El cadáver de Balmaceda. Locura, suicidio y muerte en Chile (1890-1921) | Mario Fabregat Peredo

Balmaceda muerto Imagem wikipedia
Balmaceda muerto | Imagem: wikipedia

En el contexto de la continua renovación temática en la historiografía chilena tenemos el privilegio de presenciar durante los últimos años la emergencia de un campo de estudios historiográficos sobre el suicidio, que recoge elementos de la historia cultural, historia de las ideas, de las ciencias y de las emociones, entre otros aportes, para el tratamiento de las fuentes y del tema. Al trabajo de Daniela Belmar, A nadie se culpe de mi muerte. Suicidios entre 1920-1940. Santiago y San Felipe de 20181 y al texto Más Allá De La Muerte, Recopilación De Cartas y Notas Suicidas (Chile, 1870-1937) de Mario Fabregat Peredo y la misma Daniela Belmar, de 20202, se sumó a fines del año 2020 el presente trabajo de Mario Fabregat.

Este trabajo de Mario Fabregat, desde el aspecto académico, se asienta sobre investigaciones monográficas previas, una tesis doctoral sobre el tema e investigaciones en archivos sobre Balmaceda con persistencia de años, lo que encamina el libro hacia la vereda firme de la investigación historiográfica, tomando como punto material y simbólico el cadáver del presidente suicida de 1891, José Manuel Balmaceda, el texto aspira a indagar en una época, en una cultura y en una sociedad, la santiaguina de fines del siglo XIX y principios del XX. Es un intento que recuerda al bello libro de Carl E. Schorske sobre la Viena de fin de siglo3, en su aspiración por conocer la sensibilidad de una ciudad, de una cultura y de una época a través de un acceso del espacio cultural como las ideas, la música, el arte y, en el caso del libro de Fabregat a través de las ideas sobre la locura, el suicidio y la muerte. Leia Mais

Locuras en primera persona. Subjetividades/ experiencias/ activismos | Rafael Huertas

“La producción de conocimiento es siempre un proceso colectivo.”

Así inicia Rafael Huertas su nuevo libro: Locuras en primera persona. Subjetividades. Experiencias. Activismos. Es un buen aviso de lo que en esencia nos trae: un saber construido por un amplio entretejido de voces que “nunca es definitivo”. En el caso de los estudios psi, de manera deliberada, se ha decidido mantener silenciada a la “primera persona” de estas voces de conocimiento colectivo durante años. Se ha decidido generar literatura científica sobre la locura desde la imposición externa, desde la disección quirúrgica, desde el “cuerdismo”. Una clínica que observa, no una clínica que escucha. Y lo hace desde un marco cultural concreto y normativo.

Podemos quedarnos ahí o, atender por fin, a toda una literatura de saber en primera persona sin la cual no podrá llegarse a un entendimiento real del sufrimiento psíquico. Y en este último término de hecho me corrijo, pues, se trata más bien de un sufrimiento social resultado de una exclusión dirigida por los grupos hegemónicos. Esta literatura ya existe, lleva mucho tiempo produciéndose, toma cada vez más fuerza. Y Rafael Huertas acude a retratar esta parte de la historia, bajo la luz de tres focos: el arte, el género y el activismo. Leia Mais

El Caso Morillo: crimen/locura y subjetividad en la España de la Restauración | Ricardo Campos

Com certa frequência alguns casos de violência acabam tomando os meios de comunicação e comovendo a sociedade de modo a desencadear novas ou velhas polêmicas. Muitas vezes, o caso atinge proporções maiores e passa a ser discutido também nos meios acadêmicos, no ambiente familiar e nos mais diversos ambientes. Diferentes sujeitos, partindo de diferentes esferas da sociedade, apresentam seu ponto de vista a fim de rotular o autor do crime: Seria ele um louco? Um desfavorecido socialmente? Um herói? Ou simplesmente uma pessoa má? Leia Mais

Locura y crimen. Nacimiento de la intersección entre los dispositivos penal y psiquiátrico | Máximo Sozzo

