma relativa quantidade de publicações literárias e acadêmicas ainda persistem inúmeros debates, questões e lacunas que merecem ser aprofundadas, por todos aqueles que se debruçam sobre a ilha caribenha. Neste sentido, podem ser analisados a validade (ou não) de tal denominação, o período exato de sua duração ou sua continuidade e, principalmente, a necessidade de construção de um quadro abrangente desta etapa, que incorpore as diversas dimensões e impactos na vida social (política, cultural, social, religiosa, populacional, …) e que se constitui na possibilidade de compreensão, adequada, da sociedade cubana contemporânea.

Disto decorre duas constatações fundamentais sobre o “Período Especial em Tempos de Paz”. Primeiro, toda a política e a sociedade cubana foi marcada pela ‘lógica da sobrevivência’, evidenciada nas mudanças econômicas e na reinserção internacional do país e foi marcado por profundas transformações. Desde então, o país vive numa transição que procura se adequar à nova realidade mundial e reorganizar o tecido social local. Além disto, a segunda constatação se refere ao fato de que, apesar das dificuldades intensas no momento inicial, uma narrativa multidimensional, da academia à literatura e as artes, vem emergindo e, apesar de sua diversidade, possibilita a compreensão de como os cubanos lidaram com tal situação, com drama, criatividade e, inclusive, senso de humor, apresentando inúmeras possibilidades de leitura, de reflexão e pesquisa sobre tal etapa.

Neste sentido, esta obra torna-se uma leitura fundamental, pois a partir dos estudos culturais, procura construir um quadro abrangente, envolvendo a noção ampla de cultura, que busca compreender a dinâmica e os impactos de tal período no dia-a-dia dos cubanos e seu reflexo no campo cultural, bem como a atuação dos principais autores e coletivos culturais que atuaram na ilha nas últimas três décadas.

A obra reflete o trabalho e a perspicácia da autora, Elzbieta Sklodowska, que se formou como latino-americanista nos EUA, com uma tese sobre o testemunho hispano-americano, e na Polônia, com uma tese sobre a paródia na narrativa hispano-americana, e, desde então, vem se dedicando aos estudos culturais e literários, com ênfase na literatura latino-americana e, principalmente, a narrativa caribenha dos séculos XIX e XX e a literatura e cultura cubana nos últimos dois séculos3.

A obra, fundamentada na abordagem dos estudos culturais, incorpora conceitos e abordagens de diferentes disciplinas das ciências humanas, desenvolvendo uma aproximação sócio-crítica do discurso social, oficial (e outros), e procura explorar as diversas perspectivas e formas que a literatura, as artes e o cinema cubano refletiram sobre tal período e os impactos na vida social das mudanças enfrentadas pelo fim do bloco soviético e a profunda crise que a ilha se viu submergida. Para tanto, o trabalho está organizado, além dos elementos introdutórios, em seis capítulos.

O primeiro capítulo, intitulado “Pretérito imperfecto: las metáforas del Período Especial”, oferece uma visão panorâmica sobre os aspectos mais representativos do período, discutindo a história política, social e econômica dos anos de 1990 e repassando os debates sobre sua denominação e duração. A partir de poemas, de Reina M. Rodríguez e Carlos A.

Alfonso Barroso, e a produção artística, de René de la Nuez e Eduardo A. Guirola, dentre outros, apresenta como a década foi marcada pelo catastrofismo, niilismo e desamparo, pela migração interna e como a estratégia de sobrevivência se tornou fundamental no dia-a-dia dos cubanos (‘la lucha’).

O segundo capítulo, denominado de “Sin pan, pero con palabras: escribir (en) el Período Especial”, discute, a partir da noção de ‘neofala’ de Michael Glowinski, a recriação paródica do discurso oficial, apontando uma resistência crítica de certos círculos intelectuais, como observados no compêndio, paródico, “No hay que llorar”, que apresenta uma reflexão sobre o impacto afetivo da crise.

O terceiro capítulo, com o título “Temas y anatemas: la revolución y la administración del hambre”, discute, evidentemente, o tema da fome nos anos de 1990. Neste sentido, analisa a origem e a evolução da ‘libreta’, a presença de tal temática na literatura, em obras como “Paisaje de Otoño” de Leonardo Padura (um dos principais escritores cubanos na atualidade), desenvolve uma análise linguística de livros e folhetos editados pelo editorial Verde Olivo (“Con nuestros propios esfuerzos” e “El libro de la família” e do programa televisivo de Nitza Villapol (‘Cocina al minuto’), demonstrando como eles contribuíram para a redefinição, cultural, do que seria comestível ou não.

O quarto capítulo, denominado de “Sin guarniciones: (re) invenciones gastronómicas y la (re) creación artística”, reflete sobre os testemunhos de tal período, discutindo a luta diária por sobrevivência de vários setores, as tensões entre a carência e as promessas e a ‘criatividade’ gastronômica da ilha. Neste sentido, analisa, dentre outros, o trabalho de Antonio José Ponte (Las comidas profundas”), de Alberto Pedro Torriente (“Manteca”) e a performance “Ping Pong” da dupla Luis Garciga Romay e Miguel Moya.

