La historiografía en tiempos globales | Ingrid Simson e Guillermo Zermeño Padilla

A modo de exergo, los historiadores Ingrid Simson y Guillermo Zermeño comienzan la introducción de La historiografía en tiempos globales con esta frase de Michel de Certeau “la historiografía se mueve constantemente junto con la historia que estudia, y con el lugar histórico donde se elabora” (p. 7). Desde ese momento sabemos que nos encontramos ante una obra que va a cuestionar la escritura de la historia, sus condiciones de posibilidad y sus relaciones con nuevas formas de entender el mundo. El texto es una selección de algunas de las ponencias revisadas y ampliadas que tuvieron lugar en el simposio “La historiografía en tiempos globales” durante el XVII Congreso de la Asociación de Historiadores Latinoamericanistas Europeos ( AHILA) en Berlín en 2014. Su centro de atención, como el título lo indica, gira en torno al reconocimiento de una realidad interconectada y globalizada que afecta la forma en la que pensamos y hacemos la historia.

En las últimas décadas, la presencia de la historia global es cada vez más notable en la academia, revistas, programas de posgrado, libros y espacios de debates historiográficos. Su ascenso durante los años noventa representó una atractiva reactivación de la historiografía en un momento en el que la historia moderna, progresiva y lineal, entraba en crisis. Sin embargo, como bien lo plantean los autores en la introducción, quienes contribuyen a esta corriente aún no han llegado a un consenso acerca de su objeto de estudio o de las metodologías de este nuevo campo y quedan algunas interrogantes por responder: “¿Cómo distinguirla, por ejemplo, de la historia universal o de la historia mundial? y ¿qué relación hay entre la historia global y la globalización?” (p. 8). Leia Mais

Oil Palm: A Global History | Jonathan E. Robins

The two main fields of reference of Jonathon Robins’ new book, Oil palm: a global history, are immediately revealed in its title: the history of commodities and global history. This work fits within the historiographical genre famously inaugurated by Sydney W. Mintz in 1985 1. It is not by chance that Robins, associate professor of History at the Michigan Technological University, investigated the history of another commodity, cotton (in the British Empire), before dealing with palm oil. Furthermore, the title indicates that the main character of the book is not the commodity itself but the tree producing it. In sum, it tells «the story of how humans used and lived with oil palms» 2. Surely this choice is also due to the fact that the oil palm tree, differently from the cotton plant for example, gives birth to more than one commodity: indeed, palm kernel oil played almost as fundamental a role in the globalization of palm products as the much more renowned palm oil (palm wine, on the other hand, never developed an appeal outside of African domestic markets). Leia Mais

Micro-Spatial Histories of Global Labour | C. G. De Vito e A. Gerritsen

Anne Gerritsen Imagem The Britsh Academy Global Labour
Anne Gerritsen | Imagem: The Britsh Academy

A obra “Micro-Spatial Histories of Global Labour” foi publicada pela editora londrina Palgrave Macmillan no ano de 2018, sob organização de Christian De Vito (pesquisador associado da Universidade de Leicester, Reino Unido) e Anne Gerritsen (professora vinculada ao Departamento de História da Universidade de Warwick, Reino Unido). Organizados em ordem cronológica, os doze textos – alguns em coautoria – foram escritos por historiadores e historiadoras de diferentes origens, sendo oito italianos, duas inglesas, um austríaco, um iraniano e uma autora grega. Tal publicação é essencial para pensarmos as relações e possibilidades de pesquisa envolvendo a história global e a micro-história sob temática do mundo do trabalho.

De Vito e Gerritsen abrem o prefácio com um episódio envolvendo a apresentação de Hans Medick, em Pequim, sobre uma remota aldeia suábia que tentava manter técnicas tecelãs e agrícolas dentro de sua comunidade. Os questionamentos levantados após o final da exposição acabaram por conectar a localidade na Alemanha com os estudos de padrão de desenvolvimento no delta de Yangtze, na região de Xangai. Ainda que inicialmente não houvesse a intenção de conectar Yangtze com a Alemanha, a metodologia micro-histórica empregada por Medick possibilitou integrações em uma perspectiva global. Dessa maneira, os autores mencionam que a partir de 2010, estudos que combinavam as abordagens micro e global começaram a ser empreendidos por uma série de pesquisadores dentro da história do trabalho, como aqueles produzidos por Francesca Trivellato, John-Paul Ghobrial e Lara Putnam. Leia Mais

Multiculturalismo y gestión de la diversidad en el mundo del siglo XXI | Procesos Históricos – Revista de Historia | 2022

Situando el modelo de la filosofía política de sociedad multicultural de posguerra en el retrovisor 3 (JM. Persánch)

Tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y en respuesta a las atrocidades del nazismo y el fascismo, Europa se ve avocada a reconstruir sus sociedades no solo materialmente sino, también, en el ámbito de la moral. Respecto a este último, la antropología ha señalado cómo la moral, al ser cultural, se ha empleado a lo largo de la historia como fuente de jerarquización y justificación de superioridad. En el caso de la posguerra de 1945 –como se plasma en esta introducción– Europa, Estados Unidos y otras naciones de Occidente lo volverían a hacer por medio de la filosofía política del multiculturalismo y el sentimiento de culpabilidad blanca. En tal sentido, las reflexiones de mediados de siglo XX de Carl Gustav Jung en “After the Catastrophe” son testamento de los enraizados sentimientos europeos de vergüenza y culpa. En ese marco y refiriéndose a Adolf Hitler, Jung declararía lo siguiente:

 …as a German, he has betrayed European civilization and all its values; he has brought shame and disgrace on his European family, so that one must blush to hear oneself called a European.4 Leia Mais

517: Weltgeschichte eines Jahres [Historia mundial de un año] | Heinz Schilling

La transformación de la producción de contenidos históricos, enfocados principalmente en el placer y la experiencia del público, ha significado un cambio también en los géneros narrativos de los libros que manejan estos contenidos, por lo que el género de difusión sigue siendo cada vez más atractivo y variado en el mercado editorial contemporáneo1 . Libros como A people’s History of America —con la variación francesa de Gérard Noiriel—, The Square and the Tower, la serie de historias mínimas que se publican en el Colegio de México, la apasionante biografía Chocolat de Gérard Noiriel o el último éxito en ventas de Francia Histoire mondiale de la France2 son ejemplo de tal transformación pues no solo siguen la regla de oro de usar un lenguaje claro y sencillo para un público amplio sino que también exploran formas diferentes de exposición; de ahí que la linealidad temporal, la unidad de tema y otras limitaciones —a veces propias del rigor académico— se desvanezcan y se traslapen como en una obra de Shakespeare.

En lengua alemana también han aparecido textos similares en esta década3 .El libro de Heinz Schilling 1517 —homónimo en su título con el de Peter Marshall4 —, que apareció en la lista de los best sellers de la revista Spiegel del año 20175 , se inscribe en la categoría comentada aunque hunde sus raíces en la tradicional escritura sinóptica —synoptische Geschichtsschreibung— de la historia universal6 . Se trata de un libro de no ficción —o, como se conoce en Alemania, Sachbuch— que versa sobre un radio geográfico global y una temporalidad que trata de reducirse a una vuelta alrededor del sol: un espacio desbordado y un tiempo restringido, la astronomía por encima de la geología —en términos de John Sterling7 —, la invitación de Mefistófeles a Fausto a ver el mundo en una noche. La labor, a pesar de lo tentadora, resulta más arriesgada que la de Geoffrey Parker en su monumental Global Crisis; que la genial propuesta de Timothy Brooks en Vermeer’s Hat; o que la de Tony Judt en su ya clásico Postwar. Leia Mais

5º Centenário da Primeira Volta ao Mundo: a estadia da frota no Rio de Janeiro | Paulo Roberto Pereira

Paulo Roberto Pereira 2 Global Labour
Paulo Roberto Pereira | Imagem: Jornal da PUC, 2017

Em celebração aos 500 anos da viagem de Fernão de Magalhães e Juan Sebastián Elcano, foi realizado, nos dias 12 e 13 de dezembro de 2019, nas dependências do Museu Histórico Nacional, na cidade do Rio de Janeiro, o seminário internacional intitulado 5º Centenário da Primeira Volta ao Mundo: a estadia da frota no Rio de Janeiro. O evento resultou no desenvolvimento do livro homônimo, organizado por Paulo Roberto Pereira (doutor em Letras pela Universidade Federal do Rio de Janeiro e professor na Universidade Federal Fluminense) e publicado pela Diretoria do Patrimônio Histórico e Documentação da Marinha, em 2021.

A obra, uma coletânea de 14 artigos elaborados a partir das comunicações apresentadas durante o seminário, contou com a participação de pesquisadores brasileiros e de outros países envolvidos na primeira circum-navegação, como: Espanha, Portugal, Argentina, Chile, Peru e Uruguai. A presente resenha se debruça sobre os primeiros sete artigos que compõem a obra. Leia Mais

Oceanos como espaços de conhecimento | Varia Historia | 2021

Oceanos Global Labour
Oceanos | Foto: Tempo.Com

Oceanos são lugares de diversidade e ações inesperadas.

Oceanos e mares servem a uma multitude de objetivos – da pesca e de atividades recreacionais à guerra e pirataria; de repositório de oferendas a sítios de pesquisa científica; do naufrágio de imigrantes a projetos de preservação da biodiversidade. Espaços in between (REIDY; ROZWADOWSKI, 2014), os oceanos e mares, além de alimento, possibilitam a produção de inúmeras imagens e coleções, personagens humanos e não humanos, histórias fantásticas e maravilhosas, assim como sugerem novas interpretações.

Neste dossiê, os oceanos foram pensados em algumas dessas inúmeras possibilidades, entre áreas de conhecimento, comércio, instituições científicas, coleções, rotas de navegação, através de histórias inusitadas, autores pouco conhecidos, personagens anônimos. De uma multitude de documentos de ampla circulação entre baleeiros, capitães de navios, naturalistas e arquivos de instituições públicas, surgem neste dossiê diferentes perspectivas de abordagens sobre os oceanos.

Os textos deste dossiê se intercruzam em diferentes tempos: notícias de baleeiros que se transformavam em fatos; experimentos infra­estruturais que tornaram visíveis investigações sobre os oceanos do século XIX em Portugal e até mais recentemente no Brasil. Todos esses atores circularam através de engrenagens de sistemas de comunicação, navegação e comércio, em que armadores e amadores, mulheres e marinheiros, burocratas e cientistas trocavam informações seja nos salões dos cafés, nos barcos, nos portos, nas praias, nas empresas marítimas ou nas instituições científicas.

Esses entrelaçamentos construíram complexas redes de diferentes interesses, forjaram ferramentas epistêmicas para estudar os oceanos em escala global, como afirma o texto sobre Los Balleneros y el conocimiento de los mares del sur en la primera parte del siglo XIX. E ainda forjaram as ciências dos oceanos claramente integradas nas redes internacionais de circulação de diferentes interesses, conhecimentos e complexidades de relações pessoais, institucionais e governamentais, como também no caso do Brasil e Portugal.

Nos últimos anos as questões ambientais, as mudanças climáticas e a queda da pesca em diversos países do mundo têm sido objeto de publicações acadêmicas (BOLSTER, 2012), assim como a história da Oceanografia, da Biologia ou da Geologia Marinhas, da Geofísica, da Matemática, das Ciências Ambientais, da Geografia e das Ciências dos animais marinhos. No entanto, os oceanos têm recebido, relativamente a outras temáticas, pouca atenção por parte da maioria dos historiadores, embora já conte com vasta tradição que muitos atribuem ao Mediterrâneo de Braudel (2002). Os oceanos continuam não surgindo fortemente na produção da maioria dos historiadores da ciência, particularmente em países como no Brasil (HEIZER; LOPES; GARCIA, 2014), nem tampouco incentivando abordagens como as que este dossiê sugere.

Da indústria baleeira “movida a oceanos e papéis” – como sugere o artigo Los Balleneros y el conocimiento de los mares del sur – à organização das estações experimentais de biologia marinha pela lógica reformadora portuguesa – como destaca o texto sobre O estudo científico do mar. Entre Ciência e Política, Laboratórios e Cientistas (1910-1926) – à exploração dos nódulos polimetálicos – como ressalta o texto Sobre culturas científicas sobre os oceanos no Brasil -, essas iniciativas tornaram-se novas estruturas de culturas que tanto criavam e criam novas representações dos oceanos como contribuíram e contribuem para a validação das aspirações sociopolíticas dos construtores de tais imagens, objetos, coleções e textos.

Em todos os processos de observação e ou navegação dos oceanos, foi recolhida uma multiplicidade de informações, novos animais, plantas, minerais, instrumentos, dados de centenas de sondagens em mar profundo, observações em série de temperaturas da água, milhares de amostras de água. A concepção, circulação e armazenamento de coleções, instrumentos e dados também continua a criar ou recriar novas propostas para apresentações e representações materiais e virtuais há séculos (HÖHLER, 2003).

A legitimidade dessas representações foi transformada em argumentos poderosos, em “epistemologias materializadas tornadas possíveis por novas ‘máquinas epistémicas’”, como Peter Galison (1997) já sugeriu, referindo-se aos papéis dos instrumentos e aparelhos em outras culturas científicas, mesmo que esses não se tornassem tão sofisticados, por longos anos, no caso dos oceanos.

Essas representações permitiram aos estudiosos estabilizar objetos científicos para diferentes comunidades desde baleeiros a comerciantes, investigadores, curadores de museus, arquivistas, estrategistas e o público interessado (DASTON, 2008). Práticas a bordo de navios, comércio, tecnologias e teorias foram unidas para assegurar a fiabilidade das novas representações que estavam a ser construídas (HÖHLER, 2003).

As culturas da caça de baleias, as coleções de objetos intercambiados, milhares de documentos e publicações científicas proporcionam nos artigos deste dossiê chaves para conhecimentos históricos, antropológicos, etnográficos e sociais das mais diversas ordens, seja para ampliar conhecimentos científicos, seja para publicizar culturas desconhecidas dos mares longínquos para os europeus, ou ainda para traçar investigações oceanográficas, ou fomentar indústrias e comércios que contribuíram para construir os oceanos enquanto espaços de produção de conhecimentos.

As viagens pelos oceanos deste dossiê também transcorreram por coleções e pelos arquivos como Marie-Noëlle Bourguet assinalou sobre as viagens de Humboldt (PODGORNY, 2012). De todos os textos emergem discussões fascinantes sobre histórias (inter)disciplinares, contextos locais, coleções, personagens e instituições de interesse não só para quem navega por profundidades oceânicas.

Em Portugal, desde as primeiras décadas do século XX, a consolidação das estações experimentais de biologia marinha e formalização de disciplinas científicas nas universidades foram bem sucedidas graças a ações de políticas individuais e associações, enquanto no Brasil esses processos foram mais tardios, exatamente por continuidade e efetividade de articulações como essas.

As ciências dos oceanos reúnem tradições que provêm das mais diferentes áreas disciplinares, desde a Hidrografia do século XIX, a História Natural, a pesca, a Oceanografia matemática e dinâmica pós Segunda Guerra Mundial e suas relações com as ciências ambientais contemporâneas, para além da História e das políticas. E por que não da História das Ciências, da Arquivística ou da Museologia?

Porque os processos de especialização perpassam as culturas científicas. Estabilizadas ou não, essas podem e devem ser problematizadas. Como Gregory Good (2000) sugeriu para estudos do magnetismo terrestre, também consideramos que os estudos dos oceanos são um tema densamente atrativo para estudos históricos, exatamente porque não permitem pressupostos fáceis sobre disciplinas, subáreas de conhe­cimento e as especializações envolvidas, mas que requerem o surgimento de quadros mais complexos que tenham em conta as variadas ligações entre instituições de investigação, indústria e governos, bem como personalidades únicas e cultura local, atores e práticas, desde especialistas a técnicos invisíveis (LOPES, 2015), tais como baleeiros que constroem instrumentos e aparelhos, comerciantes e ou naturalistas coletores, além dos próprios navios. A procura de tais quadros enquadra-se nas perspectivas das histórias das culturas científicas das últimas décadas, como James Secord (2004) o fez, recuperando os significados das práticas comunitárias das ciências, menos segregadas em quaisquer disciplinas, e mais amplamente consideradas através da circulação de conhecimentos, informações aparentemente desconexas, objetos e redes que articulam precisamente as práticas dos especialistas com uma série de outros atores sociais.

Coleções construídas por rotas de navegação, arquivos mal ou bem organizados, ou fragmentos deles, pessoais, de empresas baleeiras, companhias de navegação e instituições científicas se apresentam como fontes inigualáveis para história dos oceanos. Ricos em inúmeros e preciosos detalhes em meio a panoramas mais amplos sobre as temáticas a que se referem, oferecendo abordagens metodológicas e bibliografias vastíssimas, que praticamente não se repetem, os artigos deste dossiê sugerem novas rotas de reflexões, avançando nas perspectivas de maior abrangência das culturas científicas sobre os oceanos.

Este dossiê não teria sido organizado sem a contribuição fundamental de Irina Podgorny a quem agradecemos a generosidade em partilhar suas ideias.

Referências

BOLSTER, Jeffrey W. The Mortal Sea. Cambridge; London: Harvard University Press, 2012.

BRAUDEL, Fernand. El Mediterráneo y el mundo mediterráneo em la época de Felipe II. México: Fondo de Cultura Económica, 2002.

DASTON, Lorraine. On Scientific Observation. ISIS, v. 99, n. 1, p. 97-110, 2008.

GALISON, Peter. Image and Logic: A Material Culture of Microphysics. Chicago: University of Chicago Press, 1997.

GOOD, Gregory A. The Assembly of Geophysics: Scientific Disciplines as Frameworks of Consensus. Studies in the History and Philosophy of Modern Physics, v. 31, p. 259-292, 2000.

HEIZER, Alda L.; LOPES, Maria M.; GARCIA, Susana. Carta das editoras convidadas. Histórias, ciências e políticas de oceanos e mares. Revista História, Ciência, Saúde – Manguinhos, v. 21, n. 3, p. 803-804, 2014.

HÖHLER, Sabine. A Sound Survey: The Technological Perception of the Ocean Depth, 1850-1930. In: HARD, Mikael; LÖSCH, Andreas; VERDICCHIO, Dirk (eds.). Transforming Spaces: The Topological Turn in Technology Studies. Disponível em: < www.sabinehoehler.de/download. php?id=1 >. Acesso em: 13 jun. 2021.
» www.sabinehoehler.de/download. php?id=1

LOPES, Maria Margaret. Investigar oceanos, explorar terrenos historiográficos. Revista Maracanan, v. 13, p. 11-22, 2015.

PODGORNY, Irina. Los Archivos. Entre el síndrome de Barba Azul y los sueños de Napoléon. In: KELLY, Tatiana; PODGORNY, Irina (Dir.). Los Secretos de Barba Azul. Fantasías y realidades de los archivos del Museo de La Plata. Rosario: Prohistoria Ediciones, 2012. p. 21-39.

SECORD, James A. Knowledge in Transit. Isis, v. 95, p. 654-672, 2004.

REIDY, Michael; ROZWADOWSKI, Helen. The Spaces In Between: Science, Ocean, Empire. Isis, v. 105, p. 338-51, 2014.


Organizadora

Marıa Margaret Lopes – Universidade de São Paulo, Museu de Arqueologia e Etnologia (MAE-PPGMUS). E-mail: [email protected]  https://orcid.org/0000-0002-9803-8378


Referências desta apresentação

LOPES Marıa Margaret. Apresentação. Oceanos como espaços de produção de conhecimento. Varia Historia. Belo Horizonte, v. 37, n. 75, set./dez. 2021. Acessar publicação original [DR]

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Museums in a time of migration: rethinking museums’ roles/representations/collections/ and collaborations | Christina Johansson e Pieter Bevelander

Pieter Global Labour
Pieter Bevelander | Foto: Academia Europaea

Museus em tempo de migracao Global LabourMuseums in a time of migration: repenser les rôles, les représentations, les collections et les collaborations du musée est le résultat d’une conférence qui cherchait à mettre en avant les bases pour le projet1 de création d’un musée consacré à la démocratie et à l’histoire de l’immigration (JOHANSSON & BEVELANDER 2017). Il s’agit donc d’un volume édité d’articles de cette conférence.

L’objectif de ce livre est de mettre en lumière la manière dont les musées traitent la thématique de l’immigration et quel est leur rôle et leur approche à cet égard. Le livre est divisé en quatre parties:

I – Le rôle des musées à une époque de migrations et de changement sociétal

II – Représentation de l’immigration et de l’ethnicité

III – Repenser les collections et la documentation muséale

IV – Collaboration et inclusion dans le secteur muséal Leia Mais

Trajetórias Globais das Religiões | Revista Brasileira de História das Religiões | 2021

Nesta chamada temática o nosso objetivo foi reunir resultados de pesquisas na forma de artigos científicos que discutissem a problemática de trajetórias globais das religiões em momentos históricos diferentes e as mudanças e transformações que estas crenças, vivências e práticas religiosas sofreram e continuam sofrendo por causa das suas “viagens”, migrações e, consequentemente, múltiplos processos de adaptação nas novas terras, sociedades e culturas.

Sabemos que as ideias religiosas jamais estiveram presas aos limites dos territórios, sendo preciso pensar como tem ocorrido a expansão de “novas” religiosidades. Se, por um lado, vemos a importância dos fluxos migratórios na produção de novos sentidos sagrados, por outro não podemos somente explicar a transnacionalização religiosa por padrões migratórios (OOSTERBAHN; VAN DE KAMP; BAHIA, 2020; ROCHA; VÁSQUEZ, 2013) – deslocamentos humanos desempenham um papel importante, porém vemos que alguns casos seguem a lógica das migrações, e outros são multidirecionais, sendo também conduzidos por interesses individuais (BAHIA, 2015; SILVA, 2014). Leia Mais

Coffee is Not Forever: A Global History of Coffee Leaf Rust | Stuart Mccok

Coffee is not forever, do historiador Stuart McCook, redimensiona o debate sobre as agências humana e não humana na história ambiental global a partir de uma commodity que se tornou, desde a modernidade, não apenas um produto, mas também foco de dinâmicas biológicas e históricas interconectadas: o café. McCook articula a ecologia do café como planta, o café como commodity e os sistemas políticos, econômicos e sociais, narrando-os a partir das interconexões humanos-não humanos proporcionada pela epidemia de ferrugem-do-cafeeiro causada pelo fungo Hemileia vastatrix e sua itinerância mundial, do século XV até ter-se tornado uma ameaça global a plantações entre o século XX e XXI. O autor aproveita os processos de abandono de plantações, os dilemas socioambientais da sobrevivência de pequenos e médios produtores de café – especialmente na América Latina entre o final do século XX e XXI – para dimensionar essa realidade nas interações entre agroecologia do café e sociedades que estão no centro das mudanças climáticas. Nesse sentido, percebe como populações do sul global têm se preparado e respondido a mudanças cada vez mais repentinas e catastróficas em seus ambientes. Leia Mais

A Global History of Convicts and Penal Colonies | Clare Anderson

This expansive edited volume complements a number of recent attempts to bring together a growing body of research on convict labor and penal colonies in a wide variety of empires and post-colonial nation states from the fifteenth to the twentieth centuries. Eleven chapters are case studies of different global penal transportation systems. One of the main preoccupations of most of these case-study chapters is to quantify the size and evolution of the convict labor flows to examine their relative importance to imperial and national state building projects. Depending on the sources available and the consequent state of regional historiographies, these chapters offer analyses of available data while pointing the way forward for needed research to fill historiographical gaps. These chapters also examine, to varying degrees, the lives of convict laborers and the roles they played in the development of frontier, colonial, and post-independence nation states. The editor Clare Anderson contributes an introductory assessment chapter that highlights the common and divergent themes in the case-study chapters and their collective interventions in and implications for ongoing debates on the nature of penal transportation and the development of criminal justice practices more generally. Anthropologist Laura Ann Stoler provides some concluding reflections on the volume and the emerging field of migratory convict labor systems and penal colonies. Leia Mais

Mastodontes: a história da fábrica e a construção do mundo moderno | Joshua Freeman

Em 2010, dezoito trabalhadores da empresa de tecnologia chinesa Foxconn tentaram cometer suicídio ao pularem do telhado de uma das instalações da empresa. Quatorze deles infelizmente conseguiram. Este trágico evento foi uma das razões que levaram o historiador norte-americano Joshua Freeman a refletir a escrever Mastodontes: a história da Fábrica e a construção do mundo moderno, publicado originalmente em 2018 pela W.W. Norton, e traduzido imediatamente para o português em 2019 pela editora Todavia. O livro faz parte do esforço da editora brasileira em trazer para uma audiência nacional produções estrangeiras que versam sobre temas proeminentes do mundo contemporâneo. Neste caso, a obra traduzida busca contribuir para o debate sobre a relevância do mundo industrial nos dias de hoje e frisar o quanto este universo impactou e continua a impactar o presente.

No livro, Freeman nos traz uma história das fábricas. Mas não qualquer fábrica __ como ele mesmo salienta no começo do livro __ mas aquelas mastodônticas, que se destacaram à época de sua construção por terem suscitado na sociedade industrial uma miríade de questões políticas, culturais e econômicas, incorporando, a um só tempo, um imaginário de horror ancorado na exploração do trabalho, degradação ambiental e miséria social com a esperança de um futuro glorioso pautado na abundância material. Como o próprio autor ressalta, estas fábricas “não eram típicas” e se diferenciaram da maior parte das unidades produtivas fabris do século XIX e XX, que eram menores tanto em tamanho quanto em sofisticação (FREEMAN,2019, posição 134). Além disso, sua experiência como professor do Queen’s College (um dos principais centros de história operária dos EUA) e um representante da Nova História Social do Trabalho1 , com vasta produção em história do operariado estadunidense e publicações a respeito do capitalismo norte-americano em perspectiva global, pode ser percebida no enfoque fornecido pelo autor, que se difere dos trabalhos acadêmicos que analisam as fábricas sob o viés arquitetônico (DARLEY, 2003), e das pesquisas que as compreendem como uma componente secundária dentro do mundo do trabalho (LE ROUX, 1980). Freeman, por sua vez, busca apresentá-las como uma “instituição em si mesma”, dotada de historicidade própria, com seus aspectos políticos, culturais, econômicos e estéticos sendo compreendidos como elementos que variaram no tempo e no espaço (FREEMAN, 2019, posição 142). Leia Mais

The Law of Nations in Global History | Charles Henry Alexandrowicz

Lançada em 2017 pela editora Oxford University Press, a obra The Law of Nations in Global History compreende um compilado de escritos do jurista e historiador polonês Charles Henry Alexandrowicz (1902-1975) publicados no período de 1951 a 1980. A coletânea, organizada por David Armitage e Jennifer Pitts, conta com 432 páginas e faz parte da coleção History and Theory of International Law, de iniciativa de Nehal Bhuta, Anthony Padgen e Benjamin Straumann. A série, que inclui outras publicações relevantes do campo do Direito Internacional Público (DIP), objetiva promover um fórum de debates historiográficos e teóricos, a fim de estimular a consciência histórica, na tentativa de revisitar o passado da matéria para melhor construir seu futuro.

Os organizadores pretenderam, ao publicar a coletânea de escritos de Alexandrowicz, dar maior visibilidade ao trabalho do autor e deixá-lo mais acessível ao público. Esta primeira edição conta com dois prefácios, sendo o primeiro do diretor da série, Benjamin Straumann, e o segundo de B. S. Chimni, professor e jurista de Direito Internacional filiado à escola Third World Approaches to International Law (TWAIL). O texto introdutório, de autoria dos editores da obra, expõe uma visão geral sobre a vida e o pensamento de C. H. Alexandrowicz, no qual o leitor é apresentado a diversos determinantes da biografia do autor que contribuíram para sua postura crítica com relação ao DIP. Leia Mais

Global History | Jürgen Osterhammel e Pierre-Yves Saunier

É de comum acordo entre os historiadores e as historiadoras que nossa disciplina tem sua história e que nossas perguntas para as fontes variam com o contexto, as sociedades e suas culturas. Desde a institucionalização da disciplina, com as escolas metódicas do século XIX, até as várias renovações historiográficas dos anos 70 a 90, cada epistemologia trouxe contribuições que enriquecem nosso campo. A partir disso, buscamos analisar o artigo Global History, de Jürgen Osterhammel junto ao comentário de Pierre-Yves Saunier, publicados no livro Debating New Approches to History. Leia Mais

Latin America and the Global Cold War. The New Cold War history

Latin America and the Global Cold War foi publicado na coleção The new cold war history, dirigida por Odd Arne Westad, autor também do curto posfácio do texto. O objetivo dessa coletânea é publicar livros que proponham novas interpretações do período da Guerra Fria a partir de pesquisas em arquivos da China ou dos países da antiga URSS, entre outros. De forma mais geral, a new cold war history, é uma tentativa, formulada no final dos anos 90 do século passado, de repensar o paradigma que estava na base da maioria das pesquisas sobre o período que começa no pós-guerra e que o considera como caraterizado exclusivamente pelas principais tensões em termos militares e econômicos entre o bloco ocidental e soviético. Entre as várias implicações dessa perspectiva tem o fato de considerar tudo que aconteceu fora desses dois blocos, na “periferia” da Guerra Fria, como sendo sem importância para a compreensão histórica do período. Com relação a esse ponto, a perspectiva da Global Cold War mostra como, ao contrário, os países do Terceiro Mundo, ou mais recentemente, do Sul Global, foram os palcos de alguns dos principais conflitos do pós guerra, e como, ao mesmo tempo, é impossível entender as transformações políticas, econômicas, sociais e culturais nesses países sem levar em conta as intervenções internacionais das duas superpotências. Isso não significa, no entanto, considerar esses países como meras peças no tabuleiro da Guerra Fria. As políticas e iniciativas desses países eram, ao invés disso, fruto da articulação entre interesses nacionais, estratégias políticas dos governos locais e o contexto de tensão internacional. Nessa linha de pesquisa, o trabalho de Westad e seu livro, de 2005, The Global Cold War foram sem dúvida seminais (WESTAD, 2005). Leia Mais

A evolução improvável / William von Hippel

Von HIPPEL William 2 Global Labour

William von Hippel / Foto: UQ School Psychology /

HIPPEL W A Evolucao improvavel Global LabourEm seu primeiro livro publicado, o psicólogo social William von Hippel (1963-) consegue se inserir na recente e já tão marcante coleção de obras que articulam os resultados de inumeráveis experimentos de laboratório, pesquisas em psicologia social e teoria da evolução. Com a primeira publicação no final de 2018 e tradução para o português em 2019, “A evolução improvável”[2] (“The Social Leap”, no original) busca utilizar as recentes descobertas da ciência evolutiva e pesquisas relacionadas para compreender vários aspectos da vida cotidiana e da história do ser humano, passando por questões aparentemente banais como o arremesso de pedras e chegando à grandes perguntas sobre a felicidade e as contradições da existência humana.

Professor de psicologia e pesquisador da Universidade de Queensland, Austrália, von Hippel estruturou seu livro de modo didático, partindo de questões mais abrangentes nos primeiros capítulos, e, aos poucos, a obra irá filtrando temas e situações específicas da vida humana que demandam mais atenção e cuidado na análise. Tais construções tornam-se nítidas já no prólogo, quando o autor utiliza três estudos de caso para responder, de antemão, uma pergunta que ele mesmo se coloca (imaginando, acertadamente, que os leitores em algum instante perguntariam), “como sabemos o que sabemos?”.

Essa pergunta, que pode parecer trivial, dialoga com o estado em que se encontra a Psicologia evolutiva no cenário acadêmico. Criada recentemente, nas décadas de 1980-1990 (com pesquisas no Brasil a partir de 2004), a Psicologia Evolutiva [3] vem enfrentando desde seu nascimento muitas críticas relacionadas a seus limites explicativos e especulativos [4], além das questões de rigor científico e de suas problemáticas interpretações morais [5]. Algumas dessas dúvidas, porém, são logo retiradas de cena quando von Hippel demonstra como a “contagem de mutações no código genético” de piolhos de diferentes tipos pode sugerir quando começamos a usar roupas (há 70 mil anos); ou como fontes históricas de registros de casamentos e mortes feitas por igrejas luteranas servem de evidência para analisar o papel das avós na história evolutiva dos humanos; e por fim, como a utilização de análises da presença de diferentes composições de estrôncio em dentes fossilizados sugerem que as fêmeas dos Australopithecus africanus abandonavam seu grupo de origem em certa idade para evitar a reprodução entre parentes próximos (evitando a endogamia).

A partir dessa breve elucidação metodológica, o livro se divide em dez capítulos, que estão, por sua vez, organizados em três partes. A primeira parte [“como nos tornamos quem somos”], será um esforço de releitura da trajetória evolutiva do Australopithecus até o Homo sapiens, destacando situações marcantes que influenciaram nossa formação evolutiva.

A nossa descida das árvores para as savanas, causada pela mudança gradual da vegetação a partir do movimento de placas tectônicas que elevou as regiões do Quênia, Tanzânia e Etiópia, secando boa parte do Vale do Rift, é um evento em destaque, pois mudou completamente a forma como convivíamos uns com os outros e com a natureza ao nosso redor, tornando a cooperação e o fortalecimento de grupos as nossas principais armas evolutivas.

O arremesso de pedra, por exemplo, dos Australopithecus afarensis, possibilitou nossas primeiras experiências de cooperação e trabalho coletivo. A evolução da esclerótica branca dos nossos olhos possibilitando uma “atenção partilhada” mais forte entre membros de um grupo, e a criação da divisão de trabalho pelo Homo erectus na produção das pedras acheulianas (mais pontiagudas e com dois gumes) fortaleceu os laços cooperativos e colaborativos humanos. Com o Homo erectus também vemos o alvorecer da maturidade evolutiva dos humanos, porque é partir de então que o ‘amanhã’ importará mais que o ‘hoje’ em nossas vidas, fato que ainda hoje nos caracteriza com ansiedades e preocupações quase sempre associadas às incertezas do “amanhã”, mas que em suas origens correspondiam à planejamentos e a uma consciência de estocar e carregar coisas para um uso futuro.

Assim, a hipótese do cérebro social é um dos principais conceitos da primeira parte, e de todo o livro, pois sugere que a nossa evolução cognitiva se deve a nossa crescente sociabilidade adquirida depois que passamos a viver nas savanas, dando margem para desenvolvermos a Teoria da Mente, a compreensão de que o outro pensa diferente de mim. Isso possibilitou maior capacidade de ensinar e aprender, como também aprimorou nossa habilidade de abstração e imaginação.

Salta aos olhos a quantidade de experiências que o autor cita ao longo do livro, o que representa uma estratégia argumentativa de nunca levantar hipóteses explicativas sem ter em mãos algumas evidências concretas para corroborá-las. Desse modo, na segunda parte [“usando o passado para compreender o presente”] von Hippel torna inteligível as vantagens evolutivas do autocontrole, mas também do autoengano, destaca nossa capacidade inventiva (Homo innovatio), inerentes a todos nós, mas que em geral se dão em inovações sociais (resolver problemas a partir de relações sociais) e com menos frequência em inovações técnicas (resolver problemas com criação de técnicas/tecnologias); e isso se explica pela nossa história evolutiva de hipersociabilidade, que nos ensinou a valorizar tanto as interações sociais com membros de nosso grupo (Homo socialis), mas não com outros grupos.

William von Hippel analisa como os riscos da interação entre grupos há milhões de anos pode ter evoluído à uma tendência de evitarmos a interação entre grupos, mesmo que valorizássemos a coesão interna do nosso grupo. Isso possui, segundo o autor, origens patogênicas além das rivalidades territoriais. Nosso organismo se adapta aos patógenos com os quais toma contato ao longo da vida do indivíduo e da história de sua genealogia, dessa maneira, o contato com grupos isolados pode trazer sérias consequências [6]. O autor amplia a análise e sugere até mesmo que essa seria a possível explicação de existir nos trópicos uma quantidade tão grande de religiões e línguas distintas, pois nessas localidades a grande quantidade de doenças gera uma maior resistência relacionada ao contato entre grupos; e continua: “Dessa forma, é provável que ameaças de patógenos sejam a fonte subjacente do que é conhecido como preconceito simbólico, ou a animosidade com grupos com práticas e crenças diferentes das nossas” [7].

Ainda na segunda parte, von Hippel estuda as implicações políticas da nossa evolução, apresentando o elefante e o babuíno como metáforas dos “tipos” de políticos mais democráticos e abnegados, e aquelas mais autoritários e individualistas, respectivamente. Esses “tipos” políticos ganham significados mais definidos com a ruptura político-social e psicológica que foi a Revolução Agrícola (estudada na primeira parte do livro).

A Revolução Agrícola transformou nossa psicologia, dando ensejo a uma série de armadilhas constituintes da nossa realidade como a propriedade privada, a desigualdade de gênero e a “normalização” da desigualdade econômica, porque só com a agricultura tais mudanças e acúmulos possuíam algum sentido e vantagem evolutiva. Assim, tal como o historiador Yuval N. Harari [8], von Hippel enxerga a Revolução Agrícola como um engodo ou a “grande fraude da história humana”, que nos trouxe vários benefícios, mas também inúmeros problemas [9].

Apesar disso, von Hippel utiliza os estudos de Steven Pinker para afirmar que a violência humana diminui significativamente ao longo dos séculos, e hoje apresenta seu menor índice em termos mundiais, em função da acelerada industrialização das cidades e do poder crescente de intervenção do Estado nas relações sociais dos indivíduos e seus conflitos.

Na última parte, denominada “usando o conhecimento do passado para construir um futuro melhor”, o autor coloca a “felicidade” no centro da discussão, e arrisca refletir sobre como podemos usar todos os conhecimentos que foram apresentados ao longo do livro para vivermos melhor. E por alguns instantes o autor parece escrever um capítulo de autoajuda, dando algumas ‘dicas’ e sugerindo ‘passos’ para uma vida mais feliz. Esse caminho é apenas uma escolha de estilo, pois desde o início von Hippel propõe ser bastante acessível e didático em sua construção intelectual, e nos últimos capítulos ele se esforça em reunir tudo que já foi dito para sintetizar as descobertas científicas recentes em lições que podem de fato nos ajudar no cotidiano, alertando principalmente para o que chama de indulgências fenotípicas, que “embora prazerosos, são apenas substitutos para nossas preferências evoluídas” [10] (p. ex.: filmes, drogas, masturbação etc.).

Desse modo, o autor não faz uso de clichês ou caminhos fáceis, e logo afirma que a felicidade não pode ser permanente, além de que, em nossa história evolutiva, sua razão de ser corresponde a sua finitude; e não só isso: a conquista da felicidade é relativa a cada pessoa, grupo e sociedade, mas todos possuem certas características biológico-evolutivas que podem ser úteis para nos conhecermos mais e assim vivermos de forma mais proveitosa. E essas características constituintes de nossa espécie são reunidas pelo autor em “dez passos fáceis”, abordando em forma de “lições” os principais pontos trabalhados nos dez capítulos do livro: (1) Permaneça no presente; (2) Busque momentos doces; (3) Projeta sua felicidade para permanecer saudável; (4) Acumule experiências, não coisas; (5) Dê prioridade a comida, amigos e relações sexuais; (6) Coopere; (7) Entranhe-se na comunidade; (8) Aprenda coisas novas; (9) Use suas forças (suas habilidades específicas); e (10) Busque a fonte original (não se satisfaça apenas com as indulgências fenotípicas) [11].

Por fim, percebemos que von Hippel foi bem sucedido em seu objetivo de apresentar uma história evolutiva humana que fosse capaz de fornecer conceitos explicativos sobre nossas vidas na contemporaneidade, permitindo-nos acessar um conhecimento prático-reflexivo, demonstrando assim a grande aplicabilidade dos estudos da evolução e da genética nas ciências sociais e humanas12, proporcionando uma compreensão dos comportamentos e das culturas humanas sob a perspectiva biológica, mas sem deixar de lado as influências e determinações associadas ao ambiente em que vivem os indivíduos e as sociedades florescem.

Notas

2. Infelizmente, a tradução do título para o português não resgatou o sentido do original, que, numa tradução livre, poderia ser “O salto social”, mais próximo do ponto central da obra que é demonstrar a importância seminal da sociabilidade para a evolução da nossa espécie; e com “salto” poderíamos interpretar a descida das árvores para as planícies das savanas, que nos obrigou a sermos mais cooperativos e sociais, marcando a separação definitiva entre nós e os outros primatas.

3. Que tem sua origem mais distante nas obras de Darwin a partir de 1859, mas surgiu como campo de estudo definido a partir da matriz da Sociobiologia de meados do século XX.