Máximo Sozzo, es abogado de formación y actualmente dirige la Maestría de Criminología en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral y el Programa Delito y Sociedad de la misma Universidad. El libro que se reseña –fruto de su investigación doctoral– parte de una preocupación del presente por la situación que atraviesan los ciudadanos privados de su libertad –cuyo número no se conoce– tras haber sido clasificados como “locosdelincuentes”. ¿Cómo se gestó históricamente esa realidad? ¿Quiénes y sobre qué bases se decidía el destino de un loco-criminal? ¿Qué estrategias argumentales vinculadas con la presunción de locura se ponían en juego en los procesos judiciales para lograr el sobresimiento/condena de los acusados? El autor se propuso responder a estos interrogantes indagando en torno al nacimiento de la intersección entre el dispositivo psiquiátrico y el dispositivo penal en la ciudad de Buenos Aires durante el siglo XIX, más precisamente entre 1820 y 1890.

El problema que plantea la asociación entre locura y crimen ha sido tratado, para el caso argentino, principalmente de la mano del positivismo criminológico desde fines del siglo XIX y hacia el siglo XX (de la mano de trabajos ya clásicos como el de José Ingenieros y Hugo Vezzetti, o más renovados como los aportes de José Daniel Cesano). En este marco, el recorte temporal seleccionado por Sozzo representó un desafío heurístico por la falta de material abundante para tratar el tema, al menos hasta los años 1860. Contando con pocos expedientes criminales, la mayoría de los casos trabajados fueron renconstruidos a partir de piezas diversas, en algunos casos por haberse convertido en “causas célebres”: informes periciales publicados en revistas médicas y fallos publicados en recopilaciones de sentencias (a partir de los años 1880). Leia Mais

Yo mi hermano | Juan Mihovilovich

En la recurrida y siempre actual Historia de la locura (1964) de Foucault se cuenta cómo aquellos seres considerados orates fueron, en más de una oportunidad, disidentes, presos políticos, personajes que por un enrevesado camino llegaron a fragmentar estructuras de poder. Este −el poder− sería, en consecuencia, la plomada justiciera que decide quién está en lo cierto, quién es funcional a los engranajes de la vida. También se habla allí de la famosa Stultifera Navis donde los dementes eran embarcados para enfrentar sin piloto el destino incierto de las marejadas, un porvenir donde solo el azar podría entregar el veredicto último. Alusión a la obra de Sebastian Brant y por cierto, al célebre cuadro de El Bosco.

Quizás navegar por ese rumbo es el que nos ofrece Juan Mihovilovich en esta nueva entrega titulada Yo mi hermano, editada por LOM. Digo esto, porque sus páginas nos conducen por los laberintos mentales del hermano sumido en el sueño de la locura, que también por ventura, alberga las islas de la lucidez; todo esto en una prosa rayana en el monólogo dramático. De hecho, parece una novela muy adaptable a la estructura teatral, pero que conserva ese ritmo atrapante que ha deambulado por la mente de todos nosotros: el puente −por momentos sólido, a veces inestable o inexistente− que separa lo que somos de quien creemos ser. Leia Mais

Foucault: verdade e loucura no nascimento da arqueologia – RIBAS (ARF)

RIBAS, Thiago Fortes. Foucault: verdade e loucura no nascimento da arqueologia. Curitiba: Editora da UFPR, 2014. Resenha de: BALTAZAR, Tiago Hercílio. Argumentos – Revista de Filosofia, Fortaleza, n.12, jul./dez. 2014.