O quinto capítulo, intitulado “Entre lo sublime y lo abyecto: el Período Especial a través del lente de género”, analisa, a partir da temática de gênero, a inserção da mulher em tal período e como seu papel tradicional, de dona de casa, foi um dos mais afetados e politizados. Além disto, discute a emergência das ‘jineteras’ e os debates derivados de tal prática, analisando o alcance e os limites da perspectiva de que tal prática se constitui numa forma de empoderamento feminino, que nem sempre se fundamenta na realidade, ao discutir os maus tratos que este papel traz a mulher. Neste sentido, analisa, dentre outros, o filme ‘La película de Ana’ (de Daniel Díaz Torres), o trabalho híbrido de Reina Maria Rodríguez (“Variedades de Galiano”) e o relato de Damaris Calderón (‘Angelillo’).

Finalmente, o último capítulo, denominado de “Reinventar la rueda: el archivo material del Período Especial”, discute como o interesse pela cultura material tem emergido no caso cubano e como isto afeta a auto-produção e a reinvenção de objetos de uso cotidiano, diante do cenário de escassez material. Neste sentido, revela a emergência de uma ‘desobediência tecnológica’, de apropriação e ressignificação do uso de certos objetos, discutindo as obras de Laidi F. de Juan, do editorial artesanal Vigía, de Daniel V. Rodríguez (“De Buzos, leones y tanqueros”) e, principalmente, a obra dos integrantes do coletivo “Los Carpinteros”, que desenvolveram trabalhos de repercussão mundial.

Desta forma, a obra se constitui numa leitura instigante para a compreensão do período especial e se destaca pela perspicácia, abrangência e diversidade dos temas desenvolvidos e pela contraposição entre o discurso oficial e a experiência vivida (a ‘realidade’) envolvendo inúmeros atores do campo artístico. Neste sentido, a produção cultural que analisa inclui diversas manifestações como a literatura (poesia, contos, romances, teatro e narrativas), os meios audiovisuais (cinema e artes plásticas), a comida, performances artísticas e a cultura material.

Além disto, o trabalho possibilita a compreensão de que, até mesmo os tempos de crise e penúria material, podem servir de ‘inspiração’ e estímulo para o trabalho artístico e a inserção social e apresenta a extraordinária criatividade dos cubanos, persistente até os nossos dias e nos mais variados campos, para a (re) invenção e a resistência, como sugere o título.

Desta forma, se os problemas enfrentados, nos anos de 1990, determinaram o imaginário estético cubano, tal determinação não limitou a imaginação e a criatividade da população, e dos artistas, do país.

Outro elemento fundamental que pode ser inferido desta leitura, é que o ‘Período especial em tempos de Paz’ também pode ser compreendido como uma experiência e metáfora de toda a América Latina. Neste sentido, vale destacar que, embora a região tenha vivenciado, nos anos de 1980, a chamada “década perdida” (devido ao endividamento e a crise econômica e social), continua persistindo uma enorme dívida com amplos setores da população latinoamericana que são marcados pela carência, exclusão e marginalidade e, ainda, a região (assim como a maior das Antilhas) ainda não conseguiu se reinserir no mundo globalizado, de forma autônoma e ativa, possibilitando o desenvolvimento com equidade. Enfim, tal experiência e metáfora parece ser um componente da realidade latino-americana, adaptando-se as especificidades nacionais.

Apesar disto, a obra apresenta algumas limitações, que não desqualificam sua importância, mas se constituem em elementos que poderiam ser aprofundados. Em primeiro lugar, pode-se destacar que não realiza tal abordagem em direção a outras manifestações culturais que poderiam ser, igualmente, instigantes como a música, a linguagem corporal e os murais ou grafites, dentre outras. Além disto, poderia incorporar os processos que se passam em outros campos, como no religioso, e como em tal período ocorre um ‘reencantamento’ da ilha e ressurgimento de inúmeras práticas religiosas e seus efeitos culturais e materiais.

Também poderia ser explorado, tanto em termos de nostalgia como de continuidade nos processos culturais e na cultura material, a complexa e mal resolvida relação com a URSS.

Por fim, a abordagem, por vezes, idealiza a realidade cubana e analisa a atuação governamental como sendo somente ilusória ou negativa desconectada desta, o que acaba por desconsiderar os esforços, no sentido de superação de tal estado, e, principalmente, não considera a complexidade e a ambivalência de tal período, para além da dicotomia entre o discurso oficial e artístico.

De toda forma, trata-se de uma obra importante que, além de sua importância fundamental no campo dos estudos culturais e na excelente compilação sobre tal período, demonstra a necessidade de continuidade de pesquisas e reflexões sobre o “Período Especial em Tempos de Paz” em Cuba, tanto no que se refere a outros campos e produções artísticas (música, escultura, linguagem corporal, murais,…) como em outras dimensões da vida (social, política e econômica) que continuam desafiando as ciências sociais, incluindo a história, latino-americanas. Boa leitura!!

Marcos Antonio da Silva – Universidade Federal da Grande Dourados, Brasil.


SKLODWSKA, Elzbieta. Invento, luego resisto: El Período Especial en Cuba como experiencia y metáfora (1990-2015). Santiago de Chile: Editorial Cuarto Propio, 2006. 499p. Resenha de: SILVA, Marcos Antonio da. Revista Brasileira do Caribe, São Luís, v.19, n.35, p.165-169, jul./dez., 2017. Acessar publicação original. [IF]