4. Ver: VERNAL, Javier. As explicações da psicologia evolutiva. Investigação Filosófica: vol. E1, artigo digital 4, 2011.

5. HATTORI, Wellisen Tadashi; YAMAMOTO, Maria Emília. Evolução do comportamento humano: Psicologia evolutiva. Estud. Biol., Ambiente Divers. 2012 jul./dez., 34(82), p. 101-112.

6. O que para a história do continente americano não é nenhuma novidade, vide o genocídio dos autóctones pela invasão dos europeus ser principalmente causado pela transmissão de patógenos não existentes neste continente. (HARARI, Yuval Noah. Homo Deus: uma breve história do amanhã. São Paulo: Companhia das Letras, 2016, p. 16-19).

7. HIPPEL, William von. A evolução improvável. – Tradução de Alexandre Martins. – 1. Ed. – Rio de Janeiro: Haper Collins, 2019, p. 207.

8. HARARI, Yuval Noah. A Revolução Agrícola. In: _____. Sapiens: uma breve história da humanidade. – Porto Alegre, RS: L&PM, 2018, p. 113-219.

9. “Quando comparamos os custos e benefícios, vemos que a agricultura permitiu a nossos ancestrais algumas garantias contra a fome, mas ao custo de diversas novas doenças, menos estatura e longevidade, uma halitose repulsiva e com frequência um dia de trabalho muito mais longo. O resultado final foi que os primeiros fazendeiros trabalhavam mais para ter uma vida pior que a de seus antepassados” (HIPPEL, op. cit., 73).

10. Ibidem, p. 265-268.

11. Ibidem., p. 238.

12. Um exemplo seria a recente obra de Francis Fukuyama, As origens da ordem política, que na primeira parte do livro utiliza os resultados de pesquisas em genética e teoria da evolução para explicar certos estágios e eventos fundamentais de nossas história política, usando também conceitos e raciocínios próprios da antropologia e da arqueologia socio-evolutiva. (FUKUYAMA, Francis. Antes do Estado. In:______. As origens da ordem política: dos tempos pré-históricos a Revolução Francesa. Rio de Janeiro: Rocco, 2011, p. 17-115).

Agenor Manoel da Silva Filho – Graduando em Licenciatura em História pela Universidade Federal do Recôncavo da Bahia (UFRB). Correio eletrônico: [email protected].


HIPPEL, William von. A evolução improvável. Tradução de Alexandre Martins. 1. Ed. Rio de Janeiro: Haper Collins, 2019. 304, p. Resenha de: SILVA FILHO, Agenor Manoel. A revolução diferenciada. História.Com. Cachoeira, v.7, n.13, p.125-129, 2020. Acessar publicação original [IF].

The colour of time: a new history of the world (1850-1960) | Dan Jones, Marina Amaral

A cultura digital do século XXI transformou as nossas formas de consumir e produzir informação. A reprodutibilidade técnica propiciada pela criação da prensa de Gutenberg alcançou um novo patamar com a Internet e as nuvens de armazenamento de dados. A portabilidade do computador com a criação dos smartphones possibilita que as pessoas possam reproduzir fotografias na quantidade que desejarem. A Revolução da Informação também contribuiu para a digitalização de acervos de museus e arquivos, onde estão milhares de fotos em preto e branco que, antes, eram inacessíveis ao historiador. Ao mesmo tempo, a criação de softwares de edição de imagem permitiu a formação de novos artistas, ligados às culturas visual e digital contemporâneas. A obra The colour of time: a new history of the world procura responder a este mundo da convergência, que alia a arte digital ao ritmo rápido e conciso do texto da TV. A especialista em imagens digitais Marina Amaral aperfeiçoou a técnica antiga dos coloristas de fotografias em preto e branco utilizando softwares de edição e de seu olhar apurado de artista. Já o historiador e jornalista inglês Dan Jones guia o leitor com textos curtos e concisos sobre os fatos históricos e as fotografias originais. Leia Mais

Uberização: a nova onda do trabalho precarizado / Tom Slee

SLEE T Uberizacao 2 Global Labour
Tom Slee / Foto: Sally Montana – Divulgação /

Sobre a obra

O fenômeno da economia do compartilhamento − que se populariza pela propaganda de um negócio em escala local, que conecta proprietários de dados recursos com pessoas em necessidade desses bens − é retratado na obra de SLEE (2017). Através de intensa pesquisa em fontes jornalísticas e utilização de bancos de dados públicos, o autor analisa a atuação de empresas no setor de economia do compartilhamento e desmistifica a propaganda que levou essas corporações a assumirem proporções gigantescas. Ocupando uma significativa proporção no mercado de Wall Street, corporações, como Rappi, Ifood, Lyft, TaskRabbit, WeWork e Airbnb, promoveram lobby nos setores financeiro, jurídico e imobiliário visando à garantia da flexibilização do vínculo trabalhista adotado por essas empresas.

O estudo minucioso de Slee (2017) pode ser tomado como referência para além dos casos descritos pelo autor. Assim, seria possível o extravasamento dessa análise fazendo paralelos com iniciativas atuais de flexibilização dos vínculos trabalhistas em setores nos quais esse impacto ainda é mais tímido, como, por exemplo, no setor educacional. Além do exemplo da massificação de cursos online no Ensino Superior (SLEE, 2017, p 52), nos últimos anos, a categoria do magistério assistiu à implementação de flexibilização do trabalho docente no setor público através da criação do vínculo empregatício de professor eventual. Esse tipo de vínculo não oferece ao trabalhador uma renda fixa, sua remuneração é calculada mediante à demanda por seu trabalho. Dessa forma, o professor eventual trabalha substituindo faltas ou licenças de professores efetivos, recebendo por aulas lecionadas (VENCO, 2018, p 9). Um vínculo empregatício com características que se enquadram no fenômeno de economia do compartilhamento (SLEE, 2017, p14-16) ou uberização do trabalho (FONTES, 2017, p 54). Ainda no campo educacional, as projeções para os próximos anos se relacionam com o desafio da garantia de direitos trabalhistas do magistério a longo prazo. Após a pandemia provocada pela Covid-19, expandiu-se a compra do uso de plataformas para veiculação de atividades pedagógicas por acesso remoto. Essa conjuntura fomenta incertezas sobre a continuidade dos programas de oferecimento de atividades pedagógicas não presenciais fora do período da pandemia. Aponta-se que em uma eventual decisão de continuidade dessas políticas de acesso remoto, estas seriam beneficiadas pela estrutura utilizada no período da Covid-19. Além disso, há receio sobre o investimento no vínculo de trabalho docente por tutoria remota em detrimento da promoção de editais de concurso público para sanar o déficit de professores nas redes públicas de ensino. Dessa maneira, o estudo de caso das corporações da economia do compartilhamento de Slee (2017) permite a extrapolação dessa análise a outras iniciativas que adotam esse mesmo modelo de flexibilização dos vínculos trabalhistas. Nesse sentido, a obra apresenta relevância para o campo das humanidades por sua análise de um fenômeno atual e em corrente expansão. O livro divide-se em nove capítulos que serão descritos a seguir.

Nas notas de edição, por Tadeu Breda e João Peres, e no prefácio à edição brasileira, de Ricardo Abramovay, fica explícito, que no original, Tom Slee (2017) não se utiliza do termo “uberização”. Esse emprego poderia restringir o fenômeno da economia do compartilhamento a apenas essa corporação. O autor utiliza os termos economia do compartilhamento (sharing economy), economia dos bicos (gig economy), consumo colaborativo (collaborative consumption), economia em rede (mesh economy), economia sob demanda (on-demand economy) e plataformas igual para igual (peer-to-peer plataforms) para definir a atuação dessa modalidade de negócios. Dessa maneira, o título original em inglês, What’s yours is mine: against the sharing economy (O que é seu é meu: contra a economia do compartilhamento), não foi traduzido de maneira literal para o português. Essa foi uma opção assumida pelos tradutores por compreenderem que a discussão sobre economia do compartilhamento no Brasil se intensifica a partir da popularização da Uber nas principais capitais nacionais.

O primeiro capítulo da obra de Slee (2017), intitulado “A economia do compartilhamento”, introduz a temática e apresenta o discurso sedutor de propaganda desse setor. A economia do compartilhamento se autodefine como plataformas de conexão de pequenos grupos de compartilhamento com foco comunitário. Contudo, as pequenas empresas que se enquadrariam nesse perfil ou foram compradas ou serviram de transferência de clientes para grandes empresas. Já as grandes corporações desoneram-se de sua responsabilidade com os trabalhadores que empregam, conclamando-se como intermediadores entre aqueles que prestam o serviço e aqueles que o demandam. Ainda no primeiro capítulo, são apresentadas a sequência e a segmentação da obra, a justificativa para sua elaboração e a defesa sobre o perigo da desregulação trabalhista trajada sob o discurso da sustentabilidade e empreendedorismo individual.

O segundo capítulo, intitulado “O cenário da economia do compartilhamento”, apresenta alguns mecanismos que as corporações utilizaram para manterem seus interesses. A organização Peers teve protagonismo na representação das corporações da economia do compartilhamento. Em específico, sobre a promoção de lobby nos setores legislativos e no movimento pela desregulação. A Peers atuou nas disputas judiciais entre a Airbnb contra ações mobilizadas pelo ramo da hotelaria de distintas cidades, assim como atuou na flexibilização de regras para o setor de transporte no estado da Califórnia, o que beneficiou a Uber. Tom Slee afirma que os três setores mais expressivos na economia do compartilhamento seriam o setor de hospedagem (43%), transporte (28%) e educação (17%) (SLEE, 2017, p 55). Em relação ao setor educacional, mostra-se plausível a hipótese de que seu percentual pode ser maximizado a partir da oferta de atividades pedagógicas não presenciais em virtude da pandemia pela Covid- 19. Período no qual houve grande expansão da venda de plataformas para vinculação de aulas online.

O terceiro capítulo, intitulado “Airbnb, um lugar para ficar”, dedica-se à descrição da origem do Airbnb até seu crescimento exponencial, alterando a mobilidade nos centros urbanos de cidades turísticas como Paris. Entre 2013 e 2015, o Airbnb em Nova York contava com 40% de seus anunciadores sendo proprietários de mais de um imóvel. Os anúncios desses proprietários representavam 43% das reservas efetivadas pela plataforma. Fato que invalida o discurso da empresa de representar pessoas comuns, compartilhando acomodações em seus apartamentos com turistas que buscam reservas temporárias. Da mesma maneira, a narrativa Airbnb contra o monopólio de grandes hotéis torna-se retórica vazia diante do investimento de grandes empresas hoteleiras no setor da economia do compartilhamento (SLEE, 2017, p 83). Se há algum prejuízo no setor de hospedagens, este tem sido acumulado por pequenos hotéis independentes com o maior gasto com taxas e regulações. O que torna desigual a competição entre essas acomodações com aquelas que não arcam com os custos da regulação (SLEE, 2017, p 84).

O capítulo 4, intitulado “De rolê com a Uber”, é dedicado à atuação do setor de transporte na economia do compartilhamento. O autor aponta que o manual de redação da agência de notícias Associated Press afirma que o termo economia do compartilhamento não deveria ser usado para descrever as ações da Uber, designando o serviço prestado pela empresa como “serviço de viagem chamada” (SLEE, 2017, p 102). Como a Uber se beneficiou da atuação da Peers e como a relação que a empresa estabelece com seus motoristas enquadra-se nos moldes da desregulação, Slee localiza a empresa no setor da economia do compartilhamento, ao lado da Zip car e Lift. A Uber, ainda que não tenha se associado diretamente aos lobistas da Peers, beneficiou-se de uma campanha promovida por essa associação na Califórnia. Este estado criou, em 2013, uma regulação específica para o setor de Empresas de Rede de Transporte. Esse segmento conta com motoristas sem registro na prefeitura, que não precisam submeter seus veículos ao mesmo tipo de inspeção pelo qual passam as empresas de táxi, por exemplo. Para além da atuação da Uber lucrando mediante a não garantia de direitos trabalhistas e da dispensa de gastos com regulação, a empresa também se mostrou falha na seleção de seus motoristas a partir de critérios de idoneidade que garantam a segurança dos passageiros (SLEE, 2017, p 132).

No capítulo 5, intitulado “Vizinhos ajudando vizinhos”, o autor se dedica a analisar as plataformas que oferecem serviços domésticos de limpeza, trabalhos de manutenção e entregas de supermercado, como a Taskrabbit, Instacart, homejoy e handy. Apesar de serem menos conhecidas no Brasil, são empresas comumente acessadas nos Estados Unidos. A receita é bem parecida com a dos outros setores da economia do compartilhamento: uma plataforma se populariza com o slogan de conectar pessoas que precisam de um serviço e aquelas dispostas a oferecê-lo. Contanto que aqueles que oferecem o serviço aceitem que o deslocamento, que as ferramentas e que os recursos para realização do trabalho sejam custeadas pelo próprio trabalhador. Enquanto, por exemplo, a plataforma homejoy que oferece o serviço, recebeu 40 milhões de fundos de investimento da google (SLEE, 2017, p 166-167).

O capítulo 6, intitulado “Estranhos confiando em estranhos, dedica-se ao trato dos sistemas de avaliação das plataformas como um mecanismo que aferiria confiabilidade. Slee (2017) aponta que o sistema de avaliação pode refletir como o usuário avalia a eficiência do serviço prestado, como o conforto ou presença de lençóis limpos em uma diária de hospedagem.

Contudo, a maioria dos hóspedes não conseguiria avaliar se a acomodação respeita as prescrições de prevenção e combate a incêndio ou se os alimentos a serem consumidos foram manipulados com higiene (SLEE, 2017, p 181-182). Ou seja, o sistema de avaliação dos aplicativos não consegue cobrir questões referentes à regulação do serviço prestado. O sentido de avaliação das plataformas baseia-se em um sistema de reputação sem critérios prévios que orientem a avaliação. Portanto, de maneira subjetiva e informal, em uma sociedade fortemente estruturada pela estratificação social, misoginia e racismo. Como não considerar que esses elementos incidam sobre essas avaliações? Para além disso, Slee aponta para uma tendência no sistema de avaliações, evidenciando a relação frágil entre qualidade do serviço e as notas recebidas (SLEE, 2017, p 189-190).

O capítulo 7, intitulado “Uma breve história da abertura, assim como o capítulo 8, traça um panorama do ambiente digital do qual emergiu a economia do compartilhamento. Slee afirma que a política de dados abertos em vez de produzir mais equidade, substituiu um conjunto de instituições poderosas por outro (SLEE, 2017, p 207). A abertura não poderia ser considerada uma alternativa ao mercado comercial ao passo que convive com este. Por exemplo, o Youtube, ao mesmo tempo que compartilha conteúdo gratuito, também, gera lucro a uma grande empresa (SLEE, 2017, p 210). Assim, o autor aponta que a abertura apresenta uma tendência a criar “mercados menos competitivos e negócios mais poderosos” (SLEE, 2017, p 211).

O capítulo 8, intitulado “Escancarado, analisa a combinação entre lucro e a evocação de um caráter mais pessoal advindo da noção de compartilhamento, manifesto através da internet. O livro encerra-se com a conclusão de Slee (2017), já anunciada no título do capítulo 9 “O que é seu é meu. O autor afirma que os valores não comerciais na economia do compartilhamento foram deixados de lado em prol da expansão do livre mercado. A evocação de um modelo mais humano para o universo corporativo resultou em uma forma mais agressiva do capitalismo, com desregulação das garantias trabalhistas e uma nova onda de trabalho precarizado (SLEE, 2017, p 297).

Síntese

A obra de Slee (2017) brinda a literatura do campo das humanidades ao apresentar um texto que sumariza a gênese e a atuação das corporações da economia do compartilhamento, fenômeno recente e em crescente expansão. O estudo de caso das corporações retratadas permite a extrapolação dessa análise a outras iniciativas que adotam flexibilização dos vínculos trabalhistas em setores em que esse impacto ainda é mais tímido. Como, por exemplo, no setor educacional. Aqui, infere-se que esse setor pode apresentar significativa expansão dentro da economia do compartilhamento a partir da compra em larga escala de pacotes de vinculação de aulas remotas em plataformas online, em virtude da suspensão de atividades pedagógicas presenciais como uma das medidas de contenção do espalhamento da Covid-19, durante o ano letivo de 2020.

Referências

FONTES, Virgínia. Capitalismo em tempos de uberização: do emprego ao trabalho. Marx e o Marxismo, v. 5, n. 8, jan./jun. 2017. Disponível em: http://www.niepmarx.blog.br/revistadoniep/index.php/MM/article/view/220/177. Acesso em: 09/07/2020.

SLEE, Tom. Uberização: a nova onda do trabalho precarizado. Tradução de João Peres. São Paulo: Editora Elefante, 2017.

VENCO, Selma. Situação de quasi-uberização dos docentes paulistas? Revista da ABET,v. 17, n. 1, janeiro a junho de 2018. Disponível em: https://periodicos.ufpb.br/index.php/abet/article/view/41167. Acesso em: 09/07/2020.

Regina Lucia Fernandes Albuquerque – Doutoranda no Programa de Pós graduação em Educação, Conhecimento e Inclusão Social da Universidade Federal de Minas Gerais. Mestre pelo Programa de Pós graduação em Educação da Universidade Federal do Rio de Janeiro. Professora da Rede Estadual de Educação do Rio de Janeiro na modalidade técnica de Formação de Professores. Atua com pesquisa em Sociologia da Educação.


SLEE, Tom. Uberização: a nova onda do trabalho precarizado. São Paulo: Editora Elefante, 2017. Tradução de João Peres. Resenha de: ALBUQUERQUE, Regina Lucia Fernandes. Cantareira, [Niterói], v.34, p.678-683, jan./jun. 2021. Acessar publicação original [IF].

 

The politics of vaccination: a global history | Christine Holmberg, Stuart Blume e Paul Greenough

A literatura recente do campo da saúde tem se dedicado amplamente ao debate sobre a relação entre proposições que ganham o tom de “medidas globais” e as tensões referentes à aplicação de tais modelos em nível local. A ideia de que determinados agravos e temas podem ser pensados em termos de uma “saúde global” impõe a gestores, profissionais da ponta e pesquisadores reflexões sobre os limites da relação entre o aspecto local das práticas de saúde e suas conexões com outras instâncias. Nesse sentido, um ponto central parece emergir: como articular estratégias globais a contingências e caracteres locais? Ou melhor, quais os limites das políticas e práticas no contexto da saúde global? As perguntas são importantes em um momento no qual as vacinas estão no centro de críticas e ataques de grupos negacionistas, sobretudo religiosos. Ponderações eloquentes a esses questionamentos e ao negacionismo científico contemporâneo estão na base da coletânea The politics of vaccination: a global history , organizada por Christine Holmberg, Stuart Blume e Paul Greenough.

O livro é dividido em três partes temáticas e prioriza estudos que versam sobre as décadas de 1950 em diante, abrangendo, assim, experiências de regiões pertencentes a Ásia Oriental, África Ocidental, Américas e Europa. A primeira seção, “Vaccination and national identity”, acompanha políticas de vacinação e sua contribuição para o fortalecimento das identidades nacionais. Nela se destacam três estudos. Paul Grennough investiga a contribuição do combate à varíola no Paquistão Oriental em 1958, durante a Guerra Fria, para o modelo de erradicação global da doença. Em seguida, Niels Brimnes contextualiza os movimentos de oposição à campanha contra tuberculose (BCG) na Índia nos anos seguintes à independência. Posteriormente, Dora Vargha Examina a ação dos Estados comunistas da Europa Oriental e aponta como o combate contra a poliomielite na Hungria, em 1959, serviu de inspiração à OMS, no ano seguinte. Leia Mais

The World Health Organization: a history | Marcos Cueto e Theodore M. Brown

La obra es el resultado de la colaboración estrecha, a través de casi dos décadas, de tres historiadores importantes, de dilatada y fecunda trayectoria, que han confluido felizmente para realizar un trabajo de alta calidad y envergadura, hasta tal punto que constituye una referencia obligada no solo para el estudio del organismo sanitario stricto sensu sino, a lo largo de todo el periodo histórico que abarca de la salud internacional todas sus facetas y, aún más, de la historia, los cambios en las políticas de carácter global, como señala Randall Packard en la contraportada. Y una ausencia dolorosa: la de Elizabeth Fee, fallecida cuando la obra ya estaba completa, pero que ha dejado su impronta en la misma.

Políticos, gestores, diplomáticos, sanitarios, son actores privilegiados de esta historia. Una historia que los autores se encargan bien pronto de decir que no se trata de una historia oficial o semioficial, como las que abarcando los diferentes decenios de la Organización Mundial de la Salud se han ido publicando. El estudio se apoya en muy abundantes y muy bien escogidas fuentes primarias – muchas archivísticas e inéditas (una relación de las cuales se encuentra en p.341-351), incluyendo testimonios orales de personalidades tan emblemáticas cono Halfdan Mahler o Ilona Kickbusch. Leia Mais

História & Distopia: a imaginação histórica no alvorecer do século 21 / Julio Bentivoglio

É revelador o aumento das pesquisas sobre as condições que envolvem o fazer historiográfico. Interessantes trabalhos têm sido produzidos em âmbito nacional e internacional por diversos pesquisadores que buscam questionar os mais distintos fundamentos que circunscrevem o discurso histórico[1]. Como, por exemplo, as estruturas temporais e as dimensões ética, estética, linguística e performática. Isso indica uma mudança substancial na maneira com que o historiador encara seu ofício, desvinculando-se de um espaço naturalizado e legitimado previamente por seu lugar social e seus métodos estabelecidos. Se por um lado, revela esse desejo em tensionar o lugar da disciplina história no mundo contemporâneo, sua rigidez metodológica e seu alcance social; por outro, demonstra que a matriz histórica cientificista, fundada sob a égide da modernidade, divide agora seu lugar hegemônico com outras formas de conhecer e produzir reflexões sobre o passado.

Uma rápida pesquisa na base da língua inglesa do Google Ngram Viewer –   ferramenta que permite ao seu usuário a busca e análise de dados dentro da plataforma de livros digitalizados do Google Books – nos permite identificar um crescimento exponencial no uso do vocábulo dystopia a partir dos anos 1960[2]. Em certa medida, o aumento no interesse pela ideia de distopia, pode ser visto como um reflexo do desencantamento com as promessas emancipadoras de futuro, sustentadas pelas metanarrativas do progresso. Esse aumento coincide também com um momento decisivo do pensamento ocidental, no qual a recepção dos esforços em torno da constituição de uma crítica ao projeto filosófico/político da modernidade são igualmente crescentes[3].

Na atualidade não faltam produções culturais que exploram o tema da distopia. Na literatura é notório o interesse por revisitar alguns clássicos da ficção científica, como as HQ do enigmático V de Vingança, e os romances de Philip K. Dick, George Orwell, Isaac Asimov, entre outros. No cinema destacam-se, desde a década de 1980 até o presente, uma quantidade exorbitante de produções aclamadas entre os espectadores, dentre as quais estão Blade Runner (1982), Matrix (1999), e as recentes séries, Black Mirror (2011-2019), Dark (2017-2020), e The Handmaid’s Tale (2017 – ). É certo que tais manifestações culturais são um sintoma de uma inédita experiência histórico-temporal, que coloca em xeque nossa relação amigável com o futuro e as possibilidades mais significativas de mudanças na vida social. Mas de que maneira a historiografia responde (ou pode responder) a essa configuração da realidade? Quais horizontes são abertos para o conhecimento histórico reformular algumas noções como narrativa, historicidade, temporalidade, e consciência/imaginação historiográfica?

É a partir dessas e outras evidências e perguntas, que Júlio Bentivoglio[4], em seu instigante livro História & Distopia, fornece uma importante contribuição aos estudos históricos. O trabalho de Bentivoglio é relevante no momento em que sua intenção principal não se limita a desarticular os mitos fundadores do saber histórico (algo que vem sendo feito há um bom tempo), mas, para além disso, em propor novas categorias fundamentais de observação da prática historiográfica. Nesse sentido, o texto trabalha em duas preocupações indispensáveis da pesquisa histórica: refletir sobre o mundo no qual estamos inseridos e as condições que definem nossa historicidade; e questionar, até mesmo desestabilizar, os clichês nos quais a escrita da história se desdobra. A erudição do livro está justamente em não ser apenas uma redundante observação das fissuras que atingem a historiografia, mas em avançar e propor novas abordagens a partir dessa constatação.

Bentivoglio, animado pelas reflexões de Hayden White sobre a imaginação histórica e a nova filosofia da história (Cf.: WHITE, 2002), argumenta que uma inédita consciência historiográfica emergiria no alvorecer do século XXI, notoriamente pós-moderna e distópica. Isso significaria dizer, que a forma pela qual o historiador trata, enreda, e apresenta o passado que lhe é disponível, seria resultado de uma experiência da história determinada pela produção de um lugar deslocado, impróprio, fora do eixo e hostil, sendo analiticamente sintetizado pela noção de deslugar. O passado, longe de responder a uma verdade absoluta, é desprendido das coerções praticadas pelo método da ciência histórica, para se deslocar em diversos sentidos que lhe são atribuídos por narrativas, representações e simulacros.

Minha hipótese é a de que acompanhamos a emergência de um novo paradigma poético-linguístico, pré-crítico e meta-histórico. E que esse paradigma, no século XXI, é eminentemente distópico. Ou seja, a atual consciência na historiografia é um modo preciso de pensamento, cuja pré-elaboração do enredo de início é, em si mesma desconfiada, seja das capacidades científicas da história, seja das realizações da historiografia, seja das evidencias ou da materialidade do passado, seja das verdades produzidas pela história a ele. O passado tornou-se deslocamento, deslugar (BENTIVOGLIO, 2019, p. 58).

Tal definição de distopia como deslugar, é uma abertura para pensarmos a própria temporalidade do conceito, rompendo sua definição mais comum e imediata, que o coloca como o contrário da utopia. Nesse sentido, distopia não é apenas uma relação temporal distante entre futuro e presente, mas pode se caracterizar como uma irradiação de forças que deslocam um imaginário compartilhado sobre o passado irrevogável, admitindo dessa maneira, sua interferência assombrosa e fantasmagórica no presente. Considera-se, portanto, que a distopia na história remete a espectralidade de um passado-presente (cf: HARTOG, 2013; HUYSSEN, 2014). “A distopia não é uma antiutopia, ela é um deslugar, que não se encontra exatamente no futuro, mas, que pode estar em qualquer lugar, inclusive no presente e no passado” (BENTIVOGLIO, 2019, p. 96).

O trabalho de Bentivoglio, ao revisitar a formação da ciência histórica no século XIX, demonstra que a consciência historiográfica moderna estaria marcada por uma “tensão entre os objetivos utópicos e a adoção de práticas disciplinares distópicas” (BENTIVOGLIO, 2019, p.26). Esse conflito viria à tona com as reflexões epistemológicas que são caracterizadas como pós-modernas – como os passados práticos de Hayden White – que admitem uma ampla circulação do passado, destituindo assim, o próprio privilégio da historiografia em organizar arbitrariamente o passado. Bem como, as reflexões de Foucault sobre as condições de possibilidade que fundam a ciência histórica moderna.

Contudo, se o caráter distópico da moderna historiografia residia no método, hoje a distopia se autonomizou como imaginação histórica (o impacto dos sentidos da experiência da história sobre os modos de pensar) e consciência historiográfica (os artefatos e técnicas usados para conferir forma a uma narrativa). Nesse cenário, portanto, seria possível afirmar que assim como a utopia estava para a modernidade, a distopia está para a pós-modernidade. A história utópica, que transcorre sobre a racionalidade moderna, seria uma tentativa arbitrária de produzir sentido as metanarrativas do progresso e disciplinar o passado em um único regime de verdade. No sentido que submete o passado ao controle único do historiador sob as premissas de um regime de cientificidade de pretensão realista. O autor observa que a noção de objetividade do projeto historiográfico ocidental, caracteriza esse desejo da narrativa histórica em conhecer o passado como ele realmente foi ou de reconstruí-lo o mais fielmente possível através de modelos (métodos) científicos. A diferença decisiva entre uma história utópica e uma história distópica seria então que a natureza distópica da história de algum modo acaba por abalar não somente o mito fundador do passado, como o próprio mito de fundação científica da história na modernidade, porque se patenteia a existência de tantos passados quanto as obras de histórias serão capazes de produzir” (BENTIVOGLIO, 2019, p. 30).

Num panorama geral, o pequeno livro oferece uma densidade admirável. A quem interessar a leitura, encontrará um percurso de investigação que passa pelas raízes da literatura distópica; pela formação da ciência histórica no século XIX; pela crise de representação e o esgotamento das filosofias especulativas da história (o já conhecido debate sobre o fim da história). Tal caminho, que ao primeiro olhar pode parecer desconexo, é uma tentativa bem-sucedida de ilustrar que há sobre a historiografia, uma incidência de outro tipo de imaginação histórica, que se distancia do conceito moderno de história. Alguns aspectos dessa distinção podem ser abordados pela passagem do passado lugar ao passado deslugar; do regime de cientificidade ao narrativismo; da verdade absoluta aos confrontos de sentido sobre o passado; do modernismo ao pós-modernismo; do futuro aos passados-presentes; do otimismo ao ceticismo; enfim, da utopia à distopia.

O trabalho em questão também é importante pois se torna uma base teórica imprescindível para que a historiografia possa alcançar novos objetos de pesquisa. O objeto não deve ser apenas aquilo que esgotamos em análises exaustivas, como se fosse algo cristalizado no tempo e no espaço; uma historiografia que tem a distopia como parte fundamental de sua prática deve transformar o objeto naquilo que nos leva ao caminho do pensamento, da reflexão filosófica sobre nossas bases epistemológicas, e que principalmente, propõe questões ao tempo presente. Tais objetos não-convencionais fazem parte desse movimento de produzir a partir do estranhamento, de enxergar soluções a partir da catástrofe que se aproxima. É pensar o mundo contemporâneo de um lugar, ao mesmo tempo, perigoso e privilegiado. Somente assim, enxergando o passado a partir de outras perspectivas, poderemos conferir espessura a um presente fraturado e pensar sobre o que o futuro poderá vir a ser.

O livro de Júlio Bentivoglio, reforça que a distopia deve ser encarada como uma noção organizadora dos fenômenos do tempo presente. Não podemos mais acusa-la de extrapolar os limites da ficção e do real. É justamente essa preponderância em trazer à tona o absurdo, que constitui seu lugar como um potente meio de crítica ou de reflexão em relação ao nosso presente. Trata-se de questionar o real, tensionar o cotidiano e as relações socias já estabelecidas. Esse incomodo que é provocado pela agressividade da imaginação distópica deve assumir-se como um despertar para a historicidade que atravessa, dentre outras dimensões, o saber histórico. Perceber a relevância de elementos da vida contemporânea como a tecnologia, a vigilância, e a catástrofe, é interrogar, mas sobretudo, encarar os sentidos que compõem a experiência da história hoje.

Por fim, fica o convite à leitura desse livro que se torna uma referência de maior grandeza para aqueles interessados, principalmente, nos estudos em Teoria da História. Para além de sua amplitude argumentativa, o livro cumpre um papel importante na afirmação do protagonismo brasileiro como importante centro de pesquisa e reflexão teórica sobre a historiografia. Nele o leitor poderá encontrar as discussões mais atuais das pesquisas na área, juntamente com uma originalidade teórica, que confere ao texto aquilo que alguns historiadores ainda não entenderam muito bem: teorizar não é se limitar a comentar teorias alheias, mas sim traçar um diálogo sólido com a tradição e arriscar novas propostas e conceitos que movimentem a historiografia de seu lugar-comum.

Referências

HARTOG, François. Regimes de historicidade: presentismo e experiências do tempo. Belo Horizonte: Autêntica, 2013.

HUYSSEN, Andreas. Culturas do passado-presente: modernismos, artes visuais, políticas de memória. Rio de Janeiro: Contraponto; Museu de Arte do Rio, 2014.

WHITE, Hayden. Meta-história. São Paulo: Edusp, 2002.

Notas

1. Podemos citar teóricos da história como Ewa Domanska, Berber Bevernage, Sanjay Seth, Dipesh Chakrabarty, Ethan Kleinberg, Ivan Jablonka, Zoltán Simon, entre outros. No Brasil destaca-se a organização de pesquisadores em torno da Sociedade Brasileira de Teoria e História da Historiografia (SBTHH), algo que tem promovido um avanço qualitativo nas pesquisas da área. Além do trabalho de Bentivoglio, devemos destacar as recentes pesquisas de Valdei Araujo e Mateus Pereira sobre o atualismo, e o importante livro A história (in)disciplinada, organizado por Arthur Ávila, Rodrigo Turin e Fernando Nicolazzi.

2. O gráfico pode ser visualizado neste link. Acesso em: 18/06/2020.

3. Podemos citar como exemplo dois movimentos principais que percorrem a filosofia do século XX, são eles: o pós-estruturalismo e o esclarecimento da Escola de Frankfurt.

4. Simultânea a escrita desta resenha, foi lançada a série de entrevistas Crise & Historicidade – uma iniciativa de LETHIS-UFES e do NIET-UFMG, em parceria com a HH Magazine: humanidades em rede – que tem como segundo episódio uma entrevista do professor Júlio Bentivoglio sobre a relação entre história, distopia, e crise. Ela está dividida em duas partes, as quais podem ser acessadas através dos seguintes links:

Episódio 02, Parte 01: https://www.youtube.com/watch?v=AzKFECirBIk

Episódio 02, Parte 02: https://www.youtube.com/watch?v=dGG-5ufAUs0

Ricardo Mateus Thomaz de Aquino – Graduando em História pelo Instituto de Ciências Humanas e Sociais (ICHS) da Universidade Federal de Ouro Preto (UFOP). Tem interesse nas áreas de Teoria da História, História da Historiografia e História Intelectual. Atua como bolsista voluntário no projeto de extensão HH Magazine: humanidades em rede, história pública democrática.

La história como campo de batalla: interpretar las violencias del siglo XX / Enzo Traverso

TRAVERSO Enzo Global Labour
Enzo Traverso / Foto: Estaeslalibreria /

TRAVERSO E La Historia como campo de batalla Global LabourA violência é um fio condutor viável para se compreender a historização do século XX? E ainda: o “campo de ruínas” em que consiste o século em questão oferece condições para a produção de conhecimento, enquanto fonte para reflexões no âmbito da Teoria da História?

As perguntas com que esta resenha se inicia podem ser respondidas por meio do livro La História como campo de batalla: interpretar las violencias del siglo XX, de Enzo Traverso, publicado originalmente L’histoire comme champ de bataille: interpréter les violences du XXe siècle, em Paris, em 2011, sem ainda tradução para o português. Objeto de investigação de um variado número de historiadores, o século XX se recusa a uma definição final: “A era dos extremos” (HOBSBAWM, 1995), “o tempo das crises” (REIS FILHO; FERREIRA ZENHA, 2000), “o século esquecido” (JUDT, 2010), “o século sombrio” (TEIXEIRA DA SILVA, 2004) são algumas das definições cunhadas pela historiografia recente. Traverso não destoa dessas acepções, definindo-o, sobretudo, como a era da violência, das guerras totais, das revoluções que naufragaram e das utopias que desmoronaram (TRAVERSO, 2012, p. 325).

Enzo Traverso é um historiador italiano – professor de Ciência Política na Universidade Cornell em Nova Iorque – conhecido, principalmente, por trabalhos acerca da primeira metade do século XX e de seus regimes totalitários. O livro objeto desta resenha é uma compilação de artigos de origens distintas que se relacionam por abordarem um mesmo objeto: os debates historiográficos em torno das violências do mundo contemporâneo, tendo como pano de fundo as interpretações globais do século XX como a idade das guerras, dos totalitarismos e dos genocídios. Desse modo, o autor problematiza os fenômenos político-ideológicos que influenciaram o desenrolar do conjunto de experiências que definem o status calamitoso desse século, como as Revoluções de 1789 e 1917, o Holocausto judaico e os movimentos anticolianiais.

O ponto de partida do historiador é o ano 1989, que, em seu critério analítico, não se inscreve na continuidade de uma temporalidade linear; ao contrário, indica um limiar, finaliza uma época para dar início à outra. A queda do muro de Berlim constitui um momentum de uma época de transição que mudou radicalmente a paisagem intelectual e política do mundo, modificando vocabulários e substituindo antigos parâmetros. Assim, conclui que 1989 alterou não apenas a geopolítica europeia, mas a maneira de interpretar e escrever a história do século XX (TRAVERSO, 2012, p. 15).

Entre as alterações mais significativas na operação historiográfica, o autor destaca três: o auge da História Global, o retorno do acontecimento e o surgimento da memória. São esses três momentos que estruturam os oito capítulos do livro. A História Global, ele explica, não é uma história das relações internacionais que analisa a coexistência e os conflitos entre Estados soberanos, mas um campo historiográfico que observa o passado como um conjunto de interações, de intercâmbios materiais e transferências culturais que estruturam as diferentes partes do mundo em um conjunto de redes. O retorno do acontecimento como foco de atenção dos historiadores, por sua vez, é apontado como um epifenômeno do fim da Guerra Fria em contraponto à sua redução a uma “agitación da superficie” levada a efeito pela perspectiva de longa duração. Finalmente, no período pós-Guerra Fria, vê-se a eclosão de uma infinidade de memórias, fruto das experiências pessoais das vítimas dos diferentes conflitos ocorridos ao longo do século, que assumirão um espaço privilegiado nas novas abordagens, tanto como fonte quanto como objeto de investigação histórica.

Estruturalmente, o “campo de batalha”, a que Traverso se refere no título da obra, forma-se no âmbito teórico de, pelo menos, dois modos: por um lado, Traverso evidencia que a verdade histórica está em constante tensão com a realidade; por outro, atesta a emersão de perspectivas conflitantes com as teorias tradicionais de interpretação dos fenômenos do século XX. Por exemplo, o entendimento que define as potências europeias como “centro do mundo” é relativizado, sugerindo reconsiderar o papel dos outros continentes no desenrolar dos eventos que marcaram o século XX.

No entanto, para o autor, escrever, tendo como ponto de partida metodológico a História Global, não significa simplesmente conceder maior importância ao mundo extra europeu em relação com a historiografia tradicional, mas sim mudar de perspectiva, multiplicar e cruzar pontos de observação (TRAVERSO, 2012, p. 17). Embora essa seja a defesa do autor, ele mesmo encontra certa dificuldade de pô-la em prática, visto que a centralidade de sua investigação está circunscrita à Europa, com exceção de algumas poucas passagens em que aborda algum aspecto relativo aos Estados Unidos. Mesmo o cruzamento de pontos de observação, como sugeriu, continua seguindo uma lógica essencialmente europeia, o que se revela, de algum modo problemático, no tratamento de um tema tão global quanto a violência.

No que diz respeito ao que considera outra mudança significativa, defende que o fim da Guerra Fria permite um paralelo entre a mudança geopolítica e o que se esboça ao mesmo tempo na historiografia. Traverso refere-se, nesse momento, à reavaliação do acontecimento na escrita da história. No livro, questiona a perspectiva de continuidade, alertando para a importância de se recuperar as inflexões da história. Para ele, o século XX se revelou como a idade das rupturas repentinas, fulminantes e imprevisíveis. As tendências estruturais criam as premissas de bifurcações, crises, cataclismos históricos (guerras, revoluções, violência em massa), mas não predeterminam seu desenvolvimento ou fim. A turbulência da Europa em 1914, a Revolução Russa, a chegada de Hitler ao poder, o colapso da França em 1940, o colapso do “socialismo real” no outono de 1989 representam rupturas que mudaram o curso do mundo, mas cuja emergência não era inevitável (TRAVERSO, 2012, p. 17).

Esses questionamentos colocados pelo historiador são nítidos nos capítulos dedicados ao nazismo e à comparação dos genocídios, acontecimentos que, de acordo com suas proposições, condensam várias ordens de temporalidade. Se o caráter repentino da Shoah põe em questão os paradigmas da história estrutural; o extermínio nazista, como um ponto culminantemente paroxístico de um conjunto de tendências que remontam ao século XIX, exige uma abordagem fundamentada na análise de longa duração. Isso fez, consoante argumenta o autor, com que os investigadores fossem obrigados a renovar sua reflexão sobre a articulação das temporalidades históricas (TRAVERSO, 2012, p. 18).