Foucault: verdade e loucura no nascimento da arqueologia se desenrola na antecâmara daquilo que conhecemos como o projeto arqueológico de Foucault. Thiago Fortes Ribas investiga o início do percurso teórico do filósofo francês, no momento em que suas estratégias se realinham em torno de um alvo (não mais uma forma determinada do conhecimento científico, mas a própria positividade de uma ciência) e também o momento da formulação de uma crítica extra-científica. Enquanto este objeto e o tipo de crítica histórico-arqueológica que Foucault elabora através dele, já são velhos conhecidos na literatura sobre o assunto, a empresa de Ribas recua um passo para tratar da própria constituição deste objeto e deste tipo de crítica na démarche do futuro arqueólogo. Se os textos pré-arqueológicos nos pareciam dispersos sob uma frágil unidade temática, saberemos agora que eles guardam uma decisiva transformação na relação do próprio Foucault com a verdade. “Numa palavra, pretendemos mostrar que a constituição do projeto de uma arqueologia do saber dependeu de uma mutação decisiva no modo como Foucault pensou a questão da verdade em sua relação com a psicologia, a psiquiatria e a loucura” (RIBAS, 2014, p. 16).

O primeiro capítulo, buscando contextualizar a primeira obra arqueológica de Foucault e discutir a supressão de seu prefácio original, parece apenas situar a questão da relação de Foucault com os saberes da radical “psi” em História da loucura. Mas na realidade ele já desloca o lugar da “reviravolta” no pensamento de Foucault. De fato, a literatura estabeleceu, entre o prefácio original suprimido de História da loucura (1961) e sua segunda versão (1972), uma importante modificação no pensamento de Foucault, muito discutida quanto a um possível prejuízo ontológico que se poderia apontar na crítica arqueológica da loucura. Mas é verdade que tal injunção é feita à luz dos próprios desenvolvimentos arqueológicos posteriores, que “evitariam” tal prejuízo e, por outro lado, trata somente daquilo que já é a arqueologia desde a primeira edição de História da loucura. É desse emaranhado que Ribas consegue escapar, trabalhando uma diferença mais decisiva para o projeto arqueológico de Foucault, situada entre o polêmico prefácio de 1961 e textos que datam dos anos 1950.

A referida mutação será então diretamente analisada no segundo capítulo, e com um nível de detalhamento que certamente satisfaz aos leitores em seus anseios por minúcias. Nesse momento, o foco do estudo recai sobre as diferenças teóricas entre dois textos que o autor seleciona para comparação: Doença mental e personalidade e Doença mental e psicologia. Escrito em 1954, e reescrito em 1962 com o segundo título, os dois textos permitem a engenhosa estratégia de Ribas para flagrar as modificações na relação de Foucault com a psicologia. Na realidade, poderíamos tomar a liberdade de dizer que se trata de apenas um texto em duas cenas, e entre elas uma transmutação de significados que iluminaria assim o nascimento de um grande problema filosófico.

Em sua primeira versão, lê-se na introdução que a raiz da patologia mental deve estar numa reflexão sobre o próprio homem. Eis a pista que nosso autor persegue, como uma “adulteração” em sua versão de1962, onde se diz que a raiz da patologia mental pode ser procurada numa certa relação, historicamente situada, entre o homem e o homem louco e o homem verdadeiro. Estes são vestígios que entregariam os motivos do filósofo francês:

aqui, somente essa mudança já nos mostra que a preocupação do autor é radicalmente outra. Não mais fundacionista, no sentido de fundar a investigação numa antropologia, agora a investigação quer procurar a raiz histórica da patologia mental. Ao invés de propor uma verdadeira psicologia, quer compreender como se construiu historicamente um discurso verdadeiro chamado psicologia. (RIBAS, 2014, p. 57).

Ao cabo de uma análise comparativa que se estende por todo o segundo capítulo, torna-se claro que o “projeto de fundação da psicologia” que Foucault lançava em 1954, equivaleria a um pensamento que acreditava na objetividade da ciência psicológica uma vezliberta de certos postulados equivocados (Cf. RIBAS, 2014, p. 57). Na sua reescritura, este rigor será substituído por um novo sentido: não mais a conquista de sua cientificidade, mas a posição de que sua própria positividade enquanto ‘ciência’ depende de condições históricas de existência. Trata-se aí de um rigor que, quando levado ao limite, compromete o estatuto de cientificidade e objetividade da própria verdade da medicina mental. (RIBAS, 2014, p. 58).