Além do que já fora mencionado em relação às suas contribuições à Teoria da História, ou seja, a História Global e o retorno do acontecimento, a violência que atua como fio condutor das experiências históricas do século XX pode levar a historiografia a uma série de outros questionamentos. Entre eles, a implicação subjetiva do historiador, a localidade do discurso, o distanciamento entre o historiador e o objeto, e a intersecção entre história e memória.

No capítulo “Exilio e Violencia”, Traverso defende que uma história do pensamento crítico não pode ignorar a contribuição dos intelectuais exilados, pois eles são “sismógrafos sensibles” dos conflitos que atravessam o planeta (TRAVERSO, 2012, p. 237). Em 2004, já havia proposto algo semelhante sobre a contribuição dos exilados para a História do século XX. Na ocasião, salientou que um dia a história do século XX teria de ser relida por meio do prisma do exílio; do exílio social e político, mas também e, sobretudo, do intelectual (TRAVERSO, 2004, p. 05), tarefa à qual tem também se dedicado.

A posição de estrangeiros, de apátridas ou desarraigados resulta em um observatório privilegiado dos cataclismos que afetam o mundo. A distância, nesse entendimento, modifica as perspectivas, acentua ou neutraliza a empatia e o olhar crítico dos observadores. Em razão disso, o efeito do “estranhamento” pode revelar-se frutífero (TRAVERSO, 2012, p. 238), perspectiva explorada também por Carlo Ginzburg na obra “Olhos de madeira: nove reflexões sobre a distância”, em que propõe uma espécie de “hermenêutica da distância”.

A transformação de perspectiva gerada pela distância afeta a escrita da história, uma vez que modifica a própria concepção de história do autor. Ademais, faz com que ele reconheça a impossibilidade de desassociar a interpretação do passado de uma luta inscrita no presente, a partir da constatação de que “no hay historiador sin principio y sin visión del mundo” (TRAVERSO, 2012, p. 240).

Uma observação semelhante seria feita por Estevão Martins em um ensaio publicado em 2006 em que se dedicou a analisar o século XX. Martins aponta que tem-se no século XX três grandes veios de afirmação da elaboração teórica da história como ciência: 1) a primeira, até o início da década de 1930, que se dedica à legitimação da história diante do paradigma das ciências naturais experimentais; 2) a segunda, que vai da fundação dos Annales em 1929 aos anos 1960, que se imerge na pesquisa empírica, sem se embaraçar de considerações epistemológicas e 3) uma terceira, que nos interessa aqui, desde há cerca de meio século, que articula a fundamentação teórica com a realização prática, independente da filiação doutrinária eventual (MARTINS, 2006, p. 3). O itinerário da legitimação do conhecimento histórico em seu formato científico, defende Martins, é o desafio e a aventura da historiografia do século XX (MARTINS, 2006, p. 2).

Para Traverso, a concepção de história como um exercício puramente científico é questionável, já que a interpretação do passado acontece em relação com a condição social do historiador. Sobre esse tema, analisando a historiografia alemã, italiana e espanhola, o autor conclui que no exílio, por exemplo, “las fronteras entre el erudito y el militante se vuelven porosas” (TRAVERSO, 2012, p. 243). A consequência disso é que a condução da escrita da história como um “dever político” pode obstaculizar uma reconstrução mais profunda, bem como crítica do passado, embora seja capaz de revelar a maneira como as escolhas políticas e as experiências individuais dos historiadores interferem nas suas interpretações.

Por fim, Traverso propõe-se à recorrente e, ainda necessária, reflexão acerca dos pontos de convergência e divergência entre história e memória. A intersecção entre os dois conceitos se dá em razão de que tanto a memória como a escrita da história são modalidades de elaboração do passado. No entanto, não se tratam de conceitos iguais: a memória é um conjunto de recordações individuais e de representações coletivas do passado; enquanto que a história consiste em um discurso crítico do passado, uma reconstrução de acontecimentos passados tendente à exame contextual e à interpretação. As relações entre história e memória se tonaram mais complexas, às vezes difíceis, mas sua distinção nunca foi questionada, e seguem sendo uma conquista metodológica essencial nas ciências sociais (TRAVERSO, 2012, p. 282).

A dificuldade em separar história e memória caracteriza nossa época enquanto encruzilhada de diferentes temporalidades, lugar de olhos cruzados em direção a um “acontecido” vivo e arquivado ao mesmo tempo (TRAVERSO, 2012, p. 284). Além disso, caracteriza o historiador do tempo presente, que ora é testemunha, ora é investigador de um mesmo tempo. A escrita da história do século XX, reflete Traverso, é um exercício de “equilíbrio sobre uma corda suspendida entre estas duas temporalidades”. Por um lado, seus atores adquiriram, por sua qualidade de testemunhas, um status inquestionável de fonte para os investigadores; por outro, estes últimos trabalham sobre uma matéria que interroga constantemente suas vivências pessoais, questionando sua própria posição (TRAVERSO, 2012, p. 284).

Conclui o autor que, no cenário devastado que é o século XX em decorrência de guerras, totalitarismos e genocídios, a vítima passa a assumir a centralidade, dominando a nossa visão da história. Nessa reatualização de fontes, sujeitos e escritores, o passado e o futuro se cruzam, criando-se e reinventando-se se mutuamente. (TRAVERSO, 2012, p. 284).

Cabe-nos lembrar que é nesse mesmo século como defendeu Martins (2006, p. 2) “que se realiza a dupla afirmação do campo da história: 1) como capaz de produzir conhecimento confiável 2) porque dotou-se de um a sustentação teórica sólida”, em que pese o caráter mediado da experiência histórica. E ainda, é nele que vê-se crescer a “abordagem sistemática da historiográfica como objeto de pesquisa”. O século XX, na sua condição de campo de ruinas, provou-nos Traverso, é, sem dúvidas, produtor de conhecimento no âmbito da Teoria da História, e a violência um dos fios condutores possíveis (e recomendável) para compreensão dessa era devastada.

Referências

HOBSBAWM, Eric. Era dos extremos: o breve século XX. São Paulo: Cia das Letras, 1995.

FERREIRA, Jorge; REIS FILHO, Daniel Aarão; ZENHA, Celeste (orgs) O século XX. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 2000.

GINZBURG, Carlo. Olhos de madeira: nove reflexões sobre a distância. São Paulo: Companhia das Letras, 2001.

MARTINS, Estevão de Rezende. História e Teoria na Era dos Extremos. Revista de História e Estudos Culturais, vol III, ano III, n. 2, abril/maio/junho 2006.

TEIXEIRA DA SILVA, Francisco Carlos (org). O século sombrio. Rio de Janeiro: Campus, 2004.

TONY, Judt. Reflexões sobre um século esquecido 1901-2000. Rio de Janeiro: Objetiva, 2010.

TRAVERSO, Enzo. Cosmópolis figuras del exilio judeo-alemán. México: UNAM, 2004.

Thais Rosalina de Jesus Turial –Doutoranda pelo Programa de Pós-graduação em História da Universidade de Brasília (PPGHIS-UnB). Currículo Lattes: <http://lattes.cnpq.br/5421508661749527>. E-mail: [email protected].


TRAVERSO, Enzo. La história como campo de batalla: interpretar las violencias del siglo XX. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2012. Resenha de: TURIAL, Thais Rosalina de Jesus. A História é um campo de batalha. Em Perspectiva, Fortaleza, v.6, n.2, p.237-242, 2020. Acessar publicação original [IF].

 

A Global History of Convicts and Penal Colonies | Clare Anderson

La existencia de campos o centros de “reeducación” en la República Popular China viene siendo denunciado por la comunidad internacional. Millones de personas pertenecientes a la minoría étnica de los uigures, asentado sobre todo en la región de Sinkiang, han sido recluidos en estos campos en los últimos años.1 Sin embargo, el uso de colonias o campos de concentración es una práctica de muchos siglos. El traslado de grupos de personas (criminales, indeseables, vagabundos u opositores políticos) de una zona a otra con propósitos de educación, castigo, trabajo, colonización se ha desarrollado por todo el mundo. Leia Mais

El pueblo contra la democracia: por qué nuestra libertad está em peligro y cómo salvarla | Yascha Mounk

A onda de recessão democrática global gerou outra onda: a de livros teóricos sobre o tema, que surgiram aos montes em tempos recentes. Um desses é El pubelo contra la democracia, de Yascha Mounk, professor de Harvard. Yascha, como grande parte dos pesquisadores do Norte, prefere trabalhar com o conceito de populismo, evitando outras noções também em voga como fascismo, democratura e afins. Independente do rótulo utilizado, Yascha prossegue com a discussão que se tornou em voga: por que a democracia liberal passou a dar sinais de decadência após décadas de estabilidade?

Enquanto autores como Steven Levitsky e Daniel Ziblatt (2018, p. 33-34) preferiram focar sua obra, na fragilização das instituições através de um processo de autoritarismo gradual, Mounk direciona o seu livro para uma visão menos institucional e mais “popular”. Isto é, busca compreender menos os líderes por trás desses movimentos anti- democráticos, e mais a base que os sustentam: o povo, conforme até mesmo o título deixa claro. Para isso, se propõe a debater os motivos que levaram parte da população mundial a rejeitar a democracia, que, outrora com apoio majoritário, atualmente encontra-se, na melhor das hipóteses, desacreditada (MOUNK, 2018, p. 64).

A surpreendente vitória de Donald Trump em 2016 serviu para evidenciar um tumor no âmago da democracia liberal (MOUNK, 2018, p. 10): se a suposta democracia mais estável e poderosa do planeta pode eleger um demagogo, o que será das outras? Previsível, portanto, que essa eleição tenha acabado por impulsionar também a eleição de outros demagogos ao redor do planeta (MOUNK, 2018, p. 10). Apesar de suas idiossincrasias variáveis de nação para nação, todos esses “homens fortes” (MOUNK, 2018, p. 13) possuem características interseccionais entre si: os ataques à mídia livre; a perseguição à oposição; a existência de inimigos invisíveis, dentro e fora de seus países; e, mais notável, a simplicidade com que tratam a democracia, interpretando a realidade como crianças mimadas, se propondo a solucionar todos os problemas possíveis (apenas para suas seitas), mas sem propostas reais de como fazê-lo (MOUNK, 2018, p. 12-16). Mas o que leva as pessoas desejarem isso, almejarem trocar a estabilidade da democracia liberal por um movimento populista autoritário, quando não fascista?

Para Mounk (2018, p. 159) o primeiro motivo é pragmático: estagnação econômica. Crises e estagnações historicamente sempre favoreceram o surgimento ou ascensão de regimes autoritários, principalmente quando aliadas a altos índices de corrupção. A crise de 2008 e as medidas de austeridade que se seguiram a ela, adicionaram ainda mais caldo ao ressentimento criado pela estagnação. Na impossibilidade de prover a família ou de desfrutar do mesmo conforto que outrora possuíra, as pessoas direcionam o seu ressentimento e frustração para a política e para bodes expiatórios conforme a necessidade: alguém precisa ser culpabilizado pelo fracasso. No caso europeu e estadunidense, os imigrantes; no caso brasileiro, a corrupção e o fantasma invisível e onipresente de um comunismo inexistente.

Segundo Mounk (2018, p. 172), a segunda razão, principalmente na Europa e na América do Norte, é a imigração. A presença do alien, do desconhecido, o contato com novas culturas, principalmente em momentos de crise, é um ingrediente importante para o bolo do nacionalismo populista. Como efeito, Mounk também constata que homens são mais suscetíveis a sucumbir à hipnose populista pela perda de autoridade masculina conforme, nas últimas décadas, a tradição de poder é progressivamente questionada. Da mesma forma, o Partido Republicano, nos EUA, é particularmente forte entre os homens brancos, o maior eleitorado de Donald Trump, dado que sentem um esvaziamento de seu poder e se colocam, eles próprios, como vítimas (STANLEY, 2018, p. 98, 104-105). Assim, surgem narrativas que apontam mulheres independentes, negros, judeus, árabes, homossexuais, ou qualquer desviante da tradição, como responsáveis por um suposto declínio da nação.

O terceiro motivo, o grande diferencial dos populismos contemporâneos, é a ascensão da internet e das redes sociais como ferramenta de comunicação em massa (MOUNK, 2018, p. 152-153). Ao passo que fenômenos como a tão em voga fake news pouco têm de novo, as redes sociais ajudaram na disseminação da mentira, bem como na organização de grupos de ódio e na padronização dos pensamentos através de algoritmos. Se na realidade somos constantemente expostos ao outro, a uma alteridade forçada, na internet podemos facilmente nos fechar em pequenos grupos, repetindo mentiras até que se tornem verdades. Como Orwell (2009, p. 338) já mostrava, 2 + 2 passa a ser 5 se assim for conveniente, e quem mostrar que é 4 é obviamente um (insira aqui o rótulo do inimigo objetivo do movimento).

Foucault (1979, p. 77) já dizia que “as massas, no momento do fascismo desejam que alguns exerçam o poder, alguns que, no entanto, não se confundem com elas, visto que o poder se exercerá sobre elas […]; e, no entanto, elas desejam este poder, desejam que esse poder seja exercido.” Embora Mounk evite trabalhar com a ideia de fascismo, conforme já foi aventado, o conceito de populismo que desenvolve lida com a mesma ideia: a necessidade das pessoas, em um momento de frustração e desilusão com o establishment político, desejarem avidamente por um “homem forte”, pouco importando seu preparo para o cargo. A capa da edição espanhola, edição que aqui está sendo resenhada, um rebanho de ovelhas, ilustra justamente a submissão do homem-massa ao messias, ao líder.

O modus operandi desses populistas autoritários é padrão e já foi bastante relatado nos últimos anos: a classificação maniqueísta do mundo em uma oposição binária. Consequentemente, todos aqueles que não apoiam esses grupos, são automaticamente classificados como “malignos”. Os meios de comunicação, a oposição e as universidades são alvos preferenciais, e inimigos invisíveis aparecem por todos os lugares. Se há uma característica em comum, a despeito de todas as diferenças, entre esses grupos, essa é o conspiracionismo paranoico.

Um dos exemplos mais mencionados por Mounk (2018, p. 17) é a Hungria de Orbán, sugerida por politólogos após a queda da União Soviética como um dos antigos satélites com mais chances de consolidar uma democracia liberal. Mounk (2018, p. 18) aponta alguns dos pontos que indicavam que a democracia iria se tornar resiliente na Hungria: experiência democrática no passado; legado autoritário mais frágil do que os demais ex- satélites soviéticos; país fronteiriço com outras democracias estáveis; crescimento econômico; mídia, ONGs e universidades fortes. Trinta anos depois, verifica-se justamente o contrário: após anos gradualmente dissolvendo as instituições do país, aparelhando a corte, perseguindo jornalistas e acadêmicos, Viktor Orbán conseguiu, no escopo da crise do coronavírus, enorme poderes (O GLOBO, 2020) e poucos discordariam que a Hungria é, hoje, autoritária.

Outra força importante da obra de Mounk é ressaltar a diferença entre liberalismo e democracia, discussão pouco levantada por outros autores sobre a temática. Com a queda do Muro de Berlim, e o suposto fim da história, o homem se acostumou à falácia de que democracia e liberalismo são sinônimos, de que não há democracia sem liberdade individual, e que não há liberdade individual sem democracia. Viktor Orbán classifica o seu regime como uma “democracia iliberal”, nome orwelliano que, em última análise, sintetiza o seu autoritarismo e o de tantos outros atuais: uma ditadura velada, com uma democracia de fachada, inexistente na prática, com restrição de liberdades individuais e do livre-pensamento (MOUNK, 2018, p. 18). Um método eficiente de “democratura” desenvolvida pela escola Putin de governar.

Mounk divide essas “democraturas” em dois tipos: liberalismo antidemocrático e democracia iliberal. Em outras palavras, uma cisão na noção de democracia liberal, que se parte em duas. A primeira é caracterizada por um sistema fechado, que exclui a população, através do representativismo, da participação política, concentrando o poder nas mãos de uma elite oligárquica. Ou, como Robert Dahl (2005, p. 31) já havia apontado quase 50 anos atrás em Poliarquia, uma hegemonia ou uma semi-poliarquia, considerando que, para Dahl, somente um regime inclusivo e igualitário poderia ser classificado como poliarquia, isto é, o mais próximo possível de uma democracia, esta um ideal utópico a ser perseguido mas nunca alcançado. Entrementes, o liberalismo antidemocrático de Mounk, assim como a hegemonia ou semi-poliarquia de Dahl, é marcado pela concentração de poder e limitação da liberdade apenas para a elite, enquanto o restante da população é progressivamente excluído. O segundo sistema, a democracia iliberal, é uma consequência do primeiro. A população politicamente invisível acaba por ser presa fácil de movimentos populistas anti-democráticos, que supostamente visam subjugar o primeiro sistema, embora, muitas vezes, como ocorreu no Brasil de 2018, sejam parte dessa própria elite. Conforme aponta Jason Stanley (2018, p. 82), “a democracia não pode florescer em terreno envenenado pela desigualdade”. O povo é, assim, capturado pelo discurso do “homem forte”, que retomará o país aos tempos de glória, não importando se a morte da democracia real é uma consequência inevitável desse processo. Soma-se a isso a diminuição da representatividade na democracia representativa. Embora, por sua própria definição, a democracia representativa implica em certo afastamento do povo em relação ao político, dado que o primeiro fica, em grande parte, impossibilitado de tomar decisões diretas, há uma ascensão no sentimento desse afastamento. Isto é, a democracia está supostamente cada vez menos representativa, e os políticos profissionais progressivamente mais afastados da opinião popular (MOUNK, 2018, p. 64).

Talvez o maior defeito da obra de Mounk – um defeito que não é exclusivo seu, mas sim de grande parte dos livros sobre movimentos anti-democráticos contemporâneos -, é vender suas ideias como se fossem novidades, quando Robert Dahl, meio século atrás, já apontava as mesmas questões com nomenclaturas distintas, ressaltando ainda a importância de perceber que a democracia plena é impossível e utópica. Tanto mais, a insistência de Mounk com o rótulo de populismo autoritário recusa, possivelmente para evitar utilizar um termo tão desgastado, a ideia de que parte desses movimentos anti-democráticos sejam de fato movimentos fascistas. Entretanto, se por um lado é realmente necessário evitar elasticizar o conceito de fascismo para não englobar tudo, por outro somente com malabarismo intelectual é possível classificar um Jair Bolsonaro, para usar um exemplo de nosso país, como apenas um “populista de extrema-direita, ultraconservador e nacionalista”. Mesmo porque um populista de extrema-direita, ultraconservador e nacionalista é justamente um fascista.

Referências

DAHL, Robert. Poliarquia: participação e oposição. São Paulo: Editora da Universidade de São Paulo, 2005.

FOUCAULT, Michel. Microfísica do poder. Rio de Janeiro: Edições Graal, 1979.

O GLOBO. Parlamento da Hungria aprova lei de emergência que dá a Orbán poderes quase ilimitados. O Globo, Rio de Janeiro, 01 abr. 2020. Disponível em: https://oglobo.globo.com/mundo/parlamento-da-hungria-aprova-lei-de-emergencia-que-da-orban-poderes-quase-ilimitados-24338118 . Acesso em: 15 ago. 2020.

ORWELL, George. 1984. São Paulo: Companhia das Letras, 2009.

LEVITSKY, Steven; ZIBLATT, Daniel. Como as democracias morrem. Rio de Janeiro: Zahar, 2018.

MOUNK, Yascha. El pueblo contra la democracia: por qué nuestra libertad está em peligro y cómo salvarla. Espasa Libros: Barcelona, 2018.

STANLEY, Jason. Como funciona o fascismo: a política do “nós” e “eles”. Porto Alegre: L&PM, 2018.

Sergio Schargel – Mestrando em Literatura, Cultura e Contemporaneidade pela PUC-Rio, mestrando em Ciência Política pela UNIRIO. Bolsista CNPq. E-mail: [email protected]


MOUNK, Yascha. El pueblo contra la democracia: por qué nuestra libertad está em peligro y cómo salvarla. Barcelona: Espasa Libros, 2018. Resenha de: SCHARGEL, Sergio. Velhas ideias sob novas roupagens. Albuquerque – Revista de História. Campo Grande, v. 12, n. 24, p. 220-224, jul./dez., 2020.

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Global Citizenship Education and Teacher Education. Theoretical and practical issues | Daniel Schugurensky, Charl Wolhunter

El concepto de educación para la ciudadanía es tremendamente complejo, más si le añadimos el término ‘global’. Por este motivo, hablar de educación para la ciudadanía global (ECG) no basta para para situar al lector -ya sea estudiante, docente o académico- puesto que hay múltiples ideas e interpretaciones de lo que EGC significa. Las personas y los estados lo interpretan o lo enfocan de formas diferentes, ya sea por motivos epistemológicos, históricos, culturales, ideológicos o económicos. El libro reseñado aborda esta complejidad desde la perspectiva de la formación del profesorado, un debate que se hace necesario en los procesos de transformación educativa y social, puesto que sabemos que los cambios suelen darse a través de la formación inicial, en un proceso lento pero que puede conseguir resultados que realmente supongan un avance cultural y educativo significativo. Leia Mais

A cruel pedagogia do vírus | Boaventura de Sousa Santos

Diante das incertezas, avanços e recuos no enfrentamento ao novo coronavírus no mundo, Boaventura de Sousa Santos elabora o livro publicado em 2020, intitulado “A cruel pedagogia do vírus”. Trata-se de um livro com poucas páginas para ler, com uma escrita simples e de fácil compreensão, onde o autor, em 32 páginas, apresenta suas opiniões sobre os ensinamentos que decorrem da pandemia do coronavírus, assim como da adaptação da sociedade diante da doença e de quem está em melhores condições para seguir as medidas de prevenção e recomendações da OMS perante a pandemia. No final da obra, o autor se permite, igualmente, a pensar o “futuro” que se apresenta vestido de uma utopia que ele chama “normalidade”.

No trabalho em questão, Boaventura de Sousa Santos não se esgota, uma vez que apresenta as entrelinhas, faz questionamentos e permite ao leitor a desenhar possíveis cenários diante da realidade que se vive atualmente. Partindo dessa premissa e da experiência vivida desde a declaração da pandemia e das distintas experiências da quarentena, “A cruel pedagogia do vírus” é uma proposta realista e hostil, uma vez que o vírus diante de vicissitudes cruéis e até fatais vai permitindo aos sobreviventes a compreender o mundo em que vivem e a pensar no tipo de sociedade que pretendem. Leia Mais

Desarrollo non sancto: la religión como actor emergente en el debate global sobre el futuro del planeta | Adrián E. Beling, Julien Vanhulst

La presente es una reseña del libro titulado “Desarrollo Non Sancto: la religión como actor emergente en el debate global sobre el futuro del planeta” coordinado por Adrián E. Beling y Julien Vanhulst. Esta obra fue editada en la Ciudad de México por Siglo XXI en el año 2019 y tuvimos el agrado de participar en su presentación en la ciudad de Mendoza y compartir con uno de los coordinadores. Leia Mais

Ideias para adiar o fim do mundo / Ailton Krenak

KRENAK Ailton Global Labour
KRENAK A Ideias para adiar o fim do Mundo Global LabourAilton Krenak / Foto: Fondation Cartier  /

O livro de Ailton Krenak, estruturado em três capítulos referente a palestras e adaptação de uma entrevista realizada em Lisboa – Portugal, configura-se enquanto uma excelente ferramenta de auxílio para o questionamento do desenvolvimento moderno e a sua humanidade. O autor indígena, oriundo do povo Krenak que se territorializou na região do Vale do Rio Doce, além de produtor gráfico e jornalista dedicou-se ao ativismo do movimento socioambiental e dos direitos dos povos indígenas, sendo lembrado muitas vezes pelo seu discurso proferido na Assembleia Constituinte de 1987, aonde, protestando pintou seu rosto com tinta de jenipapo como expressão do luto ao massacre dos povos indígenas legitimado pelo retrocesso dos direitos das comunidades tradicionais.

Seu livro “Ideias para adiar o fim do mundo” objetiva realizar uma discussão sobre os impactos das ações que imprimimos no planeta terra orientados pela cosmovisão de que somos seres separados da natureza, retroalimentando uma autodestruição, que não é compreendida pela ideia de humanidade construída pela modernidade eurocêntrica. Sendo assim, os povos tradicionais, compreendidos como sub-humanos pela modernidade, são compreendidos pelo autor como uma alternativa a lógica de autodestruição e exploração excessiva da natureza. Leia Mais

Sobre a tirania: vinte lições do século XX para o presente / Timothy Snyder

No pensamento político moderno, coube a Nicolau Maquiavel expor a importância de compreender a natureza da tirania. O pensador florentino desferiu suas argutas críticas ao príncipe bárbaro, inimigo das artes, destruidor das religiões, inimigo das letras e da virtù. Nesta análise, Maquiavel prorrompeu seu julgamento ao qualificar o tirano numa espécie de licencioso, oposto ao homem político, em que a virtù opera nele práticas violentas, mas ele não se deixa cegar pelo poder ao ponto de perder de vista a glória e o reconhecimento dos homens. Não me parece distante pensar nas questões da tirania contemporânea aos problemas diagnosticados pelo autor de O príncipe.

Daí a importância da reflexão do historiador Timothy David Snyder, a respeito da tirania no século XX como lição para o presente. Assim, pensar o impacto histórico dos regimes tirânicos ao longo do último século, tornou-se um ato ético, pois os inúmeros revisionismos historiográficos dos regimes de exceção, sinalizam para a urgência inequívoca deste objeto de estudo. Inclusive ao pensar “o longo século XX”, que inaugurou aquilo que Walter Benjamin denominou de “estado de exceção” permanente. E que também, Hannah Arendt ao tratar dos totalitarismos, vinculou as violações aos direitos humanos enquanto instrumentos de violência onipresentes; estes totalitarismos também foram utilizados, com frequência e insistência, na modernidade nas irrupções das guerras mundiais e revoluções (ARENDT, 2013, P. 11-13). Aqui seria oportuno pensar e atualizar as sincronias inferida por Arendt no prefácio do livro Origens do Totalitarismo (1950), em que denominou de “otimismo temerário” e, também, no “desespero temerário, os seus sentimentos políticos do mundo pós totalitarismo. Leia Mais

The Red International of Labour Unions (RILU) 1920-1937 | Reiner Tosstorff

Así como la Internacional Comunista encontró su historiador en Pierre Broué, el autor de Histoire de l’Internationale communiste, 1919-1943 (Paris: Fayard, 1997, 1.120 páginas), la Internacional Sindical Roja, comúnmente conocida como Profintern, otra institución creada por los bolcheviques para organizar a la clase trabajadora en pos de la revolución socialista mundial, encontró a su historiador en Reiner Tosstorff, quien conscientemente sigue los pasos de Broué. Desgraciadamente ninguno de los dos libros ha sido traducido al español (Sundermann editó una versión portuguesa en dos tomos de la obra de Broué), pero al menos la obra de Tosstorff Profintern: Die rote Gewerkschaftsinternationale 1920- 1937 ha sido traducido al inglés por Ben Fowkes. Los primeros capítulos del libro de Tosstorff tratan del predecesor de la Profintern, el Consejo Sindical Internacional o International Trade Union Council (ITUC), que existió desde 1920 hasta 1921, así como de los esfuerzos de los bolcheviques para atraer a los sindicalistas a la causa comunista a través de una organización internacional de sindicalistas revolucionarios. Esto incluye un análisis, basado en las fuentes originales (la bibliografía abarca trabajos en ruso, alemán, francés, inglés, español, catalán, portugués, italiano y holandés), de todas las principales organizaciones sindicalistas, tales como los Industrial Workers of the World en los Estados Unidos, el movimiento de los Shop Stewards en Gran Bretaña y la Confederación Nacional del Trabajo en España, y de su relación con el gobierno soviético temprano. Los debates con los sindicalistas se centraron en si las tendencias revolucionarias dentro de los sindicatos debían estar subordinadas o no a la autoridad de la Internacional Comunista y de los partidos comunistas, y si debían separarse de los sindicatos burocratizados para formar sindicatos revolucionarios o adoptar la táctica de formar fracciones comunistas dentro de ellos. La segunda, conocida como la “táctica de las células”, fue la política prescrita por la Profintern a la organizaciones que lo integraban. En este contexto, Tosstorff también describe la lucha de los revolucionarios contra la burocracia sindical organizada en torno a la Federación Internacional de Sindicatos o International Federation of Trade Unions (IFTU) con sede en Ámsterdam, llevada a cabo bajo el lema “Ámsterdam o Moscú”. Tosstorff muestra cómo la Profintern fue capaz avanzar en los países coloniales y semicoloniales que la burocracia sindical agrupada alrededor de la IFTU, con sede en los países imperialistas, había ignorado en gran medida. Esto es seguido por una descripción detallada del congreso fundacional de la Internacional Sindical Roja, que tuvo lugar en Moscú en julio de 1921, para que coincidiera con la celebración del tercer congreso de la Internacional Comunista. En el proceso, comenzó a cristalizarse un liderazgo en la Profintern centrado en la figura del sindicalista ruso Solomon Lozovsky, a pesar del hecho de que éste había tenido una relación difícil con los bolcheviques antes y después de que tomaran el poder en 1917. El congreso fundador de la Profintern dio como resultado el establecimiento de un Consejo Central, de Comités Internacionales de Propaganda y de medios de prensa tales como su órgano central, una revista mensual publicada en cuatro idiomas llamada Die Rote Gewerkschaftsinternationale (español: La Internacional sindical roja: Revista mensual). Tosstorff luego describe el período que va desde el primer hasta el segundo congreso de la Profintern, celebrado en Moscú en noviembre de 1922, coincidentemente con el cuarto congreso de la Internacional Comunista. Poco después, los sindicalistas establecieron su propia organización internacional en Berlín, conocida como la Asociación Internacional de Trabajadores (International Workers’ Association, IWA). La mayoría de las organizaciones sindicalistas, como los Industrial Workers of the World estadounidenses y la CNT española, se separaron de la Profintern, aunque la mayoría de ellas experimentaron escisiones que contribuyeron al desarrollo de los partidos comunistas nacionales, especialmente en Francia, donde la división condujo a la formación de la Confédération générale du travail unitaire, o CGTU. Incluso en aquellos casos en que la mayoría de los militantes permanecieron en la antigua organización, las escisiones sindicales proporcionaron a la Profintern y a los partidos comunistas líderes prominentes, tales como Andreu Nin en España (Cataluña) y Bill Haywood en los Estados Unidos. El libro dedica un capítulo especial al papel de la Profintern en la crisis del Ruhr de 1923 y al fallido “octubre alemán” de ese año, que marcó el fin de las esperanzas de extender la revolución a Europa occidental y proporcionó el contexto internacional necesario para el surgimiento de Stalin y su teoría del “socialismo en un solo país”. La lucha interna que estalló en el Partido Comunista Ruso a fines de 1923 entre Trotsky y la “troika” Zinoviev-Kamenev-Stalin se extendió a la Internacional Comunista y a la Profintern e impartió a sus actividades, que se subordinaron cada vez más a las necesidades de la política exterior soviética, un carácter cada vez más errático. El siguiente capítulo del libro de Tosstorff trata, por lo tanto, del quinto congreso de la Internacional Comunista, que tuvo lugar en coincidencia con el tercer Congreso de la Profintern, en julio de 1924. Todo este período estuvo dominado por un acercamiento de la Profintern a la burocracia sindical de la IFTU y particularmente por la experiencia del Comité anglo-ruso, formado en abril de 1925 por iniciativa de los dirigentes de los sindicatos rusos durante la conferencia sindical anglo-soviética que tuvo lugar en Londres. Esta experiencia terminó desastrosamente después de la traición de la huelga general en el Reino Unido en mayo de 1926, que paralizó al país durante nueve días, por la burocracia del Congreso de Sindicatos o Trades Union Congress (TUC). El siguiente capítulo está dedicado a un análisis de la política adoptada por la Profintern durante el período ultraizquierdista de la Internacional Comunista, de 1928 y 1934, en el contexto de la colectivización forzosa en la URSS. Esta política, conocida como el “tercer período” o ” social-fascismo” (porque los partidos socialdemócratas fueron identificados como una variedad de fascismo) se caracterizó por la defensa de una política de escisiones en los sindicatos y por la formación de sindicatos “rojos”, que en la práctica estaban conformados solamente por miembros de los partidos comunistas y sus simpatizantes. En este marco tuvo lugar el quinto y último congreso de la Profintern en agosto de 1930. Después de la adopción de la política del frente popular en 1934-35, la organización perduró casi inadvertida durante tres años, hasta que fue disuelta el 17 de diciembre de 1937 (lo mismo sucedió con la Internacional Comunista en 1943). A su ex-líder Lozovsky se le permitió vivir otros quince años, hasta que finalmente fue ejecutado por orden de Stalin el 12 de agosto de 1952. Como en el caso de la Internacional Comunista, también al estudiar la Profintern es fundamental no tirar al bebé revolucionario con el agua de la bañera estalinista. Ambas organizaciones encarnaron las luchas de millones de hombres y mujeres trabajadoras en todo el mundo, y de sus experiencias se pueden aprender lecciones valiosas. Tosstorff ha hecho una contribución fundamental a esta tarea con esta obra maestra de erudición histórica y análisis político. Leia Mais

The Cultural Revolution of the Nineteenth Century: Theatre – the Book-Trade and Reading in the Transatlantic World. I. B. | Márcia Abreu e Ana Cláudia S. Silva

É recorrente a ideia, trazida especialmente pelos clássicos estudos sociológicos, de que a intensa conexão entre as nações ocorreu devido aos avanços técnicos e informacionais desenvolvidos durante o século XX, sobretudo em seu último quartel. Graças à rede mundial de computadores, os fluxos de deslocamentos de pessoas e a comunicação online favorecem a troca de informações e conhecimentos entre os vários países do globo, além de promover a ampliação das fronteiras no campo econômico e despertar novas modalidades de conflitos políticos. E se parte desses processos de fluxos mundiais já estivessem – para usar uma metáfora da época – a pleno vapor no século 19? Foi com base em indagações como essa que Márcia Abreu (Universidade Estadual de Campinas) e Ana Cláudia Suriani (University College London) organizaram The Cultural Revolution of the Nineteenth Century: Theatre, the Book-Trade and Reading in the Transatlantic World. Sua ideia central é que ao longo do século XIX havia fortes indícios da formação de uma “Aldeia Global” como conhecemos hoje.

Segundo o argumento geral do livro, as decisivas transformações socioculturais do Oitocentos puderam correr o mundo graças às Revoluções Atlânticas do final do século XVIII, ao crescimento demográfico sem precedentes na história humana e ao avanço tecnológico visível nas chamadas linhas de conexão (estradas de ferro, navios a vapor, cabos telegráficos). O encurtamento da distância e o maior contingente populacional aceleraram a circulação de símbolos e ideais culturais, entre eles o dos impressos. Circulando com muito maior liberdade e alcance através do Atlântico, jornais, livros, magazines, circulares, panfletos e folhas volantes se tornaram mercadorias internacionais e vetores das trocas culturais entre as nações. No século XIX era possível a manutenção do que, hoje, intitula-se globalização cultural.

The Cultural Revolution é resultado do projeto temático “A circulação transatlântica de impressos: a globalização da cultura no século XIX”, que reúne uma série de pesquisas, inseridas no campo da micro-história, que pretendem compreender a “revolução cultural silenciosa”, para utilizar a noção de Jean-Yves Mollier (Université Saint-Quentin Yvelines). O objetivo do grupo foi o de analisar os impressos e a circulação de ideias entre Brasil e demais países da Europa entre 1789 e 1914, intervalo inspirado no clássico de Eric Hobsbawm, A Era dos Impérios. Com características transnacionais, The Cultural Revolution reúne trabalhos de cientistas nacionais e estrangeiros de diversas áreas como a história, a sociologia, a antropologia e a literatura. Tal ponto denota a intenção de interdisciplinarizar as Ciências Humanas, passo fundamental para responder à questão que motivou a pesquisa: como se deram as transferências culturais entre a Europa e a América do Sul no século 19?

O livro possui quatro partes, e a primeira delas, Methodology Issues, como o próprio nome indica, consiste em analisar as questões metodológicas. Os três capítulos dessa parte tratam da análise dos agentes, do suporte, da materialidade e dos textos a partir das perspectivas da história do livro, ou da imprensa periódica, e da história da leitura. O primeiro capítulo, de Roger Chartier (École des Hautes Études en Sciences Sociales), analisa simultaneamente o texto para publicação e a fabricação do livro, dado que os escritos estariam sujeitos a mudanças de acordo com a produção editorial. “What is at stake here is not only the production of the book, but of the text itself in its material and graphic forms” (p. 17). Tal noção já se encontra em trabalhos anteriores do autor. Entretanto, a questão amplia-se agora às mercadorias ideológicas transnacionais, uma vez que é possível abordar como ocorreram as apropriações de livros e impressos confeccionados em determinado espaço e adaptadas para outra realidade.

No segundo capítulo, Jean-Yves Mollier (Université de Versailles Saint-Quentin-en-Yvelines) preocupa-se com a história da formação da casa editorial e da profissionalização do editor, analisados segundo aspectos socioeconômicos, ideológicos e políticos. Além da construção cultural dos objetos, Mollier considera o aspecto material e lucrativo da elaboração dos impressos. Esse espaço de produção e concorrência gerou o início da profissionalização do editor, que, não apenas empenhado em disseminar a cultura, também almejou a obtenção de lucros quando adequou conteúdos, fossem textos ou gravuras, para livros e outros suportes impressos, a fim de fazer circular as obras dentro de um espaço transnacional.

Após abordagens sobre o livro, a leitura e o editor, encontra-se o trabalho de Tania Regina de Luca (Universidade Estadual Paulista). A autora debruçou-se sobre o gênero impresso periódico, principalmente jornais e revistas. O texto abordou dois aspectos do fazer historiográfico em torno dessas publicações. O primeiro disserta sobre o universo mais amplo do uso de documentos para a pesquisa histórica que surgiu, sobretudo, com a renovação teórica e metodológica. O segundo ocupa-se com a metodologia aplicada ao estudo da imprensa, em particular a revista, como forma de analisar os problemas históricos de uma época que vão além das transferências culturais.

Com a primeira parte dedicada ao tratamento metodológico dos livros, editores e periódicos, as demais partes de The Cultural Revolution discorrem sobre os três seguimentos inseridos em contextos históricos específicos. A segunda, intitulada “Editing, selling and reading books between Europe and Brazil”, aborda pesquisas em torno de suportes de impressos, livros e periódicos, com foco nas casas editoriais e “editores” em formação.

À luz da abordagem de Mollier, João Luís Lisboa (Universidade Nova de Lisboa) tratou da profissionalização do editor em Portugal. Se num primeiro momento a elaboração de impressos tinha o intuito de informar sobre a política ou disseminar entretenimento, a partir da segunda metade do século 19 iniciou-se o processo de vulgarização de conteúdos variados, principalmente por meio de revistas. Tal mudança necessitou de maior demanda de trabalho e maior agilidade, o que ocasionou o início da profissão de editor na virada para o século XX. Por sua vez, Lúcia Granja (Universidade Estadual Paulista) versou sobre a expansão do mercado livreiro e do desenvolvimento da impressão de livros no Brasil do Oitocentos. Assim como Lisboa, Granja também observou com atenção os agentes em torno do comércio de livros e suas vinculações políticas com os episódios do país. Sua análise destaca Baptiste-Louis Garnier (1823-1893), elo crucial na corrente de circulação de impressos entre Europa e América do Sul. A segunda parte da obra encerra-se com o artigo de Claudie Ponciani (Université Sorbonne Nouvelle), dedicado à figura do engenheiro francês Louis-Léger Vauthier (1815-1901). Vauthier fora pela reforma infraestrutural de Pernambuco, além de vendedor de livros franceses sobre questões técnicas de engenharia e sobre ideais do “socialismo romântico”. O texto inseriu Vauthier na legenda passeur (mediador), noção discutida por Michel de Espagne, que também trouxe à tona a problemática das transferências culturais. Atualmente, a noção de mediação tem sido trabalhada pela historiadora Diana Cooper-Richet, integrante do projeto Transfopress que visa à análise de periódicos em língua estrangeira publicados na França.

Com o título “Cultural exchanges through periodicals”, a terceira parte do livro dedica-se à investigação dos periódicos pela perspectiva das trocas culturais. Eliana de Freitas Dutra (Universidade Federal de Minas Gerais) analisou, sob o ponto de vista da materialidade, como sugere Tania de Luca, a Revue des Deux Mondes (1829-), editada na Cidade Luz e, a título de curiosidade, a preferida de D. Pedro II. Recortando sua análise entre os anos 1870 e 1930, a autora observou o aumento de colaboradores e uma maior discussão sobre diversos países. Na época, o Brasil figurou em várias páginas como alvo de debates que o exibiam como país não desenvolvido por possuir natureza tropical abundante. Os textos de Ana Claudia Suriani da Silva, bem como de Adelaide Machado (Universidade Nova de Lisboa) e Júlio Rodrigues da Silva (Universidade Nova de Lisboa), tomaram os periódicos como fonte de pesquisa. Suriani trabalhou com a moda francesa difundida por impressos franceses e pelos brasileiros Correio das ModasNovo Correio das Modas e A Estação; e Adelaide Machado e Júlio Silva, com problemáticas mais amplas resultantes da integração cultural, como a imigração entre Brasil e Portugal, ponto discutido nas folhas ilustradas Jornal do Brasil (1897-8) e Portugal-Brasil (1899-1914), ambos de Lisboa.

A quarta e última parte do livro, “Plays and novel between Europe and Brazil”, volta-se para a análise ideológica dos teatros e romances modernos, difundidos no século XIX pelos autores ingleses Ann Radcliffe (1767-1823) e Sir Walter Scott (1771-1832). Com o objetivo de comparar e intersectar os diversos interesses de leitores do Brasil, França e Portugal, Márcia Abreu analisou trabalhos de ficção que circularam entre o Rio de Janeiro e Paris. Daniel Melo (Universidade Nova de Lisboa) também se debruçou sobre o gosto dos novos públicos-leitores brasileiro e português, porém com o intuito de examinar o desenvolvimento da leitura em distintos grupos sociais. Por fim, dois artigos examinaram a difusão da produção teatral francesa (tanto a dramática como a lírica). Jean-Claude Yon (Université de Versailles Saint-Quentin-en-Yvelines) abordou a disseminação dos espetáculos em diversos espaços nacionais ao longo do século XIX, a fim de demonstrar o apogeu do teatro francês no início do século e o seu declínio no desfecho do Oitocentos. Orna Messer Levin (Universidade Estadual de Campinas) associou as peças teatrais no Brasil aos impressos periódicos com a finalidade de demonstrar que ambos revelaram a predominância da cultura francesa no país. Levin ainda chamou a atenção para a produção de outras nacionalidades em convívio com a francesa, pois, apesar da hegemonia da língua de Voltaire, a competitividade teria aberto espaço para a expansão do mercado e a profissionalização de editores e de profissionais do teatro no início do século XX.

Ao abordar a circulação de objetos e ideias através de um mercado em expansão entre o Brasil e a Europa, a obra The Cultural Revolution of the Nineteenth Century evidenciou encontros culturais transatlânticos de primeira grandeza. Do ponto de vista da escrita da história, o livro é um contraponto à historiografia nacionalista-desenvolvimentista que suprimiu documentos e fontes de origem estrangeira em detrimento de produções vernaculares. Graças à história do livro e da leitura, em consonância com a história cultural, os historiadores e outros estudiosos das Ciências Sociais vêm demonstrando que a flexibilização das fronteiras nacionais é muito mais antiga do que se pensa. A “Aldeia Global” de hoje teve suas próprias formas de existir antes da internet, seus bits e bytes.

Referência

ABREU, Márcia; SILVA, Ana Cláudia Suriani. The Cultural Revolution of the Nineteenth Century: Theatre, the Book-Trade and Reading in the Transatlantic World. I. B. Tauris: London, New York, 2016.

Helen de Oliveira Silva – Universidade Estadual de São Paulo (UNESP). Assis – São Paulo – Brasil. Graduada em História e Mestranda no Programa de Pós-Graduação em História da Universidade Estadual Paulista (Unesp), Campus de Assis. Bolsista Fapesp, processo nº 2017-20828-4. E-mail: [email protected]


ABREU, Márcia; SILVA, Ana Cláudia Suriani. The Cultural Revolution of the Nineteenth Century: Theatre, the Book-Trade and Reading in the Transatlantic World. I. B. London, New York: Tauris, 2016. Resenha de: SILVA, Helen de Oliveira. Entre Brasil e Europa: a Revolução Cultural do século XIX. Almanack, Guarulhos, n.21, p. 617-622, jan./abr., 2019. Acessar publicação original [DR]

What Is Sexual History? | J. Weeks

In 1974, when I announced to my faculty adviser that I intended to do a dissertation on some aspect of the history of homosexuality, the decision represented an act of faith on my part. At that point, there was no “gay history,” the phrase I would have then used among my peers. The year before, I had met Jonathan Ned Katz, who, together with me and a few others in New York, founded the Gay Academic Union as an effort to bring researchers of various sorts together to explore how our skills could be used to support the gay liberation movement. Katz had already written a play, Coming Out!, whose script was drawn entirely from documents he had discovered related to the history of homosexuality in the United States. He was continuing to pursue that research, and it would culminate in the massive documentary collection, Gay American History, that he published in 1976.1 Gay American History was a groundbreaking—indeed, revolutionary—piece of work. But, to me, still in the early stages of dissertation research, documents that stretched across 350 years of history on a broad range of topics— law, culture, science, social life, and more—did not necessarily demonstrate the feasibility of writing the kind of tightly knit, focused monograph that a history department expected from a graduate student. Leia Mais

Teoria social: um guia para entender a sociedade contemporânea / William Outhwaite

Willian Outwaite atuou, por 34 anos, como professor de sociologia, coordenador do Programa de Pensamento Político e diretor do Centro de Teoria e Crítica Social na Universidade de Sussex. Autor de extensa obra sobre teoria social, é professor emérito de sociologia na Universidade de Newcastle, desde 2015.

Com o intuito de apresentar uma síntese da teoria social e o quanto essa ciência pode contribuir para a compreensão das grandes questões do mundo contemporâneo, a obra resenhada divide-se em oito capítulos. No primeiro, intitulado Origens, o autor promove uma reflexão sobre as origens das desigualdades sociais e os ideais, tão presentes hoje, que levaram às revoluções. Em Capitalismo, retoma o pensamento de Marx e Engels para analisar essa controversa forma social e econômica que, na atualidade, molda a vida da maior parte dos seres humanos. Em Sociedade, Outhwaite, objetivando examinar o desenvolvimento das sociedades – das formas simples às modernas – recorre a Herbert Spencer e Émile Durkheim. No quarto capítulo, Origens do capitalismo e teorias da ação social, o autor focaliza as precondições e consequências culturais do capitalismo.

Para introduzir o quinto capítulo e responder à pergunta “Como a sociedade é possível?”, o autor recupera o pensamento de Georg Simmel, cujo interesse por fenômenos culturais inspirou e inspira trabalhos em sociologia sobre a teoria “pós-moderna”. Em A descoberta do inconsciente, Outhwaite discorre sobre como a análise da psique de Freud moldou a compreensão da realidade, delineando as implicações desses estudos na cultura contemporânea. No capítulo Teoria social e política, a maneira pela qual alguns teóricos sociais tentaram explicar a política moderna recebe destaque. Por fim, em Questão pendente, temas relevantes na contemporaneidade que, até pouco tempo, eram negligenciados na teoria social são abordados, tais como gênero, relações internacionais e guerra, raça, colonialismo e crise ambiental.

O primeiro capítulo, concentra-se nas questões propostas por Rousseau e Montesquieu, no século XVIII, sobre a origem das desigualdades nas sociedades e a distinção entre moral e crítica social. Recorrendo a exemplos, o autor ilustra como esses temas permearam debates posteriores. Estabelece, desse modo, um paralelo entre as relações de poder, a histórica e crescente desigualdade social e, em se tratando de desigualdade natural, como nas sociedades capitalistas os olhares se voltaram à equidade. Nesse sentido, ressalta-se como as críticas de Rousseau ao excesso e ao luxo ou, nas palavras desse filósofo do iluminismo, a distinção entre a vontade conectada ao bem público e a vontade relacionada aos interesses individuais é extremamente relevante para a compreensão da política moderna.

Ainda sobre a política moderna, o autor retoma o pensamento de Montesquieu que, em O espírito das leis (1748), enfatiza a necessidade de um legislador, tanto quanto um arquiteto, conhecer bem o terreno antes de elaborar projetos, visto que o terreno pode não suportar o peso do que foi planejado. Em outras palavras, regimes políticos encontrarão solo seguro quando adequados à sociedade, não impostos. A aguda percepção de Montesquieu acerca da interação entre eventos acidentais e causas estruturais de longo prazo é, portanto, um bom ponto de partida para estudos que tem por fim compreender a relação entre o papel dos indivíduos e as estruturas mais amplas da história.

O autor finaliza este capítulo retomando a ideia de Montesquieu acerca do “espírito geral” e sinalizando como a mesma, além de encontrar eco no que Durkheim chamou de “consciência coletiva”, se mostra nuclear nos dias atuais para analisar-se as desigualdades, a democracia e os perigos do conformismo ou, numa expressão de Tocqueville, da tirania de uma maioria.

No segundo capítulo, Outhwaite, promove uma incursão na obra de Marx e Engels. De acordo com esse professor de sociologia, as análises realizadas por esses dois teóricos germânicos sobre os antagonismos das classes e as formas de produção são, até hoje, a forma mais consiste para pensar-se a estrutura social e econômica vigente na maior parte do globo terrestre: o capitalismo.

Começando com conceitos presentes em O capital (1867), é-se apresentado ao que Marx chamou de “valor de uso”, valor de troca”, “fator sensação”, “equivalente universal” e “mais valia”. Outhwaite assinala que a exploração do trabalho assalariado é tão intrínseca ao processo capitalista quanto os conflitos entre os que detêm os meios de produção e os que dispõe da força de trabalho. Lembrando que o lucro decorre do fato dos trabalhadores receberem em seus salários um valor bem distante do equivalente à produção por eles realizada, e os conflitos, por sua vez, resultam desse valor recebido mal suprir as necessidades de sobrevivência de quem detém a força de trabalho.

Ainda na atualidade, a ideia de receber o “valor total de seu trabalho” permanece tão incompatível com a manutenção do sistema capitalista que, em 1995, Tony Blair retirou do verso das carteiras dos trabalhadores a famosa clausula quatro do estatuto do Partido Trabalhista, que reconhecia como justo “Assegurar aos trabalhadores braçais ou intelectuais os plenos frutos de sua indústria e a mais equitativa distribuição possível deles, com base na propriedade comum dos meios de produção, distribuição e troca” (OUTHWAITE, 2017, p. 31).

Outra questão que merece destaque é a crítica de Marx à religião, por promover reflexões sobre a estreita relação entre os antagonismos de classes nas sociedades modernas e as ideologias. Para Marx, a insatisfação com as condições políticas e sociais levava o povo a refugiar-se nas ilusões da religião. Sob esse prisma, ao puxar o fio da religião, desmancham-se as bases que legitimam ideologicamente as desigualdades e a exploração.

Antes de encerrar o segundo capítulo, a autor ressalta como pode-se observar, no pensamento de Marx e Engels, a importância de uma relação harmônica entre seres humanos e, indubitavelmente, como essa necessidade de harmonia deve ser estendida a toda a natureza. Esses elementos abrem espaço para argumentar-se que a obra desses dois teóricos da filosofia e da sociologia, implicitamente, oferece bases para reflexões sobre desenvolvimento sustentável nas sociedades humanas. Tanto que, perto do final do século XX, na esteira do pensamento desses revolucionários socialistas, emergem movimentos anticapitalistas combinados a novos movimentos sociais, abordando temas como a desigualdade de gênero, a exploração baseada na etnicidade e a crise ambiental.

Em Sociedade, ao analisar o pensamento de Herbert Spencer – pioneiro da teoria social evolucionista –, o autor ilustra a problemática presente na ideia de “sobrevivência dos mais aptos”. Desta forma, sugere que para realizar-se um exame, por exemplo, do esgotamento do comunismo, tem-se que considerar um feixe de elementos que perpassam por questões econômicas, ideológicas e culturais.

Ao avaliar o contraste entre o que os teóricos marxistas chamam de ideologia e o que Durkheim nomeia como sistemas de valores compartilhados, Outhwaite lembra que Durkheim, no final do século XIX, em sua obra O suicídio (1897), analisou as diferentes taxas de suicídio e promoveu reflexões sobre o valor das crenças compartilhadas, bem como sugeriu a importância dos laços sociais. Esses estudos instigam questionamentos sobre o modelo globalizado e fragmentado da sociedade em que vivemos.

No quarto capítulo, é apresentado o pensamento contido na obra de Weber, A ética protestante e o espírito do capitalismo (1904-05). Destaca-se a análise sobre o modelo da ética econômica protestante e os quatro tipos principais de ação identificadas por Weber: a ação tradicional, a ação guiada pela emoção, a ação irracional em relação aos fins e a ação racional em relação aos valores.

O autor finaliza o quarto capítulo focalizando no trabalho de Georg Lukács, Theodor Adorno e Habermas as conexões entre as formas de ação social, no nível mais básico, e os processos mais amplos de desenvolvimento social e histórico.

Em como a sociedade é possível, Outhwaite descreve ligações entre comportamentos cotidianos e processos estruturais mais amplos, tendo como base o pensamento de Georg Simmel, Erving Goffman, Harold Garfinkel, e a obra de Norbert Elias, O processo civilizador (1939). Nas palavras do autor, em razão do extenso exame que Simmel realiza das precondições e das consequências intelectuais, culturais e psicológicas da economia monetária em A filosofia do dinheiro (1900), essa obra poderia, sem dúvida, ter por título “sociologia do dinheiro”. Para esse sociólogo alemão, individualismo, nervosismo e economia monetária se relacionam estreitamente com a vida urbana, sendo o desgaste compensado pela atitude blasé.

A obra de Goffman, por sua vez, tem como foco a dimensão da representação no desempenho de papeis sociais, ou seja, de acordo com esse sociólogo norte americano, as pessoas se adequam aos papeis prescritos pela sociedade para não serem excluídas. O pensamento de Harold Garfinkel se aproxima da abordagem de Goffman, já que para o primeiro a manutenção da ordem é produto do trabalho interpretativo dos atores sociais.

Após destacar o paralelo estabelecido por Norbert Elias entre as transformações, nos primórdios da Europa moderna, das estruturas de personalidade e dos comportamentos individuais e a origem do Estado moderno, Outhwaite, recorre a Zygmunt Bauman e Luc Boltanski para expor a magnitude dos desafios da sociedade contemporânea.

Partindo da premissa de que a análise que Sigmund Freud fez da psique moldou totalmente a compreensão que tem-se da humanidade e, consequentemente, da cultura e da sociedade, Outhwaite inicia o sexto capítulo ponderando acerca do papel do recalcamento de pulsões conscientes e inconscientes na construção da cultura humana. Para defender sua tese, recorre às teorias de Freud, Erich Fromm, Herbert Marcuse, Theodor Adorno e Louis Althusser.

Ainda nesse capítulo, o autor estabelece associações entre e as ideias de Freud e as de Marx; entre o modelo de autoridade carismática de Weber e os sentimentos inconscientes – estudados por Freud – de quem segue essa espécie de liderança; e, por fim, entre a ênfase de Freud na regulação e o que Durkheim denominou ausência de normas na sociedade moderna. Destaca-se o impacto da psicanálise na interpretação de textos literários e na análise de produções cinematográficas, em especial, as análises de Hanns Sachs, Gilles Deleuze e Slavoj Žižek.

No capítulo intitulado Teoria social e política, Werner Sombart, Robert Michels e Norbert Elias são referências para o debate sobre o quanto uma concepção do social ou de sociedade pode ter potencial para promover a compreensão de problemas que a abordagem política não consegue alcançar. Outhwaite lembra que esses teóricos sociais propuseram análises significativas da política e, para ilustrar, retoma suas ideias sobre a permanente oposição entre a teoria das elites e a teoria da sociedade de massas; a exposição das massas urbanas às elites demagógicas; a abertura da teoria crítica às questões culturais e à teoria freudiana; a oposição entre as explicações centradas no Estado e centradas na sociedade; bem como sobre as teorias da globalização e suas dimensões econômica, social e cultural.

Sobre as teorias da globalização, finaliza esse capítulo lembrando que essas não podem se deter aos aspectos econômicos, pois envolvem dimensões sociais e culturais mais amplas. Nesse sentido, o autor propõe a reflexão sobre as formas atuais de política democrática em meio a relativa imobilidade das estruturas políticas e os avanços das técnicas de manipulação das massas, destacando o controle exercido pela televisão e ascensão de partidos populistas.

Outhwaite, em Questão pendente, avalia que, apesar da relevância da teoria social, algumas áreas foram tardiamente tratadas pela sociologia, como, por exemplo, as relações internacionais e a guerra. De acordo com pesquisas realizadas por esse autor, a palavra conflito – relacionada à conflito internacional e guerra – pouco aparece nas produções acadêmicas do final do século XX. Além disso, pouca atenção foi dada às noções grosseiras de competição evolutiva aplicadas ao social e aos movimentos “verdes” que, nas palavras do autor, não podem continuar sendo negligenciados pela sociologia.

A teoria pós-colonial tem se mostrado mais forte nos estudos literários que nas ciências sociais e, sobre essa sociologia que emergiu de uma cultura imperialista e desconsiderou o mundo colonizado, o autor afirma ser urgente sua revisão. Considera, também, que os debates em torno da modernidade e pós-modernidade não podem mais ignorar os modos como a democracia foi transformada em algo próximo a um teatro, no qual a política é protagonizada pelos que controlam as finanças e os meios de comunicação.

Para além de proporcionar uma viagem panorâmica pelos tópicos que interessam à teoria social e uma breve abordagem das análises realizadas pelos seus principais pensadores, nesse livro, pode-se avaliar o papel da teoria social e sua possibilidade de iluminar, em conjunto com as ciências sociais e a filosofia, questões latentes no século XXI.

Considera-se que, em um cenário contraditório, de aumento de pobreza, desemprego e exclusão, de violência urbana e de inquestionável expectativa de pertencimento ao mundo, tem-se como escolha a negação de acondicionamento ao existente. Nesse sentido, o conhecimento que advém desse livro pode ser uma excelente contribuição para instigar reflexões sobre e ações direcionadas às possibilidades de construção de, como coloca Gohn e Hamel (2003, p. 118), um “(…) novo modelo civilizatório, em que a cidadania, a ética, a justiça e a igualdade social sejam imperativos, prioritários e inegociáveis”.

Referências

GOHN, Maria da Glória; HAMEL, Pierre. Movimentos sociais e mudanças na democracia. In: ROMÃO, José Eustáquio; SANTOS, José Eduardo de O. Questões do Século XXI, tomo I. São Paulo: Cortez, 2003.

Régia Vidal Santos – Doutoranda em Educação na Universidade Nove de Julho (UNINOVE).


OUTHWAITE, William. Teoria social: um guia para entender a sociedade contemporânea. Rio de Janeiro: Zahar, 2017. 142p. Resenha de: SANTOS, Régia Vidal. Em Tempo de Histórias, Brasília, n.32, p.126-131, jan./jul., 2018. Acessar publicação original. [IF].

The Quest for a Moral Compass: A Global History of Ethics | Kenan Malik

A Ética é uma das áreas da filosofia de relevância mais direta para nossa vida cotidiana, chegando mesmo a definir o que alguns filósofos, dentre eles I. Kant, denominaram de ³filosofia prática´. É também por isso mesmo uma de suas áreas mais interdisciplinares, com importantes intersecções com a antropologia, o direito, a sociologia, a ciência política, a história, e as ciências naturais e biológicas, apenas para destacar algumas. Leia Mais

Hall of Mirrors: The Great Depression, the Great Recession, and the uses – and misuses – of History

Em seu mais recente livro, Barry Eichengreen, historiador econômico reconhecido por todos, nos transporta aos eventos da crise financeira de 2008 e aos desdobramentos que a mesma teve para suas nações protagonistas. Estudioso da Grande Depressão de 1930, o autor parte em busca das lições que deveriam ter sido aprendidas com essa para evitar aquela que ele chama de Grande Recessão.

Para Eichengreen, as lições de 1930 ajudaram a que não se tivesse uma nova Grande Depressão mas os efeitos das medidas tomadas pelas autoridades no sentido de evitar tal catástrofe ainda não estão claras para todos. Assim, ao evitar uma nova depressão da magnitude dos anos 1930, os pensadores da economia mundial se abstiveram de realmente analisar todas as dimensões do ocorrido em 2008. Leia Mais

Hélio Oiticica: folding the frame | Irene Small

Na História da Arte do século XX, Hélio Oiticica ocupa uma posição crucial, sendo indispensável para as versões transnacionais da (neo)vanguarda e para as narrativas pós-coloniais que buscam desafiar dos modelos de transmissão artística baseados na noção de centro-periferia. Uma vez que a carreira de Oiticica encarnou uma transição do modernismo tardio para o contexto contemporâneo globalizado, suas práticas heterogêneas figuraram em exposições recentes e em relatos históricos da arte que buscavam compreender as geografias mais abrangentes da arte moderna e contemporânea. Entre essas iniciativas, vale destacar a Documenta X (1997), de Catherine David, a exposição “Out of actions: between performance and the object, 1949-1979”, no Museu de Arte Contemporânea de Los Angeles (LA MoCA) e Contemporary artworld currents, livro de Terry Smith (Pearson, 2011). Embora sejam esforços admiráveis, existe ainda o risco de que esse tipo de abordagem incorra em um tipo de tokenização. De fato, a arte de Oiticica pode ser imbuída de certo exotismo, em virtude de suas origens não euro-americanas, de um imaginário erótico do Brasil. E, ao mesmo tempo, suas inovações formais são perfeitamente incorporadas a um cânone contemporâneo ampliado como construtivismo do pós-guerra (Zelevansky, 2004), arte conceitual (Alberro e Stimson, 1999), cinema expandido (Michalka, 2004), performance (Jones e Heathfield, 2012) ou participação (Bishop, 2006).

Enquanto primeira monografia em inglês sobre o artista, Hélio Oiticica: dobrar a moldura, de Irene V. Small (University of Chicago Press, 2016), enfrenta, portanto, um desafio triplo: narrar uma mini-história do Brasil e de sua arte em meados do século XX, analisar as inovações formais de Oiticica em relação às vanguardas históricas e a um reconhecido cânone euro-americano da arte do pós-guerra, além de propor uma metodologia para o estabelecimento de uma História da Arte no contexto contemporâneo da globalização. Leia Mais

A águia e o Dragão – Portugueses e Espanhóis na globalização do século XVI | Serge Gruzinski

Velho conhecido dos estudiosos que se dedicam às investigações no campo das mentalidades, o historiador Serge Gruzinski, ratifica o seu interesse pelas sociedades coloniais da América e pelo intenso encontro de culturas que têm lugar neste cenário, e traz à público mais uma instigante análise na qual se debruça sobre as dinâmicas sociais e culturais que se engendraram no contexto da colonização ibérica na América com o seu novo livro, lançado no Brasil em 2015, intitulado A águia e o dragão – ambições europeias e mundialização no século XVI. O historiador francês, caudatário da Escola do Annales, tem alinhado suas pesquisas à uma perspectiva multidisciplinar da História, trabalhando em conjunto com outros campos das ciências humanas, como por exemplo a Antropologia, e incorporando à sua análise não só as fontes escritas, mas também as iconográficas, como podemos constatar em seus últimos volumes publicados, tais como: Les Quatre parties du monde. Histoire d’une mondialisation; Quelle heure est-il là-bas ? Amérique et islam à l’orée des temps modernes; L’Histoire, pour quoi faire ?.

Devemos ainda ressaltar que o seu trabalho critica a concepção eurocêntrica da historiografia tradicional e se ancora na perspectiva da Conected Histories [1], rechaçando qualquer tipo de comparação simplista que se apegue ao local em detrimento do total. Sua tentativa, portanto, seria a de demonstrar a convivência entre as múltiplas realidades sócio-culturais e suas mais variadas dinâmicas de interação, sem perder de vista a relação entre micro e macro. Diante disso, A águia e o dragão, se propõe a entender a inserção dos ibéricos no processo de mundialização, através da análise comparativa entre a atuação do embaixador de Portugal na China do imperador Zhengde e a atuação de Hernan Cortés no México-Tenochtitlan, junto à Montezuma e, portanto, pode ser considerada uma obra vinculada à perspectiva da História Global, já que tenta “juntar as peças do jogo mundial desmembradas pelas historiografias nacionais ou pulverizadas por uma micro-história mal dominada” (p.354).

O livro desvenda os caminhos de portugueses e espanhóis naquilo que o autor chama de “globalização do século XVI”, perscrutando as dinâmicas internas da China e do México no alvorecer do século e analisando como se deu o contato desses povos com os ibéricos. Com efeito, o autor defende que a maneira como os acontecimentos se desencadearam contribuiu, decisivamente, para que fosse fundado o “ocidente euroamericano”, e afirma que embora a presença dos ibéricos nos territórios referidos não tenha sido de fato programada, também não foi ao acaso e deve ser vista como fruto de uma dinâmica comum ao contexto da época, que inseria os reinos na lógica da expansão marítima com vistas na exploração das “molucas”, as conhecidas ilhas de especiarias. Além disso, o autor desmistifica a ideia de que os pioneiros no processo da expansão marítima europeia tenham se lançado rumo ao desconhecido e afirma que, embora houvesse grande confusão nas noções de Ocidente e Oriente, já havia, nessas sociedades, uma certa percepção do espaço marítimo, tanto devido à experiência acumulada com as navegações desde o final do século XV, quanto devido ao conhecimento dos escritos de Marco Polo.

Posto isto, podemos dizer que a tese do autor é a de que o comportamento e as atitudes políticas de Tomé Pires junto ao império de Zenghde, bem como de Hernan Cortés junto ao império de Montezuma, simultaneamente ao posicionamento e contexto das autoridades locais da China e do México, foram determinantes para que o primeiro empreendimento incorresse em fracasso e o segundo tivesse sucesso. Assim, essa conjuntura teria traçado o destino da China e, nesse caso, a falência do projeto colonizador português na área, bem como teria delineado a sorte do Méxicotenochtitlan, que seria dominado e colonizado pelos espanhóis. Portanto, o autor defende que a interação entre esses povos acabou sendo responsável pelo destino que lhes aguardava e que as condições locais que se engendraram a partir desse contato foram responsáveis pelo triunfo ou derrota dos objetivos dominantes, objetivos estes, vale ressaltar, amplamente voltados para o comércio de especiarias. Nesse sentido, para Gruzinski, essas teriam sido as circunstâncias fulcrais que levaram ao processo de interligação dessas partes do mundo – Ásia, América e Europa – através de circuitos comercias que as ligariam intensamente e que marcariam a viragem dos europeus para o Oeste e a fundação do que ele chama de “ocidente euroamericano”.

Nessa perspectiva, o livro em questão se trata de um profundo e estimulante estudo a respeito das características das sociedades chinesa e mexicana do século XVI e da interação do mundo ibério com estas populações. O autor consegue, à medida que vai demonstrando a sua tese, explorar a forma de organização e administração da China e do México, explicando como o contato inicial desses povos com portugueses e espanhóis, respectivamente, foi pacífico e logo descambou para o conflito e o que ele chama de “choque de civilizações”, resultando no domínio e colonização no caso dos mexicas e na resistência e expulsão, no caso dos chineses. Ao percorrer este caminho, o autor consegue esclarecer o processo de decodificação do outro nesse espaço de convivência, afirmando que enquanto os chineses não tinham nenhum interesse em identificar o intruso que para eles se tratava de mais um bando de piratas de nacionalidade desconhecida, os mexicas, por outro lado, tinham urgência em compreender o seu agressor, pois disso dependia, em certa medida, a sua capacidade de resistir.

Em contrapartida, os ibéricos tentavam distinguir o outro para melhor concretizar seus anseios de conquista e, segundo o autor, comprovaram que a falta de conhecimento inicial não se constituía como uma barreira intransponível e, nesse sentido, se esforçavam para se adaptar à língua, ao clima, à alimentação e etc, na tentativa de construir atalhos que facilitassem a compreensão da lógica social e cultural daquelas sociedades. Uma vez que esses aspectos foram mapeados e resultaram na consciência das fraturas políticas do adversário, os ibéricos se aproveitaram deles na tentativa de concretizar o domínio. No México, a identificação das intensas rivalidades entre as cidades devido à falta de unidade política foi decisiva para que o domínio e colonização tivesse sucesso, já na China, o diagnóstico do descontentamento local devido à rigidez do sistema imperial não foi suficiente para que a empreitada ibérica tivesse êxito.

Obviamente, este diagnóstico não se resumia às questões políticas, econômicas e sociais, havia também o espantoso encontro de culturas completamente distintas, que a partir dali iriam se misturar e se modificar simultaneamente. Esse encontro deu margem para que os estranhos mundos se representassem concomitantemente, daí uma série de conhecimentos serão difundidos na Europa acerca dessas civilizações, tanto a chinesa, quanto a mexicana. O autor, ressalta, porém, que enquanto as informações sobre o México são divulgadas desde o início do processo de colonização, aquelas referentes à China só irão se propagar pela Europa a partir de meados do século XVI. Segundo o autor, esse fenômeno poderia ser atribuído, entre outras coisas, ao fato de que a China não era completamente desconhecida por parte dos ibéricos, devido às relações comerciais existentes naquela região, já o México é um mundo completamente novo a se descortinar e causou grande reboliço ao ser descoberto, acabando por motivar imenso fascínio. Os documentos escritos que cumprem o papel de nos dar um retrato daquilo que seriam a China e o México no limiar do século XVI são: a Suma Oriental de Tomé Pires e as cartas de Hernan Cortés.

Segundo o autor, os ibéricos ficaram espantados ao perceberem que, tanto na China quanto no México, os povos contavam com a existência do livro, e isso teria sido determinante para que se moldasse uma imagem positiva na Europa sobre esses povos, já que o livro, para as culturas letradas, é um marcador de civilização. Do outro lado, porém, existe uma notável dificuldade para invocar representações da Europa feitas por estes povos, em primeiro lugar, no caso da China, devido à sua pouca abertura, pela falta de interesse em conhecer o seu inimigo, considerado apenas como um forasteiro. Já no caso do México, mesmo com o grande interesse e curiosidade pelos europeus, por não haver testemunhos escritos de uma visão pessoal do ameríndio, estes, se um dia existiram, não sobreviveram ao tempo.

Dessa maneira, se constituíram as imagens que se firmariam ao longo do tempo como fundadoras daquilo que viriam a ser as civilizações mexica e chinesa. As cartas de Cortés seriam amplamente divulgadas e, segundo o autor, familiarizariam a cristandade com os esplendores do México e com a representação das glórias da conquista, estas serão eternizadas no imaginário universal. Em contrapartida, embora não tenham sido alvo de larga divulgação, a descrição feita por Tomé Pires acerca da China, traz uma visão, de acordo com Gruzinski, mais assertiva a respeito das características dessa sociedade, pois seria um diagnóstico feito do interior dessa sociedade, enquanto que o relato de Cortés seria uma visão panorâmica e, portanto, superficial. Ainda assim, o fato é que mesmo diante de todas estas questões “a epopeia dos conquistadores e o destino fatal do império Asteca continuariam a fascinar, enquanto a descoberta da China dos Ming e o fracasso de Tomé Pires nunca interessaram muita gente” (p.106).

Acreditamos que a obra ultrapassa os limites de sua tese central e acaba por se transformar num manual de história do México e da China, ao qual se pode recorrer para sanar dúvidas pontuais a respeito da organização e administração política, social e cultural dessas sociedades. Nesse sentido, acreditamos que o livro não só cumpre com o seu objetivo precípuo, como também transborda erudição. Para aqueles leitores que não têm grande formação a respeito do Oriente, a quantidade de informações novas pode representar alguma dificuldade, mas com o desenrolar das páginas o leitor passa a se familiarizar com os nomes e os acontecimentos analisados no texto e, ao final da leitura, percebe-se o ganho de uma noção panorâmica acerca das civilizações em questão. O livro consegue ir além da temática do choque cultural entre portugueses/chineses e espanhóis/mexicas e nos leva por outros caminhos dessa história, pelos meandros da organização interna dessas sociedades.

Como não poderia deixar de ser, a obra traz uma discussão bem fundamentada, ancorada, como já afirmamos aqui, nas perspectivas da Connected Histories e da História Global e, assim sendo, rejeita a historiografia tradicional que concebe a Europa como centro do mundo, procurando demonstrar que esse papel protagonista no processo de globalização do século XVI – embora, paradoxalmente, não possa ser negado, visto que foram os ibéricos os atores principais – não se deu simplesmente devido à graça e talento destes homens, mas foi sim, em grande medida, impulsionado e delimitado pelos contextos e dinâmicas que se apresentavam na época. Diante disso ao autor afirma que “a imagem de um avanço inevitável dos europeus, quer se enalteça as suas virtudes heroicas e civilizadoras, quer o votemos ao desprezo, é uma ilusão que teima em persistir. Decorre de uma visão linear e teleológica da História, que continua associada à pena do historiador e ao olhar do seu leitor” (p.40).

Isto posto, vale salientar ainda que, o autor trava diálogo com a historiografia clássica e a mais atualizada, tradicionalmente competente e de referência na temática pertinente à Expansão Ultramarina europeia. Entre os autores com os quais dialoga estão Francisco Bethencourt, Sanjay Subrahmanyam e Charles Boxer. As fontes elencadas permitem demonstrar a sua tese. Ele recorre às cartas e aos relatos de viagem de homens como Cristovão Colombo, Pietro Martire d’Anghiera, Bernal Diaz del Castillo e, obviamente, Hernan Cortés e Tomé Pires, entre outros. Contudo, ao longo do texto, o próprio Gruzinski, deixa claro a deficiência de sua obra no que diz respeito às questões da representação europeia feita pelos indígenas e/ou chineses, afirmando que para tal estudo não existem fontes, pois estas, quando existem, são limitadas pela influência direta do domínio europeu e até da conversão ao cristianismo e, portanto, não exprimem uma visão pessoal a respeito dos ibéricos. Ou, nos demais casos, sequer existem, pois não resistiram ao tempo. Esse obstáculo não prejudica o trabalho, visto que o seu debate central não está circunscrito a esta temática especificamente.

Com efeito, uma outra característica que contribui efetivamente para o alcance dos objetivos do livro, é, sem dúvida a organização de sua estrutura. O autor, opta por uma estrutura que não separe as análises referentes à China, daquelas referentes ao México, pelo contrário, ele dispõe as discussões de maneira a fazer com que o leitor perceba que elas são complementares e a sua visão em separado acarretaria em prejuízo no entendimento total da obra. Os capítulos, por sua vez, são dispostos de modo a guiar o leitor através dos labirintos dessa história, dando-lhe, de maneira impecável, não só a nítida compreensão do argumento defendido pelo autor, mas também um excelente panorama sobre história das culturas chinesa e mexicana. Nesse sentido, não utiliza a conclusão de seu texto para expor sua tese – esta fica evidente ao longo das 373 páginas escritas – mas apenas para ratificar o seu argumento. Dessa maneira, facilita o trabalho do leitor e não abre margens para confusões.

Por último, cumpre dizer que a obra em discussão não está desconectada do tempo e do espaço e encontra lugar na produção historiográfica atual. Sua perspectiva de análise, já discutida aqui, tem notável eco na História que vem sendo desenvolvida desde finais do século passado. Nesse sentido, o autor demonstra sua capacidade de aclimatação e desenvolve um estudo que fortalece seu elo com a História da América Latina, numa análise comparada profunda e densa sobre os aspectos culturais, econômicos e sociais da China imperial e do México-Tenochtitlan, nos dando uma verdadeira lição de como se faz História em tempos de prateleiras abarrotadas de romances históricos acríticos e fantasiosos.

Nota

1. SUBRAHMANYAM, Sanjay. “Connected Histories: Notes towards a Reconfiguration of Early Modern Eurasia”, Modern Asian Studies, v. 31, n. 3, 1997, pp. 735-762.

Duarte Izabel Maria dos Santos – Mestre em História da Arte, Património e Turismo Cultural pela Universidade de Coimbra. Atualmente é doutoranda em História pela Faculdade de Letras da Universidade de Coimbra.


GRUZINSKI, Serge. A águia e o Dragão – Portugueses e Espanhóis na globalização do século XVI. Trad. Pedro Elói. Lisboa: Edições 70, 2015. Resenha de: SANTOS, Duarte Izabel Maria dos. CLIO – Revista de pesquisa histórica. Recife, v.35, n.1, p.296-301, jan./jun. 2017. Acessar publicação original [DR]

 

História moderna | Paulo Miceli

Na introdução do livro, Paulo Miceli começa com uma divagação sobre a distância, mencionando a vagareza com a qual as notícias corriam ao longo do século XVI, mesmo que para reportar eventos grandiosos. Na sequência, o autor discorre sobre as grandes navegações, referindo-se à empreitada inicial dos portugueses na conquista de Ceuta, ocorrida em agosto de 1415. Em termos estratégicos, esta conquista implicava a posse de um “miradouro natural”, pois através dele seria possível vigiar a navegação que cruzava o estreito, na direção do Mediterrâneo e do Atlântico. A manutenção do território recém ocupado foi dispendiosa, devido ao estado de guerra constante, tornando-o pouco atrativo aos olhos dos portugueses. Em 1434, Gil Eanes foi responsável por ultrapassar o cabo Bojador, avançado rumo à tão mal afamada Zona Tórrida, que despertou temores na Antiguidade e Idade Média, por tratar-se de um limite a partir do qual as águas do mar ferviam, impossibilitando a manutenção da vida. Como bem lembra Paulo Miceli, a superação destas fronteiras possibilitava o aprimoramento do “desenho da Terra”: as novas rotas oceânicas ofereciam a possibilidade de se desbravar o desconhecido e de vencer antigos temores. Ao ultrapassar o cabo das Tormentas no ano de 1488, Bartolomeu Dias, pressionado pela tripulação que vivia maus bocados, retornou a Portugal, naufragando em sua segunda tentativa de ultrapassá-lo, no ano de 1500, comandando um dos navios da esquadra de Cabral. Leia Mais

Velas ao Mar – U.S. Exploring Expedition (1838-1842). A viagem científica de circum-navegação dos norte-americanos | Mary Anne Junqueira

O livro de Mary Anne Junqueira, produto de sua tese de livre-docência no Departamento de História da Universidade de São Paulo, é um relato expressivo da U.S. Exploring Expedition (1838-1842) chefiada pelo capitão Charles Wilkes da Marinha norte-americana. Segundo a autora, esta viagem teve pouca repercussão nos anos subsequentes, fato que talvez explique a razão da restrita historiografia sobre esta empreitada. O motivo desse “esquecimento” poderia estar no caráter explosivo e violento de Wilkes para com sua tripulação, que teve que encarar uma corte marcial quando voltou aos Estados Unidos. Só a narrativa dos acontecimentos ligados aquela expedição vale a leitura do livro de Mary Anne Junqueira. Cabe registrar o ótimo capítulo que explora a vida dos marinheiros a bordo, ricamente ilustrado, dando voz a um setor comumente negligenciado pelas narrativas históricas. Leia Mais

A guerra não tem rosto de mulher | Svetlana Aleksiévitch

A primeira versão do livro da bielorrussa Svetlana Aleksiévitch foi publicada em sua língua original na década de 1980 e, no Brasil, em 2016. A publicação brasileira foi, muito provavelmente, uma pronta resposta de nosso mercado editorial ao potencial de vendas atrelado a uma autora agraciada com o Prêmio Nobel, que Svetlana recebera em 2015: com o selo no Nobel estampado na capa, o livro percorreu, rapidamente, as livrarias do país e tornou-se um objeto de interesse para quem pouco (ou nada) sabia sobre a participação feminina na Segunda Guerra Mundial. “A Guerra não tem rosto de mulher” reúne, ao longo de seus dezessete capítulos, relatos de mulheres soviéticas que participaram dos teatros de operação contra a Alemanha Nazista. Trata-se de uma antologia polifônica, construída ao longo de um périplo no qual Svetlana percorreu mais de cem cidades da então União Soviética. Embora seja uma obra que atingiu o grande público, está longe de apresentar uma análise superficial sobre a Segunda Guerra. Pelo contrário, o livro de Aleksiévitch oferece interessantes perspectivas aos estudos das guerras, sobretudo na intersecção com os estudos de gênero. Leia Mais

L’histoire des Juifs. Trouver les mots. De 1000 avant notre ère à 1492 / Simon Shama

En lisant cette Histoire des Juifs de Simon Schama, on est à la fois ébloui et irrité. Plus on progresse dans la lecture, plus l’admiration et l’irritation vont croissant. C’est d’abord l’admiration qui domine. Pour la stupéfiante performance de l’auteur. L’ouvrage, écrit en marge de la préparation d’une série télévisée, couvre quinze cents ans d’histoire, puisqu’il va des origines bibliques à 1492, année de l’expulsion des Juifs d’Espagne (un second volume devrait suivre, courant de 1492 à l’époque contemporaine). S. Schama n’a travaillé qu’à ses tout débuts sur des aspects de l’histoire juive et si le savoir qu’il met ici en œuvre est pour une large part de seconde main, il a effectué et assimilé des lectures d’une étendue proprement gigantesque.