Tratar esta modificação como mera reformulação teórica seria perder de vista o essencial, isto é, o início de uma crítica de inspiração nietzschiana que faz aparecer o funcionamento de uma ciência no interior de um sistema de condições históricas. Contra a leitura de Pierre Macherey, para quem, até 1962, Foucault não colocaria em questão o pressuposto de uma natureza humana – incluindo História da loucura – Ribas nos faz vislumbrar o que seria uma aquisição básica no percurso teórico de Foucault, e com a qual este “se servirá até o fim dos seus escritos, e que alimentará a constante revisão de seus métodos” (RIBAS, 2014, p. 86).

Acercando-se mais das grandes teses de História da loucura, A pesquisa científica e a psicologia (1957) permite precisar um pouco mais a relação entre verdade e psicologia fora do seu aspecto científico-epistemológico. Despontam neste texto formas de interrogação – que reconhecemos prontamente como um traço foucaultiano – na direção das práticas que revelem o modo de funcionamento da ciência psicológica, através de suas instituições e de tudo aquilo que colabora para a produção do seu reconhecimento em nossa sociedade.

Vê-se que no artigo A pesquisa científica e a psicologia a verdade sobre a psicologia é de outra espécie. Ela já não diz mais respeito aos verdadeiros pilares de uma ciência, mas ao seu estatuto, ao seu funcionamento. A verdade que se busca sobre a psicologia também não virá mais de uma construção metodológica melhor apurada, mas há de vir, entretanto, da análise dos métodos utilizados para engendrar sua ‘cientificidade’. Nesse momento da reflexão foucaultiana, o estatuto da psicologia nada tem a ver com sua natureza estritamente epistemológica, mas, diversamente, aquilo que poderá revelar seu modo de funcionamento são as suas práticas. Desse modo, aquilo de que se tratará na interrogação da pesquisa psicológica são as suas instituições, suas formas cotidianas e as dispersões de seus trabalhos. Em poucas palavras, a verdade que se quer definir agora só será revelada através de uma análise histórica desses três pontos levantados, uma análise que se concentre no problema de como a psicologia chega à condição de ‘ciência’ ao lado de outras ciências, de como ela chega a tal reconhecimento atual em nossa sociedade. (RIBAS, 2014, p. 95-6).

Além deste passo decisivo na formulação de uma crítica extra científica, A pesquisa científica e a psicologia e outro texto do mesmo ano, A psicologia de 1850 a 1950, registram o aparecimento de mais uma hipótese fecunda na construção do projeto arqueológico: a hipótese segundo a qual a positividade da psicologia tem como condição de possibilidade uma experiência do negativo. Enquanto outras ciências mantêm uma relação provisória com o negativo, digamos, como limites ou dificuldades a serem superadas, “aquilo que distingue a psicologia é a relação vital que ela tem com o negativo, a ponto de não poder ser compreendida senão através dele.” (RIBAS, 2014, p. 108). Vemos que nestes dois artigos dos anos 1957, segundo a interpretação de Ribas, a psicanálise não gozaria de nenhum poder transgressor, pois, indiferentemente de qualquer outra pesquisa em psicologia, a psicanálise daria continuidade à escolha de toda psicologia.

“Se na análise da pesquisa freudiana fica evidente o papel do negativo na construção da verdade do homem, fica manifesta também a sua opção por continuar tal construção, ou seja, sua escolha em perpetuar o ‘mito da positividade’ em que a psicologia hoje ‘vive’ e ‘morre’. Desse modo, Freud afastou ainda mais a psicologia da compreensão de seu próprio sentido enquanto saber, pesquisa e prática” (RIBAS, 2014, p. 110).

Esta perspectiva foucaultiana sobre a psicanálise, como sabemos, se modificará na arqueologia da loucura, sob a consideração de uma nova abordagem interpretativa (e uma nova concepção de signo) que ela inaugura, e que desloca a linguagem da loucura para um tipo de interdição em que a linguagem não refere mais a um significado oculto, mas fica condenada a dizer apenas a si mesma e o código que permite decifrá-la1. Ainda que a tarefa da psicanálise seja malograda pelo fato de que a articulação transferencial repouse numa estrutura em torno da qual se constituem relações de dependência médico-paciente – em que um médico não busca fundamentalmente conhecer, mas dominar a loucura e alienar o paciente, apoiado em seus poderes e prestígios – a psicanálise ainda assim representará, em 1961, uma determinada ruptura em relação à psiquiatria e à psicologia, na medida em que sua abordagem abriria uma possibilidade de diálogo com a desrazão clássica.

Esse realinhamento na órbita em torno da qual gravitam os saberes da radical psi, ligado ao nascimento da arqueologia e implicando uma modificação importante na perspectiva de Foucault em relação à psicanálise, não é abordada no livro de Ribas.2 Sua argumentação, todavia, neste ponto consiste em apresentar a tese foucaultiana da profunda relação da psicologia com a negatividade, tese esta que, perpassando esses escritos de 1957 até a História da loucura, consistirá num elemento determinante para nos dar a ver uma perspectiva propriamente arqueológica sobre esses saberes.

Vê-se, portanto, que não se trata simplesmente de uma modificação na relação de Foucault com a psicologia, mas na sua relação com a verdade, o que implica um deslocamento no lugar que a psicologia ocupa no interior da investigação de Foucault. De objeto de uma “ambição teórica reformuladora”, a psicologia torna-se objeto de uma problematização que a ultrapassa em direção a um problema filosófico muito mais amplo. (Cf. RIBAS, 2014, p. 113). Qual é este problema filosófico, que não cabe mais ser colocado em termos epistemológicos, intimamente ligado a uma transformação na relação de Foucault com a verdade e que “constitui a condição de possibilidade do próprio projeto arqueológico.” (RIBAS, 2014, p. 18)?

Ele pode ser dito de muitos modos. Porém, creio que um dos pontos fortes do livro de Ribas – ainda que sejam apenas apontamentos para um “estudo futuro” – consiste em aborda-lo a partir das implicações políticas do pensamento arqueológico de Foucault. Estamos já na conclusão do livro, na qual se problematiza a interpretação tradicional da arqueologia como uma descrição despolitizada dos “frios blocos de saber”. O argumento consiste em mostrar como insustentáveis as afirmações de que a passagem para a política, na obra de Foucault, se daria apenas com a genealogia, isto é, a partir de uma volta para as instituições e práticas sociais no intuito de transformá-las.

É possível encontrar em Foucault elementos para formular outra concepção a respeito da ação política ou da dimensão política do pensamento.

Tal ação ou dimensão não precisa estar voltada para a transformação de algo fora do pensamento, como as instituições sociais, porque é o próprio pensamento que é o campo de batalha. Como ele mesmo afirma, ‘a teoria não expressará, não traduzirá, não aplicará uma prática; ela é uma prática’. Na medida em que para Foucault a política é entendida como luta de forças que não tem na verdade seu regimento, então tampouco se compreende porque seria necessário restringir a tarefa política do intelectual ao âmbito de transformação das instituições sociais. (RIBAS, 2014, p. 132).

As arqueologias de Foucault forneceriam um “operador intelectual”, ligado a concepção de verdade que, de matriz nietzschiana, combate pretensões universalistas a partir de sua inserção numa trama de relações históricas.

As verdades das arqueologias jamais se colocam no lugar daquelas que são criticadas, e sim reconduzem a uma apropriação do jogo de produção dessas verdades, produzindo por esta via um efeito transformador:

a via interpretativa que se propõe para um trabalho futuro nesta conclusão aposta na concepção desses livros arqueológicos como portadores de um pensamento político enquanto produtor de efeitos que podem ser avaliados pela transformação filosófico-discursiva que provoca. Seguindo essa hipótese os diagnósticos do presente oferecidos por tais estudos são vistos como armas imprescindíveis de uma luta política capaz de se apropriar das regras discursivas para impô-las outra direção. (RIBAS, 2014, p. 137).