Pour la période biblique et l’interprétation des données archéologiques, un sujet de débats passionnés en particulier depuis une quarantaine d’années, il s’est adressé à des spécialistes reconnus et a tracé sa voie – une voie moyenne, entre la parfaite confiance dans le récit biblique et le postulat de sa totale a-historicité. Surtout, pour les périodes postérieures, depuis l’Antiquité gréco-romaine, avant et après la destruction du Temple de Jérusalem en l’an 70, jusqu’à l’histoire des Juifs dans l’Europe du Moyen Âge tardif, en passant par le monde juif en terre d’islam, l’auteur a consulté les travaux de recherche les plus récents et les plus novateurs. L’information bibliographique, signalée dans les notes, n’est nullement ornementale : le texte principal s’appuie tout au long sur les dernières publications qui comptent, dont, soupçonne-t-on, les spécialistes, dans les différents domaines, n’ont pas eux-mêmes toujours su saisir ce qui fait leur surcroît d’utilité.

Schama donne un texte très enlevé, mais, comme on pouvait s’y attendre, il est à son meilleur dans les deux exercices où l’on sait qu’il excelle, et d’abord dans l’usage des archives visuelles et des données matérielles. Ainsi fait-il merveille lorsqu’il introduit l’exposé portant sur les déchirements internes de la société juive et les circonstances de la révolte des Maccabées par une description évocatrice du palais édifié, à l’est du Jourdain, par Hyrcan, petit-fils d’un Tobiah connu grâce aussi bien à ce que dit de lui Flavius Josèphe qu’à la documentation laissée par un intendant du ministre des finances de l’Égypte ptolémaïque, et représentant d’un milieu juif particulièrement hellénisé. Ou lorsque, pour montrer l’ouverture sur les cultures environnantes, aux iieet iiie siècles de l’ère chrétienne, du judaïsme diasporique mais aussi palestinien, S. Schama mobilise le témoignage des peintures murales de la synagogue de Doura-Europos en Syrie orientale et celui des mosaïques et des restes architecturaux de Sepphoris en Galilée. Ou encore lorsque, afin de souligner la prospérité des Juifs d’Égypte, ou en tout cas de certains d’entre eux, à l’époque, entre xe et xiie siècle, qu’éclairent les documents découverts dans la gueniza (la remise) d’une synagogue du Vieux Caire, il décrit les garde-robes que nous font connaître les papiers publiés et analysés par Shlomo-Dov Goitein et par Yedida Stillman.

L’ouvrage se distingue ensuite dans la façon qu’a S. Schama de faire du récit l’élément même dans lequel se coule une analyse. Le morceau le plus réussi à cet égard est peut-être la mise en perspective de la condition des Juifs, à la fois solide et précaire, dans l’Angleterre des années 1240-1270, à travers le récit d’une vie, celle d’une femme d’affaires avisée, Licoricia de Winchester. Les grincheux diront que l’auteur emprunte sa documentation à une monographie récente [1] [2] Certes. Encore fallait-il savoir, à partir de celle-ci, à la fois brosser un tableau et conduire une démonstration.

chama fait preuve, en chaque chapitre, d’une remarquable capacité à synthétiser les résultats de la recherche, la clarté de la discussion et sa densité faisant bon ménage. J’ai eu à plusieurs reprises le sentiment, en cours de lecture, que, sur telle ou telle question abordée, et sur laquelle j’ai eu moi-même à consulter une abondante littérature, je n’avais jamais lu de présentation ramassée aussi pénétrante, qui sache dégager ce qui compte, et permette de comprendre mieux ou autrement un épisode que je croyais bien connaître. Il faut espérer que la traduction française de l’ouvrage trouvera de nombreux lecteurs, et qu’en particulier un lectorat universitaire saura reconnaître qu’il dispose là d’une « histoire des Juifs » saisie dans toute son ampleur chronologique, qui cumule les avantages, puisqu’elle est exposée selon les critères de l’histoire savante, qu’elle est parfaitement accessible et présente en même temps toute garantie de fiabilité.

Mais l’irritation ? C’est qu’on ne voit aucune des questions fortes que l’histoire des Juifs appelle, on ne dit pas tranchées, mais seulement posées. Pour fil conducteur, S. Schama a pris le thème de la puissance des « mots » : les mots, c’est-à-dire l’exégèse d’une parole tenue pour révélée, et la réinvention constante du sens attribué à son dépôt (d’où le sous-titre : « Trouver les mots »). Ce sont ces mots, nous dit-on, qui donnent la clé d’une pérennité. Peu importe que la proposition ne pèche pas par excès d’originalité. L’ennui est surtout que, sur ces « mots », l’auteur n’est pas à son affaire. À propos de la littérature talmudique et midrashique, il reprend un discours rebattu, et qu’on espérait définitivement remisé, sur un fatras parcouru d’étranges lueurs. Il s’enthousiasme, en revanche, pour Moïse Maïmonide, sans que perce une véritable familiarité avec l’œuvre et ses problèmes. Il suffit à S. Schama de savoir que Maïmonide a tenté de réconcilier l’intérieur et l’extérieur, l’étude du donné révélé et la réflexion philosophique à l’horizon de l’universel, l’ancrage dans l’intime d’une culture et l’ouverture à des questionnements qui s’adressent à tout homme, par-delà les appartenances spécifiques, sur fond de raison partagée ; et de conspuer les adversaires de Maïmonide, obscurantistes obtus.

On ne nourrit pas nécessairement des préférences et des détestations différentes. Mais ces développements rappellent, par la combinaison de la fadeur de la pensée et du lyrisme du ton, un discours apologétique largement diffusé, au moins dans certains courants du judaïsme des lendemains de l’Émancipation. Il s’agit, aujourd’hui comme hier ou avant-hier, de montrer comment l’influence du judaïsme a profité à l’avancement de la rationalité, comment les deux causes, celle de l’identité juive et celle du progrès moderne, se rejoignent naturellement. Et si le texte atteste une baisse de tension et une dérive vers la banalité, non seulement à propos de Maïmonide (qu’à titre exceptionnel S. Schama professe admirer), mais chaque fois qu’il est question des évolutions intellectuelles et religieuses, c’est que « les mots », l’auteur non seulement les connaît mal (il n’a pour bagage que des souvenirs d’enfance et des lectures récentes peut-être pressées), mais, assez manifestement, ressent pour eux peu d’appétence, et qu’ils suscitent chez lui, d’emblée, le malaise plutôt que la curiosité.

Au point d’avoir, face à l’empire des mots, érigé un contre-modèle : celui que lui offre la vie des soldats juifs en poste à la garnison de l’île d’Éléphantine, à Assouan, que nous font apercevoir, pour l’époque de la domination perse en Égypte, des papyrus en araméen découverts à la fin du xixe siècle. L’auteur ouvre son livre sur l’existence au quotidien, longtemps sans histoires, de cette colonie aux coutumes si éloignées de celles qui prévalaient dans l’Israël biblique (ne serait-ce que parce que ces soldats ont érigé un temple, et ignoré ainsi la prescription deutéronomique qui réserve l’exclusivité du culte au Temple de Jérusalem).

De ce que lui apprennent les documents, qui portent sur la vie familiale et les transferts de biens, S. Schama tire cette leçon : « Comme dans tant d’autres sociétés juives implantées parmi les Gentils, la judéité d’Éléphantine était prosaïque, cosmopolite, vernaculaire (araméenne) plutôt qu’hébraïque, obsédée par la loi et la propriété, attentive à l’argent et soucieuse de la mode, très préoccupée par la conclusion des mariages et les ruptures, le soin des enfants, les subtilités de la hiérarchie sociale, sans oublier les délices et les fardeaux du calendrier rituel juif. Par ailleurs, elle ne semble pas avoir été particulièrement livresque. […] C’est le côté suburbain, ordinaire, de tout cela qui, l’espace d’un instant, paraît absolument merveilleux – un peu d’histoire juive sans martyrs ni sages, sans tourment philosophique, le Tout-Puissant grincheux pas très en vue ; un lieu d’une heureuse banalité, très préoccupé par les conflits de propriété, l’habillement, les mariages et les fêtes […] un temps et un monde innocents du roman de la souffrance » (p. 39).

Il est arrivé à Gershom Scholem de moquer une historiographie juive qui dépeignait parfois les patriarches bibliques comme de braves bourgmestres de Rhénanie [3]. Puis-je prendre exemple sur lui pour exprimer des doutes sur une caractérisation des « sociétés juives implantées parmi les Gentils » qui propose de promener d’une époque à l’autre l’histoire de réussite et les préoccupations typiques d’une upper middle class suburbaine ? On a dénoncé, d’ailleurs très injustement, une historiographie juive du xixe siècle trop souvent organisée autour du diptyque souffrances/élévation spirituelle, misère et grandeur. On conçoit que, en période post-moderne où les causes quelles qu’elles soient ne font ni vivre ni mourir, il paraisse judicieux d’écarter le passé de souffrances et de substituer aux récits trop inspirés le prosaïsme de l’épanouissement personnel. Et, après avoir dit sa détestation de l’histoire lacrymale, de réintroduire le malheur pour réagir contre les excès d’un discours devenu rituel de dénonciation de ce type d’histoire, mais surtout pour mieux souligner la présence continue d’une faculté éminemment contemporaine : le rebond, la résilience. Cela revient à remplacer des anachronismes ridicules par d’autres anachronismes ridicules, et à mener l’œuvre apologétique par d’autres moyens. L’entreprise peut au demeurant rencontrer l’adhésion : le livre se transformera alors en livre-cadeau, offert à des enfants qui ne le liront pas par des parents qui ne le liront pas non plus, puisqu’ils ne ressentiront pas le besoin de légitimer par des précédents historiques l’existence suburbaine d’aujourd’hui. Ce serait dommage : voilà un livre qui, malgré ces faiblesses essentielles, est une manière de chef-d’œuvre.

Notes

1. Faruk Tabak, The Waning of the Mediterranean, 1550-1870: A Geohistorical Approach, Baltimore, Johns Hopkins University Press, 2008.

2. Suzanne Bartlet, Licoricia of Winchester: Marriage, Motherhood and Murder in the Medieval Anglo-Jewish Community, Londres, Vallentine Mitchell, 2009.

3. Gershom Scholem, « Réflexions sur les études juives », no thématique « Gershom Scholem », Cahiers de l’Herne, 92, 2009, p. 133-145, ici p. 143

Maurice Kriegel


SHAMA, Simon. L’histoire des Juifs. Trouver les mots. De 1000 avant notre ère à 1492. Trad. par P. E. Dauzat, Paris, Fayard, [2013] 2016. 506p. Resenha de: KRIEGEL, Maurice. Annales. Histoire, Sciences Sociales. Paris, n.4, 2016. Acessar publicação original [IF].

La nación imperial. Derechos, representación y ciudadanía en los imperios de Gran Bretaña, Francia, España y Estados Unidos (1750-1918) | Joseph M. Fradera

La gestación de La nación imperial, obra singular y monumental que consta de 1376 páginas repartidas en dos volúmenes, es fruto de un proceso de maduración que viene a ampliar el campo de acción de varios estudios que el historiador catalán Josep María Fradera ha realizado sobre el colonialismo español decimonónico, entre los que destacan Gobernar colonias (1999) y Colonias para después de un imperio (2005). En su nuevo libro, el autor ha decidido salir del ámbito estrictamente peninsular al comprobar la similitud entre las leyes especiales ideadas por Napoleón para las posesiones ultramarinas francesas a finales del siglo XVIII y el nuevo rumbo de los imperialismos europeos y norteamericano a lo largo del siglo XIX. Las fórmulas de especialidad que Fradera localiza en los principales imperios contemporáneos se verificarían hasta las descolonizaciones iniciadas en 1947 y – algo que queda fuera de los límites cronológicos del libro sin ceñir sus intenciones intelectuales – tendrían repercusiones hasta la actualidad.

Para llevar a cabo su investigación, Fradera cuestiona las categorías de los estudios coloniales y nacionales. En un cambio de escala analítica, el historiador desvela modalidades de concesión y restricción de derechos comunes a distintos imperios, más allá del enfoque clásico y circunscrito del Estado-nación [1]. Con todo, Fradera insiste en el hecho de que su trabajo no se debe comprender como un estudio de historia comparada en la acepción usual de la disciplina, ya que su propósito, como afirma, está menos “pensado para oscurecer las diferencias” que para “razonar las similitudes de casos muy diversos” (p. 1295). En este sentido, siempre vela por matizar las categorías generales de los imperios con las especificidades propias de los espacios considerados. Esta articulación entre lo macro y lo micro le permite centrar su análisis en las experiencias respectivas de los actores de la época [2].

En palabras de Josep M. Fradera, el giro historiográfico global actual “es en algún sentido una venganza contra la estrechez que impusieron las historias nacionales, el férreo brazo intelectual de la nación-estado” [3]. No es baladí indicar que Fradera, joven militante antifranquista, dio sus primeros pasos en la Universidad Autónoma de Barcelona a inicios de los años setenta, en el contexto de la revisión historiográfica alentada por las descolonizaciones posteriores a la Segunda Guerra Mundial [4]. Impregnado por este cambio epistemológico y por las aportaciones más recientes de la historia global, el nuevo estudio de Fradera propone un marco interpretativo que contempla los imperios en sus interrelaciones y supera la anticuada dicotomía entre metrópolis y colonias. Siguiendo a especialistas como C. A. Bayly, Jane Burbank, Frederick Cooper y Jürgen Osterhammel, el historiador catalán quiere demostrar que los imperios desempeñaron un papel activo en la fabricación y la evolución de la ciudadanía y de los derechos, siempre con la idea de denunciar los nacionalismos contemporáneos, así como los atajos teleológicos y esencialistas que pudieron generar en el plano historiográfico.

Más allá de sus orientaciones metodológicas – e intelectuales -, La nación imperial constituye una aportación de primera importancia al ser, que sepamos, el primer estudio redactado en castellano que brinda un abanico espacio-temporal de semejante trascendencia. Al cotejar los grandes imperios de Gran Bretaña, Francia, España y Estados Unidos entre 1750 y 1918 (con algunos apartados dedicados a Portugal y Brasil), el libro proporciona un análisis pormenorizado del proceso sinuoso que empieza con el advenimiento de la idea de libertad a raíz de las revoluciones atlánticas de finales del siglo XVIII y principios del XIX, hasta la consagración de la desigualdad a nivel mundial a lo largo de las centurias siguientes.

Uno de los designios centrales del libro es evidenciar el modo en que las tensiones que sacudieron los grandes imperios occidentales a raíz de la era revolucionaria desembocaron en la adopción de fórmulas de especialidad o de “constituciones duales”, esto es, constituciones que establecían marcos legislativos distintos para las metrópolis y las posesiones coloniales. Es más, Fradera considera la práctica de la especialidad “como la columna vertebral del desarrollo político de los imperios liberales” (p. XV). Según explica, el proceso revolucionario que arrancó con el carácter radical y universalista de la idea de libertad presente en la Declaración de Independencia de Estados Unidos de 1776 y en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano francesa de 1789 conoció una involución notable en el siglo siguiente. La reconstrucción de los imperios tras las revoluciones supuso una delimitación cada vez más marcada en términos de representación entre metropolitanos – es decir, ciudadanos masculinos de pleno derecho – y ultramarinos, cuyos horizontes igualitarios se fueron desvaneciendo a medida que avanzó el ochocientos.

Fradera sostiene que el arduo equilibrio entre integración y diferenciación descansó sobre interrelaciones constantes entre metropolitanos y coloniales. Al comparar múltiples arenas imperiales, el autor muestra también que los paralelismos de ciertas políticas de especialidad respondieron a un fenómeno de emulación en las prácticas de gobierno colonial entre distintas potencias. Por otra parte, una perspectiva de longue durée le permite comprobar que los regímenes de excepción sobrevivieron al ocaso del mundo esclavista atlántico y se reinventaron con los códigos coloniales de la segunda mitad del siglo XIX para extenderse a territorios de África, Asia y Oceanía. El título del libro, al asociar dos conceptos que no se solían pensar como un todo, sugiere, en última instancia, que las transformaciones de los imperios fueron determinantes en la forja de las naciones modernas.

El libro está estructurado en cuatro partes organizadas cronológicamente. La parte liminar resalta el carácter recíproco de la construcción de la idea de libertad entre los mundos metropolitanos y ultramarinos en los imperios monárquicos francés, británico y español durante los siglos XVII y XVIII. Los derechos y la capacidad de representación no se idearon primero en los centros europeos para ser exportados luego a las periferias, sino que se fraguaron de forma simultánea. Este enfoque policéntrico servirá de base analítica para explicitar la estrecha relación entre colonialismo y liberalismo que se impondrá tras la crisis de los imperios monárquicos en el Atlántico.

“Promesas imposibles de cumplir (1780-1830)” es el título de la segunda parte del libro. Se centra en la quiebra de los imperios monárquicos y muestra cómo la adopción de nuevas pautas constitucionales para las colonias y el advenimiento de situaciones de especialidad en el marco republicano contrastaron con los valores radicales sustentados por las revoluciones liberales de la época.

La independencia de las Trece Colonias, pese a la igualdad de principio que conllevaba, no supuso una ruptura con los patrones socioculturales instaurados por los británicos en el continente americano. La joven república norteamericana circunscribió la ciudadanía a sus habitantes blancos y libres (valga la redundancia) y estableció una divisoria basada en el origen sociorracial y el género. Indios, esclavos, trabajadores contratados y mujeres no tenían cabida en la “República de propietarios”, aunque permanecían en el “Imperio de la Libertad”.

Para Gran Bretaña, la separación de las Trece Colonias marcó un cambio de era e implicó una serie de transformaciones que llevaron la potencia a extenderse más allá del mundo atlántico – donde le quedaban, sin embargo, posesiones importantes – para iniciar su swing to the East, esto es, el desplazamiento de su dominio colonial hacia el continente asiático y el Pacífico. La administración de situaciones diversas del Segundo Imperio, que ya no se resumía a la ecuación binaria del hiato entre connacionales y esclavos, implicó tomar medidas políticas para gobernar a poblaciones heterogéneas que vivían en territorios lejanos. Entre los ejes principales del gobierno imperial, cabe destacar el papel central otorgado a la figura del gobernador y la no representación de los coloniales en el parlamento de Westminster, si bien se toleraban formas de representación a nivel local.

En Francia, las enormes esperanzas igualitarias suscitadas en 1789 fueron canalizadas dos años después con la adopción de una Constitución que sancionaba la marginalidad de los coloniales y establecía raseros distintos para medir la cualidad de ciudadano. Establecer un régimen de excepción en los enclaves del Caribe francés permitía posponer la cuestión ardiente de la esclavitud – abolida y restablecida de forma inaudita – y mantener a raya a los descendientes de africanos, ya fuesen esclavos o libres. Se postergaría igualmente la idea de una representación de los coloniales en la metrópolis.

La fórmula de “constitución dual” inventada en Francia encontraría ecos en España y Portugal. Los dos países ibéricos promulgaron sus “constituciones imperiales” respectivas en 1812 y 1822, en un contexto explosivo marcado por el republicanismo igualitario y el ejemplo de la revolución haitiana. Mientras que la Constitución española de 1812 limitaba los derechos de las llamadas “castas pardas”, los constitucionalistas portugueses hicieron caso omiso de los orígenes africanos, pero, en cambio, excluyeron a los indios de la ciudadanía. Pese a sus diferencias, los casos españoles y portugueses guardan similitudes que tienen que ver con el fracaso de sus políticas liberales de corte inclusivo en los años 1820, y con el retroceso significativo en términos legislativos que desembocarían en el recurso a regímenes de excepción a partir de la década siguiente.

La tercera parte de La nación imperial, intitulada “Imperativos de igualdad, prácticas de desigualdad (1840-1880)”, versa sobre la expansión de los imperios liberales en las décadas centrales del siglo XIX, época marcada por la estabilización de las fórmulas de especialidad y de los regímenes duales.

El imperio victoriano tuvo que encarar situaciones conflictivas muy diversas en sus posesiones ultramarinas heterogéneas. La resolución del Gran Motín indio de 1857-1858 constituyó una crisis imperial de primer orden que permitió a Gran Bretaña demostrar su capacidad de gobierno en el marco de una sociedad compleja y de un territorio enorme que no se podía considerar como una mera colonia. La India británica era, en palabras de Fradera, “un imperio en el imperio” (p. 504) que carecía de la facultad para autogobernarse y que, por lo tanto, tenía que ser administrada y representada de manera transitoria por la East India Company. El caso de las West Indies era distinto en la medida en que aquellas se podían definir como colonias. La revuelta sociorracial de habitantes del pueblo jamaicano de Morant Bay en 1865 y la sangrienta represión a que dio lugar tuvieron un impacto considerable en la opinión pública británica, ocasionando nuevos cuestionamientos sobre los efectos reales de la abolición de la esclavitud y el rumbo de la política caribeña. Como consecuencia, el Colonial Office decidió suprimir la asamblea jamaicana y conferir a la isla el estatuto de Crown Colony, lo que constituía una regresión constitucional en toda regla. La conversión de la British North America en dominion de Canadá en 1867 se resolvió de manera más pacífica, aunque la población francófona y católica sufrió un proceso de aminoración frente a los anglófonos protestantes, mientras que los pueblos indios de los Grandes Lagos perdieron sus tierras ancestrales.

Los sucesos revolucionarios de 1848 en Francia volvieron a abrir pleitos que el golpe napoleónico de 1804 había postergado. Se decretó finalmente la abolición definitiva de la esclavitud, sin resolver satisfactoriamente la situación subordinada de los antiguos esclavos. La Segunda República también heredó un mundo colonial complejo. Fue a raíz de la toma de Argel en 1830 cuando la política colonial francesa comenzó a diferenciar las “viejas” de las “nuevas” colonias. Mientras que en las primeras las personas libres gozaban de derechos políticos y de representación relativos, las segundas – a imagen de Argelia, que estaría regida por ordenanzas reales – se apartaban del espectro legislativo. En el marco de este replanteamiento imperial, se procedió a una redefinición múltiple de la ciudadanía, que se medía, entre otras cosas, según la procedencia geográfica de cada uno: metropolitanos, habitantes de las “viejas” colonias y, al pie de la escala simbólica de los derechos, habitantes de las “nuevas” colonias.

En Estados Unidos, los términos de la ecuación se presentaban de forma algo distinta. En efecto, a diferencia de los imperios europeos, las fórmulas de especialidad se manifestaron en el interior de un espacio que se entiende comúnmente como “nacional”. Con todo, dinámicas internas fraccionaron profundamente el espacio y la sociedad de este “imperio sin imperialismo” (p. 659). La expansión de los Estados esclavistas en el seno del “imperio de la libertad” constituyó una paradoja que solo se resolvería – aunque no totalmente – con la guerra de Secesión. De hecho, la “institución peculiar”, como se la llamaba, ponía al descubierto la diversidad social, étnica y cultural de una población norteamericana escindida en grupos con o sin derechos variables. La expansión de la frontera esclavista no solo concernía a los esclavos, sino que afectaba a poblaciones indias desposeídas de sus tierras y recolocadas en beneficio de oleadas sucesivas de colonos norteamericanos procedentes del Este y de europeos.

El carácter del Segundo Imperio español se aclaró con la proclamación de una nueva Constitución en 1837, que precisaba en uno de sus artículos adicionales que “las provincias de ultramar serán gobernadas por leyes especiales”. A pesar de que dichas leyes nunca fueron plasmadas por escrito, quedan explícitas en la práctica del gobierno colonial. A años luz de las promesas igualitarias de las primeras Cortes de Cádiz, las nuevas orientaciones políticas para Cuba, Puerto Rico y Filipinas pueden resumirse en una serie de coordenadas fundamentales: la autoridad reforzada del capitán general, el silenciamiento de la sociedad civil, la expulsión de los diputados americanos y la política del “equilibrio de razas” (es decir, la manipulación de las divisiones sociorraciales y la defensa de los intereses esclavistas).

La cuarta y última parte del libro, que lleva por título “La desigualdad consagrada (1880-1918)”, coincide con la época conocida como el high imperialism. Sus páginas prestan especial atención al desarrollo y consolidación de enfoques de corte racialista. El hecho de que las ciencias sociales se hicieran eco de las clasificaciones raciales propias del desarrollo de los imperios a partir de la segunda mitad del ochocientos demostraba que el Derecho Natural del siglo anterior ya no estaba al orden del día.

El mayor imperio liberal de la época, Gran Bretaña, refleja muy bien la exacerbación de la divisoria racialista con respecto al Segundo Imperio. Los discursos que defendían la idea de razas jerarquizadas se nutrieron de los debates en torno a la representación de los coloniales e impregnaron los debates relativos al imperio. Tal fue el caso, por ejemplo, de Australia, donde se excluyó de los derechos a una población tasmana diezmada por la violencia directa e indirecta del proceso de colonización. Sin embargo, conviene no olvidar que los discursos racialistas actuaron como coartada de la demarcación entre sujetos y ciudadanos.

Argelia fue una pieza esencial del ajedrez político de la Tercera República, en particular, porque se convirtió en laboratorio para las legislaciones especiales del Imperio francés. El Régime de l’indigénat representó la quintaesencia del ordenamiento colonial galo. Este régimen de excepción dirigido inicialmente contra la población musulmana de Argelia fue el broche de oro jurídico de las fórmulas de especialidad republicana hasta tal punto que fue exportado al África francesa y a la mayoría de las posesiones del sudeste asiático y del Pacífico. Esta política de marginalización y de represión propia de la lógica imperial se tiñó de acusados acentos etnocentristas para justificar la “misión civilizadora” de Francia.

La Revolución Gloriosa de 1868 llevó el Gobierno español a mover ficha en sus tres colonias. Si la Constitución del año siguiente anunciaba reformas políticas para Cuba y Puerto Rico, las islas Filipinas quedaban sometidas a la continuidad de las famosas – e inéditas – “leyes especiales”. El ocaso del sistema esclavista explicaba en buena medida el cambio de rumbo colonialista en los dos enclaves antillanos, así como sus dinámicas propias. El archipiélago filipino pasó por un proceso de transformación económica, acompañado de reformas locales de alcance limitado y por una racialización política cada vez más intensa. Los fracasos ultramarinos de la España finisecular tendrían repercusiones en el espacio peninsular con la exacerbación de no pocos afanes de autogobierno a nivel regional.

Estados Unidos conoció serias alteraciones en su espacio interno tras la Guerra Civil. La reserva india, que emergió en el último tercio del siglo XIX, era un zona de aislamiento cuyos miembros no gozaban de derechos cívicos y a los se pretendía incluir en la comunidad de ciudadanos mediante políticas de asimilación. En este sentido, las reservas eran espacios de la especialidad republicana. La victoria de los unionistas distó mucho de significar la superación del problema esclavista y, sobre todo, de sus secuelas. El hecho de que el voto afroamericano se convirtiera en realidad en el mundo posterior a 1865 – conquista cuya trascendencia conviene no subestimar – no impidió que las elites políticas blancas siguieran llevando las riendas del poder, tanto en el Norte como en el Sur. En los antiguos Estados de la Confederación, ya no se trataba de mantener la esclavitud, sino de preservar la supremacía blanca. La segregación racial, que se puede asemejar a una práctica de colonialismo interno, contribuyó a instaurar situaciones de especialidad en las que los afroamericanos serían considerados como súbditos inferiores. En el ámbito externo, el fin de siglo sentó algunas de las bases futuras de este “imperio tardío” (p. 1276). Estados Unidos expandiría sus fronteras imperiales al ejercer su dominio sobre las antiguas colonias españolas y al formalizar el colonialismo que practicaba de hecho en Hawái y Panamá.

Resulta difícil restituir de forma tan sintética los mil y un matices delineados con una precisión a veces quirúrgica en los dos gruesos volúmenes que componen La nación imperial. La elegancia del estilo, la erudición del propósito y los objetivos colosales del libro – que se apoya en una extensa bibliografía plurilingüe – acarrean no pocas repeticiones. Pese a una edición cuidada, se echa en falta la presencia de un índice temático (además del onomástico) y de una bibliografía al final de la obra. Estos escollos, que incomodarán sin duda al lector en busca de informaciones y análisis sobre temas específicos, no cuestionan de modo alguno el hecho de que La nación imperial sea un trabajo muy importante y sin parangón.

Creemos que Josep María Fradera ha alcanzado su objetivo principal al mostrar, como indica en sus “reflexiones finales”, que “la crisis de las ‘monarquías compuestas’ (…) no condujo al Estado-nación sin más, sino a formas de Estado imperial que eran la suma de la comunidad nacional y las reglas de especialidad para aquellos que habitaban en los espacios coloniales” (p. 1291). Otra de las grandes lecciones del libro es que el etnocentrismo europeo no basta para explicitar el modo en que se articularon definiciones y jerarquizaciones cada vez más perceptibles de las poblaciones variopintas de imperios cuyas fronteras políticas, sociales y culturales fueron mucho más borrosas de lo que se suele pensar. El racismo biológico a secas nunca estuvo en el centro de las políticas imperiales, aunque pudo manifestarse puntualmente para justificar algunas de sus orientaciones. Lejos de responder a esquemas estrictamente dicotómicos, las lógicas imperiales, además de relaciones de poder evidentes, estuvieron condicionadas por una tensión permanente en cuyo marco la capacidad de representación – por limitada y asimétrica que fuese -, la sociedad civil y la opinión pública fueron decisivas. En última instancia, el largo recorrido por las historias imperiales invita a adoptar una mirada más crítica acerca de problemáticas tan actuales como el lugar ocupado por ciudadanos de segunda categoría en el interior de antiguos mundos coloniales que no han resuelto las cuestiones planteadas por el despertar de los nacionalismos, la inmigración de nuevo cuño y la construcción de apátridas modernos.

Notas

1. Al respecto, véase Jane Burbank y Frederick Cooper, “Empire, droits et citoyenneté, de 212 à 1946”, Annales. Histoire, Sciences Sociales, 3/2008, pp. 495-531.

2. Sobre el valor heurístico del vaivén entre varias escalas de análisis puede consultarse el estudio de Romain Bertrand, “Historia global, historias conectadas: ¿un giro historiográfico?”, Prohistoria, 24/2015, pp. 3-20.

3. Josep M. Fradera, “Historia global: razones de un viaje sin retorno”, El Mundo, 04/6/2014 [http://www.elmundo.es/la-aventura-de-la-historia/2014/06/04/538ed57f268e3eb85a8b456e.html].

4. Jordi Amat, “Josep María Fradera y los estados imperiales”, La Vanguardia, 23/5/2015.

Karim Ghorbal – Institut Supérieur des Sciences Humaines de Tunis, Universitéde Tunis El Manar (Tunísia). E-mail: [email protected]


FRADERA, Joseph M. La nación imperial. Derechos, representación y ciudadanía en los imperios de Gran Bretaña, Francia, España y Estados Unidos (1750-1918). Barcelona: Edhasa, 2015. 2 vols. Resenha de: GHORBAL, Karim. Los imperios de la especialidad o los márgenes de la libertad y de la igualdad. Almanack, Guarulhos, n.14, p. 287-295, set./dez., 2016.

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A Evolução do Capitalismo | Maurice Dobb

O presente texto tem por objetivo construir uma análise da obra de Maurice Dobb, A Evolução do Capitalismo. Buscaremos, para isto, destrinchar os capítulos que compõe o livro afim de apresentar ao leitor a tese principal do autor. Para isso, pretendemos aqui equacionar o mais erudito da obra com o mais popular, para que este não se torne apenas um material a mais na elucidação do processo de desenvolvimento científico.

Como veremos em seu prefácio, o autor critica sua obra de forma a mostrar que um especialista, se for o caso chamarmos assim, como um historiador pode passar despercebidos alguns informes sobre a Economia; e isso se estende como réplica, pois ao olhar somente do economista pode passar a ideia de amadorismo historiográfico. Leia Mais

Velas ao Mar. U.S. Exploring Expedition (1838-1842) | Mary Anne Junqueira

Abarcar a complexidade analítica de uma viagem de circum-navegação no século XIX é um esforço monumental. Mary Anne Junqueira o empreendeu e foi muito bem-sucedida. Sua obra dá conta dos múltiplos aspectos envolvidos na jornada marítima de quatro anos, seis veleiros e 346 homens comandados pelo capitão Charles Wilkes. A viagem frutificou em um relatório de 23 volumes (cinco dos quais concentraram as narrativas do capitão), material que serviu como fonte para a pesquisa histórica.

Para além da grande dimensão da expedição, os interesses com que percorreu o globo foram variados e abrangeram os de investigação científica (em diversos ramos da ciência tais como a biologia e a cartografia), geopolíticos, simbólicos e estratégicos, que foram examinados com perspicácia pela autora. O trabalho, ademais, veio suprir uma lacuna historiográfica a respeito da U.S. Exploring Expedition, ausente mesmo da literatura estadunidense. Leia Mais

Devagar e simples: Economia, Estado e vida contemporânea / André L. Resente

“Devagar e simples: Economia, Estado e vida contemporânea” é a obra do economista neoclássico André Lara Rezende, publicada em 2015 pela editora Companhia das Letras. O filho do escritor Otto Lara Rezende participou da elaboração do Plano Real, foi presidente do BNDES no governo FHC e fez parte da última campanha de Marina Silva à presidência da República. O livro dispõe de uma coletânea de trabalhos selecionados ao longo dos últimos anos distribuído em três capítulos, tendo como eixo central a desvalorização da política e a necessidade de repensar o Estado em prol da revalorização da vida pública. Entrelaçada com esta questão o leitor encontra uma aguda discussão sobre o crescimento econômico enquanto elemento associativo ao bem-estar social.

Para o autor o Estado precisa urgentemente caminhar devagar e (re) pensar os seus ápices de crescimento acelerado, porque talvez a simplicidade de dar um passo de cada vez possibilite o caminho mais seguro para uma sociedade cujo bem-estar seja ao menos vislumbrado para todos. Dentro deste escopo indica ainda a necessidade de usarmos da lógica cartesiana, não para sabermos o que é real, mas por meio da experimentação racional descobrirmos o que é falso: que o avanço científico aliado a um crescimento econômico acelerado não se apresenta como o único caminho para o bem-estar da civilização. Leia Mais

Resource Wars: the new landscape of global conflict | Michael Klare

Publicado em 2001, o livro “Resource Wars: The New Landscape of Global Conflict”, alvo desta resenha, foi escrito por Michael T. Klare, atualmente professor de Estudos de Segurança e Paz Mundial na Hampshire College (Amherst, Massachusetts, EUA). Além disso, o autor é diretor de cinco programas na mesma universidade sobre segurança e paz, bem como tem diversas obras publicadas relacionadas à mudança da natureza da guerra, tais como: “Blood and Oil: The Dangers and Consequences of America’s Growing Dependency on Imported Petroleum (American Empire Project)” e “The Race for What’s Left: The Global Scramble for the World’s Last Resources”. Todos sem tradução para o português.

Ao longo de 290 páginas, subdivididas em nove capítulos e apêndices, o autor nos remete as mudanças estratégias dos Estados no que se refere a políticas de segurança e controle de recursos naturais estratégicos. De mudanças dos parâmetros da segurança global a exemplos de cenários de conflitos que atravessam todos os continentes, o leitor é levado a analisar como, especialmente a partir do início do século XX, os Estados começaram a focar e conflitar por possessões estratégicas, cada qual com as suas peculiaridades e necessidades. Leia Mais

O Guia árabe contemporâneo sobre o Islã político / Ibrahim Abu-Rabi

Lançado em 2011 [2] este livro vem completar duas lacunas: A primeira – existente em todo mundo euro-americano – de obras sobre o Islã e mundo árabe escritas por seus próprios interlocutores. É bem conhecida a frase de Karl Marx usada como epígrafe no clássico livro de Edward Said “Eles não podem representar a si mesmos; devem ser representados”; a segunda – a da mesma linhagem de obras publicadas em português – embora o número de obras publicadas no Brasil sobre essa temática tenha crescido desde o fatídico 11 de setembro de 2001 e trabalhos acadêmicos especializados estejam numa crescente, estudos sobre Islã e mundo árabe feitos por árabes e muçulmanos ainda são raros. Basta lembrar que entre os autores mais publicados – no Brasil sobre esta temática temos Albert Hourani e Edward Said com ascendência árabe, mas com carreiras consolidadas no Reino Unido e EUA, respectivamente, e Karen Armstrong e Bernard Lewis, sem ascendência árabe e oriundos dos mesmos países.

Editado originalmente em 2010 no Reino Unido em língua inglesa, o livro conta com a perspicácia de Ibrahim Abu-Rabi na seleção dos textos e também na tradução de vários deles (do árabe para o inglês). Detentor da cadeira de Estudos Islâmicos da Universidade de Alberta, Abu- Rabi agregou um corpo de pensadores muito diverso nesta obra, desde militantes como Xeque Umar Abdel Rahman (1938), egípcio radicado nos EUA; Abdullah Azzam (1941-1989), palestino e um dos fundadores do Hamas; Xeque Ali Sadr al-Din al Bayanuni líder da Irmandade Muçulmana na Síria e exilado nas últimas duas décadas na Inglaterra; Fathi Yakan (1933-2009) , líder da Frente de Ação Islâmica no Líbano, à acadêmicos como Mustafá Abu Sway, professor da Universidade de al-Quds (Jerusalém); Ishaq al-Farhan da Universidade Al-Zarqaa (Jordânia); Muhammad Sa’id Ramadan al-Buti da Universidade de Damasco (Síria) e Jamil Hamami também da Universidade Al-Quds. O livro ainda conta com a contribuição do jurista Abdul Qadir Awdar, do jornalista Yassir Zaatira e de outros intelectuais da Europa ( Yahia Zoubir, Professor da Euromed em Marselha), EUA ( o já falecido Ismail Raji al-Faruqi (1921-1986) ex-professor da Universidade de Temple (Filadélfia) e outros mais do mundo islâmico.

As contribuições dos trinta e cinco autores dividem-se em seis partes: I – Rumo a uma avaliação teórica do islamismo no mundo árabe contemporâneo; II – Islamismo, jihad e martírio; III- Islamismo e a questão de Israel/Palestina; IV- Islamismo contemporâneo: tendências e autocrítica; V – O islamismo, o Ocidente, os Estados Unidos e o 11 de Setembro e VI – O islamismo no mundo árabe contemporâneo.

Lançando-se em temas caros à geopolítica e diplomacia atual, o livro tem o mérito de abrir os olhos do leitor para a multiplicidade e divergência de pensamento dentro do mundo islâmico. Tradicionalmente pintado como atrasado, despótico, monolítico e outras características depreciativas nas mídias ocidentais, surgem destas páginas esclarecimentos religiosos como o Capítulo 17 de Yusuf Al-Qaradawi: Extremismo: a acusação e a realidade no qual o autor defende que o Islã é a religião da moderação. Em suas palavras:

O Islã recomenda a moderação e o equilíbrio em todas as coisas: na crença, no culto, na conduta e na legislação […] Os textos islâmicos convocam os muçulmanos a exercerem a moderação e a rejeitarem e se oporem a todos os tipos de extremismo: ghuluw (excesso), tanattu’ (religiosidade detalhista) e tashdid (severidade, austeridade)[3].

Dentre a multiplicidade de vozes e ideias presente na obra, também merece destaque os relatos – Capítulo 5 – de Abdullah Anas sobre seu ingresso na jihad afegã contra os soviéticos no início da década de 1980 e a sistematização da doutrina jihadista feita por Abdullah Azzam no capítulo seguinte, apresentando quinze ensinamentos deixados pela sua participação na jihad afegã. Azzam esboça o roteiro prático de seu engajamento e do apelo proselitista à militância armada.

Outros temas polêmicos como o uso do véu são abordados. No Capítulo 4 Muhammad al-Ghazali argumenta que o profeta Maomé nunca ordenou que os rostos das mulheres fossem cobertos e esse hábito nada tem a ver com o culto, mas – em tom de mea culpa – adverte “nós muçulmanos apresentamos uma imagem feia e repulsiva do Islã”[4]. Nesse sentido, defende “É bastante aceitável, a partir de uma perspectiva islâmica, que as mulheres trabalhem fora de casa”[5] e ainda ironiza apontando que a ex primeira-ministra israelense Golda Meir “humilhou um grupo de homens árabes de barbas e bigodes na Guerra dos Seis Dias”[6].

Saindo do lugar comum da belicosidade, animosidade e confrontação, Ahmad Bin Yousuf escreve o capítulo 20 Os islamitas e o Ocidente: do confronto à cooperação, começa por diagnosticar que:

A psique ocidental foi traumatizada pela natureza tumultuosa da política na região islâmica: a questão turbulenta e multidimensional da Palestina; a retórica intransigente adotada pela Revolução Islâmica no Irã; a mística por trás da jihad afegã; e o enorme apelo dos movimentos islâmicos no interior de seus respectivos ambientes sociopolíticos – no Líbano, Egito, Sudão, Magrebe árabe, Cisjordânia e Faixa de Gaza, Malásia, Paquistão, Filipinas e assim por diante. Incapaz de decifrar esses fenômenos contemporâneos a partir de seus critérios de autorreferência, o Ocidente respondeu de modo errático e falacioso, frequentemente invocando imagens de clichês enunciados banais. O mundo islâmico foi visto com desprezo como uma região unidimensional incapaz de exportar ideais produtivos ou de ser receptivo a ideias estrangeiras[7].

Condenando o uso de expressões capciosas como “fundamentalismo” e seletividade jornalística, aponta Os estudos seletivos imprimem nos leitores o pesadelo alucinatório de reacionários irracionais, em vez de explicar o comportamento muçulmano como uma resposta a injustiças específicas”[8], assim “incidentes individuais realizados por uma minoria frustrada são relatados como o trabalho de uma força fundamentalista destrutiva. Qualquer um que quebra a lei, e ocorre de ser um muçulmano por identidade, é um fundamentalista”[9].

No esteio desse debate vale a menção ao primeiro capítulo. Muhammad al-Buti desfaz a ligação automática entre “salafiyyah” e “wahhabi”. Segundo ele, a primeira é uma “fase histórica abençoada” em que a umma (comunidade muçulmana) era guiada pelos califas rashidum (“bem guiados”). Nunca houve uma escola legal salafista, a confusão começa a partir do século XIX, quando no Egito passou-se a utilizar o termo salafiyyah descolado de seu cunho teológico e erudito limitado como, por exemplo, em nomes de revistas e editoras. Paralelamente, ganhava corpo na Arábia Saudita a doutrina fundada pelo Xeque Muhammed Ibn Abdul Wahab (1703-1792), ambos movimentos visavam combater superstições e inovações, sobretudo dos místicos e desse modo preferiram o termo salafiyyah que remete a primeira comunidade islâmica ao contrário de homenagear a persona de Wahab. Tal operação constitui-se um esforço de legitimação, buscando tornar paradigmática a interpretação wahhabi – concentrada na Arábia Saudita – acerca da doutrina e tradição islâmica.

O esforço organizativo empreendido por Abu-Abi é enunciado logo nas primeiras páginas “Dentro do universalismo islâmico há unidade, mas não uniformidade”[10]. De fato, a obra consegue abarcar a “unidade” e “multiplicidade” do mundo islâmico. Como também mencionado pelo organizador da coletânea, é preciso “conscientizar as audiências ocidentais de que o Islamismo como um discurso político abarca muito mais do que o fundamentalismo dogmático e a violência terrorista que são abundantes na mídia ocidental”[11].

Retomando uma ideia de Edward Said, “precisamos compreender as muitas ‘atualidades políticas’ que o ‘retorno ao Islã’ corporifica” (SAID, 1981 apud ABU-RABI, 2011, p. 12). Vale ainda esclarecermos que normalmente tem se usado as palavras “Islã” e “Islamismo” indistintamente no Brasil e em outros países ocidentais. Para Abu-Rabi, assim como para outros intelectuais importantes como Hamit Bozarslan, “Islã” remete a religião, mas também há o significado sobreposto de “civilização islâmica” – os franceses convencionaram “islã” com minúscula para religião e “Islã” com maiúscula para civilização, distinção que não existe na língua inglesa. Já o “Islamismo” de acordo com Abu-Rabi emerge como movimento político em resposta a alguns fatores: de um lado a falha do movimento pan-islâmico do século XIX e parte do XX em alcançar o “Tanzimat” (uma espécie de “renascimento”) ocorrido no Império Otomano;“O surgimento de uma nova ordem colonial nos antigos territórios do Império Otomano, que coincidiu com a divisão do mundo árabe moderno entre novos senhores imperialistas (principalmente franceses e ingleses)”[12]; O surgimento dos nacionalismos nos diferentes países árabes (incluindo os do Norte da África) no entreguerras e a ascensão dos EUA após a Segunda Guerra Mundial.

“O Islamismo moderno foi principalmente um produto do sistema capitalista moderno, criado por diversas potências ocidentais ao longo dos últimos séculos”[13]. Immanuel Wallerstein aponta no mesmo sentido: o Islamismo

é simplesmente uma variante daquilo tem acontecido em todos os lugares nas zonas periféricas do sistema mundial. A interpretação básica destes eventos tem de girar em torno da ascensão histórica dos movimentos antissistêmicos, seu aparente sucesso e fracasso político, a consequente desilusão, e a busca por estratégias alternativas. (WALLERSTEIN, 1994, apud ABU-RABI (org) p. 13)

O islamismo é também uma resposta a hegemonia europeia. De acordo com Abu-Rabi o sistema mundial capitalista não pode sobreviver sem inimigos externos e assim “o Ocidente” o considera seu principal inimigo. É uma consequência quase natural que as massas muçulmanas afetadas pelas intervenções colonialistas se agrupem sob a bandeira islamita contra um “inimigo comum”. “O Islamismo nasceu nos mundos árabes e muçulmano a partir do ventre do colonialismo” e representa uma ameaça à seus genitores por desejar a quebra do status quo e reivindicar que o Islã seja um “significador mestre”, fator que ampliaria a lacuna conceitual entre a concepção ocidental do mundo e a concepção islâmica.

Notas

2. A tradução do inglês para o português foi realizada por André Oídes. Versão original: ABU-RABI, Ibrahim (org.). The Contemporany Arab Reader on Political Islam. London: Pluto Press, 2010.

3. AL-QARADAWI, Yusuf. Extremismo: a acusação e a realidade. In: ABU-RABI, Ibrahim (org.). O Guia árabe contemporâneo sobre o Islã político. São Paulo: Madras, 2011.p.205.

4. ABU-RABI, Ibrahim (org.). O Guia árabe contemporâneo sobre o Islã político. Op. cit., p.69.

5. Ibidem, p.70.

6. Ibidem, p.71.

7. YOUSUF, Bin. Os islamitas e o Ocidente: do confronto à cooperação. In: ABU-RABI, Ibrahim (org.). O Guia árabe contemporâneo sobre o Islã político. Op. cit., p.237.

8. Ibidem, p.247.

9. Ibidem, p. 240.

10. ABU-RABI, Ibrahim (org.). O Guia árabe contemporâneo sobre o Islã político. Op. cit., p. 9.

11. Ibidem, p.9-10.

12. Ibidem, p.12.

13. Ibidem, p.13.

Felipe Yera Barchi – Doutorando em História pela Universidade Estadual de São Paulo (UNESP). E-mail: [email protected]. Currículo Lates: http://lattes.cnpq.br/9147137881055201.

Resenha de: Em Perspectiva. Fortaleza, .Acessar publicação original [IF].


ABU-RABI, Ibrahim (org.). O Guia árabe contemporâneo sobre o Islã político. São Paulo: Madras, 2011. [1] Resenha de: BARCHI, Felipe Yera. Para entender o Islã Político. Em Perspectiva. Fortaleza, v.1, n.1, p.208-212, 2015. Acessar publicação original [IF].

A cultura no mundo líquido moderno / Zygmunt Bauman

Com seu livro intitulado A Cultura no Mundo Líquido Moderno, no original Culture in a Liquid Modern World, Zygmunt Bauman prossegue em 2013 suas análises sobre a modernidade, fazendo uma síntese das características que tomou a cultura desde a era “sólida” até a era “líquida”, bem como sua relação com o “multiculturalismo” e “globalização”.

No primeiro capítulo Bauman procura demonstrar que na atualidade não se firmam mais as antigas distinções entre a elite cultural e o chamado “grande público”, essa hierarquia cultural deu lugar a uma elite diversificada que aprecia tanto a “grande arte” quanto os programas populares de televisão e, “onivoramente”, consome diversas formas de arte, tanto populares quanto intelectualizadas, porém preocupada demais em celebrar o sucesso e outras formas festejadas ligadas a cultura. Descreve também “as peregrinações históricas do conceito de cultura”, desde o Renascimento, passando pela reviravolta causada por Pierre Bourdieu no século XX, chegando até os dias atuais, quando adentra a era “líquida”. Bauman mostra que o conceito de “cultura”, surgido no âmbito rural para incitar a ação agrícola, o arado e a semeadura, também esteve relacionado ao cultivo de almas (cultura animi), a interação entre protetores e protegidos, educadores e educados, e ainda esteve relacionado aos ideais iluministas e a construção de uma nação, de um Estado e de um Estado-nação, e ainda a aproximação entre as classes altas e o “povo”, ou seja, entre os que estão na base da sociedade e os que estão no topo. A perda de posição do conceito de “cultura” é resultado de uma série de processos de caracterizam a transformação da modernidade de seu estado “sólido” para seu estado “líquido”, o que Bauman denomina de “modernidade líquida”.

No segundo capítulo Bauman discorre sobre a “moda”, fenômeno social, segundo ele, em constante estado de “devir”. Para Bauman a “moda” funciona como uma válvula que se abre antes que se atinja a conformidade, ela multiplica e intensifica as distinções, diferenças, desigualdades, discriminações e diferenças. Um moto perpétuo que torna-se norma no momento em que se encontra no “mundo socializado”, um aniquilador de inércia. Segundo Bauman, “A moda coloca todo estilo de vida em estado de permanente e interminável revolução”, nesse sentido, “A moda é um dos principais motores do ‘progresso’”3. As pessoas, por sua vez, seriam caçadores em busca de uma contínua e ininterrupta variação do próprio self, por meio da mudança de costumes, e essa estrada vem a ser para os caçadores uma forma de utopia, uma vida na utopia.

Em seu terceiro capítulo o livro abarca desde a construção dos Estados-nação, em fase “sólida” na era moderna, até o mundo globalizado da atualidade. Primeiramente Bauman procura evidenciar que os Estados-nação tornaram-se menos inabaláveis a medida que começam a ser coagidos e encorajados a abandonar suas aspirações e esperanças. “A medida de ‘funcionalidade’ […] já não parecia tão inquestionável ou inegavelmente correta”4. O impulso da globalização teve papel preponderante no abandono das aspirações dos Estados-nação, que teve como efeito colateral a emergência da natureza inconsistente das fronteiras do sistema. O livro também chama a atenção para a importância da migração em massa durante o período da modernidade e da modernização, uma migração de pessoas em detrimento da migração de povos como o ocorrido em inícios da Idade Média. Bauman divide estas migrações em três fases: A primeira foi a migração de 60 milhões de pessoas da Europa para as “terras vagas”, onde as populações indígenas podiam ser desprezadas ou vistas como inexistentes ou irrelevantes. A segunda vem no sentido inverso, onde algumas das populações nativas, com variados graus de educação e “sofisticação cultural”, seguiram os colonialistas que retornavam à terra natal. A terceira fase das migrações modernas, em pleno curso, introduz a era das diásporas;

Trata-se de um arquipélago infinito de colônias étnicas, religiosas e linguísticas, sem preocupações com os caminhos assinalados e pavimentados pelo episódio imperial/colonial, mas, em vez disso, conduzido pela lógica da redistribuição global dos recursos vivos e das chances de sobrevivência peculiar ao antigo estágio da globalização5.

Segundo Bauman, a escala dos movimentos populacionais globais, hoje, é ampla e continua a crescer, entretanto, o que tem ocorrido é que os imigrantes tem se tornado “minorias étnicas”, e essas aglomerações “etnicamente estrangeiras” disseminam hábitos das populações locais, causando estranhamento e uma “guetificação” dos “elementos estrangeiros” que, por sua vez, se fecham em círculos próprios. Pari passu Bauman aponta uma nova indiferença a diferença, que mostra-se como uma aprovação do “pluralismo cultural”, segundo ele, “A prática política constituída e apoiada por essa teoria é definida pelo termo ‘multiculturalismo’”6.

Já no quarto capítulo, o livro inicia com uma discussão em torno da missão das “classes instruídas” (intelectuais avant la lettre, sendo que o conceito de intelectuais só tomou forma no século XX), iniciada ainda no Iluminismo e que consistia em duas tarefas: A primeira delas, tinha como meta “esclarecer” ou “cultivar” o “povo”, transformar as entidades desorientadas, desalentadas e perdidas em membros de uma nação moderna e cidadãos de um Estado Moderno, ou seja, a criação de um “novo homem”. Nesse sentido a “educação” foi a viga mestra desta transformação, “a educação era capaz de tudo” e o papel dos educadores era o da “cultura”, no sentido original de “cultivo”, tomando o termo de empréstimo à agricultura. A segunda tarefa consistia em planejar e construir novas e sólidas estruturas que dariam um novo ritmo de vida a massa momentaneamente “amorfa”, ainda não adaptada ao novo regime, ou seja, introduzir uma “ordem social”, “colocar a sociedade em ordem”. “As duas tarefas dependiam da combinação de todos os poderes do novo Estado-nação, econômicos, políticos e também espirituais, no esforço de remodelar corporal e espiritualmente o homem – o principal objetivo e o principal objeto da transformação em curso”7. A construção do Estado foi um esforço que exigiu o engajamento tanto de administradores quanto de administrados, o que segundo Bauman não ocorre hoje, onde não há mais um engajamento e o modelo pan-óptico de dominação dá lugar à supervisão e ao autocontrole pelos próprios objetos da dominação. “As colunas em marcha dão lugar aos enxames”8. Bauman ainda argumenta que tendo Deus criado o Homem e o feito andar sobre os dois pés, mandou-o achar o seu próprio caminho e segui-lo, dessa forma, “Em nossa época, foi a vez de a sociedade […] concordar que o homem fora equipado com ferramentas pessoais suficientes para enfrentar os desafios da vida e administrá-la sozinho – e logo desistir de impor as escolhas e administrar as ações humanas”9. Bauman também pondera sobre a aceitação e permanência culturais deixando claro que devemos aceitar todas as proposições como válidas e dignas de escolha, evidenciando ainda que se determinada cultura é tida como valiosa deve ser preservada para a posteridade independentemente de uma comunidade cultural ou da maioria de seus membros.

No seu quinto capítulo, o livro procura demonstrar que a globalização tem agido de forma a desfragmentar as identidades nacionais no contexto da União Europeia, quando desintegra seu antigo abrigo, os alicerces da independência territorial. Para Bauman, a União Europeia não somente preserva as identidades dos países que nela se unem, como procura neutralizar as poderosas pressões que a atingem através do ciberespaço. “Dessa maneira a união também salvaguarda as nações dos efeitos potencialmente destrutivos do longo e permanente processo […] de separar a trindade formada por nação, Estado e território, tão inseparáveis nos dois últimos centenários”10. Entretanto, Bauman destaca que a cultura no contexto da união tem sobrevivido mesmo sem o suporte da trindade nação-Estado-território. Não obstante, a construção nacional tinha por meta a concretização de “Um país, uma nação”, o nivelamento das diversidades étnicas dos cidadãos, por sua vez, os processos civilizadores garantiriam que a diversidade de línguas e o mosaico étnico e cultural não perdurassem por muito tempo, nesse sentido, dentro do Estado-nação culturalmente unido e unificado, “Tudo que fosse ‘local’ e ‘tribal’ era considerado ‘atraso’”11. “A prática da construção nacional tinha duas faces: a nacionalista e a liberal”12, a primeira era séria e enérgica, a segunda era amigável e benevolente. “As comunidades não viam diferença entre as faces nacionalista e liberal apresentadas pelos novos Estados-nação. Nacionalismo e liberalismo preferiam estratégias diferentes, mas miravam fins semelhantes”13. Sem dúvida a globalização tem mais proximidade com a face liberal do Estado-nação, pois o vácuo criado pela globalização oferece maior liberdade às iniciativas e às ações individuais, notadamente características do liberalismo.

Em seu sexto e último capítulo, o livro destaca o financiamento das artes por parte do Estado, tendo como precursores os franceses que, por sua vez, tinham na figura de Luis XIV um grande incentivador das artes e da educação dos artistas, fundador, em especial, do teatro real, a Comédie-Française. Bauman ressalta ainda que as primeiras ações, que seriam hoje chamadas de “política cultural”, surgem uns duzentos anos antes da emergência do termo “cultura”. O conceito francês de culture [tradução – do francês = cultura], estava relacionado a elite instruída e poderosa e também a promoção do aprendizado, da suavização das maneiras e do refino do gosto artístico. Durante o século XIX, surgem noções como “desenvolvimento e disseminação da cultura”, e “Também neste período, a tradição já estabelecida de responsabilidade do Estado pela cultura foi posta a serviço da construção nacional”14, o intuito era endossar o patriotismo e a lealdade a República. Segundo Bauman, “A cultura conferiria prestígio e glória, em âmbito mundial, ao país que patrocinasse seu florescimento”15. Através do pensamento de Theodor Adorno, o livro ainda procura estabelecer um paradoxo entre a inata atitude suspeitosa da administração diante da insubordinação e da imprevisibilidade naturais da arte e o desejo dos criadores de cultura de serem ouvidos, vistos e, tanto quanto possível, serem notados, paradoxo esse que para Bauman não tem solução, mas que tem mudado nas últimas décadas, em termos da situação da arte e de seus criadores. Bauman ainda demonstra que este paradoxo esta também relacionado a uma lógica de mercado, que, por sua, vez é uma tentativa de atingir o público, prática comum desde os tempos em que a arte era administrada pelo Estado e que, seguindo os critérios do mercado de consumo, preocupam-se com a iminência do consumo, da satisfação e do lucro.

Notas

3 BAUMAN, Zygmunt. A cultura no mundo líquido moderno. Rio de Janeiro: Jorge Zahar, 2013. p.20.

4 Ibidem, p.28.

5 Ibidem, p.29.

6 Ibidem, p.37.

7 Ibidem, p.43.

8 Idem.

9 Ibidem, p.46.

10 Ibidem, p.56.

11 Idem.

12 Idem.

13 Ibidem, p.57.

José Fernando Saroba Monteiro – Mestrando em História do Império Português [e-learning] pela Universidade Nova de Lisboa (UNL). Licenciado em História pela Universidade de Pernambuco (UPE); Especialista em Teorias da Comunicação e da Imagem pela Universidade Federal do Ceará (UFC); Licenciando em Música pela Universidade Federal do Ceará (UFC). E-mail: [email protected]. Currículo Lattes: http://lattes.cnpq.br/5353852205190949.


BAUMAN, Zygmunt. A cultura no mundo líquido moderno. Rio de Janeiro: Jorge Zahar, 2013. Tradução de Carlos Alberto Medeiros. Resenha de: MONTEIRO, José Fernando Saroba. Em Perspectiva. Fortaleza, v.1, n.1, p.214-218, 2015. Acessar publicação original [IF].

The Oxford Handbook of World History | Jerry Bentley

Pouco conhecida no cenário historiográfico brasileiro, a denominada História Global tem se desenvolvido com força desde a década de 1980 nos meios acadêmicos europeus e norte-americanos. As perspectivas globais, a busca por efeitos-causa e a explicitação de grandes processos, que nortearam a produção historiográfica inglesa e norte-americana desde as obras de Arnold Toynbee (1955) nos anos 1930 até Immanuel Wallerstein (1974) e William McNeill (1963) nos anos 1970, passaram por um intenso processo de renovação e rediscussão.

O livro organizado pelo Professor da Hawai’i University, Jerry Bentley†1, reúne as mais atualizadas discussões sobre o tema, proporcionando em seu conteúdo uma visão ampla e sistêmica da História Global. Em seu prefácio, Bentley apresenta ao leitor as novas – e as não tão novas – dificuldades e armadilhas dos historiadores globais. Influenciados pelos estudos póscoloniais e pela descentralização do saber acadêmico, ocorrido ao longo do século XX – que descendeu das cátedras europeias às mais variadas partes do mundo – os historiadores globais rejeitaram velhas idiossincrasias das denominadas “Histórias Universais”, como o etnocentrismo e um manifesto “sentido da história” hegeliano, em prol de uma análise de processos, encontros e trocas entre as sociedades, considerando sua fluidez e permeabilidade, espalhados por dilatadas dimensões espaciais e temporais. Leia Mais

China Goes Global: The Partial Power | DAvid Shambaugh

Today’s debate about the future of global order is marked by a near-certainty that China’s economy will overtake that of the United States within the next decade. Most analysts also believe that as a consequence, China will be able to challenge and eventually supplant the US as the global hegemon. We are heading, the story goes, towards a ‘Chinese world’.

David Shambaugh, Director of the China Program at George Washington University, disagrees. He argues that China “has a very long way to go before it becomes – if it ever becomes – a true global power.” According to him, “China will never rule the world.” The reason, according to the author, is not merely economic. The book argues that China lacks close friends or allies, and that China is not normatively integrated into the community of nations. It lacks a military network similar to that of the United States. Furthermore, its reactive foreign policy keep it from taking the initiative, leaving its diplomatic footprint smaller than its economic weight would suggest. Above all, China has no soft power – its cultural products fail to set global trends like that of the United States. Leia Mais

Mundo 3.0: como alcançar a prosperidade global | Pankaj Ghemawat

Pankaj Ghemawat é um prodígio indiano que concluiu seu doutorado na Harvard Business School aos 22 anos de idade e se tornou o mais novo professor em tempo integral que essa instituição já teve2. Ele publicou Mundo 3.0: como alcançar a prosperidade global pela Harvard Business Press Books em 2011, e a editora Bookman, de Porto Alegre (RS), lançou-o no Brasil no ano seguinte.

Mundo 3.0 derivou de um premiado artigo3 em que o autor critica O Mundo é Plano, de Thomas Friedman. A revista The Economist4, que costuma mencionar as ideias de Ghemawat, considera equilibrado e convincente o contraponto que ele faz à eufórica obra de Friedman. Leia Mais

Uma breve história do mundo | H. G. Wells

A obra aqui resenhada foi editada pela primeira vez em 1922, pouco depois da I Guerra Mundial. Mantém-se ainda com fortes atrativos para sua leitura, tendo-se em vista que sua linguagem conserva uma combinação entre o rigor analítico e o descritivo, sem apresentar-se extensa ou profunda em excesso em um ou outro. Parecer dirigir-se ao leitor iniciante, como alunos do curso de graduação em História, assim como interessados na leitura de um texto objetivo, sucinto e altamente informativo e formativo.

O livro possui 67 capítulos, em geral curtos e escritos num estilo que se assemelha ao jornalístico. Seus primeiros 12 capítulos cobrem a formação da Terra e o desenvolvimento da vida, até chegar aos “primeiros homens verdadeiros” e ao “pensamento primitivo” (dois temas que intitulam, respectivamente, os capítulos 11 e 12). Obviamente, as bases em que o autor escreve esses primeiros capítulos acham-se defasadas perante as descobertas e avanços científicos verificados ao longo do Século XX. Apesar disso, mostram uma descrição e análises rigorosas a respeito, com o que havia disponível nas primeiras décadas do Século XX. A seguir, destacam-se alguns pontos do livro, tendo-se em vista tratar-se de um número de capítulos que inviabiliza a descrição de cada um deles no espaço de uma resenha. Leia Mais

The Shock of the Global: the 1970’s in perspective | Niall Ferguson

Recentemente, os anos 1970 tem chamado a atenção de muitos estudiosos, pelo fato de ter lançado muitas das bases do nosso mundo hodierno, em especial a globalização do final do século XX. Na introdução do livro, Niall Ferguson aponta como a porcentagem de crescimento do PIB mundial vem declinando desde os anos 1970 em todas as regiões, com exceção do Extremo Oriente. Mesmo assim, não se pode caracterizar os anos 1970 como um período de crise, pois a década de 1980 também foi marcada pela crise econômica mundial. Os anos 1970 podem ser vistos mais como o início das crises que afetaram o mundo no período subsequente e não como uma década de crise aguda em si. O milagre chinês, o colapso soviético e a efervescência política no mundo islâmico, todos têm suas raízes nos anos 1970. Leia Mais

O Mundo em 2050: como a Demografia, a Demanda de Recursos Naturais, a Globalização, a Mudança Climática e a Tecnologia Moldarão o Futuro | Laurence Smith

Editado recentemente pela Editora Elsevier, o livro do geocientista americano, especialista em impactos geofísicos da mudança climática e consultor do governo dos Estados Unidos Laurence C. Smith, com o título em português O Mundo em 2050. O Futuro de Nossa Civilização, a partir do próprio título deixa o leitor curioso a respeito do seu conteúdo.

Smith não se concentra somente em um setor, como o crescimento populacional, ou mesmo, o futuro das fontes energéticas. Ele procura mostrar, com a ajuda da Geografia e da História, como as condições atuais de tratamento da Natureza, deixarão marcas duradouras no futuro.

Para isso, se utiliza de modelos computacionais altamente sofisticados, pois, como se sabe, essas forças – demografia, demanda de recursos, globalização e mudança climática – estão intimamente interligadas, tendo o poder de moldar o nosso futuro. Daí, com a ajuda desses modelos, o cientista acredita ter condições de analisar tendências, convergências e possíveis paralelos entre elas. Pretende, através de uma base científica, formalizar uma ideia do que poderá ocorrer nos próximos 40 anos, a partir das tendências atuais, uma vez que estas poderão ser previstas e extrapoladas para o futuro.

Nas suas pesquisas, Smith chegou à conclusão que o aquecimento ampliado do clima começou no Norte, daí, faz as seguintes perguntas: qual o significado disso para os povos e ecossistemas da região? Quais as suas tendências políticas e demográficas? O que isso representaria no que diz respeito aos vastos depósitos de combustíveis fósseis que se acredita haver abaixo do leito dos seus oceanos? De que maneira se transformaria, por pressões ainda maiores que vem se acumulando ao redor do mundo? Que aconteceria se, como sugerem muitos modelos climáticos, nosso planeta for assolado por ondas de calor insuportáveis, secas e a consequente queda da produção agrícola? Será que haveria a possibilidade de surgir novas sociedades humanas em lugares que, hoje, nos parecem inóspitos?

São essas as questões que o autor tenta responder ao longo da discussão que, como vemos pelo próprio título da obra, trata do futuro do planeta. No diagnóstico desse futuro, o autor analisa, por exemplo, os gases do efeito estufa e a oferta de recursos naturais. O autor tem, ainda, a preocupação de projetar quarenta anos no futuro, estudando de perto o que se passa hoje na natureza e o porquê dos fatos.

Para discutir o futuro é preciso entender o passado. Assim, em ordem histórica de importância, o autor analisa as quatro forças globais que há séculos vem, em processo, contribuindo para moldar o nosso mundo em 2050: a demografia, a demanda por recursos naturais, a globalização e a mudança climática.

Ao tratar da primeira força, a demografia, o autor traz uma série de números a respeito do crescimento populacional, desde o advento da agricultura, quando “havia talvez um milhão de pessoas no mundo”, até os dias de hoje, quando a população mundial chegou aos “sete bilhões em 2011” (p.9). A crescente demanda por recursos naturais e serviços, resultante de uma população mundial que não para de crescer também é motivo de sua análise. O fenômeno da globalização é visto pelo autor, como um conjunto de processos econômicos, sociais e tecnológicos, que está tornando o mundo mais interconectado e interdependente – aí ele percebe implícita uma política cultural e ideológica.

No que tange às mudanças climáticas, faz um histórico do desenvolvimento do efeito estufa que, já em 1820, teve sua existência deduzida pelo matemático francês Joseph Fourier (que deduziu que a terra estava muito mais quente que costumava ser, dada a sua distância em relação ao sol). Smith não deixa de citar, neste sentido, o papel da tecnologia, considerada por ele a quinta força, que pode servir de capacitador ou freio para as quatro forças globais, na medida em que tem condições de corrigir problemas.

A partir desta introdução o autor passa a fornecer ao leitor dados e tendências essenciais que ajudam a entender a dinâmica do desenvolvimento que engendrará a imagem do ano 2050. Para isso, recorre ao debate que os cientistas vêm fazendo em nível mundial e que diz respeito à substituição de combustíveis fósseis por tipos de energias renováveis, assim como a possibilidade de reciclagem e poupança dos citados materiais. Abalizando os prós e contras da utilização de diferentes tipos de energia e matérias primas, Smith não descarta o grande potencial de conflito que poderá se desenvolver na exploração de recursos naturais, como água, petróleo e gás natural.

Nesse sentido, de onde viriam essas novas fontes de energia, em 2050? Através do hidrogênio como nos filmes de ficção científica? Dos biocombustíveis (etanol, a partir da cana ou da beterraba)? Da energia nuclear com seus riscos a saúde pública? Da energia hidrelétrica que gera atualmente 16% da eletricidade do mundo? Da energia eólica ou solar, setores em crescimento, sobretudo em países de altitudes médias e altas?

O autor é conclusivo no que diz respeito ao aumento de fenômenos climáticos extremos ou a elevação do nível do mar, mostrando como a mudança climática conduz a tempestades devastadoras.

Nesta perspectiva, cita a catástrofe que se abateu em 2008 sobre o estado de Iowa, que se destacou como a segunda maior em 136 anos. Em maio do mesmo ano, um tornado de categoria f5 atingiu o estado, além de outros 48 menores, todos eles com vítimas fatais. Enquanto isso, em 4 de junho do mesmo ano, o governado Arnold Schwarzneger anunciou uma grande seca no estado da Califórnia, grande produtor de produtos agrícolas dos EUA. Assim, de repente, a Califórnia se viu em meio a uma crise econômica histórica que atingiu o setor da habitação e os mercados de crédito globais, na eminência de perder mais de 80 mil empregos e U$$ 3 bilhões em receitas agrícolas.

Secas excepcionais castigaram países no mundo inteiro, ameaçando a agricultura e provocando incêndios (p.70), como os que alcançaram a Austrália, matando 200 pessoas. Em Chattisgarh, na Índia, 1.500 agricultores cometeram suicídio porque, com a seca, tiveram suas terras confiscadas pelo não pagamento das dívidas.

Para Smith, o problema central no futuro é que uma parcela crescente da população mundial viverá em locais onde a água, sem dúvida, será escassa. Na página 75, o autor comenta que,

enquanto 8 em cada 10 pessoas tem acesso a algum tipo de água melhorada, essa media global mascara intensas discrepâncias geográficas. Alguns países como Canadá, Japão e Estônia fornecem água potável a todos os seus cidadãos. Outros, especialmente na África, oferecem água potável a menos da metade da sua população. (SMITH, 2011, p. 75)

Outro fato aterrorizante, discutido pelo autor, é que já se pode constatar que cada vez mais multinacionais estão privatizando e consolidando os sistemas de abastecimento de água. Cita três exemplos destas: Suez Veolia Enviromental Services (ex- Vivendi) e Thames Water, que, expandindo-se, transformaram-se em empresas de comercialização de água em todo o mundo em desenvolvimento. Em 2009 a Siemens pagou um U$$ bilhão pela U.S Filter, maior fornecedor de produtos e serviços para tratamento da água da América do Norte. A General Eletric e a Dow Chemical também estão entrando no ramo da água (p.77) ao lado da Nalco, ITT e Danaher Corporation.

Contrariando o senso comum, o crescimento populacional e a industrialização representam, para o suprimento de água global, um desafio ainda maior que a mudança climática. O fornecimento de uma quantidade adequada de água para essa produção, a expansão dos parques industriais e, paralelamente, a necessidade de manter a água limpa nesse processo, será, para o autor, o grande desafio do século.

Ao considerar as mudanças climáticas o autor se concentra na análise da elevação das temperaturas no Norte, fato que está ocorrendo mesmo no período do inverno e em altíssimas altitudes. Ele afirma que qualquer processo de mudança climática “é errático ao longo do tempo” (p.104). A mudança climática apresenta ainda um segundo fato: a sua geografia nem sempre é global e nem sempre tende ao aquecimento. A mudança climática não é apenas errática no que diz respeito ao tempo, mas também em termos geográficos. Outro fato é que a mudanças climáticas ocorrerão diferentemente no globo, assim como as situações a elas ligadas: quando existe um aumento de temperatura em um local, não significa que em todos os lugares do globo ela sofra o mesmo aumento. Em alguns locais poderá ocorrer um aumento mais acentuado e em outros poderá ocorrer até mesmo um resfriamento.

O segundo cenário considera igualmente uma população mundial estabilizada e uma pronta adoção de novas técnicas de produção de energia, advindas tanto dos combustíveis fósseis como de combustíveis não fósseis. O terceiro cenário pressupõe um mundo heterogêneo, com forte crescimento populacional, um lento desenvolvimento econômico e uma lenta transição para novas tecnologias que produzam energia.

Smith mostra, ainda, de forma clara, que a mudança climática será bem mais pronunciada na região Norte. Em 2007 foi comprovado que 40% da calota polar derreteu, desaparecendo em questão de meses. Os modelos climáticos existentes não haviam previsto um fenômeno como esse, até pelo menos em 2035. Tais modelos não acompanharam a rapidez que o fenômeno se deu de fato. A fauna e a flora também sofreram o impacto dessa mudança de temperatura.

O autor mostra a mudança de comportamento do urso polar cujo lar é o gelo flutuante, onde caça, dorme e se acasala. O urso polar não hiberna no inverno. No verão, quando o gelo se desintegra e diminui, eles são forçados a migrar para a terra, por conseguinte sendo forçados a jejuar até a volta do gelo. Com isso, em 2004, foram confirmadas pelos biólogos três ocorrências em que ursos polares caçaram e comeram uns aos outros. O que significa dizer que a cadeia alimentar como um todo – do microscópico fitoplâncton ao urso polar –, que está intrinsecamente associada à presença do gelo oceânico está sendo prejudicada.

Não se pode esquecer que seres humanos também dependem do gelo, como os esquimós que vivem no litoral do Oceano Ártico, caçando focas, ursos polares, baleias, e outros peixes, onde já se vê uma mudança de hábitos. Milhares de quilômetros de distancia, nem por isso se entregam ao desespero. Toda essa discussão precedente levará o autor ao ponto principal, ou seja, as consequências dessa situação de aquecimento global e esgotamentos das fontes de energia tradicionais para os oito países que estão na zona do ártico: Rússia, EUA, Canadá, Islândia, Noruega, Finlândia, Dinamarca e Suécia, que terão possibilidades de se beneficiar, haja vista as riquezas do subsolo da região e outros valiosos recursos naturais. A partir dessas novas previsões, esses países estão, pelo menos, avaliando a implementação de novos esquemas na região.

Ampliando suas análises a respeito de 2050 o autor calcula que: a) a população mundial terá aumentado neste ano quase 50%, formando aglomerados urbanos próximos as latitudes mais baixas e quentes do planeta; b) estão surgindo países com grande potencial econômico como China, Índia e Brasil; c) grande parte da população viverá nas cidades e estará mais velha e mais rica; d) a água em muitos locais se tornará escassa; e) cidades sofrerão com a elevação do nível do mar; f) a agricultura irrigada praticamente não existirá.

Comprovadamente, o livro de Laurence C. Smith vale a pena ser lido. Escrito de modo fascinante o livro mostra metodologicamente as consequências socioeconômicas que derivam das mega-tendências do desenvolvimento mundial até o ano 2050, se valendo, para tanto, de dados respaldados em estudos econômicos, sociológicos, ecológicos e geológicos. O livro impressiona ainda pela abundancia de dados apresentados de forma clara e inteligente, numa leitura leve que não cansa o leitor (apesar das interligações feitas entre passado, presente e futuro). É leitura obrigatória para aqueles que se preocupam com a história ambiental e o futuro do planeta.

Ana Maria Barros dos Santos – Doutora pela Universidade Friedrich Alexander Erlangen-Nurnberg (Alemanha). Professora do Departamento de História da Universidade Federal de Pernambuco. AMBS/UFPE.


SMITH, Laurence C. O Mundo em 2050: como a Demografia, a Demanda de Recursos Naturais, a Globalização, a Mudança Climática e a Tecnologia Moldarão o Futuro. Trad. Ana Beatriz Rodrigues. Rio de Janeiro: Elsevier, 2011. Resenha de: SANTOS, Ana Maria Barros dos. CLIO – Revista de pesquisa histórica. Recife, v.30, n.1, jan./jun. 2012. Acessar publicação original [DR]

A Tela Global: mídias culturais e cinema na era hipermoderna | Gilles Lipovetsky e Jean Serroy

Para o filósofo francês Gilles Lipovetsky vivemos já a era hipermoderna, dividida entre a cultura do excesso (o hedonismo de massas) e o elogio da moderação (valorização da saúde, dos direitos humanos, dos afetos, da consciência ambiental etc.). Vivemos não o fim da modernidade – o que o termo pós-moderno parece acusar – mas o aprofundamento do tripé que sempre caracterizou a modernidade: o mercado, o indivíduo e a escalada técnico-científica.

Com efeito, o avanço vertiginoso da globalização e das novas tecnologias de comunicação de massa, a partir da segunda metade do século XX, bem como da legitimidade dos prazeres do consumo, revolucionaram o cotidiano das massas. Decerto, a leveza do ser e os gozos privados da ordem do efêmero e da sedução das coisas, instaurados através da reestruturação da cultura de massas pela lógica da moda – isto é, o mercado organizado pelo efêmero, sedução e novidade permanente – conferiu legitimidade aos valores hedonistas e psicologistas, à renovação contínua, direito à felicidade individual e ao presentismo social [2]. Ou seja, as causas da derrocada do otimismo iluminista (o progresso ilimitado da razão) não se encontram apenas nas decepções comunistas e nas guerras do século XX, mas também em causas positivas da economia do consumo de massas, passando nós de um futurismo social (característico de uma primeira modernidade, nas teleologias de futuro paradisíaco encarnadas nas promessas revolucionárias) a um aqui-agora, e ao correspondente imperativo do carpe diem [3].

Esta concepção geral sobre a atualidade, supracitada, que já era tratada por Lipovetsky em “O Império do Efêmero: a moda e seu destino nas sociedades modernas” e seria sintetizada em “Os Tempos Hipermodernos”, é agora estendida em direção à análise da proliferação de telas e de uma cultura telânica, que não deixa de ter efeitos existenciais, contígua à era hipermoderna, de individualização crescente. Assim, rompendo com as especialidades entediantes das ciências humanas, Jean Serroy (estudioso do cinema) e Gilles Lipovetsky, um verdadeiro outsider dentro da academia, por suas ideias e temáticas, vêm com Tela Global tratar da extensão quase onipresente e certamente hiperespetacular das telas, pois se o século XX foi o século do cinema, sua segunda metade e o século XXI anunciam a era do tudo-tela.

Destarte, numa passagem que integra o último livro aos precedentes, os autores afirmam:

A mutação hipermoderna se caracteriza por envolver, num movimento sincrônico e global, as tecnologias e os meios de comunicação, a economia e a cultura, o consumo e a estética. O cinema obedece à mesma dinâmica. É no momento em que se afirmam o hipercapitalismo, a hipermídia e o hiperconsumo globalizados que o cinema inicia, precisamente, sua carreira de tela global. (p.23)

Vivemos assim uma mediocracia (de mídia, no plural do latim media), ou ecranocracia (ecrã é como usualmente chama-se tela, no português de Portugal), um poder telânico que se imiscui até nas esferas mais banais do cotidiano dos indivíduos comuns.

Como salientam os autores,

A expressão ‘tela ou ecrâ global’ deve ser entendida em vários sentidos. Em sua significação mais ampla, ela remete ao novo poder planetário da ecranosfera, ao estado generalizado de tela possibilitado pelas novas tecnologias da informação e da comunicação (p. 23),

tais como TV, VHS e depois DVD, videoclipe, celular com internet WAP e já WiFi, computador, videogame, câmeras pessoais e/ou de vigilância, publicidade, conversação online, o saber digitalizado, arte digital, telas de ambiente, PCTV, TV que acessa a internet, os recentes Tablets etc.