Todas essas indicações de pesquisa foram desenvolvidas a partir dos estudos do autor na antessala da arqueologia foucaultiana. Isso foi elogiosamente caracterizado pelo professor Cesar Candiotto, na primeira linha do prefácio, onde atribui ao estudo levado a cabo neste livro o caráter de uma “arqueologia” da própria arqueologia de Foucault. Para os estudiosos de Foucault, não há forma mais direta para descrever o que aqui se vai encontrar.

Quanto aos leitores que, trilhando outros caminhos, cruzam com o pensamento de Foucault, estes encontrarão a oportunidade de acompanhar um dos maiores pensadores da atualidade no extraordinário momento de formulação de seu principal problema filosófico.

Notas

1 Cf. CHAVES, E. Foucault e a psicanálise. Apresentação de Benedito Nunes. Rio de Janeiro: Forense Universitária, 1988.

2 É certo que sua menção à Freud consiste apenas num “exemplo privilegiado” para demonstrar a tese foucaultiana sobre a regra geral da pesquisa em psicologia como perpétuo arranchamento do solo consolidado (Cf. RIBAS, 2014, pp. 97 e segs.). Por outro lado, julgamos que esta modificação é um aspecto inalienável da crítica arqueológica nascente, ou seja, de seu poder para captar e diferenciar o espaço epistemológico que se instaura com a ruptura freudiana no discurso psicológico.

Tiago Hercílio Baltazar – Pós-graduando em Filosofia na UFPR. Email: [email protected]

Acesso à publicação original

 

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O tema da constituição da psiquiatria no Brasil, que há algumas décadas vem sendo estudado em diferentes áreas — da psiquiatria às ciências sociais —, ganha agora mais duas contribuições importantes: Palácio para guardar doidos, de Yonissa Marmitt Wadi, e Juliano Moreira e a descontinuidade histórica da psiquiatria, de Vera Portocarrero. Os dois trabalhos são, respectivamente, frutos de dissertações de mestrado na área da história e da filosofia, abordando os desenvolvimentos da psiquiatria em cidades e períodos históricos distintos. O livro de Wadi trata do processo de construção do primeiro hospício da província de São Pedro do Rio Grande do Sul — que culminou em 1884 com a criação do Hospício São Pedro. Analisa o lugar que a medicina ocupou nesse processo e em seus desenvolvimentos até os anos 1940. Já a dissertação de Portocarrero — defendida em 1980, e agora felizmente publicada através da iniciativa da Coleção Loucura & Civilização — toma como objeto a transformação da ciência e da assistência psiquiátrica no Brasil, no início do século XX, representada no pensamento do psiquiatra baiano Juliano Moreira. Leia Mais

Crime e loucura: o aparecimento do manicômio judiciário na passagem do século | Sérgio Carrara

O trabalho de pesquisa desenvolvido por Sérgio Carrara, sob a orientação do prof. Peter Fry, é resultado de dissertação de mestrado defendida no Programa de Pós-Graduação em Antropologia Social do Museu Nacional/UFRJ. O livro vem suprir a falta de estudos e análises sobre questões bastante complexas e inerentes ao universo da loucura e do crime.

Por opção do autor, o livro segue não só a forma e divisão originais dados à dissertação como também seu texto é o mesmo, pois atualizá-lo seria o mesmo que reescrevê-lo, o que poderia alterar profundamente sua estrutura, além de a obra estar inserida num determinado contexto de meados da década de 1980. Assim, a edição vem enriquecida de um valioso posfácio, onde Carrara elabora um balanço bibliográfico bastante minucioso do que se produziu durante os últimos dez anos acerca das temáticas afins. Nele menciona-se a importância de estudos, alguns já familiares a nós hoje, como o trabalho de Maria Clementina Pereira Cunha (O espelho do mundo: Juquery — a história de um asilo), Ruth Harris (Assassinato e loucura: medicina, leis e sociedade no fin de siècle), Pierre Darmon (Médicos e assassinos na Belle Époque), além dos trabalhos de Roberto Nye (Crime, madness & politics in modern France: the medical concept of national decline) e Daniel Pick (Faces of degeneration: an European disorder), ambos inéditos no Brasil. Leia Mais