Na vida inteira, as nossas relações com o mundo e com os outros são cada vez mais mediatizadas através de telas (…). Se convém falar de tela global é também em razão do espantoso destino do cinema, que perdeu sua antiga posição hegemônica e que, confrontado à televisão e ao novo império informático, parece um tipo de expressão ultrapassada pelas telas eletrônicas. (pp. 23-5)

As estatísticas de diminuição do número de salas de cinema traduziriam isto, ou seja, um apregoado (por alguns observadores) “fim do cinema” ou “pós-cinema”.

É contra essa ideia que Lipovetsky e Serroy escrevem o livro. Aqui se encontra, portanto, a tese central da obra, pois é “no momento em que o cinema não é mais a mídia predominante de outrora que triunfa, paradoxalmente, seu dispositivo próprio, não material, é claro, mas imaginário: o do grande espetáculo, o da transformação em imagem, do star-system” (p. 25), isto é, o sistema de constituição de estrelas, que se na era de ouro do cinema eram inacessíveis e idealizadas, hoje são celebridades mais people e em muito maior número, quer dizer, democratizadas num certo sentido.

Deste modo, em vez do “fim do cinema”, o que “vivemos [é] a expansão do espírito cinema em nossa cultura hipermoderna, um espírito que fagocita a cultura telânica, que se encontra nas transmissões esportivas” (p. 23), por exemplo, com suas multicâmeras e zooms, slow motion, igualmente nos reality shows com sua filmagem do cotidiano de pessoas comuns, na cinefilia narcísica que os celulares e câmeras digitais proporcionaram, até mesmo nas violências que são filmadas pelos próprios agentes, e tudo isso é reencontrado (na interatividade, nos downloads) pela tela do computador, que dá acesso ao mundo pela internet. Uma cinemania generalizada, portanto. Uma cinevisão do mundo, por conseguinte.

O cinema como mundo e o mundo como cinema, pois aqui, mais do que nunca, é a vida que imita a arte. E é importante lembrarmos que o cinema é em si mesmo uma arte compósita, que funde fotografia, música, representação, poesia, espaço e tempo etc (p. 302). O cinema que, outrossim, é arte para além da evasão: tem a função social de criar vínculo humano (reunir os espectadores numa mesma sala) e que já foi chamado por isso de “a catedral do século”, e grande força de aculturação que forjou a modernidade, bem como se transformando em vetor de debates, mesmo politizados, especialmente no gênero dos documentários (pp. 301-3). Em vez do declínio do cinema, o que assistimos atualmente é seu auge, o tudo-cinema: “A época hipermoderna consagra o cinema sem fronteiras, a cinemania democrática de todos e feita por todos. Longe da morte proclamada do cinema, o nascimento de um espírito cinema que anima o mundo” (p. 27).

Para finalizar, uma questão profunda debatida pelos autores é a denúncia comum de que essa crescente “espetacularização” nos despojaria da verdadeira vida, nos levaria à desrealização do mundo (a imersão completa no mundo das imagens/fantasia), que o processo de cinematização induziria ao controle dos comportamentos, ao empobrecimento das existências, à derrocada da razão, à padronização da cultura (p. 309); alienados ficaríamos, em suma. Ainda que os autores aceitem a existência de uma tendência superficializante e de certa padronização dos produtos culturais, eles não subscrevem, no todo, esta visão apocalíptica. Assim,

O que o universo telânico trouxe ao homem hipermoderno é menos, como se afirma com frequência, o reinado da alienação do que uma nova capacidade de recuo crítico, de distanciamento irônico, de julgamento e de desejos estéticos (…). Nenhuma derrocada da cultura da singularidade no reinado da barbárie estética, mas também nenhum triunfo daquilo que [Paul] Valéry chamava o ‘valor espírito’. Nenhum filme catástrofe, mas também nenhum happy end. (p.310).

Notas

2. Gilles Lipovetsky. O império do efêmero: a moda e seu destino nas sociedades modernas. São Paulo: Cia das Letras, 1989. pp. 257-60.

3. Gilles Lipovetsky. Os tempos hipermodernos. São Paulo: Barcarolla, 2004. pp.51-65.

Walter Luiz de Andrade Neves – Mestre em História pela UFRuralRJ. Doutorando do PPGHIS-UFRJ.


LIPOVETSKY, Gilles & SERROY, Jean. A Tela Global: mídias culturais e cinema na era hipermoderna. Porto Alegre: Sulina, 2009. 326p. Resenha de: NEVES, Walter Luiz de Andrade. Aedos. Porto Alegre, v.10, n.4, p.173-175, jan. jun. 2012. Acessar publicação original [DR]

 O expresso Berlim-Bagdá. O Império otomano e a tentativa da Alemanha de conquistar o poder mundial, 1898-1918 – McMEEKIN (Tempo)

McMEEKIN, Sean. O expresso Berlim-Bagdá. O Império otomano e a tentativa da Alemanha de conquistar o poder mundial, 1898-1918. São Paulo: Globo, 2011. 495 p. Resenha de BERTONHA, João Fábio. O Império otomano e a Primeira Guerra Mundial. Tempo v.18 no.33 Niterói  2012.

Sean McMeekin é autor de vários livros sobre as origens da Primeira Guerra Mundial e sobre a Revolução Russa, tendo publicado alguns trabalhos de grande importância – ainda que controversos – sobre os objetivos do Império czarista na guerra, suas responsabilidades na eclosão daquele conflito e também sobre os tratados de paz entre os alemães e os bolcheviques em 1918.

Seu novo livro – O expresso Berlim-Bagdá. O Império otomano e a tentativa da Alemanha de conquistar o poder mundial, 1898-1918 (São Paulo: Globo, 2011. 495 p.) – traz a seus leitores uma temática tradicionalmente negligenciada no mundo ocidental, ou seja, a participação do Império turco-otomano na guerra de 1914-1918 e, especialmente, a ação alemã no Oriente Médio durante o conflito. Nesse sentido, ele aborda não apenas o esforço alemão para, com a ferrovia Berlim-Bagdá, colocar o território turco-otomano em sua área de influência, como também a tentativa de Berlim de instigar os muçulmanos que viviam nos Impérios russo, francês, inglês e italiano a se insurgirem contra seus dominadores por meio da bandeira da jihad islâmica.

Os alemães gastaram, realmente, muito tempo, esforço e, acima de tudo, dinheiro para dar conta desses objetivos. O autor calcula que, dos cerca de 200 bilhões de marcos (5 trilhões de dólares, a preços de hoje) gastos pela Alemanha em seu esforço de guerra, cerca de 1,5%, ou seja, 3 bilhões de marcos (75 bilhões de dólares), foi utilizado para sustentar o esforço de guerra turco ou para tentar espalhar a bandeira da jihad pelo amplo território do Marrocos à Índia. Eles tentaram mobilizar os xiitas no Irã, várias tribos afegãs, árabes ou sudanesas e os sanussis no Norte da África.

Apesar de tanto ouro, dinheiro e armas alemãs fluírem para esses grupos e de eles terem conseguido que o califa turco e altos clérigos xiitas declarassem a guerra santa, os resultados obtidos foram escassos. Ao contrário do que eles imaginavam, ou seja, de que os muçulmanos, movidos por seu fanatismo religioso, incendiariam a região, quase nada foi em frente. Mesmo a ferrovia, que, com seus 3.200 quilômetros, deveria ter sido capaz de reforçar a autoridade do sultão em todo o seu território, permitir a integração econômica turco-alemã e dar suporte logístico para ações militares na direção do Egito ou do Irã, não ficou pronta, em sua totalidade, a tempo.

Ao contrário do que o título sugere, assim, o livro não se limita a narrar as peripécias na construção da Berlim-Bagdá, mas acaba por abordar temas pouco conhecidos, especialmente para os que leem unicamente em português, como o envolvimento otomano na Primeira Guerra Mundial, sua participação nesta, a história do Islã etc. Também o tema do genocídio armênio é abordado pelo autor, com o uso de fontes russas e turcas.

Alguns desses temas merecem destaque. A decisão de Constantinopla de entrar na guerra ao lado de Berlim parece lógica, dados os laços que uniam os dois países desde o fim do século XIX e a oposição de ambos aos futuros Aliados. O autor demonstra, contudo, que a relação bilateral era muito mais dinâmica, com muitas idas e vindas. Ao final, a posição pró-Alemanha triunfou no governo turco-otomano, mas essa decisão não estava dada desde o início, e o governo turco hesitou muito antes de se comprometer.

Durante a guerra, igualmente, apesar de aliados, alemães e turcos viveram uma relação de amor e ódio, com tensões culturais, interesses conflitantes e desconfianças mútuas envenenando o relacionamento. Com as derrotas, o ressentimento mútuo apenas cresceu e, na disputa pelos espólios do Império russo em 1918, soldados turcos e alemães chegaram a trocar tiros perto de Baku, no Azerbaijão.

Outro aspecto da ação ocidental no Oriente Médio naqueles anos abordado pelo autor é o sionismo. Ele indica como, depois da tragédia do Holocausto, nós tendemos a esquecer que a sede mundial do sionismo no período anterior era a Alemanha, e que esse foi, em linhas gerais, apoiado pelo governo do Kaiser, ainda que por motivos instrumentais. Os ingleses abraçaram, até certo ponto, a causa sionista apenas durante a guerra, para tirar essa bandeira dos alemães, gerando um movimento antissemita árabe que depois, paradoxalmente, se ligou ao nazismo de Hitler, como no caso do mufti de Jerusalém e na criação das divisões muçulmanas da Waffen-SS.

As informações que ele levanta sobre o fronte caucasiano entre russos e turcos durante a guerra também são inéditas para os não especializados, e suas análises das fragilidades militares do Império turco-otomano são, no mínimo, instigantes, com muitos dados sobre as dificuldades dele de manter o fluxo de recrutas no Exército, financiá-lo e armá-lo.

Pensando nas conexões entre o período que ele estuda e o momento atual, algumas questões se tornam evidentes. Uma delas é, utilizando termos contemporâneos, que instrumentos de soft power, como subversão política de minorias em outros Estados ou apelos à solidariedade ideológica ou religiosa em geral, não funcionam a não ser que sejam apoiados e sustentados por elementos de hard power, como dinheiro, armas, vitórias militares etc.

Os alemães tentaram várias estratégias desse tipo durante a Primeira Guerra, como a tentativa de jogar o México contra os Estados Unidos, a exploração do sionismo no Império russo e na Palestina ou a deflagração da jihad no mundo islâmico, mas tudo isso falhou por falta de alicerces materiais mais sólidos, mesmo com todo o esforço alemão. Como indica o autor, a única aposta alemã em termos de subversão interna que deu certo foi o envio de Lenin para a Rússia e o apoio aos bolcheviques entre 1917 e 1918, mas foi algo isolado e que só funcionou pelas condições especiais da Rússia naquele momento.

Outro erro alemão que continuou a ser repetido pelas outras potências imperialistas que tentaram conquistar posições na região nas décadas seguintes foi o desconhecimento da cultura e das tradições locais. Os alemães não entenderam que o que movia as tribos árabes eram seus interesses próprios, e não um mítico apelo à solidariedade islâmica ou a um obscuro nacionalismo árabe. Ao contrário do que aparece em filmes como Lawrence da Arábia, o nacionalismo árabe era algo incipiente, e as tribos estavam mais interessadas em dinheiro, ouro, armas, posições sociais e, em alguns casos, a defesa de sua visão do Islã do que em conceitos vagos como o nacionalismo.

Os alemães também não entendiam as sutilezas da jurisprudência ou da fé islâmicas ou as diferenças entre sunitas e xiitas, e isso os levava a erros de avaliação. Os militares americanos no Iraque e no Afeganistão também aprenderam, a duras penas, como é lidar com sociedades não mais puramente tribais, mas nas quais vínculos além da nacionalidade ou da política ainda são fortes e, muitas vezes, contraditórios. Para elas, ainda hoje, muitas vezes a demonstração de poder e a disponibilidade de dinheiro para suborno ainda são mais importantes do que ideais vagos como democracia ou Estado de direito.

É muito interessante igualmente quando ele comenta como vários problemas do Oriente Médio de hoje tiveram sua origem na tentativa alemã de controlar a região e como certos padrões e questões estão sempre presentes na realidade local. Vale destacar, nesse ponto, suas reflexões sobre como o obscurantismo religioso sempre serviu, na região, para sufocar ideais progressistas e como o disfarce da modernidade anti-islâmica foi instrumental para certos regimes reprimirem as populações locais em nome do laicismo. Ele também menciona como a decisão inglesa de bancar os wahabitas na hoje Arábia Saudita, em boa medida para combater as pretensões de Constantinopla e Berlim na região, gerou o regime saudita atual, uma das fontes centrais da versão contemporânea mais reacionária do Islã. Para quem acompanha o noticiário recente sobre o mundo árabe, tais reflexões são mais do que atuais.

Claro que várias questões e hipóteses que ele levanta podem levar a questionamentos e a dúvidas. Ele deixa a entender, por exemplo, que a Drag nach Osten alemã visava essencialmente ao espaço muçulmano e que os interesses alemães na Europa do Leste só se tornaram predominantes com a oportunidade única do colapso russo em 1917. Isso ignora a larga tradição alemã de olhar para o Leste europeu como sua futura base de poder imperial e superestima a ambição alemã pelo território turco-otomano. Os alemães, provavelmente, gostariam de ter tudo, formando um império que iria de Berlim a Moscou e Teerã. Mas a prioridade sempre foi o Leste europeu, e as ambições no Oriente Médio, a meu ver, eram acessórias. Se os alemães tivessem de escolher entre Kiev e Cairo, as planícies ucranianas seriam as escolhidas.

Ele também peca quando tenta, em poucas páginas, resumir o nazismo a uma explosão de antissemitismo autopiedoso, a forma com que os alemães formataram seu ressentimento pela derrota na Primeira Guerra. Que o ódio ao judeu foi reforçado no pós-1918 em boa medida como uma tentativa de explicar como a grande Alemanha poderia ter sido derrotada é um fato, mas essa explicação reduz a questão do antissemitismo nazista a um quase nada, ignorando séculos de antissemitismo, racismo científico etc.

O livro também traz alguns equívocos de tradução e vários erros tipográficos que poderiam ter sido evitados por uma revisão mais cuidadosa. O autor também merece questionamentos por sua tendência de buscar “complôs” e intrigas em toda parte, e fica evidente no livro seu tom fortemente pró-turco e antirrusso. Ele parece, nesse e em outros livros, fazer o mesmo que Fritz Fischer e sua escola fizeram com a Alemanha décadas atrás: identifica na Rússia a grande culpada da guerra e relativiza a ação dos outros, como a Alemanha e o Império turco-otomano, como mais reativas do que ativas. Isso forma uma contradição, aliás, com a tese do próprio livro, que trabalha, como visto, com os projetos e esforços alemães naquela região, os quais, muitas vezes, respondiam aos outros atores (russos, ingleses e franceses), mas não de modo exclusivamente defensivo ou reativo.

Mesmo assim, suas hipóteses são, em geral, consistentes, calcadas em um número imenso de fontes coletadas em arquivos austríacos, franceses, ingleses, americanos e, especialmente, alemães, turcos e russos. Um esforço de pesquisa e linguístico que pode ser questionado, em alguns aspectos, em termos de análise, mas que deve e pode ser valorizado, já que escapa da armadilha de tentar abordar um tema multinacional sem o uso de fontes de vários países.

Enfim, não é sempre que eu, que já estudo temas ligados aos impérios, à Rússia e à Primeira Guerra Mundial há vários anos, consigo encontrar um livro que me forneça uma nova perspectiva desses temas e/ou que me faça aprender realmente algo novo sobre eles. Foi esse o caso, contudo, do livro de Sean McMeekin, e é por isso que recomendo sua leitura, o qual só tem a acrescentar, mesmo que não se concorde com todas as suas propostas para o entendimento do tema e do período.

João Fábio Bertonha – Doutor em História pela Unicamp, com estágios de pós-doutorado na Università degli Studi di Roma e na Universidade de São Paulo; pós-graduado em assuntos estratégicos internacionais pela National Defense University (EUA); professor do Departamento de História da Universidade Estadual de Maringá e pesquisador bolsista do CNPq. E-mail: [email protected].

Globalização e as consequências humanas / Zygmunt Bauman

O livro “Globalização e as consequências humanas” é um livro de perguntas e não de respostas. Não é intenção de Zygmunt Bauman dar respostas ou fazer previsões das condições contemporâneas de nossa civilização. Nas palavras do autor este livro é: “… antes e acima de tudo, um exercício de formulação de questões e estímulos ao questionamento…”.

Há no livro uma proposta de ir além da semântica que permeia o senso comum quando este se refere ao termo globalização. Percebe-se uma proposta de tratar com clareza a condição humana na atualidade. Para isso o autor procura revelar as raízes, bem como as consequências sociais do processo globalizador.

A legibilidade e a transparência do espaço tornaram-se o grande desafio do Estado moderno para a soberania de seus poderes. A reorganização do espaço foi decisiva para a subordinação do espaço social. A necessidade de medir o espaço objetivamente para a arrecadação de tributos fez surgir à imposição de padrões de medidas obrigatórias. Isso impediu a outras medidas locais.

A estrutura espacial ao fim da guerra pelo espaço deveria além de ser completamente legível para o poder estatal, deveria estar livre de toda a semântica por seus usuários ou vítimas.

Segundo Bauman, o modelo do panóptico construído por Michel Foucault, apoia-se numa suposição semelhante, ou seja, por ser um espaço construído de propósito, com assimetria visual, ele permitia manipular conscientemente e rearrumar intencionalmente a transparência do espaço como relação social. Mas em vez de se embrenhar nos ideais panópticos, os Estados modernos optaram pelo mapeamento do espaço, ou seja, despojaram os habitantes locais de suas referências e meios de orientação e empreenderam uma guerra pelo espaço.

A procura da objetividade levou a introdução da noção de perspectiva. A noção de perspectiva está a meio caminho entre a visão de espaço firmemente assentada em realidades coletivas e individuais e seu posterior desenraizamento moderno. O olho do observador era o ponto e partida tal qual anteriormente, mas agora o olho humano era um olho impessoal, que se colocava em um determinado ponto para a observação, retirava se a força as qualidades do observador de homem social e colocava-o numa localização quantificável, culturalmente indiferente e impessoal.

Segundo Bauman, a concepção de perspectiva realizou um duplo feito, atrelou a natureza praxeomórficas da distância às necessidades da nova homogeneidade promovida pelo Estado moderno. A perspectiva ao mesmo tempo em que reconheceu a relatividade subjetividade dos mapas de espaço, simultaneamente neutralizou o impacto dessa relatividade. A busca da transparência e da legibilidade do espaço propiciou o surgimento da objetividade. E a objetividade significava impessoalidade.

Os mapas anteriormente registravam as formas do território. Na tentativa e dar mais legibilidade ao espaço, os territórios é que passaram a refletir os mapas. Tornou-se necessário remodelar ou modelar o espaço.

A visão utópica moderna foi a que mais se adequou a essa exigência. As cidades planejadas eram meticulosamente traçadas, todas foram resultado de planejamentos prévios, estrito e detalhado do espaço. Na busca da transparência do espaço das cidades planejadas, os utopistas modernos permitiram o futuro invadir o presente, em que a disposição lógica das cidades e da arquitetura criou as condições de transparência estabelecidas pela razão impessoal.

Bauman diz que tanto para os teóricos como para os praticantes a cidade do futuro era uma encarnação espacial da liberdade. Do ponto de vista da administração, era muito difícil intervir em uma cidade cuja história já estivesse assentada. Constituída de camadas históricas, as cidades palimpsesto não eram espaços cuja intervenção dos arquitetos pudesse alcançar o monopólio da arquitetura. Para estes utopistas a cidade ideal devia surgir do traçado das pranchetas, as realidades urbanas não estariam à mercê da história, mas na elegância da cartografia impessoal. Cada malha, cada rede social ocuparia o lugar previamente definido pelos planejadores.

Essa condição ideal sonhada para o monopólio da arquitetura modernista teve como principal representante Le Corbusier. Este proferiu uma sentença de morte as cidades existentes, para ele elas não eram funcionais, eram insalubres e ofendiam o senso estético. Para Le Corbusier, tanto a lógica como a estética pede clareza funcional a todos os aspectos da cidade. O espaço é separado de acordo com esta lógica, separam-se os locais com funções domésticos, com funções de trabalho, de lazer.

Esses grandes sonhos arquitetônicos, segundo Richard Sennet, “mostrou que uma cidade para ser boa deve dar às pessoas condições de assumir responsabilidades por seus atos numa sociedade histórica e imprevisível e não em um mundo onírico de harmonia e ordem predeterminada”. É preciso estar atento ao fato de que, antes de operar com os princípios da estética e da razão, os homens não se tornam bons seguindo as boas ordens ou os bons planos de outro. A responsabilidade só é desenvolvida com a alteridade ela precisa do desconhecido e da incerteza da diferença e variedade.

Existe Vida depois do Panóptico? Com essa pergunta Bauman traça uma leitura da metáfora mais perfeita, segundo ele, da transformação moderna, a moderna redistribuição dos poderes de controle. O modelo do panóptico não permite um espaço privado livre de controle. As técnicas panópticas que desempenharam um papel crucial na passagem dos mecanismos de integração de base local, para a integração supralocal não são mais suficientes para explicar a percepção da natureza da mudança atual. Os desafios de hoje são diferentes, não se baseiam no propósito de instalar a disciplina, a igualdade, a fixação do espaço, ao contrário do panóptico, que tem essas premissas como objetivos a serem alcançados. O panóptico serviu ao poder moderno, pois o mesmo preferia a sombra e não o espetáculo, como na pré-modernidade.

Bauman faz uma diferenciação entre o poder panóptico e pós panóptico. Para isso ele faz uma diferenciação entre Banco e dados e o panóptico.

O banco de dados, que para alguns seria uma espécie de panóptico, é tratado por Bauman como uma versão diferenciada, na verdade as semelhanças entre panóptico e banco de dados são superficiais. Enquanto o panóptico laçava seus internos e exigia uma conduta monótona e rotineira, o banco de dados registra os consumidores dignos de crédito. O panóptico era uma arma contra a diferença, a opção e a variedade; o banco de dados trabalha com empresas de crédito que consulta seus arquivos para confirmar a credibilidade do cliente. A principal função do panóptico era garantir a permanência do indivíduo no espaço vigiado. Para o banco de dados, quanto mais informações sobre você, mais livremente você pode circular, ele é um veículo de mobilidade, desde que se seja aceito.

No mundo pós-panóptico, Bauman, a partir de Mathiesen identifica uma nova forma de poder, em que é invertida a relação de poucos vigiarem muito, denominado de Sinóptico.

Ao contrário do panóptico, um estabelecimento local, que com suas regras objetivava a imobilização e, a vigilância visava impedir movimentos autônomos e erráticos, o Sinóptico é global, transporta-se o tempo todo pelo ciberespaço. Os alvos do sinóptico deixam de ser os vigiados e passam a ser os vigilantes. Mesmo parados fisicamente, eles viajam pelo ciberespaço. Enquanto o panóptico usa a força para vigiar, o sinóptico usa a sedução para a vigilância.

O autor se propõe a compreender essas transformações da condição humana a partir do binômio tempo/espaço. Para Bauman, a compreensão da relação cambiante tempo/espaço evidencia as causas e as consequências da transgressão em que o tempo moderno se tornou, antes e qualquer coisa, uma arma na conquista do espaço. “Na moderna luta entre tempo e espaço, o espaço era o lado sólido e impassível, pesado e inerte, capaz apenas de uma guerra defensiva, o espaço era uma obstáculo ao avanço do tempo. O tempo era o lado dinâmico e ativo, a força invasora conquistadora e colonizadora.”

Na modernidade líquida as principais técnicas do poder são agora a fuga, a astúcia, enfim a rejeição a qualquer confinamento territorial. Mover se leve e não mais se aferrar às coisas por sua confiabilidade e solidez é hoje recurso de poder. Fixar se ao solo não é tão importante se o solo pode ser alcançado e abandonado a qualquer momento, à vontade. Assim, fixar-se muito fortemente, estabelecer vínculos pode ser prejudicial dada à possibilidade de oportunidades surgirem em outros lugares. Segundo o autor, é a velocidade atordoante da circulação, da reciclagem, do envelhecimento, do entulho o que traz o lucro hoje, e não a durabilidade e confiabilidade do produto como na modernidade pesada. O poder é cada vez mais móvel, leve e fluido, por isso ele precisa ter liberdade de fluir, o mundo deve estar livre de cercas, qualquer rede densa de laços sociais enraizada em um território é um obstáculo a ser eliminado.

Os capitalistas e os corretores da modernidade recente encontram poucos limites remanescentes para a circulação livre do capital. O capital não fixa raízes territoriais, ele não busca a alteridade. Ao contrário, o capital sendo flexível pode se locomover para uma estrutura mais suave. Na modernidade líquida, o capital não luta para minar resistências, ele se move em favor de uma necessidade menos dispendiosa e cansativa. Ele evita o confronto.

Sem determinação espacial, sem necessidade de localidade para investir, o capital não tem responsabilidade com as consequências sociais, há uma desconexão entre o poder e a localidade. Não há responsabilidade com as consequências sociais, há uma espécie de não obrigação do poder com as obrigações sociais. O capital é livre da obrigatoriedade de contribuir com a perpetuação da comunidade, e com a vida cotidiana da mesma. Sem amarras e sem obrigações o capital flutua livremente, “os custos de se arcar com as obrigações não precisam, agora, ser contabilizados”.

Segundo Bauman, a velocidade do movimento e o acesso a meios mais rápidos de mobilidade chegaram aos tempos modernos à posição de principal ferramenta do poder e da dominação. No mundo atual, denominado pelo autor como modernidade líquida, as condições sociais, sob as quais a política e a vida são levadas, pressupõem um arranjo no qual há uma mudança radical nas formas e convivência humana, pois o esforço para acelerar a velocidade do movimento chegou ao seu limite. O poder pode se mover com a velocidade de um sinal eletrônico. O tempo tornou se instantâneo. O poder é agora extraterritorial, não mais limitado e nem desacelerado pela resistência do espaço. As pessoas que operam as alavancas do poder podem se livrar do alcance a qualquer momento, elas são voláteis, elas vivem a experiência da não terrestrialidade, elas não precisam de nenhuma ligação com seu ambiente terrestre para formar ou fundamentar seu poder. O que elas precisam é isolar-se da localidade, que na modernidade líquida está despojada de significado social, a localidade é reduzida a mero espaço físico.

A desterritorialização do poder caminha lado a lado com a estruturação cada vez mais estrita do território. Assim a extraterritorialidade da elite supra-local se serve dos espaços proibidos para se isolar materialmente e corpórea em relação à localidade. Os espaços proibidos, espaços que não podem ser confortavelmente ocupados, não podem ser utilizados de forma despercebida, se tornam fisicamente inacessíveis para aqueles que não disponham de senhas de entrada. Desse modo a cidade vai se tornando um aglomerado de espaços proibidos, os espaços em que as pessoas se encontram face a face vão sendo desintegrados, as ágoras estão cada vez mais restritas. Os espaços públicos estão sendo suplantados por espaços de produção privada.

A elite paga pela sua segurança, os que não têm condições de pagar são guetoizados, e no processo de guetoização eles também erguem suas placas de “não ultrapasse”, seja ela pela vestimenta, atitudes e desafios à lei e a ordem. O espaço urbano torna-se um território semelhante a um campo de batalha de motins internos. A nova fragmentação do espaço da cidade, o encolhimento do espaço público, a desintegração da comunidade urbana, a segregação e a extraterritorialidade da nova elite são realidades na definição do espaço na modernidade líquida.

Ao contrário da extraterritorialidade da elite, há a territorialidade dos outros, segundo Bauman estas pessoas estão confinadas a uma espécie de prisão. A localidade, além de produzir a imobilidade, no mundo da alta velocidade imobiliza o indivíduo, despoja o território do espaço público, não permite a criação de normas, não há confrontação e nem negociação de valores. Os veredictos podem se tornar desligados da vida local. A vida local, confinada é invadida pelas determinações extraterritoriais, elas aparecem de forma caricatural expropriando os poderes éticos dos habitantes locais, despojando-os de todos os meios para limitar o dano. A localidade no mundo global significa amarras, significa sofrer consequências danosas de um processo de exclusão do espaço criado pelo ciberespaço. Não há espaço para opiniões locais.

A exemplo disso estão às redes da WEB, a elogiadíssima interatividade do novo veículo é um exagero. A rede de interatividade não é para qualquer um, e jamais virá a se abrir totalmente para qualquer um. Os que participam da rede são da elite internacional, sistematicamente das camadas sociais mais elevadas, com poder na vida política, na indústria privada e na burocracia estatal, além dos intelectuais. Porém, mesmo aqueles que têm acesso são obrigados a escolher entre um provedor e outro, entre um pacote e outro. Os que não têm acesso à rede são abandonados às redes de TV sem qualquer simetria na relação entre os dois lados da tela cabem a eles a observação da vida dos poucos vigiados do Sinóptico, as celebridades.

No sinóptico os locais observam os globais, os globais não pertencem ao mundo dos locais, mas eles se encontram pelas telas de TV, os globais são admirados e tem o estilo de vida cobiçado pelos locais. Os ecos do encontro abafam os sons locais que são refletidos pelos muros da localidade revelando e reforçando a impenetrável solidez.

Eloísa Pereira Barroso – Professora Adjunta do Departamento de História da UnB.


BAUMAN, Zygmunt. Globalização e as consequências humanas. [?] Resenha de: BARROSO, Eloísa Pereira. Em Tempo de Histórias, Brasília, n.19, p.78-83, ago./dez., 2011. Acessar publicação original. [IF].

The Euro: The battle for the new global currency | David Marsh

Ainda sem tradução para o português, o livro The Euro: The battle for the new global currency, de David Marsh, se apresenta como mais uma obra lançada no calor da crise que abala os países da Zona do Euro. Porém, não é apenas mais uma obra sobre o assunto que trate de teorias sobre finanças ou mercados. Pelo contrário, o livro tem uma interessante proposta de análise histórica dos eventos relacionados à criação da moeda europeia e da crise que atinge as nações que a adotaram.

O autor, David Marsh tem larga convivência com o assunto, como articulista do jornal Financial Times desde 1978, colecionando fatos que ajudaram a dar substância ao livro. Leia Mais

Capitalismo Global: história econômica e política do século XX | Jeffry A. Frieden

Empolgante e concisa, contudo polêmica. A obra do professor Frieden é empolgante e concisa quanto ao capitalismo e seu dinamizador, o comércio internacional, mas é polêmica quando relata um difícil período vivido pela população do Congo sob tutela do rei Leopoldo II e também quando se refere a Lord Keynes em uma comparação com Schacht, economista alemão. Realmente teria sido mister fazê-la em ambos os casos? Suprimindo, momentaneamente, uma resposta para essa questão, faz-se, sim, necessário dar os devidos créditos ao autor de Capitalismo Global.

Professor titular da Harvard University, Jeffry A. Frieden, além de poliglota (fluente em francês, espanhol, italiano, português e marginally competent em russo, como destacado em seu curriculum vitae), é especialista em economia política internacional. Frieden traz em sua obra um ponto de vista diferenciado da história econômica e política do século XX. O autor busca a gênese do capitalismo global através da explicação e detalhamento dos desdobramentos históricos do comércio internacional. Comércio global que praticamente se iniciou no século XVIII, com o declínio do mercantilismo e a erupção da Revolução Industrial e das novas tecnologias (transporte, comunicação) dela decorrente, e estende-se até este início de século XXI. Leia Mais

Por uma outra globalização: do pensamento único a consciência universal | Milton Santos

A obra por uma outra globalização tem como objetivo principal discutir o atual processo de globalização, abordando questões que trata da constituição da globalização; quais indivíduos de fato esta atual globalização beneficia? E se é possível dar novos rumos a atual história social no período da globalização?

O livro é organizado em seis partes, todas subdivididas em capítulos. A primeira parte é a introdução. Nesta compreende-se que o autor procurou introduzir os três eixos temáticos do livro, sendo a possibilidade de considerarmos pelo menos três mundos em um só: a Globalização como fábula; a Globalização como perversidade e a Globalização tal como pode ser, sendo esta pautada na solidariedade humana. Leia Mais

Building peace after war | Mats Berdal

De acordo com o Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), sessenta operações multilaterais de paz, abrangendo um número recorde de aproximadamente cento e noventa mil militares e civis, foram realizadas em 2008 em todo o globo. Nem os fracassos das missões de paz ao longo da primeira metade da década de 90, em Angola, Somália, Ruanda e Bósnia, nem as transformações no ambiente estratégico causadas pelos desdobramentos do “11 de setembro”, lograram êxito em afetar a tendência de crescimento das missões de construção da paz no cenário internacional, as quais tornaram-se muito mais abrangentes e ambiciosas quando em perspectiva com as ocorridas sob a ordem bipolar da Guerra Fria. Esse é o quadro no qual Mats Berdal desenvolve Building peace after war: uma análise crítica dos esforços internacionais atuais para reerguer países arrasados por conflitos.

Partindo das experiências em diversos países, do Camboja ao Iraque, o foco do professor da King´s College London constitui-se em, ao longo de três capítulos, enveredar-se pelos desafios postos aos componentes civis e militares em missões internacionais de construção da paz após conflitos. Estas, segundo Berdal, sofrem de duas fraquezas principais, às quais este livro pode ser visto com uma tentativa de dirigirse: a recorrente falta de prioridades claras no curto e no longo prazo, derivada, basicamente, do seu entendimento conceitual excessivamente amplo; e a tendência marcante de abstrair suas ações do devido contexto político, cultural e histórico local. Leia Mais

Free Trade Under Fire | Douglas Irwin

Embora o crescente comércio internacional tenha ajudado a reduzir a pobreza internacional, facilitado a disseminação global de tecnologias e, discutivelmente, promovido estabilidade e paz no sistema internacional, o livre-comércio é alvo de constates críticas e ataques. Críticos argumentam que o comércio causa danos ao meio ambiente, solapa os direitos dos trabalhadores, promove apenas os interesses das grandes corporações e enfraquece a soberania das nações. São justamente esses mitos e controvérsias acerca do livre-comércio que Douglas Irwin, professor de Economia da Universidade de Dartmouth, procura abordar na obra Free Trade Under Fire. A terceira edição, lançada em 2009, foi atualizada de forma a incluir temas como a ascensão comercial da China, a migração de empregos para a Índia, a crise internacional e a eleição de Barack Obama.

O primeiro tema tratado é a posição norte-americana na economia global contemporânea. O autor observa que, atualmente, o comércio internacional desfruta de uma relevância sem precedentes para a economia dos Estados Unidos. Irwin também avalia que a maior parte das importações norte-americanas é composta por bens intermediários, que serão utilizados na produção de outros artigos. Nesse sentido, políticas protecionistas afetam diretamente a capacidade do país de produzir bens finais de alto valor agregado. Um dos primeiros mitos abordados pelo autor é a idéia de que a competição internacional prejudica os trabalhadores norte-americanos. Segundo Irwin, apenas 12% dos operários norte-americanos estão expostos à competição internacional. Ademais, Irwin chama atenção para o fato de que 85% do que os norte-americanos consomem é produzido domesticamente. Nesse sentido, a competição internacional ainda tem pouco impacto sobre a indústria do país. Leia Mais

América Latina: identidades em construção – das sociedades tradicionais à globalização | Maria T. T. Lemos

O livro América Latina: identidades em construção – das sociedades tradicionais à globalização, organizado por Maria T. Toríbio Lemos (Professora da UERJ), tem o objetivo central de realizar um amplo estudo sobre a cultura latino-americana. Fruto das pesquisas realizadas pelo Núcleo de Estudos das Américas (NUCLEAS) e pelo Laboratório de Estudos das Américas (LEPAS) do Programa de Pós Graduação em História da Universidade do Estado do Rio de Janeiro, coordenados pela Professora Toríbio Lemos e pelo Professor Paulo Seda, reúne oito artigos de diferentes pesquisadores e de distintas abordagens da história da América Latina, unidos entre si pela preocupação com as questões atinentes à identidade latino-americana. Em síntese, os textos revelam a inquietude e a particularidade de cada pesquisador ao debruçar-se sobre as adversidades e problemas presentes nas sociedades sulamericana e caribenha “como a violência, a pobreza, a educação, a exclusão social, as grandes diferenças sociais entre ricos e pobres, além dos problemas políticos e econômicos dos diversos países” (p.7).

A obra se desdobra em dois blocos, Sociedades tradicionais e Modernidade e globalização, que dão ao leitor a dimensão espaço-temporal sobre a qual os estudos se lançam. O primeiro bloco, constituído por três artigos, transita “pelas práticas culturais e representações das sociedades tradicionais”, trazendo à luz discussões acerca da alteridade, exercício do poder, mitologia, cerimônias e festividades; já o segundo bloco, composto por cinco textos, transcende os aspectos primários das sociedades ditas “tradicionais”, atingindo “a complexidade das estruturas modernas das sociedades ocidentais” (p.7), abordando as relações da religião e do poder, a efemeridade do tempo presente, a educação e a pluralidade cultural, a economia global e, por fim, o contexto da América Latina no processo das migrações internacionais.

Após essa concisa apresentação da obra, antes de olhar minuciosamente cada artigo, convém lembrar que a questão da identidade mostra-se fundamental nos estudos culturais, na medida em que examinam os contextos dentro e por meio dos quais tanto os indivíduos quanto os grupos constroem, negociam e protegem sua identidade. Desse modo, os estudos culturais valem-se das interpretações que defendem a identidade como uma resposta para algo externo e diferente dela, a alteridade. Notadamente, o reconhecimento dessa identidade como algo que não é somente construído, mas também dependente da existência de um outro, abriu um lócus para grupos marginalizados e oprimidos historicamente objetarem e renegociarem as identidades que lhes foram impostas no processo de dominação. Este entendimento de identidade é a chave para a leitura da obra ora resenhada.

Ao longo do primeiro capítulo, Mundo Novo e Paraíso Terrestre: O Transe dos Viajantes na Conquista da América, Alexandre Belmonte expõe os encontros e confrontos entre culturas a partir de fontes como os registros dos viajantes (exploradores e conquistadores), da cartografia européia do século XV e de obras literárias. Destarte, contextualiza o período, discorrendo sobre a complexidade e as dificuldades em se realizar uma viagem de longo curso para o “Mundo Novo”, sobretudo pela onerosidade de cada aventura e pela necessidade de se conseguir financiamentos que, em geral, provinham do Estado, do clero ou da ascendente burguesia, quando não por todos ao mesmo tempo. Além disso, segundo o autor, havia no imaginário europeu a herança da mentalidade medieval que fomentaria uma perspectiva pessimista em relação às viagens, representada pelos mitos do além-mar.

Todavia, o eixo central deste capítulo começa a ser delineado a partir do retorno dos viajantes para a Europa, visto que “o retorno evocava uma „operação escrituraria‟ […] em que a alteridade era definida por um corte que marcava a diferença” (p.16). Eis o ponto. Para Belmonte não interessa tanto os modos de ser e viver dos ameríndios, pois “são muito mais interessantes as próprias possibilidades discursivas dos europeus sobre a alteridade representada pelos indígenas do Mundo Novo do que o modus vivendi destes” (p.17). Assim, o olhar europeu transcrito nos relatos e narrativas dos viajantes, permite ao pesquisador observar as cosmovisões e os imaginários que colocaram o europeu em contato com a alteridade cultural de forma abrupta e total.

A constatação do alto grau de organização e desenvolvimento dos Astecas, feita pelos espanhóis quando da chegada ao México, é explorada pelo professor Paulo Roberto Gomes Seda. Este os ordena a partir da influência da religião praticada pelos Astecas do período arcaico e pelos remanescentes da civilização Tolteca. Guerra, religião e poder entre os Astecas, assim chama-se o segundo capítulo, no qual o autor mostra com muita perspicácia que o contato, o conflito e a conjugação de costumes, tradições, ritos e mitos, ocorridos na peregrinação dos “bárbaros” Astecas para as regiões das cidades do lago, onde aconteceu o choque com as tribos que ali viviam, transformaria definitivamente a história desses povos, alçando os Astecas à condição de herdeiros das brilhantes civilizações do México central, tornando-os senhores de um vasto império.

O cerne do trabalho de Seda imperiosamente se coloca na exposição da organização e do exercício do poder entre os Astecas, ocorrida progressivamente a partir da religião e de uma dualidade por ela forjada que, em menos de dois séculos, intensificou-se e espraiou-se para todos os âmbitos da vida pública e privada deste povo, altamente ritualístico e crente. De um lado, o culto aos deuses guerreiros Huitzilopochtl e Tezcatlipoca, respectivamente, o grande deus solar e o deus do céu noturno, das trevas e do vento da noite; de outro, a incorporação dos deuses da terra e da água das civilizações sedentárias: Tláloc, deus camponês; e Quetzalcoatl, deus padroeiro dos sacerdotes. O paradoxo assinalado pelo autor incide justamente na questão da religião, pois esta mesma construção identitária, religiosa, dicotômica, que elevou os Astecas à hegemonia do Altiplano central, também foi, segundo ele, um dos fatores capitais para a derrocada dos Astecas frente aos conquistadores espanhóis, uma vez que essa religiosidade “contribuiu para modificar profundamente a hierarquia de valores reconhecidos por uma civilização dividida em si mesma pela dualidade de suas origens. […] dualidade presente, inclusive, diante dos conquistadores (deuses ou humanos), levando à posição vacilante do imperador e da própria sociedade” (p.53).

Dando continuidade às questões religiosas, mitológicas e ritualísticas das sociedades tradicionais, o estudo de caso intitulado Mitos e ritos andinos – Wana kawri Waka – Percursos entre as tradições orais e a contextualização dramatizada da história, apresentado pela professora Maria Teresa Toríbio B. Lemos, encerra o primeiro bloco do livro. Neste terceiro capítulo, a autora descreve aspectos das práticas culturais e representações simbólicas da antiga sociedade quéchua em homenagem ao deus Wana Kawri, considerado pelos camponeses da região andina “um deus protetor e reprodutor, que fertiliza o solo e multiplica a produção naquela região árida dos Andes” (p.56). Nesta parte, Lemos acentua a importância dos mitos para essas sociedades, distinguindo-os do rito e da cerimônia, e busca no relato de Felipe Guaman Poma de Ayala – um dos principais cronistas do Vice-Reino do Peru no século XVII – a recuperação histórica das narrativas míticas e ritualísticas quéchuas, fontes valiosas para “o conhecimento desses dois universos em confronto, o da sociedade nativa quéchua e o do dominador espanhol na América” (p.59). Ao fim e ao cabo, Maria Lemos discorre sobre a estratégia praticada pelos espanhóis na conquista da região andina e aponta para a importância do cristianismo, da evangelização mediada pela aproximação e identificação das divindades indígenas, como poderoso mecanismo de aculturação desses povos. Dessa forma, à medida que se desqualificavam os deuses indígenas, impunha-se legitimamente o Deus cristão e, por conseguinte, a cultura européia. Para além destas questões, o estudo se justifica pela tenacidade desses mitos que, ainda hoje, são reproduzidos, ressignificados e reelaborados pelo imaginário e pela memória coletiva dessas comunidades durante as festas agrícolas e folclóricas na região andina do Peru, Bolívia e Equador.

O quarto capítulo inaugura o segundo bloco e traz como principal discussão as relações de poder, expressadas, neste caso, pela instituição religiosa e/ou pelas “autoridades” religiosas. Sob o título Religião e Poder na América Latina: Um breve estudo sobre a religião como forma de controle social no Brasil, Gilberto Angellozi recorda que as relações de poder se estabelecem em todos os níveis, formal ou informal, por um determinado período ou perpetuamente. Igualmente, enfatiza que violenta ou não, a coerção não deixa de existir e aquele que a exerce ou faz uso dos seus mecanismos adquire poder sobre o outro e isso lhe dá prazer. Ocorre que, para o autor, o poder religioso passa por esse mesmo princípio e “o exercício do poder se estabelece ainda hoje como forma de libertação, especialmente nos meios religiosos, onde os fundamentalismos, sejam de direita ou de esquerda, tendem a reproduzir estruturas de dominação” (p.70). Nesse momento, o leitor tem a falsa impressão de que determinados segmentos religiosos, menos radicais, não estariam submetidos aos mecanismos do poder e aos sistemas de coerção anteriormente descritos como presentes “em todos os níveis” da vida social. É possível que essa afirmação derive da própria influência religiosa do autor que, entre outras formações, é teólogo. Talvez por isso acredite internamente em alguma forma de religião não dominadora. Afora esta crítica pontual, o estudo revela-se desvelado de uma ideologia cristã. Aliás, notoriamente, Angellozi apresenta a religião como fonte de poder e dominação, assinalando no desrespeito ao próximo, ao diferente, um dos principais causadores dos problemas sociais do passado e do presente, pois “sempre que alguém usa alguém para garantir o alicerce de um projeto pessoal, a figura do outro desaparece. Ocorre assim o desrespeito pela vida, que se traduz em destruição da natureza e das relações sociais e políticas” (p.80).

No quinto capítulo intitulado Pós Modernidade – O Sólido se Desmancha – O Eterno é Provisório e o Futuro é Presente, Raimundo Lopes Matos propõe uma análise prospectiva da Pós-Modernidade e ressalta a importância da mudança de paradigma ao observar as suas influências e conseqüências na vida do homem nos seus múltiplos domínios. Antes de tudo, o autor conceitua e situa historicamente a Pós-Modernidade, tarefa que lhe ocupa boa parte do texto. Também utiliza outros conceitos fundamentais para o entendimento deste tempo presente como, por exemplo, a globalização e a desterritorialização. Conclui afirmando que todos, em todos os âmbitos, estão envolvidos na cultura do consumismo, do veloz, do instantâneo e do on-line, “celebrando uma nova época”, “resultando em uma pluralidade de fragmentos complexos e um fluir de uma presentidade inarredável” (p.94).

Luiz Henrique Nunes Bahia, Maria Cristina Leal e Célia Linhares, escrevem conjuntamente o sexto capítulo denominado Debate sobre o pluriculturalismo na Gestão da Educação Pública: Estado do Rio de Janeiro e Rede Municipal de Nova Iguaçu. Dentro da conjuntura atual, os autores entendem que há uma pluralização da cultura urbana como resultado direto do confronto de múltiplas mensagens e ideais dispersos na sociedade globalizada. Essa dinâmica é projetada para as relações de poder e dominação de grupos e instituições, onde os pesquisadores exploram “os contrastes e tensões entre culturas políticas manifestas nos depoimentos de professores e demais segmentos da comunidade escolar” (p.99). Especificamente, nesta pesquisa, fez-se a análise comparativa entre duas regiões e contextos distintos: a rede pública estadual de ensino (RJ) e a rede pública municipal (Nova Iguaçu/RJ). Analiticamente, observaram que a pluralidade cultural encontrada hoje nas cidades mantém as hegemonias do centro decisor maior, mas conserva lugares ainda de natureza local que permitem entender as formas hegemônicas de poder.

O sétimo capítulo, As negociações no âmbito da Organização Mundial do Comércio e o papel do Mercosul, de Aléxis Toríbio Dantas, esboça sucintamente a evolução do Mercosul e suas ações nas negociações recentes, de maneira especial, frente à OMC, sublinhando a importância dos acordos regionais para os países emergentes, garantia de maior poder de barganha destes países perante os Estados Unidos e à União Européia. Já no último capítulo, intitulado Movimentos sociais da América Latina e a construção de novas identidades, Maria Luzia Landim trata da questão imigratória no nordeste do Brasil e reflete sobre as dinâmicas geradas nos processos de adaptação e estabelecimento físico destas pessoas, especialmente, no que concerne aos sentimentos de perda de identidade, imediatamente compensados pela procura ou criação de novos contextos e retóricas identitárias.

Finalmente, se, pelo exposto, pode-se ter uma noção sobre a questão identitária na América Latina, o conjunto de artigos apresentados mostra a amplitude e a pluralidade de temas que emergem desse recorte temático, bem como deixa muito claro que este não é um debate estanque, inexorável, mas sim uma discussão que se renova e se amplia a cada dia. Portanto, o principal mérito do livro reside na proposta abrangente e aberta dos autores de trazerem à luz assuntos polêmicos sem a pretensão de oferecer respostas definitivas, sem dúvida, instigando o leitor mais inquieto a buscar suas próprias conclusões.

Fábio Bastos Rufino – Licenciado em História pela Universidade Federal do Rio Grande do Sul. Mestrando em História pela Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande do Sul – Bolsista CAPES.


LEMOS, Maria Teresa Toríbio (org.). América Latina: identidades em construção – das sociedades tradicionais à globalização. Rio de Janeiro: 7 Letras, 2008. Resenha de: RUFINO, Fábio Bastos. Aedos. Porto Alegre, v.2, n.5, p. 146- 151, jul. / dez., 2009.

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Paradiplomacia no Brasil e no mundo: o poder de celebrar tratados dos governos não centrais | José Vicente da Silva Lessa

Tradicionalmente, as relações internacionais sempre se comportaram no âmbito dos governos centrais dos Estados, e desenvolvidos sob os auspícios da atividade diplomática. No entanto, a partir das últimas décadas do século passado, um complexo fenômeno denominado de paradiplomacia tem imposto ações analíticas à Academia – mormente dentre os cânones de Direito, Ciência Política, Relações Internacionais e Administração Pública –, à Chancelaria dos governos centrais e às secretárias de governos subnacionais de vários países do globo.

Resultado de Tese apresentada no XLIV Curso de Altos Estudos do Ministério das Relações Exteriores, Instituto Rio Branco, em 2002, e, além de grande alento para estudiosos do tema – visto a escassa produção acadêmica e intelectual sobre paradiplomacia no País –, a obra de Lessa trata-se de contribuição tão valorosa quanto bem-vinda. Leia Mais

O Segundo Mundo: impérios e influências na nova ordem global | Parag Khanna

Até uns poucos anos atrás, o mundo era dividido, para algumas pessoas, em três categorias. Haveria o Primeiro Mundo, formado pelos países capitalistas desenvolvidos; o Segundo, constituído pelos países do bloco soviético, e o Terceiro, que agruparia toda a parte mais pobre e subdesenvolvida do planeta. Tal categorização era, com certeza, problemática, pois reunia países de forma arbitrária e nem sempre razoável.

O principal problema, com certeza, era a caracterização de Terceiro Mundo, que agrupava, num único bloco, países em vias de desenvolvimento com outros mergulhados em pobreza extrema. Surgiram daí idéias de criar uma categoria de “Quarto Mundo” para reunir estes últimos, mas tal proposta não foi em frente. De qualquer modo, com o fim do bloco soviético, esta maneira de ver o mundo ruiu e outras maneiras de dividir os povos e os países segundo seu desenvolvimento econômico e social surgiram. Leia Mais

A Nova Configuração Mundial do Poder | Gilberto Dupas, Celso Lafer e Carlos Eduardo Lins da Silva

Qualquer analista que pretenda interpretar a política internacional contemporânea não deve ignorar dois eventos que marcaram a história recente e o debate intelectual entre o final do século XX e o início do XXI: o pós Guerra Fria e os atentados terroristas de 11 de Setembro de 2001. Compreender a dinâmica internacional alheio a estes fatos parece inimaginável, tamanha a relevância e o impacto tanto para a (re)configuração da ordem, quanto para os esforços de sistematização de seu significado e consequências para a atualidade.

Conscientes deste imperativo é que os organizadores de A Nova Configuração Mundial do Poder – Gilberto Dupas, Celso Lafer e Carlos Eduardo Lins da Silva -, reuniram em uma obra vinte artigos que problematizam o cenário internacional à luz desses acontecimentos de nossa história recente. Leia Mais

Tempos líquidos | Zygmunt Bauman

Zygmunt Bauman é um sociólogo polonês, de descendência judaica, nascido em 1925, em Poznań. Quando a Polônia foi invadida pelo nazismo em 1939, sua família refugiou-se na União Soviética. Bauman serviu na Polish First Army, sob o controle dos soviéticos. Neste período, o autor tomou parte nas batalhas de Kolberg e Berlin. De 1945 a 1953, Bauman passou a servir na Korpus Bezpieczeństwa Wewnętrznego (KBW), esta unidade foi responsável pela repressão à resistência ucraniana e germânica. Neste momento de incertezas, foi que o autor iniciou seus estudos em sociologia na universidade de Varsóvia, onde teve artigos e livros censurados e em 1968 foi afastado da universidade. Logo em seguida emigrou da Polônia, reconstruindo sua carreira no Canadá, Estados Unidos e Austrália, até chegar à Grã-Bretanha, onde em 1971 se tornou professor titular da universidade de Leeds, cargo que ocupou por vinte anos. Responsável por uma prodigiosa produção intelectual, recebeu os prêmios Amalfi, em 1989, por sua obra Modernidade e Holocausto e Adorno, em 1998, pelo conjunto de sua obra. Atualmente é professor emérito de sociologia das universidades de Leeds e Varsóvia.

Em Tempos Líquidos, o assunto primordial que permeia a obra é a insegurança. Um fenômeno que, para o autor, caracteriza a vida nas grandes metrópoles globalizadas. Neste sentido, as cidades são hoje verdadeiros campos de batalha, onde poderes globais se chocam com identidades locais. O resultado desta equação é a eclosão nímia da violência e da insegurança. Leia Mais

La insubordinación fundante: breve historia de la construcción del poder de las naciones / Marcelo Gullo

La insubordinación fundante, de Marcelo Gullo, é obra que se propõe original em pelo menos dois aspectos: a perspectiva analítica e a criação de conceitos. Para tanto, percorre a trajetória dos casos de sucesso no processo de desenvolvimento econômico e construção do poder nacional, desde o século XIV – Portugal, Espanha, Grã-Bretanha, Estados Unidos, Alemanha, Japão e China –, em uma perspectiva periférica; e propõe novos conceitos para serem aplicados aos atuais países emergentes, principalmente o de umbral de poder. Nos últimos capítulos, o autor analisa a presença de novos atores no jogo político internacional e os desafios que se lhes apresentam na busca pelo desenvolvimento socioeconômico, e desenvolve análise prospectiva, incluindo a atual posição dos Estados Unidos no cenário internacional. Dessa forma, Gullo se lança em um estudo de caráter multidisciplinar, situado na interface da História Moderna e Contemporânea com a Economia Política e a Teoria do Desenvolvimento.

No prefácio do livro, Hélio Jaguaribe destaca que o conceito de periferia utilizado pelo autor apresenta duas dimensões, a de uma perspectiva e a de um conteúdo, ou seja, de um autor sul-americano que analisa as condições de possibilidade de um país periférico deixar de sê-lo. Ao longo do texto, a tese central – que todos os processos de crescimento comercial e/ou industrial exitosos resultaram da conjugação de uma atitude de insubordinação ideológica em relação ao pensamento dominante com um impulso estatal eficaz – é construída em perspectiva comparada. Aproxima-se, assim, de forma explícita, da interpretação cara ao neoestruturalismo econômico latino-americano referente às estruturas hegemônicas de poder e à necessidade de superá-las.

Na realização do duplo intento do autor, os dois primeiros capítulos, de natureza essencialmente teórica, discutem a teoria da subordinação e o conceito de umbral de poder. A teoria da subordinação considera que a igualdade jurídica entre os Estados é uma ficção e que as regras criadas no jogo do sistema internacional expressam os interesses das grandes potências, disfarçados na forma de princípios éticos e jurídicos universais. Para enfrentar as estruturas hegemônicas e as regras do jogo internacional, os países periféricos precisariam acumular recursos de poder e alcançar o umbral que se redefine a cada conjuntura histórica distinta. Por exemplo, Portugal e Espanha alcançaram o papel de pioneiros na expansão europeia dos séculos XV e XVI por intermédio da capacitação tecnológica, da vantagem estratégica (a opção por buscar outra rota para as Índias que não o Mediterrâneo) e do impulso estatal, com base na organização administrativa do Estado moderno e da racionalidade que o sustentava. Em linhas gerais, foi o mesmo processo seguido pelo Japão com a Revolução Meiji e com a China das últimas décadas do século XX e início do XXI.

Quanto ao conceito de umbral de poder, Gullo o conceitua como o quantum mínimo de poder necessário para se alcançar o desenvolvimento socioeconômico e a construção da potência, abaixo do qual cessa a capacidade de autonomia de uma unidade política. Em outras palavras, é o poder mínimo que necessita um Estado para não cair na subordinação, em um momento determinado da história. Os Estados que, historicamente, se transformaram em potência obtiveram em determinado momento o quantum mínimo de poder para atuar de maneira autônoma no cenário internacional e projetar o seu poder. Na verdade, do estudo aprofundado da história da política internacional se revela que, na origem do poder nacional dos principais Estados que conformam o sistema internacional, se encontra sempre presente o impulso estatal. Por impulso estatal entende o autor todas as políticas realizadas por um Estado para criar ou incrementar quaisquer dos elementos que conformam o poder desse Estado. Com efeito, o conceito de impulso estatal envolve todas as ações levadas a cabo por uma unidade política para estimular o desenvolvimento ou o fortalecimento dos elementos de poder nacional. O exemplo utilizado como paradigmático pelo autor foi a Lei de Navegação inglesa, de 1651, segundo a qual era permitido importar somente mercadorias transportadas em navios ingleses que estivessem sob comando inglês e cuja tripulação fosse de maioria inglesa. Assim, ao tratar da noção de impulso estatal, Gullo se aproxima nitidamente da corrente realista das relações internacionais, em diálogo indireto com o historiador Edward Carr e seus ensinamentos na obra Vinte anos de crise, publicada originalmente na conjuntura do início da Segunda Guerra Mundial.

Nos capítulos 3 a 9, são percorridas as experiências dos países bem sucedidos em seu processo de desenvolvimento, com a preocupação voltada para o momento no qual tais Estados decidiram pela insubordinação diante da ideologia predominante em determinada época e, por meio de forte ação estatal, envidaram esforços no sentido da construção do poder nacional. O mais importante exemplo contemporâneo de processo de construção do poder nacional é o da China que, a partir de Deng Xiaoping, iniciou uma mudança metodológica e, na visão do autor, não uma ruptura com o passado, na busca da construção – ou reconstrução – do poder da nação chinesa.

No caso da China, a ênfase da análise recai sobre a figura política de Sun Yat-Sen que, nascido em 1866, se converteu progressivamente, após a revolta nacionalista dos Boxers (1900-1901), na figura chave dos revolucionários chineses que lutavam contra a monarquia Manchú e na defesa da democracia e do fim da dependência chinesa em relação às potências estrangeiras.

A revolução contra a monarquia eclodiu em outubro de 1911 e, no início do ano seguinte, uma assembleia constituinte elegeu Sun Yat-Sen como presidente da nascente República da China. No entanto, o general pró-monarquia Yuan She-Kai, com um golpe de mão, provocou a renúncia de Sun Yat- Sen e assumiu o cargo de presidente.

Foi após esses episódios que Sun Yat-Sen desenvolveu um conjunto de concepções que afirmavam que uma revolução, para ser vitoriosa na China, precisaria da aproximação com operários, camponeses e com a burguesia nacional. Tais ideias orientaram, sob sua liderança, a fundação do Kuomintang – partido nacional e popular – que aspirava organizar uma frente única para a libertação da China, mas que enfrentou uma conjuntura interna politicamente caótica. Sun Yat-Sen faleceu em 1925 e deixou o Kuomintang firmemente organizado como um partido policlassista, dotado de um exército eficaz e reforçado pelos comunistas. Sua doutrina política, porém, encontrou terreno fértil para se desenvolver, tendo por base a ideia dos três princípios, utilizada pela primeira vez por Sun Yat-Sen em 1905 e significando a integração, em um mesmo projeto político e revolucionário, de suas teses sobre o naci que tais princípios devem ser adaptados a cada conjuntura histórica.

É nesse sentido que Marcello Gullo sustenta que a influência de Sun Yat-Sen chega a Mao Zedong e seus sucessores, sob o princípio da adaptação da teoria à realidade e não a realidade à teoria. A trajetória do modelo chinês de desenvolvimento, desde sua abertura no final da década de 1970, confirma a presença dos três princípios e revela extraordinária capacidade de adaptação a cada conjuntura histórica, além de um modelo planejado e gradual de desenvolvimento. Se até os anos noventa o governo chinês orientou a maior quantidade de capitais estrangeiros para a produção em setores intensivos em mão de obra, a partir de então, tratou de orientá-lo para os setores intensivos em capital e tecnologia. A nova estratégia ficou conhecida como desenvolvimento em paralelo, que consiste em desenvolver simultaneamente a indústria “tradicional” e a intensiva em conhecimento.

São esses exemplos de desenvolvimento econômico que, analisados em perspectiva histórica, podem auxiliar países emergentes, como os latinoamericanos, a encontrar seus próprios caminhos. Para tanto, Gullo sugere que líderes políticos, jornalistas especializados e estudiosos das relações internacionais na América Latina devem procurar ultrapassar a agenda, o debate e o vocabulário produzidos nos grandes centros de excelência acadêmica dos Estados Unidos. Significa pensar as relações internacionais desde a periferia latino-americana, para gerar ideias, conceitos, hipóteses e, certamente, um vocabulário próprio, capaz de dar conta da nossa própria realidade e dos nossos problemas específicos no sistema internacional. Na visão do autor, o pensar desde a periferia não deve levar à repetição das lamentações do passado, mas à ação no sentido da superação da condição periférica. Nosso debate teórico principal deveria ser cómo alcanzar el nuevo umbral de poder.

É justamente em sua análise prospectiva que Gullo deixa de contemplar o que tem sido o debate regional mais recente, voltado para a discussão em torno da existência ou não de consensos nacionais em relação ao tema do desenvolvimento e, no caso de resposta afirmativa, a discussão sobre os limites políticos enfrentados pela maioria dos países latino-americanos em seus esforços de desenvolvimento econômico e social. Gullo não aborda a questão das alternativas de desenvolvimento apresentadas por países como Bolívia e Equador, tomando o desenvolvimento econômico como um valor em si, principalmente quando o toma apenas como caso de crescimento e não de desenvolvimento em seu sentido amplo.

Outro aspecto a ser destacado é o fato de o autor não fazer referências a uma obra muitíssimo próxima da sua, o livro Chutando a escada, de Ha-Joon Chang (CHANG, Ha-Joon. Chutando a escada: a estratégia do desenvolvimento em perspectiva histórica. São Paulo: Editora UNESP, 2004). Chang analisou a trajetória histórica de potências como a Grã-Bretanha e retirou dessas experiências algumas lições, principalmente a necessidade de se rever algumas das ideias fartamente divulgadas na década de 1990, como a de que os países em desenvolvimento têm que seguir as sugestões dos desenvolvidos, a de que devem fazê-lo porque é o desejo dos investidores internacionais e a de que há um “padrão mundial” de desenvolvimento institucional das nações.

O diálogo com Chang daria condições a Gullo de aprofundar a dimensão institucional do desenvolvimento, tanto nos aspectos que freiam o desenvolvimento dos países periféricos quanto na busca de alternativas.

Não obstante as observações acima, La insubordinación fundante – livro premiado em Buenos Aires como melhor livro de 2008 – é obra original que consegue cumprir os objetivos de sustentar uma visão sul-americana dos casos históricos de êxito no processo de desenvolvimento e de propor novos conceitos nos estudos sobre o desenvolvimento. Os conceitos de umbral de poder e de insubordinação fundante trazem, indubitavelmente, novo vigor ao tema do desenvolvimento latino-americano.

Carlos Eduardo Vidigal – Professor Adjunto do Departamento de História da Universidade de Brasília.


GULLO, Marcelo. La insubordinación fundante: breve historia de la construcción del poder de las naciones. Buenos Aires: Biblos, 2008. Resenha de: VIDIGAL, Carlos Eduardo. Textos de História, Brasília, v.16, n.2, p.307-311, 2008. Acessar publicação original. [IF]

História universal da destruição dos livros: das tábuas sumérias à guerra do Iraque / Fernando Báez

Quando criança, o escritor Fernando Báez, em virtude de seus pais trabalharem fora, passava grande parte de seu tempo enfurnado na biblioteca pública de São Félix, na região de Guayana, na Venezuela. Lá, em meio a imensas estantes, tinha nos livros seus únicos amigos. Até o dia em que a cheia de um rio inundou a pequena cidade onde morava, destruindo todo o acervo da biblioteca. De acordo com suas lembranças, aquela foi a primeira vez que vira um livro destruído: “Nunca me recuperei dessa terrível experiência (…) Consciente ou inconscientemente, o tema chegou a me obcecar”.

Creio ser, justamente, esta a expressão que melhor defina História universal da destruição dos livros, publicado no Brasil, em 2006. Isto porque Báez é um sujeito simplesmente obcecado por quaisquer fatos que envolvam o tema, atravessando de modo vertiginoso séculos de história, diferentes culturas e civilizações. Não é à toa o subtítulo de seu livro: “Das tábuas sumérias à guerra do Iraque”.

Sua viagem começa na Mesopotâmia, com os registros em argila, datados de aproximadamente 5.300 anos, quando os sumérios acreditavam na origem sobrenatural dos livros, atribuindo sua invenção à Nidaba, deusa dos cereais.

Ficamos sabendo que, na Grécia Antiga, o livro era chamado de biblos, em homenagem à cidade fenícia de mesmo nome – e que a venda de livros era conhecida como bibliothekai.

Báez mescla fatos popularmente sabidos, como o controle imposto pela Inquisição e o Bibliocausto Nazista, a exemplos pitorescos, como a mesquinharia de Isaac Newton ao plagiar e depois queimar trabalhos do astrônomo John Flamsteed, ou ainda a costumeira utilização de livros-bomba por grupos terroristas – que teriam como destinatário preferido a Casa Branca.

Entretanto, o que poderia ser o grande trunfo do venezuelano, produzindo uma obra de fôlego sobre o assunto, torna-se justamente seu ponto de maior fragilidade. Historia universal da destruição dos livros é, indiscutivelmente, resultado de uma pesquisa intensa e exaustiva, com uma impressionante riqueza de detalhes quanto a locais, nomes, descobertas, formas de escrita e técnicas de arquivamento.

O problema é que Báez faz com que o leitor saia igualmente exausto dessa experiência, imerso em uma avalanche de dados que muitas vezes denotam muito mais um preciosismo do autor do que a consistência de uma análise. Tome-se como exemplo um capítulo inteiro dedicado aos “Inimigos naturais dos livros”, em que nos deparamos com trechos como este: Em primeiro lugar, devemos mencionar os Thysanura (tisanuros), que incluem o Lepisma saccharina (traça cinza-prateada) que se distingue por sua cobertura de escamas. Tem um corpo fusiforme que culmina em três finos e compridos filamentos. De hábitos noturnos, come papel, cola, couro ou têxteis (BÁEZ, 2006, p.308).

Se por um lado há a comprovação do rigor do processo investigativo, por outro é patente o descuido em transformar o livro mais em um compêndio do que em trazer uma discussão realmente consistente. A impressão é que Báez acumulou uma tonelada de informações, sem contudo saber o que fazer com elas. O que falta em problematização sobra em enciclopedismo.

Um alento até parece surgir quando ele afirma que, na busca por uma teoria sobre a destruição de livros, descobrira como são fartos, em todas as culturas, os mitos que relatam cataclismos cósmicos para explicar a origem de tudo ou anunciar o fim do mundo, sendo recorrentes explicações permeadas pela idéia do eterno retorno.

O escritor venezuelano exemplifica isto citando várias divindades, afirmando, contudo, que, mesmo em épocas que se vangloriam pela sua racionalidade, há o emprego desse substrato para dar conta de algumas ações destrutivas, promovidas pelo homem: a exemplo da noção de instinto, que se inscreveria justamente num mito de libertação característico do homem – seu intento de se livrar da responsabilidade direta sobre sua atividade destrutiva.

Ao destruir, o homem reivindica o ritual de permanência, purificação e consagração; ao destruir, atualiza uma conduta movida a partir do mais profundo de sua personalidade, em busca de restituir um arquétipo de equilíbrio, poder ou transcendência (BÁEZ, 2006, p.23).

É aí que Báez revela, então, aquele que seria o alicerce teórico de seu trabalho: a intenção subjacente à destruição de um livro é aniquilar a memória que encerra, o seu patrimônio de idéias. O que há é a “destruição contra o que se considera ameaça direta ou indireta a um valor considerado superior” (p.24).

Considerações que não deixam de decepcionar, pelo que guardam de absoluto lugar comum. Afinal, o que há de surpreendente e inovador na idéia de que os livros não são destruídos meramente enquanto objetos físicos, e sim pelo que representam em termos de discordância e contestação aos ideais de seus detratores? A explicação de Báez é quase tão cheia de novidade quanto os papiros e tábuas de argila sobre os quais tão apaixonadamente se debruça.

Fabio Henrique Gonçalves Sousa – Graduado em História pela UEMA e em Comunicação Social (Habilitação Jornalismo) pela UFMA. e-mail: [email protected].


BÁEZ, Fernando. História universal da destruição dos livros: das tábuas sumérias à guerra do Iraque. Tradução de Léo Schlafman. Rio de Janeiro: Ediouro, 2006. Resenha de: SOUZA, Fabio Henrique Gonçalves. Outros Tempos, São Luís, v.5, n.5, p.191-193, jun./2008. Acessar publicação original. [IF].

Transformação e Crise na Economia Mundial | Celso Furtado

Em fins de 2006, a Editora Paz e Terra lançou, em forma de livro, dez artigos de Celso Furtado, escritos ao longo dos anos sessenta, setenta e oitenta do século passado, sobre economia mundial. Especificamente, os artigos concentram-se nas modificações do cenário externo após o fim da segunda grande guerra mundial. Sobre o fio condutor destes textos, que contém, de modo geral, as mesmas idéias-força desenvolvidas de modo distinto ao longo dos anos em que escrevia, Furtado escreve:

“A idéia central, desenvolvida ao fio de dois decênios, é simples: as modificações políticas causados pelo segundo conflito mundial conduziram à integração dos mercados das economias capitalistas industrializadas, reduzindo a capacidade reguladora dos estados-nacionais, e aumentando a autonomia de ação das grandes empresas. (p.9-10)” Leia Mais

The Global Cold War | Odd Arne Westad

Ao nos aproximarmos do vigésimo aniversário da queda do Muro de Berlin, a prolixidade acadêmica acerca da Guerra Fria continua firme e forte. Assim como The Cold War: A New History, de John Gaddis (resenhado na edição 1/2006 desta revista), o livro de Arne Westad traz novas interpretações, baseadas em arquivos recém-abertos dos Estados Unidos, da União Soviética e de diversos países do Terceiro Mundo, que desafiam antigas visões da Guerra Fria.

Um dos principais problemas para estudiosos da Guerra Fria é a sua definição: ela pode ser vista como um período, um conflito ideológico, uma disputa político-militar ou de uma série de outras formas. Westad propõe estudá-la como um conflito verdadeiramente global entre duas superpotências, cada uma portadora de um projeto ideológico universalista da modernidade. O grande palco da disputa entre esses dois arautos da modernidade – que o autor caracteriza, não sem ironia, como o “império da liberdade” (EUA) e o “império da justiça” (URSS) – teria sido o Terceiro Mundo, que ao emergir do processo de descolonização, buscava alcançar a independência política e o desenvolvimento econômico. O livro é concebido, portanto, como uma história do intervencionismo das superpotências no Terceiro Mundo ao longo da Guerra Fria. Leia Mais

A finança mundializada: raízes sociais e políticas/configuração/ conseqüências | François Chesnais

Livro-chave para a compreensão da economia internacional – e em particular do sistema financeiro internacional – a obra compõe-se de uma coletânea organizada pelo professor François Chesnais. Ela dá seguimento ao pensamento do autor, cujas obras lançadas no Brasil foram: A mundialização financeira – gênese, custos e riscos, pela Xamã, e Tobin or not Tobin? Uma taxa internacional sobre o capital, pela Universidade Estadual de São Paulo.

O livro conta com o prefácio do professor Luiz Gonzaga Belluzzo que expõe a face real da globalização neoliberal: uma intrincada rede de interesses construída pelos mercados financeiros internacionais, sob a necessidade voraz de reprodução do capital que gera ilusões de riqueza. Outrossim, ele expõe o contraponto na economia brasileira, em decorrência das remessas de lucros por empresas de serviços públicos como telefonia, eletricidade, etc., as quais agora necessitam de investimentos governamentais, ou seja, dos contribuintes para atender as chamadas áreas “não rentáveis”. Leia Mais

O século XXI no Brasil e no mundo | Maria Izabel Valladão de Carvalho e Maria Helena de Castro Santos

Theodore Hook, escritor inglês, afirmava que a melhor forma de predizer o futuro é inventando-o. Esse mote singulariza muito bem o empreendimento de desbravadores, inventores e vanguardistas da arte, pois a engenhosidade humana parece dispor de irrestrito estoque de surpresas que transformam o espaço e a consciência que temos de nós mesmos. É com artifício semelhante que gerações de pesquisadores perscrutam uma grande “invenção” coletiva, que é a realidade social que nos cerca.

Para examiná-la, criam-se métodos, derrubam-se axiomas e debatem-se idéias – um processo que redunda na grade de conhecimento que ajuda a tornar compreensível os complexos processos que enfrentamos. Nos últimos anos, contudo, esses exercícios demandam cada vez mais desvelo e mobilização por parte dos corifeus da academia, pois a realidade parece constituir um agregado difícil de decompor, de dar inteligibilidade e de explicar. Leia Mais

O Desafio do Capitalismo Global | Robert Gilpin

Teórico das Relações Internacionais, Robert Gilpin é considerado um dos principais representantes do Realismo Político. Preocupado com as mútuas relações entre segurança e economia, Gilpin fez uma grande contribuição para o desenvolvimento da disciplina Economia Política das Relações Internacionais. Nessa trilha, “O Desafio do Capitalismo Global”, publicado em inglês em 2000, retoma antigas teses do pensamento realista da Teoria da Estabilidade Hegemônica (TEH), segundo a qual uma economia internacional liberal estável só seria possível se sustentada por uma potência hegemônica que garanta a provisão dos bens públicos internacionais: uma ordem internacional liberal, a segurança internacional, um sistema monetário estável e fornecedor de empréstimos, em última instância, internacional. Aplica-se, segundo a TEH, o seguinte postulado: “para que exista uma economia liberal estável é necessário um estabilizador”, com poder político e econômico para levar a cabo a tarefa.

Cético como seu mentor, o historiador econômico Charles Kindleberger, em relação à possibilidade de uma ordem econômica internacional estável regida pelas leis do mercado, Gilpin afirma nessa obra que: “Embora os progressos tecnológicos e o jogo das forças de mercado representem motivos suficientes para ampliar a integração da economia mundial, as políticas de apoio dos Estados mais fortes e as relações de cooperação entre eles constituem a base política necessária para uma economia mundial estável e unificada” (p. 26). Em outros termos, uma sólida base política internacional seria a condição para a governança da economia internacional. Leia Mais

Brasil e o Mundo: novas visões | Clóvis Brigadão e Domício Proença Junior

“Esta coletânea reúne trabalhos inéditos sobre questões relativas à inserção internacional do Brasil. Trata-se de questão de importância crescente, mas, ainda assim, de esforço exploratório”(p. 09). É dessa forma que Domício Proença Jr. e Clóvis Brigagão apresentam mais um importante empreendimento acadêmico brasileiro, no campo da paz e da segurança. Em Brasil e o Mundo destaca-se o empenho de dois grandes pesquisadores brasileiros na sistematização do conhecimento nacional na área.

Parte de um ambicioso projeto, o livro Brasil e o Mundo representa mais do que a concretização de um plano de trabalho. O motor dessa iniciativa encontra significado maior na perspectiva de fazer “ruir o imobilismo” de um país que, ainda hoje, mostra-se indiferente ao tema. Leia Mais

Um estudo crítico da História | Hélio Jaguaribe

Os recentes eventos – espetaculares impactos de aviões comerciais cheios de desprevenidos passageiros, chocando-se com o maior edifício de Nova York e um dos maiores do mundo, ademais de outro tanto contra o Pentágono, Ministério da Defesa em Washington – levaram o próprio presidente dos Estados Unidos, George W. Bush, a declarar, a telespectadores estupefactos em escala mundial pela comunicação instantânea via satélite, que se tratava da primeira guerra mundial do século XXI.

Naturalmente logo vieram recordações do otimismo de Francis Fukuyama em muito discutido artigo publicado na revista Foreign Affairs sobre o fim (pacífico…) da história, e pessimismo de Samuel P. Huntington em artigo, também ali, transformado em livro sobre o choque das civilizações. Leia Mais

A miragem da pós- modernidade: democracia e políticas sociais no contexto da globalização | Silvia Gerschman e Maria Lúcia Werneck Vianna

Este livro é uma coletânea de 12 ensaios apresentados originalmente num seminário realizado na Fundação Oswaldo Cruz (Fiocruz), em julho de 1995. O livro inovou ao ressaltar os efeitos políticos e sociais da globalização econômica, rompendo com a tradição economicista predominante nesta área. Os artigos convergiram para três preocupações: o futuro da democracia, os rumos do setor público e a natureza das políticas sociais na época da globalização. Cada tema aglutinou quatro artigos em uma média de 15 páginas.

O primeiro bloco, intitulado ‘Globalização, democracia e questão social’, inclui os artigos teóricos de Schmitter, Reis, Gerschman e Viola. Phillippe Schmitter ressalta a consolidação do sistema político democrático como o fato mais conclusivo da globalização. O mundo aderiu à democracia e assumiu seus mecanismos de representação. Schmitter acredita que o futuro desta sociedade “será incrivelmente tumultuado, incerto e muito acidentado”. Surpreendentemente, o grande desafio à globalização viria das “democracias liberais consolidadas” (DLCs). Países recém-democratizados, ou “neodemocracias recentes” (NDRs), são seguidores de modelos e, naturalmente, não dispõem de condições objetivas para mudar os rumos. Muitas das NDRs são ordenações políticas oligárquicas que se aproveitam do sistema democrático para manter seu domínio. O retrato dado pelo autor é de pioneiros democratas, de um lado, e de seguidores autoritários, de outro, forçados a assumir o sistema de representação por acidente do destino. A verdadeira mudança social sempre acontecerá nos países pioneiros, enquanto os países em desenvolvimento estarão confinados às “democraduras”. Leia Mais

Le Brésil et le Monde: pour une histoire des relations internationales des puissances émergentes | Denis Rolland

Sabe-se que as relações culturais, políticas e econômicas entre os países são, em boa medida, expressão dos níveis de conhecimento recíproco que apresentam as sociedades acerca das realidades e tradições políticas e culturais, das mentalidades e da história do “outro”. Nesse sentido, registra-se com satisfação o discreto renascimento do interesse sobre a realidade brasileira em alguns dos mais tradicionais centros acadêmicos do mundo ocidental, tomando a forma de núcleos ou cátedras dedicados ao estudo dos assuntos nacionais, em suas mais distintas vertentes, voltando-se à tarefa de ensinar e pesquisar, formar pesquisadores de alto nível e produzir e difundir conhecimentos sobre o Brasil.

O trabalho ora apresentado é uma das manifestações de um dos mais dinâmicos pólos de geração de inteligência sobre o Brasil existentes na Europa, o Centro de Estudos sobre o Brasil, da Universidade de Paris IV (Paris-Sorbonne), criado e animado por Katia de Queirós Mattoso em torno da única cátedra de História do Brasil existente em universidades francesas. Com efeito, Le Brésil et le monde, livro organizado por Denis Rolland, professor da Universidade de Rennes 2 e co-fundador do Centro, cumpre à perfeição com o que se espera de um trabalho de apresentação (ou de reapresentação) da história das relações internacionais do Brasil contemporâneo à sociedade e aos meios universitários da França. Leia Mais

A época das perplexidades. Mundialização/Globalização e Planetarização: novos desafios | René Armand Dreifuss

O novo livro do Professor Dreifuss oferece uma oportunidade de observar as características principais da complexa interdependência econômica que marca este fim de século. Ao mesmo tempo, coloca em questão o papel do Estado Nacional e da democracia no mundo após a queda do muro de Berlim. A análise é bem característica desse fim de século: atesta uma possível perda de soberania decisória dos Estados, que tendencialmente passariam a ter presença menor em várias áreas da vida social.

A característica básica das novas análises em ciências sociais, como a de Dreifuss – o que parece configurar-se como padrão recorrente no mundo todo – é a grande inquietação acerca dos planejamentos estratégicos e das concepções de inserção internacional dos diversos Estados, nessa década final do milênio. Sabe-se que com o fim da Guerra Fria, concomitantemente ao “nebuloso” fenômeno conhecido como globalização, os tempos mudaram, trouxeram novos perigos, novos desafios e demandas. Entretanto, difícil mesmo torna-se definir e chegar a um consenso sobre quais seriam pontualmente essas mudanças. Leia Mais